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Didctica de las Matemticas para la ciencia, ciencia de un objeto de estudio que es real, se
lleva un proceso de investigacin preciso. El contraste se vuelve todava ms vivo cuando
fijamos nuestra atencin en el sistema educativo. Porque, debemos reconocerlo, ste sigue
siendo territorio favorito de todos los voluntarismos, para los que constituye, tal vez, el
ltimo refugio. Hoy ms que ayer, ese sistema debe soportar el peso de las expectativas, los
fantasmas, las exigencias de toda una sociedad para la que la educacin es la ltima reserva
de sueos a la que desearamos poder exigirle todo.
El sistema educativo-, dado que es una obra humana conscientemente ordenada hacia un fin
reconocido, no sera ms que el fruto de nuestras voluntades y de nuestros caprichos. De
nuestras voluntades, ciertamente, a veces insostenibles; de nuestros caprichos, con
frecuencia egostas, que deberamos reencaminar. Deberamos trabajar precisamente para
eso. Todo el misterio de esa mecnica que habramos creado se agotara en una tensin de
voluntades -buenas y malas- y se trabajara mediante un juego de fuerzas reducido a
semejante maniquesmo (doctrina religiosa cree en la existencia del bien y del mal).
para el docente las cosas ocurren de otro modo,su funcionamiento -sin hablar siquiera
todava de su buenfuncionamiento- supone que la materia (enseante, alumnos, saber)
que vendr a ocupar cada uno de los lugares, satisfaga ciertos requisitosdidcticos
especficos. Para que la enseanza de un determinado elemento de saber sea meramente
posible, ese elemento deber haber sufrido ciertas deformaciones, que lo harn apto para
ser enseado. El saber enseado debe aparecer conforme al saber aensear. O mejor, la
cuestin de su adecuacin, nodebeserformulada.