Está en la página 1de 18
Historia De La Fiosoria ANTIGUA EE PILOSOFIA ANTIGUA_ Lecturas sobre presocraticos | Charles Kahn Barbara Cassin Richard Mc Kirahan Jr. Jean Salem Traducciones: Alberto Alvarez Jazmin Ferreiro Octavio Kulesz Barbara Steinman Compilacion y revision técnica: Maria Isabel Santa Cruz Silvana Gabriela Di Camillo INDICE C. Kahn, Acerca de la lectura de Herdclito 5x Trad. por Jazmin Ferreiro B. Cassin, El nimero de las vias..... 21 Trad. por Barbara Steinman R.Mc Kirahan Jr, Zenon... 31 Trad. por Octavio Kulesz J. Salem, La fisica de Demécrito.... 55 Trad. por Alberto Alvarez KAHN, CHARLES, “ACERCA DE LA LECTURA DE HERACLITO”+ Traducido del inglés por Jazmin Ferreiro Se ha sefalado que toda época y toda perspectiva filoséfica. desde Cratilo hasta los neoplaténicos y los padres de la Iglesia, proyectaron su propio significado y sus propias preocupaciones sobre el texto de Herdclito. Este es un fenomeno suficiente- mente familiar en la historia de las ideas: cada generacion y cada escuela tiene su propia lectura de Platon, Kant o Marx. Pero el de Herdclito es un caso agudo. Por el caracter ambivalente y enigmatico de sus palabras se ha prestado como pocos autores al libre juego de Ja interpretacién. Asi, se ha visto a menudo que la tarea de los estudio- sos modernos fue simplemente deshacer el trabajo de la historia: quitar los varios niveles de exégesis y distorsion depositados por los siglos, con el fin de recobrar el sentido original del texto preservado. Tal es en verdad Ja tarea de la filologia consciente y he tratado. en la medida de lo posible. de interpretar dentro del contexto de su propio tiempo y lugar lo que Heraclito ‘quiso decir. Pero en principio el esfuerzo para recobrar el auténtico Heraclito, esto es, ‘para alcanzar una unica interpretacién correcta, es una empresa que nunca podra lograrse, No nos enfrentamos solamente al peligro de la cebolla: si pelamos todas las capas de interpretaciones tal vez no quede nada. o nada interesante. Existe un proble- ma mas fundamental: nosotros, buenos estudiosos clasicos, somos también seres his- toricos con cierta perspectiva, que solo podemos ver lo que es visible desde donde sea que estemos situados. Para Diels y Burnet, el punto de vista era el de fines del siglo Lecturas... 5 diecinueve. Para Reinhardt, Snell y Frankel fue el de una o dos generaciones mas tarde: y ellos pudieron también percibir, y criticar, el punto de vista del siglo diecinue- ve. Para aquellos de nosotros que escribimos en la segunda mitad del siglo veinte la atmésfera intelectual ya ha cambiado, ha sido ampliada; y lo que podemos ver incluye no solamente nuevo conocimiento de nuestro propio tiempo sino también nuevas pers- pectivas sobre las antiguas interpretaciones. Por induccién podemos estar seguros de ‘que la proxima generacién, incluso el proximo lector perspicaz de Herdclito sera ca- {paz de ver algo nuevo y diferente. Asi nuestro sentido histérico, nuestra percepcién de la relatividad de la com- prensiér. humana de época en época y las condiciones cambiantes de lo que uno puede significativamente entender 0 comunicar, nos obliga a renunciar a la idea de alguna vision panoramica eterna desde la cual podria Jograrse una tnica y verdadera imagen de Herdclito. Todo acercamiento hicido seré explicitamente hermenéutico; lo cual es solamente decif que nosotros debemos proveer el marco para dar sentido a Herdclito y sera mejor tener conciencia de lo que estamos haciendo. El discurso de Herdclito esta- ba dirigido a otros oyentes, en otro tiempo y lugar. (E incluso en el caso de la audien- cia original, el no era muy optimista acerca de las posibilidades de ser entendido). El nos hablara solamente en tanto seamos capaces de articular su significado en nuestros Propios términos. E] texto esta ahi, como lenguaje objeto. Somos nosotros quienes debemos proveer el metalenguaje hermenéutico con el cual pueda formularse la inter- pretacion de hoy. El texto no dard a luz su propio comentario contemporaneo. Y Heraclito mismo no esta aqui para confirmar o corregir lo que creamos que quiso decir. Nada de esto implica que Ja interpretacién sea un juego sin reglas, en el cual cualquiera puede jugar y en el que no hay errores posibles. Por el contrario, sostendré que las antiguas y mi Heraclito estan profundamente equi- as, i proporcionado un marco conceptual apro- piado para explicitar el significado del texto. Pero mas alld de las minimas condiciones de exactitud filolégicas, no existe un alto tribunal al cual pueda apelarse para que decida entre marcos de interpretacién alternativos. E] circulo hermenéutico esta cons- tituido por el hecho de que es sélo dentro de los presupuestos de un marco significati- ¥o que podemos dar sentido a un texto dado; y es solamente por su aplicabilidad al texto en cuestién que podemos justificar la eleccién de un marco particular. De este Circulo no hay escapatoria. Si no construimos 0 seleccionamos de forma deliberada nuestro propio marco interpretativo nos volveremos prisioneros inconscientes y por lo tanto acriticos de cualquier supuesto hermenéutico que pueda estar “en el aire”. Intentaré, entonces, articular los principios que gobiernan la interpretacién ofre- cida aqui. Como el titulo lo sugiere, quiero enfatizar la doble significacién de la obra de Heraclito: como artista literario y como pensador filos6fico de primera linea. No defender€ mi vision de su importancia filosofica; al tomarlo seriamente como pensa- 6 -Ficha de Catedra- dor simplemente sigo la antigua tradicion desde Platén hasta Plotino (sin mencionar la tradicion moderna desde Hegel a Nietzsche y Heidegger). Pero su arte literario, que se describié brevemente en la seccién 2 de la Introduccién General, requiere una discu- sion mas extensa, dado que su contribucién para entender su doctrina ha sido general- mente descuidada. La intima conexién entre la forma lingitistica y el contenido inte- lectual de su discurso sera el objeto primario de mi comentario. Con el fin de elucidar esta relacién entre estructura literaria y pensamiento filoséfico haré uso de tres supuestos, dos de los cuales son fundamentales para mi interpretaci6n, mientras que e] tercero es tal vez solo un recurso para la conveniencia de la exposicién. Los principios fundamentales son los que he llamado el de densidad Jinguistica de los fragmentos individuales y el de resonancia entre ellos. El tercero, principio mas opcional. es una ordenacion significativa de los fragmentos, como en el orden impuesto aqui. Como se sefalé antes, este tercer principio es 1 mismo doble: (1) sostengo que el orden original fue un orden significativo y (2) sostengo que el orden que he elegido es fiel a lo que el propio Heraclito pretendié. Algunas razones a favor del primero de estos dos supuestos se han dado en la Introduccion General. El segundo supuesto no puede ser defendido por argumento alguno: se justifica solamen- te por su propia utilidad, por hacer a Heraclito mas sencillo de leer e interpretar. Pero este principio de ordenacién no es solo conjetural y controvertido. También se vuelve prescindible, en el sentido de que quien acepte los otros dos principios (densidad lin- gitistica y resonancia) puede alcanzar la misma interpretacion global de Herdclito sin conceder ninguna particular importancia al orden en el que hayan de leerse los frag- mentos. Por densidad lingiiistica entiendo el fenomeno por el cual una multiplicidad de ideas se expresa en una Unica palabra o frase. Por resonancia entiendo la relacion entre los fragmentos por la cual un unico tema o imagen verbales se repite de un texto a otro de modo tal que el significado de cada uno se enriquece cuando se Jos entiende conjuntamente. Estos dos principios son formalmente complementarios: la resonancia es un factor que hace a la densidad de cualquier texto particular; e inversamente. es a causa de la densidad del texto que la resonancia es posible y significativa. Esta complementariedad puede ser expresada més precisamente en términos de “signo” y “significado”, si por signo entendemos la aparicién individual de una palabra o frase en un texto particular. y si por significado entendemos una idea, imagen 0 tema verbal que puede aparecer en diferentes textos. De este modo la densidad es la relacion entre un signo y multiples significados: mientras que la resonancia es la relacion entre mu- chos y diversos textos y una unica imagen o tema’ La resonancia aparece de muchas y diferentes formas. El caso mas explicito es la repeticion de la misma palabra, tal como las diez apariciones de /ogos dispersas en nueve diferentes fragmentos, Con esto conectamos las apariciones del mismo tema en palabras afines: en el verbo /égesthai “hablar”, y también en “hablar conjuntamente” 0 fee Lecturas... 7 ony i A “concordar” (xin. .légontas en XXX, D114; homologeinen XX XVI, D.50, y LXXVIIL D.51). De modo similar, encontramos seis indudables apariciones del término “com, Partido” 0 “comun” (xynén). Otro caso es la Tecurrencia de una unica imagen o tema gue puede ser expresado 0 no por las mismas palabras: durmiente y despierto, el arco (LXXVIH y LXXIX) y el timonel (LIV y CXIX). Una resonancia menos formal apa- rece entre palabras de similar o afin significado, como Guerra (pdlemos) y Conflicto (Eris); 0 las varias expresiones para buscar, averi iguar, ocultar, ser dificil de encontrar, Esta nocién de resonancia no formal puede ser extendida a los diversos términos para Conocimiento, comprensién, sabiduria e inteligencia que hallamos a lo largo de Jos fragmentos (gndsis, néos, sophia, phronesis, etc,), Finalmente, estos diversos fenéme- nos de resonancia, tomados conjuntamente con enunciados explicitos de identidad y Conexién (tales como “la guerra es comin y el conflicto es justicia”) servirén para vincular todos los temas Principales del discurso de Herdclito dentro de una red de Pensamientos conectados, articulando asi su afirmacién general de que “todas las co- Sas son una”. Es por esta funcién semantica de la resonancia que el orden en el cual se leen los fragmentos no tiene que ser, después de todo, decisivo para su significado. El logro estilistico de Herdclito es haber creado una expresién no Jineal de la estructura Conceptual, un entramado oculto que es més poderoso que el orden lineal que compu- se. Asi la compleja nocién de sabiduria, uno de sus temas centrales, puede compren- derse considerando los cuatro textos en los cuales aparece la forma neutra singular sophén “sabio” (XXVII, XXXVI, LIV, y CXVIIM), sin considerar el orden en el cual estan dispuestos. Pero, por supuesto, en cualquier caso se los dispondra en algun orden. Y cual- quiera sea ese orden, el fenémeno de la resonancia (en este caso entre las cuatro apa- riciones de sophdn) har surgir un efecto lineal similar al que Anne Lebeck Ilama “prolepsis” y que ilustra en detalle para la Orestiada de Esquilo, donde el orden lineal es conocido independientemente. “La forma que toma la repeticién o recurrencia en la Orestiada es la de una introduccién proléptica y un desarrollo gradual. La palabra “prolepsis” denota aqui un breve enunciado inicial de distintos temas importantes en bloc ... En sus primeras apariciones la imagen es eliptica y enigmatica. Es un griphos 0 enigma cuya solucién se ira desplegando en el curso del drama individual o de la trilogia completa. El significado se acrecienta con la repeticion; la imagen gana en claridad a medida que Ja accién marcha hacia un climax. La prolepsis y el desenvolvimiento gradual de la imagineria recurrente, junto con el corola- rio, movimiento desde la declaracion enigmatica hasta la clara exposicién, des- de el acertijo hasta la solucién, domina la estructura de la Orestiada”?. 8 -Ficha de Catedra- : Mi ordenacion de los fragmentos esta inspirada por el supuesto de que un mo- vimiento similar domina la estructura de la exposicion del mismo Herdclito. Asi he colocado primero la referencia mas enigmatica a “lo que es sabio” (XXVII) y he reser- vado para el climax su mas solemne y decisivo anuncio de “lo unico sabio” (CXVIII). Pero como sea que se ordenen jos cuatro fragmentos sobre el tema del sophén se reforzaran unos a otros: las primeras apariciones prepararan al lector para las siguien- tes, las cuales. a su vez, aclararan las precedentes. Asi, el efecto de la prolepsis en alguna forma, como consecuencia de la resonancia sobre un texto lineal, es indepen- diente de cualquier ordenamiento particular de los fragmentos. El otro principio, el de densidad lingtiistica dentro de un texto dado, es esen- cialmente el fenomeno de la ambigiiedad significativa: e] uso de la indeterminacién léxica y sintactica como un recurso para decir varias cosas a la vez. Sera conveniente a menudo hablar de ambigtiedad deliberada o intencional. Creo que estas expresiones son inofensivas y justificadas en tanto es claramente entendido que no hay ninguna evidencia biografica externa para imputar tales intenciones a Herdclito. Pues estas expresiones simplemente reflejan el hecho de que podemos interpretar una ambigiie- dad en el texto como significativa solo si nosotros la percibimos como signo de la intencién del autor para comunicamos algin complejo pensamiento. La densidad lingilistica en este sentido guarda cierta semejanza formal con la ambigiiedad deliberada del oraculo délfico, al cual alude Herdclito mismo (XXXII, D.93). Pero la estructura semantica de los dos casos es fundamentalmente diferente. En un oraculo como “Si Creso hace Ja guerra a Ciro, destruira un gran reino”, la ambi- giledad (a saber, {cual reino?) esta ciertamente calculada. Pero después del evento no pueden quedar dudas acerca de cua] pudo haber sido la interpretacion “correcta”. La tarea de entender un oraculo consiste en descartar varias posibilidades y seleccionar el unico mensaje apropiado. Con la ambiguedad significativa del discurso poético, no puede haber una interpretacion que sea la tinica correcta: el sentido es esencialmente multiple y complejo. En el proceso de interpretar un texto podemos considerar y des- ‘cartar algunos sentidos como inapropiados. Pero nos quedaremos con un irreductible residuo de al menos dos interpretaciones parcialmente significativas, dos distintos enunciados que han de entenderse como “pensados” por el autor, si la ambigiiedad misma es artisticamente significativa. Esto es. al recurso estilistico de polisemia o multivocidad de parte de] autor debe corresponder un principio de generosidad herme- néutica por parte de los lectores y comentadores. Este principio, que se ha dado por supuesto en la critica literaria por algun tiempo’, ha sido desafortunadamente descuidado en los procedimientos mas austeros de la erudicion clasica. Como resultado, buena parte del esfuerzo de los estudiosos se ha dedicado a eliminar la multiplicidad de significados y asi empobrecer el contenido semantico del texto, defendiendo una sola interpretacion con la exclusion de otras. En el caso de Heraclito como en el de Esquilo, la tarea del intérprete es preservar la rique- Lecturas... 9 | 22 original de significados admitiendo una pluralidad de sentidos alternativos, algunos obvios, otros recénditos, algunos superficiales, otros profundos. Tal discurso presupo- ne un arte de lectura que los estudiosos clasicos parecen haber perdido, aunque hayan comenzado a recuperarlo en recientes estudios de Esquilo‘. Tomando un término de la lingiiistica contempordnea diré que un texto dado admite diversas y diferentes “lecturas”, donde las lecturas difieren unas de otras por imponer al texto combinaciones sintdcticas alternativas 0 por tomar la misma palabra en diferentes sentidos*. Describiré primero mi proceder para analizar la densidad lin- gilistica en términos generales, y luego la ilustraré con una aplicaci6n a la primera sentencia de] libro de Heraclito. Considero lectura primaria de un texto ala interpretacién que parece mas natu- ral, mas probable de ser recomendada “en una primera lectura”. Entonces pueden ne- cesitarse una o ms lecturas secundarias, sea para resolver problemas que surgen de la lectura primaria (como en el caso de nuestro primer ejemplo), sea para tomar en cuen- ta las palabras o construcciones equivocas, o para descubrir conexiones de Tenguaje o imagenes entre este texto y otros fragmentos. (En el tiltimo caso el fenomeno de den- sidad y resonancia coincidiran). Al establecer la lectura primaria sera importante co- nocer no solamente las expectativas lingilisticas generadas por la literatura anterior sino también el uso normal de las palabras en prosa jénica, su sentido “ordinario” para Ja audiencia original de Heréclito; con este fin nuestra mejor guia serd el uso que hace Herddoto, donde la evidencia es abundante, de fecha relativamente temprana y muy bien analizada en e] Lexicon to Herodotus de Powel. El unico cuerpo sustancial de | prosa conservada mas antiguo que el de Herédoto es precisamente nuestro material de ‘Heraclito’. Volviendo ahora a la primera sentencia del libro, buscamos una lectura prima- ria para las primeras tres palabras: toi logow totide “este logos aqui’. Sobre la base de Ja evidencia que sera presentada en la Observacién preliminar sobre este fragmento, podemos estar seguros de que un lector original del libro habria entendido esta frase como una autorreferencia convencional, una introduccién a la obra misma: “este dis- Curso que estoy presentando y que estas por leer”, pero las proximas dos palabras, edntos aiei “que es siempre” nos enfrentan con un dilema que ha atormentado a lecto- res desde Aristoteles y que ha sido objeto de interminable disputa entre comentadores modernos, una disputa que, como sugiero, solamente podra ser resuelta si estamos preparados para considerar la ambigitedad no como una mancha a ser eliminada, sino como un significativo recurso estilistico a ser aceptado y entendido. Lo que Aristételes observa en uno de sus raros comentarios sobre el estilo de otros filésofos es que la palabra aiei “siempre, por siempre” en esta sentencia introductoria puede ser construida tanto con las palabras que la preceden (“este /égos es por siempre”) 0 con aquellas que la siguen (“‘los hombres siempre fracasan en la comprensién”). Aristételes no ofrece opinién sobre la construccién mas alla de la apro- 10 -Ficha de Cdtedra- piada observacion de que tal ambigiiedad hace a Heraclito dificil de leer (Rhet. 111.5, » 1407b 11 ss. = DK 22.A4). Pero los estudiosos modemos se han sentido obligados a tomar una posici6n, tanto a favor de la construccion primera (que fue por largo tiempo predominante y ha sido defendida recientemente por Gigon, Verdenius, Frankel, Guthrie, West) oa favor de la ultima (que fue sostenida por Reinhardt, Snell, Kirk, Marcovich y Bollack-Wismann, entre otros). Lo que esta division de opiniones mues- | tra es que, como observ6 Aristételes, hay buenas razones para tomar los dos caminos | adversos. La primera y mas natural interpretacién tomard aiei con lo que la precede, por dos razones: (1) esta construccién se hard visible primero, porque lo que precede es presentado primero y (2) el verbo “es” (edntos) es generalmente usado como cépula, Con algun otro término como predicado o complemento. En griego como en inglés, una frase como “aunque este Jogos es ....” nos deja esperando otra palabra o frase antes del fin de la oracion —antes de que “puntuemos” (diastixai) como hizo Aristételes. (Y Jo mismo en la clausula paralela en III, D.2: “aunque este /égos es ..comin”). La diferencia esta en que en griego, pero no normalmente en inglés, esta expectativa puede estar equivocada y el verbo “es” constituirse €1 mismo como predicado. Esta posibilidad sera explotada en nuestra segunda lectura. En una primera lectura, sin embargo, yo pongo el punto después de aie/ y cons- truyo: “este Jogos es por siempre” (0 “es siempre”). Ahora bien, “ser por siempre”, edntos aiei es una frase homérica standard para los dioses inmortales que son “sempiternos” o que “viven por siempre”’. Cuando los sentidos primarios de légos y ‘Ge “es por siempre” se combinan, dan: “este discurso es por siempre viviente, es in- mortal”, una lectura a primera vista tan extrafia que nos obliga a ir mas profundo. Pero aunque esta primera interpretacion es enigmatica, no es necesariamente errada. Por el Contrario, su correccion a un nivel més profundo es confirmada por el fenémeno de Fesonancia: el término paralelo aeizoon “ siempre viviente” es aplicado al fuego en XXXVII (D.30), junto con la frase én aef “fue por siempre”, en una enfatica (y sintacticamente ainbigua) triple aparicién del verbo “ser”. Asi el logos de Heréclito, aunque no definitivamente identificado como un principio eterno, se presenta desde el comienzo mismo de un modo tal que sugiere la vida eterna. Pero esta idea es a lo sumo una Aypénoia, un misterioso indicio de un pensa- miento no completamente expresado. Queremos que se diga algo acerca de légos que sea apropiado a la linea del discurso; y en conexi6n con esto la formula homérica para la inmortalidad no lo sera. Asi, nuestra lectura primaria se viene abajo por su propio peso. Una segunda lectura tendra en cuenta el hecho de que podemos puntuar delante de aiei € interpretar el adverbio con lo que sigue: “Jos hombres siempre fracasan en Comprender”. Esto deja el verbo “es” (edntos) sin ningin predicado 0 complemento en la clausula inicial: “aunque este /gos es”. Podemos dar sentido a esto apelando a lo Lecturas... 11 que se llama el uso veritativo del verbo, donde esti o edn (en atico dn) significa “es verdad, es asi”: ho edn logos sera “el verdadero relato”, “una narracién que expone los hechos”*, La sentencia resulta ahora «si bien este /égos es verdadero, los hombres son por siempre incapaces de entenderlo». En la traduccién de esta oracién he tratado de sugerir ambas lecturas. Pero ninguna version puede hacer justicia al hecho de que un lector que desee evitar una decisién arbitraria quedara en genuino suspenso entre una lectura mas natural de la primera clausula “este /égos es por siempre”, que suena bien literariamente pero nos deja preguntandonos qué pueda querer decir, y la lectura “este Jogos es verdadero”, que es estilisticamente mas recherché pero clara, incluso banal en su contenido. Como hay buenas razones para apoyar una y otra lecturas, es importante dejar abierta la posibilidad de que la dificultad de decidir entre ellas es en si misma un efecto intencio- nal. Y una vez que hayamos entendido el pensamiento de Herdclito como un todo, yeremos por qué esta perplejidad inicial es significativa. Porque el Jogos de Heraclito no es meramente su exposici6n: es Ja estructura eterna del mundo tal como se mani- fiesta ella misma en el discurso. Esto sera insinuado en las préximas palabras (“los hombres fracasan al comprender incluso antes de que hayan escuchado lo que tengo que decir”), posteriormente indicado por los diversos usos de /égos a través de los fragmentos, y mas notablemente en el contraste entre “esciichenme” y “escuchen al logos” en XXXVI (D.50). Asi tenemos dos lecturas plausibles e instructivas de la primera sentencia, co- rrespondientes a las interpretaciones alternativas del adverbio aie?. Y es la lectura primaria y mas natural (“este /égos es por siempre”) la que desde el punto de vista del contenido es la mas profunda y paraddjica. La lectura que es secundaria 0 artificial en términos estilisticos (“este /dgos es verdadero”) es menos sorprendente, incluso banal en términos de contenido. Asi la relacién entre el significado superficial y la Aypénoia o “sentido més profundo” es ella misma inestable y compleja. El resultado es un estilo de prosa que justifica plenamente la reputacién de Heraclito como “el oscuro” (ho skoteinds), El efecto de un enfrentamiento inicial nos ha sido conservado en la anécdota de la respuesta de Sécrates a Euripides cuando éste le pregunté qué pensaba del libro: “lo que entiendo es excelente y pienso que el resto también. Pero se requiere un buzo delio para llegar al fondo de é]” (DL. 1.22). Un elocuente epigrama preservado por Didégenes advierte al lector no leer el libro dema- siado rapido: “Es un arduo camino Ileno de oscuridad y penumbra; pero si un iniciado te conduce en el camino, se vuelve mas brillante que e] resplandor del sol”! No aspiro a alcanzar tal claridad deslumbrante aqui. Pero si creo (con Diels y otros) que cuanto més se reflexiona sobre estos fragmentos mas clara se vuelve la unidad, la complejidad y la profundidad del pensamiento que ellos transmiten. En conclusion, quiero enfatizar que mi procedimiento de reconocer dos o mas “Jecturas” distintas es solo un recurso hermenéutico para clarificar la densidad seman- 12 -Ficha de Catedra- tica del texto. Tales recursos son legitim no tienen que ce: siderar los “sign 10S y necesarios y no requieren defensa. Pero ames ante el hecho de que no hay ninguna unidad natural para con- ads” de un texto dado. Podria afirmarse razonablemente que fo- dos los fragmentos de Heraclito tienen un solo significado, que es de hecho la comple- ta estructura semantica de su pensamiento como un todo: cualquiera de cuyas frases No es sino un fragmento incompleto. Es mejor considerar nuestras “lecturas” fragmen- tarias de frases o sentencias particulares como herramientas competentes para apre- hender y constnuir este sentido global. como un Upo de escalera o muletaa ser abando- nada una vez que se haya logrado el objetivo de comprender. Comentario a los fragmentos Comentario preliminar al fragmento I El tragmento uno es la cita mas larga de Heraclitoy probablemente la pieza mas larga de la prosa eriega preservada anterior a las Historias de Herddoto, a la que precede en cincuenta afios. Es a su vez unos cincuenta afios mas joven que la mas antigua obra en prosa conocida, el pequetio libro de Anaximandro. del cual tenemos una cita (DK 12.B1). Como lo muestran esta cita de Anaximandro y las citas casi Contemporaneas de Ferecides. y como lo confirman los fragmentos de Herdclito y la larga narracion de Herédoto, la prosa jonica nacié como una forma literaria altamente desarrollada: podria haberse inspirado desde el comienzo en jos ricos recursos de dos siglos de poesia epica y lirica escrita, comenzando con la Hiada en el siglo ocho (y por supuesto la /fiada a su vez podria haber sido inspirada por una larga tradicion de poesia oral). Asi el alto nivel literario de la primera prosa griega no es en si mismo sorprendente. Lo que es sorprendente es ei estilo extraordinariamente denso y perso- nai de las citas de Heraclito. Como podemos ver a partir de otras muestras tempranas. la prosa griega fue al Principio empleada primariamente para la publicacién de Ia historie jénica: para pre- sentar los resultados de jas “investigaciones” 0 “indagaciones™ sistematicas sobre una Variedad de asuntos desde astronomia a biologia, incluyendo investigaciones histori- €as en conexion con la deseripcion de tierras y pueblos (como en el libro de viajes de Recateo. un milesio contemporaneo de Heraclito). El antiguo término jénico historie quedé pronto fijado en su limitada aplicacion a “historia” en nuestro sentido. porque fue este tipo de investigacion la que primero dio origen a trabajos importantes de literatura en prosa: las Historias de Herédoto y de Tucidides. Podemos formarnos una idea de los tempranos libros jonicos a partir de lo que queda de Hecateo, Anaxagoras y Diégenes de Apolonia. tanto como a partir de Jos mas viejos tratados hipocraticos. A partir de tal evidencia sabemos que cuando Heraclito comienza su-proemio con una referencia a su propio /ogos esta siguiendo una tradicion literaria bien estabie- Lecuuras... 18 cida entre jos tempranos autores de prosa. El mas antiguo paralelo preservado es e] preambulo a un trabajo de Hecateo (las Historiai 0 Genealogiai) que comienza con estas palabras: “Hecateo de Mileto dice como sigue. Escribo estas cosas en tanto me Parecen verdaderas. Los informes (/égoi) de los griegos son, a mi juicio, muchos y Fidiculos""'. El tratado del siglo quinto de Jon de Quios comienza asi: “El punto de Partida de mi discurso (/égos): todas las cosas son tres, y nada mas o menos que esas tres” (DK 36.B1). Otros ejemplos muestran que tales tratados eran regularmente intro- ducidos por una referencia al /égos 0 discurso como tal'?, Pero si esta autorreferencia es un rasgo distintivo tradicional en el proemio, lo que no es tradicional para nada es el énfasis peculiar sobre el término /ogos y las ambigiiédades sintacticas que lo rodean. Las dificultades estilisticas sugieren aqui que si el Jogos de Heraclito es desde un punto de vista el “informe” usual de la Pprosa nica, es también algo bastante diferente. Heraclito presumiblemente eligié escribir €n prosa porque ésta era el nuevo lenguaje cientifico de sus dias y el estilo tradicional de la sabiduria aforistica. Pero mientras que la tendencia general de la prosa jénica es hacia la expresion clara y directa, el rasgo caracteristico del estilo propio de Heraclito €8 un deleitarse mas que délfico en la paradoja, el enigma y la equivocidad. Con Tespecto a esto, el pequefio libro de Heréclito habra sido un muy atipico representante del nuevo género. Un lector que comenzaba esperando una exposicién directa de in- vestigaci6n o especulacién cientifica pronto deberia vérselas con el dilema gramatical que le salia al encuentro en la primera oracién. Para hacer mas facil la referencia numeraré las tres oraciones del primer frag- mento considerandolas una por una. 1 (D.1).1. Aunque este discurso (/égos) exista por siempre, los hombres siem- pre fracasan al comprenderlo, tanto antes de oirlo como una vez que lo han oido (0 “cuando lo oyen por primera vez”). Tanto Aristoteles como Sexto nos cuentan que este pasaje proviene del co- mienzo del libro. Como hemos visto, la ambigtiedad inicial en la sintaxis de aieipor siempre” insinta la mas profunda ambivalencia en el status del Jogos de Heraclito: es tanto su discurso como algo mas: algo universal (todas las cosas suceden de acuerdo con é]), incluso eterno y divino (e6n aie/), precisamente en virtud del hecho de que es “comun” o “compartido” por todos (xynds en III, D.2). Esta primera oracién toca los temas gemelos de oir y comprender que reapare- ceran con importancia creciente a través de los fragmentos (II, D.34; XIV, D.55: XV. D.101 a: XVI, D.107; XVI, D.19; XXVII, D.108; XXXVI, D.50, etc.). La queja de que sus interlocutores son incapaces de_comprender es natural de parte de un autor que ha elegido el lenguaje del enigma y el equivoco. Lo que es mas desconcertante es la insistencia en que los hombres demuestran su incapacidad de comprender no sola- 14 -Ficha de Catedra- mente “una vez que han oido mi discurso™ sino auin antes. {Como puede esperarse que entiendan por adelantado? Esto tendria sentido solo si el logos de Heraclite re ae oa una verdad que ha estado alli todo el tiempo: si, como el fuego, siempre fue yesy sera, : De este modo, aqui el /6gos no puede ser solo “lo que Heraclito dice” no mera- mente las palabras que profiere ni tampoco el significado de lo que tiene que decir, si se entiende significado subjetivamente como lo que el hablante tiene en mente o sus intenciones al hablar. El /égos puede ser su “significado” solamente en un sentido objetivo: la estructura a la cual sus palabras se destinan o apuntan, que es la estructura del mundo mismo (y no la estructura intencional de su pensamiento acerca de] mun- do). Sélo una estructura objetiva tal puede ser “por siempre”, accesible para la com- prension antes de que ninguna palabra fuera proferida. Esto no quiere decir que poda- mos traducir /égos por “estructura” o por “el contenido objetivo de mi discurso”. La tension entre palabra y contenido es esencial aqui, porque sin ella no tenemos la ins- a paradoja de los hombres de los cuales se espera que entiendan un /dgos que no han oido. 1.2. Aunque todas las cosas suceden en conformidad con este discurso (/dgos) los hombres son como inexpertos cuando experimentan tales palabras y obras como las que he dicho antes distinguiéndolas de acuerdo a su naturaleza (phtisis) y contando como es. La segunda sentencia comienza con una clausula en caso genitivo que repite no solo la sintaxis sino también el vocabulario del comienzo. El verbo ginesthai, “llegar a ser. suceder”, que primero expresaba la falta de comprensién de los hombres, es aqui aplicado a todas las cosas que hay (ginoménon panton) y que los hombres no logran comprender. La construccién genitiva, que primero dependia de aviinetoi “incapaz de comprender”, esta ahora conectada con dpeiroi “carente de experiencia”. El paralelo formal entre estas dos oraciones sugiere que Heraclito esta desarro- Mando un unico punto. En ambos casos el anuncio del /égos y su verdad universal (en Ja clausula genitiva) es contrastado con la incompetente respuesta del género humano (en la clausula principal). La tensién entre los dos aspectos del /égos —las palabras reales de Heraclito y su contenido eterno- se refuerza aun mas alla. donde el Jogos como ley universal se yuxtapone a la referencia de Heraclito a su propia exposicién, en una primera persona enfatica (hokoion ego diegetimai “asi como he dicho antes”). » “ellos se asemejan a hombres sin experiencia” es “Ellos son como inexpertos”, una frase sorprendente: porque sugiere que de hecho los hombres rienen la experiencia iencia de las cosas que suceden de en cuestion. Y bien podrian: puesto que €s exper ; s 4 acuerdo al “logos tas son todas las cosas. nadie puede existir sin tal experiencia. Pero es dificil para los hombres asir esta verdad. aun cuando Heraclito la anuncia a 15 Lecturas ellos directamente. Ellos no pueden hacer nada con las palabras (epéa), nj ca hechos (érga) que él seftala, aunque él “lo cuenta como es” y coloca cada Cosa en . lugar, “de acuerdo con su phisis”. u La palabra para “hechos”, érga (“obras”, “actos”), tiene resonancias éicas: puede referir a Jas hazafias heroicas y también a mas humildes obras, como en Traba- jos y dias de Hesiodo. El término phisis, por otra parte, por la naturaleza © estructura genuinas de una cosa, es la consigna de Ja nueva filosofia natural que irradia desde Mileto. Acerca del uso de esta palabra caracteristica, que se repite en X (D.123) yen XXXII (D.112), como acerca de su uso de historie (investigacion”) y késmos ( ene} sentido de «orden del mundo») Heréclito expresamente afirma su afinidad con la nueva tradicion cientifica, y asi ofrece su propia verdad como un suplemento o como un rival a aquella de los fildsofos naturales. 13. Pero los demas hombres son inconscientes de lo que hacen despiertos del mismo modo que son olvidadizos de lo que hacen dormidos. Lo que es Ilamativo aqui no es tanto la confianza en si mismo (Por no decir arrogancia) del pensador que considera a «los demas hombres» como sonambulgs, sino el casi patético aislamiento epistémico de un hombre que trata de transmitir la vision de una obvia e inmediata verdad a los hombres, que andan tambaleantes, inca- paces de advertir qué estén haciendo durante todo el dia, como si fuera un sueio que no pueden asir o retener. La imagen del suefio (que proporcionaré en otra parte un tipo de enlace entre la vida y la muerte) sirve aqui para dar una expresion més drastica ala idea de alienacién cognitiva. Al aparecer, como lo hace, al comienzo, esta concepcion parad6jica de la condicién humana como un estado de la mas profunda ignorancia frente a una verdad inmediatamente accesible sirve para definir el marco basico dentro del cual deben comprenderse las doctrinas especificas, En particular, nos advierte con- tra una interpretacin excesivamente apresurada de su relacion con la ciencia jonica. La historie de hombres como Anaximandro o Hecateo, o aun Pitagoras y Jendfanes, Tepresentan un conocimiento nuevo y técnico, producto de una investigacién especial, sea que derive de mirar las estrellas 0 de visitar a los tracios y persas. Tal historie no es ciertamente la aprehensi6n de una verdad universal de experiencia inmediata, accesi- ble a los hombres como “lo que hacen despiertos”. Por consiguiente la actitud de Herdclito hacia tal ciencia se volveré profundamente ambivalente. Su propia vision { filoséfica esta inspirada por los nuevos estudios cientificos del mundo, pero esta diri- | gida aun tipo de verdad enteramente diferente. Tal vez pueda compararse el sentido de aislamiento epistémico de Herdclito y esta relacion ambivalente con el conocimiento cientifico contemporaneo con la pos! cién del obispo Berkeley en relacién a la fisica y Optica newtonianas. El idealismo sensorial de Berkeley depende historica y psicologicamente de la nueva ciencia de sus 16 -Ficha de Catedra- dias y de cuidadosos estudios en geometria de la vision. Pero su Posicién filoséfica como tal no depende légicamente de ningtin conocimiento técnico. Por el contrario, implica una completa reinterpretacion de aquello de lo cual trata todo el conocimiento cientifico. La doctrina de Berkeley implica también una verdad (desde su punto de vista) més proxima que las manos y los pies, que deberia ser obvia para toda persona, pero que es de hecho endiabladamente dificil de comunicar aun a un lector benevolen- te. La falta de analogia mas crucial aqui, aparte del contraste entre el estado de las ciencias en el 500 a.C. y el 1700 d.C., es el hecho de que la doctrina de Berkeley se interesa por problemas que son puramente tedricos o cognitivos: la naturaleza del conocimiento y lo que es conocido. Para Heraclito los problemas del conocimiento son muerte. La ceguera que él denuncia es la de los hombres que “no saben lo que estan haciendo”. Es la vida del género humano lo que es tema de su discurso, no la teoria del conocimiento y la percepcién. Con esta condicién podemos decir que su proemio en efecto caracteriza la vida humana en términos epistémicos. en términos de un fracaso casi universal para dar Sentido a la propia experiencia. Inicialmente se interesa menos por la estructura de la ‘Tealidad que por la dificultad extrema de asir esta estructura. ‘parables de los problemas de ia accién y la intencién, problemas de la vida y la, NOTAS * Kahn, Charles, The Art and Thought of Heraclitus. An edition of the fragments with translation and commentary, Cambridge, Cambridge University Press, 1979 (“On reading Heraclitus”, pp. 87-95 y “Commentary on the fragments”, pp. 96. 100). ' No puede ser accidental que el propio Heraclito haya expresado la estructura for- mal de estos dos principios: “A partir de todas las cosas, una; y a partir de una, todas” (CXXIV, DK.10). * A. Lebeck, The Oresteia: A Study in Language and Structure, Washington, 1971, pp. 1 ss. > Compérese, por ej., William Empson, Seven Types of, ‘Ambiguity, primera edicién de 1930 con las observaciones en torno a la ambigiiedad, en Roman Ingarden, The Literary Work of Art (pp. 142-4 y pp. 253-254; traduccién por G.G. Grabowicz, Evanston, 1973), ed. original, 1931. Ver en particular: Anne Lebeck, The Oresteia, p. 3: “Ha de ser un principio basico al interpretar a Esquilo que, cuando el lenguaje y la sintaxis son ms complicados, el poeta ha comprimido el maximo niimero de significados en el minimo espacio posible. Siguiendo los métodos usuales de la filologia clasica, uno est tentado, a veces, de tratar la ambigiiedad como siel autor estuviera en falta, como si la claridad de la diccién normal estuviera mas alla de su alcance. Sin embargo, esta ambigtiedad caracteristica de Esquilo no es facil de lograr; no se trata de un accidente ni de falta de habilidad, sino de propésito”. Sugiero que lo mismo es valido a fortiorien Heraclito. Las lecturas pueden diferir en otros aspectos, por ej., en una referencia ambigua, como en la cuestion de si se toma el cachorro de leén en Agamendn 717 ss. como alusién a Helena o a Clitemnestra. No estoy seguro de que ejemplos de este tipo de ambigiiedad puedan encontrarse en Heraclito. La densidad lingiiistica en los fragmentos es a menudo una funcién de alusién a textos anteriores, como en las referencias a Homero 0 a Arquiloco de pélemos xynés—“la guerra es compartida”- en LXXXII (DK 80) (ver el comentario); pero, tal vez, todos los casos de este tipo pueden ser analizados en términos de diferentes sentidos de una palabra dada, en este caso, xynds. Algunos de los tratados hi iy ipocraticos pueden ser contemporaneos de Herdédoto, 0 s6lo ligeramente posterior res. Pero las fechas son controvertidas, los textos a menudo 18 -Ficha de Catedra- insatisfactorios, y no hay medios sistematicos d i le indagacion de hipocréticos comparables con el Lexicon de Powell ae Para el uso homérico (y ocasionalmente, posthomérico) del verbo einai en el sentido de “estar vivo", ver mi The Verb “Be” in Ancient Greek, Reidel, Dordrecht, 1973 pp. 241-243. 7 Para ejemplos en Herddoto, ver The Verb “Be” in Ancient Greek, pp. 352 y ss.; para la aplicacion a nuestro fragmento, Jbid., p. 354, n. 26. Esta lectura fue anticipada por Bumet, Early Greek Philosophy, London, 1930, (p. 133, n. 1); recientemente aceptada por West, Early Greek Philosophy and the Orient, Oxford, 1971, pp. 115 y ss. y E. Hussey, The Presocratics, London, 1972, p. 39. Menciono por cortesia otras dos lecturas presentadas en la literatura erudita. Ambas incluyen puntuacién antes de aiei, pero la primera mantiene la funcion de “es” como copula tomando el pronombre demostrativo héde como predicado: “el lgos es éste, es como sigue”. (Asi, nego de Kranzy otros, Kirk, Heraclitus, The Cosmic Fragments, Cambridge, 1954, p. 33: “el Légos que es tal como lo describo”; Bollack-Wismann, Héraclite ou la séparation, Paris, 1972, p. 59: “du discours qui est celui-la"; también aceptado como posible por Guthrie, 4 History of Greek Philosophy I, Cambridge, 1962, 425n.). La segunda Jectura toma el “es” como verbo independiente pero le otorga un sentido existencial més fuerte en lugar de uno estrictamente veritativo: “este /égos es real” 0 “existe realmente”. Esto puede ser lo que se propone la traduccién de Snell: “diese Lehre hier, ihren Sinn, der Wirklichkeit hat”; pero hay una tendencia natural a deslizarse desde el sentido de existencia hacia el de verdad. Asi también la traduccién de Marcovich: “esta verdad, real como es”. Cf. Frankel (Dichtung und Philosophie’, Munich, 1962, p. 423) “Diesem Légos... der in Ewigkeit gilt”. DL. 1X. 16. El epigrama es convincentemente atribuido a Cleantes por Deichgraber, “Bemerkungen zu Diogenes’ Bericht iber Heraklit”, Philologus 93 (1938), p. 30. Comparese los proemios del siglo V de Herédoto y Tucidides. Mucho antes que Hecateo, Hesiodo presenté su Teogonia con un contraste similar: “Esta palabra (ténde mitthon) me la dijeron las musas ante todo... ‘sabemios cémo decir muchas mentiras que parezcan verdad; y sabemos, cuando queremos, expresar Ja verdad’ (Teogonia24’ss.; citado como precedente de Hecateo por F. Jacoby, Die Fragmente der griechischen Historiker \, (Berlin, 1923), p- 319). Eltratado de Alcmeon (escritor occidental dorio de la tradicion dela ciencia jonica, probablemente de comienzos del siglo V) comienza: “aleme6n de Crotona. hijo de Peirito, dijo lo siguiente” (DK 24. B 1). Puesto que Alemeon, como Hecateo (y Hesiodo en la Teogonia) comienza con una mencién de su propio nombre en Lecturas... 19 tercera persona, Diels sugiere que la obra de Ion también | Podria haber comenzado “Jon de Quios dice lo siguiente (tdde)”. Algunos especialistas (incluyendo a Diels) han supuesto que el fragmento I de Herdclito también estaba Precedido por una firma 0 “sello” de este tipo: “Heraclito de Efeso dice lo siguiente (tdde)”. Pery ian hay realmente evidencia de tal firma personal (a menos que uno se apoye fuertemente sobre la particula inicial de, atestiguada solo en Hipélito). El pronombre demostrativo tradicional en tales proemios aparece al comienzo de nuestro texto preservado, y nuevamente en la segunda frase: ho logos hdde “este discurso” 20 -Ficha de Catedra- } | | | |

También podría gustarte