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U1, OBJETIVOS Y ETAPAS DEL PROCESO PSICODIAGNOSTICO El psicodiagnéstico es un estudio profundo de Ia personalidad desde cl punto de vists fundamentalmente clinico. Cuando el objetiva del estudio cs otro forense, ct.) el psicodi ico cs previo y sirve de para lus conclusiones necesarias en esas otras dreas. ~ La concepeién de Ia personalidad utilizada parte de larbase de que isis ha descriplo muy que movilizan defen: primi- livas y owas més evol {como lo han planteado Melanie Freud, respectivamente); que cada individuo tiene una n de personalidad nica c incontundible. algo asf como cal 1: que tiene un nivel y un tipo de inteligen puede poner de manificsto 0 no segén existan interferencias emock nales 0 no; que hay emociones ¢ impulsos mas inlensos 0 mis mesurados quc el sujcto puede controlar adecuada o inadecuadamento, que hay descos, envidia y cclos enlretejidos constantemente con todo el resto de Ia personalidad: quc las pulsiones libidi pugnan por ganar primacia a lo largo de Ia vida; que el sadismo y cl masoquismo estan siempre presentes cn mayor 9 menor medida; que cl indice de nacisismo puede ser demasiado bajo. adecaado 0 demasiado alto y esto incide en el grado de sometimicnto, madurez vomnipotencia que demuestre: que la cualidad depresiva ocsquizoide que predomine como base de Ta personalidad pueden ser razonable © nerementarse hasta (ransformarse en un conflicla que entorpece altera cl desasrollo del sujeto: que Jas defensas que ha instrumentado tun sujeto a lo largo de la vida pucden ser beneficiosas o no segdn su a contexto, sin que To sean en si mismas: que sobre la estructura de base de predominio esquizoide o depresivo se instauran olras estructuras defensivas de tipo obsesivo, f6bico 0 histéric: horeditarios y constitucionales desompetian un pape! muy importa te, por lo que no es recomendable trabajar oxclusivamente co historia del sujeto y el actor descncadenante de Ia consulta. estar abiertos a la posibilidad de incluir otros estudios complemen tarios (médico-clinicas, neurol6gicos, endocrinol6gicos, testers). Esto significa tener en cuenta la hipstesis de las series complemer tarias de Freud. Adomds, a Ia luz de las ditimas investigaciones, el contexto sociocultural y familiar debe ocupar un lugar importante cn cl estudio de la personalidad de un individuo, ya que es de alli de donde Provienc. Por to tanto, el estudio de la personalidad es, en realidad, lestudio de tres generaciones al menos, quo se han desarrollado en tun doterminado contexto étnico-soeio-cultural. Hasta hace poco tiempo este enfoque se utilizaba casi exclusiva- mente,para el estudio de las psicosis. Actualmente se utiliza para ol esludio de todas tas patologias. ya gue de lo contrario estari haciendo un recorte artificial de la historia del individuo. Es muy importante toner bien en claro cul es.cl objetivo dct psicodiagnéstico que estamos por realizar. Cuando et consaltante tlega diciondo: "Me mandaron...” “Dice mi novia que me va a hacer bien..." “Es por euriosidad a ver qué sale. sabomos en primer lugar que lo dicho no es ciorto ya quenadic acude exclusivamente por esas sazones. En algin rincdn de sf mismo él desca hacer la consulta. En segundo lugar, Ia motivacién cs muy inconsciente y no la advierte, por eso el plintco suena a muy superticia De manera que, antes de comencar la {area, el psicdlogo debe Inrar con el consultante cul es cl motivo manifiesto.y mas consciente del estudio a intuir cud! seria el motivo latente! ¢ incons- icnte del mismo, Es importante detenorsc en esto todo. tiempo que sea necesario y no comenzae 1a tarca si el consuliantc insiste en que lo hace por mera curiosidad, ya que esto incidird negativamente en el momento de la devolucién de informacién. 'Motivo manifesto Itcate de consulta es una 8. L. de Ocampo, Mari E, Garcia Arienn, E. i Veamos ahora algo sobre las e/apas del proceso psicodingnéstico.* El primer paso ticne lugar desde que se produce el pedido del ‘consuitante hasta el encuentro personal con el profesional El segundo paso consiste cn lao las primeras entrevistas en las que se trata de esclarecer cl motivo latente y el manifiesto de la consulta, Jas ansiedades y defensas que muestra la persona que consulta (y sus padres 0 el resto de la familia), ta fantasfa de enfermedad, curacién y andlisis que cada uno trac* y la construccién de la individuo y la familia cn cuestién, Ya se ha descchado completamente el estilo de interrogatorio exhaustivo y tedioso. tanto para el profesional como para los consultantes y, como veremds en cf desarrollo detallada de este paso més adelante, nos guiamos ms por lo que va surgiendo segdn eb motivo central de la consulta, El tercer momento cs cl que dedicamos a reflexionar sobre el material antes recogido y sobre nuestras hipdtesis presumtivas para planificar fos pasos a seguir y los instrumentos diagnésticos utilizar: hora de juego individual con niftos y paiberes, entrevislas familiares diagnésticas, tests grdficos, verbales, Iidicros. eteétera, En algunos casos cs imprescindible incluir entrevistas vinculares ‘con {os miembros més implicados en la patologia del grupo familiar. El cuarto momento consiste en ka rcalizacién de diagnéstica planificada. Muchas veces pucde hacerse de aeverda con Jo planeado. Otras, en cambio, hay que introducir modificaciones sobre Ia marcha. Por eso insistimos en que no puede haber un modelo igido de psicodiagnéstico que se pucda utilizar on todos los casos y la experiencia clinica y ot nivel de andlisis personal del profesional ¢s lo que mejor Ie oricnta en cada caso, Bl quinto momento cs et dedicado al estudio de todo cl material recogido para obtener un cuadro lo mds claro posible acerca del caso *Reormutacinyaetualizaciéa de lo planteado es: Ocampo, Garcia Arzeno,Gretsan0, ¥ coh, ob ct, cap. 3Fantaata do enfermedad y curaci6n or un rmino introducide por A. Aberastury en Teorta y téenica del psiccandlisis de nisas, Buenos Aires, Paidés, y “Contests de sndlisis®, por M. Baranger en "Fantasfa de enfermedad y desarrollo cl insight en et andlisis de un alae”, Revista Uruguaya de pricoandlisie,§. lx 2, 1986 chcuestidn, Es un trabajo arduo que a menudo clespierta resistencias, aun cn profesionales bien Tormados y que trabajan con seriedad. Hay que busear reeurrencias ¥ convergencias dentro del material, hallar cl significado de puntos oscuros 0 producciones cstral correlacionar Ios distintos insirumentos utilizadox entre sf y con I: historia del sujeto y la familia, $i se han administrado tests hay que tabularios correctamentc ¢ interpretar estos resultados para integrar- Jos at resto de} material No se trata de un trabajo meesinico de arma iunque silguna semejanza tenga con esa busqueda semejante a Ia det antrapdtogo y el arquedlogo (como muy bien comparé Freud ta tarca del psicoanalista) o la de un intérprete de un idioma que cl individu o 1a fami 8 traduccién ayuda a develar un mistorio y reconstruir una parte de | historia que desconocen fiemte, y que es cuando seh gestado Ia patolo} Lo més dificil cn este momento del estudio cs comprender et sentido de la presencia de algunas incongrucncias o contradicciones y accplirlas como tales, es decir, renunciar a la omnipotencia de poder entender todo. Justamenic la presencia de elementos ininicli- gibles nos alleria acerca de algo que sc cntenderé mucho més adclan- fe, en cl eurso del tratamiento. cuando fa comunicacién entre el sis- lema consciente y cl inconsciente se haya tornado mis porosit y cl Sujeto csté, entonces. en mejores condiciones para tolerar los conte~ nidos que emerjan. Estos elementos no dcberin ser desechados, por el contrario deberin ser consignados en cl informe yuc caviemos a quicn solicité ef estudio para poncrlo sobre aviso. En cambio pucde: see impudente incluirlos en la devolucién at sujeto porque puc- de angustiar mucho y provocar una crisis, un alaque al psicétogo 0 tuna desercisn. al sexto momento del proceso psicodiagnéstico: 1a entrevista de devolucién de intormacién, Puede ser una sola o vari Generalmente se hace por scparado: por un lado con et individuo quien se ha traido como principal protagonista de Ia consulta y. por otro, con los padres o cl resto de la Familia. Si la consulta comenz6 como familiar. la devoluci6a de nuestras conelusiones se hard tam- a toda la familia, sta dltima entrevista est impregnada por Ia de su familia y. por qué no, muchas veces. por especialmente en los casos mas complejos. Asf Hegam nsicdad del sujeto, nuestra también, En primera instancia cae destacar que se mantiene vigente todo Jo que expusimos al respect Ocampo, Garcia Arzeno, Grassano y coliboradores en cl libro ya citado. oro deseo hacer algunos agrcgados y primer térming desco-enfatizar que ct psicdlogo no debe a fein del que “sabe frente a fos que “no saben” En primeca instancia porque no e3 ast, En segunds, porque esa posicivn entrafia mucha omnipotcncia y da lugar a reacciones que torpecen Ia labor, Es insostenible afiemar que ch unas cuantas hemos agotado el conacim oy, menos areja 0 una familia, Pero si que hemos logrado develar on la mayor certeza posible, aquello que provoci el sintoma que origina Ia consul. ‘Algunas veces el mismo fnlividuo o sus padres pueden adoplar ct rol del que progunta y espora que todas sus duds el profesional tuviera Ia “bola de erista¥ ios roles respectivos. espe Jbeayar algunos puntos, En El profesional ndo la reaccién que produce en é1 0 los ct utilizada debe dar lugar a ta emergencia de ai {como evitamos ef Ledioso interrogatorio en |. fambién evitaremos abiora transforma k sonclusiones en un discurso que no da espa para incluir sus reacciones: por el contrario, 1 ‘gram ulilidad pat ‘ono nuestras conclusiones diagndsticas. El sujeto o sus padres pueden haber callado algo que emerge en ct material registrado y osesta entrevista para pregunta: tun pariente fallecido, una operacisn seria de uno de los integrantes. tuna mudanza que sucedié en un momento clave una erisis depresiva de algiin pariente significative, un aborto, eteét sta informacién puede hacer cambiar radica barajadas por el profesional y su presen into aumenta cl grado de sinceramiento del consultante, ‘Ademis. cn ciertos casos espeetficos, especialmente en una fami- ‘con niflos. conforme a lo que hayamos advertido en Ia 0 irevisias familiares dingndsticas, puede ser adecuado reali entrevista de devolucidn con una técni Fa que alterne con la verbal, en especial ewando adver s¢ manejan con eddigos de ace Al respeeto recuerdo ta ulilidad que mant printers’ ssmision de terlocutor inde eo) nterprotacién lidicra” planteado por Emilio Rodrigué en su valioso libro £1 contexta del proceso psicoanalitice. Con algunas modifica ciones el capitulo “La interpretacién Iidicta: una actitud hacia el juego” es el que me brindé medios para proceder a transmitir Conelusiones no s6lo a nivel verbal sino dramatizéndolas para que scan.mejor incorporadas por los interesados, En cl capitulo dedicado a este paso del proceso psicodiagnéstico se darn mis detalles, Finalmente, et séptimo paso del proceso consiste en la confeccién dol informe psicotégico.sies que se nos lo ha solicitado, y para ello Fomito al lector al capitulo correspondiente, III, EL ENCUADRE EN EL PROCESO PSICODIAGNOSTICO ’ ‘Como en toda tarca clinica, y el psicodingnéstico to es, es necesario partir de un encuadro. El encuadre puede ser mas estricto, mas amplio, mas permeable 0 ‘mas pldstico, sogsin las distintas modalidadcs del trabajo individual ‘0 sogiin las normas de la institucién on ta que se trabaje. Varia segin el enfoque te6rico que procominantemente sirva al profesional de ‘marco referencial, segin su formacién (susanteceder tes gencaldgicos, decia Heinrich Racker), su modatidad personal y también segiin las caracteristicas del consultantc. Algunos afirman ‘que trabajan sin encuadre. Esta afirmaci centraia una falacia, porque esa posicién de no-encuadre os cn sf ‘misma una forma de encuadre, en todo caso del tipo de laissez-faire. Cada profesional incorpora una modalidad de trabajo que 1o racteriza, mas allé de tas variantcs que introduzca cn cada caso, La calidad y el grado de la patologia del consultante nos ob! ‘adaptar el encuadre a ello. No es fo mismo trabajar con un pa neur6tico que con un psicdtico o un psicépata grave. Cada caso implica distintos grados de plasticidad. Una persona absolulamente dependiente querré que le aclaremos a cada paso lo que debe 0 no debo hacer, micntras que otros sentirén nucsiras intervenciones como interferencias desagradables. A un psicépata hay que ponerle limites constantemente. El psicético nos exige una concentracién total, hay'que limitarlo, pero también cuidarlo, protegerto... y pro- togernos. La edad del consultante también influye en el encuadre clegido. Con un nifio pequefio nos sentarcmos a jugar con él en cl piso si nos Io solicita; no asi con un adulto, Con adolescentes sabemos que 27 to a su asistencia, su punt icheremos ser mAs tolerantes en cus dad y sus resistenciasa realizar ciertos tests si““wo les gustan”. Quizat primero quiere terminar deescucharunacancién con su grabador. Lat jue él diga que quiere empezar. Quizd lo mismo 10 0 con un adulto psicdtic jar sin un encuadre, pero no faviamos eon un Ten conelusin es imposible (ra existe rf encuaure. Si se os interroga acerea del encuadre que wtiizamos. muchas veees sucederd que la reflexion viens. posteriori de ha prietica Unie Primero procedemos y despues ffixionanos acre del cdmo y por qué t i fF con itbso~ fora neneton flotante y liberid y después de que la sesi6n. hu terminado tomar motes y pensar aceren de-lo sucedido. En el puicodiagndsticg esto vale sabre odd par a entrevista inital En Eigulentes ya hay que proceder Je‘otra maera para lograr nuestro atjetivo, Sea con un adotescente, n adulto 0 los padres de un niflo, ta primera entrevista nos da orca del encuade a elegir. Su Eomportamiento, su discurs, sus reacciones. son indicadores ne nosayudana deeidimnos por un encuad ms etre too mas peemisiva, El encuadre incluye no solamente Ia modal de trabajo sino en et objetivo del mist, ay veves que os veremoa. el lugar. Tor norarios. Tos honorarios y. por sobre todo ef ol que Te compete aVeada uno. rol del psicdlogo woes del que sabe micntrael del co eset del 2. Ambossaben algo y ambos desconocen m Sosas que irin descubriendo juntos. Lo ue ma roles es quel psiediogo dispone de conocimientoseinsirumentos de rudaratotroa descfrar sus problemas. encontrar una suv conflictos y para recomecndarle la para resolverlos, ilguten por primera respuesta ohtenida me dl fu ef caso, i k reneupado, porgue exioy muy nervioso, no pucdo concent en el trabajo y no 56 por que me pasa est0" no espiert en nosotros lo mismo que si responde. "No sé mmandd el médico porque eng dleera y dice que ex psicol6gico”. Le proguniarfamos. Pero, usted zque picnsa? ;Le parece quce! médica Tione razon?” Su respuesta puede scr affemativa. To cust abre u ante cualquier tipo de trabajo. Si el médica nos ha remitido a sit y espera de nosotros un informe psicdl6gico deberemos explicarle (que, aunque no crea, haremos algunos tests para poder respor su médico conforme a lo que él espera de nosotros, De no ser asi cs muy dificil realizar el psicos fe plantcarle que lo postergaremos hasta que él sien! necesidad de hacerlo. hasta que esté mis convencido de queel médica \e razén, De lo contrario, aunque ponga bucna voluntad en ar lo que le pidamos, las conclusiones que obtengamos carcce- real in tolalmente de valor para él y Ia entrevista de devolucién podria Hegar a transformarse en una especie de desatie en el que nosotros queremos convencerio de algo que él so resiste a aco Sobre el tema det encuadre cabe recordar a un distinguido prestigioso ino, José Bleger. quien cn suarticulo {itulado “Et psicoanilisis del encuadre psicoanalitico™. publicado en Ja Revista Argentina de Psicoanélisis, nos dice que hay cierios aypectos del encuadre que permanecen “mudos™ hasta que algun i cia nos obliga a romperlo y aparecen con ¢ unos que el terapeuta ha sido puntual hasta que 10 Lo obliga Hogar veinto minutos tarde. El pa esperando Furioso, casi lo insulta y Ie grita “porque usted debe es acd cuando yo Hlego”. Deno haber surgido esarupiura” del encuadre esta reaccidn habria quedado siempre encubierta por la seried comportamicnto det terapeuta Tanto Bleger como Donald Meltzer, en su obra El procesa psicoanalitica (Paidés). coine el consultante aportan st encos mas maduro, Si el contrato bién) se hace sobre la base de lo ados serdn negativos y profesional puede llevarlo a aceptarun enevadre que fijan fos padres. como pueden ser horarios exdticos, o menos veees por semana de [0 able. a cambio de poder percibir suculentos honorarios. Los smo puede ocurrir entre el nit o cl adolescente y el profes sde trabajo que aquellos imponen cpr ene. Supongamos que el nifio propone jugar a quién eseribe mis do la mayor Cantidad de palabras que comienzan con detern dalla. Es obvio Salvo en casos en que sea terapéutico hacer ispecio mis infantil y otro ico (y el del psicodi resul cl desafio es ponerse a Ia altura del nino omnipotente que puede vencer en todo al adulto. En La entrevista psicolégica (publicacién interna de la Faculiad {de Filosofia y Letras de la Universidad de Buonos Aires), dice Bleger: Para obtener compo particular dea entrevista que hemos reschado Szhemoscontar con un enchadrefijo que consist en tou transfor tidn de cero conjunto de variables en constanter, Dentro exto neuare se incuyen no slo la atindtcemeny st rol del etrevis- Tador tal coma lohemos reseRado sino tambigs lovobjetivos cl lgar Yc iompo dela enirevins, El encuadre functors como una especie de etandrracin de wtocion etm gue after a ee vistado con ella pretendomox que deje de alusr como extinulo para él sino que dsj de oxilr como variable para sl entrevista. Sictencuasrese modifi (por ejemplo porqusinentrovina sereal nun loger diferente) esta modificaclgn tiene que ror considerada S variable sujta 1a abservacion tanto como fo ex el smo cnirevistade, Cadaentevit iene un contexto stinido(conjunto de onstanes y variables) on funcin del eual se Jan los emergentes ido y signifcncion em rlacion ye Funeiin Je dicho contexto. El campo deta cotrevitatnpoeo es ij, Fino dindinico, queriendo sigeficar con ello el hecho Jo que ext tujeto aun permanente cambio le obrervacign se dabe extender del impo especitico exisente en cao momento a In coniiouldsd y Jo de estos cambios... Cada stuacion humana ex siempre org nay nies, y. por lo ania, la entrevista también lo ex pro exo 80 Slo rige ‘en los fenémenos humanos sino también en los fonémenos do is saiuraleza, cost quo ya sabla Herilit. Esta orgivalidad de ada sucoso no impide el exablecimiento de constantes generals. cs dscin de lar condiciones que so ropten con mar frecuencia. Lo dust "no exchye fo general nf 1a posbiid de inrouueir I 2 We forma de observer bien cs Ta de ie formulandohipesis micntros so observa y en cl curso de I cary rectifier las hipStesis durante su transcurea imismo en foncion dels observacioneswubrigulents que aru verre tnriqucsen con las hip6tcss previ. Observar. pensar e imaginat on tlalmente y forian parte de ua s0i0 y Unico proceso Since, Como vemos, Bleger enfatiza Ia importancia dei encuadre para mantener ef campo de la entrevista de manera tal que una seric de variables (las que dependen del entrevistador) se mantengan cons- antes. Esto 1o ayuda a observar mejor. F Meltzer, de formacién netamente klciniana, enfatiz6 ta importan- 30 cia del respoto al encuadre, pero su idea de encuadee inclufa und actitud del (erapevia como la de una pantalla de proyeccign (concepto de Paula Heimann) 0 un espejo mudo, lo cual lievé a exageraciones ridfeulas y actualmente perimidas. Segin Bloger, el eneuadre vendria a scr el fondo y cl proceso analftico (nosotros dirfamos el proceso psicodiagnéstico), ta figura delo que englobando ambos conceptos (encuadre y proceso) configu- rarfan lasituaciGn analitica, El encuadre seria lo constante, fo que no es proceso, El proceso serfa lo variable: lo quo cambia. Estos 10 que nos da Ia pauta de cOmo se va desarroliando cl proceso tcrapéut En el caso de un psicodiagnéstico podcmos utilizar estos conceptos. La situacién no es la analftica. Pero de la misma manera neccsitamos observar al sujeto para diagnosticarlo correctamente. Debemos ase- gurarnos de que 1o que surja sea material del paciente (variables wroducidas por él) y no nuestro. Como hemos sefiaiado, Bleger y Meltzer coinciden cn afirmar que terapeuta y paciente aportan cada uno un aspccto infantil y otro mas maduro. El encuadre, punto de arranque de imporiancia decisiva para el proceso psicodiagnéstico, tanto como para el terapéutico, se ‘complica aun mds cuando consideramos que cada uno de los padres y do sus hijos aportan igualmenteambos aspectos. Poreso advertimos acerca dol peligro de aue sc establezcan situaciones ea las que se ponen en juego las partes infantiles (primitivas y omnipotentes) de ‘cada uno, inclusive las del propio profesional. ‘Veamos un ojemplo. Una sefiora me pidié una hora para consultar por una niffa de scis afios. Mc llam6 la atcncién que me tuteara desde cl principio. Actualmente esto ya es muy frecuente pero quince aos airés, no. Yo me mantuve traténdola de usted y te dije que debfa concurrir con sa esposo a la primera entrevista. Se negé terminantc- mente porque é1 viajaba constantemente y no se acupaba de Ia nifia. ‘Agrogd que él “no eree on estas cosas”, y que la deja decidir a ella. Esta sefiora se ubic6 en el rol de “duciia de casa” y me adjudicé algo ‘asf como el rol de una macstrita para {a nena que tenfa problemas en el colegio. Su manera auloritaria de disponer lo contrario de lo que taba ya-me daba la pauta de problemas agregados a los ue olla invocaba, Le expliqué, siempre por teléfono, que me intere- saba escuchar Ia opinién del padre y que todo lo que se resolviera lambién debia ser responsabilidad del padre y no solariente de 1a madre. De todas mancras a la hora que le di asistid ella sola y traté constantemente de establecer una alianza conmigo en conira del ‘matrido,a quien, al mismo tiempo, utilizaha disponiendo por élen sus 31 “dvcisiones y en su economia, Esto podia ser producto del despecho de ser una esposa abandonada, pero de hecho me impaniaa mi excluir al murido, ‘Ademds me aclaré que la nia era hija adopt ni debia saberlo nunca, Esto marcé dificul ‘abajar, ya que no sélo cxctufa al marido sino t hija, Dada mi insistencia. cl esposo asistié a ta seg pudimos trabajar sobre la relacién de los problemas. de aprendizaje con los desentendimientos de la pareja y el ocultamicato de la verdad acerca de su origen. El exposo era evasivo y res enefecto. pero no tanto como ella lo pintaba desde su fencor de esposa y madre frustrada. Yo insisti en la necesidad de decir la verdad a la nit acerea de lt adopeién y no acepté verla hasta gue ellos decidicran encarar fa situacién sin mis mentiras. No volvi a saber de ellos. En otfo caso similar el resultado fue positivo, pues ta consulta quedé centrada en Ia necesidad de cllos de una ayuda externa para encarar el dificil momento de decir.la verdad. Hacia el final de la primera entrevista explicamos al sujeto (oa sus, res) que dchers hacer algunos dibujos. inventar algunas historias, conversar sobre los resultados. n dehemos advertirlo stoncia si ee dieo que ‘uando estan todos juntos. stica y Jas entrevistas familiares pa ele. y que luego nos reuniremos pat Si esti prevista una entrevista con tiempo. En genorul, descamos conocer como Durante la hora de juego diagn di mismo sucede producci6n espon algiin interro} € inclusive algin examen de limites. Nuestro rol es mucho mas activo en ta entrevist Jo que se espera de nosotros es justamente que demos una opinién icerea de lo que sucede. En cuamio a la recomendacién de ta (egia terapéutica mas adceuada. la debe formular el profesional desde Ia autoridad que Ie confiere su rol y debidamente Fundamenta- da, Cuando al sujeto fe resulta muy diffeil asimilar toda ia infor cidn que dcbemos transmitirle es aconsejable destinar una o do: \gndsticas, nuestro rol ser’ ef de un observador no participante, Lo administrar I $ tests, Sélo después de recoger Ia dol sujeta deheremas intervenir mi Es muy dificil definir et rol de psiGélogo en el momento de ta devolucién de informacién. Con algunos adultos o adolescentes i6n y plisticidad, mientras que con dristicos. Recuerdo un caso muy serio de una jovencita de eatarce aos que ten su haber un aborto y dos fugas del hogar con sus novios. ver que yo intentaba mostrar la gravedad de estos hecho especialmente ta doptar un rol mas errado y devinido. Esa sehioracra ung importante ejecutiva y no solté su portafatio durante toda la entrevista. como si ido esa W6niea segut es y le dije: “Setora, usted sabe mis que yo de dirigir empresas pero yo sé mas que usted de lo que es unadolescente y Ie pucdo axcgurar que lo de su hija no son cosas habituales ni intrascendentes. Pero cs su hija y no la mia, De manera que usted puede crecrme 6 no. Haga de cuentas que yo le hice un a sangre y Ie digo que tiene anemia y usted me responde que es habitual gn la adolescencin,zqué le parece? ;quign de las dos eta mais cerca Gtica profesional nos Hegado el caso. hay que apelar a interver icas. es impresein- dible hacerlo, por los padres. s veees el proceso psicodi aceptucién de nucsiras es necesitan tiempo para pensar. pars Jo que les hemos dicho, Mue! voces nosotros también necesitumos exe tiempo para Talificar 0 reclificar nucstr es nece- sario modificar cl de ieio para conctuir el praceso con mayor Me he referido has dedicar un breve es Cada ins icular. Quicro atfora nbito institucional Tas pautas dentro de las euiiles logo. Par ejemplo ta cantidad de tiompo dedicado a cada eutrevistado, ef tipo de diagnésticn que se desea obtener. el modo de de Wo y archivado e] 10 de infor Pero ch a de los psicétogos. Ellos son los que deeidirdin do cl modus operandi. De to conirario se pueden dar iropénicas y hasta legalmenie objetables. Reouerdo por ejemplo el easo de un grupo dv psicélogos yue me pidi6 una supervision, En ese caso el Cuestionario Desiderative a resultaba imprescindible para redondear el diagnéstico, pero los psicdlogos me contestaron que en esa institucién no se tomaba csc test: asf lo habfa dispuesto el Jefe del Servicio, médico psiquiatra. En ‘otra oportunidad me enteré de que en otro Servicio de Psicopatologia estaba prohibido tomar tests “porque eso ya pasé de moda y se pierde tiempo”. Como puode pretenderse que el profesional 9 y realice una psicoterapia si al mismo tiempo no se { libertad de utilizar las herramientas cientificas que necesit (al fin Los j6venes psicdlogos, dvidos de experiencia clinica no advierten esas trampas y cacn victimas de clias cuando deben recurrir a ta supervisién para satisfacer Ins demandas de ta institucién. riesgue un diagnds da la para IV. EL PRIMER CONTACTO EN LA CONSULTA, ‘Aunque hablemos de que cl proceso psicodiagnéstico consta de una serie de pasos (y estos de hecho se realizan), nunca se puede afirmar que uno va primero y otro va después de una manera mecénica, fija ¢ inamovible. Todo depende de muchas razones. Ya me he referido brevemente a estos distintos pasos. El primero consiste en la primera toma de contacto. Esto significa {que en esta primera etapa habremos recibido cl llamado del pacionte, cl pedido de un profesiovial para realizar el estudio de un determi- ‘nado paciente, Si es el terapeuta que se va a hacer cargo del trata- micnto el que nos solicita el estudio, nucstro rol va a estar casi ex- clusivamente-centrado en administrar los tests pertinentes. En csios casos es necesario tomar recaudos para no influir demasiado en Ia relacién transferencial que el paciente ya hubiera establecide con su tcrapeuta. En una consulta de esta naturaleza trataremos de reducir {a entrevista inicial al ménimo posible. En algunos casos, preficro trabajar practicamente a ciegas con los datos minimos de identidad del grupo familiar, motivo de consulta y, muy espectticamentc, cl motivo por el cual el terapeuta ha solicitado el estudio. Seria pre- ferible que la devolucidn (que.es uno de los pasos finales del proceso) lalevaraa cabo el propio terapeuta en 1a medida y en el momento que considere adecuados, y solamente podria hacerlo el profesional que ha hecho el psicadingndstico si aqué! lo considera miis conve- ate, explicitando ta razén. El informe que enviemos a ese profe- sional cobra especial relevancia porque alli debe estar contenida toda 4a informacién que necesita. Deemos entonces hacerlo con especial dedicacin para poder cumplir con fa finalidad para lacualel estudio se ha realizado. 35 O

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