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2 UN EJEMPLO DE FILOSOFIA ANTIGUA: EL AMOR A LA SABIDURIA SEGUN LOS ESTOICOS Empecemos por un poco de historia para que, al me- nos, puedas hacerte una idea del contexto en el que nace la escuela estoica. La mayor parte de los historiadores coinciden en afirmar que la filosofia vio la luz en Grecia en torno al si- glo via. C. A este surgimiento se le suele denominar el «mi- lagro griego», puesto que el nacimiento tan suibito de una disciplina resulta sorprendente. En efecto, ¢qué ocurria antes del siglo vi a. C. y en otros lugares, en otras civili- zaciones ajenas a la griega? ¢A qué se debi6 esta brusca aparicién? Se puede discutir extensamente sobre esta cuesti6n con grandes y elaborados argumentos. Sin embargo, creo que hay dos respuestas bastantes sencillas. La primera es que lo que predominaba en todas las ci- vilizaciones anteriores o ajenas a la Antigiiedad griega eran las religiones que, por decirlo de algtin modo, ocu- paban el lugar propio de la filosofia. Eran éstas las que conservaban el monopolio de las respuestas aportadas al tema de la salvacién, de los discursos pensados para cal- mar la angustia nacida de nuestro sentido de la mortali- dad. Asi lo confirma la pluralidad casi infinita de cultos cuyo rastro hemos podido reconstruir mejor o peor. Sin 39 APRENDER A VIVIR duda, los hombres buscaron su salvaci6n durante mucho tiempo no en el ejercicio de la raz6n, sino en la protec- cidn de los dioses. En cuanto a la cuestidn de por qué esta busqueda adoptoé un dia, en Grecia, la forma de una tarea «racio- nal», al margen de las creencias religiosas, parece que la naturaleza democratica (al menos en parte) de la organi- zaci6n politica de la comunidad pudiera haber tenido algo que ver, porque en ella se favorecian (como en nin- guna otra antes) la libertad y la autonomia reflexiva de las élites. En sus asambleas, los ciudadanos griegos habian adquirido el habito de discutir, de deliberar, de argumen- tar sin cesar en publico, lo que, ciertamente, es una tradi- ci6én republicana que favorece la aparicié6n de un pensa- miento libre, exento de las constricciones vinculadas a los distintos cultos religiosos. Asi, desde el siglo tv a. C. existian ya en Atenas numero- sas escuelas filos6ficas. La mayoria de las veces eran cono- cidas por el nombre de los lugares donde radicaban. Por ejemplo, el padre fundador de la escuela estoica, Zen6én de Citio (h. 334-262 a. C.), ensehaba bajo unos pGrticos cubiertos de pinturas. De aqui procede la palabra estoicis- mo, que sencillamente proviene del vocablo griego sioa, que significa «p6rtico». Las lecciones que daba Zen6n bajo los famosos p6rti- cos eran gratuitas y publicas. Obtuvieron un eco tan con- siderable que sus discipulos siguieron impartiendo sus ensefianzas después de su muerte. El primer sucesor de Zenén fue Cleantes de Assos (h. 331-230 a. C.), y el segundo Crisipo de Soles (h. 280-208 a. C.). Son los tres grandes nombres de lo que se conoce como el «estoicismo antiguo». A excepcién de un breve poema de Cleantes, el Himno a Zeus, no conservamos practicamente nada de las famosas obras redactadas por 40 ‘UN EJEMPLO DE FILOSOFIA ANTIGUA: EL AMOR A LA SABIDURIA SEGUN LOS FSTOICOS los primeros estoicos. No conocemos su pensamiento mas que de forma indirecta, a través de autores muy posterio- res (especialmente de Cicerén). El estoicismo se revitaliz6 en la Grecia del siglo na. C. y volvi6 a florecer, por tercera vez, mucho mas tarde, en Roma. A diferencia de las obras pertenecientes a las dos primeras etapas, conocemos bien las correspondientes a este ultimo periodo. Ya no son producto de fil6sofos que se iban sucediendo a la cabeza de la escuela en Atenas, sino de un miembro de la corte imperial romana, Séneca (h. 8a. C.-65 d. C.) —que fue preceptor y ministro de Ne- rén—, de un profesor, Musonio Rufo (25-80) —que ense- haba estoicismo en Roma y fue perseguido por el mismo Nerén—, de Epicteto (h. 50-130) —un liberto cuyas ense- nanzas, basicamente orales, nos han sido transmitidas por sus discipulos (especialmente Arriano) y que es el] autor de dos libros que han pervivido a lo largo de los siglos: las Disertaciones y el Manual! —-y, por ultimo, del mismisimo emperador Marco Aurelio (121-180). Quisiera hacerte ver a través de algunos aspectos fun- damentales c6mo una filosofia (en este caso el estoicis- mo) puede responder al desafio de la salvacién de forma muy distinta a la de las religiones; c6mo puede ser capaz, sin mas ayuda que la de la simple raz6n, de aportar solu- ciones ante la necesidad que tenemos de vencer los mie- dos que nacen de la finitud. Me cefiiré a los tres grandes ejes —teoria, ética y sabiduria— de los que te he venido hablando. También concederé mucho espacio a las citas de los grandes autores. Soy consciente de que tal vez ha- gan algo inc6moda la lectura, pero resultan esenciales para que aprendas a ejercer, lo mas rapidamente posible, tu espiritu critico. Es preciso que te acostumbres a verifi- car siempre por ti mismo si lo que se te dice es cierto 0 no. Por eso resulta necesario que, siempre que sea posible, re- 41 APRENDER A VIVIR curras a la lectura de los textos originales, sin contentarte jamas con meros comentarios. I. THEORIA: LA CONTEMPLACION DEL ORDEN COSMICO Debemos conocer el mundo que mos rodea para poder encontrar nuestro lugar en él, para aprender a vivir e ins- cribir en él nuestras acciones. Como ya te habia dicho, he ahi la primera tarea de la filosofia. En griego, esta tarea adquiere el nombre de theoria. Mere- ce la pena que nos detengamos a examinar la etimologia del concepto?. To theion o ta theia orao significa «yo veo lo divino (theion)», «yo veo las cosas divinas (theia)». Y, en efecto, para los estoicos la theoria consiste en esforzarse por contemplar aquello que de «divino» tiene la realidad que nos rodea. Di- cho en otras palabras, la primera tarea que debe imponerse Ja filosofia es la de ver lo esencial del mundo, lo que hay en él que sea mas real, mas importante, mas significativo. Ahora bien, para la tradici6n que culmina en el estoicismo, la esen- cia mas intima del mundo es la armonia, el orden justo y belloa la vez, que los griegos denominaban cosmos. Si quieres hacerte una idea precisa de a qué amaban los griegos cosmos, lo mas facil es que te imagines que todo el universo es un ser ordenado y animado. En efecto, para los estoicos la estructura del mundo, 0 si lo prefieres, el orden césmico no es s6lo un todo magnificamente orga- nizado, sino que es también un orden andlogo al de cual- quier ser viviente. En el fondo, el mundo material, el uni- verso entero, es como un animal gigantesco y cada uno de sus elementos, cada érgano, ha sido admirablemente con- cebido y dispuesto arménicamente en el conjunto. Cada parte del Todo, cada miembro de ese cuerpo inmenso, ocupa el lugar exacto que debe y, a menos que ocurra una 42 ‘UN EJEMPLO DE FILOSOFIA ANTIGUA: EL AMOR A LA SABIDURIA SEGUN LOS ESTOICOS. catastrofe (que las hay de vez en cuando, pero sélo duran un tiempo y todo vuelve enseguida a estar en orden), fun- ciona en el sentido que le es propio, impecablemente, sin defectos, en armonia con los demas. He ahi lo que la theo- ria debe ayudarnos a desvelar y a conocer. En muchas lenguas latinas, el término cosmos ha dado origen entre otras palabras a cosmética. Originalmente, ésta hacia referencia a la ciencia relativa a la belleza de los cuerpos que debia basarse en la justeza de las proporcio- nes. Después se ha aplicado al arte del maquillaje que debe realzar lo que esta «bien hecho» (y disimular en su caso aquello que lo esta menos). Es a este orden, al cosmos como tal, a la estructura ordenada del universo entero, a lo que los griegos Ilamaban lo «divino» (theion) yno, como en el caso de los judios o los cristianos, a un Ser exterior al universo que habria existido antes que éste y lo habria, de hecho, creado. Por lo tanto, es a esta divinidad, que no tiene nada que ver con un Dios personal, sino que consiste en el orden del mundo, a la que los estoicos nos invitan a contemplar (theorein) con todos los medios apropiados a nuestro al- cance —por ejemplo, estudiando ciencias positivas, fisica, astronomia e incluso biologia, pero también multiplican- do las observaciones que nos muestran cémo el universo entero (y no sdlo esta parte o aquélla) esta «bien hecho»—. Contemplamos asi el movimiento regular de los planetas, pero todo, incluso la estructura del organismo vivo mas pequeno, del insecto mas mintsculo, prueba al observa- dor atento que practica la theoria con inteligencia que la idea de cosmos, de orden justo y bello, describe adecua- damente la realidad que nos rodea siempre que se sepa contemplar como conviene. Se podria decir, por tanto, que la estructura del univer- so no sdlo es «divina», perfecta, sino también «racional», 43 APRENDER A VIVIR conforme a lo que los griegos denominaban logos (térmi- no del que procede la palabra légica) y con el que se hace referencia precisamente a esa admirable ordenacién de las cosas. Este es el motivo por el que nuestra raz6n va a demostrar ser capaz, precisamente mediante el ejercicio de la theoria, de comprender el-universo y de descifrarlo, exactamente de la misma manera que un bidlogo com- prende el significado o la funcién de los 6rganos de un cuerpo vivo que analiza. Asi, para los estoicos, abrir los ojos ante el mundo es como para un bidlogo abrir los ojos ante el cuerpo de un ra- tén o un conejo para descubrir que todo esta perfectamen- te bien hecho. EI ojo resulta ser una construcci6én admira- ble para ver bien; el coraz6n y las arterias, para irrigar todo el cuerpo con la sangre que le permite vivir; el est6ma- go, para digerir los alimentos; los pulmones, para oxigenar los muisculos, etcétera. Todo es, desde el punto de vista de los estoicos, a la vez «légico», racional en el sentido del logos y «divino», theion. GPor qué recurrir a este término? Desde lue- go, no significa en absoluto que un Dios personal haya crea- do todas estas maravillas, sino que trata de resaltar el hecho de que, por un lado, estamos ante maravillas, pero por otro, nosotros, los seres humanos, no somos sus creadores ni tampoco sus inventores. Todo lo contrario, lo Gnico que hacemos es des- cubrirlas ya totalmente acabadas, no las engendramos. Lo divino es lo no humano, puesto que es lo portentoso. De esto es de lo que habla Cicerén, una de nuestras fuentes principales para conocer el pensamiento de los primeros estoicos (cuyas obras, como ya he dicho, hemos perdido practicamente en su totalidad), en su ensayo So- bre la naturaleza de los dioses (1, 425). En él se mofa de pen- sadores como Epicuro, segtin los cuales el mundo, en contra de lo que afirman los estoicos, no es un cosmos, un. orden, sino, por el contrario, un caos. He aqui lo que CGi- 44 UN EJEMPLO DE FILOSOFIA ANTIGUA: EL AMOR A LA SABIDURIA SEGUN LOS ESTOICOS cer6n les replica, aludiendo, precisamente, al pensamien- to estoico: Que Epicuro se mofe lo que quiera, [...] sin embargo, nada hay mds perfecto que el mundo. [...] El mundo es un ser animado, dotado de conciencia, de inteligencia y de razon. Te he citado este corto texto para que aprecies cudnta distancia hay entre esta forma de pensar y la nuestra, la de los modernos. Si hoy alguien pretendiera afirmar que el mundo es un ser animado, es decir, que tiene un alma y que la naturaleza le ha dotado de raz6n, ciertamente le tomarian por loco. Pero cuando uno entiende correcta- mente a los antiguos, lo que decian ciertamente no tiene nada de absurdo. AJ afirmar que el universo era de carac- ter divino expresaban su conviccién de que tras el caos aparente de las cosas operaba un orden légico que la ra- zon humana podia sacar a la luz. Y de paso aprovecho para decirte que es exactamente esta idea, seguin la cual el mundo posee una especie de alma (es como un ser vivo), la que mas tarde se denominara ani- mismo (de la palabra latina anima, que significa «alma»). También se hablara en relaci6n a esta cosmologia (a esta concepcién del cosmos) de hilozoismo, que significa literal- mente que la materia (hylé) es como un animal (zoon), que es un ser vivo. Y es la misma doctrina a la que se denominara panteismo (de la palabra griega pan, que significa «todo», y theos, Dios) y seguin la cuallo que es divino es la totalidad del mundo y no alguna forma de ser exterior a éste que lo ha- bria creado, por asi decirlo, desde fuera. Si saco a colacién todo este vocabulario, no te quepa duda alguna de que no se trata del placer de recurrir ala jerga filos6fica. Todo lo contrario, pretendo que puedas empezar a leer por ti mismo las obras de los grandes auto- 45 APRENDER A VIVIR res sin que te detenga la barrera (en el fondo bien tonta) formada por esos términos a los que se llama «técnicos» y que la mayoria de las veces impresionan mucho mas de lo que aclaran. : : Por lo tanto, desde el punto de vista de la theoria estoica el cosmos es, mds all de algunos episodios accidentales y provisionales que son las catastrofes, esencialmente armo- nioso, lo que tendra consecuencias considerables ense- guida veremos por qué— en el Ambito de Jo «practico» (es decir, en el plano de la moral, de lo juridico y de lo politi- co). Porque es precisamente en la medida en que la natura- leza es armoniosa en la que puede, de algin modo, servir de modelo a la conducta de los hombres. Esta es la razon por la que el famoso imperativo segtin el cual conviene imi- tarla en todo podra aplicarse no s6lo en el Ambito dela es- tética, del arte, sino también en el de la moral y la politica. Porque el caracter armonioso de este orden hace que no pueda ser mas que justo y bueno, y por ello Marco Aure- lio afirma en sus Meditaciones: Todo lo que acontece, acontece justamente, cosa que descubrirds si observas con exactitud, [...] como si fuese obra de alguien que distribuyese conforme al mérito. La idea de Marco Aurelio es que la naturaleza, al me- nos cuando funciona con normalidad, al margen de los accidentes o catastrofes que de vez en cuando nos asue- lan, acaba haciendo justicia con cada uno de nosotros, en el sentido de que nos dota de lo esencial, de aquello que necesitamos: un Cuerpo que nos permite movernos por el mundo, una inteligencia que nos capacita para adaptar- nos y riquezas naturales que han de bastarnos para sobre- vivir. De manera que en este gran reparto césmico cada cual recibe lo debido. 46 UN EJEMPLO DE FILOSOFIA ANTIGUA: EL AMOR A LA SABIDURIA SEGUN LOS ESTOICOS Esta teoria de lo justo preludia una formula que servira de base a todo el derecho romano: «Dar a cada cual lo suyo», colocar a cada cual en su lugar, lo que presupone que existe para cada uno algo asi como un sitio, un «lugar natural», como dicen los griegos, en el seno del cosmos, y que ese Cosmos es, en si mismo, justo y bueno. Como comprenderas, desde esta perspectiva uno de los objetivos de la vida humana sera encontrar el lugar justo en el seno del orden césmico. Para la mayor parte de los pen- sadores griegos —a excepcidn de los epictireos— es Ilevan- do a cabo esta btisqueda, o mejor dicho, realizando exitosa- mente esta tarea, como se pueden alcanzar la felicidad y la vida buena. Desde una perspectiva andloga, la theoria posee asimismo una dimensi6n estética, ya que la armonia del mundo que desvela es para los hombres un modelo de be- lleza. Todo ello partiendo de que existen catastrofes natu- rales que parecen invalidar la idea de que el cosmos sea jus- to y bueno —ya hemos dicho que no serian sino accidentes transitorios—, puesto que existen en el seno de la naturale- za elementos que, al menos a primera vista, parecen feos, incluso horrorosos. Por tanto, segtin los estoicos, hay que saber ir mds alld de las impresiones inmediatas y no quedar- se con el punto de vista ordinario que adopta la gente inca- paz de reflexionar. Es lo que Marco Aurelio expresa con gran fuerza en su libro titulado Meditaciones: La melena del leén, la espuma que mana de la boca de los jabalies, y muchas otras cosas, si se las considera aislada- mente, estan lejos de ser bellas y, sin embargo, al ser conse- cuencia de los fenémenos naturales cobran un aspecto be- lo y nos cautivan, de modo que si uno tiene sensibilidad e inteligencia algo profunda para los fendmenos del conjun- to, casi no advertiré nada que no le resulte mas 0 menos agradable. [...] Incluso, con ojos inteligentes, podrd ver en 47 APRENDER A VIVIR una vieja y en un viejo una cierta plenitud y frescura y, en los nifos, un amable encanto. Se trata de la misma idea que ya expuso uno de los grandes fildsofos griegos en los que se inspira el estoicis- mo, Aristételes, quien denuncié que aquellos que consi- deraban el mundo malo, feo o desordenado eran victimas de una ilusién, al no darse cuenta de que a éste no hay que analizarlo en sus detalles sin recurrir a una inteligen- cia correcta que abarque la totalidad. En efecto, sila gen- te corriente considera que el mundo es imperfecto se debe a que, segtin él, cometen el error de «aplicar a la totalidad del universo observaciones que s6lo se refieren a objetos sensibles y puede que incluso a un numero reducido de éstos». En efecto, la regi6n del mundo sensible que nos rodea es la tinica en la que reinan la degeneraci6n y la corrupcion. Pero ésta no es, se podria decir, mas que una pequena parte del Todo, de manera que «seria mas justo absolver al mundo sensible pensando en el mundo celes- te, que condenar al mundo celeste debido al mundo sen- sible». Dicho mas claramente, si nos limitamos a ver s6lo nuestro pequeno rincén del mundo, no veremos la belle- za del conjunto. Pero el fildsofo que contempla, por ejem- plo, el movimiento admirablemente regular de los plane- tas sabra elevarse hasta alcanzar un punto de vista superior que le permita comprender la perfecci6n de ese Todo del cual s6lo somos un infimo fragmento. Por lo tanto, como ves, el caracter divino del mundo es, ala vez inmanente y trascendente. Una vez mas utilizo adrede estas palabras entresacadas del vocabulario filoséfico porque te seran de utilidad en las paginas que siguen. Decimos de una cosa que es inmanen- te al mundo cuando no se sittia mas alla de €]. Caso contra- rio decimos que es trascendente. Desde esta perspectiva, el 48 UN EJEMPLO DE FILOSOFIA ANTIGUA: EL AMOR A LA SABIDURIA SEGUN LOS ESTOICOS Dios de los cristianos es trascendente en relacién al mun- do, mientras que lo divino de los estoicos, que nunca esta situado en un «mas alla» de ningtn tipo, porque no es otra cosa que la estructura armoniosa césmica 0 cosmética del mundo mismo, es perfectamente inmanente. Ello no quita para que, desde otro punto de vista, se pueda decir igualmente que lo divino de los estoicos es «trascendente» no en relaci6n al mundo, sino en relaci6n alos hombres, en el sentido de que es radicalmente exterior y superior a ellos. Estos, efectivamente, lo descubren mara- villados, sobre todo si tienen algo de filésofos, pero en ab- soluto lo inventan o lo producen. Escuchemos lo que dice sobre esto Crisipo, quien fue- ra discipulo de Zen6n y el segundo de los directores de la escuela estoica: «Las cosas celestes y aquellas otras cuyo orden es invariable no pueden haber sido hechas por el hombre.» Cicer6én comenta estas declaraciones de los primeros estoicos ahadiendo: «El mundo debe ser sabio, y la natu- raleza, que abarca todas las cosas, ha de ser asi de excelen- te debido a la perfecci6n que emana de la raz6n (logos); de modo que el mundo es Dios y una naturaleza divina abarca el mundo en su conjunto.» Se podria decir, por tanto, que lo divino, segiin los estoi- cos, es la «trascendencia en la inmanencia». Ahora com- prenderemos mejor por qué se afirma que la theoriaes la contemplaci6n de las «cosas de naturaleza divina» que, sin dejar de pertenecer al mundo de lo real, no son en ab- soluto ajenas al Ambito de la actividad humana. De paso me gustaria que tomaras nota de una idea dificil sobre la que volveremos mas tarde para intentar entenderla mejor, pero que ya puedes retener en algtin rincén de tu ca- beza: la theoria de la que nos hablan los estoicos nos desvela, como se suele decir, lo mas perfecto y lo mas real—lo mas 49 APRENDER A VIVIR divino en sentido griego— del mundo. Lo mas real, lo mas esencial de la descripcién del cosmos es su ordenacién, la armonia que emana de él, y no, por ejemplo, el hecho de que en algunos momentos apreciemos en él defectos, como puedan ser los monstruos 0 las catdstrofes naturales. Esta es la razon por la que la theoria que nos descubre todo y nos dota de los medios necesarios para comprenderlo es, a la vez, lo que los fil6sofos Namaran mas tarde ontologia (una doctrina que define la estructura o la esencia mas intima del Ser) y una teoria del conocimiento (un estudio sobre los medios intelectuales a través de los cuales podemos alcanzar cierto conocimiento del mundo). Lo importante es que retengamos que la theoria filos6fi- ca, entendida en este doble sentido, no es reducible a una unica ciencia concreta como la biologia, la astronomia, la fisica o la quimica. Porque, si bien recurre continuamente a las ciencias positivas, en si misma ni es una ciencia expe- rimental, ni su ambito de estudio se limita a un drea con- creta. De este modo, no se interesa sélo por los seres vivos como la biologia, o por los planetas como la astronomia, ni siquiera exclusivamente por la materia inanimada como la fisica, sino que intenta aprehender la esencia 0 la estruc- tura mas intima de la totalidad del mundo. Sin duda, se trata de una tarea muy ambiciosa que incluso puede pare- cer algo utdpica, teniendo en cuenta lo que le exigimos a la ciencia hoy en dia. Pero la filosofia no es una ciencia mis entre otras y, aunque deba tener en cuenta las solucio- nes aportadas por otras disciplinas, su objetivo principal no pertenece al Ambito de lo cientifico. Lo que busca no son s6lo datos objetivos, pretende dar cuenta del orden del mundo que nos rodea, de los elementos que nos per- miten inscribir nuestra existencia en él. Resulta muy dificil entender todo esto en el estadio en que nos encontramos. Por el momento puedes dejar a un 50 UN EJEMPLO DE FILOSOFIA ANTIGUA: EL AMOR A LA SABIDURIA SEGUN LOS ESTOICOS lado estos aspectos, pero tendremos que volver sobre ellos para precisar mejor la naturaleza de las diferencias que existen entre la filosofia y las ciencias exactas. Sea como fuere, tengo la certeza de que empiezas a apreciar por ti mismo que esta theoria de la que hablamos, en contra de lo que ocurre con las ciencias modernas (que en principio se consideran «neutrales», en el senti- do de que describen lo que es y no lo que deberia ser), tendra repercusiones prdacticas en el plano moral, juridi- coy politico. En efecto, es evidente que la descripcién del cosmos que acabamos de evocar no puede dejar indife- rentes a los hombres que se preguntan por la mejor for- maa de vivir nuestras vidas. IL. Evica: UNA FORMA DE JUSTICIA QUE ADOPTA COMO MODE- LO EL ORDEN COSMICO ¢Qué tipo de ética corresponderia a esta theoria que he- mos descrito brevemente? Sobre la respuesta no cabe duda alguna: la que nos per- mita unirnos o ajustarnos al cosmos; ésta es a los ojos de los estoicos la consigna de toda acci6n justa, el principio mis- mo de toda moral y de toda politica. Porque la justicia es, ante todo, rectitud, ajuste. Al igual que un ebanista o un constructor de violines ajustan una pieza de madera en un contexto mas amplio (en un mueble o en un violin), lo mejor que podemos hacer es esforzarnos por encajaren el seno del orden armonioso y bueno que nos desvela la theo- ria. Lo que, de paso, te permite comprender el sentido que tiene la actividad teGrica para los fildsofos. Como pue- des apreciar, no adquieren el conocimiento desinteresada- mente, sino que inmediatamente intentan elaborar a par- tir de é] una ética. 51 APRENDER A VIVIR Este es el motivo por el que las escuelas filos6ficas de la epoc al contrario de lo que sucede hoy en nuestros cole- jos O €n nuestras universidades, dan menos importancia alos discursos que a los actos, alos conceptos que al ejerci- cio de la sabiduria. Te voy a contar una pequena anécdota para que com- rendas bien lo que quiero expresar. Antes de que Zenon Pindara la escuela estoica existia en Atenas otra en la que Jos estoicos se inspiraron mucho: la de los cinicos. Actual- mente, en lenguaje coloquial, la palabra cénico tiene una connotacion peyorativa. Decir de alguien que es un cinico es tanto como afirmar que no cree en nada, que es una ersona que carece de principios, a la que los valores le im- ortan un comino y que no respeta a los demas. Pero en su momento, en el siglo ma. C., no era asi en absoluto y se consideraba a los cinicos unos moralistas muy exigentes. El origen del término es gracioso: deriva directamente dela palabra griega perro. Y me dirds, zqué relacié6n puede existir entre un perro y una escuela centrada en la sabidu- sia filos6fica? Hela aqui: los filésofos cinicos se regian por un principio fundamental, el de intentar vivir sus vidas en funcion de la naturaleza y no de las convenciones sociales artificiales de las que no paraban de mofarse. Una de sus actividades favoritas consistia en fastidiar a las buenas gen- tesen la calle, en las plazas de mercado, en burlarse de sus creencias, como diriamos hoy en «escandalizar a los bur- ses. Esta es la razén por la que se les comparaba con esos perrillos que nos mordisquean las pantorrillas 0 se po- nena ladrar entre nuestras piernas para molestarnos mas. Asi, se decia que los cinicos —sobre todo uno de sus re- presentantes mas eminentes, Crates, el que precisamente fuera maestro de Zenén— obligaban a sus discipulos a multiplicar los ejercicios practicos, instandolos a no hacer caso del «qué diran» para centrarse en la misi6n esencial 52 UN EJEMPLO DE FILOSOFIA ANTIGUA: FL AMOR A LA SABIDURIA SEGUN LOS ESTOICOS de vivir de acuerdo al orden césmico. Por ejemplo, se les pedia que tiraran al suelo, en la plaza del mercado, un pez muerto atado a una correa. Como podras imaginar, el desgraciado abandonado a este tipo de bromas se conver- tia inmediatamente en el blanco de todas las burlas y de todas las pullas. Pero, como se solia decir, «le servia de lec- ci6n». ¢Para aprender qué? Precisamente a no preocupar- se de la opinién de los demas a la hora de actuar, para que pudiera tener lugar lo que los creyentes Ilaman muy ade- cuadamente una «conversi6n»: en este caso no una con- version a Dios, sino a la naturaleza césmica de la que la lo- cura humana nunca nos debe apartar. Crates mismo, haciendo gala de un estilo diferente (pero igualmente conforme a la naturaleza), no dudaba en ha- cer el amor en publico a su esposa Hiparquia, y, al igual que ocurriria hoy, la gente se quedaba atonita. Pero, por muy extrano que pueda parecerte esto, es el resultado di- recto de adoptar lo que podriamos denominar la «ética cosmoldgica»: la idea de que la moral y el arte de vivir en general deben adecuar sus principios a la armonia que re- gula todo el cosmos. Ahora comprender4s por qué, para los estoicos, la theoria resultaba ser la primera de las disci- plinas que habia que practicar; como es légico, las conse- cuencias que se podian extraer de ello no eran en absolu- to despreciables. Cicer6én, haciéndose eco de los estoicos, explica este punto muy bien en otro de sus libros, titulado Del supremo bien y del supremo mal (III, 73): Pues quien desee vivir de acuerdo con la naturaleza debe partir del estudio de todo el mundo y de su gobierno. Nadie puede juzgar rectamente sobre los bienes y los males sin ha- ber conocido antes todos los principios que rigen la natura- leza e, incluso, Ja vida de los dioses y si esta o no de acuerdo 53 APRENDER A VIVIR la naturaleza del hombre con:la universal. En cuanto a los viejos preceptos de los sabios que ordenan obedecer el tiem- po, tomar por modelo a la divinidad, conocerse a uno mis- mo y evitar todo exceso, nadie puede comprender sin ayuda de la fisica qué valor tienen (y lo tienen grandisimo). ¥ tam- bién cuanto sirve la naturaleza para cultivar la justicia y para conservar la amistad y los demas afectos; sdlo esta ciencia puede ensefiarlo. Todo ello porque, segtin Cicerén, la naturaleza es «la mis bella de las normas>. Ahora podras comprender hasta qué punto esta visi6n. antigua de lo que son la moral y la politica se encuentra en las antipodas de lo que pensamos hoy al respecto en nuestras democracias, en las que se supone que es la vo- luntad de los hombres, y no el orden natural, la que debe primar sobre cualquier otra consideracién. Esta es la ra- z6n por la que hemos adoptado el principio de mayoria para elegir a nuestros representantes e incluso para esco- ger y elaborar nuestras leyes. Por otra parte, tenemos se- rias dudas sobre el hecho de que la naturaleza sea «bue- na». En el mejor de los casos, siempre que no nos regale un huracan o un tsunami, se ha convertido para nosotros en. una materia neutra, ni buena ni mala en si misma desde el punto de vista moral. Para los antiguos, no es ya s6lo que la naturaleza estu- viera detras de todo lo bueno, sino que, al margen de ella, quedaba en nada la voluntad de una mayoria de seres hu- manos llamados a decidir sobre el bien y el mal, sobre lo que es justo 0 injusto, puesto que entendian que los crite- rios que nos permiten discriminar entre unas cosas y otras derivan todos de un orden natural exterior y superior a los seres humanos. En lineas generales, lo bueno es lo que se ajusta al orden césmico, lo queramos 0 no, y lo malo es lo 54 UN EJEMPLO DE FILOSOFIA ANTIGUA: EL AMOR A LA SABIDURIA SEGUN LOS ESTOICOS contrario, nos guste o no. Lo esencial es ajustarse, mediante la practica, a la armonia del mundo, a fin de encontrar el sitio justo que el Todo nos ha asignado a cada cual. Si quieres comparar esta concepcién de la moral con cualquier otra que pudieras conocer y que atin se dé en nuestras sociedades, piensa en la ecologia. En efecto, para los ecologistas (y aqui parten, sin saberlo, de algu- nas ideas de la Antigiedad griega) la naturaleza es un todo armonioso que a los humanos interesa respetar ¢ incluso, en ciertos casos, imitar. En este sentido se habla no del cosmos, pero si de conceptos como la bioesfera 0 los ecosistemas. Como dijera un fil6sofo aleman, gran tedrico de la ecologia contempordanea, Hans Jonas: «Los fines que debe perseguir el hombre residen en la natu- raleza». Lo que dicho de otra manera viene a significar: los objetivos que deben proponerse los seres humanos en el plano de lo ético estan inscritos (como lo estaban en el pensamiento de los estoicos) en el orden mismo del mundo. De modo y manera que el «deber ser» —es de- cir, lo que conviene hacer desde el punto de vista mo- ral— nunca esta al margen del ser, de la naturaleza tal y como es. Como ya dijera Crisipo unos veinte siglos antes que Jonas: «No existe otro medio, o al menos no uno mas apropiado, para Negar a la definicién de las cosas bue- nas o malas, de la virtud 0 la felicidad, que el partir de la naturaleza comun y de la norma que rige el mundo». Proposicién que Ciceré6n comenta a su vez en los si- guientes términos: a algunos hombres ilustres como Hércules 0 Esculapio: puesto que sus almas «sobrevivian y gozaban de la eternidad, con razén se les ha tenido por dioses, pues eran 6ptimos y eternos»®, ¥ dicho esto, la tarea no resulta nada sencilla, pues si —como comprobaras enseguida— la filosofia quiere ge- nerar una teoria de la salvaci6n fundamentada en el ejer- cicio de la raz6n y no simplemente aspirar a la sabiduria, sino ayudarnos a vencer los miedos y asi hacer hueco a la 61 APRENDER A VIVIR sabiduria en si, es preciso que se encarne en algun tipo de ejercicios practicos. La verdad es que s6lo asi la doctrina de la salvacién ad- quiere un sentido real y abre una nueva dimension. Si he de ser sincero, a mi no me convence del todo la respuesta estoica y podria, de ser necesario, formular algunas criti- cas a su postura. Por lo demas, estas objeciones se hacian ya en tiempos de los propios estoicos. Pero en esta presen- tacion de los grandes momentos de la filosofia, he preferi- do abstenerme de toda consideraci6n negativa, porque creo que antes de criticar es preciso comprender bien. Y, sobre todo, porque antes de «pensar por uno mismo» es imprescindible cultivar la humildad de «pensar a través de otros», con ellos y gracias a ellos. Ahora bien, hay que reconocer, aunque yo no sea estoi- co y no comparta sus formulaciones, que representa un esfuerzo grandioso y que las respuestas que intenta apor- tar son impresionantes. Esto es lo que, llegados a este punto, quisiera mostrar, trayendo a colacién algunos de los ejercicios pensados para adquirir sabiduria. Porque la filosofia, como su propio nombre indica, atin no es sabi- duria, sino sélo «amor» (philo)a la «sabiduria» (sophia). Y, en opinion de los estoicos, s6lo se puede pasar de un esta- dio a otro por medio de la realizacién de ejercicios con- cretos. Si la filosofia debe culminar en una doctrina de la salvacién y si aquello que debemos superar ante todo son los miedos ligados a la finitud, es preciso orientar todos estos ejercicios hacia la supresién de la angustia, razén por la que considero que conservan atin hoy un inestima- ble valor, incluso para quien, por lo demas, no comparta los puntos de vista de los estoicos. Pero mejor juzga por ti mismo. 62 UN EJEMPLO DE FILOSOFIA ANTIGUA: EL AMOR A LA SABIDURIA SEGUN LOS ESTOICOS Unos qercicios de sabiduria para poner en practica de forma concreta la busqueda de salvacién Se refieren sobre todo a nuestra relacién con el tiem- po, puesto que, evidentemente, es en él donde anidan las angustias que alimentan los remordimientos y las nostal- gias relacionadas con el pasado, pero también las espe- ranzas y los proyectos que uno quiere inscribir en el futu- ro. Resultan tanto mas interesantes y significativos en la medida en que vamos a reencontrarnos con ellos, bajo distintas formas, alo largo de toda la historia de la filoso- fia. De hecho, estan presentes en el pensamiento de otros importantes autores muy alejados de los estoicos, en Epi- curo y Lucrecio, pero también en Spinoza y Nietzsche, e incluso en tradiciones totalmente distintas a la de la filo- sofia occidental, como el budismo tibetano. Yo voy a limi- tarme a hablar de cuatro variantes, pero debes saber que hay muchas mas que tratan la cuesti6n de c6mo llegar a fundirse en el Todo césmico. Los dos grandes males: el lastre del pasado y los espejismos del futuro Empecemos por lo esencial: segtin un planteamiento apenas esbozado en el prélogo de este libro (lo que no implica que no estuviera destinado a pasar a la posteri- dad), los dos mayores males que pesan sobre la existencia humana (en opinion de los estoicos), los dos frenos que nos bloquean y nos impiden acceder a un desarrollo com- pleto son la nostalgia y la esperanza, el apego al pasado y la preocupacién por el porvenir. Hacen, sin cesar, que nos perdamos el instante presente, nos impiden vivir plena- mente. Se podria decir que, desde este punto de vista, el 63 APRENDER A VIVIR estoicismo est4 detras de uno de los aspectos probable- mente mas profundos del psicoanalisis: aquel que analiza cémo quien acaba siendo prisionero de su pasado nunca sera «capaz de disfrutar ni de actuar», como dice Freud. Esto significa, entre otras cosas, que la nostalgia de los pa- raisos perdidos, de los goces y sufrimientos de la infancia, tienen en nuestras vidas un peso mucho mayor del que se les reconoce. Esta es, sin duda, la primera de las convicciones que halla expresi6n practica mas alla del entramado tedrico de la sabiduria estoica. Marco Aurelio la formula al inicio del libro XII de sus Meditaciones, probablemente mejor de Jo que lo haria cualquier otro: Todas aquellas cosas a Jas que ansias Hegar dando un ro- deo puedes tenerlas ya si no te las escatimaras a ti mismo. Esto es, si abandonases el pasado y confiaras el futuro a la providencia y dirigieras el presente sélo a Ja piedad y a lajus- ticia. A la piedad, para que ames la parte que te ha tocado, pues la naturaleza te la trajoa tiya tia ella. A lajusticia, para que libremente y sin retorcimientos digas la verdad y actiies conforme ala ley y al valor. Para poder salvarnos, para acceder a la sabiduria que esta por encima de la filosofia, resulta imperativo apren- der a vivir sin miedos vanos ni nostalgias superfluas, lo que supone que uno debe dejar de vivir en dimensiones temporales que, como el pasado y el futuro, no tienen existencia real alguna, para atenerse, en la medida de lo posible, al presente: Que no te confunda la reflexién sobre la vida entera. No andes cavilando en cuales y cudntas cosas penosas es de creer que te han de pasar, sino que a la vista de cada una de las 64 UN EJEMPLO DE FILOSOFIA ANTIGUA: EL AMOR A LA SABIDURIA SEGUN LOS ESTOICOS presentes preguntate a ti mismo qué parte de la tarea es in- tolerable e insufrible. [...] Luego, acuérdate de que ni el fu- turo ni el pasado te pesan, sino el presente siempre’. He ahi la raz6n por la cual hay que aprender a desem- barazarse de esas cargas extrahamente ancladas en dos simbolos de la nada. Marco Aurelio insiste en ello: Recuerda que cada cual vive el instante presente, el momento. El resto, 0 es pasado 0 un oscuro porvenir. Asi pues pocos entienden de la vida que realmente debemos afrontar, O como afirmaba también Séneca en sus Epistolas mora- les a Lucilio: Hay que guardarse de estas dos cosas: el miedo al porve- nir y el recuerdo de antiguos males. Estos tiltimos ya no me conciernen y el porvenir atin no me concierne®. A lo que podriamos afiadir, para ser mas exactos, que no son s6lo los «antiguos males» los que echan a perder la vida presente de quienes pecan de falta de sabiduria, sino que, paraddjicamente, pueden incluso ser mas nocivos los recuerdos de los dias felices que hemos perdido irreme- diablemente y que «nunca volveran»: Never more. i Si has comprendido correctamente esta idea, entende- ras igualmente por qué, paradéjicamente, en contra de la opinion mas generalizada, el estoicismo ensefiard a sus discipulos a desprenderse de aquellas ideologias que con- ceden valor a la esperanza. 65 APRENDER A VIVIR «Esperar algo menos, amar algo mas» Un filédsofo contempordneo, André Comte-Sponville, ha sefialado correctamente que en este punto el estoicis- mo se aproxima a uno de los temas mas sutilmente trata- dos por la sabiduria oriental, en especial por el budismo tibetano: la esperanza (la idea de que no se puede vivir sin esperanza) es, en contra de lo que ya es un lugar comun, la mayor de las infelicidades. Porque por su misma natu- raleza pertenece al orden de la carencia, de la tensi6n crea- da por la insatisfacci6n. Vivimos constantemente en el seno de la dimensién de un proyecto, precipitandonos tras objetivos localizados en un futuro mas o menos lejano, y creemos, suprema ilusi6n, que nuestra felicidad de- pende de que podamos alcanzar esos fines —poco impor- ta que sean mediocres o grandiosos— que nos hemos au- toimpuesto. Comprar el tltimo MP3 que ha salido al mercado, una camara de fotos mas potente, tener una ha- bitaci6n mas hermosa, una moto mas moderna, seducira alguien, llevar a cabo un proyecto, crear una empresa del tipo que sea: todas y cada una de las veces caemos ante el espejismo de una felicidad aplazada, de un paraiso por construir, en este mundo o mas alla. Olvidamos que no existe otra realidad que la de aqui y ahora, y que esa extrafia huida hacia delante seguramente nos hard fracasar. Casi todos los dias experimentamos do- lorosamente cémo un objetivo alcanzado nos deja indife- rentes cuando no decepcionados. Como esos ninos que abandonan sus juguetes nuevos al dia siguiente de Navi- dad, la posesi6n de bienes que hemos deseado ardiente- mente apenas nos hace mejores o mas felices que antes, pues las dificultades de la vida y la tragedia de la condici6n humana permanecen inalteradas y, segtin la famosa f6r- mula de Séneca, «mientras se espera vivir, la vida pasa». 66 UN EJEMPLO DE FILOSOFIA ANTIGUA: EL AMOR A LA SABIDURIA SEGUN LOS ESTOICOS Esta es la lecci6n de Perrette, si te acuerdas de la famo- sa fabula de La Fontaine. El cantaro de leche no se rompe slo por razones anecdéticas, sino porque el tipo de fan- tasma al que da vida Perrette jamas puede llegar. Es como cuando jugamos a imaginar que somos millonarios: que hemos ganado la loteria y que, por tanto, vamos a com- prar esto o aquello, o que daremos una parte al tio Juan o ala tia Ninette, que parte la destinaremos a obras de be- neficencia, o que haremos un viaje. Y después, ¢qué? Al fi- nal siempre es la tumba lo que se perfila en el horizonte, y uno comprende rapidamente que la acumulacién de to- dos los bienes materiales posibles e imaginables, aunque no se deba tampoco ignorar este aspecto (no seamos hi- pocritas, como dice‘el chiste: el dinero ayuda al menos a soportar la pobreza), no arregla nada esencial. Por eso, segtin un célebre proverbio budista, hay que aprender a vivir como si el instante mds importante de tu vida fuera el que estas viviendo en este mismo momento y las personas que mas contaran fueran las que tienes de- lante. Porque el resto simplemente no existe, el pasado yano esy el futuro no es aun. Las dimensiones tempora- Jes no son sino realidades imaginarias que nos echamos a la espalda para convertirnos en esas «bestias de carga» de las que se mofaba Nietzsche y asi perder mejor «la inocen- cia del devenir» y justificar nuestra incapacidad para lo que Nietzsche denominaba (muy en la linea de los estoi- cos) el amor fati, el amor a lo real tal como es. Felicidad perdida, felicidad por venir pero, de resultas de esto, pre- sente huidizo, reenviado a la nada cuando se trata de la unica dimensi6n real de la existencia. Epicteto utiliza este punto de vista para desarrollar una de las cuestiones mas famosas del estoicismo en sus Diser- taciones, una cuesti6n de la que no te habia hablado toda- via porque sdlo ahora dispones de todos los elementos 67

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