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LA MUSICA ESPAÑOLA

BARROCO Y CLASICISMO
HISTORIA DE LA MUSICA ESPAÑOLA: BARROCO Y

CLASICISMO.

Siglo XVII

La música evoluciona hacia la policoralidad: composiciones para varios coros -

excepcionalmente, hasta dieciséis voces-. Destaca una voz de solista con melodías

que rompen la unidad renacentista. También se desarrolla el bajo continuo, que ya

no será una voz más, sin abandonar la polifonía tradicional. La música de órgano

mejora con nuevas técnicas de

construcción. En el primero destaca

Francisco Correa de Arauxo.

Aunque se ha perdido mucha música de

esta época, consideramos que muestra

un carácter genuinamente español.

En la vertiente religiosa destaca

Sebastián de Vivanco (?-1622), autor

de motetes, López de Velasco (1584-

1659), Juan del Vado (fl.1634) o Juan

García de Salazar (?-1710). Los géneros fundamentales son los Villancicos, los

Misereres y las Lamentaciones de Semana Santa.

El tiento, acaso heredado de los vihuelistas, nace como combinación de acordes y

melodías rápidas, para terminar significando ensayo o estudio.

También la música profana tiende al solo con acompañamiento instrumental. Otra

modalidad, la música escénica, se entrevera con el teatro español, entre cuyos

actos se ofrecían obras musicales. Más vinculadas a la corte que al pueblo nacen las

óperas y zarzuelas.
Se edita una obra de 1596: la Guitarra de cinco órdenes de Juan Carlos Amat

(1572-1642), que ofrece el estilo de arpegio rasgueado. Lo sigue Nicolás Doizi de

Velasco en su Nuevo modo de cifra para tañer la guitarra... (1640). Este

instrumento de cinco cuerdas desplaza al laúd y a la vihuela, cuando aparece la

Instrucción de música sobre la guitarra española... (1674) del turolense Gaspar

Sanz (1640-1710). La continúan Ruiz de Ribaraz (1677) y Francisco Guerau (1684).

Se edita una obra de 1596: la Guitarra de cinco órdenes de Juan Carlos Amat

(1572-1642), que ofrece el estilo de arpegio rasgueado. Lo sigue Nicolás Doizi de

Velasco en su Nuevo modo de cifra para tañer la guitarra... (1640). Este

instrumento de cinco cuerdas desplaza al laúd y a la vihuela, cuando aparece la

Instrucción de música sobre la guitarra española... (1674) del turolense Gaspar

Sanz (1640-1710). La continúan Ruiz de Ribaraz (1677) y Francisco Guerau (1684).

Siglo XVIII

La presencia de los Borbones en

España condicionó nuestra música.

Introdujo la homofonía, con disonancias

aprendidas de la música italiana, en

lugar del antiguo contrapunto. Plantea

el papel de la nota Si en la octava y

otros problemas.

Feijoo participa en polémicas entre músicos antiguos y modernos. Además, se

crea una imprenta musical. Antonio Eximeno o Esteban de Arteaga, jesuitas

expulsados, serán historiadores de la música española.

Las novedades produjeron un estancamiento de la música religiosa. En ésta

destaca Sebastián Durón (1660-1716), que discute sobre disonancias y reglas de

composición. Simpatiza con las innovaciones italianas y escribe música teatral.

Le suceden en la Real Capilla José de Torres Martínez Bravo, Antonio Literes


(1673-1747), José de Nebra (1702-1768) e hijos. Gran músico fue Antonio

Rodríguez de Hita (1724-1787), teórico e historiador, en cuyas zarzuelas colabora

Ramón de la Cruz. En Cataluña componen Pedro Rabassa (1694-1760) o José Pons.

La música profana desarrolla con violín, viola, violonchelo y contrabajo -y, a

menudo, tecla-, la música de cámara para reyes y nobles. Entre los instrumentistas

brilló el guitarrista Santiago de Murcia, maestro de la Reina. El padre Basilio -

Miguel García- sorprendió a Boccherini por su virtuosismo, así como Fernando

Fernandiere.

Entre los extranjeros en España destaca el napolitano Domenico Scarlatti (1685-

1757), maestro de clave y autor de sonatas. Discípulos suyos fueron Sebastián de

Albero (1722-1756) y el padre Antonio Soler (Olot, 1729-1783), afincado en El

Escorial y autor de Sonatas y Quintetos de cuerda y tecla, marcados por el

violonchelista de la Capilla Real Luigi Boccherini (1743-1805).

En violín destaca José de Herrando (1680-1762), amigo de Torres Villarroel y

autor de un tratado teórico.

Muchos nobles ampararon a músicos: Tomás de Iriarte en su poema La Música

(1780) los recuerda. Otras instituciones fomentan la música y la danza; se habilitan

teatros, como el de los Caños del Peral para conciertos espirituales desde 1787. La

presencia en 1737 de Farinelli (1705-1782) -Carlos Broschi- cambia la perspectiva

musical hasta su partida en 1759. Sus óperas, con libreto de Metastasio, suponen

el triunfo de lo italiano. Modalidades de teatro escénico serán la tonadilla escénica,

opereta en una escena o el melólogo, declamación con espacios musicales.

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