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ESPEJO DE PACIENCIA (1604-1608): HISPANIDAD E INSULARIDAD ENRIQUE Sainz Instituto de Literatura y Lingtistica de la Academia de Ciencias de Cuba EN cL PRIMER TEXTO CoNocIDO de Ia literatura escrita en Cuba, Espejo de paciencia, de fecha incierta entre 1604 y 1608, aparecen elementos distintivos de un modo de ser, diferente de sus fuentes nutricias hispanas. El autor del poema, nacido en Canarias en 1563, radicado en Cuba probablemente después de 1592 y antes de 1595 y fa- llecido casi seguro en Puerto Principe—hoy provincia cubana de Camagiley—, donde vivié muchos afios, formaba parte de la burocracia y tenfa amigos con aficiones literarias, con los que integraba un grupo singularisimo en el momento por sus gustos e inquietudes, visibles en los sonetos y en el poema épico que nos legaron. Mucho antes, en 1544, el canénigo Miguel Vel&zquez, mestizo nacido en Cuba, habia dicho en una carta de la que sélo se conserva esta tniva linea, tefiriéndose a la Isla en su condicién de colonia: “Triste tierra, como tierra tiranizada y de sefio- rio”, uno de los primeros destellos de una conciencia criolla que se duele del drama de la Historia y que al mismo tiempo Ja siente en su propia sustancia vital. Para Balboa las cosas eran diferentes: ito habia nacido en Cuba. No obstante, los afios de permanencia lo identificaron con sus costumbres, paisajes y modos de vida, de manera que lleg6 a hacer suyo un estilo, una manera de ser. Entonces era practica comin el comercio de contrabando, respuesta de los habitantes de la colonia a las, férreas imposiciones de la metrépoli, severas no sélo en materia econémica. Eran frecuentes los ataques de piratas, con quienes se llevaba a cabo el intercambio ilegal. La politica de saqueo y de enriquecimiento que practicaban los gober- nantes, unida a lo que acabamos de sefialar, fue desarrollando entre los criollos y los espafioles radicados en la Isla en posiciones ajenas al poder politico de las altas, esferas, un sentimiento natural de otra realidad. Cuba era de Espafia, pero era al mismo tiempo un territorio que ya habia comenzado a adquirir sus propios perfiles culturales, su idiosincrasia. Como tierra nutricia para la vida material y la vida del espiritu, la Isla se integraba de manera esencial con sus habitantes permanentes, verdaderos hijos que sentian sus tierras como una patria en continuo hacerse. 126 Enrique Satna, Silvestre de Balboa y sus amigos sonetistas (Pedro de la Torre Sifuentes, natural y vecino de Puerto Principe; Cristébal de la Coba Machicao, natural y vecino de la misma villa; Bartolomé Sanchez, del mismo lugar; Juan Rodriguez de Sifuentes, regidor en dicho poblado y nacido en Bayamo, en la regién oriental de Cuba; Alonso Heméndez el Viejo, natural de Canarias, y Lorenzo Laso de la Vega y Cerda, probablemente insulano también) estaban hondamente enraizados en la vida burocritica y econémica de Cuba, hasta identificarse con sus problemas € incertidumbres de un modo sustancial, vital, mas allé de los intereses puramente materiales. Es muy ostensible en los sonetos y en el poema épico un gustoso senti- miento de amor a la tierra que, madre natural 0 no, conforma el centro de la vida afectiva de esos poetas. Veamos uno de los textos, ingenuo y al mismo tiempo purisimo en su fervor célido por la belleza de Cuba, escrito segin los canones de una ret6rica de época, pero trascendente en su entraftable mirada y en la jubilosa alabanza del que siente su propio paisaje, experiencia en la que esté el inicio de un sentimiento de cubania que por entonces se expresa desde la sensibilidad criolla, Dice asi el soneto de Lorenzo Laso: Dorada isla de Cuba 0 Femandina, de cuyas altas cumbres eminentes bajan a los arroyos, rlos y fuentes el acendrado oro y plata fina, sil dulce canto y misica divina de aquel que vio las infemnales gentes, Jas penas suspendié tan diferentes, y movié a compasién a Proserpina; ‘con cwinta mas raz6n, Isla dichosa, cstdis vos dando al orbe admiracion con este nuevo Homero y fértil yedra, pues su dulzura‘os hace ms famosa que aquella a quien la lira de Anfién hizo los mutos de ladrillo y piedra, En Ja alabanza al amigo esté actuante una concepcién de fa insularidad que nos distingue como nacién, en esos momentos vista slo como paisaje y como entomo vital, y desde el siglo XIX como patria, con el rango de cubanta que le dieron los luchadores por la independencia, con Heredia como primer representante entre los escritores. Las maneras y el estilo de la lirica castellana renacentista conforman * Para lo detalles referentes a Balboa y los sonetistasy, cn general as distntas problematicas de esos textos, vase Enrique Sainz, Silvestre de Balboa y la theratura Cubana (La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1982), eon una, cextensabibliografa al final ESPEIO DE PACIENCIA: HISPANIDAD & INSULARIDAD 127 el texto y le dan cuerpo en tanto escritura; la conceptualizacién es de raiz criolla, propia de un hombre que habiendo nacido o no en Ia Isla ta percibe y la siente como suya en una dimensién ontolégica profunda. En los seis sonetos vemos la naturaleza insular engrandecida por el mito, herencia del espititu neoclasico del que se nutren estos poetas, pero al mismo tiempo observamos el sentido de la insularidad, inquie- tud propia de ese instante de la formacién de una conciencia de si. Ahi se encuentra, de un modo incipiente, el acd que en nuestro siglo Carpentier opone al allé europeo y que Lezama distingue en el sustancioso didlogo que sostiene con Juan Ramén Jimé- ez en 1937, cuyo niicleo sustentador est en este grupo encabezado por Balboa. Atentos ahora a Espejo de paciencia, es necesario detenerse en algunas cuestiones importantes. La primera es su asunto 0, para ser més exactos, su argumento: el secuestro del obispo fray Juan de las Cabezas Altamirano y del canénigo Puebla por el pirata francés Gilberto Girén, quien demanda un rescate en viveres y en dinero; la devolucién del obispo; la batalla de Gregorio Ramos y sus hombres contra Girén y su tropa para castigar la afrenta con la consecuente muerte del insigne y temido francés a manos del negro esclavo criollo Salvador Golomon, héroe del poema, y finalmente la celebracién por el triunfo y la restauracién del orden. Como en Ios sonetos laudatorios que lo acompafian, en el texto mayor esta presente la tradicién greco-latina renacentista y es facilmente perceptible una influencia directa de la poesia castellana del siglo XVI, presente en Balboa no sabemos por qué fuentes ni desde qué aftos de su vida. En la concepcién general de la obra hallamos et espiritu hispanico en el centro mismo de su dinamica como un. elemento de primer orden. Acaso el mds relevante rasgo de hispanidad en el poe- ma sea su eticismo de raiz estoico-cristiana, evidente ya desde el titulo, en el que Lezama y Vitier? ven un gran seftorio. Balboa se propone escribir un texto en cierto sentido pragmatico, de ética cotidiana, que descansa en la vida ejemplar de Ca- bezas Altamirano, a quien se presenta como encarnacién de las mas altas virtudes frente a las adversidades. Pero veamos algo més: el espiritu hispanico lo encon- tramos asimismo en la oposicién que en las estrofas enfrenta a los insulanos con el enemigo francés, llamado hereje por antitesis con el catolicismo del prelado y de Ramos, adversario-del pirata. En las escenas de batalla, que van desde el verso 793 hasta el 960, hay una fuerza tipicamente heroica con la que nos identificamos en la medida en que somos hijos de Espafia, por ese modo de acometer el combate, por las descripciones y Ja interrelacién que se establece entre accién y ética, Vitier apunta, en su formidable estudio introductor a la edicién de Espejo de paciencia 2 José Lezama Lima (1954), “Introduccion a un sistema poe México, DF, Aguilar, 1977, p. 393-427, Las afusiones a (1960), “ispejn de paciencia en su Critica cubuna. La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1988, p. 24 "en sus Obras compleias. Tomo H. Ensayos/ eventos Lypejo dle paciencia estén en la pagina 410. Cintio Vitier 278, 128, Bxaique Sainz que publicé en 1962 por la Universidad de Las Villas, Cuba, que Ramos y Giron quedan caracterizados, y con ellos sus respectivos estilos frente a la muerte, con una frase reveladora en la que esta, en el caso de Ramos, la hispanidad toda. El comba- tiente insulano exhorta a sus hombres de esta manera a luchar contra e] enemigo, diciéndoles reiteradamente al final de cada arenga: ‘Que un buen morir cualquier affenta dora (ov. 728, 736, 744 y 752) en tanto que el usurpador dice a los suyos: ‘Que con Ia vida al fin todo se alcanza {wv, 896, 994, 942 920) Muerte y honor en la sensibilidad hispdnica frente at hedonismo francés. Las armas y el valor al servicio de Dios en estos versos que parecen extraidos de un poema épico espafiol en el que se cante la reconquista: Esta causa ¢s de Dios; si les servido «qué le sactifiquemos nuestra vide, qué mejor ocasion que la de ahora? ‘Que un buen morir cualquier affenta dora, (ov. 149-752) Ese cristianismo militante en defensa de la justicia es el ethos de una hispanidad que encontramos también en [a lirica. Tanto en el relato épico como en. el intento de salvaguardar ante las autoridades reales Ia persona de Cabezas Altamirano, re- presentante de la Iglesia Catdlica, hay factores sustanciales de la cultura espaftola. Ahi esté igualmente, sin embargo, el rasgo mayor de lo que podrfamos lamar la insularidad del poema, su idiosincrasia otra. En la figura misma del obispo y en los hechos narrados hay un enmascaramiento. El texto fue escrito para satisfacer una peticién que Cabezas Altamirano hiciera a Balboa, segin nos refiere el propio poeta en la “Carta dedicatoria”, donde dice: Acuérdome, Principe limo., que partiéndose V. S. de esta villa (Puerto Principe] para ta del Bayamo, me dio unas justas quejas casi reprendiéndome del descuido de ‘no haberle mostrado alguna cosa de esta pequetia gracia que Dios me comunic6.* » Silvestre de, Balboa (1608), “Cara dedicateria", en su Fspejo de paciencia. Bdici6n facsimil y erica a cargo de io Vitier.“Presentacién” y “Prélogo” de Cintio Vitir. “Estudio ertico” por Felipe Pichardo Moya, Apéndice I Voces exianas, I: Documentos referents al obispo Cabezas. Apéndice Ill: Documentos referentes a Sil- vestre de Balboa, Apéndice IV: Cartas « Af Mundo, Bibliogafia, La Habana, Publicacién de la Comision Nacional ubana de la UNESCO, 1962. ESPEIO DE PACIENCLA: HISPANIDAD & INSULARIDAD 129 {Acaso el obispo le sugirié a Balboa que relatase los hechos del secuestro en la forma que lo hizo para proteger su prestigio ante sus Majestades en relacién con las prohibiciones referentes al contrabando? Un serio y acucioso investigador cu- bano, César Garcia del Pino, expone criterios' muy desfavorables acerca de Cabe- zas Altamirano, a quien hace participe del comercio ilegal, del que, segiin su tesis, habria obtenido la estimable fortuna que posefa al terminar sus labores en Cuba, a donde habia llegado pobre. Digna de mencién es ahora la carta que Cabezas envia al Rey, de fecha 2 de julio de 1604, en la que relata los acontecimientos de los que fue protagonista pasivo, con total semejanza en lo esencial con Espejo de paciencia.’ De ser cierta la sospecha apuntada, Balboa escribié estas estrofas no s6lo para satisfacer la curiosidad de su amigo, sino ademas para contribuir a con- formar una imagen ante la mirada censora de la maxima autoridad de la metrépoli, de quien podia venir un castigo ejemplar. De acuerdo con esa tesis, no sélo serian falsas la inocencia y la pureza del obispo, sino también la fidelidad de los insulanos a la Corona y, probablemente, los motivos del enfrentamiento armado, que no seria cl de castigar la afrenta del secuestro, sino el ajuste de cuentas por alguna irregularidad de los piratas en las transacciones comerciales. Otra investigadora, Yolanda Aguirre’, sugiere que quizds los bayameses permiten que Cabezas Alta- mirano sea secuestrado para que, al verse asistido por los insulanos, fuese indul- gente con ellos en el castigo que habria de aplicarles por su reciente rebelién contra Sudirez de Poago; ello haria comprender al sacerdote la necesidad de practicar el comercio clandestino, aun incurriendo en desacato de las disposiciones metropoli- tanas, De ser cierta esa interpretacién, Cabezas Altamirano seria inocente de las acusaciones que le hace Garcia del Pino. En ambos casos hay una voluntad de enmascaramiento por parte de Balboa. Hay que sospechar, con no poco funda- mento, que el autor hiperboliza las acciones militares contra Girén. Nos incli- namos a pensar que la victoria no pudo ser tan rotunda y aplastante, pues los secuestradores eran experimentados combatientes, valerosos como los mejores hombres de armas de cualquier época y latitud. La épica, como sabemos, es un género paradigmatico o, para ser més exactos, de paradigmas, y esté en su natura- leza cierto sentido sublimante, ejemplificador; en el caso de Espejo de paciencia hay argumentos sélidos para hablar de un encubrimiento en defensa de intereses contrarios a los del poder establecido. Suarez de Poago habia sido enviado por el gobernador Pedro de Valdés hasta la lejana villa de Bayamo para castigar a los “Esti recagidos en su trabajo “El cbispe Cabezas, Silvestre de Balboa y los contrabandistas de Manzanillo”, en Revista de ta Biblioteca Naciowal José Mari. a Habana, a. 66, 3a, época,n. 17 (2), p. 13-54, mayo-agosto 1975. + La carta fue publicada por Yost Maria Chacé y Calvo en EI primer pooma escrito en Cuba, Documentos inédios _eferentes ol obispo Fray Juan de las Cobezas (Dela Revista Aniliana), La Habana, lnp. Maza, Arroyo Caso, 1922. * Yolanda Aguitne, Arquitectura militar y conséracclon naval en Cuba en fos siglos XVI y XVH (Hacer y razones de ver). Inédito | | 130 Exmioue Satvz, practicantes del comercio ilegal, pero encontré una verdadera sublevacién que no lo dejé ejercer exilosamente su misién, Todos los habitantes de la zona eran culpables de desacato, Ello nos dice que eran considerables las contradicciones entre la Isla y Espafia. El canto de exaltacién que escribe Balboa nos parece, a la luz de los hechos de la historia, un modo de preservar la prictica ilegal, una obra que en definitiva pretende subvertir el orden impuesto, rasgo importante de todos los que integran lo que podemos llamar la conciencia de la insularidad. Esa contra- diccién, esa diferencia entre Cuba y Espaifa, enriquecida y ahondada dos siglos y medio ms tarde hasta desembocar en la primera guerra por la independencia en 1868, es entonces, a la altura de 1608, un sustancial modo de expresién de la sensibi- lidad criolla. Lo que denominamas insularidad es un modo propio de ser espafiol, una forma de la otredad que es América, En el paisajismo o canto al entomo y en Ia integracién étnica que nos muestra el poema hay otros signos de esa nueva entidad que era !a Cuba de entonces por contraste con la peninsula, No puede hablarse en propiedad de una concepcién del paisaje en los inicios del siglo XVII, cuando el romanticismo no estaba ni en sus antecedentes, Esa presencia de la naturaleza en Espejo de paciencia es una exalta- cin que ain no constituye una individualidad en tanto nacién, pero s{ una muestra de amor a la tierra y, por ello, uno de los elementos fundamentales del espiritu criollo del texto. En los sonetos verios —ya lo seftalamos— ta magnificacién de la Isla por sus gracias naturales, dones que ia distinguen y engrandecen. Los criticos y comentaristas de los poemas laudatorios y de las estrofas de Balboa han sefialado la presencia del entorno natural como una de sus caracteristicas distintivas en com- paracién con paginas homélogas escritas en América en esos afios, mas librescas que las de Balboa segiin esos estudiosos.’ Por supuesto que esa afirmacién ha- bria que corroborarla con un estudio detenido, cuidadoso, de las fuentes de esos autores, en nada impedidos de asimilar e1 mundo americano como lo pudo hacer el poeta del que ahora nos ocupamos. En efecto, sin negar la impronta literaria en Espejo de paciencia —ahi estén las numerosas influencias posibles: Garcilaso: la Primera parte de las flores de poetas ilustres de Espaha (1605), ordenada por Pedro de Espinosa; el canario Cairaseo de Figueroa, autor de Templo militante (1603); Juan de Castellanos con su Elegias de varones ilustres de Indias (1a. parte, 1589); Alonso de Ercilla con La Araucana (1559-1589); Laso de la Vega con Cortés valeroso (1588); Pedro de Ofia con su Arauco domado (1591); Luis Ba- rahona de Soto con Las lagrimas de Angélica (1586), resulta reveladora la sim- patia actuante que percibimos en las risticas estrofas de esta obra cuando se refiere a las fuerzas naturales. En esos instantes, principalmente los versos 473 a 552, en 1 Bn especial Pichardo Moya y Vitieren los trabajos citados en ta nota 3. LESPES0 DE PACIENCIA: HISPANIDAD E INSULARIDAD 131 los que se canta el regocijo de la naturaleza insular por el retorno del obispo des- pués que fue liberado por los piratas, se siente, junto al peso enorme de la tradicién greco-latina de la que se alimenta Balboa como buen hijo de su siglo, el entraffable arraigo de este poeta en la tierra cubana, En sus palabras no est movido sélo por necesidades econémicas, por el interés de mantener activa la practica del comercio ilegal, lo que lo mueve a enmascarar la verdad; esté ademas emocionado por su paisaje, por la sobreabundancia de su entomo, con el que ya esta afectivamente identificado. En la fascinacién por la belleza de la Isla hay un elemento comin entre Espejo de paciencia y e| Diario de Colén, otro texto que en alguna medida se sustenta en intereses no literarios ni sentimentales, No hay en Balboa pura geogra- fia o simple escenario en sus entusiastas escenas de alabanza a la naturaleza insular; en esos pasajes subyace un entusiasmo auténtico que por momentos puede ser percibido por los lectores como una genuina pasién viva, imbuido como estaba €] poeta —y con él sus amigos sonetistas— de lo que denominamos una sensibili- dad insular. No estén alli los recuerdos de Canarias ni citas mds o menos inspira das, sino el didlogo fructifero con una realidad diferente, pero que ya era tan suya como si se tratase de un criollo. Vitier habla, a propésito de los versos citados en lineas anteriores, de “un cierto orgullo de Jos dones naturales de Cuba [que] recorre el poema”, del “deseo, raro para la versificacién de la época, de acercarse a la flora y fauna de la Isla’, una experiencia hedonista en Balboa que constituye una nota criollista por excelencia, Ese es un antecedente de lo que serd el paisajeen Heredia, entonces con toda la fuerza que el romanticismo imprimié al témino, identificado con la Patria. En Balboa, atin lejos de esas identidades, hay sin em- bargo un sustantivo sentimiento de amor, més tarde devenido pasion libertaria, Es una distincién que diferencia a Cuba de Espafa en la percepcién del poeta. Los personajes de Espejo de paciencia constituyen otra rasgo significative de su criollismo, en primer lugar la ausencia de jerarquias en sus relaciones. Cuan- do se trata de defender sus intereses, esos hombres obvian sus diferencias de clases y se unen en la lucha, actitud que contrasta notoriamente con las practicas de la cultura dominante. El verdadero héroe del poema es un negro, Salvador Golomén, quien da muerte al pirata francés y se hace merecedor de dos estrofas altamente laudatorias. La descripcién objetiva de los integrantes de las tropas de Gregorio Ramos es de hecho una estimacién jerdrquica, aleanzada por cada uno gracias a su disposicién para el combate, al margen de una posible o incierta nobleza de sangre y de rango social que Balboa ni siguiera se cuestiona a la hora de escribir. Son retratos que no aluden a la estirpe ni a la historia familiar, sino * Cintio Vitier. Ob, cit, p. 263 on. 132 Enmague Sainz solamente al valor y la entrega de ese momento. Ramos llama “amigos” a los soldados que combatirén bajo sus érdenes, sin miramientos con las exigencias militares. En esas caracterizaciones que hace Balboa aparecen diferentes inte- grantes de la sociedad insular de esos aftos: blancos, aborigenes y negros. Al poner en riesgo sus vidas estn salvaguardando un estilo, un modo de ser propio que comienza a perfilarse. De donde quiera que fuesen naturales esos hombres, en su decisin de defender sus formas de vida nos dicen que son representantes de un espiritu criollo. Son fieles a Espafia en la medida en que esa fidelidad les permite adquirir una dimensién ontolégica propia. En Balboa y en los sonetistas, en Ramos y su tropa y en Cabezas Altamirano y el canénigo Puebla hay un gratisimo aire popular, frescor sin solemnidades, rasgos de un criollismo que no podemos pasar por alto en estos apuntes. En el lenguaje del poema hay también cierto sabor criollo, perceptible aun dentro de las formulas de la retérica que Balboa asimil6 con escasa creatividad. La visién culterana o cultista y la visién que intenta aprehender las realidades sensoriales se fusionan de modo natural en un plano profundo de conceptualizacién. Espejo de paciencia y los sonetos que lo acompafian son el testimonio de los origenes de una nacién, cantada en versos imperfectos y de mal gusto, pero en los que respiramos la fuerza vital de una naturaleza y de una sociedad de América, un mundo nuevo y vigoroso que daria un sustantivo aporte a la historia de la cultura.

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