HISTORIADOR GRÁFICO DE QUILMES
Desde muy joven ingresó al mundo de la fotografía con una má- ver fotografiado el tranvía tirado por dos caballos, su estructu-
EL HOMBRE
Alcibíades Rodríguez, el mas
grande exponente gráfico de
nuestra ciudad, nació el 8 de Abril
de 1912 en el capitalino barrio de
Palermo, hijo de asturianos, vivió
luego durante unos años en Ez-
peleta, desde donde se trasladó
con sus padres a la localidad de
Bragado en el interior de nuestra
provincia de Buenos Aires, casi
cuatro años después, volverían
a la localidad de Don Bosco,
instalándose definitivamente en
Quilmes por el año 1930.
ALCIBÍADES
RODRIGUEZ
44 | JORGE CALVO
SU HISTORIA
quina que comprara su padre Jorge. Al respecto recuerda que
¨era la época en que Kodak divulgó la fotografía masivamente
por todo el mundo. En nuestra ciudad don Eleodoro Moyano,
fundador de la Farmacia Quilmes, empezó a promocionar la cá-
mara que era del tipo de los famosos cajoncitos , muy rudimen-
tarios y elementales, que venían acompañados de un manual
de instrucciones, mi viejo, curioso -remarcó-, compró una y allí
nació mi gran vocación por la fotografía.
Alcibíades se define como un autodidacta, luego de dar los pri-
meros pasos con el tratado de Kodak, se fue haciendo sólo, en
1924 realizó sus primeras tomas fotográficas y en 1926 constru-
yó su primer laboratorio en Bragado. Con orgullo explica que se
hizo un rinconcito en el almacén de ramos generales donde tra-
bajaba, ¨fabriqué una ampliadora con una cámara de 10 x 15 cm.
y luego hice otra con una de 6,5 x 11¨.
Es por el año 1930 que se afincó definitivamente en Quilmes,
por ese entonces contaba con 18 años y siempre andaba con
una cámara Speed Grafic (1), muy usada por los reporteros grá-
ficos de ese momento, la particularidad de las mismas era que
cargaban doce placas, ¨una barbaridad para aquella época¨.
Trabajó desde 1932 como reportero gráfico para el diario local El
Sol plasmando las vivencias de la comunidad de Quilmes en sus
fotos, siempre colaboró con los distintos medios locales o de
capital, pero de forma circunstancial. ¨Nunca dependí de estos
directamente, sino que siempre me manejé en forma individual,
desde joven no tuve otro medio de vida que la fotografía, que
me permitió ganármela con honradez y alegría, porque es lo que
realmente me gusta hacer¨.
No eran muchos los profesionales instalados en nuestra ciu-
dad en la década mencionada y recuerda con especial énfasis
a Santiago de la Fuente (2), a quien lo unía una gran amistad y
visitaba periódicamente en su laboratorio de la calle Paz 204 de
Quilmes. ¨En esos tiempos andábamos con el aparato de mag-
nesio, -explica Alcibíades- hacia unas explosiones bárbaras y
fallaba con frecuencia, implicaba ciertos riesgos y los accidentes
eran frecuentes¨ (3).
Corría el año 1939 cuando contrajo enlace con Josefina Lizza, su
compañera de toda la vida y con la cual tuvo dos hijos, Jorge y
Manuel.
Le merece un recuerdo especial una máquina que perdió en las
inundaciones del ´40, era una Miraflex, recuerda que iban con
un cronista del diario local a realizar una nota, cuando resbaló,
cayó al piso y la máquina fue arrastrada por la corriente.
Estar con Alcibíades implica retrotraerse al pasado a través de
(1) LA SPEED GRAFIC POR LA DÉCADA DEL 30 ERA COMERCIALIZADA POR LA KODAK CO., CÁMARA PROVISTA EN TRES DISTINTAS MEDIDAS, IDEAL PARA REPORTEROS, PERMITÍA
EFECTUAR TOMAS DEPORTIVAS POR SU VISOR ICONÓMETRICO COMÚNMENTE DENOMINADO ¨VISOR DEPORTIVO¨, USABAN CHASIS PORTAPLACAS Y RECIÉN A PARTIR DEL
´40 SE INCORPORARON LOS PRE-PACK PARA 12 FOTOGRAFÍAS.
(2) VER HISTORIA DE SANTIAGO DE LA FUENTE EN ESTE MISMO LIBRO.
(3) ESTE TIPO DE FLASH ESTABA PREPARADO PARA SER USADO CON DISTINTOS COMPUESTOS DE MAGNESIO, CLORURO DE POTASIO O SULFANTIMONIDA, NO OBSTANTE
LO CUAL ALGUNOS PROFESIONALES AGREGABAN EN SU AFÁN POR LOGRAR UNA MAYOR LUMINOSIDAD, CIERTA CANTIDAD DE PÓLVORA, ELEMENTO ÉSTE QUE LO CON-
VERTÍA EN FACTOR DE RIESGO.
(4) VER HISTORIA DEL MUSEO HISTÓRICO FOTOGRÁFICO EN ESTE MISMO LIBRO.
*TODAS LAS FOTOS DE ESTA NOTA Y OTRAS MÁS, FUERON CEDIDAS A JORGE CALVO POR DON ALCIBÍADES RODRÍGUEZ EN VIDA DE ÉSTE.
las imágenes, es como ingresar en un túnel del tiempo, fascina
ra y la capacidad de pasajeros nos deja imaginar la lentitud de
este medio de transporte. La estación de Quilmes de principios
de siglo en una foto tomada desde la plaza, permite observar la
famosa confitería Colón, un molino y el entonces modernizado
edificio del ferrocarril que fuera inaugurado en 1872.
¨La Colón¨, como así se la llamaba, fue durante años punto de
reunión de personalidades lugareñas y visitantes ilustres, entre
los que se cuentan los ex presidentes de la República, Dr. José
Evaristo Uriburu y el Gral. Julio Argentino Roca, de cuyas visitas
también hay registros en la ¨Colección Alcibíades¨. En otra de
las vistas de ese sector, varios señores, niños y hasta un gaucho,
están pendientes de la lente del fotógrafo.
Como profesional, instaló su estudio fotográfico en la calle Alsi-
na casi Alvear, una época donde la fotografía social no era como
la conocemos hoy, en ese entonces no se cubrían las ceremo-
nias religiosas, las parejas luego de dar el sí en el altar se di-
rigían al estudio donde las esperaba el fotógrafo para hacerles
varias tomas, solo en caso excepcionales éste se trasladaba al
lugar de la reunión para realizar no mas de 10 fotografías.
¨Don Alcibíades¨, así llamado y conocido por todos, maravilló a
la ciudad de su arraigo al exponer en el año 1966, con motivo del
300 aniversario de la fundación de Quilmes, numerosas fotogra-
fías que documentaban paisajes y edificios, como así también
las actividades deportivas, sociales, culturales y políticas de
nuestra ciudad.
Esta muestra que se llevó a cabo en el Club Deportivo Alsina de
Quilmes, lo descubrió como un historiador gráfico de la zona,
habiendo rescatado mas de mil tomas del distrito, salvándolas
de una destrucción segura, entre estas imágenes se encuentran
reproducciones de fotos que datan de 1873, así nos fue posible
conocer la primera estación del ferrocarril, retrato que se le atri-
buye a Kratzenstein, en su visita del 8 de septiembre del año
mencionado.
En esta toma llama poderosamente la atención la soledad que
rodea la escena, no puede apreciarse persona alguna o elemen-
to que denote actividad, solo se puede observar el edificio de
dos plantas y el trazado de las vías.
Alcibíades nunca incorporó a su colección, el tipo de fotografías
sensacionalistas, siempre buscó aquellas de carácter informa-
tivo o didáctico por parecerle que son las que más perduran y
las que quedan como documento de la historia. Esto podemos
apreciarlo en imágenes como la del atrio de la Catedral (obteni-
da por el Dr. Emilio Torres) y donde se encuentran una treintena
de personas dialogando en grupos; las damas con su típicas
LA FOTOGRAFIA EN QUILMES | 45
 ALCIBÍADES PREPARANDO LAS
OBRAS QUE DONARÍA AL MUNICIPIO LOCAL.
sombrillas, vestidas con largos y amplios atuendos; los caba-
lleros con traje y el clásico ¨rancho¨ y donde las niñas lucen sus
vestidos hasta mitad de la pierna, los que permiten ver sus me-
dias y los clásicos calzados de época.
El 4 de Julio de 1981, inaugura en el Museo de Artes Visuales de
Quilmes una muestra muy particular,
con reproducciones en distintas medidas desde 50 por 70 hasta
100 por 160 cm, todas montadas en bastidores de madera, en-
marcadas en el mismo material.
La muestra, que fue una de las mas visitadas por el público y el
periodismo local y nacional, sirvió para
generar un reclamo justo de todos los asistentes, quienes soli-
citaron a las autoridades la preservación del material gráfico.
En esta muestra se pudo apreciar la evolución local. Nueva-
mente la esquina de Rivadavia y Gaboto, atrapa nuestra mirada,
detrás de las rejas que resguardaban el paso sobre las vías del
ferrocarril, puede observarse la confitería Colon (ya desapareci-
da). En el centro, un tranvía ¨Fiorito¨ con acoplado, sube pasa-
jeros rumbo al río, mientras un automóvil, signo del progreso,
avanza por el medio de la calzada.
Los acoplados mencionados, que en algunos casos solían ser
dos, nos recuerdan al antiguo tranvía de caballos.
El 17 de agosto de 1982 se realizó la reposición de la muestra de
1981, esta vez en el Museo Histórico Regional Almirante Brown,
oportunidad en que Alcibíades donó gran cantidad de copias
fotográficas para incorporarlas al patrimonio municipal. ¨Un
país no vale por sus riquezas materiales, sino por los hombres
exponentes de su cultura¨. Con esta frase de Osvaldo Loudet, la
profesora Mirita Bollos Cabríos, presidente de la Junta de Estu-
dios Históricos de Quilmes, presentó la muestra anteriormente
mencionada.
46 | JORGE CALVO
En oportunidad de inaugurarse el Museo Municipal Histórico
Fotográfico de Quilmes, es designado como director del mismo,
este hecho tuvo lugar el 5 de julio de 1986 y se consideró un jus-
to reconocimiento a su labor (4).
Logró reunir en toda su carrera más de un millón de negativos,
donando gran cantidad de copias, parte de su obra, a los mu-
seos Alte. Brown de Bernal y al Histórico Fotográfico de Quilmes,
totalizando más de 1300 reproducciones.
Llegó el día en que Alcibíades cumpliría sus 80 años, decidió
entonces convocar a todos sus allegados para festejarlo alre-
dedor de una gran torta que, como no podía ser de otra forma,
estuvo ornamentada con un cajoncito Kodak, muy similar al que
utilizara en sus comienzos.
Muchos fueron los regalos materiales que recibió, pero no equi-
pararon al que el pueblo, a través de sus autoridades le brinda-
ron. Por resolución 1393/92 del Honorable Consejo Deliberante
y con la firma del intendente, Aníbal Domingo Fernández, se dio
a conocer mediante el decreto 835 del 8 de abril de 1982, la de-
signación de Alcibíades como ¨Vecino Ilustre¨, adjudicándole
una replica del indio Kilme y una cámara fotográfica de última
generación.
En los considerados, se lo reconoce como ¨un profesional del
arte de la fotografía y periodista de temas históricos; dotado de
una personalidad ingeniosa y creativa, contribuyó con su aguda
observación a plasmar en imágenes, los distintos matices que
fue ofreciendo nuestra ciudad a través de lugares, épocas y cir-
cunstancias disímiles¨.
¨Coadyuvó con lo donación de muchas de sus obras testimonia-
les, a descubrir la esencia invalorable de nuestra identidad ciu-
dadana de quilmeños, visualizando la constante transformación
de nuestra gente y lugares comunes, a través de un enfoque glo-
bal de los distintos mitos, tradiciones y valores¨.
El 22 de agosto de 1992, en el auditorium de la Unidad Coronaria
Móvil de Quilmes, se realizó hasta ese momento la mas trascen-
dental de sus exposiciones, cabe señalar que si bien su obra
es importante, debido a su personalidad tan especial, nunca
prestó mayor atención a la conservación de la misma, priman en
él la cantidad de fotos que pueda presentar, mas no la calidad,
hecho fácilmente comprobable.
En esta oportunidad el Dr. José Luis Cordero (de la U.C.M.Q.), lo-
gró la autorización correspondiente y encargó al autor de esta
nota, la restauración y acondicionamiento del material seleccio-
nado, encomendándole al fotógrafo Carlos Scott, las tomas de
los mismos sitios y desde los mismos ángulos, logrando de esta
manera el montaje de la muestra ¨Quilmes de Ayer y de Hoy¨,
que lograra gran repercusión por su valor histórico documental
y por su moderna presentación ética y artística.
Nuevamente ese túnel del tiempo nos transporta en los peque-
ños colectivos de estrechas puertas, carrocerías abovedadas
y ruedas de rayos de madera, que hacían el recorrido desde la
puerta del cementerio local a la estación del ferrocarril; o esas
dos fotografías que nos muestran la nevada de Junio de 1918,
una vista panorámica de las quintas de Bernal totalmente cu-
biertas de nieve o ese grupo de vecinos jugando con copos de
nieve en la ribera local. Una vista general de nuestra primer
comisaría, en la cual un agente posa junto a su cabalgadura y
donde puede apreciarse en el centro de la empedrada calle, la
columna de alumbrado con farol de aceite.
Merece un párrafo aparte, la muestra fotográfica que organiza-
ra su hijo en oportunidad de inaugurarse el Centro de Exposi-
ciones de la Universidad Nacional de Quilmes. Bajo el título de
¨Quilmes Ayer y Argentina Siempre¨, tuvimos la oportunidad de
asistir a una muestra que unió dos generaciones fotográficas;
Alcibíades Rodríguez como historiador gráfico local y Alcibía-
des Rodríguez Lizza, la nueva generación, documentalista de
paisajes de nuestra Argentina. Las amplias paredes del centro
de exposiciones se vieron colmadas por cientos de fotografías,
enmarcadas con gran prolijidad y detalle para este evento tan
particular, como no se ha visto otro en Quilmes.
¨El Maestro¨, como también suele identificar la gente a don Al-
cibíades, quien se ufana de ser el Socio Vitalicio-Honorario mas
antiguo del Quilmes Atlético Club, fue acreedor de numerosos
reconocimientos por parte de la comunidad local, parte de ellos
son el premio ¨Cervantes¨, que le otorgara la Asociación Espa-
ñola de Socorros Mutuos de Quilmes y el ¨Sol de Oro¨ reconoci-
miento del diario local El Sol.
EL HISTORIADOR
Al recordar las vivencias del Quilmes de principio de siglo y pro-
yectarlas sobre nuestro presente, encontramos como nexo de
unión entre el ayer y el hoy, la figura de Alcibíades Rodríguez,
quien detuvo la historia de la ciudad en cientos de imágenes
fotográficas que son hoy testigos de la obra que nos legan nues-
tros antepasados.
Para juzgar la tarea de Alcibíades se debe tener dotes de histo-
riador, porque él también lo es. Allí está en su trabajo la imagen
de un pasado, convertido en pruebas concluyentes; un trabajo
silencioso, modesto, con la modestia de los grandes y la humil-
dad de pocos, nos exhibe las pruebas irrefutables y necesarias
para reconstruir el pasado de nuestra ciudad.
Alcibíades ha respetado la personalidad humana y el valor in-
dividual del hombre, su espíritu creador y su propia libertad
interior, pues al captar lo que ha fotografiado, ha analizado lo
que observaba sin prescindir del aspecto espiritual, sin el cual
no podemos examinar la historia del mundo.
La profesora Mirita dijo en una oportunidad que ¨los períodos
de decadencia son aquellos en que se disgregan las grandes co-
munidades, en las cuales la sociedad, como un cuerpo muerto,
se disgrega y se disuelve. Ello en Quilmes no sucederá pues la
ha protegido Alcibíades, él, con fervorosa dedicación, ha plas-
mado la realidad de la vida y ha fortalecido nuestra sociedad,
con el ejemplo de quienes le dejaron lo mejor de sí mismos, y
ya no están¨.
Hoy, no podemos ver a don Alcibíades durante sus caminatas
diarias, o presente en todo acontecimiento social o cultural de
nuestra ciudad, siempre dispuesto al diálogo, nunca olvidó re-
saltar que era un enamorado de la ciudad de Quilmes, que era
un callejero y socio número uno del Quilmes Atlético Club.
El 12 de agosto lo sumiría en un eterno sueño, en su casa, ese
ámbito convertido en museo fotográfico fallecía don Alcibíades
Rodríguez a la edad de 90 años.
Los medios de prensa locales se hicieron eco de la noticia y a
decir de los mismos, “falleció el histórico reportero gráfico de
Quilmes, la fotografía como testimonio histórico fue su pasión y
su legado al pueblo de sus amores.
Oportunamente, este trabajo, uno de los primeros que concre-
té, fue un homenaje a ¨Don Alcibíades, a quien admiré profun-
damente por su perseverancia en esta tarea, tarea a la que me
he incorporado a través del coleccionismo y la investigación
fotográfica, como una posibilidad de expresar los propios senti-
mientos y dar a conocer mis modestos, pero significativos testi-
monios del pasado fotográfico de nuestro pueblo.
ALCIBÍADES EN SU LABORATORIO.
LA FOTOGRAFIA EN QUILMES | 47

EVOLUCION DEL
TRAJEDEBAÑO
QUILMES, UN CENTRO DE ATRACCIÓN
Evolución del traje de baño, es básicamente una muestra fotográfica documental, originada en va-
rias decenas de copias almacenadas por Carlos Scott y por mí; por ser la ribera de Quilmes un centro
turístico y para mostrar a las nuevas generaciones como se bañaban nuestro abuelos. A fin de lograr un
orden cronológico de las mismas, realicé un trabajo de investigación que dió el siguiente resultado.
LA HISTORIA
La moda del traje de baño ha seguido una curiosa trayectoria,
de nada a todo, y nuevamente a la inversa, de todo a nada. De
sus constantes cambios ha sido responsable naturalmente, la
moral. Una moral que se midió en centimetros de tela, según
las épocas.
En la antigua Grecia, sus habitantes conocian perfectamente
la desnudez, cuando deseaban darse un baño se quitaban sus
vestiduras y saltaban al agua alegremente, con total naturali-
dad, sin intención de picardias.
De los griegos hasta hoy, el bañador ha experimentado cam-
bios espectaculares. Todavía en el siglo Y después de Cristo,
era habitual en Roma que hombres y mujeres se bañaran des-
nudos en el Tiber. Sin embargo, ellas bebían quedar protegi-
das de miradas indiscretas.
Las virtudes terapéuticas del baño de mar y el efecto saluda-
ble de la sal y el yodo fueron producto de décadas de observa-
ciones, sin embargo, si bien por una parte avanzó la creencia
de las bondades de las inmersiones, por otra también creció
el temor a mostrar el cuerpo desnudo, es así que el hombre
inventó el traje de baño, un raro engendro cuyo uso, en un prin-
cipio, fue solo obligatorio para las mujeres.
Hasta el Siglo XVIII, los hombres seguían ostentando ese pri-
vilegio, no obstante, las mujeres de la edad media se bañaban
protegidas con largas camisas blancas llamadas ¨blanchetes¨.
Los ingleses con su infalible sentido del ¨sport¨, pusieron en
1750 algo que se puede considerar como los cimientos de los
baños de mar. Mas tarde en 1783, en Mecklenburgo se produjo
el gran acontecimiento: se organizó la primer playa de baños,
la Heligendamn, en las orillas del Mar del Este siendo su pro-
48 | JORGE CALVO
motor Cristóbal G. Hufeland, medico de cabecera del duque
Federico Francisco de Mecklenburgo.
La adición por los baños de mar fue desde entonces en au-
mento, aunque la mojigatería seguiría siendo la tónica general
de la época. La idea era la siguiente: ¨Durante el baño es tam-
bién necesario que permanezca la sensación de seguridad que
produce el estar vestido, la inocencia es siempre sagrada, lo
mismo cuando se está en el agua de mar o en la más absoluta
oscuridad¨.
Por lo tanto el traje de baño de una dama estaba compuesto
por los siguientes elementos: pantalón bombacho atado a los
tobillos, y encima, una especie de bluzón con cinturón. Para
completar el equipo, las damas del Siglo XIX llevaban medias
de lana negra, zapatillas de lona con broches o cordones cruza-
dos, con suela de cuero perforada por orificios, a través de los
cuales podía correr el agua, y una amplia gorra de goma en la
cabeza, además se daban circunstancias en la que hombres y
mujeres se bañaban en dos zonas bien diferenciadas.
Con el paso del tiempo y lentamente, el bañador se haría más
atractivo. En 1887 aparecen los famosos cuellos marineros,
y un año después las anclas. Volantes y puntillas dan paso a
bombachos que dejan las pantorrillas al aire y un atrevimiento
aún mayor: !Los brazos al descubierto!
REGLAMENTO DE BAÑISTAS
En Enero de 1890 un grupo de señoras bañistas se quejó en
Mar del Plata por la insolencia de un ¨cambalachero¨ que al-
quilaba largavistas. Con estos aparatos, los hombres admira-
ban sus piernas. Influyentes como eran, interesaron al Presi-
dente de la Nación y el Dr. Juarez Celman ordenó la confección
de un ¨reglamento de baños¨, elaborado por Hilario Rubio Me-
dina -Jefe de la Receptoria Nacional de Rentas- y decía:
* Está prohibido bañarse desnudo. El traje de baño admitido
es todo aquel que cubra el cuerpo desde el cuello hasta la ro-
dilla.
* No podrán bañarse los hombres mezclados con las señoras,
a no ser que tuvieran familia o lo hicieran acompañadas de
ellas.
* Está prohibido a los hombres solos, aproximarse durante el
baño de las señoras, debiendo mantenerse por lo menos a una
distancia de 30 metros.
* Se prohíbe en horas del baño el uso de anteojos de teatro u
otro instrumento de larga vista, así como situarse en la orilla
del agua cuando se bañan señoras.
Agregaba que a los infractores se les aplicaría una multa de
cinco pesos, también arresto de 24 a 48 horas y los reinciden-
tes serán expulsados de la playa durante un mes.
A MOSTRAR EL CUERPO
El gran salto a la osadía se da en 1911, al imponerse un nuevo
y espectacular ¨tricot¨de algodón, de una pieza, sin mangas,
ligeramente escotado y hasta las rodillas, estampado a rayas
azules y blancas o blancas y rojas. Este modelo anticipo del EN LAS VECINAS COSTAS DE MONTEVIDEO SE IMPLEMENTÓ AL IGUAL QUE EN
unisex, enloqueció a nadadores y deportistas, ya que en 1912 EUROPA, ESTOS CARRUAJES COMO VESTIDORES, LOS QUE SE INSTALABAN EN
LA PLAYA CON SALIDA HACIA EL RÍO, FOTO ARCHIVO CENTRO MUNICIPAL DE
la natación femenina alcanzaría la categoría de disciplina olím-
FOTOGRAFÍA DE MONTEVIDEO.
pica.
Es en 1915 que se inauguran las obras del balneario local, el
que incluía piletas públicas de ¨agua salada¨ y se electrifica el
servicio de tranvías de la empresa Fiorito, el rio y la ribera quil-
meña se tornaban así en un lugar de veraneo excelente, logros
estos que paralelamente hacian crecer la población local.
En los primeros años del siglo XX las transformaciones de la
sociedad convirtieron al baño, no solo en algo para disfrutar en
la playa, sino que se crearon las piscinas y otros lugares desti-
nados a ello. Ya a partir de los años 20 puede hablarse de una
moda exclusiva, destinada a dicho fin: bañarse.
Así, recatados pantaloncitos pasan a convertirse en ¨shorts¨,
al mismo tiempo que se empiezan a exigir prendas que, tanto
por sus materias como por su especial diseño, faciliten el baño
y la natación.
4* prohibía ¨el uso para los baños, de calzoncillos comunes o
LAS VACACIONES de punto¨; el 5* establecia que los bañistas debían proveerse
En aquel momento, ir a la playa de los distintos balnearios de toallas, y el 11*, que la permanencia en el agua no superaría
argentinos -Mar del Plata- significaba ¨un carnaval de tres me- la media hora.
ses para la elite porteña¨, según Eloisa Pastoriza, directora del A comienzos de la década del 30, la prefectura local arrestaba
Departamento de Historia de la Universidad Nacional de Mar a los hombres que usaban el bañador sin la ¨pechera¨ o a las
del Plata. damas sin la correspondiente ¨pollerita¨. Los bañistas resul-
Hasta 1925, en Mar del Plata había policías de casco que con- taban inconfundibles; avanzaban hacia la playa envueltos en
trolaban que no se mostrara ¨mas de lo debido¨. salidas de baño a franjas negras y amarillas y usaban gorros
Paradójicamente, todo comenzó a cambiar en la segunda blancos de hilo, porque el sol inspiraba desconfianza.
mitad de la década del 30, con el gobierno conservador de
Manuel Fresco en la provincia de Buenos Aires, que quebró el NUEVAS TENDENCIAS
diseño urbano tradicional e incorporó a las clases medias. A mediados de los años 30, los trajes de baño, como el resto de
Curiosamente hacia 1923, detectamos un ¨reglamento¨ dic- las prendas femeninas, tienden a realzar las formas de la mujer.
tado por el entonces intendente de la Ciudad de Buenos Aires, A consecuencia de esta modalidad hacen su aparición los nue-
Carlos Noel. En el artículo 3* determinaba: ¨Es obligatorio el vos tejidos elásticos que facilitan mucho más su adaptación a la
traje completo de baño, de malla (tipo mameluco) o pantalón y piel, permiten pasar el aire y le dan una coloración firme.
saco, debiendo hallarse todas las prendas en buen estado¨. El Fue exactamente el 5 de Julio de 1946, cuando el ingeniero
LA FOTOGRAFIA EN QUILMES | 49
Louis Reard presentó en sociedad su último y atrevido invento,
la prenda de baño más mínima jamás imaginada hasta enton-
ces: el bikini. Réard le dió este nombre luego que el atolón
de Bikini, en el Pacifico, saltara a la fama y fuera portada de
los diarios de todo el mundo por ser sede del primer ensayo
nuclear norteamericano. ¨Es tan explosivo como el ensayo
nuclear¨ manifestó Réard, y acto seguido registró el nombre
como una marca.
La primer mujer que lo lució fue Micheline Bernardin en una
piscina de París, sin embargo tan explosivo bañador tuvo que
esperar a los años 60 para ser un auténtico clásico.
Fue durante esta década cuando se sucedieron los diseños
más originales de esta prenda explosiva. La disfrazaron con
falditas y la transformaron en una especie de discreto dos-pie-
zas para las más recatadas.
El bikini viene siendo en la historia de los diseños de trajes
de baño, el mas cautivante, exitante, sexy y cómodo de todos.
Posiblemente jamás será superado.
LLEGAR MÁS LEJOS
Pero siempre existe un diseñador que se propone llegar mas
lejos que su antecesor, esto ocurrió en el año 1964, cuando
Rudi Gerneich, con un nuevo golpe de efecto lanzó el ¨monoki-
ni¨, un bañador que dejaba totalmente al descubierto una de
las partes mas atractivas de la anatomía femenina, los pechos.
El traje cubría el cuerpo desde los muslos hasta la cintura, don-
de dos finas tiras subían y se cruzaban en la espalda, si bien
fue considerado un símbolo de libertad, nunca alcanzó gran
popularidad, pero si dió cabida a la modalidad de quitarse el
corpiño para lograr un bronceado completo
50 | JORGE CALVO
Este modelito sin embargo, no resultaba demasiado estético
y tampoco muy cómodo, la imaginación seguía funcionando,
y la prenda fue avanzando hasta llegar al ¨tanga¨, de claro y
FOTOS DEL ALBUM FAMILIAR
provocativo sabor tropical. El tanga, procedente de la playa
brasileña de Copacabana, llegó y revolucionó a la vieja Europa.
MAS QUE MORAL, IMAGEN
Hoy la mujer ha vuelto con alegría y complacencia al “sex-
appeal¨ de sus redondeces, y el traje de baño ya no es tanto
una cuestión de moral sino de imagen.
En esta pugna de la imagen playera existen dos tendencias
bien claras, el bikini y el bañador entero, con todas sus varian-
tes.
Lo que se inició como una posibilidad de acceder al baño de
mar, motivó distintas polémicas como si nadar y bañarse re-
sultaba saludable o no, o hasta que punto el sol debía estar en
contacto con la piel. La blancura de ésta debía preservarse a
cualquier precio, ya que el tostado no resultaba nada ¨chic¨, se
lo asociaba con el trabajo al aire libre.
Todo esto se ha convertido hoy, en acceder a ¨baños de sol¨,
con minimo ingreso a las aguas del mar o piscinas.
UN TOQUE DE NOSTALGIA
Si, nostalgia -porque los seres humanos somos imprevisi-
bles- de aquellas épocas en que todo se sugería y nada se
mostraba, los ¨trajes de baño¨ de la ¨Belle Epoque¨, sombri-
llas, toldos y casetas de baño.
Sorprendentemente, tanto mas avanza el nudismo en las pla-
yas del mundo y alguna playa autorizada en nuestro país; tan-
to mas se venden y fabrican ropas de baño.
Izq. Iglesia Parroquial de Quilmes, según una tarjeta postal. Der. El mismo edificio, hoy Catedral de Quilmes, en una
toma que nos deja ver la calle Mitre aun de dos manos de circulación y la vieja casona de dos plantas de la familia
Córdoba.-Arch. Jorge Calvo
El Club Náutico en Quilmes, Izq. Durante una bajante puede observarse el canal y sus balizas, no esta aún el paredón,
foto Federico Corral –Gentileza Edith Corral. Der. Atardecer en el Náutico (Gentileza Terrilli Abel ).
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