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| y latonta Ley eee. 7oTK INDICE PROLOGO. PARATERMINARCON LA MADRE ‘Un ercor muy generalizado wall Laaversitin al cimbarazo Laadoracion de la virginidad . ‘Marfa, madre dle codas las contradieciones El suefta de los matrimanios no consimados , La madre siempre perdedora «.... |, LAINFERIORIDAD DE LA MUJER La formacidn de una idea Lavisida de Jestis ... La mujer en el Antiguo ‘Testament Laaparicién del pecade ...... Las ambigtiedades de san Pabl La desconfianza delos filésofos San Agustin y los ures bienes Las deficiencias fermeninas La mujer carnal .. Un ser muy irracional . Impura, demasiado impure Un compendig de tados los vicias La trimpa dela belleza... Situacign material .. Unacxistencia diseurida Multiples vejactones .. Obediencia ante todo —7— 2. LAPUTA Lateorla cristiana dela came ...... Prostitutas de otros tiempos .. Seres capaces de cualquier casa Elamorcomo catdstrof El placer mal visto - Restticciones en el tiempo y ellugar . Elsexo al minimo .. Libesalizaciones formal El gran malentendido .. La lascivia de la mujer... Una mujer espermdtica Insaciable y ardiente .... Mastucts Contra el aborro y la anticoncepeién.... Muchas contradicciones idny homosexualidad fe a sexo enel confesionario Una severidad en aumento Lua época de los encesos La batalla dela madre .... Desesperoy desinterds Ayer y hoy 3. LABRUJA Lainvencidn de la brujerfa demonfaca . 115 Lahereneia antigua . . 17 Las das brujerias .... 120 Las hetejes y la Inga 122 Retrato robot de la bruja 123 El diablo prefiecea las mujeres 125 Las primeras victiinas .. 126 La guerra de las brujas.... 128 Mujeres diabdlicas . 130 Antifeminismo y Reforma Nuevos acusadores delas mujeres . Frio y crueldad ......eesee Las ciftas de la masacre 0... 134 135 Todas en el banquillo Sociolop(a de las bruja Desgraciadas viudas El martirio de las mujeres. Las detencianes En busca de pruebas Las marcas del diablo .. La hora de la tortura . Ei valor femeninoante la muerte La responsabilidad de la Iglesia... 4. LASANTA Las voces de Cristo .. . Las primeras elegidas.. Samas com HES eves El control dela palabra Las exedntricas .... Santas reconocidas . Las mujeres de Cristo. Las tolerables Las escandalosas...... Santa Teresa de Jestis Las estigmatizaclas ... Dudas sobre las ma: Casos dificiles ....... Una actitud general de desconfianza Las siervas.de Cristo... Entrar en las drdenes ..... Condiciones de ingreso Un universo desértico Castigosy humillaciones Estallidas y rebeliones Laincomprensidn del clere .. 5. LATONTA Modernidad e ignorancia .... La condena de los atavios ........- Peinado, maquillaje yjoyas we Corsés ysujetadores El defecto de la coqueteria Inconw Embel El racion’ El principio de una ens Problemas de la ensenanza mixta «... Leer y eseribil El contenido ded Las asignaturas prohibidas ..... Laaversién ala novela El crasfondo politico . chazoalaculturay lad Teatro y ballets corruprotes ... Incapacitadas para el ar El peligre de los bai Alinflerno por un vals Elia La fel El uniforme y fa sumisi 5. ude! complemer cidad en casa ., La mujer despreciada universalmnente..... Las causas del antifeminismo . Eleristianisn Lacontradiccién de tas A favar o.en contra dela ordenacién sacerdot de las mujeres . Una desafortunada er Controversi La iktima oportunidad iMisién imposible? Bibliografi entes dela moda... 0, victima desi mismo ...... sobre la procredtica .. Una evolucién muy tardia cc... fianza femenina eAANEA ......- iversian, we yel deporte CG, COD ese CONCLUSION hechos —0— PROLOGO Para terminar con la madre Elcatolicismo, aunque llevealgtin tiempo jurando ta contratio, nunca haapreciado demasiado a la mujer. Siempre ha sospechado que eta porta- dorade todo tipo de taras. General mente la a representado bajo cuatro formas, y ror como tuna libidinosa, como una compafiera del dia blo, como una imbéeil y, en ear casiones, como una santa, sibien algo molesta. Este fantasma todavia pesa sabre las decisiones de Roma, Alolargo de los sighos se ha t och una voluntad deliberada de someter y da al excluira la mujer, Durante mucho tiempo se le ha negado la et mundo del trabajo, el saber, la culeura, la ardenacidn, los derechos civiles, ¥ todoello can ka aprol masculina deci- Lo que queremos escribires la historia de esta misoginia eclesidstica, cién de burena partede la opin Ua error muy generalizads Con todo, ¢s otra ide choala Ig maséste prolago a destruir esta idea, que es ka siguie s tedlogos cristianos se farmaron de lamujer fucel de madre, cl de mujer casada con numerosa prole, consagrada al hogar y dispuesta a dar lo resi mismaa su familia. Marfa, madre de Jestis, encarnd desde el Ja que triunfa, un prejuicio que conviene mu siay iestto alrededor, Dedicare- fconcepto que conti nuamente ofmos cel p que | origen tan uminasa imagen. aidea os falsa 0, af menos, requiere serios rtatices, sobre tode en lo que respecta al tiempo (sdlo fue cierta parcialmente y en determinados momentos, ms bien eseasos), La madre jamds fuc la mujer ideal para los primeros cristianos, nisin duda para muchos de sus sucesores, Antes 4 i entrar con mds detalle en el debate, una cita de Joseph de Maistre (1753- 1821) puede seevirnos de ilustracidn, Resume muy bien el concepto nds habitual que de la mujerse.tiene en la religidn crisciana Con una mevéla de admiracién y desprecio, este autor catdlica francés oon inventado nunca nada, siempre wuvieron interés en ser madres. Ast al m rd también a las mujeres como unosseres medineres que,.al no habet nos, prodigando mimosy cuidados, consiguen hacer algo: hi Jos telescopios, pera hacen algo ms grande que tedo esa. En sus tega zdsse forma lo mds excelente que hay en el mundo: un hombre hon wy una mujer hone Seguin este concepro, ya presente cn san Pablo enel siglo ide nucstea era, la chujer, que ya empezd mal con la craicién de Eva en los jardines de Edén, sélo puede alcanzar la salvacién trasformdndose en madre. Pero sila mujer tiene que «hacerse» madre, #transtormarses en madre, no significa 630 reconocer que.no es originalmente madre, que la maternidad no est: vocacién primera, sino su vocacidn segunda y forada? vice presentarse como el prototipo iandad, estuvo largo tiempo considerada camo pecact racidn quesecancedié a Marfaa par devocién no seremonta en absoluto a Sinembargo,la madre, ala que hey de lactis algo la sacé del desprecio, fxela consi de determinado mont yvil $i ente, Pere: los Evangelios, sine que fue tard madre? No sc puede deducir tal cosa de los textos, La verdadera familia de Cristo no erani Marfa, ni Jose, sir nbre de pabresy desdicha- dos, de aquellas que 1o abandonaban todo para seguirle sus pasos. {Tuvo Jestis un respeto especial por su la muche Es més, los redactares de los Evangeliossélo prestan la palabra a Marla i di nes, La mencionan a menudo, pero ella no dice nada; no irige a aparece en muchos episodios de la vida desu hijo. Cuando Jestis se ella, no le hace ni de muy buena gana ni con demasiado tespero, En las bodas de Ca revermente que Falta vino: «S¢ han quedado sin vino» La respuesta de Jestis es sorprendlente: «Mujer, qué entre ni y yo Hoy en di ¢ mas sencillamente como: «Muj Marfaacudea di se trad 1. J. de Maistre, Letmes et opuscues indaiss, Paris, 1851, 1yp. 148 2.Jn. 2,3. —12— 1é quieres demé » No es ran imponente; pero tampoco parece mds ama- indase deun hijo que habla a su madre. ble, tts Mas sorprendenve ain es que Jestis,a lo largo de sa badaa Marfa, y.nisiquicra, al saberse condenada, le encaga t Asl pues, la distingu/a claramence de los apdstoles. En tanto que madge, parece haber a, jams pidis dn alguna, do un persanaje secundazio en Ia vida de Cristo. jSe puede mantener, entonces, que la Iglesia cristiana ha sida favorable drey ala maternidad de manera constante? En ciertas épocas sf lo udablemente, Apayé ala familia; incluso ala familia namerosa, y lo izo hasta el absurdo, Hubo que esperar quince o dieciséis siglos pata que nentes fireclaras {come Domingo de Sato y Pedro Ledesma).com- prendicran ys 1 cemasiados hijos padfan crear problemas, pauperizar a las familias y poner en peligro la unién de una pareja. Mientias tanto, numetosos tedlo- de una natafidad abundante. En el sigho xvtse imonial, Benedicti, cl redlogo lionds de final siglo, todavia aconsejaha tener tantos hijos como fuera posi ny mantenimiienta, ral como velaba por los pa nites.’ Enel sigho xn y enel siglo xx, épocas de lucha contra la anticon: y clabarta, tambicn s¢ alentaton las macernicades incesanites. algunas ace: ran a decir una verdad tan escandalosa come ésta: gos canraron fas alabar ble. Dios por sualimentac Lit aversion al embarazo No obstante; serfa del rode inexacto hablar de un supuesto isma.ci dela Iglesia, que comosiempre hubieta sido pattidaria de los nacimientos sin limites, Desde ef principio, algunos Padres de la Iglesia y grandes tedlages an sus reservas, incluso a veces su hostilidad, con regpecto a la cla firmemente que el fin de los tiempos se siguid xima come estaba la venida.del procres cidn, Puesto que Jestis taba cercano, temor compatride por sus sucesorés inmediar ndo durante un tiempo que, Reino, no habfa por qué hundirse on la carne pecaminasa para proctear. Ya en los primeros sighos de nuestra era existia la conyiccién de quela poblada. Cuando predican Basilio (329-379), ‘Gregorio de Nisa (335-394) y, sobre todo, san Jerdnime (347-420), afir man que sel mundo ya esté leno, ya no cabemos en la Tiersas, El L. La Somme ides péches, ML, 4. poblacionismo no estd de mada entonces; ni mucho menos se desea la nuultiplicacién sin freno de esosnifiog que jestis queria dejar «que se acer ranaéles Las Padres deda Iglesia incipi Impe 108 No pa sighory, de cfanel marr ilo contrario. En el aan, mas b dic nel io roman, las cris hasta conseguir labo emperador procreacién,’ Prefieren la pureza yel celibaro a de Nisa a fres. Ambrosi usgusto, leyes Julia y Papia, que favore a preciaa las witgenes; alas que quicce divini- Tan yno (340-397), como y es algunos herejes agndsticos, pronuncia con fervor una. ftase que parece anunciar a Malthus y la restriccidn de nacimiente ilests Inicluse marernidad. Greg itaali nosas las est erce percibir, en las virgenes, un earoma ex de casarse, lo cual es bastante ras de Cristo sobre la indisalubilidad y la santi- Jetdnimo llega a poner en dudael ince sorprendente tras fas pal dad dely est atrapado entre dos hiegos lice Jerdnimo—. Si se ha se casa sulo conyugel, cteado por Dios mismo. «El hombre ¢ do con una la. Si ella es amable, el amor de esta mujer desagradable, no puede sopa {el inficno) a la tierea agostada, al incendio.e? ese] queencarna la pareja formada por mujeres compatable al “seol Para Jernima,el matcinsonio idea y José: son wamigos», sin relaciones sexuales, También araca el embarazo, lo cual ¢s una novedad, Elembarazo daa i feat En 393, en su Contre fov oo horror. El embarazo esta relaciona- hanD, una mujer uf vaspecto repulsivos, describe la g » conel petiedo de menstruacidn, tiempo de impurera. Tener hijas es el Grero, estar prontd rodeada de agradable en tedo esto. Se ditia que las madres dn come tn aucen 4 qd damerse hitncha somaeterse a uh marida, ¥ niftos Hlorosas, No lke asquear a} adres y de la maternidad s. El mismo parto fue enaquel ‘Tras rales escritos, la devaluacién d prosepuirfa al menos durante uno o dos sig entonees eonsideradg.como algo odiaso: Como el Levitica ya habia dicho, una mujer que acababa de dara luz debia alejarse del-santuario: cusrenta dias, si era nitio, y sesenta dias —extraordinaria pruchade misoginia—si era nif asm nt sin duda por ser més impura o poraportar mis impureza a su rnadre.’ La misma disposicién, que 1. Tertuliano, Quinto Septimin Florente, Apologta cantne ls gendéles, TV, & 2. Jeronimo, 250. 3, Jerdénimo, 0 4. Ly 12, 1-8. 1l4— Jen mayor o menor medida, y que consistia cn que en las parroquias se prohibiera lao snuniéna las mujeres que acababan de parir, Fue al menos cpetida por muchos tedlogos de los primeros siglos, en particular por Sagno (540-604). Cémo se puede decir que Gregorio i a madre encarnaba al prototipe de cristiana cidn que le confiere su especi sto cuands estaba cumpliende la fur dy. como dirfa alguien, su.grande » al mundo), la alejaban del altar, y por tanto de Dios, como si feta una a, una prosticuta, wna infame? Mas tarde aun, cas l,j ie 4. con respecto al honsbre (traer un a dpoca, quedarin rasteos de estasideas, y his solreronas (las «auténticas» solteronas, hay que precisar), gazardin duran- icos. Ellas se mantienen puras y alegres, pues jamas han conacido fos horrores 1 ydel parto. Admiracién porellas esto qucexpresa el rexto de un cura de principios del sigh 2% que lamenta visiblemente que ya hubieran dejado de existir: te largo tiempo de una excepcional simpatia entre log catd envilecedores del sexo, de esvirgamien ‘éntica solter ws labios: ya fay sesenta de vista social y religioso, sobre to 0. La ios vodavta canta... Desde el punta Laav a esta llena de dicha, lena ce entusia risa perla en nuestros das; cl papel dela crona ha aumentado significativamenceyy su utilidad, innegable en tiempos pa tos, st transforma, debido a log acontecimientos, en ad,! una nece Pr to habra quien se pregunte si estos pensamientos representaban verdaderamentesla Iglesia. -Estaban «aun rsin fin. En sus origenes Roma no tents orginizada ins Joss? Es un gian problema le se pu Su. Comutiticac como hoy en dia. No disponia ni dela Congrega A Romana para la Doctriisa de la Fe, ni del Osertutore Romana, ni de la recientisima pdpina en nternet www.vatican.ya, encargacos ahor. unto cons las enefelicas y ottas publicaciones de los actos de la sede, de mantener informada al mundo sobre el pensamiento catélico oficl ‘Cuando se utiliza la p: conviene ser siempre muy escrupulose. Ha habe Alo largo de los.iglos, inc na cristiana mds romana, se ha defendide todo (o casi) labca lesiae coma sujeta dels frase, sin duda varias Iglesiasy, siempre, varias voces dentro’ dela Iglesi ladocrri- toda bo 80 ramb concrario, 1, Abbé Louis Mazar, Ler Vi er Filles, Parts, 1909. p. LOQ, —lh— Pera la prudencia det historiador debe servirle, precisamente, para di- jar cudles fueron de verdad, en determinados momentos, las grandes tendencias mayorlearias del pensamiento religiasa de nuestro cantinente. Sobre el tema que nos acupa, no hayduda posible. En cuanto al objeto de este prélogo —rebatir Ja representacidin de madte como mujer ideal alos ojos de la Iglesia—, es indiscunible que la tnadze no siempre fue, y quizd ao fue nunca, la mujer perfects, dLasantificacién de las madres no fue més bien una tendencta republi- cana, cuando mes laica, si no socialista, tardfa en cualquier caso y propia de los Gempos modemos, especialmente de los siglos XvUt y XIX? “oO En cuantoa la Iglesia, a pesar de haber dado un giro favorable a las madtes y dehaber corregido, al menos, algunas frises 0 condenas excesivas lanzadas en su ciempo, hay que ‘decir que su ideal femenino parece seguir estando ligado ala virginidad. La adoracién de la vinginidad La madre no ha podide ocupar nunca el puestode honoren el eristia- nismo porla sencilla razdn de que la gloria parecid estar. prometida en un principio, y quizd siempre, a los hombres y mujeres que peemaneciesen virgenes. Es el.caso de Jestis, No se casé nunca. Enalgunos vers(culas que, segiin ¢l mismo, son de difleil interpretacidn, elogia a los euntucos,.c al menos a quiencs lo son paraservira Dios: Hay eunucos que inacieron as{ del sena materno. Hay eunucos que fueron hechos por los hombres, ¥ los hay quese hicieron eunucos asf mismos por amor al reino de los cielos. El que pueda entender, que entienda,’ : Ademis, Jestis tampoco imagina que, tras el fin de los dempos, las hombres y mujeres que se hallen en el otro mundossigan tenlendo relacio- nes sexuales, «Quienes han sido juzgados dignos de tener parce en el mun- do venidero y en la resucreecidn de los muertos no tamardn mujeres ni maridos.»’ En el estado perfecto no habrd sexo. Por Io tanta, el sexo no forina patve de la perfeoctin, 1, Me 1, 12, 2. Le 20, 35. —b6— Por viltimo, en el Apacalipsis, la virginidad es ciertamente un valor esericial, puesto que los: 144,000 salvados, los reseatados de todos virgenes. «No se mancharon con mujeres»; 'dice el texto, Un determinado numero de cristianas de los primetos siglos, Bas! (muerto en 130), Marcin (85-160), Taciano (120-173), Valentin (muer- tohacia 161}, quedaron impresionados por estas ind cuando las conocicron, por las que s¢ podian encoystraren unos textos que Ginalmente serian rechazados como.apderifos: Una supuesta Segunda Bpis- lt de Pedro condena todo desenfreno hacia 150. Un supuesto Liangelta de santo Tomas dice: «Bendito sea el vientte que jamds ha caneebido, bendi- jatierra, son ides aciones y, masatin, tos los pechos que jamds han amamantado.» Algunos de estos primeros cristianos, como Or/genes, llegan al exeremo sf mismos. La mayorla de ellos serin expulsados de la Iglesia, strarse pero siempre quedard alga de su radical lamamientoa la pureza. Enel siglo , los tratados sobre Ja virginidad son literatura corticnte, come el del Mé Olimpo y el de san Cipriano, obispo de Carcago. cipio parecfa tan santo y que Jestis eco apreciado hasta el siglo ¥ y considerado todo d El matrimonio, en un pr queria indisaluble, ser ediacre hasta el siglo xi, incluso en los medios menos sospechosos de Sin embargo, san Agustin (354-430), [nspirdndose en la moral gr saceptindolo, Lo legittmé como itnice marco en cl que la concupis- cencia thisqueda de! goce) podfa apagarse, pero en realidad siempre defendids con la boca pequefia: «Qué ocurriria si rodos tos hombres se matrimanio?», pregunta. ¥ contesta: «;Pluguieraa Dios que abstavieran del tadosasf lo quisieran's! Otros argumentos muy fuertes en favor del celibato fueron desarrallados por sus contemporineos, Juan Criséstomo y-sobre todo Jerénime, padre de la Iglesia latina, traductor del cexco biblico y propagador del ideal mondstica. Yahemos visto a Jeronimo describiendo el embarazo a las fururas ma- dres como un infierno. En

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