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Michael Lowy ') “pipuidtsca Cive El marxismo en América Latina (De 1909 a nuestros dias) Antologia o Ediciones Era nen francés: 1980 ‘Titulo original: Le marsisme en Amirigue Latine © 1980, Librairie Francois Maspero. Paris ‘Traduecién del francés: Oscar Barahona y Uxoa Doyhamboure ‘Traducsi6n del portugués: Eva. Grosser Primera edicién en espafol: 1982 ISBN: 968-411-086-3 Derechos reservados en lengua espaiola 198e, Balcones Yr, 8.4 Gol. Granjas Esmeralda Del, Tetpalapa ' 09810 México, D. F. Tmpreso y hecho en ‘México Printed and Made in Mexico INDICE - Introduccién: puNTOS DE REFERENCIA PARA UNA HISTORIA DBL LMARXISHO EN AMERICA LATINA, 11 A propésito de esta antologia, 60 1, LA INTRODUGGON DEL MARKISMO EN AMERICA LATINA Juan B. Justo, Bl librecambio, (1909), 65 Luis Emilio Recabarren, Ricos y pobres, (1910), 67 2, BL PERIODO REVOLUCIONARIO 1, DOCUMENTOS DEL CoNMNTERN LeNrNIstA (1921-23) Sobre la révolucién’ en América, (1921), 73 A los obretos-y campesinos de América del sur, (3923), 79 I, BL IMPACTO DE LA REVOLUGION DB OCTUBRE Luis Emilio Recabarren, La revolucién rusa y los trabajadores chilenos, (1923), 83 Anibal Ponce, La Revolucién de Octubre y los intelectuales argentinos, (1926), 85 IIL. LOS PRIMEROS GRANDES MARXISTAS LATINOAMERICANOS Julio Antonio Mella, La guerra de clases en Guba, (1926), 88 Julio Antonio Mella, EI proletariado y la liberacién nacional, (1928), 9¢ José Carlos Maristegui, Prologo a Téempestad en los Andes, (1927), 96 José Carlos Maristegui, Bl problema indigena en América Latina, (1929), 102 José Carlos Mariétegui, La revolucién socialista latinoamericana, (1929), 108 José Carlos Maridtegui, Punto de vista antimperiaita, (1929), 107 1, UA REBELIGN RO]A DE BL satvapoR (1932) Documentos del Partido Comunista de El Salvador, (1932) 114 | V, LA INSURRECCION DE 1985 EN BRASIL Programa del Gobierno Popular Nacional Revolucionario, (1935), 121 | Luis Carlos Prestes, ; Todo el poder a la Alianza Nacional de Liberacién!, (1935), 125 3, LA HEGEMONIA STALINISTA 1. EL FRENTE POPULAR EN AMERICA LATINA El Frente Popular en Chile, (1938), 133 Una critica de izquierda al Frente Popular Chileno, (1942), 138 Cuba: BI Frente Popular con Batista, (1999), 141 Diego Rivera, El problema indigena en México, (1938), 144 II, FL PATO GERMANO-sOvIETICO Y SUS REPERCUSIONES EN AMERICA LATINA Emesto Giudici, Imperialismo y liberacién nacional, (1940), 152 IIL, EL BROWDERISMO Y LA POSGUERRA i Vicente Lombardo Toledano, Por la industrializaciin de México, i (1944), 158 Vicente Lombardo Toledano, El Partido Popular, (19475, 161 Vittorio Codovilla, Los comtnistas argentinos y el peronismo, (1945), 162 Partido Cornunista Mexicano, EI pacto obrero-patronal, (1945), 165 Bolivia: Las tesis de Pulacayo, (1946), 170 6 1, LA GUERRA Faia Partido Comunista Mexicano, Por un Frente Nacional Democrdtico i Antimperialsta, (1951), 186 EL antimperialismo.en Brasil, (1952), 188 Manuel Agustin Aguirre, EI socialismo revolucionario en Ecuador, (1952), 191 | Guatemala: La autocritica de los comunistas, (1955), 195 Guatemala: La posicién de los trotskistas, (1954), 206 vy, DESPUES DEL XX CONGRESO Partido Comunista del Brasil, Por ef desarrollo econémico capitalita en Brasil, (1958), 213, Silvio Frondii, Tess de la izquierda revolucionaria en Argentina, (1959), 217 Vi, LA HISTORIA ECONOMICA. MARKISTA Sergio Bagi, La économia ‘colonial, (1949), 226 Caio Prado Junior, Le naturaleza éconémica de la colonizacién tropical, (1951), 229 Marcelo Segall, EI desarrollo del capitalismo en Chile, (1993) , 232 Milefades Pefia, El desarrollo combinado de la economia colonial, (1957), 234 Rodney Arismendi, La economta feudal en América Latina, (1962), 236 4, EL NUEVO PERIODO REVOLUGIONARIO 1 LA REVOLUCIGN CUBANA El Partido Socialita Popular y la revolucién en Cuba, (1954), 248 Fidel Castro, Revolucién socialita y democrdtica en Cuba, (1961), 250 Fidel Castro, De Marti a Marx, (1961), 251 I, EL CASTRISMO Y EL GUEVARISMO Emesto Che Guevara, Guerra de guerrillas, un método, (1963), 262 Ernesto Che Guevara, Menseje a la Tricontinental, (1967), 271 Douglas Bravo, La guerrilla en Venezuela, (1964), 280 Camilo Torres, Mensaje a lor cristianos, (1965), 281 La Declaracién de la OLAS, (1967), 285 La guerrilla urbana de los Tupamaras, (1968), 297 Roque Dalton, EI Salvador, el istmo y’ la revolucién, (1969), 302 Declaracién de principios dei MIR, (1965), 308 ELMIR y la Unidad Popular en Chile, (1973), 311 Miguel Enriquez, Las causas de la derrota, (1974), 317 a Junta de Coordinacin Revoluionaria, (1974), 304 Garlos Fonseca Amador, El Frente Sandinista en Nicaragua, (1969), 932 Comunicado del Frente’ Sandinista de Nicaragua, (1978), 396 EL programa sandinista para los campesinos de Nicaragua, (1979), 398 EGP de Guatemala, La revolucién 1 los indigenas, (1979), 341 Coordinadora Revolucionaria de Masas de El Salvador, Programa del Gobierno Democrético Revolucionario, (1980), 344 ‘ML, SOcIALISMos Teodoro Petkoft, Sociatiomo para Venezuela, (1970), 348 Salvador Allende, La via clilena hacia el socialismo, (1971), 351 IV, L08 PARTIDOS COMUNISTAS Rodney Arismendi, Una revolucién continental, (1961), 355, José Revueltas, Un proletariado sin cabeza, (1962), 363, Vittorio Codovilla, Historia del marsismo en'América Latina, (1964), 367 Luis Corvalén, El Gobierno Popular, (1970), 372 Jorge del Prado, ¢Revolucién en ef Perd?, (1971), 375 Partido Comunista Mexicano, Por el pluralimmo socilista, (1977), 879 ¥. BL MAoisIIO Partido Comunista del Brasil, La revolucién nacional-democrética, (1968), 382 Partido’ Comunista del Brasil, La guerra popular, (1969), 385 Partido Gomunista (ML) de Colombia, La guerra del pueblo, (1965), 387 VI, EL TROTSKISMO Hugo Blanco, ¢Milicia 0 guerrila?, (1965), 391 Luis Vitale, América Latina: ¢feudal o capitalsta?, (1966), 395 EL POR botiviano y la guerrila del Che, (1967), 402 ‘Adolfo Gilly, La revolucién interrumpida, (1971), 408 Las tesis del PRT sobre la Revolucién Mexicana, 415 XI Congreso de la IV Internacional, Resolucién’sobre América Latina, (1979), 420 Pooulbood of . Poudb ow bow d merRopucorSy PUNTOS DE REFERENCIA PARA UNA HISTORIA, DEL MARXISMO EN AMERICA LATINA Las siguientes observaciones procuran propotcionar algunos puntos de re- ferencia para el estudio de la evolucién del pensamiento marxista en Amé- rica Latina, haciendo hincapié en el problema de la naturaleza de la revo~ lucién; no se trata, por supuesto, de resumir en treinta pginas la historia de cincuenta aflos de movimiento obrero en el continente:* En efecto, uno de los principales problemas que el marxismo latinoame- ricano tuvo que enfrentar fue el de la definicién del carscter de Ia revo- lucién en el continente. Esta definicidn era simultineamente el resultado de cierto andlsis de las formaciones sociales latinoamericanas y el punto de partida para la formulacién de una estrategia y de una tActica politica; en otros términas, el punto nodal de la reflexin cientifica y una mediacién decisiva entre la teoria y la préctica. Toda una serie de cuestiones politicas claves da 6 pacitita, etapas de Ta ucha, ict Ta natura dos en la historia del marxismo latinoamesicano: a] un periodo revolu- ‘cionario de los afios veinte a 1995, cuya_expresién éeérica més profunda (la oba de Maridtag aye maniac préctca-mis.mptant Ja insurreccién.salvadorefia.de-1932: {o-en.que. Jos 1 ti len_a_cagacteni a nf COME ¥.antini= \periaisia,simultineamente; b] el periodo stalinista, de celia aes affos treinta a 1959, en que la interpretacién soviética del marxismo es he- nica y, por tanto, tarnbién ta doctrina de Stalin sabre la revolucién por as, que defini la etapa en Amica Latina come democrtco-racionals fc} el nuevo periodo revolucionario, en que surgen (o se consolidan), des- jpoés de la revolucién cubana, corrientes radicales cuyos puntos de referencia comunes son la naturaleza socialista de la revolucidn y la necesidad de la Jucha armada; eonfestes cuyo inspirador y simbolo fue, en gran mead, lel Che Guevara, EL problema de la naturaleza de la revolucién est relacionado.en_siltimo andlisis con algunas cueitiones teGricas y. metodlégicas fundamen 4 Para una historia relativamente bien documentada del comunismo latinoame- ricano, véate el vo de Boris Goldenberg Konmunismus in Lateinanerita, Vere Kokihammer, Stutgart, 1971; peve a aus defectos ya cierta tendencia anticomt- nista, es sin embargo tuy superior a los librot equivalentes publicados en Estados Unidos, todos profundamente mareados por Jn guerra {cia ul giran en tomo 2 la pi (atinnamericana?” “ET mmaiismo en. América Latina, se vio amenazado por dos tentaciones, ‘opuestas: ef exatisino indoamericano y el europeismo. {El exotimo tiende a absolutizar la especifcidad de América Latina, su feultura, sw historia o su estructura social. Extremado hasta sus’ itimas Teonsecuencias, este particularisino “indoamericano” acaba por enjuiciar al rropio marxismo, como una doctrina demasiado exclusivamente europea. |W ejemplo mds significative de este enfoque fue, por supuesto, el APRA | (Alianza Popular Revolucionaria Americana) * que, bajo la direccién de Haya de Is Torte, trat6 primero de “adaptar’ el marxismo a la realidad del continente, para més tarde “superarlo” en provecho de un populisme sui generis y ecléctico, Para Haya de la Torre, “el espacio-tiempo hisérica Jindoamericano" se rige por lees propia, muy dints o las del “spacio- tiempo evtopeo” analizado por Marx, y exigen, por consiguiente, una nue- pe teoria, que niegue y continte el marximmo Pero la doctrina del APRA se sitfia esencialmente fuera del terreno del ‘marxismo, y el exotismo nunca fue una corriente hegeménica en el pen- samiento marxista en América Latina, aun si pudo influir en tall o cual autor 0 sttipo politico (por ejemplo, la lamada Taquierda Nacional en t- gentina). oo Fue sobre todo el europelsmo lo que causé estragos en el marsismo lati jpoainericang, Designanios por este término una concepcién que se limita a |asplantar mecénicamente a América Latina los modelos de desarrollo eco- |némico y social de Europa en so evolucién histiica hasta el siglo xrx. De |cada aspecto de la realidad europea estudiada. por Maxx y Engels —la con- Jtradiccién entre las fuerzas productivas capitalist y las relaciones pro duccién feudales, el papel hist6ricamente progresista de la burguesi, la revolucién democratico-burguesa en contra del Estado absolutista feudal, eteétera, se trata de encontrar laboriosamente el equivalente latinoamerica- no, transformianda asi la teoria manxista en un verdadero lecho de Pro- {eusto, sobre el cual se “acorta” 9 se “alarga” de modo despiadado la rea- 2 BL APRA (Alianza Poplar Revolucionaria Americana) fue fundato en 1924 por d peruano Victor Ral Haya de la Tore, esa en, Mésio, Tdeoliicamente Pecthese Ini sobre todo en a efemplo de Ta revlueén mexicana para labo Sor una doen. tadosmercanista” suv géners. Durante fos aos veint, el APRA #2e un'maovimiento de-calcter contineatah con seclones en vation ples de. América Tigi "pero hows 2 poco ge limita. a las fromterasperuanay, donde se volverdun Tarte Semana: Enis coger, el APRA retvindicaba cl aninperialiamo, pro esa Bimensign se matard progtevamente hast. Gsapareee del fod0. Satna de To, sprieTomel wpa me hap, de smarsebe’ path Tndoamétiea } transporta la coneepcin eieteiana, del espaco- Udtpe'tn el"doslto hsticovoeal Ge exte-compejo conglomerado. de regiones y de teas de formas de produclén y de cultura”. Bu Victor Alba, Hinoria. det Socineats obreo en dérea Latne,ef- Limtsa Wiley, Mexico, 1864, p. 278. 12 eel eal llidad segiin las necesidades de Ja causa. Gracias a este enfoque, se clasifica a estructura agraria del continente come feudal, se supone que la burguesia local es progresista, si no revolucionatia, se considera al campesinado como hreticente para con el socialism colectvista, etcétera. En esta problemética, se niega implicita o explicitamente cualquier especificidad de Amica La- tina, y el continente parece concebirse como una especie de Europa tropical Js ut sale de eto y some al dominio de impo noneameiana sas dos tentationes son rigurosamente opuestas y contradictorias, pero jparad6jicamente coinciden a nivel de vna.conclusién comin: el socalismo Ino est& a [a orden del dia en América Latina, Segiin Haya de fa Torre, antes de la revolucién sociaista que levaria al podet al proletariado, nues+ tros pueblos deben pasar por petiodos previos de transformacién econé- mica y politica, y quiz4 por una revolucién social que realice la eman- cipacién nacionat contra el yugo imperialsta y la unificacién econémica y politica indoamericana. La revoloeiéa proletaria legaré después [Al hablar de la especificidad de América Latina, los aprstas (por ejem= J, Carlos Manuel Cox) citican a Marigtegui por no haber entendido Jn diferencia entre las sociedades industries europeas y la sociedad indoa {mericana, esencialmente agraria, y de haber inventado ast el mito de um [proletariado latinoamericana de vocacién revolucionaria* [Ahora bien, la corriente europefsta (que ve inspiraba en las obras de Stax lin) desemboca precisamente en el mismo resultado: las condiciones eto- {némicas y sociales en América Latina no estin maduras para una revo- Jlucién socalista; se trata por el momento de realizar (como en Europa en ‘los sglos xvur y xix) una etapa histérica democratica y antifeudal. Asi, por ejemplo, Alexandro Martinez Cambero, un teérico del PC mexicano, esri- bia en i945: Las condiciones objetivas y subjetivas en las cuales nos hallasnes 19 per- miten la instauracién inmediata del socialismo en México. ;Acaso las fuer- zas productivas han alcanzado, en nuestro pals, un grado tal de desarrollo que vuelva necesaria y también posible la ruptura de las relaciones capi- ‘alisas de produccién que existen actualmente? ; Creemos que no! Obje- tivamente, las condiciones econdmicas, el modo de produccién (en sus ba- ses fundamentales y no slo en centros sndustriales aislados) afin no es + bid, pp, 277278, 5 Véase Carlos M. Cox, “Reflexiones sobre Jost Carlos Mariétegui”, 1934, en BL marsimo letinagmercano. de Maridtegu of, Cis, Buenos Aes, 1873, pp. {€5:85- “Mardege preenaia que el proletaado,inipente, por ota part ‘eh fl Peri, como loves en tola Amie Latina scorers" area que hstfica Stent toes cumpirs Ta Burgos {.>-] Martel hizo dl poetarado su mito 8 esencialmente capital La aplicacién creadora del marxismo a la realidad latinoamericana im pica precisamente la superacién de esas dos tendencias, la Aufhebureg del dilema entre el particularismo vuelto hip6tesis y el dogmatismo universa- lista, Ia unidad dialéctica entre lo especifico y fo universal en un plantea~ ‘miento coneseta y riguroso. A nuestro parecer, no es una casualidad si la rmayoria de los pensadores que comparten esta posicién metodolégica —dles- de Maridtegui hasta Gunder Frank, para citar dos ejemplos conocidos Iegan a la conclusién exactamente inversa: la revolucidn en América Lax tina seré socialsta 0 no sera. ‘Una de las cuestiones que sirvié de punto de partida para un enjuicia- rmiento del modelo europeo fue Ia de las etapas histéricas del desarrollo sedal en América Latina, En el andlisis de la estructura de las relaciones de produccidn, una tere de investigadores manvistas de los afios cuarenta y cincuenta, como Sergio Bagi, Marcelo Segall, Caio Prado Junior, se negaban a considerar las formaciones socioeconémicas latinoamericanas co- ‘mo una versi6n local del feudalismo europeo, Partiendo de esas investiga- ciones, Andre Gunder Frank, Luis Vitale y otros desarroliaréa el andl de la dimensién capitolista especifica de la estructura produetiva latinoame- rieana y de su combinacién con formas precapitalistas, recalcando que la evolucién de las etapas socioeconémicas no fue en absoluto idéntica a la que Ia Europea del medioeva experimenté hasta la era del capitalism in- dustrial, Al mostrar que la causa del subdesarrollo, de las desigualdades regionales, de la profunda miseria de los campesinos no es el feudalismo sino el cardcter particular que revstié el capitalismo en América Latina (colonial y luego semicolonial o dependiente), estos autores criticarén la tesis de los europeistas acerca de la dimensién “antifeudal” del desarrollo del capitalismo en América Latina. De esta comprensién en términos mar- ts de la epeciedad adoametiana devia cament tegin ellos, que s6lo medidas anticapitalistas, en el marco de un proceso revolucionario socialista, pueden resolver el problema agrario en el continente y abrir la via a un desarrollo econémico y social armonioso, Observames cémo se artioulan, en semejante interpretaciSn, ciertos instrumentos conceptuales rmarxistas totalmente “clésicos” con el pleno reconocimiento del carfcter finico y sui generis de la economia y de la sociedad latinoamericanas, Por otta parte, esta problemdtica esté relacionada con el problema indi- ena. Se trata de descubric la especificidad del campesinado latinoamerica- no con respecto al modelo europea. De abt el interés de un Maridtegui o de un Diego Rivera por el estudio de los modos de produacién precolom- binos, intentando encontrar ciertas tradiciones colectivistas que pudieran de: © A.M, Gambero, “Perspecsivas del scialismo en México", La Vor de Mésico, 25 de noviembre de’ 1945, p. 7 14 | | | ' ' I I ' terminar un comportamiento del campesitiado indoamericano distinto al del pequefio campesino europeo descrito por Marx en el 18 Brumario. De ahi también la preocupacién de un Hugo Blanco o de un Ricardo Ramtéez por analizar Ia doble naturaleza de la opresin a la cual est4 sometido el cam- pesinado indigena y el cardcter simultineamente econémico-social y étnico- cultural (o nacional). de su rebeli6n, Mientras la corziente “ogtica” s6lo ve en la lucha del campesinado un combate democritico-burgués’ seme- jante al de los campesinos en la Gran Revolucién francesa, el punta de vis. ta concreto-dialéctico capta la especificidad del campesinado latinoame- rieano, que se desprende de sus tradiciones culturales y/o del cardcter capitalista de su explotacin, y descubre el potencial explosivo, revolucio- nario socialista, de las masas de trabajadores del campo (Salvador, 1932, Guba, 1957-61} eteétera). Otto debate’significativo en ese contexto es el de Ia dependencia. ;Acaso América Latina puede liberarse de la dominacién ‘mperialista y experi- mentar un desarrollo capitalista independiente, auténomo, semejante si de Jas naciones europeas que se unificaron y emanciparon del yugo extranjero cen el siglo xxx (Italia, Alemania, eteétera)? La comriente representada por Mariétegui y que se desarrolla actualmente en la nueva ciencia social mar- sta, rechaza aqut también el modelo europeo: las burguesfaslatinoameri- canas llegaron demasiado tarde al escenario de la historia, En el marco del modo de produccién capitalista, estin inevitablemente condenadas a la de- pendencia, a la sumision al poder econémico y politico-militar del imperia- lismo. La tinica via para acabar con la dominacién “semicolonial” de la me- trépoli norteamericana y la hegemonfa de los monopolios multinacionales, €! dnicoeamino para estapar al subdesarolloexdgeno, e& la ruptura con el propio sistema capitalista, la via del socalismo, Renulta evidente-que-el-desarrollo-y la hegemonia de uno de esos.dos ‘en el marxismo latinoamericano, el europeisa 0 la dialéctica cou- mfoques ¢ ~ ares ro} 0 las exeta (dejamos de lado ef exotistio eelctico, que Gende a escapar al marco Gel marxismo) depende no slo. del tale vi sino también y sobie todo de las condiciones historic movimiefto obrero_en el mundo y en period de Tos ic, el del “prim tizacién y del empobrecimiento evados por el triunfo del stalinismo, fue particularmente favorable al enfoque “abierto”, as{ como Ta nueva era que se abre con la revolucién cubana. Sin embargo, esto no impide la aparicién de investigadores marxistas creadores y fecundos aun en el periodo més / + Viawe or ejemplo un texto, macisa, ixaslefo gue publicamos en ext antalo- sia, que declara en’ trmines tajantes: “Pontular ol sotialismo como tarea de Ta trapa actual de la revolucién {.+0]sigufca negar el papel de lor campesinos, Ea fae actuales ciecunstancias ea Amética Latina, el movimiento, campesine, principal hue de mans de la revolucén, 8 esencalmente democrdtce”. a Tinka’ rvallo- saris do Partido Comunisa do Bras, ed. Caramuri, Rio de Janiero, 197, P. 262 15 } | / dificil (1935-59), ya sea al margen del movimiento comunista oficial, ya ‘A. sea incluso en su seno. la ‘matxismo comienza a difundirse en América Latina hacia finales del \\ siglo x1x, introducido por emigrantes alemanes, italianos o espafioles. Surgen jos primeros partidos obreros y los primeros pensadores que se valen del )» (Rarkisme, ‘También aparece una corrente socialista insprada en la II Tne temacional, cuya ala moderada est representada por Juan B, Justo (1865- 1928) y su Partido Socialista Argentino (fundado en 1895) y el ala revo- llucionatia por Luis Emilio Recabarren (1876-1924) y su Pattido Socialist (Obrero de Chile (fundado en 1912). . "Juan B. Justo fue el primer traductor de Bl Capital al espafol (1895), pero debidd a su pensamiento politico tan ecéetico y semiliberal, seria muy {ied considerarlo como el primer marxista de América Latina, Su partido estaba ligado a la TI Internacional, pero Germén Ave-Lallemant (1885- 1910), marsista alemén inmigrado a Argentina y cortesponsal de_la Neue Zeit, conideraa os culos dngenes del PS agent, cme idedlegos inurgueses” 0, en el mejor de los casos, como “turaciano ‘Gon la aparicién de la corriente comunsta, se desarollaon los primeros intentos signficativos por analizar la realidad latinoamericana en términos fnarxistas y por establecer tna orientacién politica revolucionaria. Los par- Fidos comunistas surgen en fos afos veinte, a partir de dos origenes distin- tos: wi el ala igquierda, internacionalista, de ciertos partidos socalstas (Ar- sevice 1916)"o aur la mayoria de xtos parides (Uruguay 1920, Chile 1922), que se adhirié a la Revolucién de Octubre. : 1b] la evolved hacia el bolchevismo de ciertos grupos anarquistas o anar- cosindicalistas: México 1919, Brasil 1922. : i Tis fuerza de estos partidos seguir siendo durante mucho tiempo bastante frimitada: el PC chileno, el més fuerte, no superaba en 1929 los cinco mil [miembros ‘Durante los primeros afos, su orientacin se inspirard en amplia medida cen las resoluciones de la IIT Internacional, en patticular el documento de enero de 1921 “Acerca de la revelucién en América, llamado a la clase fobrera de las dos Américas? y el de enero de 1923 “A los obreros y cam- ppesinos de América del Sur’? © Véase Genin Ave-Lallemant, “Kepitaliamus und Soxialismos,in Argentinien’, Die Neue Za afo 23, val. 2, Staten, 1905, p- 454, ®t orc oon ‘emt, us demu oon tacit eayeron en un, “aldo” significative, Aun un observador tan sagaz come REN Detlay lor iguora, cuando escribe que el primer documento oficial de la Tntinaconal Comunista dedicado a Amévzn Latina es win protesta en contra de 16 | | Io 1 | | | [Estos textos atibuian claramente a la lucha revolucionaria en América {Latina tareas simulténeamente agrarias, antimperalistas y anticapitaisas. [La unidad entre el proletariado y el campesinado estaba concebida en el Jrnareo de una estrategia de revolucién “ininterrumpida”, capar de hacer {pasar a América Latina directamente del capitalism subdesarallado y de- |endiente (“atrasado y semicolonial” en la terminologia de la IIT Interna~ {cional) a la dictadura del proletariado. Se niega explicitamente la idea de ‘ina etapa histérica de capitalismo independiente, “nacional y democratico”, yy se hace hincapié en la complicidad de las burguesias locales con el imper Tialisme. Observemes de paso que estes documentos nunca se refieren al “eudalismo” en el campo, y describen la lucha de los campesinos como irigida contra el capitalismo agrario, Para apoyar su demostracién, estos documentos estudian el estancamien- to de la revolucién mexicana y lo comparan con la Revolucién de Octubre, gomo empl de tracredimento de la revlucion deocrtica en soci sta. La revolucién musa ejerci6 por supuesto una profunda influencia en. el movimiento obrero y la inteligencia en América Latina Luis Emilio Recabarren quiz4 sea el ejemplo més tipico del viejo dirigen- te proletario que se adhiri, bajo la influencia de Octubre, al bolchevismo, Obrero tipégrafo, fundador del Partido Socialista Obrero de Chile, lo trans- forma en 1922 en Partido Comunista, secién chilena de la III Intemacio- nal, Los escritos y discursos de Recabarren, verdadero dirigente de masas y ttibuno popular, tienen por eje central Ia kucha de: clases ireconciliable ‘entre los obreros de las minas y de las fébricas y los capitalistas, lucha cu desenlace histirco silo puede eer In revolucién soclalista, el poder proke- tario. Sin embargo, su pensamiento conserva cierto matiz “obreisa”, ya que subestima Ia ctestién macional y la cuestién agraria. Su adhesin pro- finda: y sincera ala revolucién ruse no significa una aprobacion real de |a problemstica leninista, Julio Antonio Mella (1903-1929) es a su vez el primero y brillante ejem- plo de una especie que se volveré a encontar frecuentemente en la historia social de América Latina: el estudiante o joven intelectual revolucionatio, el esptitu anticapitalista romSntico que encuentra en el marxismo la res: puesta a su pasién por la justicia social ™ Fundador de la Liga Anticlerical de Cuba (1922), de Ia Fedetacién de los Estudiantes Universitarios (1923), de la seccign cubana de la Liga 1p invasién noreamericana @ Nicaragua on la época de Sandino, Cf. R, Debray, Ls crltce de las armas, ed. Siglo XXI, México, 1975, t, 1, p. Hl. 39 Acerca de la influencia de 1917 en los intelectuales,'véase. en eate libro el texto de Anibal Poree, socidlogo marssta argentino. 1 Su arquetipo es el petsonaie legendario del “Estudiante” en EI recurso. del método del gran escritar cubano Alejo Carpenter. u Pood hb kd ed 1 pood ‘Antimperialista de las Américas (1925), Julio Antonio Mella participa’ en la constitucién del Partido Comunista Cubano (1925) y es elegido miembro del Comité Gentral, Debido a su actividad contra el dictador Machado (“el asno con garras” segin la célebre expresién del poeta comunista Rubén Martinez. Viena), Mella es detenido y obligado a exiliarse en México, Se adhiere al PC mexicano pero en’ 1928 tiene dificultades con su direccién ane Io aura de tendencas “toasts” la organiza a los emigrados cubanos en México: a una expe- dicién armada para desemtarear en la la, pero el 10\de ener de 1629 3 asesinado, a los 26 afios, por agentes de Machado. 2Cémo enfocaba Mella {a lucha revolucionaria en Cuba? Con el grito de guerra ;Delenda est Wall Strect!, llama a la formacién de un frente amido. antimpérialsta, compuesto de “obreros de todos los matices, cam- ‘pesinos, estudiantes, intelectuales libres”; se niega a incluir a la burguesia ‘nacional, que considera como eémplice de la domninacién imperialista.™ Ex- horta a los soldados cubanos a ya no defender “a los explotadores, los but guess tativos.y extranjeros” y a unirse a sus hermanos de clase, los obreros y los campesinos, 1 » Mella entiende la lucha contra la dictadura de-Machado como win. com- bate a muerte entre el proletariado y las clases dominantes: “Ya no hay patria, Sélo hay clases enemigas. La guerta (clasista) ha estallado, brutal violenta, sanguinaria [,..])° Bl problema del nacionalismo y de la liberacién nacional ocupa un hugar central en la obra de Mella, Apoya con entusiasmo el movimiento de San- dino que lucha a la cabeza de su ejército de guerrilla campesina contra la invasién norteamericana en Nicaragua. En cambio, critica muy duramente el nécionalismo “populista” del APRA de Haya de la Torre, que pretendia, see “elKuomintang de América Latina”. En un folleto contra el, APRA, publicado en 1928, Mella rechaza “el frente fnico en favor de la burguesia, {raidora clésica de todos los movimientos nacionales de verdadera emanci- pacion’ y recalea que la lucha definitiva por la destrucci6n del imperialismo [...] no es slo la lucha pequefioburguesa nacional, sino la proletaria internacional, ya 1 Vlas Claidad, Bolen deta opocién de tinued, México, 0. $, miro ae ist 28 ce drllada por Juda Gorn, Vitor Alb y ots, spin cul aMctahabt dio'Cuadl pot un agent de We GPU (ikero Wiad) aoe seh ee milo, encom, 5 Gt Tuo “Antnio Meat “Gila an putblo que jamds a sido’, en J 4. sie oamanne sree ek a Ciena Solos Ito Cubans de rts Habana 878, ‘te ante rie al aesato de bres por Machado; vate lo exta- vot ot ngs indie ag 18 Pood wd ew tboe db. ! que s6lo venciendo a la causa del imperialismo, el eapitalismo, podrén existir naciones verdaderamente libres. Estas concepciones se sitfan —basta compararlas para verificarlo— en el ‘mismo terreno politico que los textos del Comintern de 1921-1928 y emiten la misma estrategia de fusi6n, ‘“choque de frente” 0 combinacién de las dimensiones antimperialistas y'anticapitalisas de la revolucién latinoame- ricana, | “Tnternacionalista convencido y militante, Mella esté al mismo tiempo pro- fundamente inserto en la cultura y las tradiciones revolucionarias cubanas: come los castrstas més tarde, se considera un diseipulo de José Martt* y hreredero de su mensaje democratico, revolucionario y antimperialista.* Esta sintesis dialéctica entre lo universal y lo particular, lo interacional y lo latinoamericano se vuelve a encontrar afin més nitidamente en el que | }sim duda es el pensador més vigoroso y més original de América Latina: ‘José Carlos Maridtegui (1894-1930). Esctitor y periodista, Maridtegui se |! uelve socialista en 1918 y descubre el marxismo 'y el comunismo durante una larga estancia en Europa (1920-23), sobre todo en Italia. Al regresar al Pert, se integra al movimiento obrero y participa activamente en la-cons- titucién de sindicatos obreros y campesinos. En 1926 funda la revista Amau- ) ta, en torno a la cual se agrupa la vanguardia cultural y politica peruana y latinoamericana, y que publica también numerosos textos literatios y po- | ticos europeos (Breton, Gorki, Lenin, Mars, Rosa Luxemburgo, Romain Rolland, Ernst Toller, Leon Trotsky, etcétera). En 1927 Mariétegui par- ticipa en el congreso de Ia Federacién Obrera de Lima; pocos meses des- pués, el gobierno del dictador Legufa inventa un oscuro “‘complot comu- hista” y encarcela durante un corto periodo a Mariétegui y a varios de sus ‘Tras haber participado durante algtin tiempo en las actividades del APRA (1927), Mariétegui rompe con Haya de la Torre y-funda en 1928 el Par- tido Socialist, que se declara acorde con Ia IIT Internacional, y redacta su programa, Rechaza la propuesta de Haya de transformar el APRA en partido politico unificado, y subraya de manera clara y tajante: la vanguardia del proletariado y Jos tral accién dentro del terreno de la lucha de clases, repudian toda tendencia que signifique fusién con las fuerzas u organismos politicos de las otras clases. Condenamos como oportunista toda politica que plantee la renun- jadores conscientes, fieles a su FLD tn cag al AREA, op yp. sgon 1 Jou! sar (1853-1898), poeta y revaluclonirlo; foe el principal dlrgente de ta lucha de iberacln de Cube conta Ta metiSpali espatla, (yas velldades ‘ortemereanat) en el dglo ue. Su ieoogla “acebina” te acercaba al socal, SJ A Mell, “Glomt al pentaniento de Jove Mart, en op es pp. 20 19 ee t ee el el 1 cia momenténea dél proletariado a su independencia de programa y ac- cién, la que en todo momento debe mantener integramente, Por es0 re- pudiamos la tendencia del APRA? ‘Mariétegui fue también el fundador del periédico obrero Labor en 1928 y de la CGTP (Confederacién General de los Trabajadores Peruanos) en 1929, Simulténeamente a su actividad de militante socialista, Maristegui desarrolla. su obra teérica: en 1928 publica su libro més importante, Siete ensayos de interpretacién de la realidad peruana, que constituye la primera fenttva de ands massa de una formacion focal concreta en América atina. ‘Al no poder participar, debido a su enfermedad, en la Primera Confe- rencia Comunista Latinoamericana (Buenos Aires,” 1929), Maridtegui en- via con la delegacién peruana dos tesis acerca de Ia cuestion indigena y de Ja lucha antimperialsta, que provocan intensos debates y polémicas. Por i- timo, en 1928-29, escribe, contra Henri de Man y Max Kasinan, Defensa del marsismo, que desartolla sus concepciones filoséficas y ético-sociales. ‘Marltegui no foma partido en el conflcto entre Stalin y la opin de inquierda, pero sus articulos a este respecto apenas si ocultan su petar frente a la derrota de Trotsky: Tiene, en todo caso, un sentido internacional de fa revolucién socialist. Sus notables escritos sobre la transitoria estabilizaci6n del capitalismo lo colocan entre los més alertas y sayaces criticos de la época. Pero este mismo sentido internacional de la tevolucién, que le otorga tanto pres igio en Ia escena mundial, le quita fuerza momenténeamente en la préc- tica de la politica rusa.” Maridtegui fue acusado por sus adversarios apristas de “europetsmo” y, por ef contratio, de “‘nacional-populismo” indoamericano por ciertos auto- Jo Castor Masta, “Sbre un pico pero”, Amauts, n. 28, enero de 1980, en Ideology police, of Aust, Lit 1971, Pr Bll” Poco despues a: fa rptira cot Haya, Marites! serbia Badoclo ‘Ravine. “Gualguer gio sea el sage que aga lt pola tacoma, y en Bi clementor on que hala ayer hablar colzbotado enzados en apace fa “hemon deuBlrto ahora "que era eh apsrienca= lov inectales@ue ou femes enuegado al scalimo, tenemos la oligaion de render ef destho de iis oe mae’ pao siege” Gata pula oe stines do ln omer panes are ane interrelate marisa dete hore 3 Gilde Per, ed, Deruany Lima, 1988, tp. 999; agradecen al hisorador Den Her Maint la, eta sn ee, our atu, "Trosky y la oponion comuniste™ fbr de 128, en Obra politica, ed. Ura, México, 1979, ppr 218-19. Seguin Pierse Naville (en com Yericln con somo” ex 1971) enlsié'una cotrespondenca entre la oposelén de Feuferda europea Mositenu 20 res soviéticos** En realidad, su pensamiento se caracteriza precisamente por la fusién entre la herencia cultural europea més avanzada y las tradiciones milenarias de la comunidad indfgena y por el intento de asimilar, en un marco tebrico rmarxista, la experiencia social de las masas campesinas fegui también fue considerado a menudo como “heterodoxo”, “idea~ ” 9 “romantica”, Es verdad que sus obras —en particular Defensa del marxismo— evidencian una profunda influencia del idealismo italiano (Cro- ce, Gentile), de Bergson, y sobre todo de Sorel, Sin embargo hay que enten~ der ese voluntarismo éticosocial de Mariétegui como una reaccién contra Ia versign economicista y materialista vulgar del marxismo, En este sentido, €l pensamiento marxista de Mariétegui presenta parecidos notables con el “fichteanismo” del joven Lukdcs y el “bengsonismo” del joven Gramsci, también formas de revuelta antipositivista (contra el “marxismo ortodoxo” de la II Intemacjonal) 2? Este intento de renovacién revolucionaria del rmarxismo, pese a sus excesos idealistas, permite a Maridtegui librarse del evolucionismo neokautskyano, con su versién rigida y determinista de la sucesién de las etapas hist6rcas, que el Comintern empezaba a difundir en América Latina, Resulta interesante recalear que en el momento mismo en que Stalin y Martinov desarrollaban para China la concepciéa de una revolucién democrStico-burguesa como etapa auténoma, Mariétegui hacia explicitamente hincapié en la fusién histrica en Perti entre el socialismo y las tareas democrsticas: ‘Las mentes insuficientemente profundas y erfticas pueden pensar que la climinacién del feudalismo es una medida liberal-burguesa tipica y que el deseo de otorgar a este proceso un cardcter socialista es unta adulteracién roméntica de las leyes histéricas objetivas. A ese criterio vulgar st limitan [os teéricos barates que oponen al socialismo su'‘inico argumento: que cl capitaisimo ain no ha agotado sus posiblidades en el Perd. ;CuAl no seré el asombro de los partidarios de esta idea cuando sepan que entre jas tareas del socialismo, cuando llegue al poder en el pais, figura la de realizar el capitalismo, 9 mas bien, las posibilidades hist6ricas que atin contiene el capitalismo?. ..* 1. Véaw por ejemplo V. M. Mirosheviki, “BI ‘poputismo’ en el Pers. Papel de Maritegl Ens hitora del pensamiento ‘ial lanonmercan”, en. Meritgut 4 lor orgents del marsimo lainoamericano, ed. Pasado y Presente, México, 1978, bp, 55.10, i Aceica de la afinidad entre Marisegui y Gramsci o Lukicr,véawe el exce- lente arco de Robert Pas, “El marino de Maridtegu", en (bid, Paris com pata por ejemplo la formula “tanto peor para realidad”, ‘que MatiSegul att fiye Lente, con la cta de Fichte, “Tanto. peor pata ot Hechor™. que Lukes cousdera en1819 como la exenela’de la poles rvoicionazia de Jor bolehee gues, SF. C. Marifegu,prfacio a Le B Valhrel, Tompestad en ls Andes, Lima, win a | | bord | I } 10d | El método de Maristeyui, su interpretacién de la dialéetica materialista, desempefié un papel fundamental, pues, en su rechazo del. etapismo (men chevigue y/o stalinista) y que analizaba el desarrollo bistérico como, regido por “leyes naturales”, y para el cual la sucesién feudalismo-capitalismo atrasado-capitalismo avanzado-socialismo era tan invariable como la de las estaciones en el afo ‘La hipétesis poiticosocial decisiva de Maridtegui es que “no existe en Peri, como nunca ha existido, una burguesia progressta, con wna sensi- bilidad ‘nacional, que se proclame liberal y democrdtica y que inspire su politica en los postulados de su doctrina”.* "Ahora bien, el dirigente comunista peruano no podia ignorar la contra- diceién entre esta afirmacién y la orientacién preconizada por el Comintern en China en esta época; trata de salirse del apuro invocando hipotéticas razones de “civilizacién nacional” que explican por qué la burguesia china, al contrario de la pervana, participa en la lucha antimperialista.® Es a partir de su andlisis de la burguesia indigena que Maridtegui desa- rrolla, en el predmbulo del programa del Partido Socialista (1928), su con- cepcién de la estrategia revolucionaria en el Perd: La emancipacién de la economia del pais es posible tinicamente por la acci6n de las masas proletarias, solidarias con la lucha antimperialista ‘uundial. Sélo la accién proletaria puede estimular primero y realizar des- pués las tareas de la revolucién democratico-burguesa, que el égimen bur- gués es incompetente para desarrollar y cumpliz™ Més alld de] Peri, MariStegui abarca a toda América Latina en su ané- lis i rovluci6n Intnosmercana so pod ser una revolucin sil, que incluya objetivos agrarios y antimperilistas; en el continente sometido la dominacion de ios inperiog, ya n0 hay lgar para un capialsmo inde. \ endiente ls bongo oc Uegs demain tarde al ecenario de shi toriast En ciertos escrito sobre el Peri, Maridtegui parece sugerir que la via socialist, en particular en el campo, puede seguirse gracias a las superviven- cias del “comunismo inca”; esta idea es en particular uno de los ejes de su comunicacién sobre el problema indigena en la Primera Conferencia Co- ‘munista Latinoamericana. Més que en el populismo, hay que pensar aqui en los escritos de Marx y Engels sobre el “mir” ruso y st papel en el paso ™ J. C. Marigtegui, Siete ensayos de interpretacién de la realidad peruana, ¢ Bra, Mico, 1978 o ° cece 25 'J. C, Maridtes su organizacion, ed, 2871 G. Mate politic, ci, p 270 Visto bes libro p. 108. 2 “Carta colectiva del grupo de Lima”, en El prolet ee en, oe eae “Principios programdticas del Pastido Socialista”, en bre ; de la Rusia zarsta al socialismo, ;Acaso poderiis hablar de un romanti= cismo anticapitaista en Mariétegui, de una critica de ta civlizaciém bur- gguesa en nombre de una nostalgia’ de las comunidades precapitalistas del pasado como en Bergson y Sorel (y también en Luckfes y Gramsci, antes desu adhesin al marxismo)? Hay que abstenerse de simplificar su-pensa~ miento complejo y matizado: su visién idilica del pasado esta sin embargo. limitada por ef marco rigureso de la problemdtica materialista-histérica; én el programa de] Partido Socialista, Maiétegui se esfuerza por precisar cla~ ramente: ni FE socialiamo encuentia lo mismo en la subsistencia de las comunidades que en las grandes erapresas agricola, los elementos de una solucion so- Calista de la cuestin agraria [...) Pero esto {.:.] no significa en lo absoluto una romantica y antihistérica tendencia de reconstruccién o:re- surreccién del socialismo incaico, que correspondié a condiciones histéri- cas completamente superadas, y del cual s6lo quedan, como factor apro- vechable dentro de una técnica de produecién perfectamente cientilica, los hdbitos de cooperacién.y socialismo de los campesinos indigenas.** Paralelamesite a unos cuadros. y-pensadores auténticamente revoluciona- trios ¢ internacionalistas, pero al mismo tiempo capaces de una reflexién au- |ténoma, como Mella y Maritegui, el comunismo latinoamericano de fines ‘de los afios.veinte empieza a ver surgir también otto-tipo de dirigentes; | mucho més estrechamente vinculados, desde el punto de vista intelectual: y "politico, al aparato del Comintern ditigido por Stalin, cuyas etapas tepro~ Gucen con una fidelidad ejemplar. El primer representante y uno de los | ands talentosos en esta categoria es Vittorio Codovilla (1894-1970), secre tatio general del PC argentino. Nacido en Italia, Codovilla lega a Argentina en 1912 y se adhiere poco después al Partido Socialist. En 1918, es yno de Jos fundadores del Partido Socialista Internacional,.que se transforma. poco despuis en el Partido Comunista Argentino, seccién de Ia Tercera’ Tnterna- ional, A finales de 1924, Codovilia participa, en calidad de-delegado del POA, en la reunién del comité ejecutivo ampliado de la IC. Répidamente infegrado al aparato del Comintern, hace adoptar en 1926 na resolucién jenel CC del PC argentino que condena al trotskismo y se soidariza con la direcci6n del PCUS. "En 1929, Codovilla participa en la Primera Conferencia Comunista Lac tinoamericana, en Buenos Aires. Es el inicio del llamado “Tercer Periodo” el Comintern (1929-1933), caracterizado por una linea ofensiva y_ por el echazo de cualquier acuerdo cot la social-democracia (bautizada “social fascismo” por Stalin). Codovilla presenta, en nombre del Secretariado Su 28 J. ©, Mariétegui, “Psincipios programéticos del Partido Sociaisa”, en Obra poltea, eit, p. 270 8 ee | 1 8d | damericano de la Internacional Comunista, un informe acerea de “La si tuacién intemacional, América Latina y los'peligros de guerra”, Bste infor- re es muy significativo: por una parte, haciendo eco fiel a_la doctrina stalinista del “Social-fascismo”, Codovilla elabora el concepto de “nacional- fascismo” que aplica a diferentes gobiernos latinoamericanes, incluso el de México (el PC mexicano volverd a utilizar el término en lot inicios de los aiios treinta: para criticar a Lézaro Cérdenas) ; por otra parte, en pleno viraje hacia una ofensiva revolucionaria, recalea que “el cardcter de la re- volucién en América Latina es el de una revolucién democrdtico-burguesa”. En otros términos: Codovilla habia entendido perfectamente que la revo- lucién por etapas, era en adelante el fundamento inquebrantable de la es- trategia del Comintern para América Latina, independientemente de los virajes tacticos a derecha o izquierda® Gig partidos como el argentino wgulan ie vientacin del tecer- pe riodo” del Comintemn_en toda su ortodoxia rigida y estéril (lucha con . su propia a revoluc Snoma,, Bs €l caso, ett Particular, del Partido Comuista del Salvador, Fundado en 1980 por cuadros sindicales y un exestudiante, Agustin Farabundo Marti (1893- 1932), que organiz6 en 1932 la tinica insurmeceién de masas dirigida por wn partido comunista en toda la historia de América Latina. La situacin social del Salvador, entonces sometido a la dictadura wilitar del general Martinez, puede perfectamente resumirse por estas frases de: un informe enviado en 1931 por el mayor norteamericano A. R. Harris, en- cargado de asuntos militares centroamericanos en E] Salvador: Treinta o cuarenta familias poscen casi todo el-pafs. Viven en ua lujo regio con mucha servidumbre [....] El resto de In poblacién casi no posee nada [«] Supongo qu a situaion de Salvador hoy dia se parece ma- cho a la de Francia, de Rusia o de México antes de sus revoluciones, La situacién esté madura para et comunismio y parece que los. comunistas lo descubrieron. Frente a la represién gubernamental contia' la prensa y 1a propaganda comunista, Farabundo Marti (que habfa combatido en 1929 en la guerrilla de Sandino) declara: “Cuando ya no se puede escribir con la. pluma, hay que escribir con la espada”. Bl partido comunista, que. dirige los primeros sindicatos obreros y campesinos, decide preparar una insurreccién, basii- 1% Cl. BI movimiento revolucionerio.latinoameticano, ersiones de le. Primera Conferencia Comunite Latinoamericano, junio de 1928, editado por la Gorrespos- deaia Sudamericana, Buenos Aire, pp. 1827. a Hade ps Is Coo " Gitado por Thomas P. Anderon, Maionsa, Bt Selvadors’ Communist Revol of 1982, University of Nebraska Prem, Lincoln, 1971, p, 83. 5 Rew 4 Peete To be pe ba td dose sobre todo en el trabajo revolucionaio en las filas del ejécito, en la Siravacign del conflicto entre los sldados campesinos (e indigenas) y los Gfeiales, hij de la oligarquia (y blancs). ‘in embargo, el gobierno, informado de los preparativos comunista, de- sata una represion preventva, detiene a algunos de los principales dirigentes Sa PC talvadoreso (Farabundo Marti, Alfonso Luna, Mario Zapata, Mi fel Marmol) y fuslla a los soldados sospechosos de simpatias comunista in respuesta, una insurreecién campesina, animada y ditgida por los co- fnunistas, estalla en eneto de 1982, sobre todo en la regién de las grandes Flantaclones de café. Lot destacamentos rojos de campesinos indigenas, Prmvados con unos cuantos fusiles y sobre todo con, machetes, ocuparon du ate algunos dias cierto nGmero de aldeas, donde instauraron efimeros “s0- ‘uss locales”, Pareoe que més de cuarenta mil combatientes participaron en f lovantamiento:* 7 Cul era el programa politico del movimiento? Una serie de documen- Jody lamamientes del PC del Salvador muestran claramente que el objetivo {no era nada menos que una revolucién socialista, un poder de consejos de | Shreres, soldados y campesinos que buscaba “la destruccién implacable de Ja burguesia nacional y del impetalismo”. En realidad, no existia una verdadera coordinacién politica y militar central de la insurreceién y, como las bases rojas del ejércto aban sido previamente destuida, éte pudo (con la ayuda de las “guardias chiles” {a gala) apa ua tra oa evans Jol fo gue focunié después pasb a la historia del Salvador con el nombre de “Matan- Jr durante semanas, el ejérito maté, fusilé y quemé las aldeas tam- Desinas, ejecutando a unos veinte mil hombres, mujeres y nifios en la re- Hones “rojay. ‘Tras un simulacro de proces, Farabundo Marti, Luna y Zapata también fueron fuslados; el nico supervviente de Ia direccién del fido fue el drigente obrero Miguel Mérmol (dejado por muerto por { pelotén de ejecucién). 1 Cul fue la relaci6n del Comintern con este episodio, sin precedente ( | ict porvenir!) en la historia de los partidos comunistas latinoamericanos? Segin Marmol (en sus recuerdos de 1970), la Internacional no desempefis / nimgtin papel en la decsién de la accién, que la direccién. del PCS tomé | con toda independencia.® La reaccién de los representantes oficiales del | movimiento eomunista después de los acontecimientos tiende a confirmarlo: | al mismo tempo que saludaba “Ta Tucha heroica de los cbreros y campesinos [et Salvador eb rgano del PC norteamerzano critics “lat tendencis 1 Véate én eit libro tos documentos de la insureccién de 1982,.pp. 114.20. 2 Rogue Dalton, “Miguel Mémuol: Bl Salvador 1930.32", Pensamiento Critico, 46, enero de 1971, La Habana, p. 70, Segin un histriador universitario de Ia ‘eliin de 1992, Fatabundo Mars tenia tendencias wotskistas y estaba en smaloy términos con Moses. Cf. T. D. Anderson, op. cit, p- B Pa aees putschistasy sectarias de izquierda” del POS, en tanto que David Alfaro Siqueiros, dirigentedel PC mexicano, recaleaba que la. sublevaciéa habia sido un error, ya que de todos modos el imperialismo norteamericano hu- biera intervenido directamente para impedir una victoria “roja”.” La au- tert de Mémvo, cxtrenta aos mis tare, esi en una problems muy diferente: Nuestros errores fueron de derecha y no de iaguierda. Nuestros errores fiuesom por una parte la vaclacién en la aplicaciOn de una linea que era fandamentalmente correcta, 'o cual no permitié aprovechar la oportuni- dad adecuads,.a'sorpresa, el mantenimiento de ta inicitiva, etcétera. ‘Nuestros errores también fueron el gran desprecio por los medios mate- riales de la insurreccién: armas, transportes, medios econémicos, comu- nicaciones, eteétera." | Por lo tanto, se puede concluir que la rebeién de 1932 coastituye un contin my preuaren I hisrin dlcononan Itc Jeano, por su empleo de la lucha armada de cardcter de masas, por su pro- jgrama abiertamente Socialista y por su autonomfa con respecto al Comintern EL ‘hecho de que este episodio fraya sido después mds o menos “olvidado” © despreciado por ¢l movimiento comunista oficial es evidentemente la con- secuencia de esas particulatidades, que contradecian cada veo mis la nueva orientacién de Jos partides comunistas, Sélo serd redescubierto y “tehabili- ismo latinoamericano en el siglo xx. Una de las raras obras de est tipo, el Pequefio volumen de Iuis: Aguilar (Maraism in Latin America, Borzoi Books, A. Knopf, Nueva York, 1968) un cubano emigrado a Estados Unidos después de Ia revolucién, padece las limitaciones drasticas del pocket-book de “remlinologia” norteamericana. Resulta evidente que cualquier seeccin de textos tiene cierto grado de arbitrariedad, y esta antologia no escapa a la regla, Sin embargo, nuestro Propésito era recopilar documentos o fragmentos de ellos de diferentes co. Trientes del marxismo latinoamericano, incluso las cortientes minoritar‘as, de oposicién, olvidadas por la historia oficial de les universtaros (y por la de los partidos comunistas). El eje central de la mayoria de los docu mentos es Ja lucha politica, aun si incluyen, por supuesto, desarvollos testi, 0s, sociol6gicos, econémicos e histéricos. EL método de esta antologia es decididamente historicista: se. trate de considerar la evolucién del pensamiento marxista en el marco de las luchas sociales y politcas en cada periodo histérico de América Latina. Por otta parte, se funda en suposicién de que la historia del marxismo en América Latina no puede considerarse como un universo aparte, separado del con- texto internacional; por lo tanto, hacemos hincapié en cada etapa en el lazo con las transformaciones del’ movimiento obrero mundial, Hemos escogido Gnicamente textos referentes a América Latina; as ‘nos vimos obligados a sacrificar una serie de escritos muy interesantes sobre el métedo marxista, la teorfa socialista o el leninismo, que constituyen veces verdaderas contribuciones latinoamericanas al pensamiento marvista luniversal. Estos trabajos constituirdn quizés otro libra. Por otra parte, tuvimos que descartar (salvo algunas excepciones) traba- jo bropiamente econémicos y socolégicos, que experimentaron, en part lar después de 1960, un verdadero auge en América Latina, con la. apar cidn de una nueva ciencia social marxista, de gran riqueea y calidad. En fin, por falta de espacio, no hemos podido incluir textos de ciertas cotrientessignificativas del marxismo Iatinoamericano: por ejemplo, los Cistianos por el Socialismo, que fundamentan sus tes socioeconémicas Politcas en el marxismo; 0 la comrente llamada “i2quierda nacional”, que { i 1 1 | | | 1 jonaria en el con- ado la dimensén nacional de Ia lucha revoluciona < Sa ‘ope Ablardo Ramos en eg, Gt Nan ya ita ar ri, etcéera); 0 la comente de la “negritud marxista”, que Mone al cas Fame son nacido en Masininy autor de Pl ners, ‘coras Banca (1952), qua tata sobre I concn, del negro en las co- fs fas de las Antliae— Joogus Stipe, Alec, str posta lonfrigente del Partido Comunista de Haiti, asesinado por la dictad : 2 Wvaller, al hstriador bratilefo Clovis Moura, a las correntes influen- putas pet el Black Power en el Caribe anglofono, etetera hbo, por oNuetra recopilacin de textos comienza eno Silo mx; uo, por jones yorganizaiones ques vallan dl manssno dese fins pee Peeper fo infvenia Tue muy liitada y au papel polea bien mat 2 z g = a a g 8 B 8 : 5 3 7 Ee 36 capone RA u juan B. yusto, Bl librecambio® Médico y publicsto, Juan B, Justo (1865-1928) jue el fundador det Par- tido Socilista (1896) y eb autor de la primera traducctin al espafiol del libro I de El Capital (1895). Podra ser considerado como uno de los pré- meres difusores del marsismo en América Latina, pero en realidad sus ascritos deben tanto a la sociologsa positivsta (Comte, Durkheim, Spencer sm frecuentemente mencionados) como a Marx. Vinculado con tas co- rrientes moderadas de la II Internacional (participa en el Congreso de Copenhage en 1910, y, después de le primera guerra mundial, de la Internacional Socialist, Justo serd el principal dirigente y tedrico de uaa corriente socialdemécrata latinoamericana que, fuera dé la Argextina y en cierta medida del Uruguay, nunca se convertiré en wna fuerza poll- tica importante en et continente, ‘Su principal obra cientifica es Teorla y prictica de Ia historia (1909) ‘que consttuye una combinacién ecléctice de tent marxistas, liberates 9 fewinias.Pubiamor agyt wn coro pase de exe obra aug deol ventajas del librecambio para Argentina. Justo era un librecambista apasionado; en su intervencion en la Conferencia Socialista de Berna en 1919, presenta la libertad del comercio internacional como ta tinica ga- rantia contra nuevas guerras y predica “la unificacién econdmica del mando” mediante la abolicién de las tarifas arancelaias? ‘Las tesis de Justo fueron severamente criticadas por la mayoria de los marxittes argentinos como una semiapologia del imperialismo yy una in- comprensién radical de la cuestién nacional en América Latina Librar al pueblo trabajador de Ia extensién fiscal es otra de las grandes fun- ciones de la democracia obrera. En lugar de pedir a los pudientes las contribuciones necesarias para man- tener la maquinaria politica que funciona en su provecho, los gobiernos echan sobre fos hombros del pueblo los gastos del Estado, ent forma de im- puestos sobre Ia vida y el trabajo. En Espatia, hacia 1907, el impuesto de Juan B. Jost, Teoria y picica de la Kitoria (1908), ed Libera, Buenos Aes 809, pp. 45.06 “Ta mayota de fost de Ios textos fueron exopdos poe Michael Liwy, (2) + Gi Juan B, Just, Inernacionalimo 9 patria, ef. La Vanguard, Bueno Ales, 1939, pp. 2627 65 " bea consumos sustraia anualmente a la poblacién 400 millones de pesetas, de los cuales sélo 160 ingresaban a las areas pablicas, perdigndose lo demds en los.) fodajes del complicado aparato fiscal necesaio para quitar aquella suma 4 al pueblo consumidor. Fn la Repiblica Argentina los derechos de aduana = encarecen enormemente todo lo que se introduce para el consumo de la =, clase trabajadora, desde el arroz, la sal, el azticar, el café y los tejidos y = ropa de wo comin hasta el pettleo con que el pueblo obrero se alumbra =) y el hierro galvanizado que le sirve de techo. Cada una de esas gabelas =! equivale a una merma de los salarios reales, Y las agravan los derechos “7, sobre todos los ities de trabajo del pueblo, desde In herramienta del artesay no hasta las agujas y e! hilo de coser, y el impuesto de patente que se exige © a todo el que trabaja por su cuenta, desde el que hace pan hasta la que © ejerce de partera, zNo existe en la provincia de Buenos Aires un impuesto contra la produccién, que grava las huertas de legumbres para los mercadox y deja libres los parques y las grandes mansiones campestres de recreo? La rmaeva democracia ha de abolit esas odiosas cargas con que el Estado bur- gués abruma al pueblo trabajador. Intemacional de tendencia y organizacin, el partido obrero que sostiene su oficina central de Bruselas y celebra la fiesta mundial del 10. de mayo, no puede ser engafiado por las ficciones del nacionalismo industrial 0 pro teccionismo, Para él las actuales trabas aduaneras al comercio entre los pueblos son tan, brbaras como lo eran hace ciento cincuenta afios las que | ‘mpedian el comescio de provincia a provincia; y no puede respetarlas sino = en cuanto son indispensables para la vida de empresas ya establecidas, cuya rruina perjudicaria a los trabajadores que ocupan, Con el mismo criterio juzga la politica obrera la contribucién de tiempo o de sangre que el Estado exige al proletariado para fines militares, 3 Ta vineulacién de los partidos obreros consolida la paz internacional, Su cede en el mundo como en el Tmpetio Austriaco, conglomerado heterogéneo a rr de razas, lenguss y religiones en perpetua lucha, que ha adquitido unidad y consistencia con el desarrollo de la democracia social. Ni el lisemo ni el nacionalismo fandtico encuentran su érgano en el partido obrero, que desconfia por igual de las empresas guerreras del capitalismo y de la e tructura patritica en que suelen caer las oligarquias depravadas e ineptas al aproximarse el término de su dominacién. La democracia obrera no ad- mite mds guetras que las defensivas contra el bérbaro enemigo exterior y las conducentes a abrir nuevas zonas del medio fisico-bioldgico a Ia accién inteligente del hombre. Entre pucbios culos, &l arbitraje debe resolver todas las cuestiones. La nueva politica se empefia en reducir los gastos de guerra que insumen todavia una porcién enorme de la riqueza pitblica y en demo- cratizar las instituciones militares y limitar las obligaciones personales que ellas imponen, En Francia el cuartel comienza a ser utilizado para 2 edu- cacién profesional, cooperativa y cfvica de los ciudadanes, Poo dot ' Poet t is EMILIO RECABARREN, Ricas y pobrest Juan B, Justo, Lais Enilio Recabarren (10761924), tno de les primeros pensadores marxists de Ambra ala corrente revolucionaria del movimiento socialista in continente, Mas bien educedor y propagandita notable nation co, Recabarren fue el fundador del Partido Obrero Socialista et 1912, que se transforms en 1922 on Partido Comunista, sec- ccna de la III Internacional. En 1916-18 actub en eb Partido So- tino, dave se opuso @ fe tendencia reformistadirigida por ttn pari onl fundacion del Partido Socata Internacional (jt- ee bdido Comunista Argentino). "O bicamas agulextracos-de una conferencia que dictb Recabarren en septembre de 1910, en oonsion del primer cntenaro de a Independencia Ser Ge trate de una de fs primeras tentatvas de ands marxista si Shoccn de emancipacin de as coloniashipias en América y de tel Prtredas desde el punto de vista del pueblo trabajador, El texto st lone or m4 combatvidad clastay su rechawo dee miologte be ie paaguese, pero carece de dimension antimperialita ct cia escrta con ocasi6n del primer centenario de lo que. s¢ es politica del pueblo, ha de dejar en sus paginas bien pressada la condicin politica del pas : : To burguesia por el Conducto de sus escrtores nos habla siempre de “los qandes hombres que nos dieson patria y iberta” y xa ase ha pretend Go grabala en la mente del pueblo haciéndole creer que es propia para {000% primo en torno mio... mito en tomo de la gente de mi clave sro el pasado a través de mis trintacuatro ais y no encuentro, en toda mir ia’ una circunstancia que me convenza que he tenido patria y que een nde mi libertad? zLa habré tenido allé en {Dénde esti mi patria y a ‘infancia cuant 7 de ir a la escuela hube de entrar al taller a ven mj infancia cuando en vez de sscucla ee der al capitalista insaciable mis escasas fuerzas de nitio? ern to el produto de mi trabajo lo absorbe el capital sin que yo dis frute un tomo de mi producci6n? 'Yo estimo que la patria es el hog Gontroriamente que fue también Latina, represent j cién_ chile cialista argent far satisiecho y completo, y la herd slo existe cuando existe este hogar. La enorme muchedumbre que puebla faa y ciudades, gtiene acaso hogar? ;No tiene hogar...! jNo tiene hogar...! ;Y el que no tiene hogar no tiene libertad! ‘Todos tos grandes creadlores y fundadores de la economia politica han afirmado este principio: 1 tia Ban Recaren, “Ricn_y pee, 3 de spend 1910, on ae Rca Hatin 1916, 9. HI8, 7900, 0 i] It “(EI que no tiene hogar no tiene libertad!” ‘A ver, equién puede cantradecinne? (Aca los que vencieron al espaol en los camper de batalla, épensaron alguna vez en a libertad del pueblo? Los que bmeescon te nacionalidad Fee inde seg sieron independiarse de la monarguia buscaban para si'esa independencia, no la buscaron para el pueblo, ICelebrar la emaneipacién politica del pueblo! Yo considers un sarcas- asi como cuando -Feuando ven a hom. bres que visten andrajs, poncho y chupalla. Que se celeb: a anacto (al Politica de la clase capitalists, que disruta de la riquesas nacionlcy, mo esta expresién, Es quizés una burla isgnica, Es sl huestros burguesitosexclaman: ; Et soberano pueblo, todo eso esté muy puesto en rain Nosotros, que desde hace tiempo ya estamos convencidos que nada tenemos que ver con esta fecha que se llama el aniversan rarla Jos burgueses, porque ellos, sublevados en 1810 contra Ia corona ap jchaiz, conguistaron esta patria para gooarla elles y parm aprovechas i dos las ventajas que la independencia les propocianabas pep e pueblo, {i lve trabajadora, que siempre ha vvido en la misera, nals pew absclee famente nada gana ni ha ganado con la independencia de este suelo de Ip fiominacién espaiola. Tal es asi que fos llamados padres de la patria, aque los cuyos nombres la burguesia pretende inmortaizar, aquellos que’ en los campos de batalla dtigiron af pueblo-oldado para pelear y desalojar al espafiol de esta tierra, una vez terminada la guerra y consolitada la inde- Pendencia, ni siquiera pentaron en dar al proletariado la misma libertad fits Se Proletariado conquistaba para los bungueses reservindose para x Ja misma esclavitud en que vivia. {...] EI espirtu de mezquindad y la falta de moral incapacit6, entonces, a la burguesia para darle a la Repiblca, que nacia por ef tsfuerse de ng ola Wee ch ilo de una verdadera grandeta que pidiera denotar la ver que {os fundadores de Je patria eran grandes hombres. ;Qué peyucfos Ie te mos boy! Hasta ¢lafio 1823, fecha en que Chile se dio la. primera Consttucién, no Hoeneuentra ninguna ley que demuestre una aceién generosa para el fe, blo, que le reconozea agin derecho o que siquiera prese om Geng er- sonas diguas de figurar en la sociedad. Todo lo que existe on esas leyes que acabo de citar. Eso en cuanto a los ritueros actos de la idencia nacional, Y abt se ve Ia parte que le tbl pueblo en el tiunfo de esa jornada cevoluionara que eatiege «Le brurguesia Ia administracién de la rigueca natural y socal seen regién el Planeta, dejando al pueblo sumido en su ya larga era de mein Yai esto es la verdad, equé cota es lo que cxlebra el pucblo en este 68 eg se 3 PO oo ose iversario? Lo que @ realidad hace el pueblo en eta fecha, estimulado Lr Ticor que la misme Pee ee neodalpaie eraier eldiness entcatcaies imaciables MS jx primero patos dela nacibn independiente nada reconoderon ene! pueblo, mucho menos shit dels 7 piney tr cts rezcindi6 del pueblo, y aun podemos decir que 8 y la inter- Prec arom anon ee Te, repibica, Vanes i ue & ae re ecto deefa el caudllo conservador M. J. Trnrézaval en el Senado, en la eee dee novieine de 109, cual se dma a ley de ls eomua auténoma: fel pri de intervencién oficial. No puedo menos que Hee agui el primer acto de interve Ne pusdo menos que war que haya iniciado O'Higgins esta serie de actos por de Sr Lr tenia pda deci, eto a Fieto de cortés, de vergonzant, se etcondia, no queria de ningtin soda Fallarse comprometia, Porque habria hecho perder su influencia al Di- rector Supremo de la Repablica. Fsto decia Trarrézaval comentando una carta de O'Higgins en que re- cone ta ueeabe de algunos de sus ede aaa aa este: Hi 4 le atribuyen propésitos magnific favor mismo Irarrdzaval, a quien se Je atribuyer Fr iglcos iene blo y de sus derechos relamaba en la sién 1 ergo de 1H mado se Gscuta I ley Ge veo acuta, fo lentes “Advierta la Gémara que yo no digo ni sostengo que cualguier minorse tiene derecho de hacerse representar”, - a rarrizaval demostraba con eato que é{ no pensaba en el puebl - cele ceva gue al defender el voto acumlatvo beer Bae lo en benefici de las claen populares, Irarczaval peda el volo act — ‘por medio de dl se vieran representados en Ia Cémara {odor los inteetes sociales de la burguesia- Los ntereses populares 10 ee tomaban en cuenta. ; oe eh soe criterio dominant, expuso en divers oon dex ees razén alguna para que la clase popular sient regocijo por el advenimiento periédico de esta fecha, losin ts La fecha gloriosa de la emancipacién del pueblo no ha sonado as clases populares viven todavia esclavas, encadenadas en el cn ee cay cae del sara, que es miei; en el ten pon, con cade dl cet, del aude y interven, que nul os asi oresién Popul en el orden social, con la cadena. le sut ignorancia aap ons soa raf estat ee ays ea en que vivimos. : a ia pueblo que vive asi sometido a los eaprichos de una sociedad injusta, inmerdl'y edincnene organza, gut fe comeponds aaebrat 6 18 de septiembre? Nada. El pueblo debe ausentase, debe negar su concurso a las fiestas con que sus verdugos y tirancs celebran Ta independencia de la clase burguesa, que en ningrin caso es Ia independencia del pueblo ni como EL PERIODO individuo ni como colectividad. REVOLUCIONARIO mentee ae seas sesiamaioaemctonenanese Fleur Mag Clad the eats [hy x) —_——. Seagate’ Pres Byewdle a trer® ae ER eet — Govqeata. Cevelerbh yt 1, DOCUMENTOS DEL COMINTERN LENINISTA (1921-23) Sobre la revolucién en América* Los dos documentos de la III Internacional que se reeditan aqui pre~ entan mucho interés. No sabemos quién los escribié, ni si algunos Tatinoamericanos participaron en su redaccién, La comparacién con los tex- tos comunistasIatinoamericanos a partir de los atos treinta permite me- dir el profundo cambio de orientacién, de lenguaje y de problemética del movimiento comunista en el freeaEatina La idea principal del primer texto es la alianza revolucionaria de los obreror y campesinos contra el imperialismo norteamericano y la burgue- sa local. La hipétesis de la extensién continental de la revolucién —te- sis grata a la corriente castrista de los aitos sesenta— aparece agul por zee primera. En cambio, 1a problemdtica de ta unidad inmediata de los ‘proletarios de América det Sur y det Norte parece més “anticuada”, ya {que corresponde a un periodo en que ati existian corrientes revoluciona- tas en el seno del movimiento obrero de Estados Unidos aaKiRIca DEL SUR, BASE COLONIAL DEL IMPERIALISM NORTEAMERIGANO bajo su férula_al_mundo entero: tal es cl objetive-del imperial: tno norteaeicano. Pero aif Gono lz clave del imperialimo brtanico Te= ‘Side en su sistema CotOntx; el imperialismo norteamericano se basa en In explotacién y en la dominacién de América del Sur. ‘Los pueblos de América del Sur se equivocan_ridiculamente cuando ha- Lian de-s independencis, En el periodo imperialista, no se puede hablar de independencia para los pueblos pequefios: estin reducidos a una depen- dencin vasalla hacia los grandes Estados. En el sector econémico, por el comercio y la penetracién de los capitales; en el sector politico, mediante Ja doctrina de Monroe, el imperialismo norteamericano subordind los pueblos de América del Sur. gDénde esté la independencia de estos pue- blos? Colocados bajo In tutela del gobierno norteamericano, que los some- 4i6 a veces por la fuerza de las armas como los de América Central, otras veces por una incalificable presién diplomética y por sangvientas intrigas * Ja revoluciin en América. Llamamiento a la clase cbrera de las dos Américas", Luternationale communist, 0. 15, enero de 1921, pp. 3811-14, 3921.24, B SiBLIOTHCA CIDE | 1 1 | i Ve cod | | {como en Mésicd), x industia yu dearolo econémico estén 2 mered le las finantzas norteamericanas, De hecho, América del Sur es wna colonia de Estados Unidos, fuente de rmaterias primas, de mano de obra barata y, por supuesto, de ganancias fabulosas; su inmenso territorio aiin inexplotado sirve de salida a las ma- quinas norteamericanas y de campo de explotacién para los industrales norteamericanos, ‘La nectsidad de adaptarse a Jas consecuencias de In guerra mundial trans- formé definitivamente a América del Sur en colonia de los Estados Unidos; pero esto no es més que el broche final del desarrollo anterior. ‘Mientras que antes de la guerra, Inglaterra, Alemania y Francia eran competidores temibles para Estados Unidos en América del Sur, la doctrina Monroe logeé sin embargo asegurar al imperialism norteamericano Ia he- fa politica (de la cual resulta la hegemonia econémica), La historia de Ia doctrina Monroe da una idea caracteristica del bandi- daje y del maquiavelismo capitalisas. Formulada hace unos cien afios, supuestamente para deferider a las dos Américas de las intrigas mon&rquicas y.coloniales de Europa, la doctrina ‘Monroe tradujo en realidad la rivalidad entre Estados Unidos e Inglaterra, En adelante, fue interpretada conforme a las exigencias del desarrollo ca- pitaista norteamericano, mientras no se convirtié (Io que es hoy dia) en un medio para que el imperialismo norteamericano sometiera a América del Sur y defendiera su hegemonia cortra evalquies imperialismo rival Hace cincuenta afio, el presidente Grant dio de la doctrina Monroe una versién imperialist formulada més tarde mucho més nitidamente por el presidente Cleveland, durante el itigio norteamericano-inglés con respecto a ‘Venezuela. Durante el gobierno de! fogoso presidente Roosevelt, la doctrina ‘Monroe se convirtié en la expresidn manifiesta del imperialismo norteame- ticano, Pero fue el presidente Wilson quien acabé la obra del presidente Roosevelt. Convendsia més bien llamarla hoy dia doctrina Roosevelt- Wilson. El presidente Wilson, al interpretar en 1913 la doctrina Mon- roe, proclamaba el derecho de Estados Unidos a oponerse al dominio del capital briténico sobre los pozos.petroleros de Mérica, El panamericanis- ‘mo idealizado como un medio de unificacién democritica de los pueblos de las dos Américas €3, dicho de otro modo, un medio para asentar la he- gemonia de Estados Unidos. En el momento preciso en que el gobierno del presidente Wilson defendfa el principio de Ia unidad panamericana, el subsecretario de Estado Lansing declaraba la doctrina Monroe doctrina na- ional de Estados Unidos, concebida y apoyada en beneficio de éstos tilti- mos, caso no es eso el imperialismo més puro y la negacién misma de la unidad democritica? Bs precisamente en nombre de Ia doctrina Monroe que los Estades Uni- dos abolieron la independencia de tas repiiblicas de América Central. En nombre de esta misma doctrina mantiene un ejército de ocupacién en ” i , en Honduras, en Haiti, en Santo Domingo, arruinando a los Nets pueblos cua independenca sprimen (cst fueron particu. Pitmente notables bajo la presidencia de Wilson). Es una vez més en nom- tue de la doctrina Monroe que los Estados Unidos establecen y mantienen er hegemonia econdmica en América del Sus. ‘Ta guetra permitié expropiar los bienes alemanes en América de) Sur. Desde el punto de vista econémico y financiero, Alemania ya no desem- pai ningin papel en lot mercados de América Central y meridional, La Reeadencia de Francia es extrema, mientras que Inglaterra se sta en el se- sesso plano, sin ninguna esperaiza de yolver a ealocase en el primer he Ear Las saldas de América del Sur estin cada vez més en manos de los Estados Unidos. ‘Tos pueblos de América del Sur constituyen el fundamento del imperia- tisme werteamericano, América del Sur acapara una cantidad enorme de Capitals y de medios de producciém (maquinas ¥p de moda ms general todos los productos de Ja industria metaltrgica). En cambio, Estados Ui dos carece de materias primas que América del Sur posee en abundaneis "Tada le importanca pata Bstados Unidos de su Regemonia en Amézcs del Sur se manifesté en su oposicién a la Sociedad de las Naciones —por fa sencilla razin de que ésta ditima anulaba la doctrina Monroe— yen rremiantes del presidente Wilson para que no se modifieara tn absoluto la doctina panamricana y que se etipulaa en el tratado que seguiria intacta, La hegemonia en América del Sur se expres6 también en jg politica teguida con respecto al canal de Panamé (asi como en la lucha por el dominio del Pacifico). E) reciente ecto de Estados Unidos de Comprar y fortficar algunas de las islas del Caribe, situadas cerca del ca- tal revelan los objetivos agresivos de Estados Unidos; Ia propuesta hecha 2 Inglaterra de liquidar su deuda mediante la cesién de sus interests en ‘América del Sur demuestra igualmente la orientacién de la politica de Es- tados Unidos, La hegemonfa en América del Sur no se relacioné primero con el imperialismo norteamericano en el plano econémico, pero sive, fctualmente, de manifestacién consciente de este imperiaismo. Del mismo modo que el imperialismo alemén acariciaba la esperanca de unit econé- rita, Ginanciera 'y poltcamente a Europa central con Alemania, el. im- perialismo norteameticano desea unir a América del Sur y a Estados Unidos fn un solo bloque imperialista. La hegemonia en Europa central debia servir de fundamento y de fuerza motriz para la dominacién de Alemania sobre el mundo entero. Las mismas ae agresivag sirven de fundamento a la hegemonia de Estados Unidos en las dos Américas. Un imperio americano, con sus 1iguezas insondables, sus numerosas fuen- tes de materias primas, seria una potencia infinitamente mayor que cual- quiera de los imperios que existicron hasta ahora; seria una formidable otencia conquistadora y devastadora. La fuera de Estados Unidos y su Sesarrollo canstituyen el mayor peligro para la seguridad del mundo, para B IL [oe la libertad de los pueblos y para la liberacién del proletariado. ‘Trabajadores de las dos Américas, he aqui el peligro que deben co jurar. 1A REVOLUGGN AMERICANA Las revoluciones que trastornan_periédica (éxioo, Veneniela offoe pa Seman directanente a las masas..Pero hay que aprove- harlas para desarrollar eficazments el movim je as Thasas revolucion .RERAE_ que Eepresa los intereses del er campestnade pobre, | Unicamente-un-miovimitnto revolucionario de este tipo puede Ibert a pueblos de América del Sur de la opresién de los explotadores nacionales ¥y del imperialismo norteamericano. El socialismo no ha hecho nada para desarcollar este movimiento revolucio- nario de las masas, En América de! Sur, el socialismo traiciond escanalosse rmente los intereses de 1as masas, No es mis que una miserable combinacién © —como en México— un deporte seminilitar, semirrevolucfonario, al cual se dedican unos aventureros (gacaso Obregén y consortes m0 son “ellos también socialistas”?), Desacreditar este socialismo, aniquilas 94 i fluencia, cimentar los elementos socialistas revolucionarios con el comunis- mo: tal es la tarea revolucionaria urgente y esencial. Esta tarea comiste sobre toda en onganizar, en cada pais de América del Sur, un partido comunista resuelto y consciente que tenga una idea clara de sus objetivos. No hace falta que este partida sea poderoso desde su formacién; s6lo importa que tenga un programa claro y preciso, que cree una agitacién resnelia a favor de los principios y la téctica revolucio- narios, que sea implacable en su lucha contra ios que engaéian y traicionan a las masas. Un partido de este tipo debe componerse de los mejores y més hhonestos representantes de las masas; debe trazar el programa del verdadero rovinniente revolucionario y dedicarse totalmente a la accién de las max sas, encauzéndolas con paciencia y firmeza hacia las vias revolucionarias mds amplias y los objetivos més elevados. Sélo con la participacién del partido comunista se introducirén en el movimiento de América del Sur la claridad y la honestidad revolucionarias; sélo ast el movimiento podra aliarse ab snovimiento revolucionario de Es- tados Unidos y a la Internacional Comunista y dar a las masas de Amériea del Sur su lugar legttimo en el ejéreito de la revolucién mundial. EL problema agrario es un problema capital. En América del Sur, ta economia agricola ocupa el primer lugar (aun Argentina, el pals més desarrllado de América del Sur desde el punto de vista capitalista, event, con metios de cuatrocientos mil obreros industriales para una poblacién to- tal de més de ocho millones). ‘Tremendamente expletads, el campesinado vive en una miseria negra, 16 Lob del hb bab eb bdo ; te, y slo seve de came de cafon para los avents- ee wae Peepers ‘Je. México es simultdneamente caracteristica reros militares 1 for agricolas ¢ rebelan y hacen revoluciones para verse ysis 1% dow de ot frutes de su_victrin por le enptlistas, Tos esp, despdi® aventureros politicos y ls charatangs socialists. Les cam- veos y engatades, deben despertar a la nei.y Ia organiza: es Prpaay deen convencese de que tanto pare ells como pars Gi6n Tees no puede haber emancipacién si no se unen al proletariade Jos tPEionario conta el capitalism. ea revalfdo comuista debe penetra ete os carapesinas. No con {Srmu- ae eer simuata, sing con un program pce, capaz de Sctaron seer os grandes terratenientes ya los capitalists, La unigm revo: a ata de Ia clase campesia pobre y de ta ln bea ines ls conari dior proletaria es Ja tinica capaz de iberar al campesinado, des Ja revue er del capital, y la revolucionagrava es Ia dni que puede ae cain wevoluign protetaria del peligro de apastanien'o por Peparrevolico. Se Feaito en América del Sur se compone mayoritariame Bo qu pein, ptmamet a a again revluionain, Ya Fabre Se r"evada cabo steméticamente a fin de unir a les aa rors los campesinos en una Gna y misma accion com capitalistas y el gobierno. ae beg ty mnie ome aio Uaides) son de tendensasrevolucioaras. Pero oture frewent> ses nos irs de os sindactos sean taidores: sel cao de Mésico ae ees ys ements expen ls trabajadoresy utiliza las done, ions para su benefico pertoral, Bs important expusar.® Sane bos aindeatos de Tos chantajstas y de su Hnfluencia rea. ie as importants destrur ala Fedraicn Obres Norteamericans cape els son contrareevsluconais; es importante bokotear A aeee y organizar los sindicatos de América del Sur y de Baados dldos en ef treno de Ia Tacha de class, La afliacién a la Internacional He vin asta Tntemacional, que moa alos sats del undo sree pam la lucha contra el Soperiasmo y la revolucién mundial, ion mer on i Sndicato. Al mismo, tiempo Pte rear un nicleo comunista en cada sndicato. , ae ee fiegan esfuerzes por organizar a todos Tos obreros, conviene cae a igs ce gd os aan i ocaly @ a Internacional Comunst, los ores sndicalizados de sees un poderoso factor de la sevolucién americana, ‘Rares de todas las medidas arriba indicadas, y como sus conseouencis ingen, hay que depurar a} sevimento de Anica del Sur de los ele nentos sindzcalistas, Bl sindicalismo (en todos los lugares en que es pro- 7 explota pesines, © sinos fo «0 1 , ‘ tf ad letario) expresa una aspiracién revolucionaria, pero a la vez no tiene la > menor idea de las medidas que hacen falta para realizarla, La experiencia revolucionaria utiliab el buen lado del sindicalismo y rechar6 el mal lado. La teoria y el programa de la revolucién mundial dimanan del marxismo y tng del sindicalismo, ,Acaso se declaran ustedes adversarios de un partido politico? El partido ‘comunista es la realizacién préctica de la idea sin- dicalista de “las minorfas conscientes”, pero depurada del anarg quefioburgués y vinculada de modo definido a Ia lucha real de las masas obreras por la Tevolucién proletaria. 2Se consideran ustedes adversarios del parlamentarismo? El parlamentasismo del partido socialista es una traicién a la clase obsera y a la revolucién. En cambio, el. parlamentarismo del ypartido comunista es el reconocimiento revolucionario de fasto de que te rhemos que emplear todos los medios y utilizar la tribuna parlamentaria, ‘mientras no hayamos organizado 1 movimiento de masas que debe supri mir los parlamentos, ,Acaso soft ustedes adversarios de Ja dictadura del proletariado? La vida Tisma prueba la necesidad de esta dictadura; rechar zar la dictadura signifiea rechazar la revolucién, Todo esto resure los problemas vitales de Ia revolucién. Y son problemas cuya solucién se im- pone a las masas por la experiencia revolucionaria y la vida misma, en base a la teorfa y ala accién comunistas ‘La unién con el movimiento revolucionatio de Estados Unidos comple- tard la unidad del movimiento revolucionario de-América del Sur. Esta uni- dad es cocatién de vida 0 muerte, La revolucién del proletariado y dal cam pesinado pobre, en cualquier pals de América del Sur, provocard inmedia- tamente la intervencién armada de los Estados Unidos que, en respuesta, volverd necesaria la intervencién revolucionaria del proletariado de Estados Unidos; ef movimiento alcanzaré a los demés paises de América de) Sur, y ya serd una etapa en la via de la revolucién americana. “La revolucién en nuestro pais, combinada con la revolucién proletaria en Estados Unidos”, tal es la consigna del proletariade tevoluciocario y del campesinado pobre.de América del Sur. concnusién La experiencia politica de la revolucién profetaria en Rusia tiene una im. Yortancia mundial, Ha resaltado las formas de la lucha proletaria por el poder: las acciones de masas, los soviets y la dictadura proletaria. La In- ternacional Comunista es el resultado y la expresién de esta experiencia, Tos trabajadores de las dos Américas sabrén adaptar esta experiencia a su propia focha. Su honestidad tevolucionatia y su. experiencia les ense- fiarén instintivamente a adaptar la teorfa a la prictica y la préctica a la tera, EI hundimiento del capitalismo y Ja cercania de la revolucién mundial age bob Pe at Seeeer een eee eer = scontecimjentos decsivos de nuestra 6poca y deben dete oi em sy Tos objetivos de a lucha internacional del proletaria~ . -trabajadores de las dos Américas, unis! jLa Internacional Comunsta fama a la accién! “ Miva 4a revolucion mundial! —E] Comité Bjecutivo de la Internacional Comunista. ‘A los obreros y campesinos de América del sur* ie nto, publicado a ‘nivios de 1928, es una resolucién del 1V Beads lo ‘dtemacional Comunista (noviembre de 1922), Se trata Bablemente del primer texto dela Comintern epecticnnente dirigido (08, lores de América Latina. oe tba in insiste sobre todo en [os lazos éstrechos entre tas clases dominantes de Anérica del Sur y el imperiaismo norteamsricano. De oH deduce la unidad estratégica entre la lucha contra Io burguesia la- Gnoamerican y la lucha antimperialiste. A semejanza del texto de 1921, finicamente la clase obrera y el campesinado se consideran como clases revolucionarias, Camaradas, mngreso de la Internacional Comunista, reunido en Mose para Aen de la Revolucién Rusa, lama a todos los obreros {campesinos de América del Sur para que se preparen a la bucha de Cases } secunden la acci6n tevolucionaria del proletariado: mundial. ‘mb PAPEL, DB 105 BSTADOS UNIDOS DE AMERICA DEL, NORTE a europea anuncié el inicio de Ia crisis final del capitalismo. Los Saecernon ‘de la burguesia internacional desembocaron en a matanza ‘ads ferible de la historia pora decidir cudl de los dos grupos imperialistas Tnpondria su egemonia, Los proletarios fueron sacrificados por millones tenflce campos de batalla en beneficio del issperialismo capitalista, el cual fusca una solucién a la crisis aguda que lo lleva fatalmente a la banca — a Me quota no pudo resolver esta crisis, Las csssinternas del copitalismo + A os obregosy campesinos de Amfrca del Su, Le Correspondence Inter ational, 2, 20 de enero do 1923, pp 2627 9 ceuropeo aumentaron y al mismo tiempo la lucha de clases re intensifies, El tratado de Versalles es fuente de nuevos conflictos, Las masas proletarias admiten cada vez més que s6lo la Revolucién puede abolir los antagonis- ‘mos capitalstas. Las represiones increfbles a las cuales asistimos hoy dia y Ta implacable ofensiva de la burguesia indican la situacién critica de los Estados capitalistas, El imperialismo norteamericano fue el tnico que fortalecié su poder du- ante la. guerra, Estados Unidos es actualmente Ja potencia imperialista més fuerte. Pero después de la guerra europea surgieron nuevas causas de Juchas imperialistas, Los antagonismos entre América del Norte, Inglaterra y Japén amenazan de nuevo Ta paz del mundo, El imperialisme yanqui se desarrolla y crea las bases de futuros conflictos que exigiran de las masas proletarias nuevos sacrificios sangrientos. América del Norte se convierte el eento de la reaccin internacional de la burguesia conta el proeta riado, 1A EXTENSION DEL IMPERIALISM YANQUI 3 El imperialimno yanqui trata de extender su influencia a todas las regio nes del mundo. Tanto en Asia como en Africa y en las oxillas del Pacifico, ‘busca nuevas esferas de actividad para su explotacién. Es sobre todo en ‘América Latina donde, sea bajo una forma supuestamente econémica, sea mediante una dominacién politica abierta, el imperialismo de Estados Uni- dos asegura su dominacién, Busca en América del Sur la seguridad de salida a sus productos, que el capitalismo europeo ya no puede aseguraile debido al desquiciamiento de su base socal, La doctrina Monroe permite a los imperialistas norteamericanos asegurar su conquista econémica de América Latina, Los empréstitos, las nuevas in- versiones de capitales norteamericanos en explotaciones industiales, co- merciales y bancarias, las concesiones de ferrocarriles y de empresas mariti- ‘mas, Ta adquisicién de yacimientos de petréleo, estas miltiples formas de expansién de la penetracién econémica yangui muestran cémo el capitals. ‘mo norteamericano desea convertir a América del Sur en la base de su potencia industrial, Esta precaucién econémica incita también a las diversas burguesias nacio- nales a intervenir en Tas luchas imperialstas de América Central, de Pana 1mé, de Colombia, de Venezuela, del Perd. La burguesia de todas las Amé- ricas prepara la teaccién contra el proletariado convocando congresos po- liciacos, y cuando los obreros de América del Sur se oponen a los intentos criminales del capitalismo yanqui, como durante el proceso de Sacco y Vanzetti, las clases gobernantes reprimen estas demostraciones proletarias, para demostrar su sumisién interesada y consciente al imperialismo del Norte. La unién panamericane de la burguesfa es un hecho evidente, asi C 1) f) fa mim ft somo su objetivo de mantener Tos privegios d clase yal régimen de opr sién. su vanen vai PROLETARIABO Do AMnUCA De SUR Ny campesinos de América del Sur! EL imperialismo capitalista {One® us pales os antagonismos mundales que provocaron entre inimeblos de Europa la guerra més sangienta y la mayor reaccion. Ya es los Pre unir a las fuerzas revolucionarias del proletariado, puesto que los hors istas de toda América se unen contra la clase obrera. aBiSInaradas, 10s obreros y los campesinos de América del Sur ain no tie~ en onganizacones de lucha de clase diciplinadas y la unién de accién ne) aia, Vuestra clase gobemnante se apoya en la potencia formidable recttades Unidos para aplastar vuestros esfuerzs, reprimir vuestras ac- ee ves Iberadoras e impedir cualquier intento revolucionario de vuestras sas oprimidas. : me preros y campesinos! La Internacional Comunista os Lama. No olviden aque en Estados Unidos hay comunistas dispuests a ayudarlos en {a lucha are jucionaria. La lucha comin de los proletarios de todos los Estados de ‘Rrica contra todos los capitalistas americanos soidarios es una necesidad ‘al para la case explotada, Se impone como la tnica via de vuestra sal Aeii6n. Ei ejemplo heroico de la revolucién rusa que levé a cabo una Tacha encamnizada contra el capitalismo internacional les hard comprender ‘Tdestino que les espera si permanecen indiferentes mientras que la clase fovcedora agrava la explotacién capitalist, En. wuestros paises, los antago- etpos entre la alta finanza y la industria aumentan y fos conflictos impe- ‘Halstas mundiales amenazan arrastraros, a vosotros también, a matancas ‘Camaradas, a la ofensiva burguesa, oponed la unidad proletaria. Orga nimos, unid vuestra accién revolucionaria a la accién de la clase obrera y famptsina de toda América y de todos los pases del globo, Luchad contra just propia burgucsiay Iuchanis contra el imperilismo yangul que e- Tama en sumo grado Ia reaccién capitalsta. Unios en torno a la bandera {ela revolucién rusa que creé las bases de In revolucién proletaria mun- dial. | 10 en la revolucién rusa, os prepararéis para transformar cualquier intent de guerra en lucha ablerta de Ta clase brera contra Ia bunguesa Gomo ella, levaréis a cabo la accién contra el imperialismo preparando la Gictadura proletaria que destruiré en toda América Ia dictadura burguesa. $i seguis divididos y desorganizados, Ia burguesia americana. os degollaré, aplastard vuestras aociones y aumentaré la explotaciOn capitalists arran- ‘Gndoos vuestras eonquistas, La lucha contra vuestra propia burguesfa serd ada vez mds la lucha contra el imperialismo mundial y se convertié en tna batalla de todos Tos explotados contra todos los explotadores. at ul | ) | | E | | aah jCamaradas! ; Organizacs! Fortaleced vuestros partidos comunistas y cre: adios alli donde adn uo existen. Unid vuestra action a la acin de fodee Jos conmunistas de América, Organizad al proletariado revolscionario que Iu. cha con la Internacional Sindial Roja y tabajad para que exstan et toda | América secciones de la Internacional Comunists y de la Internacional Sin. dical Roja, a Viva la Internacional Sindical Roja! ; Viva la Internacional Coumunis, tal ; Viva la Rusia de los Soviets! ; Viva el proletariado revolucionario de América y viva la Revolucién mundial! ae s | | patients Poe bbe ae De Rd {1 EL IMPACTO DELA REVOLUGION DE OCTUBRE uis enzo necapannen, La revolucién rusa 9 los trabajadores chilenos® ‘A finales de 1922, Recabarten sale para Mosc para asst al 1V Congre 0 de la Internacional Comunista y al II Congreso de la Internacional ‘Sindical Roja, De regreso a Chile, publica en 1923 wn Whro, La Rusia Sprera y campesina que incluye un ensayo sobre su viaje a la URSS y textos de Lenin y Trotsky. En el extracto adjunto, critica la democracia Tapitalista de Chile a la tu: de la experiencia det poder obrero souittco. Bae texto ilustra el modo. como Los sectores més radicaizadot del. mo Bee go obrero Tatinoamericano acogieron la Revolucién de Octubre y #s- toca un primer intento de andliis marxista del parlamentarismo burgués ‘en América Latina. ‘Las objeciones que se hacen acerca de°que Rusia no ha podida todavia tas seer un regimen comunista, extn totalmente desprovits de, razén_y Ferteriedad, Quien lea detenidamente el informe de Trotsky, podré darse fuenta de To que significa edificar un Estado obrero sobre las uines de un régimen capitalists que ee ‘entre e] torbellino de la més inmensa de as guertas que han azotado a la huranidad, como fue la guerra europea Ge aol6 al mundo durante los aos {914 a {9185 es sobre el montén de Minas que acumnulé el régimen capitalista durante la guerra, es venciendo Fue trarevoluciones de los capitalistas que hucharon por Teconquistar el poder fata 1922, ¢s por encima de todos los inconvenientes de la guetta, Fe las contrarrevoluciones, del hambre, de ta incultura del pueblo, y de la falta de cooperacion obrera de los demas paises, es por encima de todo gee {p Rusia obera y campesina se desenvuelve y triunfa victoriosamente. {istas tazones ¥ las demés contenidas en divessas paginas de este libro, demostardn al lector lo ierazonable que es exigis 2 los convunistas In cons. tructiOn o edificacién répida de un régimen nuevo sobre las ruinas y eh cacs dejados por un régimen que desaparece y sobre los inconvenientes «ree dos dexpoke por el capialismo desde fuera de Rusia, No querer creer todas os cea eer apreciar estas razones ts colocarse fuera de toda realid + Luis Bmilio Recabarren, “La Rusia obrera y campesina®, 1928, en Obras es cogidas, ed. Recabarren, Santiag0, 1965, 1% pp. 182-65. 8 —toralermratmienie diferentes de 10s En Rusia ot una realidad, © 'UNa VERDADERA REALIDAD que ef pueblo elge sus adininstradores, on Ri, _S_UNA VERDADERA REALIDAD que Queda demostrado que toda Ja poblacin trabajddora es la duefia de) poder desde el momento que ent sus manos esti elegir los elementos del poder, y en sus manos también esté anular el poder, Si es en los sitios trabajo donde Jas elecciones, si es en verdaderas asambleas donde Ziigen Tos miembros de los Soviet estamor en presencia de actos elec. = iene derechos electorales——— Ei aos electoral, desde_e] momento en Gu jstros_se empieza por molestar a Tos ci icos de tamtuentir y de que fas inscripefones Se Tiacen al capricho de fos mayores contituyentes-y-er = gorla de Tos Cudi@anor-estin-teabajand La inseripeién en masa de los inquilinoe ‘una fuerza que contrarresta efectivamente toda influencia de inteligencia que pudiera haber en el electorado de las ciudades. Pero todavia en las ciudades se recurre a comprar ¢ derecho a voto de los civdadanos, 0 se suplantan los electores ausentes 0 muertos, o se falsifican ‘as’ actas 0 los vverdaderos resultados de las elecciones como lo necesiten los dirigentes po- liticos de las clases capitalists. § Esto eS UNA VIBJA REALIDAD EN CHILE QUE NADIE PUEDE NEOAR, y estas costumbres anulan todos los derechos que s han escrito en las lees y asi resulta una mentira todo Jo que'se dice de que existan derechos o libertades. Guando se dice que Chile es un pafs donde la patrocracra es wha, costum- bre establecida, se dice una mentira exacta. En Chile no hay democracia. BB gobierno se hace para servir los inteeses de los grandes capitalists sin tomar en cuenta para nada los intereses de los demés habitantes de la nacién, Quien examine honradamente Jos actos del gobiemo, tendré que reconocer esta verdad ara engafiar al pueblo se dice: “No es una verdad que los obretns de- rdcratas estén en el gobierno? Y nosotros preguntamos: ¢En compasia de quiénes gobieman los demécratas? Y todo el pueblo veri y reconocers que los demécratas gobiernan juntos y de acuerdo con los grandes capi- talistas del pals o com los repreientantes de esos grandes capitalstas, Y go- bernando en compafia de esos grandes capitalists tendrdn que. servise preferentemente los intereses de ellos y por lo tanto abandonar los intereses de I clase trabajadre, pus en el gobiemo de un pfs no we pueden svi ‘aaris los dos intereses al mismo tiempo. Bsta es la veR0AD, Las capitalistas que son muy hAbiles han permitide que pasen hasta el Congreso y hasta el Gobierno algunos demécratas, pero a condicién de que sirvan solamente sus intereses, pero de esta manera al levar a los demécratas al gobierno, mantienen la ilusién del pueblo a quien hacen es- perar y creer que asf algéin dia vendré algtin mejoramiento, y mientras los Pil a i ) a) | yoy | 1 | \ I aa | ] | Jud yt [MO LUGHAN, SE, GRUZAN DE BRAZOS janes mate #8 pera soe ar COMPLMIENTO DE TAS PROMESAS, Y ae sigue tranquila Ia sista explotando y opfimiendo Ia poblacién. he epi np con a dec: adres hse . ss la influencia de wna esperanza. era £2 go atl como un juguete con que el explotadr capi- para des- clita sions, ¥ : aspera i ion ee? qFla desaparecido el sistema de Gichas y la supresi fet eat Sa A Tn Soe obresos onganizados? zHa desaparecido Ia persecucién sry los obreron federados? 2Hla desaparecido, la vilae niosos contra “dominical, de accidentes del trabajo, la que sa obrera. da Treg leyes del descanso Serrime el acobolismo? ; = ene ot ae que han coaseguido ly ders minras goin. Qu os lo) due tats 2 cambio de Si concUSO? SBRIA BUENO Si compa dot capi nes cuantos empleo para unc, coats aie namic, Slo Ne Ge setie gobernaes cuando en realidad slo extn Para ital i del pueblo. Jo Se los capitalistas y murica los intereses del : Tn Rose a dejadores no ceyeron J4us en las mentias de ln de> _En Rust mon derecbamente por el cao de a gavonvooy, de et oer ity y nuke sB0UR0, ¥ e20 Jes ha dado la victoria que nosskos omunistas celebramos. anfoat Ponce, La Revolucion de Octubre 9 los intlectuales a gentinos* “Anibal Ponce (1898-1988), pensador marxista, ange jamaso socislogo social originales 9 P ‘mo burgués y humanismo iniversidad de Bitenos mtino, distpulo del agers cuales of rds conocido os Huma funds te es (1095). Profesor de psicologta en a fe Ponce rd eco de eter" ie Preijo la acusacién de “propagenda comunista 0 com gale epentind i eum Hl ile el J trie a na biografia de José Ingeniers. En Et se describe ta asifere Tene a etelectuales no conformitas de la posguerra y st sible de ot meds Fuca de Octubre, oun ci no se cstabece wna dferem amy clara entre el "naximaisnd’” bolchevique 7 of anarcosindicalismo, sec, vie y 4 oe, 96, en bre: Combes, «pu Pace Jd Tatie, a ie 6 be, 92, oo Ren Bea ic 19, B80. 8 Jesh Ingenieros, es autor de varies trabajos de ciencia S ¥ rood 1 1 pout a pro Fa, el pais entero, preo- ‘eupado de otras cosas, sintié con asombro, su empuje y su fuerza. Entre las pasiones callejeras que el periodismo encendia y los politicos aprove- chaban, Ia juventud universitaria de Cérdoba tomaba por asalto el mas firme reducto de la reaccién conservadora. Mientras tanto, la neutralidad aparente de Ia nacién, no alcanzaba a impedir que llegaran hasta nosotros los estragos de la tragedia remota. Las facciones rivales envenenaban los esptitus con sus odios reefprocos, y Ia. guerra vivia en los hogares, en las escuelas, en los partidos. Las mentiras de la prensa capitalista, la propaganda de las agencias.inglesas, el viejo amor filial hacia la Francia, el aparente idealismo del presidente Wilson, pa~ recieron conferir a los ejércitos aliados la defensa victoriosa de los ideales revolucionarios. isladas le més tarde: Royaai ‘brada por la emocién, los precursores nos gtitaban todo el horror de la met tira inicua: nada de guerra por el derecho, nada de guerra por la justi Industriales de un Yao, industriales del otro; carbon y acero, hulla y petréleo. La pobre bestia humana perecia a miliones; ellos en cambio con- 4quistaban Ia gloria, entraban a las Academias, centuplicaban sus tesoros. Nadie ha contado ain eémo latia nuestro corazén de los veinte afios en aquel momento decisivo de la historia, En Ta incertidumbre y el des concierto, Hlevabamos vividos varios atfos, tenso el oido a los rumores le- janos. Sabfamos s, con absoluta certidumbre, que la sociedad feudal ago- nizaba y que entre los escombros de un mundo deshecho, empezaba a sefiarse Ta ciudad del futuro, Desde la Rusia remota, el resplandor de la hhoguera llegaba hasta nosotros con’un sordo clamor creciente, enorme y vvago como el pensamiento de las muchedumbres. Eran tan inauditos los sucesos, se sucedian en forma tan vertiginosa, oscilaba de tal modo la men- talidad del mundo, que retrocedieron para nosotros, los limites de lo im- posible. Como en el verso de Milton, “en medio del dia habiamos visto levantarse la auror Pero, zeémo discernir entye el tumulto de las voces, la palabra de vida que sefiaiara el camino? ;Quién echaria sobre sla responsabilidad tre- menda de orientador y de vigia? En tomo nuestro, el espectéculo indigno de los momentos graves: Jos profesionales de la politica movigndore en las sombras; los intelectuales del pais llaméndose a silencio, El miedo en todas partes; el miedo hipéorita que siempre habla de la patria y del hogar com- prometido; el miedo en fin, que habria de dar, muy pronto, en la “Gran Colecta’” su nota cémica y en la “semana de Enero” su mueca trégica 86 vo =» Frank, Con los ojos enfojecidos por la hoguera, con la palabra casi que- piesa: L 1 ! t I ! } ' | ; slo un hombre podia hablar y hacia él se volvian nuestros ojos, Milas La _reforma universitaria, iniciada como un movimiento _de con: Yolucién estudiantil (mayo de 1918). Una nueva generacién entral 7 sand ey ate SA SO noche n homvede obreros caldeaban Ia sala del Teatro Nuevo, la de estudio onferencia memorable (22 de noviembre de 1918), como aguella de Je de la expectaiva pusiera en cada uno, un trémolo de si Ia intenenieros aparecio por fin, eon la misma sencilla naturalidad Fi ogra aelanté Ta trbuna como si fuera una efteda, Traxé de todo Tages el panorama revolucionario de la preguerra, tal como se 2 grande vedo, con signos inequivoces, en las transformaciones de Ia, po- nai present ‘ a legulaciones del trabajo, en la renovacién de los ideale étcos ea nary en Tas escuela, en Tos pariamentos y en las barricadas, mil indices sags era en jtalistas europeos, fe yenoraba que una los grandes Estados capit 2peos, ie ign ereccla Lege, el trunfo defntivo de las més radicals tra nes de las iaquirdas, Pero vio la “gran gues” pons muy paces aspigtGrundo, pudieton sstrarte a Ia Jocura colectiva, La humareda de en rates areci6 encegucercs,tomando pastdo, pot uno u otro de le ls dos Combatente, como si rediera en la victoria de las armas, ls f- letigad verdadera de [a guerra. Fue a principos del 18 cuando oourné et Fasia un vueleo decsivo, y el quinto congreso panruso de los soviets, al Koi ava los pueblos emancpados el Estuto Conttuciona, inaugural Gh nuevo capitulo en la filosotia dl desecho politics, imprimiendo nuevos ‘eves af sistema ‘republicano de gobierno, nacionalizando las fuentes GE roducsién, suptimiendo el parastismo de las clases ociosas, Pese a las sfrds de las agencas telegréficas que los gobiemosinteresados prestin 9 tor una orientacién revolucionaria intransigente, El texto th iguiente i 1926) se refiere al asesinato, por agentes del dictador Ma- chado, de varios dirigentes y militantes obreros; es caracteristico de un periodo en que ta lucha de clases y et combate antimgerialista estaban indisolublemente ligados para los comunistas latinoanericanos. Ante la ofensiva sanguinaria del tirano y su amo: el imiperialismo capi- talista“yangui, este folleto es una respuesta, Es también un homenaje a fos tinicos miicleos revolucionarios de Cuba que aiin-defienden la libertad a costa de su vida, a esos obreros y campesinos, a esos pocos estudiantes ¢ intelectuales que se han sabido poner frente all tirano y sus desmanes, a tos es el homenaje. Como un recuerdo a los cafdos —s memoria jamés serd traicionada por los que atin viven—, como un aliento a los que lichan, ‘como una venganza de los que vamos a caer, Uno... Otro... Otro mé... Y no se pueden contar. Ya no hay emo- cién nueva al recibir Ie noticia de los caldes. Soldados en batalla sabemos gue dia a dia ha de aumentar ef martirologio. Ya no hay humanidad. El odio que crisps nuestras manos —que desean ser garras— ¥ la venganza que llena de un fiero fulgor la mirada —que aspira a set rayos de muerte hhan matado jo que de humano pueda existir en un oprimido, Ya no hay patria, Sélo hay clases enemigas, {a guerra classta ha etallado brutal violent, sanguinaria.. Silencio a las bocas que gritan asustadas! jDesprecio alos cobardes que lloran! Castigo a los miserables que no luchan! jLoor a los valientes que estin ogi at ak mag es me F ‘en la vanguardial {Que la discusin teérica y el bizantinismo estipido ce- Sy la accién hable con su elocuencia definitiva! il pasado heroico de nuestra clase nos gua y nos alienta, El grito de tas sfetinas inmoladas en los fosos de la Comuna del 71, los alatidos de los Warties de 1905 inmolados en las nieves de la Rusia zarsta, el clamor mundial de rebelién de 1917, tal es la mésica triunfal de nuestra guerra. Tos que cayeron en las maniguas durante la Independencia, después de Abandonar las fabricas; los que a rafz de la Repdblica fueron asesinados en {a primera huelga general; los que valientemente sucumbieron en todas las epopeyas proletarias de la répida y violenta industialzacién de Guba por af imperialismo; he aqui los que iniciaron el camino. ;anezawre! biaz Branco. Ti que regaste con tu sangre las barricadas improvisadas de La Habana; ti que caiste bajo el fuego de los hermanos explotades que noonscientemente nos matan y sirven alos amos comunes: imperialistas, capitalistas ¥ tirano; té, proletario revolucionario, eres un precursor, ‘Ta sangre tuya que corrié por las calles de La Habana ha escrito unas labras que el obrero todos los dias, cuando va a su prisién y cuando se Fira de ella, las lee emocionado, y estas palabras son: ; Justicia! j Justicia! i Justicia! ‘vaRONA. Hermano luchador: :quién hubiera podido profetizar tu final ‘wigico? Lider magnifico. Gigante de cuerpo y de pensamiento. Ti estabas hecho para la vanguardia del Ejército Proletario. Grande como un gladi dor, I misma muerte parecia temerte, Tu palabra desordenada como Ta fucha en los campos de Cuba— era palabra de profeta anunciador de ‘una nueva era, Tu direccién en las formidables huelgas de los centrales faaucareros era una esperanza para el proletariado Avido de nuevas conquis- tas 1Salud, general de los bisofos y rojos ejércitos proletarios de Cuba Guando pasen los afios y el proletariado destruya las tiranfas sociales, habeas sido también un’ precursor. ‘TA caiste victima del alevoso asesinato de un siervo del tirano, de un siervo que fue expresamente a buscarte desde el Palacio Presidencial Le justcia de los tribunales oficiales, en un resto de pureza, te absolvié de la acusacién imaginaria de terrorista. Pero, zquién pudo haberte absuelto de Ja “justicia” personal del tirano? Ante él, td merecias Ja muerte: eras obrero oprimido, luchabas por tus camaradas contra el imperialismo ex- tranjero, y este delito no lo perdona nunca el tirano. El tno ito que eap6 de tu garganta cuando caist,resuena afin, en les oidos de los proletarios de Guba: ; Venganza! ;Venganaa! ; Venganza! ‘cuxant, Tnfelly oscuro obrero. TW no sablas de la guerra de Case tino sabias del odlo que nozotes nos tienen le cosy us sevidores; ls del actual régimen de tirania. Eras feliz “porque cumplias con tu deber”, 1 EL ayudante presidencal capitin Vigil Menéndez, segin declaracones de tes- tigos y familiares en hoja volante que citvalé clandestinamente. 89 a . c 4 é hacias tu trabajo puntualmente y nada més... Pero, gquién te habria de decir que ti tendrias que set instrumento de unos euantos eximinales adu- fantes? El amo es todopoderoso, el amo ¢s teatral como un histrién 0 un tirano; el amo gusta de las fuertes emociones sin peligro. Entonces se invent6 una “conspiracién”, un “atentado” y ti, infeliz obrero, fuiste el juguete de esa 2 farsa que origind felictaciones en diarios, ascensos como recompensas, y otras ventajas a los monstruos que fraguaron la farsa del atentado personal Preso, un hermano nuestro también, un soldado, te aplic, por servit al amo, la Ley —joh ironla de las palabras!— Fuga. iAh, camarada Cuxart! Ti caiste, Pero el soldado que te asesin6 tiene hoy pesadillas terribles. Todas las noches ve ta everpo aparecer como un fantasma sobre los muros centenarios de La Gabafia, y ve ta figura ascender junto con las de los mértires que sucumbieron.en el Foso de los Lautees efendiendo la Independencia de Cuba contra la tiranta de la vieja Espaiia, Er soldado ignorante tiene graves preocupaciones. 1 no comprende cémo ‘tu figura esté unida a la de los mévtires de Ia Revoluci6n, #1 no sabe que es criminal matar a un “perro obrero”. Pero llama a sus compatieros y les cuenta sus visiones. (Ob, soldados, obreros y campesinos, geudndo comprenderéis en Cuba, oprimidos por 1a tirania machadista, como comprendieron los rusos opri- ‘midos por la tirania zarista, que sois una sola clase; que sois hermanos, que tenis amos comunes, que las fabricas, los campos y el poder son de vosotros y de nadie mds que de vosotros? Los obreros y campesinos hacen as ri= quezas, y ustedes, soldados, se las defienden a los explotadores, los burgueses nativos y extranjeros. {Cudndo comprenderéis que el oficial parasitario es servil instrumento del yanqui de los centrales y de los ferrocarmiles, y que unidos os oprimen a vosotros, soldados, y a vuestros hermanos, los obreros y campesinos?) La reunién de soldados que escucha en altas horas de la noche, junto al mar donde se hundié el Maine para cometer la infamia de apoderarse de Cuba unos cuantos bandoleros, no se explica la aparicién de los fantas- ‘mas, Mas de sus pechos se escapa un grito undnime, y este grito, que se puede oir entre la multitud de soldados, es: jRebelién! ;Rebelién! ;Re- belién! coranr. Ta eres de la patria de los yanquis omnipotentes. Pero nada te salvé. En aquel pais como en Cuba y en otros muchos, no se es ciudadano por nacer dentro del territorio. Sélo son ciudadanos de los Estados Unidos de América los grandes ricos, fos que legan a Cuba como conquistadores y dictan érdenes al Gobierno nacional, por medio del Embajador, para pro- teger sus intereses. ; TA eres obrero y luchador! pues no podias tener la proteccién de tu Gobierno, jni de ninguno! Pero esto, después de luchas @picas en la huelga ferrocartlera de treinta dias, varios muertos, muchos | heridos-y més desaparecides an. Una noche, un revilver de “persona Gesconocida” —asi dicen los diarios burgueses— pone primero en tu sien Is boca fria del cafién, y después la bala que te privé de la vida y te hizo jun mértir més de nuestra causa. ‘Obrero estadounidense: que tu muerte alevosa por manos de agentes de las compatiias imperialistas —agentes que pueden ser lo mismo. solda- des nacionales que guardias jurados de las compafias— despierte a la spacign de Lincoln, que ella comprenda que la oligarqufa financiera que Gomina al mundo desde Wall Street es la mayor enemiga del pueblo de los stados Unidos, ‘De todas maneras, los millares de compafieros que desfilaron ante su cadiver en Camagiiey han oldo este grito salvador lanzado pot la boca san- jenta de tu herida: j Abajo el imperialismo! ‘érez. Guerrero, no tengo palabras para ti, El autor de estas lineas se siente hoy huérfano, Bisofio en la lucha, fue con tu ejemplo, con tu accién que €i adquirié experiencia, {Oh tu verbo ée proletario, oh tu accién sindicalista, oh tu poder de of jzacién! La Federacién Obrera de La Habana, la Confederacién Na~ tional Obrera, los Congresos de Camagtiey y Cienfuegos son organismos potentes de Ia lucha de clases, Pero ti, luchador, fuiste el alma de ellos. Mas fodavia, a pesar de tu desaparicién seguirés siendo el maestro del proleta- riado cubano. (Maestro, no es la Hgtima lo que te ofrezco en homenajes tampoco estas tineas —que no son literatura sino accién revolucionaria—; lo que te ofrez- co ese juramento solemne de seguirte, de continuar tu obra, de cooperar para que la nueva generacién proletaria a que pertenezco supere a la an- ferior en la lucha por el triunfo de ella misma, _. Nadie conoce tu paradero. zAcaso nos es dado a los revolucionarios es- coger la forma de nuestra muerte? Caemos como soldados donde la bala fenemiga nos encuentre, Secuestrado o vivo?, volverds a la lucha com ma~ entusiasms. z Asesinado? “El revolucionario no tiene més descanso que la tumba” —ya lo dijo Saint-Just hace més de un siglo. Maestro, hermano y compafiero: las obras que tt hiciste son mudos mo- numentos a ta memoria. Cuando nos legue a la clase oprimida la hora de nuestro triunfo lo obtendremos en gran parte por lo que ti iniciaste No tendris avenidas de ciudades burguesas, ni estatuas en los parques pi- blicos, Pero cada proletario sabré que las organizaciones que té fundaste son los mejores monumentos a tu memoria. Salud, luchador! Esas onganizaciones que tt nos dejaste son nuestros batallones rojos, y algtin dia ellos gritardn contra los tiranos de hoy, contra el imperialismo, contra el capitalismo criollo —sus aliados— ellos gritardn: AL asaltol ; A asalto! ; Al asalto! ‘Vosotres, camaradas atin con vida (permitid que no os nombre por si el ot t | Poy rd Ioud of rayo de la tirania no 0s ha sefialado), camaradas perseguidos, candidates a la inmolacién como todos Io estamos en esta lucha, digamos en un solo grit: Adelante! ‘Hay que repetir la consigna: Triunfar o servir de trinchera a los demés. Hasta después de muertos somos iitiles. Nada de nuestra obra se pierde Sus pasos, avances triunfales... La victoria llegar a nuestra clase por ‘neluctable mandato de la historia. Los destertados a Espatia; los que sirvieron de carne de caiién en el ‘matadero humano de Marruecos contra el libertador Abd El-Krim; los desa~ parecidos en los campos, los “suisidados” obligatoriamente, todos vosotros, bravos soldados del Ejército Obrero y Campesino, ; salud! ‘Los que lenaron las cérceles, j salud! (;Oh recuerdo doloroso de miseria! Compafieros de prisién: en esa Cér- cel de La Habana sellamos nuestra unién con el proletatiado revoluciona- io y con todos los antimperialistas que ansfan la liberacién de Cuba de su tirano y del amo del tirano: el imperialismo, Las cérceles'y las. persecu- ciones son universidades de los luchadores. ;Salud a los doctores de la Revolucién!} ‘TIRANO! ti eres un pobre degenerado por los vicios, por la edad y por las riquecas. Te cress un superhombre nietscheano. (Alberto Lamar, uno de Jos lacayos que te adulan puiblicamente en la prensa, mientras en privado no es lo-suficientemente bruto para callar la verdad —-joh, cudnto asco por 1unos mendrugos de pan'— te explicard quién fue Nietzsche, Bsta es la ven- taja de los tiranos: tener seres que les expliquen todo lo que ellos no s3- ben, ;¥ cuidado que necesitan de personas! Pero tienen el poder y el oro y el servilismo de los hambrientos.) EI proletariado es mds inteligenté y comprensivo que ti, ser ignorante, bestial y epiléptico. Supones que-una o veinte muertes resuelven el pro- blema social, el gran problema del siglo. Si ast fuese ya te habrfan hecho To que tus eibirros han hecho a centenares de los nuestros. Si el asesinato fuese 1a panacea, ya se te habria asesinado, Pero no es asl, imbécil de- generado, Repites como papagayo unas frases sobre el fracaso de Ia democracia, 1a necesidad de las dictaduras y otros clichés que un abogado te fabricé para Ja ceremonia cinematografica de tu coronacién como doctor honoris causa Ti no eres dictador, ni tirano, ni gobiemas porque tu voluntad —no es necesario utilizar la frase grosera y popular que ti en privado utilizas— asi lo ha querido, ; Pobre ignorante juguete de las ciegas fuerzas de la historia! Puede ser que el mediocre con mietitis, profesor de Ia Universidad, que ¢s tu cancerbero en Hacienda, sepa de esas cosas. Pregtintale a él. El desenvolvimiento de la historia est determinado por las fuerzas de produccién, por el juego fatal de las fuerzas econémicas. En Cuba el im- Pood ec) fr) tom 9 rialismo ha desarvollado una gran industria y ha ereado, a Ia vez, a su Kepulturero”, al proletariado. ‘Durante la época de la democracia burguesa de Zayas, el proletariado otras fuerzas progresistas adquirieron solide. La demdcracia burguesa Zs algunas veces itil para el proletariado, Aquella situacién no podia se- guir. La riqueza de los grandes imperialistas no estaba segura con la huel- f2 de los centrales, la de los ferrocariles y las agitaciones antimperialstas de estudiantes, ademds de los movimientos més o menos revolucionarios como el de los V. y P. El factor de produccién intervino gritando la necesidad. de proteccién. Bl imperilismo capitaista que habfa invertido mil doscientos millones de dares necesitaba seguridades. Estas seguridades no se las hubiese dado Mendieta, el candidato opositor tuyo dentro del mismo partido. Este Men- dicta era “cubano”, “muy cubano”. Hubiera matado obreros también, pro- bbablemente. Pero nunca hubiera sido un juguete ciego de los imperialists. ‘Mendieta pertenecia a la pequefia clase de los capitalistas criollos, a los hacendados. A esta clase hubiera servido. Esto no convenia a los gringos Entonces surgiste té. Ta, gran accionista del trust eléctrico yanqui de Cuba; ti, que no tenias inteligencia; ti, que eres lo bastante sanguinario para asesinar a todos los que estorban; té, que has garantizado la seguridad de tun banco imperialista, ladrén del pucblo cubano, con lot dineros tuyos y los del tesoro nacional; en fin, que podias servir, sostener y ayndas al i perialismo capitaista de los mil doscientos millones de délares. Todas tus aeciones persiguen ese fin, No se te ha matado, no se te matard en un atentado individual porque no eres nadie; eres un instrumento de una fuerza socal, Pero tu accién esti engendrando una contraria, Los obreros que asesinas y tiranizas, los campesinos que haces desaparecer, los colonos que 2rruinas, los intelectuales ue “silencias”, los “politicos de oficio” que engafas, etcétera, etc6tera; todos os, presionados también por las circunstancias, te hardin una revotucién, No a ti, renacuajo incompleto de una clase nacional que no ha logrado nacer, sino a los que te mandan, a los que sives. Podrés hasta quedar con vida —el pueblo es imbécil muchas veces—, pero no podrés eludir que exista un nuevo agosto de 1906, ni un nuevo febrero del 17. Estas revoluciones tam- bign fueron contra los esclavos del poder imperialista yanqui: Estrada Pal- ma y Mario Garcia, Habré una diferencia, sin embargo. En esta nueva revoluci6n, que podrd ser cuando intentes reelegirte, antes o después, Ia clase obrera, ya algo madura y organizada, hard su Comuna cubana del 71, su primer ensayo de asalto al poder. Ti has unido a los eampesinas arruindndolos, y a los obreros asesindndolos, y a unos y a otros con tu la- cayismo ante los enemigos de Cuba, gran farsante que pediste la abolicién de la Enmienda Platt. Ti eres la mejor Enmienda Platt, la mejor protec- cin para los intereses imperialstas. TW recibirds la cosecha de lo que has sembrado. 93 Lede DD TP ST SD SD gee a a it a f Nada podris hacer. Mil asesinatos més nada resolverdn, “| gemocrdtico-burguesa. N. del A.J, en los paises atrasados y en las colonias ‘mano: los que vas a matar —o los que van a exterminar tu régimen jf — ‘olamente bajo la condicién de que los elementos de los futuros partidos a una accién revolucionaria de masas— te desprecian. Conocen que eres | proletarios, comunistas no sdlo de nombre, se agrupen y se eduquen.en_Ja__ un pigmeo ante la historia, un instrumento ciego, y que tu suerte est4 unida

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