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Anexo 1 Casos

Presentación de los casos incluidos en la muestra:


Caso 1, Valentina.
Valentina es una mujer de 29 años, delgada y 1.65 mts de estatura. De tez blanca y pelo
oscuro. Es arquitecto. Está casada hace 3 años con un Ingeniero y no tiene hijos. Es de
Santiago. Su familia de origen está formada por su padre, su madre (cercanos a los 60 años)
y su hermana, dos años menor. Estudió en un colegio inglés de estrato alto de Providencia.
En octavo básico (a los 13 años) se fue de intercambio a Estados Unidos durante un mes y
volvió pesando 10 kilos más de lo que pesaba antes de partir. En sus palabras: “ahí empezó
mi drama con el peso”. Como su hermana también estaba gorda, su mamá las llevó a un
nutricionista. Los años venideros fueron una sucesión de dietas y episodios anoréxicos.

[…]de ahí en adelante empezó mi cuento con el peso, …eeeeh, ya y después bueno eso en
el fondo eso ya primero medio cachai? ahí empezó mi rollo con el peso, ahí apareció la
cuestión el el trauma de la nariz, porque antes yo de hecho yo veo foto yo creo que yo me
debo haber pegado no sé qué cresta pasó cachai? que yo miro fotos de cuando yo era chica
y tenía una nariz normal cachai? no la nariz que yo[ríe] recuerdo después en la
adolescencia cachai?. Y ahí empezó el tema de de de la la el no es la opción, la
preocupación de estar gorda cachai? de bajar de peso, eh no me acuerdo si en tercero, sí
debe haber sido en tercero o cuarto.
M: Medio
V: Medio, y ahí ya me empezó la obsesión que hice una dieta, que en el fondo comía puras
manzanas, con un caracho, un genio así de la puta madre eh que ahí quedé flaca flaca,
después me recuperé, entré a la Universidad y ahí volví a subir de peso
M: ¿Cuánto pesaste? lo menos que pesaste…
V: Lo menos que he pesado? Yo creo que fue hace dos años atrás, 45 44…, bueno entonces
ahí
M: Pero ¿Y en esos años cuánto pesabai cuando quedaste flaca flaca?
V: Debo haber pesado 50, 48, 48 o 50, cachai?, como estoy ahora eh y de ahí entre a la
Universidad subí un poco cachai?, pero después me vino toda una crisis y ahí estuve en
tratamiento más de un año con psicólogo de angustia, porque tenía muchos tenía no estaba
segura con la carrera, tenía ene presiones con la figura de mi papá que siempre lo vi como
exigiéndome en el colegio retándonos por las notas cachai? entonces no estaba segura si
me gustaba o no la carrera, eh si me iba bien me había echado un taller cachai? Puras…
fue un tratamiento de un año y tanto, eh con esta ang ahí estuve mal, mal, mal que eeeeh
estuve con pastillas, con ansiolíticos y ahí empecé a bajar, pero en el fondo no porque
estuviera eh más eh haciendo dieta sino que por la angustia del metabolismo eh empecé a
adelgazar
M: ¿Comíai poco?
V: No, comía normal cachai? eh…, y eso fue eh, claro antes de la operación de la nariz,
primero segundo de universidad, tercero de universidad, y de ahí salió todo lo de la
operación de la nariz y ahí siempre me mantuve, como entre los 48, los 50 ya subí un
poquitito más cachai? pero ahora siempre en los pes… en los pesos cuando he estado flaca
es porque he tenido como situaciones angustiosas cachai? cuando me casé eh también poh
bajé de peso 48, me casé, volví a subir 50, 52 y ahí me mantuve hasta que vino la cuestión
que cuando al Talo lo echaron, fue como un año y tanto y ahí fue cuando quedé así
anoréxica
M: ¿Cómo te sentí cuando pesai cómo te sentiai cuando pesabai 45? O alrededor de eso
V: No me sentía mal, no me sentía mal, pa’na’, no, debo que reconocer, me a eh bajé no
porque lo quisiera cachai? no porque me propusiera “ya voy a bajar hasta los 40” ya pero
llegué a ese peso, cachai?, que yo me miro en las fotos y digo “ay hueona Esqueletor” me
veo me veía fea cachai? pero eso no sé Talo siempre me dice “hueona cómprate tallas más
grande” porque en el fondo me gustaba eso de que la ropa no me molestara cachai? de no
sentirla aprisioná cachai? Entonces como que ahí ahí como que yo creo que no sé algo
algún interruptor se echó a perder porque me decía “hueona no podí estar en el fondo
dependiendo de que el pantalón te queda más o menos apretado cachai? porque estai bien
en el peso”, ponte ahora los pantalones me quedan más apretados cachai? no estoy
diciendo que esté gorda y yo lo sé pero a mí me molesta, entonces me cuido, me cuido
M: O sea a pesar de que mirando las fotos te… objetivamente podí decir estaba demasiado
flaca, aún así te sentíai bien…
V: sí

Un año después de su subida de peso comenzó su molestia con su nariz. Esta molestia tiene
algunos elementos que hacen pensar en un Trastorno Dismórfico Corporal. Se hizo una
rinoplastía a los 21 años, con el apoyo de su madre, quien hizo el trámite para que la cirugía
la cubriera la Isapre.

V: Ya. Esto yo creo que es como lo clave, cachai? Yo antes de la operación, y me cargaba
la nariz, eh, iba en el auto, iba manejando y en una luz roja yo nunca me quedaba de perfil,
nunca miraba pa’delante, me ponía a cambiar la radio, miraba pa’l lado, cachai? porque
ese era... era lo que yo pensaba, que era la máxima expresión de mi... de mi no querer la
nariz, cachai? Y cuando me operé, yo era la mujer más realizada, esto de ir manejando y
de poder ir así [simula que maneja mirando orgullosa al frente] ¡!!
V: Eso, eso es la esencia de todo. Cachai? Obviamente que, inseguridad y lo que te decía
de la cuestión de ir a una discoteque y como que siempre me molestaba la nariz... Eso. Eso
es.
M: Ya, pero tú no sentías ningún tipo de demanda o de presión externa, de tu grupo de
amigos o...
V: No
M: Nada. Era una motivación que salía de ti...
V: Sí. De hecho nadie me dijo nunca “narigona fea” cachai?. No. O sea hay gente, de
hecho, que cuando me operé, uno de los Murillo, Jaime, me dijo “No, me gustaba mucho
más tu otra nariz”, “como que teníai más personalidad”
M: ¿y cómo te sonó eso? ¿cómo reaccionaste ante eso?
V: Yo. ¡Me dio lo mismo! Si yo, o sea yo pa’ mi, o sea, la hueá del auto, Maca, pa’mi era,
fue... Se me abrió el mundo, cachai? O sea, de hecho mis mejores amigas me dicen que a
mí me cambió la personalidad después de la operación.
M: A ver háblame de eso.
V: era mucho más...no sé si depresiva, pero ponte...estaba mucho rato en una discoteque,
cuando estaba en Rapel, y a mí me bajaba la chiripiolca que me quería ir...de repente
como en espacios como públicos, como dicotheques, no no.... me bajaba la chiripiolca y me
quería ir....y después de eso, como que sentí que me paré frente al mundo con otra
predisposición....heavy
M: ¿en qué se nota esa otra pre...?
V: no sé, era más alegre, cachai, más segura, dentro...yo igual soy tímida...cachai, pero me
dió mas seguridad.

Un año después de la operación conoció a su actual marido, con el que se casó dos años
más tarde. Con él disfruta de hacer esquí acuático en el verano y en la nieve en invierno,
además de otros deportes. En el momento de la entrevista ella se encontraba cesante.
Valentina es una mujer algo tímida y callada, a menos que esté en un ambiente distendido
entre amigos cercanos o bebiendo en algún evento nocturno. Durante la entrevista evitó
hablar de sexualidad (tema muy cercano al cuerpo y por ende, abordable durante la
entrevista) y cuando lo hizo –porque se le preguntó algo- fue sumamente recatada y
escueta. Siente que tiene problemas para expresarse, para comunicarse incluso con las
personas más cercanas. Dice que es aprehensiva, que se preocupa de todos los miembros de
su familia y que teme la muerte de sus padres. Tiene una relación muy cercana con su
hermana, quien se casó con el primo hermano de su marido.
Caso 2. Natalia.
Natalia es una mujer morena de 25 años, de 1.60 mt de estatura. Estudiante de veterinaria a
punto de egresar, es la menor de tres hermanos. Vive en Ñuñoa, con sus padres (que están
separados) y su abuela. Sus hermanos ya están casados y dejaron el hogar paterno. Pololea
hace 5 años con un estudiante de ingeniería en metalurgia.
Cuando pequeña era una niña gordita, hasta que bajó de peso al comienzo de su
adolescencia. A pesar de ello, igual que para Valentina, el peso siempre es fuente de
preocupación y un tema en el que se expresa su inseguridad respecto a su aspecto físico y a
su belleza.
N: […] cuando chica era gorda entonces me quedó la cuestión de que no vaya a ser que
suba de nuevo de peso como que igual quedai como, como con el trauma de cuando chica
de verme gorda y todo yo subo dos kilos y ya es como me achaco y toda la hueá así onda
mi pololo a veces me agarra los rollos y es como “suéltame” así o que me diga onda “estai
pesadita” ah no pa mí es terrible yo me he puesto a llorar porque cuando estoy pasá onda
dos kilos que yo me doy cuenta cachai? pero igual soy media maniática pa el peso
M: ¿Cómo fue eso de pasar de niña más gordita a ahora?
N: ehhhh
M: cómo fue el cambio?
N: … puta yo me acuerdo que era bien chica y fue como, como que igual me hueviaban
“ah ya la guatona” cachai? me pasó un par de veces onda afuera de mi casa en la calle
como onda “oh la gordita” y toda la hueá y yo era ya siéntete mal onda que te digan
guatona, y y yo igual era esas gordas que les gustaba ponerse hueás apretás si ahí igual la
cagaba [risas] yo salía con peto y mi mamá se moría de vergüenza, porque se me veían
todos los rollos cachai? era gorda, entonces como que después bajé de peso y fue como
M: ¿como a qué edad bajaste de peso?
N: como a los 13, como justo a la época ya que empezaba a ir a fiestas y todo, cachai?
como que me tocaron mi par de fiestas de ir así como gordita y puta nunca me sacaron a
bailar y toda la hueá fue entonces como no puta vai a tener que bajar de peso y ahí bajé de
peso bajé, yo creo que fueron como unos seis kilos, igual era chica po entonces como que
seis kilos ya estaba pasá pero igual se me notaban si yo, un metro sesenta seis kilos es
harto, así que después igual era como más, puta más confianza cachai?, porque era más
flaca me podía comprar la ropa que yo quería

N: no sí sí si igual me cuido harto, puta igual yo no fumo ni tomo […] yo voy al gimnasio
de lunes a viernes voy como una hora yyyy igual siempre como sano cacha? puta no soy de
ir al mcdonalds, yo creo que hace como 5 o 6 años que no, que no voy cachai? pero igual
es como que yo pero igual yo siempre he tenido rollos así como que, como que yo me siento
bien pero siento que las demás personas me ven fea así,
M: a ver
N: es como raro, yo conmigo me siento como conforme voy al gimnasio y toda la hueá
como que me siento bien pero igual me siento como que, como que soy como que más como
que en el promedio pueden haber minas que son como mucho más lindas que yo cachai? y
como que si y si hay un hueón que me gusta y hay varias minas más digo como que “ah ya
filo” cachai ya, como que no tengo esa hueá como yo soy bacán onda me la puedo, no
onda, no es que me sienta así onda el hoyo del queque cachai? pa ná yo sé yo igual soy
insegura de esa hueá así de hecho yo le he dicho a mi pololo así que, que igual yo me
siento súper insegura de que como de que quizás no me sienta tan bonita como, como
algunas gallas cachai? como que igual esa parte es como mi inseguridad pero con el resto
cachai? porque yo, como que yo vivo feliz conmigo hasta que me toca que quizás alguien
me evalúe o que me diga no si o como que piensen de mí cachai? como que yo siempre
tiendo a pensar que quizás me encuentren no muy bonita, o quizás me siento menos bonita
que mis amigas
M: O sea que es en comparación con otras mujeres
N: claro si po, igual me siento que pa mí es una hueá importante algo que no es como algo
que yo diga que como que pa mí es importante que me vean bien cachai? onda yo ni
cagando voy a la universidad si no me maquillo, igual que mi mamá cachai? no salgo de
mi casa si no me pinto y si me encuentro con alguna compañera y yo ando así con cara de
poto yo digo “ay que vergüenza” así me muero yo cacho que me me da lata porque es una
estupidez porque yo no creo que uno cambie muccho erís la misma persona cachai? pero
yo hueonamente si tuviera unos lentes yo cacho que me los pongo, pa puro saludar ah hola
hola y ya chao y cortito así pa que no pa evitar la cara de poto así, pero yo creo que es una
hueá totalmente así psicosis mía así [risas]

En el mismo periodo en que bajó de peso, la madre de Natalia se hizo una mamoplastía de
aumento. Ella lo hizo a los 20 años, cuando se puso implantes de silicona en las mamas
para aumentar su volumen. Su motivación se vinculaba principalmente con la desnudez,
con la feminidad, la relación con el sexo opuesto y la intimidad.
N: ya yo me acuerdo que porque mi mamá también se operó, se hizo lo mismo se operó las
pechugas y se, mi mamá lleva como ya 12 años desde que se operó y yo me acuerdo que
era como yo nunca vi la posibilidad porque no era muy común y fue como mi mamá “puta
es que me quiero operar” pero era chica onda en el colegio entonces mi mamá me dijo “no
no te vai a operar espérate un poco” fue como “ya bueno ya” pasó un año y le dije ya yo
me quiero operar onda ya tú te operaste onda quedaste bien y me dijo “ya filo operate” y
ahí po fuimos al médico[…] mi papá me dijo “bueno si te querí operar opérate”, igual yo
era como nada, nada, nada, nada era como el pezón y eran las costillas [risas], y a mí
igual era un trauma pa’ mi estaba tirando con un huéon y me fuera a correr mano era
como no, no me toques nada, más encima el sostén con relleno [risas]era como que no iba
a sentir nada así que fue como no, me tenía que operar[…], te juro que nunca me he
arrepentido de operarme ni siquiera que diga así como que no falta típico que no falta que
hay hueonas que dicen que no, que es antinatural que yo nunca me he arrepentido yo feliz
de haberme operado, de hecho me pondría más

N: no sé igual me hace sentir mucho más segura cachai, porque encontraba que era igual
se ve fea se ven horribles así como tan planos, el sostén siempre así como bolsúo así
cachai? yo cacho que es como la parte de una mujer que diferencia así físicamente de ver a
una mujer y un hombre y yo me acuerdo que si yo me acostaba onda de espaldas, era como
lo mismo que un hombre onda que nada, nada, era como ay feo yo encuentro que se ve feo
así una mina plana, excepto que sea no sé no no si fuera modelo y quieren un mina flaca yo
no, prefiero tener pechuga
M: ¿Y cuando nació esta idea? primero como es sentimiento o la sensación que llevó a
operarte ¿Cuándo nació?
N: eh… yo cacho que desde que se operó mi mamá
M: Ahí se te ocurrió
N: Claro ahí se me ocurrió como que
M: pero ¿antes habíai sentido como alguna molestia o inconformidad respecto a tu
cuerpo?
N: Ehh…. No porque igual era chica entonces justo calzó como a los 14 o 15 cuando mi
mamá se operó y ahí me di cuenta que puta ya no me iban a crecer más y ahí fue como
puta voy a tener que esperar onda para operarme es que pa mi era horrible feo cachai? y
todas mis compañeras se desarrollaron eran pechugonas y yo onda plana, no no me
gustaba onda así, de hecho onda ponerme bikini era ay yo decía ojalá encuentre unos con
relleno o algo así con bikini ya cagai ahí se ve todo era como chuta ya, igual a mi me daba
vergüenza era como una vez me acuerdo que atiné con un hueón y me dijo como ya pero pa
que te urgís tanto así porque se notaba que yo no quería que me que me tocaran o que me
vieran entonces era como ayy y más vergüenza que me dijeran que se me notaba

Toda esta inseguridad disminuyó con la cirugía, de hecho según ella la seguridad ganada le
hizo sentir que merecía una mejor pareja y terminó con el que entonces era su pololo.
Natalia, al contrario de Valentina, no es tímida en lo absoluto, al contrario, es desenvuelta y
habla de sexualidad de manera espontánea, con total naturalidad, sin incomodarse en lo más
mínimo. No tiene pudor al decir lo que piensa, aun cuando a veces podría tratarse de ideas
o sentimientos que podrían ser criticados por los demás. Es muy pragmática y tajante en sus
opiniones. Tiene una forma de entender la vida en la que las relaciones entre hombres y
mujeres se define por reglas mercantilistas: las mujeres y hombres compiten por la atención
del sexo opuesto y de acuerdo a su aspecto físico tienen más o menos posibilidades de
elección de sus parejas.
M: Oye y ¿alguien influyó en el proceso de tomar la decisión de operarte, a parte de tú
mamá y que ella misma se haya operado?
N: Ehhmm… no, no creo es que yo estaba súper decidida o lo hacía ahí o lo hacía después
pero yo sabía que, que me iba a operar, igual con el pololo que yo estaba me apoyó caleta
me digo onda si te vai a sentir mejor opérate cachai?, pero la típica que no yo te quiero
igual y todo, yo creo el hueón el más feliz de todos [risas]
M: ¿En serio?
N: Yo creo, pero sabí que después de que me operé duramos como un año más y
terminamos, yo cacho que fue como que me sentía tan segura de mí que fue como yo estoy
pa otra cosa[risas] es que el gallo no era muy bonito, y de hecho era como, que yo con él
me llevaba bien por como era pero nunca me había gustado en su físicamente, entonces
después de que me operé fue como que, no mejor que no, ya y ahí parece que me di cuenta
de todos sus defectos y ahí fue como que ya sabís que chaíto no más
Caso 3. Virginia.
Virginia es una mujer de 47 años, casada y madre de dos hijas, una de 22 años y una de 10
años. Es delgada y curvilínea, bastante atractiva, mide 1.60 de estatura. Si estudió algo
después del colegio se desconoce (no aparece en la entrevista), pero no trabaja y no ha
trabajado nunca. Vive acomodadamente en un departamento del barrio alto y no realiza
actividades importantes no remuneradas (no tiene actividades voluntarias, actividades de
caridad, aficiones o pasatiempos que la apasionen).
Creció en el campo, en el seno de una familia numerosa, con sus padres y sus 4 hermanos.
Era una niña muy bonita de pequeña y sus padres lo hacían notar.
V: ¡Ay! Lo linda que me encontraba cuando chica. Siempre me encontraba (...) me miraba
todo el día al espejo, pero...
M: ¿Y como a qué edad era eso?
V: Es que desde muy chica fui como la... como que “¡Venga!” –si éramos cinco hermanas-
“¡Venga pa’ que la vean! Así que la vamos a presentar”, y todo. Y todos me miraban y
decían que era preciosa. No sé, 6 años, 7 años, por ahí. Y después...

En la pubertad, se convirtió en una niña gordita, lo que duró hasta su juventud cuando
siguió una sucesión de regímenes, tomó pastillas para adelgazar y comenzó a hacer deporte.
El peso para esta mujer, también es una constante preocupación.
V: Y después, bueno, después cuando crecí, me seguí encontrando linda, pero era gua...
Pero, me seguí encontrando linda de cara, pero que pertenecía al mundo de los gordos. Lo
asumí, ¿cachái?
M: ¿Eso era en la adolescencia... o más chica?
V: Sí... entre... no... entre la... entre lo preadolescencia y la juventud. Como que jamás he
tenido el sentido de envidia con mis amigas con buena facha... nada, sino que me
encantaba, no más, o sea me encantaba, “¡qué rico ser flaca como ellas, pero yo soy
gorda!”, entonces yo me ponía mi bu... mi cuestión de gimnasia (ya, adiós), me ponía mi
cuestión de gimnasia en la guata, así, todo eso... pero era como que... era, era un cuento,
así; era tan linda de cara que... yo era una gorda bonita, punto. Y no sé’p.

V: ¿Qué pasó? Que después me dio lata, porque me empezaron a gustar los gallos, me
empezó a gustar comprarme ropa, y me quedaba todo pésimo. Y empecé con los típicos
regímenes que me ponía flaca, me ponía gorda, me ponía flaca, me ponía gorda... Y
después cuando conocí a mi marido, a los veintitantos años, empecé a hacer deporte y a
cuidarme. Y ahora engordo y enflaquezco, pero nunca me dejo engordar más de 2 ó 3
kilos. Y eso es...

Cuando ella tenía 17 años, su padre se suicidó. A los 21 años se fue a España, conoció a su
actual marido y él le sugirió que se hiciera una mastectomía reductiva.
V: Me saqué... a los 21 años me saqué porque me acomplejaba, porque tenía muchas
pechugas, y porque en la época mía era como feo, como roto, como grotesco tener mucha
pechuga, y me daba la sensación de que todos los gallos se quedaban conmigo por las
pechugas, y que daba lo mismo que yo hablara o no hablara, tuviera cara o no tuviera
cara, porque eran dos pechugas (...) jajajajaja. Entonces, de un día pa otro me fui a
España, conocí a mi actual... a mi marido, y me dijo: “(...) ridícula con esos pechos tan
grandes”. Y como siempre he sido loca e impulsiva, junté plata...
M: ¿Él te dijo que te veías ridícula?
V: Sí. Me dijo: “Esos pechos son ridículos para tu estatura. Te podrías operar”. Y partí de
vuelta a España, (...) algo de plata, fui sola, y los famosos (...) me sacaron medio kilo de
cada pechuga. La operación resultó bonita, pero un desastre en cuanto a cicatrización;
porque estuve sin cicatrizar como 7 meses, ponte tú. Terrible. Las pechugas preciosas,
paradas, chicas, como yo quería, todo. Pero yo tengo mala cicatrización, y no fui advertida
del postoperatorio, y además el doctor no era el más indicado, parece. Bueno, emm, y
después me volví a reoperar, así a retocar (?) las cicatrices (...).

A los 25 años logró adelgazar y entre los 27 y 37 años tuvo “la mejor facha”, sin embargo,
siempre se siente insatisfecha con su cuerpo.
V: Ohh, nunca nunca me gustó mi cuerpo, o sea, lo encuentro armónico, pero me gustaría
ser bien flaca, bien flaca, bien flaca. Y alta, obvio, no, pero eso ya no... asumo que no soy
alta, cachai.

Esta molestia constante se ve exacerbada con los comentarios de su marido, que la critica,
le dice que está gorda, le sugiere que vuelva a operarse.
Y gracias a mi marido también, p’. Él me encuentra enorme, ponte tú...
M: ¡No!
V: Sí. Él siempre me dice... O sea, no enorme, pero me dice que estoy gorda y (...) y yo me
paso todo el día (...).

A los 37 tuvo a su segunda hija, y tres años después se deprimió y comenzó a sentirse
aburrida.
V: Nada, que estaba como decaída, estaba con... me encontraba... pero... después que tuve
a la Lucía pasé una época muy feliz –la tuve a los 37 años, pasé como 3 años muy feliz-,
sí... 3 años. Después me empecé como a deprimir, o sea como fome, así... como... como ni
chicha ni limoná; como cuando siento que (...) con la vida, pero no con ganas de morirme,
como latera, como una vieja fome, jajajaja.

En esa época comenzó su preocupación por las bolsas que tenía bajo los ojos y que sentía
que le daban un aspecto de cansada. A los 40 años, intentó operarse, pero los médicos la
encontraban muy joven. Lo hizo a los 45 años, edad en que se realizó una blefaroplastía
(una cirugía en los párpados).
V: Sí, sí. Y después, a los 45, o sea hace 2 años, empecé ya a obsesionarme con los 40
años, con las bolsas de los ojos. (...), qué sé yo... (...). Porque, ponte tú, llegaba, y me hacía
así en los ojos: “¿Cómo estás?”. Yo decía: “Pucha, yo que había tratado de disimular las
ojeras ese día...”. O me encontraba con gente que me decía: “Pucha, ¿por qué estái tan
cansá...” (...) y empezé a transmitir. Desde los 40, te juro, o antes. Hasta que un amigo mío
se operó, y quedó tan bien, tan bien, tan bien, y también tomé la decisión igual que con las
pechugas, de... fue un viernes, y el miércoles siguiente estaba operada. Y me operaron los
párpados y me hicieron un (...) que levanta los párpados. Bueno, y me quedó la cagá en un
ojo, en este ojo, se me necrezó (?), estuve un año con depresión.

Virginia es una mujer muy lúcida respecto a su drama existencial: destacarse por algo
perecedero como la belleza. Ella misma es quien lo aclara, su papel en la vida ha consistido
en ser “joyita”.
M: Oye, ¿tú crees que existe alguna presión social pa...? Porque a ti nadie te dijo en tu
círculo de amigos, sino en el círculo cercano; pero, ¿existe en un círculo más amplio
todavía una cierta presión social?
V: Sí, pa la aceptación de la belleza y de la buena presencia, y todo eso, sí de todas
maneras, hay una presión de todas maneras; y sobre todo cuando... cuando lo primario
para ti no es sobrevivir ni subsistir; cuando estái un poco... yo por ejemplo, no trabajo
afuera, gracias a Dios no necesito, no tengo una necesidad interna tampoco, porque soy
súper ermitaña y me da como harto miedo la gente (...). Y... pero existe de todas maneras
una presión.
M: ¿Y en qué situaciones cotidianas uno siente esa presión?
V: En una comida, en una fiesta; cuando te encontrái con gente que hace mucho que no
ves, en la calle, en las reuniones de negocios con tu marido, en todo. Es que yo, es que yo
nunca he sido fea, entonces nunca sé lo que es ser fea y tener un papel en la vida distinto,
me entendís, por ejemplo, ser una súper intelectual, o destacarme por cosas así, choras,
porque... te fijái, no, no esto que es tan perecedero, ¿cachái? Yo te tengo que hablar de mí,
no no no de los demás. Yo... hay feas que son brillantes y a uno se le olvida que son feas,
¿cachái? Pero... las ministras (?), ponte tú, y esa gente... son feísimas, pero son (...)
capacidades. Pero cuando estái de de... como joyita así... sentís la presión, aparte que la
gente es mucho más superficial de lo que aparenta ser, de todas maneras (...)

Y es también muy clara respecto a lo que la mueve a ella –y a otras mujeres- a mantenerse
bella y delgada y a operarse: inseguridad, exacerbar el cuerpo como algo de la mayor
importancia cuando no lo es (ella lo llama “lo externo”) y vanidad.
Como soy celosa, soy insegura, me han puesto el gorro, todas esas cuestiones... pucha,
siempre uno trata de mantenerse lo mejor posible, cachái.

V: […] Pero (...) sabís qué, la cirugía... cuando yo llego a la consulta, de este doctor que
me operó, yo hablé con varias mujeres, ah, y de todos... de todos los perfiles, digamos: más
jóvenes, de distintas clases sociales, y todo... y la cirugía es, primero, una cuestión de
inseguridad, y segundo, es exacerbar el cuerpo.
M: ¿En qué sentido?
V: No... O esa, lo de más importancia, sentir que tú, tú no eres una persona tan interesante
si no sigues teniendo, o no sigues siendo esa persona que “¡Ay, qué estái regia! ¡Oye, no
pasan los años por ti!”, no sé qué... O la que tiene... la que... tú has visto a la Carla Ochoa,
que tiene una facha espectacular, y se saca, no sé, una cosa aquí, o tiene una punta así, se
la ponen así... Es como estar demasiado pendiente de lo externo; aunque hay personas que
tengan verdaderos problemas, que son casi impresentables: hay narices horrorosas... ¿Se
te acabó la cinta?.
M: No, está bien.
V: Eh, pero la gran mayoría de las mujeres, de mi edad, de mi estatus, y todo eso, es pura
vanidad y pura inseguridad; porque no tengo ningún trabajo en que presentar la cara, ni
na... O sea... yo soy enamorada eterna de mi marido, y me gusta verme bonita en el espejo,
y me da una lata horrible la vejez, la encuentro asquerosa, fea, decadente, horrible; como
que es el castigo a los pecados que uno va cometiendo a través de la vida.

Aun cuando es crítica respecto a las motivaciones que llevan a operarse y a la necesidad de
hacerlo, se declara promotora de las cirugías estéticas y cree que lo que frena a la mayoría
de las mujeres a operarse es el miedo al quirófano o la falta de recursos económicos.

V: yo opino que la cirugía, si te hace sentir mejor y si tú piensas que vas a tener una... una
mejor relación contigo misma y con los demás y vas a estar mejor, ¿por qué no? (...)

V: UHF... Que es una decisión personal... emm... creo que por esa misma presión social
que hay ahora de imagen en el mundo de las comunicaciones y todo el cuento, la gente se
hace cosas innecesarias, o antes de tiempo; pero si tú tenís la necesidad personal de tener
un cambio, que puede ser físico, o ponte tú, empezar a estudiar una carrera a los 30 años,
o qué sé yo, porque te sentís amargá o frustrá, por qué no. Ahora, hay que tener claros los
riesgos; pero no... no descalifico a la gente que se opera, para nada, ni las encuentro
vanas, ni... no, para nada; de hecho, hay gente muy inteligente que también se opera,
porque necesita mantener una imagen pública, ponte tú. Y hay gente... hay tanta gente que
se ha operado, que no te podís imaginar con la gente que me he encontrado yo en las
consultas, que tú las veís así como que no les importa nada el físico y no... yo creo que a
todo el mundo le importa el cuerpo. O sea, tú te duchái, te lavái los dientes también, te
mirái al espejo... te gusta sentirte atractiva.
Caso 4. Andrea.
Andrea es una mujer de 61 años, alta, morena, con el pelo castaño claro y muy delgada. Es
asistente social y vive en Temuco. Tiene dos hijos hombres que estudiaron en la
Universidad en Santiago y se quedaron viviendo en la capital. Uno de ellos, ya es
profesional y el otro está por serlo. Está separada desde hace muchos años.
Se crió junto a sus tres hermanos en el campo, en la séptima región, en una familia
tradicional. A los seis años fue puesta en un internado de monjas, experiencia marcadora en
términos del cuerpo por la restricción a mostrarlo impuesta por la institución.
A: […] como a la edad, digamos, de 6 años, en que yo me voy interna –porque mis papás
vivían en el campo, en la séptima región-, me voy a un internado, y algo que me impactó –
eran monjas- que yo tenía que vestirme y desvestirme debajo de unos camisones de dormir;
yo no podía mostrar mi cuerpo al resto de mis compañeras de pensionado, que eso era
inverso a la casa, que uno se sacaba la ropa, se... nadie le daba importancia a eso, dentro
de la pieza de tres hermanas, ¿me entiende? Y eso en el internado, de tener la prohibición
de mostrar el cuerpo, al resto de puras mujeres igual, todas niñas, es una cosa que me...
como que me impactó

Sus recuerdos de infancia no son muy alegres y hablan de una baja autoestima, un
autoconcepto empobrecido en su niñez:
M: ¿Cuál es su recuerdo más temprano de la vida?
A: ¿De la vida? A ver... ¿Recuerdo de chica...? Ehhh... Vivir en el campo, ehhh... ser la
segunda de 4 hermanos, y ser, digamos... como... como alguien ehhh dentro de la familia
sin ningún atributo especial.
M: Ahá.
A: A la diferencia de mis hermanos: la mayor era la inteligente, la que... yo venía después,
después venía una, otra hermana, todas seguidas de año; la otra era la bonita, y después
venía un hermano, que era el hombre, poh, el hombre de la familia; entonces...
M: Ya.
A: ...ehhh, mis recuerdos son de niña como una niña triste, eso es lo que te puedo contar.

Esta situación de comparación con sus hermanos se refleja hasta hoy. Su relación con ellos
es dura, lejana y de poca confianza. A ninguno le contó cuando decidió operarse.
M: ¿Y por qué no quería que supiera su familia de origen?
A: Porque son muy copuchentos; son, digamos... primero, mi madre, por la edad, le iba a
contar a cuanta persona le, digamos, se le cruzara por delante: ella ya no estaba en
condiciones de guardar secretos, entonces, yo no quería que anduvieran comentando. Mis
dos hermanos, o sea, de mis, de mis tres hermanas (...) incluido mi hermano hombre, yo,
que era la feíta de la familia, yo en este, en ese momento, y todavía, soy la que me
mantengo mejor físicamente, ¿me entiende?, o sea, las otras ya tienen todos los cuerpos
deformes, etc., aquí, allá, tremenda de gorda, etc., entonces... yo sabía que iba a suscitar
una cierta envidia, o sea: “Esta, que se mantiene bien, más encima ahora está rayada –
porque yo sé cómo piensan-, ahora, ahora, ahora ya quiere más o menos ser perfecta, y
quiere, digamos, que no tener ni bolsas ni rastros de vejez ni nada”. Yo sabía que me iban
a pelar; no les dije nada por eso. Y mi hermano, que se mantiene un panzón horrendo,
también... entonces, yo sabía que se iban a reír, ¿me entendís?, e iban a contarle a todo el
primaje y a todo el mundo y etc., “Mira la última gracia de esta...”, entonces... yo los
conozco. Entonces los quise mantener al margen.

Como es evidente en la cita anterior, su autoconcepto hoy, es bien distinto del que tenía en
su infancia. Se considera una mujer atractiva, en mejor estado que sus pares, totalmente
vigente. Su identidad, desde joven, está fuertemente ligada a la rebeldía, la autonomía y un
sentido de vanguardismo liberal. Es importante para ella su trabajo profesional, académico
y en una consultora.
A: Claro, claro, o sea... yo todavía trabajo, como te digo, mi generación, la mayoría, la
mayoría de mi generación ya no trabaja, están jubiladas. Yo trabajo en forma
independiente, que para trabajador social, hace 20 años, tengo una consultora, también es
una cuestión poco usual: 20 años atrás, fue la primera consultora que (...) de trabajadores
sociales, ehh... 40 años atrás me fui a vivir con el que me casé, también era inusual, ehh...
dentro de mi generación, yo creo, universitaria, yo creo que son pocas las que han optado
así por una cirugía estética; entonces, he tenido siempre como... ehh... en el fondo, me he
atrevido a hacer cosas como distintas, ¿me entiende?, desde que estaba en la universidad,
desde antes incluso: fui a los primeros trabajos de verano en Chiloé, estando en primero en
la universidad, cuando ir a eso era ser puta: había que convivir un mes con muchachos, de
la misma escuela, con un grupo, o sea... socialmente no era bien mirado que una niña
universitaria fuera a eso, o sea... cuando yo dije en mi casa que me iba a ir a eso, y antes la
mayoría de edad era a los 21 años, mi padre me dijo: “Yo estoy criando señoritas, no
sueltas”. “(...) yo voy a ir igual”, y me fui no más. (...) Cuando mis hermanos se casaron,
por la iglesia y todo ese cuento y la fanfarria, yo no asistí a ningún matrimonio de esos; me
las arreglé pa’ no estar en la ciudad, y no fui no más.
M: En su vida, atreverse ha sido importante siempre?
A: Sí, siempre, ehh... ahora acabo de terminar un libro que va a publicarme la universidad
de un tema que no hay, no hay trabajadoras sociales que hayan publicado en eso... Igual,
yo trato de transmitir a mis alumnos, o sea, a esta altura yo ya no necesito ni siquiera
reconocimiento, no me pagan un veinte por publicar eso, pero pa’ mí es importante,
entonces, mientras yo esté trabajando voy a tratar de hacerlo lo mejor posible, y jugármela
por lo que yo creo, y eso es lo que quiero transmitir, independientemente el libro sea un
aporte o no sea un aporte, no sé; está pensado más para el alumnado, está escrito para
apoyar la docencia, ¿me entiende? Igual son 2 años de trabajo, que no te va a dar un
veinte, que tienes que financiarlo todo tú, y... igual, o sea... un riesgo, o sea, nadie te pone
esas metas, digamos...

Otro aspecto importante para ella es el de la sexualidad. Se siente orgullosa de verse menor
de la edad que tiene, se siente una mujer afortunada de poder vivir su sensualidad y
relacionarse con hombres atractivos físicamente, de tener una vida activa y plena a su edad,
lo que la hace sentir diferente de las demás mujeres de su edad.
A: […] una mujer que se deja engordar, que no se tiñe las canas, que no está ni ahí con su
aspecto físico, porque no le interesa, porque está en otra, no... esa nunca va a ser
candidata a la cirugía estética.
M: Claro. ¿Qué opina de esas mujeres?
A: A ver... Encuentro que se valoran poco; o sea que a lo mejor son muy brillantes
intelectualmente y están en otra, o son muy religiosas, etcétera; pero se privan, digamos,
de ser mujer poh, o sea, de las sensaciones que te da ser hembra, y...
M: En ese sentido, ¿hay como, como si se retiraran del ámbito de la sensualidad, una cosa
así?
A: Claro, claro; hay como un poco negarse la sensualidad; como, como inhibirla, como
taparla, como sublimarla, como opacarla. Hay gente que lo hace a través... es brillante
para los negocios, o es una intelectual, una mujer intelectual por donde la miren, una
religiosa, una que es samaritana, etcétera... mil tipos de mujeres, que se van conformando
en la vida. Pero obviamente que hay una parte de la sensualidad que, que se la empiezan a
negar poh, y lo cubren con decir: “No, yo no necesito eso”. Mentira, yo creo que se
mienten, porque es una esfera más de la vida de uno, y uno, digamos, se siente, yo creo
que... que si hay algo que a una mujer le duele, y yo creo que a un macho igual, es no
sentirse atractivo pal sexo opuesto; yo creo que... yo creo que es algo que te impacta, o
sea, que no pase nada contigo, o sea... porque... […]Entonces, esas mujeres que optan por
eso, digamos, ehh... niegan toda su sensualidad; se niegan a ser mujer, en el fondo, y se
esconden detrás de un biombo que toma distintas figuras.
M: ¿Y uno podrá...? O sea, en la vida, me imagino que esta forma de vivir la sensualidad
irá cambiando, ¿o no?
A: A ver...
M: ¿O cambia poco?
A: Yo creo que cambia poco, yo creo que cambia poco, porque pienso que hay muchos
mitos; o sea, ehh... y uno va aprendiendo de la misma vida, de uno misma; por ejemplo,
con esta pareja con la que yo terminé –que era puertas afuera-, teníamos una intimidad de
3 veces a la semana, lo cual, hoy día, por mi trabajo, que yo escucho, mujeres de 30, que te
dicen: “Si es que una vez a la semana me toca, más o menos tengo que aplaudir”.
M: Claro, prender velitas...
A: Claro. Tú empiezas a ver que eres capaz de estar 3 horas dándole, dedicadas a amar y
que te amen, a más de los 60, entonces, ehh... yo creo que...
M: ¿Usted se siente orgullosa de eso?
A: Sí, o sea, me siento, eh... o sea, me siento bien con esas cosas, o sea... eh... me siento...
mujer.
M: Viva, parece.
A: Viva, claro, vital, vigente, plena, ¿ah? O sea, capaz de, de todavía tener sensaciones,
digamos, que tenía cuando tenía 20 años, tener orgasmos, por ejemplo, entonces... me
siento como afortunada. Yo tengo amigas casadas, viudas, separadas, de todo, y hay
mujeres que están casadas y es como... la parodia “no seré feliz pero tengo marido”.
Tengo una amiga que estoy recordando en este momento, que el marido no la toca hace 14
años, que no la toca... Otras que es tan fome, que tú las escuchas y dices “es que estoy
recostá haciendo los huevitos (?)”, ¿me entiende?; otras que pagan por tener un buen
mino, y yo lo tenía por amor. Entonces... me siento afortunada […]

La decisión de operarse no fue fácil, le costó años decidirse y su principal motivación tiene
relación con verse cansada y sin energía, cada vez menos atractiva, una imagen con la que
ella no se identificaba.
A: Bueno, yo con el cuerpo, en general, siempre he sido delgada, ehh, me sentía bien con el
resto de mi cuerpo, salvo con mi cara, en ese momento; o sea, yo, ehh..., tenía el, la, los
párpados inferiores unas tremendas bolsas, y los párpados superiores estaban caídos, tan
caídos, que yo no me podía ni pintar, hacerme la raya por ejemplo, en esa época yo me
pintaba los ojos, usaba lentes; entonces yo, en la mañana, después de haber dormido mu...
bien, como siempre, yo me miraba al espejo, y tenía cara de cansada, por mis ojos, y me
encontraba con gente que me decía: “Ah, no dormiste bien anoche”, y yo había dormido
estupendo. Mi cara, digamos, ehh... no me gustaba, esa parte, la parte esta de los ojos;
como que sentía que la vejez se me había plasmado en los ojos, los años, ah. Ehh... y... y
entonces empecé a usar mucho lente oscuro, aun cuando no... muchas veces estaba –yo
vivo en el sur-, estaba nublado, no había ni tanto sol, ¿me entiende? Empecé a esconder
mis ojos detrás de los lentes

A: […], sentía que psicológicamente, yo no me la podía más con eso a cuesta ya, me
pesaba mucho, ¿me entendís?; era como andar con una joroba, como cojear, ¿me
entiende? O sea, me jodía mucho.
M: ¿En qué se notaba en la vida cotidiana eso?
A: Se notaba en que tenía menos punch –bueno, yo todavía trabajo-, y en que... en que pa
mí es importante verse bien, ¿me entendís?, o sea, yo le doy un espacio en mi vida,
digamos, a arreglarme, a sentirme, a sentirme que soy yo misma. O sea, yo no tenía
problema con tener las arrugas, ¿me entiende?, si hubiesen sido solo arrugas, pero eso de
tener esas tremendas bolsas y ese aspecto de cara cansada, y... eso me jodía. Porque,
pucha...
M: ¿Porque usted no se sentía así de cansada?
A: No, poh, yo no me sentía.
M: Pero, sin embargo, con el tiempo usted fue, parece, como sintiéndose más deprimida
con la...
A: Claro, me empezó a joder mucho, me jodió tanto, que dije: “Estoy cagá de susto, pero
me tengo que atrever”.

La cirugía plástica le devolvió una sensación de encuentro con su cuerpo, disminuyó le


extrañamiento que había sentido con los signos de la vejez.

A: Claro. Es como volver a ser uno misma, un poco es eso, o sea, mirarte al espejo, antes,
y verte así, es como no reconocerte; como la imagen que te da como que no eres tú, ¿ya?.
Entonces, mirarme ahora, siendo que soy yo, yo misma, ¿me entiende?
Caso 5, Alonso
Alonso tiene 36 años, mide alrededor de 1.70, es de contextura media y es algo calvo. Está
casado y tiene dos hijos. Estudió ingeniería comercial, dos masters y un doctorado en
Finanzas. Tiene un alto puesto en una empresa alimenticia importante. En su trabajo tiene a
su cargo setenta locales y mil doscientas personas.
Alonso es un seductor, y presume del físico que tuvo o que tiene (a ratos cambia su
perspectiva poniendo énfasis en el pasado o en el presente en desmedro de sus
consistencia), de sus logros laborales, de sus triunfos financieros. Es como un pavo real
mostrando sus plumas. Cuando el médico que me puso en contacto con él, me habló de
Alonso me contó que había preguntado “cómo estaba yo”, es decir, antes de acceder a
darme una entrevista le preguntó si yo era una mujer atractiva, lo que habla de su
orientación a la seducción.
Vivió una parte de su infancia en Ecuador junto a su familia, pero pronto volvieron a Chile.
En su juventud, fue deportista (hizo karate por 8 años, incluso llegó a ser profesor) y estuvo
muy dedicado a la actividad fìsica. En sus palabras, “fue muy pololo” durante su vida,
siempre le fue bien con las mujeres.
A: A mí siempre en general, o sea no sé, bueno, filo, como que me fue bien con las mujeres,
me encantan las mujeres. Entonces, me acuerdo, no sé, desde ahí en adelante fui súper
deportista, siempre estuve bien marcado, hice 8 años karate, llegué a cinturón negro y me
acuerdo que llegué al estadio Israelita, y se me abrió un poco el kimono y tenía todo
marcado, no sé, como que me creía la raja, ¿cachái? Y de ahí, te diría que eso duró, yo
creo que es, es típico, hasta que me casé. Me casé a los 26, y me dejé estar. Engordé, mi
peso normal eran 72 kilos, con un –me acuerdo perfecto porque me medían la grasa-, con
un 17 por ciento de grasa, y llegué a, tengo pesado, a 87, engordé como 16 kilos, y con
un... casi un 27 por ciento de grasa, o sea, era un... aparte de estar gordo, unos rollos
asquerosos.
Tiene una imagen de sí mismo muy marcada por el cuerpo que tenía en aquella época.
Según su relato, tenía un físico que llamaba la atención, los músculos abdominales bien
definidos y le gustaba mucho ir a tomar sol con sus amigos para estar bronceado, hasta que
se casó.
Más tarde, se separó y se fue a estudiar por 4 años un doctorado a España. En esa época, se
metió al gimnasio, bajó de peso y recuerda haberlo pasado muy bien. Hace un año volvió
con su ex-señora., aunque durante la entrevista declara que ya no está enamorado, sino que
lo hizo por sus hijos. Al volver a estar casado, volvió a engordar. Por eso relaciona estar
casado con estar gordo y estar soltero con estar más flaco.
Él declara que siempre ha estado preocupado de su físico. El proceso de operarse se inició
por iniciativa de su mujer quién se hizo una cirugía plástica (aumento de mamas), y luego
ella le sugirió hacerse un liposucción. A él le molestaba el rollo del lado y sus pechugas.
Entonces, fue con ella al mismo doctor, quien le mostró cómo se veía de espaldas y él lo
encontró “ordinario”. Una semana después, sin considerar ni informarse de los riesgos, se
sometió a la intervención.
Uno de los efectos de la cirugía plástica fue que reforzó su comportamiento de comer
menos y hacer más deporte. Aunque no le gusta ir al gimnasio, hace spinning tres veces a la
semana, por el resultado físico que espera lograr. Lo que a él le gusta es hacer escalada y
karate. Para él, el karate era una pasión, un estilo de vida, pero está físicamente
imposibilitado de hacerlo por dos hernias que tiene en la columna.
A pesar de su alta motivación por modelar su cuerpo, dice que no está dispuesto a
sacrificarse tanto como para volver al cuerpo que tenía a los 25 años, porque tendría que
dejar de lado otras prioridades que tiene ahora, como sus hijos y su trabajo.
M: ¿Cuando hai estado marcado no hai sentido como una presión por seguir así, ponte tú,
o por... o un modelo, o un, o un ambiente que te lo refuerza?
A: Yo voy a cumplir 36 años, entonces, yo ya no estoy marcado desde hace como 10.
M: Ya, ¿pero cuando lo estabai?, ¿cómo era?
A: O sea, yo sabía que tenía... tengo un físico súper bueno.
M: ¿Y lo sabíai por qué?, o sea, ¿en referencia a qué?
A: Porque me lo decían, poh, me lo decían las mujeres con las que estaba, y onda me
miraba al espejo y me daba cuenta, o sea, no tenía un gramo de grasa, era puro músculo,
entonces... o sea, bien, poh.
M: Y eso te hacía sentir bien.
A: Sí, súper bien.
M: Ya, ¿pero teníai un estándar o no?, ¿un canon?
A: Es que ahí, ese era, ese que, ese quedó siendo mi, mi estándar. Ahora ya caché que
igual, a ver, ahora yo podría a lo mejor volver a eso, ¿cachái?, porque no tengo nada,
tengo mucho que perder, pero no lo voy a hacer.
M: ¿Por qué no?
A: Porque no..., ponte tú, o sea, no quiero volver a lo que estaba, o sea, me gustaría verme
como estaba a los 25 años, pero no, no soy capaz de hacerlo, no tengo ganas.
M: ¿No eres capaz en el sentido de, de que no eres capaz de invertir lo que implica llegar
ahí?
A: No, tenís que todos los días al gimnasio, no tengo, o sea, yo tengo otras actividades que
me, que me demandan demasiado tiempo: tengo hijos, tengo trabajo que, estoy, estoy como
gerente de una tremenda empresa, entonces no, no estoy dispuesto a sacrificar ni tiempo de
trabajo, ni tiempo con mis hijos pa yo estar como estaba a los 25, o sea no, no estoy
dispuesto. Sé que podría hacerlo, hoy día, pero no lo haría; o me conformo con estar como
estoy ahora o con unos tres kilitos menos yendo a spinning (...) con suerte, si es que no me
jode la rodilla ni la espalda. Y con eso me conformo. O sea tampoco pretendo... no, no, pa
nada, te lo juro que no.
M: O sea que cambiaron las prioridades en tu vida.
A: Sí.

En ese sentido, podría pensarse que hay algún indicio de duelo por la pérdida de su cuerpo
juvenil.
Alonso relaciona verse bien con ser soltero y salir a divertirse. Dice que cuando está soltero
se preocupa más de su físico, de verse bien por estar “en el mercado”, pero estando casado
se deja estar.
A: […] si no tuviera hijos, seguramente invertiría ese tiempo en ir a (...), y si no estuviera
casado, si estuviera separado de nuevo, seguramente estaría más pretencioso y me llevaría
a lo mejor a invertir más en esas actividades.
M: Cuán pretencioso estás, depende de eso.
A: Parece que sí.
M: De si estás como “en el mercado”.
A: Sabíh, que sí, lamentable, pero sí.
[…] M: Bueno, pero, entonces, estái liquidado, pero te, digamos que a una parte de ti le
gustaría estar en el mercado.
A: Ahh, absolutamente.
M: De la conquista, ¿cierto?
A: Sí, sí.
M: Ya, pero parece que tu, tu nivel de, de, de pretensión o de preocupación por cómo te
ves, depende de eso. Depende de las relaciones intergénero, o... con el sexo opuesto.
A: Depende.

Es pretencioso y le gusta verse bien. Para él, su cuerpo le permite seducir al sexo opuesto, y
lo haría, si su situación fuese otra. Le gustaría poder estar “en el mercado” ahora, pero está
casado.
M: Está, pero eso quiere decir entonces que tu cuerpo vendría a ser como una
“herramienta” digamos, es el medio, el medio que te permite estar en el juego de la
seducción, o, no ahora, pero si estuvieras en otro escenario.
A: Obvio, obvio, si yo me siento bien, puedo seducir más, si me siento mal no hay ni una
posibilidad.

En cuanto a que la cirugía estética pueda cambiarle la vida a alguien no está de acuerdo,
sólo hace que uno se sienta mejor. Para él cirugía plástica es “pura pretensión”, es decir,
verse mejor, y lo demás son excusas.
Para Alonso hay una relación causal entre el verse bien y el sentirse bien, o también, en el
verse mal y sentirse mal. Esto, él lo relaciona con la autoestima, pero no con la seguridad.
La inseguridad es algo mental; no está en el cuerpo. La seguridad, que está en la cabeza, y
está relacionada con los logros profesionales y personales. Para él, el reforzamiento de la
autoestima tiene que ver con su autoimagen de objeto deseado.
A: Es que para mí verme mal, me impacta en sentirme mal. Ahora, esa fue una relación
causa efecto la de verme mal significa sentirme mal; entonces, uno, uno, al verme bien, pa
mí significa sentirme... mejor por lo menos, bien...
M: ¿Y eso tiene que ver con la autoestima?, ¿con quererse?
A: Sí.
M: ¿Y con la seguridad? ¿O no?
A: No, la seguridad no. Porque pa mí la inseguridad está, no, está en mi cabeza, no está en
el cuerpo. O sea yo creo que dónde estoy hoy día, o lo que he hecho, quizás da lo mismo,
pero es por, no es por mi cuerpo, o sea, yo no soy modelo ni, ni nada; o sea, la seguridad
está en tu cabeza, no está, lo que hai hecho, lo que hai estudiado, lo que te hai esforzado,
lo que hai logrado...
M: En tus logros como profesionales, digamos, o personales.
A: Sí, personales, pero nada que ver con el cuerpo. Yo he tenido unos momentos, como
cuando me contrataron en España como gerente general de una constructora, estaba súper
guatón, sin embargo ganaba más plata que nunca he ganado mi vida, y a los 30 años.
Entonces, pa mí no tiene nada que ver, ¿cachái? No, no tiene nada que ver.

Alonso está feliz de haberse operado porque se han cumplido sus expectativas. La
evolución ha sido buena, aunque al momento de la entrevista sólo había pasado un mes y
ello no permite hacer una evaluación completa sobre la cirugía. Este hecho de estar tan
cerca de la intervención y del proceso de recuperación incide en un punto muy importante,
es el único entrevistado que reconoce con cierta intensidad que ha sufrido y le ha dolido
mucho el proceso.
A: Me ha dolido más que la cresta, la faja duré tres semanas, me tenía chato, me la saqué;
eh, y he sentido que me he hinchado, ahora que me he, después del primer, después de la
tercera semana, no, no, recién ahora, me siento mejor; más dicho, recién ahora, al
principio ni siquiera me cabían los pantalones de cuando yo estaba gordo, por lo hinchado
que estaba, y eso decía: “Que onda, pero sí”, y ahora ya, ahora sí me estoy deshinchando,
pero recién ahora, después de un mes. Entonces, todo lo de pasar...

Aún así declara que lo volvería a hacer: “No sé, poh, el día de mañana si es que estoy con
triple pera, me la operaría. O sea, si puedo, lo haría.”
Caso 6, Pía
Pía tiene 26 años, es una mujer soltera, muy extrovertida, muy alta (1.80 aprox.) y de
contextura media (talla 42). Trabajó en el área de ventas en una empresa importante y en el
momento de la entrevista era socia de un Restobar. A los 23 años se hizo una liposucción
en el área de la cintura.
En el colegio, no se privaba de nada, tenía una buena relación con su cuerpo y desarrolló
esta personalidad extrovertida. Ella recuerda que, a pesar de no ser “una mina flaquita, así
de poto parao”, era muy popular, y era como “cover girl” (una mujer de portada de
revista). Los problemas vinieron después, alrededor de los 20 años, cuando aumentó de
peso por estar algo depresiva y comer con mucha ansiedad.
M: Y cómo influye eso, estar súper gorda?
P: Yo creo que lo que no me hacía sentir bien a mí, personalmente, era que... era esta, esta
cuestión de comer, así pero con esa ansiedad que no se llenaba con na, cachái?, con na
más; entonces, esa, esa situación encuentro como dura, penca; eso me hacía sentir más
mal, yo creo: esa cuestión de querer comer todo el rato, pa... no sé qué.

P: […]Yo creo que me empecé a preocupar de “oh, estaré gorda?, estaré bien?”, como a
los... si me operé a los 23, como a los 20, y sea, por primera vez me miré al espejo y dije:
¡Ay, hueón, qué gorda! –cachái?-. Parece que tengo que hacer dieta, e ir al gimnasio”,
porque siempre he sido como una talla, y de repente la talla típica desde que me
desarrollé, ya no... me quedan muy apretadas

Comenzó a encontrarse gorda y se empezó a preocupar del peso: se metió al gimnasio y


comenzó a hacer dieta. Bajó rápidamente 11 kilos en tres meses. Pasó de una talla 42 a una
36. Después todos le decían que se veía bien, cuando le decían que estaba flaca lo tomaba
como un piropo y –en sus palabras- empezó una “psicopatía” respecto al peso y a no querer
volver a engordar.
P: No. Me refiero así como a una cosa más ambiciosa (...).
M: Ahhh.
P: Cachái?, me entendís?, así como que empieza la codicia.
M: Como que te engolosinaste.
P: Claro. Codicia? Sí. Emm... me engolosiné: empecé a cachar de “oh, que estái guapa”, y
blablablá”, y no sé, poh; entre lo que los otros te dicen, supuestamente que “estás mucho
mejor”, más tú te veís así como “parece que sí”, y...
[…] P: ...estricta. Emm... la gente... bueno, empecé a bajar altiro de peso, y la gente me
decía: “Oye, que estái guapa”, o “Estái más flaca”... eso, supuestamente todos tenemos
metido dentro de la cabeza, creo yo, que es un piropo, cachái? Entonces... Bueno, me pasó
eso que te dije, puedo seguir bajando de peso, pero no quiero subir esos kilos, estoy
pesando eso (...). Empezó la psicopatía. Y creo que estuve un rato medio psicopatiá con el
tema. Nunca de caer en... vomitar, o anorexia, no, no, súper como bien, cachái? Si un día
me daba un gusto, como fuera de la dieta comerme un chocolate entero viendo una
película, al otro día notaba, tomaba desayuno, muy light, me iba al gimnasio, por ejemplo,
y comía súper sano, cachái? Pero...

Aunque mencione que no llegó a vomitar, admite que se volvió obsesiva con el tema de
estar flaca y que eso tenía rasgos psicopatológicos. De hecho, afirma que si un día se daba
un gusto en comida, al día siguiente hacía lo posible por repararlo, comiendo poco y yendo
al gimnasio, al que iba entre 3 y 7 veces por semana, comportamientos característicos de la
anorexia.
En el momento de la entrevista, esta obsesión de estar constantemente preocupada de subir
de peso ya estaba superada. Ella cree que con el tiempo maduró, su seguridad en ella misma
aumentó y por eso ella cambió de actitud. De hecho señala que no volvería a operarse
porque se dio cuenta que no vale la pena estar “preocupada del gramo”, que es una
estupidez. No obstante, cabe destacar que aun cuando la obsesión disminuyó o desapareció,
y hay en ella una postura crítica respecto al asunto, el tema y la preocupación por el peso no
despaarce, simplemente pierde relevancia y Pía describe otra forma de vivirlo y de
afrontarlo (la ropa es su medida).
P: [antes de operarse] yo estaba como, como estoy ahora, no... curioso, ahora no sé cuánto
peso; no... nunca me peso.
M: Te relajaste con el tema.
P: Sí, porque... qué lata vivir preocupado de eso, no? Y me preguntái, no me volvería a
operar ni cagando, de nada.
M: Por qué?
P: Porque caché que estaba muy en... “qué onda?”, ja, cachái?
M: No.
P: Es que no sé cómo explicártelo: ehh, encuentro que es muy latero que una preocupación
grande sea... el gramo. Yo creo que cuando te ponís en plan de bajar de peso, porque tú no
te sentís bien, porque si estái flaca, no sé, poh, quizás caís mejor, o... socialmente es mejor,
o te sentís más...
M: ...Cotizada?
P: Ponte tú. Es una estupidez, una pérdida de tiempo. Así que, volví a mi cuestión de la
ropa, y mi ropa es mi medida.
M: Ahá.
P: Cachái? Y... eso.
M: O sea, que mientras te quede bien la ropa que usái siempre, no te preocupái.
P: Y que yo me sienta bien y todo eso, no me voy a preocupar. Ahora, ehh, si... no sé, poh,
si volviera a pasar por una depre y subo tanto de peso, sin duda voy a volver a hacer dieta,
porque estaba súper gorda, cachái?, una cuestión... (...) decía...
M: Oye, y cómo se produjo este cambio como de... pensamiento acerca del peso, o de, de
filosofía, no sé cómo me gustaría ponerlo, o de valores, o de...?
P: Bueno, conocí un buda, jajaja.
M: Jajaja.
P: Vi a... vi la luz... No; eh, yo creo que en algún momento también da... no sé, como que
crecís, madurái un poco, y... quizás también ciertas decisiones que he tomado hasta ahora,
como que he estado así frente a dos alternativas, una un poco más riesgosa, como la misma
de esto [se refiere al hecho de poner un Restobar], cachái?, salí (?) de un trabajo seguro;
como pasos, así como importantes, he hecho (?): “Ya... esto, y me lanzo”, cachái? Ya, me
dan... como sentirme más segura de mí misma, como de buscar las propias formas de
resolver mis propios temas, cachái?

Con respecto al proceso de llegar a operarse, lo que le molestaba era un rollo en la cintura
heredado (en su familia todos tienen el mismo rollo), “rebelde” a las dietas y al ejercicio
(“Haga lo que haga”). Acompañó a una amiga mayor que se quería hacer una liposucción a
la consulta de un doctor.
P: después me ve a mí y me decía: “Ah, pero yo lo que te haría, en vez de sacarte el rollo,
sería ponerte pechugas”; y yo dije: “No, no estoy ni ahí”, onda: “Quiero que... ese rollo,
fuera!”. Y me dice: “Bueno”. Tanto, tanto salía la... yo en esa época tenía un buen sueldo,
y lo pagué, poh, lo podría... sin pensarlo: sin pensar en que me podían poner mal la
anestesia, que no era una clínica, cachái? Fue como: “Ah, ya, ok, esto sale, mmm”, ver si
tenía la plata, cómo lo iba a pagar y esperar el día.
Pía es una persona muy conciente de la dimensión estética y de la imagen que proyecta.
M: Oye, tú reconoces algún tipo de presión social, en el tema como de... no sé, poh, tener
un determinado cuerpo, o verse de una determinada manera?
P: Yo creo que sí, por... sí, no tiene que haber un error (?), sí.
M: Jaja.
P: Emm... que siempre en las conversaciones está presente el como valor estético de los
otros, y en general las cosas, cachái?, como en todo lo que hacís: ya sea la ropa... todo.
hasta el corte de pelo; yo lo sé, porque de repente me empiezo a cortar el pelo, así, medio...
más punky... “Ah, qué choro tu corte de pelo!”, “Sí sé”.
M: Y tú sentís que tu cuerpo expresa tu personalidad, por ponerlo así? Tu identidad?
P: Es que yo creo que más que...
M: O a ti te gusta expresarlo a través de eso, no sé...
P: Ehh, sí; yo creo que más que con el cuerpo, o sea... con las cosas que uno se, se pone;
una forma de... decís: “Oh, voy a tener el pelo así, me voy a peinar así, o me voy a
maquillar así, para esta fiesta...”, yo creo que sí, ah, en serio. Son como distintos... si tengo
que ir a hablar con el alcalde, uno se prepara, se dispone (?).

Aun así, tres años después de la cirugía, Pía tiene una postura mucho más crítica con
respecto al tema y eso se refleja en su relato de la cirugía y el postoperatorio.
P: Y en la mañana al despertar, me tenía que tomar con dos dedos de agua, la misma
pastillita, otra. Y estaba así bien ohhhhh [se refiere a estar bajo los efectos de algún
psicotrópico como una benzodiacepina].
M: Jajaja.
P: Lo pasé súper bien, de hecho. Y... llegué a la cuestión cagá de la risa... Bueno, lo que es
re feo es eso que llega el doctor después que estái todo con esta bata, en una pieza, acostá
y todo –estaba mi mamá, una enfermera-, y te empieza a rayar dónde te va a sacar:
entonces de acá, y la cuestión... y me saca un poco acá, acá (...) puntos (?)...
M: Y cómo te sentís en ese momento en que te raya?
P: Se ve feo, súper feo, porque más encima estái con un gran espejo frente tuyo y tú estái
en pelota, cachái?
M: Mhm.
P: El doctor se sienta atrás tuyo -o bueno en mi caso, porque estábamos viendo mi
“neumático” posterior-, y se ve feo; te hace ponerte de lado, y es como huy!
M: Pero qué huy: te da pudor, te da...?
P: No, pudor no; es como... ehh, ahora, recordando, en ese minuto no sé, yo creo que
estaba... cagá de la risa.
M: Estabai muy volá.
P: Sí, estaba muy volá; de hecho, yo me reí todo el día, jajaja; muy sensible, parece, a...
Y... ahora sí, acordándome que te hacen estas cuestiones que ellos no más entienden a
veces (...) y no sé qué... Ay, es como... no sé cómo expresarlo, en realidad; es como... que
no sé, poh.
M: Claro.
P: Claro.
M: Te sentís como mucho más objeto que persona?
P: Exacto; iba a usar la palabra como: manipulable?, así de “la... pedazo de carne -
cachái?-, y la podemos dar vuelta y le podemos hacer esto, nanana, y le podemos hacer el
corte...”, cachái?.
M: Ah, sí.
P: Eso; me entendís, más o menos? Ya.
M: Sí. Que es fuerte.
P: Sí.
M: Porque estái siendo como objetivada, así como...
P: Es más: yo creo que la otra vez te contaba que, pucha, si hubieran existido todos esos
programas que se pusieron de moda, de Cuerpo y Alma, y... que mostraban la operación y
toda la cuestión... (CORTE) Ehh, bueno...
P: […], pero eso no, no estaba antes de que yo me operara; creo que nunca había visto
nada. Después cuando los vi la primera vez en televisión, que la, la cuestión dije: “No
puede ser”.
M: Cómo, cómo es el procedimiento...
P: Sí.
M: Te dio asco.
P: Claro. Ehh, lo encontré... “Cómo le pude hacer eso a mis pobres, pobres rollitos, a mi
cuerpito”.
M: Jajaja, chuta!
P: Sí, me dio... Huuug! Sí, no me gustó na, porque... cachái cómo es la lipo o no?
M: Sí, como que meten una... como que van licuando...
P: Es un succionador...
M: ...como aspirando...
P: ...o sea, no tiene más ciencia que... o sea esa es la cien... la lógica de la cuestión: es una
aspiradora, y, y más encima la aspiradora no se enchufa uuuuufff y chupa; no poh: hay que
hacerle succión, poh, y es fuerte.
M: Hay que ir como moliendo la grasa, o algo así.
P: Claro. Y ahora que yo me acuerdo, por ejemplo, después de la operación, ya, habré
dormido un rato en la clínica...
M: Mhm.
P: ...me llevaron pa mi casa, tenía que estar en reposo todo ese día, y al otro día yo ya me
podía levantar; tenía que usar por un mes una faja
P: […]Y bueno, los días pasaban y los moretones eran más espantosos, espantosos.
M: Ah, quedabai morá.
P: No, horrible; es una hora... que yo debo haber estado en un estado de conciencia muy...
idiota pa haberme hecho esa cuestión. Más encima, después cuando vi la, la cuestión del...
M: Sí.
P: ...sacagrasa, me acordé de mis moretones y dije: “Pobre cuerpo!”; es como apalearse
por las puras, cachái?
M: Mm. Y esos primeros días con esos moretones, cómo te sentíai?
P: No, no pensaba en ellos.
M: No pensabai en ellos?
P: No; van a pasar. Es el proceso de recuperarme; me saqué el rollo...
M: Estabai contenta...
P: Sí; no, y muy ansiosa de saber cómo iba a quedar.
[…]
M: Súper feliz y... por cuánto tiempo?
P: Nada, porque después buscái otra cosa como pa hacerte daño.
M: Jajaja.
P: No sé, jajaja, alguna paja metís, no sé: “Ahora soy triste porque no me gusta mi
trabajo”, y no sé, jajaja... No, un chiste. Ehh... no sé por cuánto tiempo. Yo creo que... soy
más feliz ahora, y que no me preocupo demasiado. Incluso, me encanta tener un lugar
donde, no sé, se pueda tomar y comer y compartir, creo que eso es más choro; en vez de
andar preocupado de ti (?).

Su visión respecto a lo que motiva una cirugía estética se relaciona con “discursos” –en sus
palabras- con los que uno explica su falta de felicidad y el lugar donde pone o donde se
expresa su inseguridad. Ella siente, por ejemplo, que después de su cirugía, su inseguridad
la trasladó a otro aspecto de su vida, al área de la conquista y la sensualidad.
P: Es que yo creo que todas estas cuestiones son como discursos que uno...
[…] P: Claro, que tú creís, tú decís: “Ah, por qué no soy feliz hoy?”, “Por x, ponte tú, por
el rollo”, “Entonces, si hago esto, yo voy a ser feliz”; entonces, cuánto dura la felicidad?
Dura cuando te... hasta yo cacho que hasta que te dai cuenta de que no es así... me
entendís?
M: Mhm.
P: Que no hay una “felicidad”, o una... un sentirse eternamente bien, o un sentirse
eternamente seguro... yo creo: eso es como de adentro.
M: Mhm. Y después, ehh, en ese lugar donde pones la inseguridad o la infelicidad o...
cambió...
P: Sí.
M: No... parece que no la... no vol... no la volviste a dirigir hacia el cuerpo, sino que a...
cosas distintas.
P: Ah, yo, claro... yo creo...
M: Jajaja.
P: Ehh... Dónde me escondo? Quizá en mi trabajo...
M: Mhm.
P: ...aquí. Y mmm... dónde está la inseguridad? Yo creo que en poder establecer una
relación de pareja, o de... o de atreverme, ponte tú: “Ah, me gustó ese niño...” (ah, ese
niño), emm... a hacer cosas como por co... a sentirme como intencionadamente coquetona
con ese tipo, titititi, y no quedarme así: “Oh, me gusta, pero que no se vaya a dar cuenta
que le gus... o sea, que a mí me gusta”, imagínate, totalmente infantil, o no?

P: Pero en qué me siento más segura, ponte tú, hoy, respecto a esa época; a mí como
persona frente a situaciones individuales, ponte tú: mi relación, no sé, poh, mía con mis
empleados, yo con mis amigas, yo con mis amigos, yo con las nuevas personas, yo con
personas mayores que tienen que ver con mi trabajo, siempre, como que eso... en eso te
movís; mi familia... siempre nos hemos querido todos mucho, entonces como que todos nos
encontramos bellos y lindas personas...
M: Y en el área de la sensualidad? O de la conquista y eso?
P: Eso es lo que te comentaba denantes: yo encuentro que ahí es donde puede haberse
traspasado todo este miedo, toda esta inseguridad.

Pía cree que, aunque podría darse que una cirugía generara un cambio en la seguridad, en la
personalidad de alguien, en ella el cambio se dio más bien “de adentro hacia fuera”.
Caso 7, Carlos
Carlos, tiene 30 años, es calvo (y se afeita la cabeza), de tez blanca, de estatura media y
contextura algo gruesa. Está casado con una esteticista, es ingeniero civil y trabaja en un
banco. Es un sujeto relajado, extrovertido, habla con soltura, y se declara “algo
pretencioso”. A lo largo de la entrevista expresa sentirse cómodo y a gusto con su cuerpo, y
lo asocia con la forma particular de ser de su familia, una familia afectuosa y acogedora, de
mucho contacto físico, de hacerse cariño.
Es una persona deportista. Le gusta jugar fútbol, raquet, hacer natación y bailar. También
caminar, a veces al trabajo, otras subiendo cerros. Carlos es evidentemente un hombre que
se preocupa de su cuerpo, de comer sano.
CA: O sea, te juro que…a mí me gusta [la pelada]… no sé, nunca me ha complicado…al
contrario, como que me distingo por una cosa distinta no más…
M: ¿Y por qué…de qué crees que depende que pa’ti no sea un tema y para otros hombres
sí? Porque demás que pa’otros hombres sea un rollo…
CA: De cómo lo asumís, de lo contento que estai contigo, de que…ehem…que no sólo lo
externo sea lo más importante, ¿cachai? Si vai por la calle, la nariz…ok…pero da lo
mismo, o sea…después hay todo un tema detrás tuyo que si te conocen, bueno ahí
descubrirán porque estoy pelao o no, ¿ cachai?
Dice tener una buena relación con su cuerpo, con la excepción de pequeñas críticas a las
que les otorga poca importancia. Se hizo una rinoplastía cuando tenía 19 años, en verano,
antes que comenzaran las clases. Su madre lo acompañó en todo el proceso.
El origen de la operación, su motivación, es algo confuso. En principio en su relato él no
alude a un descontento importante con su cuerpo, como ocurre en la mayoría de los casos
de cirugía estética, sino que a un problema de mala respiración (por adenoides) que sufría
desde niño. Además se había golpeado varias veces en la nariz, lo que hizo que de a poco se
le fuera desviando el tabique. Estos problemas médicos se podían resolver recortando los
cornetes, sin embargo, cuando aparece la posibilidad de aprovechar la oportunidad y hacer
una intervención estética, deciden hacerlo y él dice que en ese momento, en que “encontró
la solución, pasó a ser un tema”.
[…] M: ¿Y te hiciste una rinoplastia?
CA: Sí…tuve un problema de respiración…desde siempre…desde chico tuve adenoides y
ene problemas en las amígdalas y como que desarrollé un problema grave en la
respiración, ¿cachai? Tuve que ir al fonoaudiólogo. Y llegué a un punto en que estaba, o
sea, la huevá no tenía vuelta, o sea, no tenía solución
M: Respirabai por la boca
CA: O sea respiraba mal, mucho por la boca, o sea la mayor parte del tiempo por la boca.
Y una solución era sacar todos los cornetes, o sea dejar sin cornetes. Y…no sé, en la
actualidad lo deben usar muy poco porque crecen de nuevo, ¿cachai? Y mejorar un poco el
tabique, en el sentido que me pegué cuando…desde chico a esa fecha me pegaba siempre,
me caía en la nariz, me llegaban pelotazos en la nariz (risas) era todo un centro de
atención de todo golpe y me pegaba ahí, ¿cachai? Entonces se me fue como desviando el
tabique de a poco, muy poco…Ehem…Entonces existía la posibilidad, de aparte mejorar el
tema médico, ¿cachai?, hacer una cirugía estética, que era así como en la misma área,
¿cachai?, entonces era como muy factible. Y parte de esta cirugía estética ayuda un poco a
mejorar el conducto respiratorio, entonces era como súper bakán…
M: Que era la parte del tabique, ¿cierto?
CA: Claro…sí… Así que estuve totalmente de acuerdo. Porque igual como que sentía ese
detalle en la nariz, ¿cachai? de todos los días….así que lo hicimos poh…
M: Y… ¿pero no lo pensaste mucho?, o sea, ¿no era un tema para ti la nariz antes, era sólo
un tema médico?
CA: Ehem…es que a partir de ese momento fue como que pasó a ser un tema… (tono
jocoso)…como que cuando encontré la solución…o sea, no sé si la solución, pero el
cambio, ¿cachai? puede ser un tema. Antes no me lo planteé…porque estai…como que
vivís con tu cuerpo feliz y te adaptai a lo que tenis, ¿cachai? Pero como que existió esta
posibilidad, de pronto fue….como que saltó a la vista.[…]
Entonces, esta cirugía, aunque surgió como parte de la solución a su problema físico y antes
no se había planteado el tema de su nariz como un problema estético, tiene en su origen o
motivación un elemento particular que la aleja de una cirugía por motivos de salud: en su
relato aparece la asociación de la nariz con escenas emocionalmente desagradables (malos
recuerdos respecto a los múltiples golpes que recibió en su vida en ella), y su
representación como “un imán de accidentes”.
CA: Tenía un imán
M: Como un atractor de problemas…así
CA: Claro….Porque...es que me trae malos recuerdos estos golpes, ¿cachai? estas caídas.
Entonces, yo siempre lo relacionaba con la nariz, entonces fue como…de repente eso fue
un poco…No sé, tengo un recuerdo súper heavy…estoy viendo un partido de acompañar a
mi papá, ponte tú, a jugar baby fútbol…y estaba sentado en la gradería y me llegó un
pelotazo en la nariz, ¿cachai?, siendo chico, no tan chico, pero chico. Entonces…un
recuerdo malo…y estaba en el centro de atención... estaba la nariz, ¿cachai?
Eso...era…por qué, ¿cachai? como que eso se suma…
M: La operación fue como un borrón y cuenta nueva…
CA: Claro
Entonces la cirugía le permitió empezar de nuevo, haciendo “borrón y cuenta nueva”. Ese
sería uno de los cambios más importantes que le trajo su cirugía. El otro fue que hizo que se
sintiera más atractivo y según su relato, tuviera más éxito con las mujeres. Él ya tenía
suficiente seguridad en sí mismo, según su narración, porque el “tema de la nariz” no
influía mucho en él, así es que no reconoce entre los efectos de la cirugía un aumento en
ella.
M: Ehem… ¿Cuál es tu evaluación final de la cirugía?
CA: Que fue súper positiva, que… me mejoró bastante algunos problemas de respiración
también ehem…momentáneamente, igual después tuve que seguir tratamiento, ¿cachai?
Ehem…pero me dejó contento…me dejó contento, porque no era sólo ehem…porque “yo
tengo está nariz porque nací así”, ¿cachai? por una serie de golpes que llevaron a
moldarla, me molestaba que cada vez que (risas) que me pasaba algo se…me jugaba en la
nariz, ¿cachai? Entonces como que en ese momento nunca más me… golpeé la
nariz…bueno, una vez, nada más, justo después de operarme (risas)
M: Oh…
Pero… después no fue un tema, ¿cachai?..Antes era un tema...siempre me quedaba
doliendo, me pegaba, era un tema no sólo de la estética sino de todo este problema de la
respiración que tenía, ¿cachai? Pasando eso, como que lo superé. Fue algo positivo…dejai
la enfermedad atrás, ¿cachai?

Aun cuando Carlos no expresa ninguna disconformidad o molestia con su cuerpo, sino todo
lo contrario, una gran comodidad y encuentra en ciertas actividades físicas una gratificación
importante (como en bailar), se refiere a algo que dejó atrás gracias a la cirugía plástica,
que nombra aquí como una enfermedad. Sin embargo, en su narrativa no hay una
enfermedad clara, ni una definición diagnóstica, y aunque la hubiera, no se relaciona con la
parte estética de su cirugía. Queda obscurecido, por lo tanto, qué es lo que dejó atrás.
Caso 8, Bernardita
Bernardita tiene 30 años, es soltera y tiene un hijo pequeño. Es de contextura mediana,
mide alrededor de 1.60, tiene el pelo negro, la piel clara y los ojos de un azul intenso. Es
comunicadora audiovisual y trabaja en el rubro de la publicidad.
Durante su época escolar se dedicó a hacer deporte. En sexto básico comenzó a hacer
gimnasia artística, y luego hizo atletismo y otras disciplinas aún cuando tenía problemas
físicos en su espalda. Comenzó a engordar en la educación media, aunque siguió haciendo
deporte. Es irónico, dice, porque en el periodo que más hizo actividad física en su vida fue
cuando estuvo más gorda.
La relación con su cuerpo no era buena desde la adolescencia, época en que no se sentía
cómoda o conforme con su cuerpo: se encontraba fea y gorda, “poco agraciada” y poco
armónica, lo que afectaba su autoestima e influía sobre su gran inseguridad. Aún cuando no
se había operado la nariz, y sostiene que su cara se veía más tosca; el tema más
sobresaliente no es la nariz, sino que el conjunto de su cuerpo: no le gustaba, se consideraba
pechugona y grande.
B: No sé…mira…no recuerdo así…como así…que haya sido para nada feliz con mi cuerpo,
porque yo me consideraba gorda y no me hacía gracia. No….no me encontraba bonita en
ningún caso…además todavía no me había operado la nariz, por lo tanto, eso me hacía
verme más, siento yo, gruesa y…y…tosca. Era grande de cuerpo, era muy pechugona, tenía
la espalda súper flaca…como que no era un cuerpo, a mi gusto, muy agraciado. Y no sé si
pasó por eso tampoco, pero...pero yo siento que eso, no me hacía tener una personalidad
más desinhibida, obviamente habían un montón de otros problemas que tenían que ver con
otros aspectos de mi vida que hacían que yo fuera más… más…
M: ¿Más qué…?
B: Más insegura…pero no con…necesariamente con el cuerpo… (Cambio drástico de voz)
Eso poh….era súper insegura yo, era súper insegura cuando estaba en el colegio….súper,
súper insegura…sigo siendo insegura, pero no tanto…
M: Ehem…
B: Pero sí…me encontraba fea, yo ya en la adolescencia me encontraba fea. Me hice la
base y tenía el pelo enrulado…usaba mucho esa chasquilla ¡espantosaaa! Y usaba frenillos
y tenía espinillas (risas) ¡Horroroso!..No poh, no me encontraba muy graciosa, en general
con toda mi imagen, no sólo con mi cuerpo…no…o sea, claro, la Sonia [la hermana 2 años
menor] era mucho más gordita que yo y tenía muchos más rollos, entonces como que
yo…un tema que yo…no…no…quizás resolví mucho más…quizás lo resolví después. En
ese minuto no era un tema para mí…o…
M: ¿Porque era por contraste… decís tú?
B: Por contraste, claro, porque en el fondo, yo no podía alegar tanto porque si ella era
más gorda, yo no podía ponerme a alegar además y a pedir que yo quería hacer para que
me pagaran nutricionistas, cuando obviamente ella era mucho más gorda que yo...y toda la
atención estaba puesta en ella…y es como que yo…Mis problemas tenían que ver, no sé,
con la conducta y con las notas. Entonces como que la preocupación conmigo pasaba por
eso, ¿cachai?...no…no…Y tampoco como que me iba tan mal, así como con los
pinches…entonces no era tanto tema. Pero para mí igual no era un tema cómodo, no me
encontraba bonita, no…pero tampoco me controlaba la vida, en ningún caso, creo yo.

Como vemos, a pesar de no estar conforme con su cuerpo en su casa no se quejaba mucho
porque el problema de su hermana con el sobrepeso era el que concitaba mayor
preocupación de parte de su familia (particularmente su madre). Como su hermana era más
gorda que ella, sentía que “no tenía derecho” a lamentarse sobre su situación. En contraste,
la preocupación central de Bernardita y su familia, durante la adolescencia, se centraba en
el rendimiento y conducta escolar que evidenciaban problemas. Ello la llevaba a no sentirse
suficientemente inteligente en comparación a sus compañeras. Para ella era más terrible
sentirse tonta que sentirse fea. Esto es otro ejemplo de su baja autoestima.
B: Claro, mi vida no giraba en que yo no me sintiera bonita y no me sintiera…y que mi
cuerpo no fuera el que yo quisiera, no giraba en torno a eso. Era un aspecto más que no
era el más adecuado, no más, pero no giraba en torno a eso, para nada…O sea, era un
tema, pero un tema más dentro de otros temas. Para mí era mucho más tema… que me
sentía, no sé, o…floja en el colegio, que no me iba bien, que me sentía más…como tonta,
me sentía no lo suficientemente inteligente, que no estaba como a la altura de mis amigas y
mis…porque mal que mal, mis mejores compañeras de colegio fueron gente las más mateas
del curso, y eran mis mejores amigas, ¿cachai?, entonces era como… siempre tuve esa
diferencia, para mí esa diferencia era más marcá. Porque, no sé, el grupo de mis amigas,
ponte tú, como éramos un grupo de las más pernas, yo claramente tenía más personalidad
que las otras y en general, yo era la que daba la cara por el grupo, y el tener los ojos
azules siempre me jugó a favor. Entonces como que el que yo no me sintiera tan bonita, no
era tan…tan importante como que yo no me sintiera inteligente, o me sentía más tonta o me
sentía más floja y era incapaz de superar. Ese tipo de trancas eran para mí mucho más
importantes, y han sido mucho más importantes de resolver que si no tengo el cuerpo que
quiero tener, ¿cachai?

Es relevante que aunque no se sintiera inteligente, ni muy bonita, tenía más personalidad
que sus amigas “mateas” y “daba la cara” por el grupo. De hecho, sostiene que sus ojos
azules eran un rasgo a favor en ese aspecto, ya que ayudaban a tener mejor desplante.
Aunque no era un problema “que controlara su vida” –en sus palabras- la preocupación
por el peso siempre ha estado presente. Durante su época escolar hizo muchas dietas, pero
lo hacía principalmente porque “había que hacer dieta”, todas sus amigas lo hacían. Sin
embargo, según su relato no se las tomaba tan en serio como las demás y tampoco fueron
efectivas. En el colegio pesaba 64 kilos, y con los años, durante la adultez, llegó a pesar 57
kilos, sin hacer nada en especial. Fue algo progresivo.
Después de salir del colegio nunca volvió a hacer deporte. Tuvo otras preocupaciones y
prioridades. Menciona que no tenía suficiente disciplina e inteligencia hacer más cosas
aparte de estudiar o trabajar.
Con respecto a la relación con su cuerpo, la entrevistada también percibía una
masculinización de su personalidad determinada por su cuerpo. Esto es bien particular, no
es frecuente que alguien sea tan explícito en atribuir la causa de sus rasgos de personalidad
-en alguna medida- a la forma de su cuerpo y rostro. Tenía una personalidad fuerte porque
se acomodó a su cuerpo, que era tosco y violento. Incluso sentía que su nombre, Bernarda,
apoyaba esa masculinización. Con el tiempo y en parte gracias a la cirugía, su cara se
dulcificó, y según la narración de Bernardita, también su personalidad, y el trato que los
demás le daban, llegando a llamarla con el diminutivo de su nombre.
B: O sea, yo no me encontraba bonita, no me encontraba bonita, no me sentía
bonita…sentía que, o más bien sentía que lo que…que yo era…no me daba cuenta de la
nariz, la nariz no era un tema, pero me miraba al espejo y me daba cuenta que lo que
había dentro de mí, no tenía que ver con esta cara que yo sentía tan tosca. Que
ca…después que yo me operé, todo el mundo me dijo, “¡hay, te ves igual!”. Hay gente que
me dijo que me veía igual, otra gente que notó…que notaba mucho la diferencia. Sin
embargo, yo creo que mi cara se fue adulzando con el tiempo, en la medida con que mi
nariz era más acorde con mi cara. Porque yo tengo la cabeza chica, soy de cabeza chica,
soy de cara chica, tengo la boca chica, los ojos chicos y tenía la nariz muy grande; o por lo
menos, esa era mi imagen, esa era mi sensación. Entonces, yo sentía que lo que yo era, lo
que…yo trataba de ser, así…simpática, divertida, así como menudita…no iba acorde con
este cuerpo que era mucho más gordo de lo que yo sentía y que mi cara era chica, pero
muy tosca y grande. Yo sentía que…entonces como que mi personalidad se acomodó a este
cuerpo que era más violento, para mi gusto, y me generaba una actitud como de más
defensa, más violencia ante la vida, ¿me cachai?
M: mm…
B: Mi cuerpo era fuerte, por lo tanto yo tenía que ser fuerte.
M: ¿Cómo una masculinización?
B: Sí, claro como una masculinización, de alguna manera si, como una masculinización
M: Y…mm…
B: Además que llamarse Bernarda implica que uno no podís ser…como suavecita…Como
que todo el mundo era: “Bernardita” (cambia tono de voz y enfatiza las r) Y ahora de
grande, ahora me dicen Bernardita, todo el mundo me dice Bernardita, en todos lados: en
mi oficina, en las pegas...”la Bernardita”, y a mí me da risa porque yo no estoy (riéndose)
jamás nunca en mi vida me dijeron Bernardita, nunca nadie me dijo ni Bernie ni Baby ni
nada. Siempre me dijeron Bernarda (con voz de seria)
M: mm… ¿Y erai como más atarantáaa?
B: Más atarantá…y era más brusscaa…y era más violentaa, no más violenta, más agresiva
en mis actuares en general. Y en estos últimos diez años, no sé, pasé de ser Bernarda a
Bernardita, heavy, a pesar de que soy más vieja y que soy menos Bernardita que antes (en
tono jocoso), ¿cachai?...como divertido
Se hizo la rinoplastía a los 22 años. Cuenta que la nariz se la quebró dos veces, a los 9 y a
los 22. La segunda vez, el médico le ofreció operarla y ella aceptó. Aunque la operación no
era necesaria por motivos de salud, el doctor la hizo pasar por reparatoria lo que hizo que la
cubriera la Isapre y el seguro de su madre. En su relato de la cirugía aparece el rol de su
madre con mucha preponderancia, como coprotagonista del episodio. Su madre aprobó la
decisión, mostró tanto entusiasmo como ella, la acompañó en todo el proceso y la apoyo.
Tal como ayudó a la hermana de Bernardita a tratar de bajar de peso, apoyó a Bernardita en
la cirugía. Pareciera que se trata de una madre muy pendiente del cuerpo de sus hijas y sus
preocupaciones asociadas a él.
B: […]No era una cirugía que hubiera que hacer por un problema de tabique o
respiración, o sea, el tipo me dijo “yo esta cirugía la puedo pasar no por rinoplastia, sino
como una cirugía reparatoria, funcional, que no lo va a ser, lo podemos pasar así y la
ISAPRE te la va a pagar”, y que sé yo. Y así lo hicimos, o sea, a mí me dijeron “te puedo
operar la nariz”, mi mamá me dijo al tiro que bueno y que yo también, ni lo pensé dos
veces […]
B: […]En el fondo, si me la operé fue porque me salía gratis, lo cubría la ISAPRE, lo
cubría el seguro de mi mamá de la oficina. […]…Si claro así cuando nos dijeron eso a mí y
a mi mamá, nos miramos, y dijimos, pero!, por supuesto que me opero, por supuesto
M: ¿Y por qué tú y tu mamá?
B: Porque estaba con mi mamá cuando fui…porque mi mamá…porque era un doctor que
era del c… [lugar de trabajo de la madre], y mi mamá me acompañó.
M: ¿Y qué…?
B: Porque mi mamá me llevaba al doctor, porque yo era chica (risas)
M: De acuerdo, pero ¿qué papel jugó tu mamá ?, porque ella parecía…porque…de la
forma que me lo dijiste recién, parecía que tu mamá estaba tan entusiasmada como tú
B: Si porque mi mamá tiene la misma nariz que yo, tenía la nariz grande, no tan grande
como yo, pero la tenía grande, y era como en el fondo, ella quería que yo me sintiera
bonita también. Ella sabía que para mí era un tema la nariz, que me hacía sentir más fea y
me hacía sentir más grande. Y así como, no sé, puso toda su energía en que mi hermana
tuviera psicólogo (acentúa la palabra) y nutricionista para que bajara de peso y se sintiera
bien con su cuerpo. También, ella estaba, se entusiasmó mucho en saber que por fin, iba
ayudarme a mejorar ese aspecto de mi vida que en el fondo, me entrampaba de alguna
manera, no…Mira, yo creo que… el que yo fura tan gorda, o sea, yo no era tan gorda, el
que yo tuviera sobre…más peso de lo normal, no me entrampaba tanto como la nariz,
ponte tú. Yo creo que la nariz, sí me insegurizaba o me hacía sentir más fea de lo que yo
era. La nariz si me bloqueaba más, pero, sin embargo, nunca me hubiera gastado la plata,
yo creo. O sea, ahora que me la hice, si yo hubiera sabido los beneficios, claro, me la
hubiera gastado. Pero en ese minuto probablemente hubiera hecho otra cosa, le hubiera
dicho a mi mamá que no.
En el relato referente a los motivos para operarse aparece una cierta ambivalencia. Dice que
no le gustaba su nariz y siempre se la había querido operar, pero no se imaginaba gastando
toda esa plata en eso. Es más, afirma que si hubiese tenido esa cantidad de dinero, la
hubiera gastado en otra cosa, en viajar.
B: […] porque la idea, mi idea de operarme la nariz, era una idea…que toda la vida quise
operarme la nariz. Siempre dije: Si yo un día tengo un millón de pesos para operarme la
nariz, probablemente voy a agarrar el millón de pesos y me voy a ir de viaje, ¿cachai?
M: A ver, no…explícame eso
B: O sea, siempre me quise operar la nariz, pero jamás hubiera gastado…
M: Porque siempre encontrabas que tu nariz era fea…
B: Porque mi nariz era fea, porque yo me sentía fea con la nariz que tenía, no me sentía
bonita, me sentía tosca y grande
M: Pero hasta ahora me has explicado tu sensación con tu cuerpo como una experiencia
como total que tiene que ver con el volumen, la forma, la cara…
B: mm…mmm
M: ¿Pero siempre estuvo entonces de manera especial la nariz?
B: Si, poh…la nariz, sí poh…con la cara, sí…porque la única cosa que era poco pareja en
mi cara era la nariz, ¿cachai? O sea, la nariz siempre fue el tema…siempre fue el tema.
Pero…pero yo nunca tuve…pero, o sea jamás, …jamás me imaginé gastando y pidiéndoles
a mis papá, en esa época , yo era chica todavía, pidiéndoles que, no sé, que me pagarán un
millón de pesos, que era lo que, no sé, me podía haber salido una operación de nariz en ese
minuto. Jamás lo hubiera hecho, o sea, si un día me hubieran regalado un millón de pesos,
probablemente me hubiera ido de viaje, eso era lo que te quería decir, ¿cachai?
M: Ah, ya
B: No hubiera gastado plata en operarme, jamás. En el fondo, si me la operé fue porque
me salía gratis […]

Ella sentía que su nariz hacía que se sintiera insegura, más que el tema del peso. En lo que
respecta a las consecuencias de la cirugía, sus resultados, dice que desde que se operó “ me
empecé a sentirme más bonita por la vida […]”. Con la operación ella cuenta que “se sacó
un peso de encima”. Se sentía más bonita, contenta y segura. También cree que le ayudó en
el ámbito laboral, ya que ella trabaja en un ámbito donde la imagen importa.
B: Me daba un bienestar, claro, no tenía que ver sólo como con la seguridad, sino que me
sentía como…era como un peso menos encima, era algo que ya no me molestaba, que no
me iba a molestar nunca más en mi vida, tenía como un peso menos encima, algo menos en
que pensar, algo menos que me complicaba la vida, algo menos que me hacía demorarme
más cada vez que me miraba al espejo y decía “chucha, cómo…” Ahora ya nunca más me
pasó eso, ¿cachai? Al contrario era un placer, me miraba, me encontraba bonita y aunque
no estaba perfecta y aunque…pero me da lo mismo, o sea, como que no…
M: mm…y ¿qué más…qué más consecuencias o cambios… pueden haber traído en ti y en
tu vida?
B: Es que a la larga, eso poh…bienestar y finalmente seguridad.
M: Y como repercute la seguridad en otros ámbitos de la vida, en el fondo. Esas son las
consecuencias.
B: O sea, claro. Y en el encontrar pega y en un montón de cosas, en un montón de cosas
que han pasado, sobre todo, que yo trabajo en una pega que es como súper de imagen.
Encontrar buenas pegas…como que donde vaya la nariz respingadita y los ojitos claros y
buena presencia y colegio, o sea, y apellido gringo, entrai a todos lados, poh, es heavy…
Es una realidad en Chile y va a seguir siendo, probablemente, mucho tiempo más.

La evaluación de la experiencia de hacerse esta cirugía plástica es “fantástica”. A ella le


“cambió la vida”.
M: Ehem… Muchas personas piensan que la cirugía plástica puede cambiarle a uno la
vida, ¿qué piensas tú al respecto?
B: Sí, si te puede cambiar la vida, absolutamente
M: ¿Pa’bien o pa’mal?
B: O sea, yo creo…a mí…yo siento que a mí me cambió la vida, a mi me hizo la vida
muchísimo más simple, me la hizo más agradable y me la hizo más simple en cosas
cotidianas…en el arreglarte, de no entramparme en una búsqueda de…O sea, como
que…me hizo sentirme más bonita, pero al mismo tiempo, me quedó súper como…o yo he
tratado de tener siempre la conciencia de que nadie, nada es perfecto y que mi nariz,
gracias a Dios, no quedó perfecta cuando me operaron, quedó una nariz que se nota que es
operada…Y…y…en el fondo como saber que siempre la belleza no pasa por la perfección,
es algo como que yo trato de recordar cada vez que hablo del mismo tema, hablo del tema
de la operación, en particular conmigo. Pero sí siento que me cambió la vida, que me la
hizo más agradable, que me la hizo más simple, que me…me…me hizo sentirme más segura
y sentirme más linda […]
[…] B: (Silencio) Yo creo que sí, claro que te cambia, no sé si drásticamente y te pone
otra persona, pero te cambia. Yo siento que a mí me cambió, a mí por lo menos siento que
me calmó, por ejemplo…Me calmó, siento que yo dejé de ser agresiva, me hizo sentirme
más dulce, me…me hace sentir mucho más mujer. Siento que mi personalidad es más
femenina ahora que… me siento yo más armónica con mi cuerpo […]

En el relato de Bernardita se pueden distinguir dos líneas argumentativas, que están unidas
a algunos procesos de su vida. La primera tiene relación con el proceso de auto aceptación
y autoestima. Ahora se siente más a gusto con su cuerpo, y eso es un proceso que
aparentemente parte con la cirugía, se nutre de algunas psicoterapias, y avanza a lo largo de
los años. La segunda con preocuparse más de la salud, el bienestar, de ser natural que de la
belleza. Sin embargo, estas ideas no están exentas de contradicciones y de idas y vueltas
entre la salud y la belleza. Finalmente, la preocupación por el cuerpo aparece de un modo u
otro, ligada a la inseguridad que aparece al compararse con otras mujeres, a la idea del
deterioro de la edad, etc.
B: O sea, existe la presión, absoluta presión social a ser más bonito, como que todo mundo
tuviera que embellecerse, como que…como que…o sea, yo en general, soy súper poco
aplicada a embellecerme, súper poco aplicada. Soy más aplicada como al…al tratar de ser
natural…no sé, si siempre fue así, pero por lo menos ahora….no recuerdo mucho cuando
era más chica, pero hoy en día, me siento bonita. Me siento una persona bonita por dentro
y por fuera, por lo tanto me preocupa mucho más como estar sana, comer rico, comer bien,
estar contenta…que estar bonita, arreglarme mucho, ponte tú. O sea, si yo salgo muy de
vez en cuando me pinto y me hecho una arreglada, pero…pero no soy una persona
dedicada a la imagen, en general, creo. Me preocupa, obvio, pero me preocupa que mi
pelo esté bonito, que esté sano; me preocupa que mi piel esté sana y…y no tenga alergia, y
que no…y que no se me ponga fea, porque se me pone fea, se me pone seca. Y me preocupa
por las dos cosas, por una cosa de imagen, porque me gusta que se vea bonita, y porque,
porque también me preocupa que esté sana la piel. Y como que el cuidarme la cara, como
que con la edad fui…ehe…aha…no adoptando…adquiriendo hábitos de cuidado, de
cuidarme, no sé poh…la cara, como el scrab y los pilling, limpiarme la cara regularmente,
unas dos o tres veces a la semana, hacerme cosas ricas en el pelo
M: ¿Eso es como de hoy día?
B: Eso es de hoy día, claro, los últimos cinco años, ponte tú. Posiblemente desde que me
operé y me empecé a sentirme más bonita por la vida, probablemente…Cuando descubría
que hacerme un piling quitaba las espinillas, entonces fue (risas), fue así la panacea. Pero
claro que existe la presión social para que uno ande bonito. Todo el mundo, mis
amigas…ene amigas que me dicen, “por qué no te arreglai, arréglate. Ponte más bonita,
cómprate ropa”, no sé poh…no tengo plata…
M: ¿Y cómo te llevai con eso…?
B: Me da lo mismo, no me enrolla…Obviamente si salgo y me doy cuenta que en realidad,
me podría haber arreglado un poquito, obviamente estoy, me veo fome, al lado de puras
niñas que se arreglaron…digo: “puta, que soy pava, por qué no me arreglo más de vez en
cuando”
M: ¿Y eso te pasa como al…al mirarte en…?
B: En comparación a otras mujer…
M: ¿En comparación a otras mujeres?
B: Si, claro
M: ¿Mujeres o gente en general?
B: Mujeres…Los hombres en general…No, mujeres. Porque los hombres como que no se
arreglan. A mí me gustan todos…encuentro que son… (Risas)…me da lo mismo. No…en
comparación a las mujeres, quizás antes me arreglaba mucho más que ahora
M: ¿Y qué pasó que ahora no te arreglai…?
B: Me empezó a dar lo mismo, me empezó a dar lo mismo…y con Lucas también, es como
que con un hijo tenis menos tiempo, te dedicai menos…te importa menos, te importan otras
cosas. Cuando quiero salir, quiero salir rápido, entonces…(risas) salgo con lo que tengo
puesto no más…con tal de salir, con tanto entusiasmo (risas) por no quedarme el viernes
en mi casa cuidando a mi hijo que ya no es guagua y ahora como que feliz salgo. Entonces,
es como que me da lo mismo. Además que probablemente en estos dos últimos años de mi
vida tengo una seguridad que antes no tenía, entonces es como que me importa menos, me
importa muchísimo menos salir muy arreglada. Ahora, de vez en cuando, cuando tengo la
oportunidad y tengo las ganas, me arreglo y me arreglo bonita y me gusta. Y me siento
muchísimo más bonita cuando salgo arreglada, me siento muchísimo más atractiva cuando
salgo arreglada

B: Si...Hoy día mi relación con el cuerpo pasa más por…de la cabeza pa’baj…como con el
no tener una actividad física, como, o sea, ahora que tengo un hijo que ya creció, que ya
está más grande, que cacho que ya tengo 30 años, que ya tuve un hijo que la guata la tengo
más suelta y que si no me cuido me va a empezar a salir celulitis…y que finalmente la
celulitis es como un reflejo de lo no sano y que tampoco es bonito…y tampoco es bonito, y
si tengo la suerte de no tenerla… Estoy como en esa etapa en que tengo que empezar a
tomar la decisión de que me tengo que empezar a mover. Como…como que en pro de que
tengo un cuerpo sano, cacho que no puedo seguir no haciendo nada, en estos diez años que
realmente dejé de hacer ejercicio, no…no tengo más excusa en este minuto…como que ya
pasé de estar en la universidad, ya pasé de sacar…no sé, de volverme loca trabajando los
primeros años, de no tener tiempo para ir al gimnasio, ya pasé por el primer hijo y ya
vamos pa’los cuatro años, y ya como que ahora no tengo otra excusa que hacer algo,
como por tener un cuerpo más sano. Siento que estoy enfocando mis energía en tener un
cuerpo más sano, pero más que bonito y para lucirlo en la playa en bikini, que me da
igual…tiene más que ver con el levantarme en la mañana y no sentirme cansada y que no
me duela la espalda y que no me duelan las rodillas, porque me están empezado a doler las
rodillas y fui a ver a mi amigo Juanma, que es el traumatólogo, y me dijo que no era un
problema de rodilla, era porque yo no tenía la musculatura que había desarrollado en el
colegio. Yo tenía unas piernas pero de hierro…ahora están absolutamente blandengue y
todo el peso, el ejercicio lo estoy haciendo con las mismas rodillas, entonces por eso me
duelen tanto. Y como yo tuve por exceso de ejercicio justamente en el colegio desgaste en
los cartílagos de las rodillas, por eso me duelen más, tengo que empezar a moverme. Y en
eso estoy como poniendo mi energía en cómo hacerlo, qué hacer si no tengo plata…pero
ahí…ayer fui a pilates, salir a caminar, salir a jugar con Lucas, no sé
M: ¿Y tiene que ver como con un autocuidado para prevenir el deterioro?
B: Si, prevenir el deterioro y para hacerme el día a día más agradable. Porque siento que
yo, claramente tengo como rasgos de cansancio constante, por mi falta de ejercicio, por mi
falta de energía. Porque no genero… no sé…porque a veces me siento como ultra débil
porque me quedo echá y no me muevo. Entonces como que…he estado tomando esa
conciencia de empezar a hacer actividades físicas por las razones como obvias, ¿cachai?
Autocuidado, prevención, generar un bienestar actual

Esta multiplicidad de posiciones, donde la cirugía plástica es válida, sin embargo también
los procesos psicoterapéuticos se refleja en sus ideas con respecto a los límites de las
intervenciones estéticas.

B: […]Chucha, igual yo encuentro que eso raya con…no sé poh…con los límites de lo que
debería ser una cirugía plástica, pero tampoco siento como…el peso moral para ponerme
a criticar a cada persona que se opera, si finalmente para mí fue un beneficio, ¿cachai? Si
va a ser un beneficio…
196. M: ¿Y también podría…?
197. BB:… y tiene la plata, bueno, ¡qué lo haga! y que cada uno sea feliz. Pero también
uno ve a esas minas que se operan y se operan, y se operan, y se operan, y se operan, y se
operan…obviamente eso tiene… ya… ” ¡Señora, vaya al psicólogo!” O si tiene la plata
haga lo que quiera….Y ya…Que haga lo que quiera, el problema, en el fondo, no se le va a
solucionar nunca con eso, ¿cachai? Si no lo entiende, problema de ella, pero no creo que
se te solucione nada, haciéndote una cirugía, en absoluto. O sea, te va ayudar, pero tienes
que tener conciencia que no te va a solucionar la vida, ¿cachai? O sea, si erís súper tímida
y encontráis que tenis súper bonito cuerpo, que no erís muy atractiva y de verdad te sentís
súper insegura y que erís súper feliz poniéndote pechugas, ¡ponte pechugas!, ¡Qué rico!,
¿cachai? Obvio…y eso yo lo recomiendo a todo el mundo. Yo soy…yo siempre he sido
pechugona y encuentro que si, claro que es un plus y que los hombres te miran y una se
siente súper atractiva… teniendo pechugas. Por lo tanto si una niñita, o sea una mujer se
quiere poner pechugas, que se ponga pechugas. Pero que se ponga pechugas, se ponga
silicona, que se suba los labios, que se baje los labio…que se suba la pechuga, que ya la
arruga, tienen 30 años y se están haciendo lifting y botox, a los 30 años, yo encuentro que
eso ya raya con que “señora vaya al psicólogo” y resuelva sus problema también. Si
quiere ponerse botox, póngaselo, pero también resuelva sus… las inseguridades que tiene o
las carencias que tiene no van a ser jamás…creo yo…compensadas con cirugías
plásticas…eso pasa a otro tema…

De la misma manera que el proceso de aceptación del cuerpo, en su narración plantea que
con el tiempo, llegó a superar otro tema que también afectaba a su autoestima, que era el no
sentirse “suficientemente” inteligente.
B:[…] Además que yo tampoco he sido una lumbrera de disciplina para poder haber hecho
otras cosas, ¿cachai? no una lumbrera de inteligencia, que yo creo que ese es un tema que
lo tengo superadísimo. Me considero hoy en día una persona muy inteligente y siempre lo
fui, simplemente no...tener como…tener la poca disciplina que tenía, el poco orden, el poco
método que tenía que nunca se implementó en mi casa, nunca me enseñaron a tener
método. Yo iba en un colegio súper vacío, con muchos alumnos…era obvio que a mí no me
iba a ir bien. Además que no se le olvide a nadie, que yo nunca vi, no tenía idea que yo
tenía problemas a los ojos hasta 4to medio. Entonces si nunca logré escribir ni leer rápido
era porque no veía ni hueva, poh Y no veía y yo no tenía idea que no veía, nunca nadie
supo que yo no veía por lo tanto si yo me sentaba al final de la sala porque era la más
desordenada, porque me aburría, porque no leía y porque mi capacidad de concentración
se acababa cada 5 minutos, era obvio que no me iba a ir bien en el colegio, ¿me entendí?
Una vez que uno asume eso como adulto y lo sabe controlar, obvio. Y hoy en día no tengo
ese problema en mi capacidad de concentración y mucho más alta audacia, porque me
operé los ojos, ¿cachai? Eso.

Hay en el contenido explícito y literal de este relato una superación del tema de la
inseguridad ligada a la falta de inteligencia, sin embargo, el tono en que se dice, el cómo se
dice, lleva a dudar de ello en alguna medida. Se subraya demasiado (“Que no se le olvide a
nadie...”) y se le da un cariz de reivindicación, marcado por el resentimiento.
En síntesis, Bernardita es una persona feliz con el resultado de su operación, ya que le
ayudó a aceptar más su cuerpo En la actualidad tiene relativamente superado el tema de
sentirse tonta, y también su relación incómoda o disconforme con su cuerpo y con su
autoimagen. Se siente más a gusto consigo misma. Ambas cosas hacen que hoy ella sea una
persona más segura de sí misma, con una mejor autoestima y con un autoconcepto más
positivo.

Caso 9. Pablo.
Pablo estudió joyería y ahora vende sus creaciones en un taller que tiene en el Apumanque.
En la actualidad, tiene 24 años, y cercano a los 18 años, quería ser cantante. Esto último no
lo menciona intencionadamente, sino que lo dice cuando se le pregunta por el apoyo que
tenían sus padres respecto a operarse la nariz. Afirma que la respuesta de sus padres estuvo
relacionada con la importancia de la imagen si deseaba ser cantante.
P: Mira, mis papás siempre me dijeron al tiro que sí, porque como quería cantar
necesitaba tener una imagen que yo me sintiera cómodo y verme bien, poh. Así que más
que nada, por eso, mis viejos me apoyaron altiro. Porque me dijeron “ya, si va a cantar y
se quiere operar la nariz y le va a quedar mejor, que se la opere”.

A pesar de sostener que está conforme con su cuerpo siempre quiso que su nariz fuera
completamente recta. Aquello lo hubiese deseado incluso ni no existiera la posibilidad de
operársela. Pensaba que así que ser vería y se sentiría mejor.
M:(Risas) Ehem…Ya… ¿y tú crees que si no hubiera existido la cirugía plástica…no
existiera, así si estuviéramos en el 1950, se te hubiera ocurrido en la media que querías
cambiar tu nariz?
P: Sí
M: ¿Aunque hubiera sido una fantasía?
P: Sí, aunque hubiese sido una fantasía, siempre hubiera pensado que me habría gustado
tener otra nariz.

Para él su cuerpo incluye la cara y todo lo demás. La otra parte que le desagrada de su
cuerpo es su pierna izquierda, debido a que tiene un lunar. De todas formas, sabe que una
‘tontera’, porque ni siquiera se le nota cuando usa traje de baño.
M: Volvamos un poco atrás a…a tu historia…ehe…Tú siempre te sentiste cómodo con tu
cuerpo en general, excepto con la nariz…pero…
P: Y con mi pierna izquierda
M: (Risas) ¿En serio?
P: Si…con mi pierna izquierda porque tengo un lunar que todavía lo tengo, que no me
gusta y nunca me ha gustado y creo que nunca me va a gustar. Lo he aceptado un poco
más, pero sacármelo, no sé, es una ridiculez. A parte que con el traje de baño no se me
ve…
La determinación que tenía Pablo de operarse queda explicitada en la siguiente afirmación:
“Así soy yo y así quiero quedar”. Tenía muy claro cómo quería que le dejaran la nariz, y no
le importaban los riesgos. Le llevó al doctor unas fotos que había modificado con
Photoshop 1 que mostraban exactamente cómo quería quedar: el antes y el después.
P: Yo sólo me quería operar, incluso yo le dije… ‘Mira, yo quiero que me quede una nariz
muy masculina, recta que no se me… no me la respinguen, que no se me note nada, nada,
nada.’ Ahora si se me nota que está operá y me queda bonita, filo. Pero siempre recalqué
que quería una nariz que fuera de la punta hacia delante igual al tabique grueso. Entonces,
aparte que era como solamente arreglar cartílagos, no tenía riesgos y el doctor XXX….fue
con anestesia local… y me operaron, y a las dos horas estaba en mi casa.

Después de la operación comenzó a percibir su cara de una manera más armónica. Además,
le permitió estar más tranquilo, ya que no tenía que preocuparse de evitar mostrar su perfil.
Sólo se tenía que arreglar el tabique: era algo de cartílagos, no de hueso, por lo que era
simple. Se la operó saliendo del colegio, a los 18 años.
P: Ehe…Marcó la diferencia porque la nariz que tenía antes, yo sentía que desarmonizaba
toda mi cara. Y al tenerla como yo quería, es heavy como me la armoniza y me siento
mejor. Antes trataba de no dar el perfil mucho, ¿cachai? de… no sé poh….Estar… todo el
rato estaba pendiente…y desde que me operé, ya me olvidé. Me olvidé totalmente de mi
nariz y ahora miro y converso y me da lo mismo porque sé que tengo una nariz bonita.

No tuvo ningún cambio importante en su personalidad después de la cirugía. De hecho, la


primera vez que vio su nueva nariz dijo: “ya, la raja, listo, gracias, chao”, porque quedó tal
como quería, pero tenía claro que era sólo un detalle. Luego siguió viviendo su vida como
si nada hubiese pasado. Se refiere a su cirugía como “una operación tan light”, lo que es su
manera de decir que no fue un cambio significativo.
P: Los cambios que sentí yo, fue eso, de sentir más conforme, de tener más confianza, de
sentirme mejor, de mirarme al espejo y ya no verme la nariz y ver toda mi cara, son esos
detallitos. Pero cambios drásticos, no.

Pablo cumple con varias características de un hombre metrosexual 2 : es vanidoso, le importa


verse bien, se preocupa de su físico, etc. Tiene plena confianza en sí mismo, y nunca le ha
importado qué piensan los demás sobre él. Por eso no tiene ningún prejuicio contra las
operaciones, y no le importa si piensan que es homosexual por operarse su nariz. Se siente
tranquilo y a gusto consigo mismo, en especial, con su cuerpo, tal como los demás
metrosexuales.
P: O sea, todavía algo queda de presión social, pero va por pescar o no. Es cosa de cada
uno, yo por lo general, nunca me ha importado lo que piense al gente de mí. Si soy

1
Photoshop: “Un software profesional de creación gráfica y edición de imágenes de Adobe.” (Lycos, Inc.,
2007)
2
Metrosexual: “hombre urbano con un importante sentido de la estética que dedica una gran parte de su
tiempo y dinero en la apariencia y su estilo de vida.” (Definición.org). Por otra parte, a los hombres
metrosexuales, no les molesta que los confundan con homosexuales, ya que tienen clara su masculinidad.
Son vanidosos: se aplican cremas en el cuerpo, se operan si es que algo no les agrada de su cuerpo, y se
preocupan de tener un buen físico, entre otras cosas. Define al ‘nuevo hombre’ del siglo XXI.
(Sexovida.com, 2003)
vanidoso, si no soy, si soy gay o no porque me operé, todas esas cosas en verdad me dan lo
mismo. Porque soy yo el que vive con mi cuerpo, con mi cara, soy yo el que me miro todos
los días. Entonces la presión social, igual estamos en el 2006 está como el boom de la
silicona y de las operaciones y ya es cada día más normal. Si me hubiese operado, no sé, el
90 habría sido “Oh, ese se operó la nariz”, ¿cachai? como Lucho Jara
M: (Risas)
P: Pero ya hoy día. Nadie pesca. Ahora si un hombre se opera ya no es gay, se opera
porque se opera no más, porque es normal
M: Mmmm Y ¿eso de alguna manera es cómodo…como que se vaya normalizando?
P: Si demasiado cómodo. Es cómodo porque podís conversar del tema sin pensar que están
pensando raro de ti o “el huevón que pretencioso”, ¿cachai?
M: Mmmm
P: Ya da lo mismo. A la gente de nuestra generación, yo siento que le da lo mismo y que te
apoyan e incluso te dicen “yo feliz me operaría”. Ya no existe el prejuicio contra las
operaciones, solamente el miedo de algunas personas
M: Si
P: Pero yo no…yo soy totalmente a favor de las cirugías (Risas)

No le gustan los pelos: los encuentra feos. Por eso se los depila con cera. Aquello es una
práctica común en los metrosexuales.
P: Ehem…No sé, ponte tú a mí me cargan los pelos, me cargan, los encuentro feos, para
mí. Otra gente, no sé, huevones peludos que viven con sus pelos y les da lo mismo, bien
por ellos. Pero a mí, no me gustan. Y desde que me empezaron a salir que me los
saco…todos estos…y tampoco tengo muchos, entonces…obviamente con cera, poh….

Por otra parte, nunca le ha gustado cansarse, ni transpirar. Durante su época escolar no
hacía deporte e inventaba certificados para no hacer clases.
P: Ponte tú, yo en el colegio nunca…. siempre evitaba hacer gimnasia, porque me carga
cansarme y correr y respirar, ¿cachai?...no…no es lo mío…y siempre…bueno, en 4to
medio, teníamos autorización de nosotros hacernos nuestro certificado y decir “No voy a
hacer gimnasia porque estoy resfriado”. Entonces en 4to medio yo nunca hice gimnasia,
siempre tenía…solamente para los exámenes y no sé, poh…

Ahora (en la época en que se le realizó la entrevista) empezó a ir a un gimnasio sólo porque
encontró una oferta. De todas formas, admite que siempre ha tenido un buen físico, a pesar
de no hacer deporte.
P: Pero no, pero no he tenido problemas con mi cuerpo, siempre he querido tener un
cuerpo más atlético, pero soy muy pajero para ir al gimnasio. Recién este año me metí al
gimnasio, porque me conseguí el gimnasio a sesenta lucas el año. Entonces, ya esta es la
oportunidad y me metí, pero antes, o sea, nunca he tenido guata ni he sido flacuchento, o
sea, he estado contento pero siempre he querido estar mejor.

Para potenciar el gimnasio modificó su alimentación. Al dejar de tomar dos litros diarios de
leche entera chocolatada bajó rápidamente de peso. Admite que este cambio se debe a que
quiere verse bien, principalmente por vanidad.
P: Pa’la guata y todos los días amanecía con acidez. Todos los días del año con acidez, y
dejé de tomar leche hace dos meses, más o menos. Y dejé de tomar leche y adelgacé…pero
uhuf…de una. Y alimentación…ehem…estuve como un mes pasándola mal, evitando comer
en mi casa, no sé, poh… tallarines, lasaña, todas esas cuestiones, todos los días.
Entonces…ya, la alcachofa, la lechuga, pero ya me acostumbré. Ahora igual como de todo
pero lo justo y necesario
M: Y eso fue… porque querías estar más sano, porque te hacía mal a la guata…
P: Porque quería que el gimnasio me hiciera efecto y verme ya, por fin como me quiero
ver, nada más que por vanidad, yo cacho. (Risas)

Por último, afirma que se volvería a operar si es necesario, si le salen bolsas o arrugas en
los ojos, siempre y cuando le quede natural.
M: ¿Te volvería a operar?
P: Sí, de todas maneras. Qué, no sé, pero a medida que uno va envejeciendo va cachando
que le va molestando, ¿cachai? Sí, de todas maneras…siempre y cuando me quede natural.
Pero, ponte tú, los ojos si me salen bolsas, me las saco al toque; si me salen arrugas que no
me gusten, botox, ¿cachai?

En conclusión, Pablo comparte varias características con los metrosexuales, tales como,
como depilarse, preocuparse de su físico, que no le importe qué piensen los demás respecto
a si él se arregla, ya que es muy vanidoso, o si se opera. En ese sentido, ni siquiera le
importa que crean si es homosexual o no. Lo que le importa es lo que él piense, y cómo se
sienta con su cuerpo. Las demás características, de un metrosexual, no salieron en la
entrevista, como si se hace manicura o tiene una buena situación económica. Como no
cumple con todos los requisitos no se puede afirmar con certeza que es metrosexual, pero
hay muchas señales que indican que sí lo es.

Bibliografía empleada en el caso 9:


 Definición.org. (s.f.). Definición de metrosexual. Recuperado el 25 de septiembre de
2008, de Definición.org: http://www.definicion.org/metrosexual
 Lycos, Inc. (2007). Glosario: Photoshop. Recuperado el 26 de septiembre de 2008, de
Lycos: http://www.tripod.lycos.es/support/glossary/P/
 Sexovida.com. (2003). El "metrosexual": un estilo de varón. Recuperado el 25 de
septiembre de 2008, de Sexovida.com: http://www.sexovida.com/arte/metrosexual.htm

Caso 10. Cecilia.


Cecilia tiene 26 años y hace dos años se realizó una cirugía de implantes mamarios. Es una
mujer que parece una muñeca: es de estatura media (1.60 m), rubia de pelo liso y largo,
ojos almendrados, y un cuerpo curvilíneo y esbelto. Ha trabajado de modelo y hoy es
aeromoza.
Durante su niñez, entre los 11 y 12 años de edad, fue ‘gordita’. A medida que se
desarrollando y haciendo deporte su cuerpo se fue estilizando, hasta adquirir la figura que
tiene ahora. Tenía una esbelta figura, pero sus senos no eran prominentes. Hasta hace dos
años no había sido un problema para ella. Por otra parte, Cecilia siempre se ha preocupado
de hacer deporte, porque le gusta tener su estómago plano, sin ningún pliegue. En su época
escolar hacía deportes de competición, como el atletismo. Luego, por dos años practicó
water polo, debido a que tenía lesionada la rodilla. Después fue al gimnasio y en la
actualidad hace yoga.

Manifiesta que se siente “cómoda” con su cuerpo, ya que sabe que está bien: ni gorda ni
flaca. Además, es bonita: rubia y de ojos azules. Tiene celulitis, pero no se complica al
considerarlo normal. Cuida su cuerpo diariamente, a base de cremas y factor solar, todos
los días.

C: Cómoda porque nunca me he sentido ni gorda ni flaca ni…siempre he sentido como que
estoy bien, ¿cachai? Entonces como que los traumas que he tenido con partes de mi
cuerpo, a pesar de que sean traumas, igual son menores, ¿cachai? No tengo en la
cabeza…o sea, yo, ponte tú, siempre he tenido celulitis en la guata y no por eso pienso que
soy ¡gorda!, ¿cachai? Como que igual, no sé poh, me pongo en el contexto general y digo,
soy una persona normal de flaca de gorda con celulitis, no más, ¿cachai?

Dos años antes decidió que quería ponerse más pechugas, debido a que no podía adelgazar
porque el tamaño de sus pechos disminuía considerablemente, cercano a desaparecer. Esto
hizo que se sintiera incómoda con su cuerpo, al no poder tener el cuerpo que deseaba.
C: Nació porque, ponte tú, yo no adelgazaba mucho, porque cuando adelgazaba se me iba
lo que tenía de pechuga, ¿cachai? Entonces como que no estaba conforme, como que
quería estar más flaca pero por otro lado ¡no podía! Porque quedaba así… plana!
C: Mmm…primero como…yo misma por lo que estaba pasando en ese minuto, como
que…no estaba para nada cómoda en ese minita con, con mi cuerpo, ¿cachai? Porque
sentía que estaba gorda…y si adelgazaba se me iban a ir las pechugas que tenía, ¿cachai?
Creo que ese tema me…fue importante, ¿cachai?

Admite que antes no había tenido una tranca particular con su cuerpo, por el tema de sus
senos. En ese sentido, no fue como otras mujeres que se operan porque sienten que lo
necesitan para sentirse completas y lo anhelan por mucho tiempo. Incluso cree que si no se
lo hubiese hecho la cirugía, es probable que su interés por hacerlo hubiese desaparecido.
Por eso menciona que fue un “capricho” del momento.
C: (Silencio) Mmm….no…..es que sabes, es que yo soy una de esas personas raras que yo
no me lo haría…el operarme, o sea, como que lo hice no más, ¿cachai? Como que en el
minuto lo quise pero no es algo como que me haya acompañado por toda la vida de
“quiero pechugas, quiero, quiero” No…pa’na….entonces como que nunca fue un tema,
nunca vi una segunda opción de algo
C: Y a parte... fue como…como un capricho en realidad, más que una necesidad estética,
para mí sentirme completa, ¿cachai? No fue, ponte tú, como el Pato con su nariz, que él la
quería a toda costa porque sabía que necesitaba… cambiarse la nariz, ¿cachai? Para mí
no fue así, fue más capricho que...que necesidad
M: Y pero…¿qué sería un capricho? No cacho…
C: Algo…algo que lo querís en el minuto no más, o sea, ahora yo estoy contenta, ¿cachai?
pero yo creo que si hubiera dejado pasar el tiempo se me habría olvidado la idea de
operarme las pechugas, ¿cachai? Como que no es algo que...que haya estado todo el rato
presente, así como esa necesidad de...
M: Como que no te acompañó en todo tu desarrollo...
C: No, pa’na...
M: ..y en toda tu vida...
C: No, pa’na...
M: Y duró del verano hasta Julio que te operaste…

La idea surgió durante unas vacaciones con su familia en Orlando o Miami, Estados
Unidos, (no lo recuerda con exactitud). Luego, averiguó los precios, y decidió operarse con
un doctor que cobraba significativamente más barato. Sus padres la apoyaron en su
decisión, pero hasta ahora creen que fue innecesario.
C: Que para qué, si soy bonita, igual… que las pechugas…si igual tenía un poco, que no
fuera tonta, que para qué me iba a operar, ¿cachai? Si que… y yo le decía que era por
algo personal, por la comodidad, de estar contenta, más contenta aún conmigo misma,
¿cachai?
C: Yo creo que me vieron muy decidida no más, por eso. Pero igual no cambiaron de
opinión en el sentido de que creyeran que…siempre creyeron que era innecesario

Está consciente de que el costo del ahorro de dinero podría haber tenido graves
consecuencias para ella, aunque en aquel tiempo no lo sabía. Al momento de la operación
sólo conocía los riesgos post-cirugía. Fue una decisión arriesgada, ya que el pabellón no
contaba con los elementos necesarios para reaccionar en caso de una complicación.
C: Y eso fue lo único que hice: fui a dos doctores, uno que me cobraba caro y ese que era
barato. Después me arrepentí, después de haberme operado, como que dije “Uhy”,
podrían haber pasado cosas que… podrían haber complicado un poco. Porque, ponte tú,
la…el…el lugar tenía pabellón y todo, pero no tenía… como SOS, ¿cachai? Si….No había
como cosas para un caso que yo rechazara ahí mismo o tuviera algún infarto por último.
De hecho era con ascensor y en el ascensor no cabía ninguna camilla, así como para
tener… si tener que llevarme a alguna parte o algo, no pensé mucho en esas cosas. Por
suerte salió todo bien
La experiencia de operarse para ella fue desagradable y la califica como “súper invasiva”.
Considera que fue “tétrico” debido a que, entre otras cosas, le amarraron sus manos. Estuvo
todo el tiempo consciente (fue con anestesia local), y lloró durante toda la cirugía. Por lo
anterior, no le gustaría volver a vivir una situación similar, a pesar de que está consciente
de que en diez años más tendrá que hacerlo, ya que le tendrán que cambiar los implantes de
silicona.
C: Pero…no fue…algo agradable, no…como que lo pasé mal, estaba ansiosa, con mil
miedos…sí, fue un alivio que llegara el día ( voz de hombre: XXX empezaron a huevearla
por la plata, que tenía que pagar, no sé qué…problemas de plata XXX eso fue antes de
entrar a pabellón) sí…me pusieron nerviosa, me puse a llorar…Como vez, no tengo mucha
memoria, en realidad, no me acuerdo de todo..Y…nada…estaba ahí, mi mamá entró,
estuvo conmigo..¿Entró conmigo al pabellón, mi mamá? (Voz de hombre: No..) No..entró a
verlo, a saludarlo, mi mamá es enfermera. Y lo peor fue…porque no fue anestesia general,
fue con anestesia local, ¿cachai? Y na’, entonces primero te amarran las manos estai como
en una cruz, ¿cachai? Te amarran las manos como por instinto si algo te molesta o algo,
que no vayai a meter tu mano, eso era como ya tétrico, ¿cachai? Como que te amarraran
las manos, era una sensación no agradable..y…ya..empezó todo..y…pedí que me pusieran
extra dosis de anestesia por si acaso, ¿cachai? Como no era anestesia general, me moría si
sentía algo…Y ya empezó la operación…y yo recuerdo ver mis manos, así…(realiza gesto
de temblor) de nervios, ¿cachai? Te juro que rebotaban en la tabla donde tenía las
manos…así nerviosa, súper nerviosa. Y me pusieron las cuestiones y me sientan y me dicen
“ya, mira pa’bajo”, porque tenían que probar el porte, qué porte yo quería, ¿cachai? Y yo
así…como…me da lo mismo, “lo que Ud. encuentre que se ve bien”,
C: …pero, por favor, que termine…Me lloré toda la operación, todo, todo… de nervio,
¿cachai?…como…no sé…

Una vez que se acabó la cirugía su sufrimiento continuó. Al acabarse la anestesia un fuerte
dolor la acompañó por tres días, en los que ni siquiera fue capaz de valerse por sí misma.
Además, estaba muy asustada, debido a que tenía los senos muy hinchados, y no quería que
le quedaran así de grandes.
C: Sí, siempre consciente…Después me llevaron como a una sala de recuperación y estuve
ahí como ¿cuatro horas? ¿Habré estado cuatro horas…más o menos? tres o cuatro horas.
Y de ahí me vine pa’la casa. Y era atroz…cuando se quita la anestesia, es un dolor, así
como si te hubieran apuñalado, te hubieran pegao, así te hubieran tirao …pero…yo..no,
no, no…podía ni siquiera hacer esta fuerza…de levantar la cabeza, porque todo…donde
ocupai estos músculos…El Pato me llevaba al baño y él me limpiaba, ¿cachai? Porque no
podía, no podía mover las manos, no podía mover el cuello, nada. Si fueron como tres días
de dolor máximo, así..máximo, máximo…y bueno, las pechugas así….así la piel …y
estaban enormes, enormes..eran como así, ¿cachai? Y yo decía: “¡No quiero que estén
así!” y lo pasé mal ahí también, como que yo creía que me iban a quedar así de grandes,
me quería morir. Después se fueron deshinchando con el tiempo…y…una de las cicatrices
me quedó más fea que la otra, pero igual si estai parada no se ven, porque justo quedan en
el pliegue, ¿cachai?

Cecilia a veces se arrepiente de su operación, porque le incomoda para hacer deporte, como
el yoga, y porque los hombres la miran demasiado. Otro cambio que experimentó fue al
comprarse ropa nueva.
C: Por la comodidad. Por la comodidad en los deportes en general, como con la espalda,
porque los hombres te miran las tetas todo el rato, pero ¡descaradamente!, yo nunca me
imaginé que podía ser tanto.
M: ¿Hay notado la diferencia?
C: Sí, si ahora andar por la calle no te miran a la cara, te miran a las pechugas, ponte tú,
pasa, y eso no es agradable igual, eso incomoda
C: Si estás acostumbrada en vez que te miren se den vuelta, ¿cachai?, es distinto. Ese fue el
primer cambio más notorio. El segundo... bueno, el comprarse ropa, poh. Comprarse ropa
nueva, sostenes sin relleno, ¿cachai? ¿Qué otro cambio? Para dormir no cambié, siempre
he dormido pa’rriba o pa’lado, así que no fue un problema, nunca dormí de guata, ahí yo
creo que me hubieran molestado.

El cambio más significativo, en relación a su cuerpo, fue que perdió gran parte de su
sensibilidad. Siente considerablemente menos en algunas áreas, lo que le afectó en cierta
medida a su sexualidad. Admite que, para ella, no es tan grave debido a que sus pechos
nunca habían sido tan importantes para su vida sexual.
C: El más importante: la sensibilidad. No... no tengo... muy poquito me queda, acá en esta
parte, sí, es como desde acá pa’bajo
M: ¿De ahí pa’bajo que no tení?
C: No... no tengo, o sea, tengo pero es como... imagínate que tení una capa así de grasa
antes de la sensibilidad, ¿cachai? Como que no lo sentí cien por ciento. Sentí...
M: Menos...
C: ....menos... no más..Es como si estuviera un poco dormido, esa es la sensación
M: Y ¿qué consecuencias tuvo ese cambio, esa consecuencia?
C: No sé... como la parte, yo creo como la parte sensual, me da lo mismo las pechugas.
Me da lo mismo si jugar o no jugar con las pechugas
M: (Risas)
C: ...porque no me... no me excita tanto como antes, porque no lo siento no más
M: Y ¿eso ha sido...?
C: No, me da igual, porque nunca fui mujer de pechugas, así como que nunca... Gua!!!...
M: (Risas)
C: Entonces como que no ha sido tan importante. Si hubiera sido, yo creo así, las pechugas
algo muy importante para mi sexualidad hubiera sido un drama, yo creo, gracias a Dios no
lo era.

Contradictoriamente, sus nuevos senos la volvieron más introvertida que antes. Su


personalidad se alteró, ya que piensa que sus pechugas lo hacen todo por sí solas: son sexys
así que ella no necesita serlo. Le gustan los escotes, pero ahora le incomoda usarlos. Cree
que sus grandes pechos son suficientes.
C: Al revés como de otras personas, yo creo que debe pasar, me cohibí más que me
extrovertí, ¿cachai? Como que si ando escotada, lo encuentro mucho, ¿cachai? Como que
antes podría haber ocupado un escote hasta el ombligo con las otras pechugas y no me
habría sentido tan... como... mostrándome, ¿cachai? Ahora como que me, me, me voy más
pa’dentro, ¿cachai? Como que encuentro que ya el porte es suficientemente grande como
para añadirle otras cosas, ¿cachai? Pero que yo me doy cuenta no más, ¿cachai?
M: Y ¿eso es en el modo de vestirte o también es en el modo de, no sé poh... de portarte, de
comportarte... ? En el fondo, la risa, la forma de hablar... o... ¿me entendí o no? No sé
cómo explicarte...
C: no... no... igual siempre he sido súper coqueta, ¿cachai? Y... no dejé de serlo con las
pechugas, pero sí menos sexy quizás, porque creo que ya son suficiente, solas, ¿cachai?
(Risas)
M: (Risas)
C: Eso
M: Aha... ¡Qué divertido!
C: Mmm
M: O sea que es como que tu cuerpo es sexy por si solo, entonces como...
C: Si... eso yo encuentro, como que las pechugas no, no... o sea, las pechugas no son
grandes, pero pechugas por si solas son sexys, ¿cachai? No hay que añadirles...
M: Escote...
C: ¿Cachai?, Me encantan los escotes, pero siento que me miran demasiado, siento que me
incomoda, ¿cachai? No lo disfruto. Lo podría disfrutar... no sé...

Hasta el día de hoy todavía las encuentra extrañas, aunque no le ocurre todos los días.
Solamente a veces las siente ajenas a su cuerpo.
M: ¿Cómo fue la primera vez que te viste al espejo ya recuperada?
C: Raro…era raro, pero bien (silencio) Contenta…pero igual hasta el día de hoy siguen
siendo extrañas…
141. M: Háblame de eso…
142. C: Todavía no me acostumbro cien por ciento a otras pechugas
143. M: ¿Cómo es la sensación…cómo, cómo puedes describir esa experiencia?
144. C: (Silencio) No sé…(silencio) No sé la verdad como describirte…¿Cómo que
experiencia dices tú…?
145. M: Como eso que tú decis que es extraño…
146. C: (Silencio)
147. M: Como que te mirai al espejo y te gustan, pero no son tú, o sea, no son tuyas
148. C: A ver…es que no me pasa todos los días
149. M: No…
150. C: No..hay días no más, en que a veces digo: “Oh, y ésta donde salieron…”

Implícitamente en su discurso se descubre que sus nuevas pechugas son ‘otra’ parte de ella.
No le importa que mujeres, y que hombres, las toquen. Esta parte de su cuerpo, que por lo
general es íntima, dejó de serlo. La curiosidad es normal en ese sentido, dice. Antes de su
operación ella también quería tocar todas las pechugas de silicona que estuvieran a su
alcance, para saber cómo se sienten. Al menos las de ella sí se sienten naturales, porque los
implantes fueron ubicados debajo del músculo pectoral.
C: Todos quieren ver y tocar
M: (Risas) (Voz de hombre: si, eso es verdad) ¿Si?
C: Si, si (voz de hombre: todo el mundo quiere verlas y tocarlas, y le dicen, ¿déjame
tocarlas?)
M: ¿Hombres y mujeres?
C: Sí, hombres y mujeres y a mí me da lo mismo..”Si, si toca...”
M: (Risas)
C: Si yo igual antes de operarme quería tocárselas todo el rato, a todo el mundo que
tuviera, porque no es común, no sé poh, que alguien se opere las pechugas y poder tocarlas
para ver cómo se siente... si se sienten reales o no

La relación que tiene con su cuerpo en la actualidad (en el momento en que se produjo la
entrevista) es muy cercana, ya que, últimamente, se ha dedicado a escucharlo y conocerlo.
Cree que el yoga la ayudado a acercarse a su cuerpo para poder aprender a apreciarlo
mejor. En ese sentido, piensa que la sexualidad también juega un papel fundamental.
M: Mmm.. Ehemm…¿Cómo podrías describir, cómo describirías hoy la relación con tu
propio cuerpo?
C: (Silencio) Hoy, cercana (silencio) La verdad es que los últimos años he empezado a
descubrir mi cuerpo como... como de... de saber, de sentir tu cuerpo, ¿cachai? Yo antes no
sentía mi cuerpo, como que hay veces, no sé poh, cuando uno está parado, no sabe cómo
está parado, no sabe, tenis la pata pa’llá, pa’cá como que uno no se preocupa, no anda
mucho preocupado de, de escuchar a su cuerpo, y lo he estado escuchando, así que súper
cercana, súper bien con mi cuerpo. Cada día más bien
M: (Risas) ¿De qué crees que depende tener una relación así con el propio cuerpo? Como
una relación cercana o cómoda o...
C: Descubrirlo no más, porque uno no, no sé, quizás, era yo no más que no me miraba el
cuerpo, ¿cachai? Y no... no sé, igual hay cosas que te ayudan, que te influencian, por
ejemplo, el tipo de deportes que hacís, ¿cachai? El tipo... si hacís meditación, 10 minutos
de contacto con tu propio cuerpo, como que esas cosas te van ayudando a contactarte con
él. El sexo también..como... como, no sé poh, yo he tenido que vivir súper, hartas trancas
con mi cuerpo, con el pudor, entonces ahí uno tiene que inevitablemente conectarse,
¿cachai?
C: Mmm... no sé en qué minuto empezó, pero sí, ponte tú, hay cosas que lo potencian, por
ejemplo, el yoga. Una disciplina que te obliga a escuchar tu cuerpo, ¿cachai? Te obliga
porque, porque es cuerpo, ¿cachai? Cuerpo y no es mente, totalmente conciencia de tu
cuerpo, de tu postura, de tu, de que estai sintiendo, ¿cachai? “¿Dónde está el dolor? Ya, y
qué es y cómo lo sentí... y..” Y eso obligadamente te conecta, ¿cachai? Y otras cosas
también, como... como... no sé, ser libre en la sexualidad, ¿cachai? No tener muchos
tabúes mentales ni corporales con respecto al sexo, a tu propia sexualidad, ¿cachai? Igual
yo nunca, no me considero una persona que haya tenido trancas, ¿cachai? Graves.
Siempre me he sentido bien con mi cuerpo y... nunca me he tapado, nuca... no sé poh, no
necesito estar con la luz apagá, ¿cachai? Y eso también influye.

La cirugía no le cambió la vida a Cecilia; sólo ayudó a que percibiera su cuerpo de una
manera más armoniosa. Esta armonía, de la que habla, la define como una relación entre las
partes del cuerpo, que se complementa con lo que las personas irradian. Ella cree que a
algunas personas necesitan operarse para quedar a gusto con su cuerpo, y luego se sientan
tan bien consigo mismas que irradian, mostrando su potencial.
C: Personalmente a mí no me cambió la vida, fue algo positivo, me he dado cuenta que mi
cuerpo se ve más armonioso y me siento más armoniosa, ¿cachai?
M: Pero, ¿ la armonía es una relación entre las partes del cuerpo, es como una imagen de
la totalidad del cuerpo, o es una relación, por ejemplo, entre la personalidad con el
cuerpo?
C: Yo creo que tiene que ver con lo que uno, o sea, de todas maneras con las partes del
cuerpo, ¿cachai?, pero se complementa con lo que uno irradia, ¿cachai? Y eso es lo que
finalmente da... que alguien te llame la atención, ¿cachai? Porque irradia, no sé... Por
ejemplo, si alguien quería pechugas y no era feliz, igual si tú la mirabas decías: “Oye,
pero si tú tienes un cuerpo bonito”, ¿cachai? Y se puso pechugas y ahí irradió, ¿cachai?,
Se sintió súper, se sintió como ella se siente, ¿cachai?

Por último, afirma que existe una alta presión hacia las mujeres por acercarse al modelo
ideal de belleza en el ámbito laboral, ya que se privilegia la imagen. Al respecto, ella se
siente favorecida, porque se sabe bella: “soy rubia y tengo ojos bonitos”.
M: ¿En qué situaciones se sentía la presión o la influencia social por acercarse al modelo
ideal?
C: Bueno, la contratación, heavy, obviamente siempre van a preferir a una mujer bonita
que a una mujer fea, aunque tengan curriculum parecidos, de todas maneras prefieren a la
que tenga mejor imagen; y eso todo el mundo lo sabe. Y es, y debe ser una presión para la
gente que no es agraciada
M: Y ¿tú senti algo así como una presión o influencia del medio en tu vida cotidiana...?
C: No, al revés, yo siempre me he sentido favorecida. Igual me considero bonita, o sea,
pucha oh, sin agradarme ni nada, yo sé que no soy fea y..también soy rubia y tengo ojos
bonitos, y, y... eso te abre puertas en todos lados. Y si después ves que esa puerta se te
abrió, y tú demuestras más encima que tienes las aptitudes para algo, bacán, ¿cachai?
Pero pa’mí ha sido más que un, más que un, algo que me baje, ha sido algo favorable, me
a ayudado en todo

Caso 11. Oscar.


Oscar es un hombre de 42 años que se realizó una rinoplastía teniendo 23 años de edad.
Soltero.
Estudió danza y comunicación audiovisual. Trabajó como parte del cuerpo de baile estable
de un canal de televisión.

Siendo un niño de talla normal – delgada, sube repentinamente de peso en la pubertad para
luego bajar de peso hasta sentirse “ un flaco palillo”
… nunca he sabido por qué no me gusta ser delgado. De hecho de repente tengo como
kilos demás o, me veo bien, ¿me entendí? pero yo me miro al espejo y me siento delgado.
Yo creo que se llama vigorexia, yo creo que soy vigoréxico, o sea, estoy plenamente
consciente de que tengo vigorexia, ¿cachai?

Esto se agudizaba dada su actividad laboral como bailarín :

… los bailarines tienen que ser delgados, ¿me entiendes? Pero extremadamente delgado
como era yo, no. Era muy raro, así, era demasiado delgado y me molestaba mucho que
todos los vestuarios eran normales y el mío tenía que ser especial, más chico, ¿me
entiendes? Era como que…el flaco, ya, había que subir a alguien, tenían que subir al más
delgado, ¿quién era? Yo, el Oscar, ¿cachai? Todo eso me molestaba, así. Me molestaba
mucho, no ser igual a los demás. De repente, es como no sentirse integrado, creo yo,
¿cachai?
….me sentí un poco postergado por el hecho de ser más delgado; no tenía mucha fuerza
además. A veces había que hacer cosas en pareja con las chicas, y obviamente, yo por ser
tan delgado no tenía fuerza, no podía levantar a ninguna chica. Y el maestro que tenía en
aquella época, tuvo, a lo mejor, un poquito de culpa, en el sentido que siempre me hacía
notar eso. Entonces, se produjo como una especie de tranca, ¿cachai? Y yo dije: “No, yo
tengo que terminar”

Hace aproximadamente 10 años atrás, con 30 años de edad, tomó conciencia de su


insatisfacción por su esmirriada contextura, extremadamente delgada
… me cargaba ser delgado, entonces fue el momento en que yo me miré al espejo y dije
“no quiero ser más delgado”, quiero crecer

Su objetivo era estar bien físicamente, con peso, sentirse mas seguro, estar entre los “
normales”
Acudió a un nutricionista y a un entrenamiento personal en gimnasio, para mejorar su
físico.

Porque en el fondo, tú quieres engordar, y comes, comes, comes…y por genética vas a
seguir siendo delgado, entonces la única manera es ayudar un poco al cuerpo, estimular
un poco los músculos” Y me metí, poh al gimnasio. Así, llegué a cualquier gimnasio, me
metí, empecé de a poco, después empezó como culto al cuerpo, que se pasó pa’l otro lado,
¿me entendí? Que no quiero una gota de grasa, quiero músculos, ¿cachai? Y me iba súper
bien.
Y después pasó el tiempo y me di cuenta que era una lesera, ¿cachai?, estar tan
preocupado eternamente del físico, sino que tratar de mantener un peso y punto, ese era
mi objetivo, finalmente.

Actualmente sigue con sus rutinas de entrenamiento y mantencion física para bailaróin y
una rigurosa alimentación para no perder peso, con algunas licencias
... como cada tres o cuatro horas, comiendo cosas sanas, no como grasas, por ejemplo,
las carnes todas a la plancha, ¿cachai? carnes rojas como muy pocas, como más carnes
blancas: pollo, pavo, pescado, atún. Ehe…y qué más…evito las grasas, evito el azúcar
también de repente. Me cuido más en la semana y el fin de semana, como que, chao…

Este largo proceso de encontrar el equilibrio de salud y apariencia fìsica, sentirse inegrado
y conforme
consigo mismo, duró mas de 6 años, culminando cuando se percató que habia cambiado su
carácter

Antes era súper callado, era súper callado, era súper tímido, no miraba a los ojos para
hablar, me daba vergüenza mirar a los ojos, ¿por qué? No sé. Mirar a los ojos, como que
no…me escondía de todo, en un grupo grande no participaba, ¿cachai? se volvió en eso.
Un proceso también, a ver, espérate, es que tengo también dos etapas. Porque la etapa de
colegio fue bastante desordenado, y salí del colegio, y ahí se transformó, ahí me
transformé en silencio, callado hasta que pasó todo lo que pasó, y…ehe…empecé como a
recobrar confianza, ¿cachai? como que me vi más integrado, eso es. Así como: “Oh, soy
igual a los demás”, ¿cachai? Yo no me sentía igual a los demás, me sentía así como
diferente, como huevón, el huevón flaco, así

En la actualidad es plenamente conciente de su estado físico y lo maneja adecuadamente


Cuando bajo de peso, es que tengo que parar la revolución. “Estás trabajando mucho”,
¿entendí? Acá lo uso como pa’eso, mi salud mental, así. Como: “Ya, a ver, hagamos un
balance de lo que estás haciendo. ¿Estás haciendo demasiado? ¿Por qué estás cansado?”

En cuanto a su rostro, tenía la nariz aguileña heredada de su familia paterna, algo desviada
producto de
una caída cuando era niño. No le incomodaba mayormente hasta que su coreógrafo le
mencionó que no se
veía bien en pantalla, que dificultaba las tomas porque en un plano de frente se veía
chueca.
Fue este comentario, a sus 23 años de edad, el que puso en el tapete su preocupación por el
tema Con
motivaciones tanto laborales como de vanidad, mas la oferta de gratuidad en la corrección
quirúrgica, rapidamente tomó la determinación de operarse la nariz

Yo dije: “huevón, me opero”, ¿entendí? Me operé y para mala cueva mía, tenía un mes de
operado,
estaba en un ensayo, me pegaron y me volvieron a enchuecar la nariz. Tuve que operarme
de nuevo, dos
veces, Fue terrible eso. Y ya después de la segunda operación…porque a mí me vienen
siempre las cosas
después, los arrepentimientos…Si tú en este momento de la vida, me decís; “¿te operarías
la nariz?”,
teniendo la nariz que tenía, no lo hubiera hecho.

, porque pierde un poco de carácter el rostro, ¿cachai?...como la verdad, así como que
ocultai la verdad, en el fondo, ¿cachai? En el fondo a mí mi cara no me molestaba tanto,
lo hice de huevón no más. A mí me molestaba más mi flacura. Me encantaría estar como
estoy ahora físicamente así a mis 42 años con mi antigua nariz, ¿cachai? Con mi rostro
antiguo, con mi rostro. Este lo compré, ¿cachai?, este lo pagué, me lo pagaron en realidad
(risas), ¿cachai? Fue nada más que vanidad, nada más que vanidad. Si, lo tengo súper
asumido. Y, bueno, asumir mi cara ahora también

El proceso de la operación partió con mucho temor, mas de enfrentar a su familia, que ha
las dificultades medicas
Y…bueno, fui al médico, te sacan las fotos y un poco si estaba convencido de que tenía que
hacerlo, ¿cachai? Ehe…lo difícil fue enfrentar a mi familia. Mi vieja, en aquel entonces
“si, ya bueno; si, ya ok, puta que lata pero si lo querís hacer, hazlo” Mi papá, saca la
cuenta, él viene de una generación súper machista, entonces hacer eso pa’él era como
declarar abiertamente que su hijo era gay, ¿me entendí? En aquel entonces nadie sabía en
mi casa que yo era gay, lo sospechaban yo creo, ¿cachai? Entonces para mi papá, yo
pienso, que era como eso. “¡Oh!, mi hijo se operó la nariz, todo el mundo va a saber que
es gay”, porque él en su interior lo sabía (risas) Y…na’lo hice. Lo hice, lo hice y…después
de que lo hice, me sacaron el yeso y aparecí en mi casa con mi nariz nueva, ¿cachai?

El medico era conocido por operaciones a varias personas del ambiente artístico asi que no
le merecia dudas su capacidad. Se sentía seguro.

. Y…iba como tranquilo y me operaron con anestesia local, yo no quise que me operaran
con anestesia
general. Me da un poquito de miedo la anestesia general. Entonces….eso es doloroso
cuando empiezan a
poner los pinchazos, ¿entendí? Por aquí, por dentro, por allá…
en esa época te daban la opción: anestesia local o anestesia general, ¿cachai?
Igual te ponen una cosa aquí, ¿me entendí? Pero sentí martillazos
Sentí cuando cortan, como suena
M: Como suena (al mismo tiempo)
O: Después como te amasan la nariz, porque te la empiezan a amasar, ¿cachai? Como
para darle la forma. Él mide con la regla pa’llá, con la regla pa’cá, ¿cachai? pa’todos
lados…ehe…. ¡es súper invasooorrrr!, dolorosamente invasor, ¿cachai?
M: ¿Cómo? Describe más esa sensación
O: Es como… ¡Ahay! Yo sentía que me…hay una aspiradora que te está aspirando la
sangre. Yo sentía que con esa aspiradora que me estaban sacando los sesos, eso medio un
poco de nerrrvio. Así era como ¡Ahay!, ¿cachai? Te mueven la cabeza pa’llá y la cabeza
pa’cá, porque te ponen como una cosa así como que te afirma, pero igual te mueven un
poco…pa’llá, pa´cá…Y como que…ehe…me da la sensación de que, tenía la sensación de
que yo era greda
¿Cachai? Y que estaban moldeando conmigo, así, ¿cachai? estaban haciendo
M: Como la sensación un poco de ser objeto
O: Absolutamente (silencio) Absolutamente (silencio)

Lo dejan unas horas en observación para darlo de alta con reposo en su casa.
Y me acuerdo que esa noche, fue la peor noche de mi vida, porque no podía respirar
Y te ponen unos tapones, asquerosos, llenos de sangre, ¿cachai?, que te los tenís que
cambiar, cada, no sé, seis horas y es como (hace un sonido gutural)… y se te seca la
garganta, mal, lo pasé pésimo. Los dos primeros días lo pasé pésimo, me dolió mucho.
Ehe…pa’calmarme me ponía hielo, para deshincharme luego, eso ayudó a que en una
semana no tenía nada.

tenía mucha ansiedad, porque veía la forma del yeso, pero no sabía como había quedado
la nariz,
¿cachai? Y era como “¡ahy, qué ganas de sacarme el yeso y ver cómo quedóóó!”,
¿cachai? ¡Ahy! Estaba muy impaciente porque llegara ese día, a los siete días te sacaban
el yeso. Ehe…comiendo todo el rato en cama, me hacían hacer cama, por lo menos cuatro
días. Y…comiendo puras cosas blandas, sopitas, puré, ¿cachai? así, sémola, todo picadito
para que no mastiques, no sé, porque ahí están los huesos, los cartílagos. Y na’ poh, ya
después de siete…al séptimo día consulta, te sacan el yeso y…y…primero te miran, te ven,
¿entendí? Tú todavía no te ves. Él primero que te ve es él, ¿cachai? Y te mira pa’llá.
“Perfecto”, te dice, “¡Oh!, quedó bacán! sí, quedó bien; a ver, mira pa’rriba, mira pa’llá,
mira pa’l lado, mira pa’l otro lado, te sacan fotos y todo. Entonces me dice: “Ya, está todo
bien”, me dice” todavía no te doy de alta”, me dice, “pero si puedo pasarte un espejo
para que te mires” “¿Quieres mirarte?”, así como que te abre los ojos, así es como el
demonio (risas)

… “¿Quieres mirarte?” “Obvio”, le digo yo, “Obvio”. Y me pasa el espejo y yo con el


espejo estuve como un minuto con el espejo dado vuelta. No quería…quería mirarme, pero
me daba mucho nervio, porque me iba a encontrar con otra persona que no era yo. Tenía
que acostumbrarme a mi, a mi rostro nuevo, ¿cachai? Porque es increíble como te cambia
la cara, increíble. Estuve como un minuto con el espejo, ahí, con el espejo. Me decía:
“¿Quieres mirarte o no?” “Tenís que acostumbrarte”, me decía. Si que, “ya”, me dijo, “a
la cuenta de tres te vai a mirar, ¿ya?” “No, no”, le decía yo, “No, no, no, no, no…espere
un rato, espere un rato” “Ya”, me decía, “Bueno, ya cálmate” Empezaba a hablar de
otras cosas, así como que te envolinaba la perdiz, ¿cachai? Me hablaba de diferentes
cosas. Entonces, “ya”, le dije, “ya, ahora”, y agarré el espejo y lo agarré y lo di vuelta, y
lo vi. Cuando lo vi me encantóóó, me encantóóó.

Fue raro, fue impactante porque vei, vei a otra persona……


… tenía puras reacciones de pendejo, salía a la calle y me creía la muerte, sentía que todo
el mundo me miraba…me sentía…
M: ¿Te sentías mino?
O: Sí, me sentía como minoo, me sentía mino, mino, mino
Laboralmente le fue muy bien , aumentaron sus apariciones en cámara. Era felicitado y
agraciado por sus compañeras (os) de trabajo.
Lo malo fue tener que volverse a operar por un golpe recibido, lo cual hizo que la nariz
quedara mas chica que la primera vez.
Y, tardíamente, fue percatandose que había perdido toda la identidad que caracterizaba su
familia paterna: su padre, hermanas, primos, todos tenian una nariz prominente, con
carácter

..no tienen carita de princesa, ¿cachai?. Es como que perdí rasgos de mi familia. Un
rasgo súper importante de mi familia, ¿cachai? Fue más que nada así como, es bien
interno lo que siento yo, es como que al operarme como que renegué de mi familia,
¿cachai?

El proceso de acostumbramiento a su nuevo rostro fue acelerado ya que ensayaba y


practicaba todo el dia delante de un espejo.
Todo el día me veía, entonces al final como que me acostumbré. Al principio miraba, y
veía a otra persona. Eso era lo raro que miraba…Y era como “¡Ahy!, chucha, soy”, decía
así, “soy yo”, ¿entendí? Me daba cuenta como que era yo. Y después fluyó, fluyó

Después de operarse conoce al “amor de su vida” con quien mantiene una larga
convivencia de pareja
No atribuye el aparecimiento o el éxito de esta relación a su nueva apariencia.. Después de
5 años d
relación se da cuenta que su conquista en lo erótico y sentimental se debe a otras
cualidades no físicas.

¿Sabís lo qué pasa?, que yo creo que, que yo no, finalmente, me doy cuenta que yo no, no
conquisto por, por la parte física, ¿cachai?
Yo tengo otras cualidades que hacen que la gente se acerque, ¿cachai? de repente soy muy
cariñoso con la gente, muy…me gusta papachar a la gente, mucho cariño, mucho de piel.
Yo creo que eso conquista mucho más. ¿Aha? Y otra cualidad, yo creo que conquista
también, que a mí me gusta mucho mirar a la gente cuando hablo. Cuando me están
hablando me gusta mucho que me miren. Como la mirada, así, como el reflejo del alma,
eso. Por lo menos eso me conquista a mí de otra persona, ¿cachai?

Especialmente en su ambiente de trabajo y, en la sociedad en general, acusa de una alta


presión social por cumplir el standard de belleza física, que influye directamente en las
decisiones de hacerse una cirugía plástica y el resultado de su actor estará mas asociado a
su apariencia que ha su desempeño

…obviamente una persona bella, una persona bonita va a tener más éxito que una persona
que no es tan bonita, que no es tan agraciada, ¿me entendí? Que a lo mejor tiene otra
belleza. Ah, pero la gente se fija en eso. Como que se saltan procesos, la gente linda se
salta procesos, sin querer. Porque laa sociedad pum, los agarra y les hace pasar por eso.
En cambio la gente que no es tan bonita como que le cuesta más llegar. Cuesta más llegar.
Esto se extiende tambien a la vida concreta de las personas, en la practica diaria de cada dia
…Nosotros discriminamos a la gente fea, discriminamos al gordo, discriminamos al muy
flaco, ¿cachai? Como a los estereotipos así, los discriminamos. Discriminamos al cojo,
nos reímos de la gorda, nos reímos de los gays. Nos reímos de todo eso, de todas esas
cosas, diariamente

Hoy, a la luz de la experiencia, y con la madurez emocional que dan los años, dice :
Yo creo que uno al final de cuentas tiene que aceptarse tal cual nació, ¿cachai? tal cual
es. Yo creo que la belleza, ehe…si bien es cierto, uno de repente puede admirar a un
hombre o a una mujer decir “¡Oh, qué bello! ¡Oh, qué bella!, ¿cachai? porque hay
parámetros de belleza, para todos diferentes. Pero yo creo que es más importante lo que
tenemos dentro, de verdad, así una frase cliché, pero yo lo pienso así, sinceramente
Y que el enamorarse, amar y ser amado, no responde a una preferencia física

…hay diferentes bellezas me puede gustar la tuya, me pueda gustar la de otra persona,
pero eso es más importante yo creo, la inteligencia emocional de las personas

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