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La cuestion de la infancia Entre la escuela, la calle y el shopping Sandra Carli (compiladora) ie LA CUESTION DE LA INFANCIA Entre la escuela, la calle y el shopping Sandra Carli (compiladora) Mariana Bernal ¢ Carla del Cueto Melina Curia * Carolina Duek Maria Laura Eberhardt ¢ Valeria Llobet Paula Mateos » Viviana Minzi Maria Paula Pierella * Carolina Vinelli ” Paidés Buenos Aires * Barcelona * México 301: 370 La cuestién de Ia infancia : entre la escuela, la calle y el shopping / compilado por Sandra Carli. 1* ed.- Buenos Aires : Paidés, 2006. 320 p. ; 22x16 em.- (Cuestiones de educacién) ISBN 950-12-6151-4 1. Sociologia. 2. Bducacién. I. Carli, Sandra, comp. Cubierta de Gustavo Macri 1° edicién, 2006 Reservados todos los derechos, Quedan rigurosamente probibida, sin la zacién escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones estableci las leyes, la reproduccién parcial o total de esta obra por cualquier medio 0 pro- cedimiento, incluidos la reprogratia y el tratamiento informatica. © 2006 de todas las ediciones Editorial Paidés SAICF Defensa 599, Buenos Aires e-mail: literaria@editorialpaidos.com.ar www paidosargentina.com.ar : Queda hecho el depésito que previene la Ley 11.723 Impreso en la Argentina - Printed in Argentina Impreso en Primera Clase, California 1231, Ciudad de Buenos Aires, en abril de 2006 Tirada: 2.000 ejemplares ISBN 950-12-6151-4 [NDICE Las autoras ... 9 Introduccién, por Sandra Carli 13 PRIMERA PARTE LA CUESTION DE LA INFANCIA EN LA ARGENTINA 1. Notas para pensar la infancia en la Argentina (1983-2001). Figuras de la historia reciente, por Sandra Carli 19 SEGUNDA PARTE INFANCIA, POLITICAS Y EDUCACION 2. Enfoques politicos sobre la nifiez'en la Argentina en los afios ochenta y noventa, por Maria Laura Eberhardt . s7 3. Infancia y autoridad en el discurso pedagégico posdictatorial, por Maria Paula Pierella...... 83 4. Socializacién infantil en countries y barrios cerrados, por Carla del Cueto. 109 8 LA CUESTION DE LA INFANCIA ‘TERCERA PARTE INFANCIA Y SITUACION SOCIAL 5. ¢Retratos de nifio? Politicas sociales y derechos de nifias y nifios en situaci6n de calle, por Valeria Llobet .. 131 6. Trayectorias y aprendizajes sociales de chicas y chicos en situacién de calle, por Paula Mateos .. 159 7. Lacomunicacién global: el caso de una campaiia de UNICEF, por Carolina Vinelli... 181 (CUARTA PARTE INFANCIA, MEDIOS, CONSUMOS 8. Los chicos segtin la publicidad. Representaciones de infancia en el discurso del mercado de productos para nifios, por Viviana Minzi 209 9. Infancia, fast-food y consumo (0 cémo ser nifio en el mundo McDonald’s), por Carolina Duek... 241 10. Género, etnia y clase en el cine infantil argentino. Un anilisis de las representaciones de la nifiez en las pelfculas de los noventa, por Mariana Bernal .. 265 11. Pequefios consumidores: algunas reflexiones sobre la oferta cultural y la construccién de identidades infantiles, por Melina Curia... 303 LOS AUTORES ‘Sanpra CarLt , Licenciada en Ciencias de la Educacién y doctora en Educaci6n por la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Profesora titular regular de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Investigadora adjunta del CONICET, y del Instituto de Investigaciones Gino Germani. Maria LaurA EBERHARDT Licenciada en Ciencia Politica (Facultad de Ciencias Sociales-UBA). Becaria del CONICET. Maestria en Ciencia Politica y Sociologia de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO, tesis pendien- te). Doctorado en Ciencia Politica de la UNSAM en curso. Maria Pauta PIERELLA Profesora en Ciencias de la Educacién (Facultad de Humanidades y Ar- tes, Universidad Nacional de Rosario). Magister en Educacién de la Maes- tria en Educacién de la Facultad de Ciencias de la Educacién, Universidad Nacional de Entre Rios. Integrante del Centro de Estudios en Pedagogia Critica Rosario. Docente en instituciones de nivel medio y terciario. 10 LA CUESTION DE LA INFANCIA (CARLA DEL CUETO Licenciada en Sociologia (Facultad de Ciencias Sociales, UBA). Magister en Sociologia de la Cultura y Analisis Cultural (Instituto de Altos Estudios/Universidad de San Martin). Actualmente cursa el doctorado en Ciencias Sociales (Universidad Nacional de General Sarmiento-Instituto de Desarrollo Econémio y Social. Becaria del CONICET. Investigadora-do- cente regular en la UNGS. Docente regular de la UBA. VateRIA LLOBET Licenciada en Psicologia (Facultad de Psicologia, UBA). Especialista en Problematicas sociales infanto-juveniles (Centro de Estudios Avanza- dos, UBA). Doctorado de la Facultad de Psicologia de la UBA en curso. Docente e investigadora del Programa de Democratizacién de las Relacio- nes Sociales, Escuela de Posgrado, UNSAM. Pauta Mareos Licenciada en Sociologia. Master en Educacién. Doctorado en Educacién de la Facultad de Filosofia y Letras de la UBA en curso. Becaria de CONICET. Docente - investigadora en la Universidad Nacional de San Juan. CAROLINA VINELLI Licenciada en Ciencias de la Comunicacién (Facultad de Ciencias Socia- les-UBA). Master en Transnational Communications and the Global Media, Goldsmiths College, University of London (2003-2004). Docente de la Ca- rrera de Ciencias de la Comunicacién, Facultad de Ciencias Sociales, UBA. Viviana Minzi Licenciada en Ciencias de la Educacién (Facultad de Ciencias Sociales, UBA). Magister de la Maestria en Educacién de la Universidad de San Andrés. Becaria doctoral de la UBA en el Instituto Gino Germani. Docente de la Carrera de Ciencias de la Comunicacién de la Facultad de Ciencias Sociales, la UBA. Carouina DuEK Licenciada en Ciencias de la Comunicacién (Facultad de Ciencias So- ciales, UBA). Becaria del CONICET. Docente de la Carrera dé Ciencias de la Comunicacién, UBA. Finalizé la Maestria en Comunicacién y cultura, Facultad de Ciencias Sociales, UBA (cohorte 2004-2005). Las autoras 1 Mariana BERNAL Licenciada en Ciencias de la Comunicacién (Facultad de Ciencias So- ciales, UBA). Diploma de Estudios Avanzados (DEA), por la Universidad Pablo de Olavide, Sevilla, Espafia. Docente de la Carrera de Ciencias de la Comunicaci6n, Facultad de Ciencias Sociales, UBA. MELINA Curia Licenciada en Ciencias de la Comunicacién de la Universidad de Bue- nos Aires. Docente de la carrera de Ciencias de la Comunicacién, Facultad de Cien- cias Sociales de la UBA. INTRODUCCION El tema de la infancia ha adquirido una particular relevancia en la Ar- gentina, si tenemos en cuenta el conjunto de publicaciones, investigacio- nes, tesis de posgrado y eventos académicos que se han producido en los ltimos diez afios. La ampliacién de la producci6n actual muestra que una nueva generacién de investigadores jévenes, desde distintos campos disci- plinarios, ha encontrado en esta tematica un camino para el inicio de inves- tigaciones originales, para la puesta en juego de nuevos modos de teorizacién y para la elaboracién de interpretaciones sobre los procesos contempordneos de la nifiez. Un problema comtin es la dificultad de filia- ci6n de esos desarrollos en una tinica historia disciplinaria, por tratarse de una tematica que requiere la exploracién de distintas dimensiones de andli- sis (generacional, social, econémica, etc.), que abre a analiticas también diversas (estética, pedagégica, ideol6gica, etc.) y que se liga en muchos casos con demandas de intervencién social 0 educativa. La produccién existente sobre el tema en la Argentina procede de dis- tintos campos disciplinarios: psicoandlisis, sociologfa, estudios culturales, de la comunicacién y del lenguaje, antropologia y antropologia de la edu- caci6n, historia e historia de la educacién, entre otras ramas. Los desarro- Ios del campo de la historia de la educacién, del que procede mi propia trayectoria en investigacion, constituyen s6lo un segmento, y su importan- cia se debe al hecho de que impactaron en el terreno educativo historizando 14 SANDRA CARLI un concepto durante mucho tiempo no interrogado de los discursos y las précticas educativas. Cuando hacia fines de los afios ochenta algunos co- menzamos a desarrollar investigaciones hist6ricas sobre las concepciones acerca de la infancia, eran escasas las producciones argentinas y latinoa- mericanas, y las publicaciones europeas y norteamericanas eran dificiles de localizar; en la actualidad, tanto en la Argentina como en América lati- na, los estudios sobre historia de la infancia se han multiplicado con orien- taciones auspiciosas. Afirmar la configuracién de un campo de estudios sobre la infancia consti- tuye un intento de demarcar una zona de investigacién que es resultado de: 1) las preguntas e indagaciones resultantes de los cambios teéricos y epistemolégicos generados a partir del debate modernidad / posmodernidad y de la revisién de paradigmas interpretativos heredados (marxismo, estructuralismo, etc.), y su impacto en la crisis de las fronteras de las disci- plinas, en los conceptos y categorfas de andlisis y en los objetos de conoci- miento; 2) los cambios sociohistéricos de las tiltimas décadas del siglo XX, que producen la emergencia de nuevas problemiticas infantiles a partir de fendémenos como la crisis del Estado de bienestar, las transformaciones de la relacién Estado / sociedad civil, la expansi6n del mercado transnacional, los acelerados cambios cientifico-tecnoldgicos, y de la cultura global, etc. Se trata de transformaciones en el estatuto del conocimiento y transforma- ciones en los procesos de constitucién de lo social, que revierten sobre las condiciones de la infancia y demandan nuevas investigaciones. Es posible pensar que en este campo de estudios la infancia se problematiza en una zona de cruces disciplinarios: podemos hablar de una construcci6n transdisciplinaria del objeto, sin que ello elimine perspectivas y analiticas especificas. La tardfa reflexién sobre la infancia en el campo de la educacién indica que este concepto ha quedado como un residuo sustancialista del discurso educativo. En estos tiltimos aiios el interés se ha ampliado a otras disciplinas, pero el peligro es que la pregunta por la infan- cia instituya los mismos significados. Instalar una nueva serie de preguntas sobre la relacién entre infancia y educacién, infancia y sociedad, e infancia y cultura, a partir de una articulacién y apropiacién de un conjunto amplio y complejo de saberes y conocimientos, puede permitir conmover los fun- damentos del pensamiento politico, social y pedagégico y cuestionar la na- turalizacién de ciertos fenémenos en las prdcticas, las instituciones y los discursos. La perspectiva histérica no hace més que inscribir en el tiempo permanencias y transformaciones dando visibilidad a las huellas del pasa- do en la experiencia infantil del presente. Introduccién 15 Este libro constituye un aporte a ese campo de estudios sobre la infancia en expansin. La historia de este libro comienza a partir de la convergencia, en torno al Proyecto de Investigacin UBACYT “Infancia, cultura y edu- cacién en las décadas de 1980 y 1990 en la Argentina” (programacién 2001-2004) —desarrollado bajo mi direccién en el Instituto de Investiga- ciones Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universi- dad de Buenos Aires-, de distintos estudiantes y jévenes investigadoras de esta facultad (Minzi, Curia, Duek, Bernal), de otras facultades de la UBA (Llovet) y de otras universidades del interior del pais (Mateos, Pierella). Todas ellas se hallaban realizando sus tesis de grado 0 posgrado sobre te- miticas de infancia o temas afines, y la produccién de un libro fue un desa- ffo que nos planteamos colectivamente. Decid{ invitar también a participar en esta publicacién a dos jévenes investigadoras que desarrollaron sus tesis de posgrado en otros 4mbitos institucionales (Vinelli y Del Cueto) y cuyos trabajos me interes incluir por su pertinencia temética y la calidad de sus investigaciones. El resultado son una serie de estudios sobre la situacién de la infancia en las décadas recientes y en algunos casos sobre procesos del presente, desde distintas perspectivas disciplinarias y recortando una varie- dad de problematicas y fenémenos. El conjunto de los trabajos pretende contribuir a una comprensién de algunas de las principales transformaciones que en relacién con la nifiez se han producido a partir de las tiltimas décadas del siglo XX, y que se crista- lizaron en las instituciones educativas, en los modos de socializacién, en las trayectorias infantiles, en las prdcticas culturales, en las concepciones politicas, etc. El llamado “siglo del nifio” no culminé con la promesa auspiciosa formulada a principios del siglo XX. En este sentido este libro se propone como una invitacién a pensar la infancia en la Argentina, su historia reciente y su presente, los dilemas y desaffos pendientes de la so- ciedad en su conjunto en relacién con las nuevas generaciones. Sanpra Cart PRIMERA PARTE La cuestidén de la infancia en la Argentina NOTAS PARA PENSAR LA INFANCIA EN LA ARGENTINA (1983-2001) Figuras de la historia reciente Sandra Carli INTRODUCCION El ciclo que va de la posdictadura al afio 2000 ha dejado en la ni- iiez argentina las huellas de cambios globales y locales que lo diferen- cian de otros ciclos hist6ricos. El traum&tico pasaje del modelo de sociedad integrada de principios de los afios setenta al modelo de so- ciedad crecientemente polarizada y empobrecida de fines de los afios noventa, en el marco de la expansién mundial del capitalismo finan- ciero, permite constatar que el transito por la infancia como un tiem- po construido socialmente asume hoy otro tipo de experiencias ” to de genéraciones anteriores y da lugar a nuevos procesos y ydos de configuracién dé las identidades. La cuestin de la infancia se constituye, entonces, en un analizador privilegiado de la historia reciente y del tiempo presente! que permite indagar los cambios ma- teriales y simbdlicos producidos en la sociedad argentina, pero a la vez es también un objeto de estudio de singular importancia en tanto 1. Decimos “analizador” en tanto es a partir de la pregunta por la infancia en la Argen- tina que podemos comprender procesos histéricos més generales. Entendemos por tiempo presente “una yuxtaposicién o superposici6n de pasados y de futuros y una conjugacién de temporalidades en movimiento cargadas de simbolos, signos y afectos” (Ludmer, 2002: 94). 20 : SANDRA CARLI la construccién de la nifiez como sujeto histérico ha adquirido notoria visibilidad. Las décadas de 1980 y 1990 del siglo XX en la Argentina fueron de estabilidad democratica y al mismo tiempo de aumento exponencial de la pobreza. Desde la perspectiva de una historia de la infancia podemos decir que este ciclo histérico, que es posible analizar retrospectivamente luego del impacto de la crisis del 2001,? muestra a la vez tendencias progresivas y regresivas: si por un lado se produjeron avances en el reconocimiento de los derechos del nifio y una ampliacién del campo de saberes sobre la in- fancia, el conocimiento acumulado no derivé en un mejoramiento de las condiciones de vida de los nifios, y en ese sentido éstos perdieron condicio- nes de igualdad para el ejercicio de sus derechos. En buena medida la in- fancia como experiencia generacional se torné imposible de ser vivida segtin los pardmetros de acceso e integracién social del ciclo hist6rico an- terior, pero al mismo tiempo se convirtié en signo, en una sociedad crecien- temente visual que puso en escena los rostros de esa imposibilidad y los rasgos emergentes de las nuevas experiencias infantiles. Una mirada desde el presente ilumina el ciclo histérico reciente y nos permite en forma preliminar esbozar una serie de hipotesis: I. Lanifiez devino un verdadero laboratorio social en el marco de un proceso histérico dominado por la aceleracién del cambio cientffico-tecnoldgi- co, la desaparicién gradual del mundo del trabajo, la globalizacién eco- némica y tecnolégica y la mundializacién de la cultura. Decimos “Jaboratorio social” porque los nifios nacido: i { los afios ochenta, y més atin en | of, | en profunda mutacién, y se convirtier | en victims de la desaparicién de formas id cién, politicas de crianza. En el caso argentino, el pasaje del viejo pais ini ijo0, 2001), marcado por el desempleo, la movilidad des- cendente y el aumento de la pobreza, produjo una brecha mayor entre generaciones contemporéneas en cuanto a condiciones de vida y hori- zontes de futuro y un aumento notorio de la desigualdad social dentro de la misma generaci6n infantil. Se produjo, por otra parte, el pasaje de muchos casos 2. Lacrisis del affo 2001, que tuvo como detonante el corralito financiero disptiesto por el ministro de Economia Domingo Cavallo y que provocé la renuncia del presidente De la Raa, se plantea como acontecimiento que marca el cierre de la década de 1990 y, a la vez, de un ciclo hist6rico caracterizado por la expansi6n del capitalismo financiero. Notas para pensar la infancia en la Argentina (1983-2001) 21 I. los abruptos y acelerados cambios econémico-sociales producidos en un una sociedad infantil caracterizada por la mezcla social a una sociedad jentemente marcada por las di ias sociales. Pasaje traumético? que permite identificar distintas as temporalidades de la historia argenti- na en el presente, desde el nifio que en un carro tirado por un caballo recorre por la noche la gran metrépoli y que recuerda el siglo XIX, has- ta el nifio que accede a las m4s modernas tecnologfas del siglo XXI des- de la privacidad del hogar familiar. En este escenario en franca mutaci6n, la nifiez ‘adquirié ‘isibilidad, mismo tiempo que se produjo cierta mie de Tas, cor sepuen- cias tragicas que tuvo sobre los (ruc la Argentina. En esta nueva visibilidad colabord el reconocimiento de los derechos del nifio, que did lugar a cierta universalizacién de la iden- tidad infantil en la medida que en la concepcién del nifio como “sujeto de derecho” se inscribieron signos mundiales que disolvieron las dife- rencias y desigualdades locales y territoriales en una estética global.* A la vez que el nifio “sujeto de derecho” fue enunciado de un discurso de democratizacién de las instituciones de menores y de interpelacién a los gobiernos nacionales, éste se constituy6 en una figura global en un escenario de aumento inédito de la vulnerabilidad de la infancia en la Argentina. Los medios, en tanto espacios de la visibilidad y del recono- cimiento social (Barbero, 2003a: 108), generaron en estas décadas pro- ductos que colaboraron de diversa forma con una estétigacién o espectacylarizacion, dramética de la experiencia i infantil. Se desarroll6 en este ciclo histérico un proceso de creciente mercan- tilizaci6n’ de los bienes y servicios para la infancia, los cuales incluyen un espectro amplio y variado de fenémenos que van desde la explosin de los maxiquioscos y las jugueterias hasta la privatizacién comercial del festejo de cumpleaiios infantiles. Bienes y servicios que adquirieron va- 3. Decimos “traumético” en tanto se hacen notorias las dificultades to. Como sefiala Hornstein, “pensar la historia es pensar en un determinismo ligado al pasa- do, pero también en un devenir relacionado con los traumas que reorganizarén los procesos en curso” (2005:18). 4, Segtin Vinelli (2000), las campajias globales de UNICEF apelan a un sentido comuin universal pero no son universales al dirigirse s6lo a la poblacién alfabetizada y al ocultar las desigualdades econémicas optando por spots desterritorializados. la cultura posmoderna, que cuestiona ieautono 5. Scott Lash define a la mercantilizacién como uno de los procesos de des-diferenciaciénen oma eae esfera Cultura? y la vincula con la esfera del consumo y de la produccién que avanza en la actualidad sobre la educaci6n y el ocio (1997). In 22 Iv. (Vas ide SANDRA CARLI lor de cambio, valor de uso y valor de signo en un escenario de acceso material desigual de la poblacién infantil al consumo y de debilitamiento puiblicos. EI proceso que algunos autores deno- 'i6n de 1a sociedad como nueva racionalidad eco- a (Ritzer, 1996) intervino-en-la circulacién de un nuevo ti tipo de sign “qué asumen aspectos pol 9s —en un contexto de aumento de ja desigualdad— por_la combinatoria de-deseos, necesidades e investimientos afectivos que el consumo infantil genera y su impacto en la constitucién de las identidades sociales. ~ Esta creciente mercantilizacién fue contempordnea del debilitamiento del Estado-nacién como cuerpo de pertenencia imaginaria durante es- tas décadas (Sidicaro, 2000: 12), dejando atrds en el tiempo aquella po- tente y a la vez polémica interpelaci6n estatal de la poblacién infantil de las décadas de 1940 y de 1950 (véase Carli, 2005). Si bien en el caso de la nifiez no hubo un debilitamiento de la accién estatal en sentido estricto —en tanto en la década de 1990 se disefiaron politicas educati- vas y sociales activas con rasgos polémicos-, se produjo la escisién en- tre cierta retdrica del discurso estatal referido a la nifiez y las politicas econdémicas que operaron un despojo sin precedentes de las generacio- e futur Lagpo fica infancid pensadas como politicas en las que se pone en juegola veprese .cidn.del nifio en el sentido de “hablar en nombre de” otro ausente en el momento de la repres i6n (Carli, 2003a), a la vez que se especializaron y dieron lugar a otro tipo de presencia en el organi- grama y en la agenda estatal, encarnaron la crisis de la relaci6n entre re- presentantes y representados, con el telén de fondo de la reforma del Estado y el cambio profundo de la estructura social. Maestros que a lo largo de los afios noventa ocuparon la escena piiblica hablando “en nom- bre de” los alumnos del sistema educativo, y més tarde familiares que hablan “en nombre de” sus hijos victimas de situaciones de muerte 0 mal- trato, comenzaron a Ilevar adelante politicas de representacién de nifios y adolescentes que indican tanto la crisis de las mediaciones estatales como el componente politica de los vinculos educativos y filiales. tidades _infahtiles se vieron afectadas por procesos de “omogeneizacion y heterogeneizacion sociocultural. Mientras ciertos ele- mentos indican formas de uniformizacién de la cultura infantil como re- sultado de una cultura global sobre la infancia, el aumento de la desigualdad social generé una mayor e irreversible distancia entre las for- mas de vida infantil, si s6lo atendemos al contrastre entre el country y la Notas para pensar la infancia en la Argentina (1983-2001) 23 villa como habitats paradigmaticos (véase Svampa, 2001; Del Cueto, 2003; Arizaga, 2004; Redondo, 2004). Si bien es posible realizar una lec- tura totalizadora de la identidad infantil en el perfodo teniendo en cuenta ciertas marcas globales y la permanencia de dispositivos modernos como la escuela, es necesario un trabajo de destotalizacién de las identidades _ (Hall, 2003) que tenga en cuenta los procesos de apropiacién diferencial de los nifios.* Ello no implica dejar de destacar el pred tos de estandarizacién y de estereotipia en la oferta cultural-comercial para nifios que sesga los modos de apropiacién, recordando a su vez la > mayor permeabilidad del nifio frente a los relatos.” Las condiciones des- iguales para el acceso provoearon no s6lo el aumento de diferencias, sino también la presencia de nuevas formas de distincién social a través del consumo infantil, distinciones que parecen retrotraernos a la etapa previa ala ampliacién del acceso al consumo que se produce en las décadas de 1940 y de 1950 en la Argentina. VI. El cardcter simétrico o asimétrico de la relacién entre nifios y adultos resul- ta una clave de lectura de fenémenos y procesos de este ciclo histérico. La interacci6n asimétrica entre nifios y adultos (Galende, 1994), que en el te- rreno psiquico se liga con las diferencias entre la sexualidad infantil y la sexualidad adulta, asume desde el punto de vista sociocultural formas y contenidos variados, lo que da cuenta de la dislocacién y/o inversién de las posiciones de los sujetos en la cadena generacional y del cuestionamiento de sus fundamentos, en un periodo atravesado por debates referidos a la “crisis de autoridad” en la familia, en la escuela y en la sociedad en general y por la presencia de fenémenos como el aumento de la violencia en los vinculos intergeneracionales, el crecimiento del trabajo infantil y hasta la expansién de la pedofilia en el pais. Las fronteras entre las edades y el sen- tido social y cultural de la prohibicién estan permeados por la crisis de un imaginario de continuidad, de pasaje intergeneracional para la sociedad en su conjunto y de alcances de la responsabilidad adulta. Estas hipétesis orientarén nuestra exploracién de la relacién entre in- fancia y sociedad, infancia y educacién, infancia y politicas. Lo haremos a 6. Analizar el consumo desde la apropiacién supone explorar lo que el consumidor fa- > brica con las imagenes y atender a los contextos de uso (De Certau, 1996: 37-40). 7. Lacan define al nifio como “prodigiosamente abierto hacia todo lo que el adulto le aporta como sentido del mundo”, destacando su permeabilidad frente al mito, la leyenda, los cuentos de hadas, la historia (1998: 83-4). 24 SANDRA CARLI partir de la idea de figuras, lo que permite recuperar las imAgenes consti- tuidas por los discursos (de los meidios, de la pedagogfa, de la politica, etc.). La experiencia cultural contemporénea es también una experiencia crecientemente audiovisual en la que el proceso de construccién visual de lo social requiere abordar la realidad también como realidad de representa- ciones (Barbero, 2003b). La realidad infantil nos habla asi a través de su representacién, pero también de lo que en ella est4 ausente. LAS FIGURAS DEL NINO DE LA CALLE Y DEL NINO CONSUMIDOR: ENTRE LO LOCAL Y LO GLOBAL Durante la dictadura militar la nifiez fue convertida en botin de guerra como parte de una politica de secuestro, a la vez que fue encerrada en el Ambito familiar como consecuencia de una interpelacién estatal que sataniz6 la péligrosidad « del espacio piiblico y los beneficios del 4mbito privado. La idea de la nacién como conjunto de familias -que formaba parte del discur- so militar (Filk, 1997: 44-45)— sedimenté también nuevas ideas sobre la relacién entre infancia y sociedad. El perfodo democratico que comienza en 1983 con la asuncién de Rail Alfonsin se inaugura con: a) las eviden- cias de un genocidio, que incluyé la sustraccién de menores, rompiendo asf con las formas de continuidad de la sociedad, en la medida en que la elimi- nacién del otro (los desaparecidos) incluyé la apropiacién por parte del poder militar de sus descendientes; b) las evidencias del cierre de un ciclo econémico que comienza a impactar en forma notoria sobre la poblacién infantil provocando también rupturas en la continuidad de la cadena generacional, y c) un debate acerca de las formas y sentidos de la represen- tacién politica y social de la poblacién infantil, en el contexto de un rearmado de los partidos politicos y del Estado, de la nueva presencia de organismos no gubernamentales nacionales e internacionales y de los emer- gentes movimientos sociales. La recuperacién e institucionalizacién de la democracia durante los afios ochenta se acompafié con un proceso de empobrecimiento del pais que dis- tintos autores califican como inédito para la Argentina. La poblacién infan- til en su conjunto comenzaba a experimentar un lento y gradual deterioro econdémico respecto de la generacién de sus padres, dejaba de representar la mezcla social prototfpica del pafs e impedia su reproduccién en el futu- ro. Es en los afios noventa cuando comienza a constatarse que la crisis de finales de la década y los procesos de ajuste que la acompafiaron “han afec- \ Notas para pensar la infancia en la Argentina (1983-2001) 25 tado con especial dureza a la infancia, socavando sus condiciones de salud, nutricién y educacién” y que la recomposicién argentina se producfa “en el contexto de un pais que se empobrece” (Minujin, 1995:17-21). Seguin el Informe “La pobreza en la Argentina” (INDEC, 1984), la incidencia de la pobreza en el pais en 1980 era ya considerable. Un dato a considerar entré otros muestra el agravamiento: en el Gran Buenos Aires el porcentaje de hogares pobres se habia elevado 65% entre 1980 y 1988, tendencia que se mantiene en 1990. En ese proceso se destacé el deterioro econémico de los sectores medios y la aparicién de los llamados “nuevos pobres”, dando lu- gar a una “pobreza adquirida”, no heredada, fenémeno que condujo a nuevas conceptualizaciones sobre la pobreza que destacaron su “intersticialidad” Feijoo, 1995: 233) y su “transversalidad” (Gonzalez, 1995: 295). Una mirada desde el presente indica que dos décadas de democracia en la Argentina dejaron como saldo un retroceso inédito en el bienestar infan- til, destacdndose la dimensién regresiva de este ciclo histérico y sus efec- tos traumdticos sobre las trayectorias de nifios y familias. Si, como ha sefialado Hobsbawm, “el pasado documentado cambia a la luz de la histo- ria subsiguiente” (1998: 236), una mirada del ciclo inmediato anterior se torna mitica: en la década de 1970 el 5 % de la poblacién vivia en hogares con ingresos bajo la linea de pobreza, en la década de 1980 subi al 12 %, a partir de 1998 se incrementa notablemente superando el 30 % y en 2002 llegé al 51% (SIEMPRO, 2002). La década de 1990, que, a partir de la asun- cién anticipada en 1989 de Carlos Sail Menem como presidente, habia co- menzado con promesas de estabilidad monetaria, recomposicién salarial y aumento de la produccién, terminarfa con un cuadro recesivo alarmante. La llegada del siglo XXI mostré asi el pafs real: en octubre del afio 2001 el 55,6% de los menores de 18 afios eran pobres y prdcticamente el 60% de los pobres eran menores de 24 afios, mostrando que la Argentina como so- ciedad “ha roto las bases mas elementales para la efectiva vigencia de un compromiso social democratico” (CTA, 2002). El proceso de empobrecimiento de amplios sectores de la sociedad argen- tina se vio acompafiado por procesos de concentracién de la riqueza y polari- zaci6n social, como resultado de la redistribucién regresiva de los ingresos* y del impacto en el empleo y en la produccién nacional de la apertura al capi- 8, “(...) en 1974 el 60% pobre y medio bajo de la poblacién tenia el 33,5% de los ingresos y el 40% medio-alto y alto el 66,5%, pero en 1999 el primer tramo s6lo posefa el 28,8% y el segundo el 73,4%" (Rapoport, 2002: 258). 26 SANDRA CARLI tal extranjero, de las importaciones y de las privatizaciones. Mientras un sec- tor amplio de la poblacién infantil vivi6 las consecuencias del empobreci- miento, al que se sumaron los sectores medios en descenso, un pequefio sector vivi6 un répido mejoramiento de sus condiciones de vida. La notoria transformacién del tejido social de la Argentina durante estas décadas permite comprender las nuevas figuras de la infancia argentina: el " nifio de la calle y el nifio consumidor, figuras que condensan transforma- ciones globales y locales y encarnan la nueva estructura social del pais. Mientras la emergencia de la problematica de la nifiez en la calle es resulta- do de los procesos de empobrecimiento econdémico-social, aumento del desempleo y ajuste, que conducen a la explosién de la pobreza infantil como fenémeno estructural durante la década de 1990, el despliegue de la pro- blematica del consumo infantil resulta del proceso de transnacionalizacién de la economia, la estabilidad monetaria y la convertibilidad, que propician nuevas prdcticas econémico-culturales de los nifios y sus familias. La ni- fiez en la calle encarné la continuidad e irreversibilidad de la expulsién so- cial de amplios sectores, y el consumo infantil las aspiraciones de las clases medias-altas en el nuevo escenario socioecondémico de los afios noventa, aunque este imaginario de acceso al consumo permeé al conjunto de los sectores sociales. Si bien la problematica de la nifiez en la calle tiene sus antecedentes més remotos en la mendicidad infantil en el Buenos Aires de fines del siglo XIX, es en la década de 1980 cuando la presencia de nifios en la calle se torna un hecho social de relevancia y va modificando notoriamente el espa- cio urbano, cada vez més similar a las imagenes de otros paises latinoame- ricanos. Recordemos la presencia de Paulo Freire en el Encuentro con Educadores de la Calle realizado en Brasil en 1985, en el que planteé la revisién de su propia teoria pedagégica ante la creciente presencia de chi- cos viviendo en las calles y los nuevos dilemas que el trabajo pedagégico con ellos ponfa en juego. Experiencias de trabajos con nifios de la calle se multiplicaron en América latina y la Argentina no fue una excepcién. Con- tinuaron la serie iniciada por las peliculas de la década de 1960 como Pixote 0 Crénica de un nifo solo, peliculas como ;Salaam Bombay! (1991) y enel caso argentino Las tumbas (1991). Si bien esta ultima se bas6 en la novela del mismo titulo de Enrique Medina, publicada en 1971, la significaci6n social del fenémeno veinte afios después permitié la relectura de-aquel tex- to de tinte autobiografico. Publicaciones de entonces, tanto del sector piblico como de organis- mos no gubernamentales, sefialaron la ampliacién del universo social de Notas para pensar la infancia en la Argentina (1983-2001) 27 los Ilamados “menores”, destacando cémo la pobreza de las familias co- menzaba a atravesar de forma dramatica la vida cotidiana infantil. La fi- gura del nifio de la calle, que dard lugar a programas estatales en la década de 1980, va dando forma a la industria de su institucionalizaci los afios setenta y fines de los ochenta se produce un aumento del ingreso de nifios y adolescentes en instituciones de minoridad por causas sociales y un aumento a partir de 1981 del ingreso por causas delictivas, que se interpreté como una puesta a la luz del filicidio encubierto durante la dic- tadura (Liwski, 1988: 42). Distintos testimonios’ indican que el fenémeno de los chicos en la ca- He, que comenz6 como parte de un proceso de deterioro social de las fami- lias en los ochenta, se agudiz6 a partir de la segunda mitad de la década del noventa, luego de haberse producido “la transformaci6n de los nifios y las mujeres en la variable de ajuste de las situaciones de empobreci- miento de los hogares” (Liwski, 1991: 187). En esta década el desarrollo de acciones y la creacién de organismos ptiblicos dedicados al tema, asf como también de organismos no gubernamentales e internacionales, a par- tir de la Convencién Internacional de los Derechos del Nifio, permite com- prender la magnitud del fenémeno y su institucionalizacién. La problemética del consumo y la figura del nifio consumidor resulta < una metéfora de la inclusién material o imaginaria, y no es antinémica de Ja figura del nifio de Ja calle, en tanto el consumo supone también un(hori? aginado)excediendo los procesos de identificacién con los objetos las posibilidades econémicas de apropiacién del consumidor."° Se entiende aqui por consumo “el conjunto de procesos sociocuiturales en que se reali- 9. Alberto Morlaquetti, director de la Fundacién Pelota de Trapo, relaté en una éntrevis- ta que le hicimos la gradual e irreversible situacién social de las familias que fue generando la salida a la calle de nifios y adolescentes a partir de mediados de los afios setenta, sea para la biisqueda de aportes para la sobrevivencia, sea para no retornar al hogar. Mientras en esa década, en una ciudad como la de Avellaneda, en Ia provincia de Buenos Aires, préctica- mente no habia chicos de la calle, en la década de 1980 comenzé el deterioro de las familias por la falta de trabajo, lo que provocarfa una mayor precariedad y violencia en el vinculo entre padres e hijos, y en muchos casos la salida de los chicos a la calle. Ana Pagano, otra educadora entrevistada, que trabajaba en barrios y villas desde 1970, también recuerda el aumento de nifios mendigos en la década de 1980 y el impacto creciente de la droga sobre los adolescentes en la provincia de Buenos Aires. 10. Cabe recordar aquf el relato de una educadora sobre la predileccién de los chicos de la calle por las zapatillas de marca y los esfuerzos monetarios realizados para acceder a ellas. SANDRA CARLI £ BSS § OEE = zan la apropiacién y los usos de los productos” (Garcfa Canclini, 1999: 34) ay s, y que forma parte del ciclo de produccién y de circulacién de bienes. Cabe sefialar que la produccién global de bienes en general, y en particular el caso de bienes para nifios, ante la apertura econémica implementada du- rante el gobierno de Menem, no s6lo provocé la invasién de nuevos obje- 3 tos sino también la desestructuracién de la produccién local, siendo un caso Ly Ys paradigmitico el de la industria del juguete."! & Si bien todo consumo es un hecho cultural, el consumo especificamente 2 cultural seria aquel “‘conjunto de procesos de apropiacién y uso de productos s en los que el valor simbélico prevalece sobre los valores de uso y de cambio *o donde al menos estos tiltimos se configuran subordinados a la dimensién simbélica” (ibid., 42). En relaci6n con el consumo cultural infantil interesa destacar la expansién del mercado de productos para nifios, la expansién de la TV satelital y sus producciones derivadas, la expansi6n de la informatica, _3 la produccién de un nuevo tipo de espectaculos infantiles, que provocaron % una nueva configuracién comercial y estética de la produccién cultural; cabe mencionar también la diversificacién de la oferta privada de educacién. Una © encuesta nacional hecha en 1999 mostraba entre otros resultados que entre 1800 casos en Buenos Aires el 71,2% de los hogares tenian televisi6n por cable, el 37% frecuentaba shoppings y el 28% tenia computadora en la casa! (Fraga, 1999: 33). Basta recordar la transformaci6n que en apenas una déca- da experimentaron los quioscos, las jugueterfas, la publicidad de productos para nifios, a fin de dimensionar el cambio material y simbélico producido y las identificaciones que dicho despliegue fue potenciando. Estos datos per- miten a su vez pensar en dos rasgos sefialados por Garcia Canclini, la crea- ci6n de relaciones terciarias y la instituci6n de sujetos en estructuras sociales ampliadas (1996b: 29 y 31): en este caso, por un lado, la relacién de los nifios : con nuevos agentes (medios, Internet, mercado en general) que exceden los © vinculos primarios (familia) y secundarios (instituciones educativas), y por otro la inscripcién de los mismos en un mundo global de referencias. valet, aus 11. Pellegrinelli (2000) ha explorado las transformaciones sufridas por la industria del juguete, la cual tuvo una etapa de crecimiento y expansién notoria entre los afios cincuen- tay setenta, y una declinacién estrepitosa en la década del noventa ante el impacto de la pendiente apertura de la importacién. 12. Segtin una encuesta realizada en 1999 sobre 1.800 casos por Rosendo Fraga, men- cionada en “La opinién péblica en los 90: la sociedad que cambia” en Todo es Historia n° 389, dic. 1999, Notas para pensar la infancia en la Argentina (1983-2001) 29 Las figuras del nifio de la calle y del nifio consumidor tradujeron, en experiencias vitales y en procesos socioculturales, la complejizacion y heterogeneizacién de la estructura social de la Argentina (Minujin, 1999). Indican por un lado el impacto de la destruccién del modelo productivo y del empleo en el aumento del deterioro de las familias de distintos sectores sociales, lo que genera la expulsi6n y/o salida de los hijos a la calle y por otro la centralidad econémica que un mercado global y transnacional ad- + quiere a través de productos y bienes de diverso tipo, dando forma a un nuevo pais safe cultural & disposicion de 10s nifios de distintos sectores so- vcita de rect n Sei ot accesspesigual sigumadeo san de "modoy Fang car a Sila ex- atusi6n social que caractetizé a lz fa debe tomiarse como tin concepto relativo y no absoluto, que constituye la contrapartida de la inclusién y que, varfa en el tiempo y en el espacio (Minujin, 1999: 57), las figuras del nifio de la calle y del nifio consumidor se constituyen en espejo, como caras// - contrastantes de la polarizacié6n social creciente. En la investigacién hist6rico-educativa, no obstante, predomin6 una vi-~, sién totalizadora de la nifiez, en buena medida sesgada por un tipo de so- | ciedad con niveles de homogeneidad e integracién social, sin fracturas | sociales extremas, y con un sistema educativo con capacidad inclusiva e igualadora (Carli, 2002). Las transformaciones producidas en las décadas andan desmontar esa visiGn totalizadora y considerar el im- fantil. aa hipotetizar que las identidades infantiles comen- * zaron a presentar, por un lado, marcas del proceso de diferenciacién social, que distancié draméticamente la experiencia de nifios de distintos sectores sociales, y por otro signos de homogeneizacién cultural resultantes del im- pacto en los gustos, lenguajes y necesidades de una cultura globalizada.'* 13. Se produce durante la década de 1990 un proceso de transnacionalizacién de la televisi6n con la replicacién de formatos, de expansién-de los canales de cable que amplian la oferta televisiva para nifios en cantidad y tiempo, y del establecimiento de la publicidad como principal fuente de financiamiento de los medios. 14. La telenovela infantil Chiquititas (véase Dotro, 2000), representativa de la nueva televisién de los afios noventa, condensé en su puesta en escena algunos de estos procesos al ficcionalizar los contrastes sociales de la vida infantil. Dicha telenovela, entre otros produc- tos, participa en el proceso més amplio de expansién global de los imaginarios (Garcia Canclini, 1999b: 33), en este caso sobre la infancia. infest we Meade 30 SANDRA CARLI DE LA PROBLEMATICA DE LA FILIACION A LAS FIGURAS DEL NINO PELIGROSO Y DEL NINO VICTIMA EN LOS MEDIOS Una mirada horizontal de las diferencias dentro de una misma genera- cién de nifios provee elementos para comprender lo que Arendt denominé “sociedad infantil”; una mirada vertical permite apreciar las articulaciones entre la sociedad adulta y la sociedad infantil, los vinculos intergenera- cionales que son una dimensién de anAlisis del lazo social. La cuestién de la infancia permite interrogar esos vinculos y desentraiiar las caracteristi- cas que presentan en la sociedad argentina contempordnea. Mientras la dic- tadura militar convirtié el secuestro y sustraccién de identidad de los hijos de desaparecidos en una forma de violencia directa capaz de instituir sim- b6élicamente un orden social nuevo al cortar la vinculacién entre engendradores y engendrados, durante las décadas posteriores se produjo una puesta a la luz de situaciones y conflictos vinculados con la identidad y la filiacién de los hijos de desaparecidos apropiados durante la dictadura; numerosos casos fueron tema de los medios y generadores de debates no exentos de polémica.'* Pero también durante estas décadas se produce la explosién de conflic- tos espeGifice’s entre(adultos y mifids/adolescentes —con violencia fisica y en distintos escenarioS (espacio piblico, instituciones educativas, hogares de menores, etc.)— que mostré la complejidad de la nueva trama sociocul- tural. Si bien estos conflictos son prototfpicos de un ciclo histérico caracte- rizado por la tan mentada “crisis de autoridad”, por el desplazamiento hacia modalidades més flexibles dé Grianza y educacién y por la modificacién de las fronteras de edad como resultado de cambios culturales y tecnoldgico- mediaticos con impacto en la cultura de las generaciones (Sarlo, 1994; Margulis, 1996; entre otros), podemos sostener que en el caso argentino esto se ha combinado con los efectos residuales de la dictadura militar (1976-1983), con la ruptura del lazo social producto del cambio de modelo econémico y con el abandono de responsabilidades bdsicas del Estado. El aumento exponencial de los conflictos violentos en las relaciones sociales entre adultos y nifios/j6venes (véase Svampa, 2001) y de las muertes vio- lentas en las ultimas décadas (Bonaldi, 2002), se entrama a su vez con las consecuencias de la reduccién del universo material y cultural del trabajo 15. Recordemos, entre otros, los casos de Ximena Vicario, Juliana Sandoval, los melli- z0s Reggiardo-Tolosa y Mariana Zaffaroni Islas. Notas para pensar la infancia en la Argentina (1983-2001) 31 como espacio de inclusi6n, de pertenencia imaginaria y de definicién de horizontes de futuro para las familias y sus hijos. En los medios este crecimiento de la violencia se hace notorio a través del tratamiento de la problematica de los “menores”. Mientras en la década de 1980 el tema “‘menores” victimas 0 actores de delitos irrumpe en la pren- sa grdfica, en los afios noventa se torna tema también de la television. Una exploracién de la prensa gréfica del perfodo 1983-2001!° muestra el crecimiento de situaciones de wiolencie’contexmenores (nifios y adoles- centes) a cargo de sujetos adultos e instituciones y en distintos escenarios, . lo que da cuenta de la complejidad de los vinculos intergeneracionales | posdictadura. Se multiplicaron las situaciones violentas al mismo tiempo que resultaron visualizadas por los medios de comunicacién. Cabe diferen- ciar en la prensa del periodo: 1) los casos de violencia contra menores (en el espacio ptiblico o en el espacio de las instituciones de minoridad) que en los ochenta permitieron nombrar la “violencia policial e institucional”, que fueron dando forma a una serie especifica y que en los noventa dieron lu- gar a la creaci6n de organismos” y en la actualidad a organizaciones de padres; 2) los casos de incidentes violentos en escuelas desde fines de los ochenta y durante la década de 1990;'* 3) los casos de maltrato o muerte de nifios/adolescentes en Ambitos domésticos o en instituciones ptiblicas o pri- vadas que se registran en este ciclo. Desde cada uno de estos sonados “ca- sos” entendidos como microsistemas, es posible leer modalidades y vinculos de la sociedad en su conjunto, que remiten a la combinacién de 16. Nos referimos a un archivo hemerogréfico conformado por una seleccién de noticias de Pagina 12 y de Clarin en el periodo 1983-2001. 17. La Coordinadora contra la Represi6n Policial e Institucional (CORREPI) se consti- tuyé formalmente en mayo de 1992; confluyeron en su formacién abogados con trayectoria en el tema antirrepresivo, familias de victimas del “gatillo facil” y grupos de militantes por los derechos humanos, y tomé forma a partir de casos de asesinatos de jvenes por el gatillo facil ocurridos en Budge (1987) y Solano (1988). Desde entonces hasta hoy se verifica la continuidad de esta tendencia, aunque con otra respuesta de la sociedad frente a la gravedad del fenémeno. 18. Toda una serie de casos de violencia se sucede desde fines de los ochenta y durante la década de 1990 en escuelas medias. En su mayorfa refieren a conflictos entre profesores y alumnos, conflictos entre alumnos, conflictos suscitados por el sistema de amonestaciones y expulsiones, saqueos de escuelas en la provincia de Buenos Aires, portaci6n de armas por parte de alumnos, etc. Pagina 12 titulé parte de los conflictos como “La batalla del secunda- rio”. Batalla que en la prensa alcanza una verdadera parabola con el debate sobre los casti- 0s corporales en las escuelas. 32 SANDRA CARLT fenémenos ligados con la salida de la dictadura militar, las nuevas identi- dades juveniles, el deterioro de las familias y ciertos anacronismos eviden- , tes de las instituciones educativas. La repeticién de casos en el tiempo largo expresa ya tendencias mds sedimentadas de la sociedad argentina reciente. Los medios y en particular la prensa grafica dieron visibilidad social a estos conflictos y acontecimientos, y la tion ‘infancia, y en parti- cular de los menores, pasé a ser un tema able” con impacto en la opinién ptiblica. Es posible identificar estrategias disimiles en el tratamiento mediatico de estos conflictos. Un tipo de tratamiento corresponde a la in- vestigaci6n periodistica que canaliza denuncias sobre el accionar policial contra menores o sobre las politicas estatales, si tomamos como ejemplo diversas notas de la prensa grdfica sobre la industria de la internaci6n esta- tal-privada de los menores en la provincia de Buenos Aires publicadas du- rante la década de 1990" o programas televisivos sobre la situacién de la infancia en el pafs.” Otro tipo de tratamiento recurre a la espectacularizaci6n de casos © situaciones con menores en programas que —recurriendo al amarillismo— impiden una adecuada reflexién sobre la cuestién social”! o banalizan verdaderos dramas individuales y colectivos 7 A medida que el imaginario de época se fue alejando de la denuncia de los crimenes de la dictadura en los afios ochenta y que el escenario social de los noventa comenzé a mostrar las consecuencias de la expulsién social de nifios y jévenes, los medios comenzaron a dar visibilidad al delito infan- til y juvenil. Si bien las estadisticas indican el progresivo aumento de deli- 19. Nos referimos por ejemplo a las investigaciones de Horacio Verbitsky publicadas en el diario Pagina 12. 20. Programas emitidos por Punto Doc de la productora Cuatro Cabezas, 1995-2004, so- bre prostituci6n infantil, trabajo infantil, comedores escolares, deterioro de las escuelas, etc. 21. Entre otros casos es posible destacar el tratamiento hecho por Canal 9 del caso del padre Grassi, acusado de abuso de menores, en una defensa abierta del acusado, o el trata- miento en el programa de Mariano Grondona de un conflicto con un menor planteado en el Comedor Caras Sucias de Mataderos, en el que éste fue expuesto en c4mara. 22. El Reality Show, como nuevo género televisivo de la década de 1990, convirti6 la vida de la gente comin en espectéculo; en el caso argentino, entre otros ejemplos, estuvie- ron el programa de Lfa Salgado y el de Moria Casén. En Estados Unidos, la propuesta por parte de una joven de 16 afios de dar en adopcién el nifio en su vientre en el programa 20/20 de Barbara Walters en la cadena ABC y la competencia de diversas parejas por lograr su paternidad, o un programa del Canal Fox en el que un nifio adoptado debe descubrir a su padre biolégico por un premio de 100.000 délares bajo la pregunta “;Quién es tu padre?” son sélo algunas muestras polémicas de una tendencia global. Nn Notas para pensar la infancia en la Argentina (1983-2001) 33 tos cometidos por menores y el descenso en la edad de quienes delinquen, asi como una tendencia més general a la judicializacién de la nifiez en la Argen- tina (Guemureman y Daroqui, 2001), los medios colaboraron en la exposi- cidn de un fenémeno a medida que fue creciendo la pobreza y la iiseguridad en él pais en la segunda mitad de la década del noventa. Esto se ha reflejado en el desplazamiento del género policial aun lugar central de la agenda pe- riodistica, género que se caracteriza por la exclusién de la ciudadania al pre- dominar un tratamiento simplificado y reduccionista de la realidad en la presentaci6n de las noticias (Martini, 2002). Las dudas que en distintas notas de opinién sobre el tema se esgrimen sobre las estadisticas que fundamentan la tesis del aumento del delito juvenil son un indicador més de la compleji- dad de este cardcter noticiable y sensacionalista del fenémeno. Las figuras del nific peligroso y del nifié victimia irrumpen en los medios como ~ construcciones sociales que condensan las grandes transformaciones de estas décadas, instalandose como verdaderas representaciones sociales en las que —mis allé-de las posiciones ideolégicas de los productores— la asimetria es bo- rrada, negada” y, por lo tanto, también se desdibuja el lugar de responsabilidad del adulto. En la construccién medidtica de la figura del nifio “peligroso” (por sospecha 0 por cometer un delito) se filia al “menor” en la historia del delito, apel4ndose a la neceSidad de dispositivos de control de diverso alcance, cues- tién que puede detectarse en los debates producidos en relacién con la legisla- cién de menores 0 con el descenso de la edad para la imputabilidad del menor. Mientras la figura del nifio peligroso es utilizada en forma sensacionalista para generar polémica, miedo social o rechazos conservadores, borrando las posibilidades de comprensién, de historizacién biogrdfica o de impugnacién de las instituciones, a partir de mirar los actos desde un puro presente y desde sus efectos, la figura del nifio victima™ es tratada de manera de promover conductas de compasién social y formas de consenso activo o pasivo, aun- que canalizando mayores demandas sociales de aplicacién de justicia. En el tratamiento medidtico de los hechos vinculados con nifios hay en la mayor parte de Tos casos un borramiento de la polisemia personal, de los matices de cada historia individual, de las tragedias de cada pequefia historia: las figuras de infancia se ofrecen vaciac i 23. El programa Polictas en accién, producido por Endemol, en el que los menores son expuestos a un espectéculo mediético en el marco de situaciones cotidianas de gran conflictividad, es s6lo una muestra. 24, Cabe mencionar la serie de casos paradigmiticos como los de Jimena Hernandez, Maria Soledad Morales, Nair Mostafé, etc. 34 SANDRA CARLI demos que el género policial en los medios es uno de los espacios significati- vos més fuertes para la construccién y la consolidacién de representaciones de los “otros” diferentes y de representaciones de amenaza e inseguridad (Martini, 2002: 88). En este caso los “otros diferentes” son nifios y adolescentes, coloca- dos en un lugar de externalidad a la sociedad en su conjunto. La visi6n social sobre la infancia en la Argentina estd atravesada por esta construccién mediatica, por esa construcci6n visual de la cuestién social que ha debilitado una polémica publica y una reapropiaci6n colectiva de los hori- zontes de futuro de la poblacién infantil en su conjunto. Las imgenes sobre la desnutricién infantil en Tucum4n que aparecieron en los medios grdficos y televisivos en el afio 2001 cierran un ciclo, mostrando como su contracara la obscenidad de la mirada social del fenémeno. La desnutricién se convirtié en noticia y generé que en muchos casos los periodistas interrogaran a menores sobre su situaci6n (“jcomiste hoy?”) construyendo al nifio como un “otro”, objeto de una interrogacién cuasi policial. La mirada sobre la desnutrici6n infantil, construida por los medios y analizada desde la privacidad del hogar, puso en juego esa distancia del observador. Esa visi6n recorrié el mundo. LAS FIGURAS DEL ALUMNO: ENTRE EL DERECHO PRIVADO FAMILIAR . Y LA ESFERA PUBLICA Si recordamos aqui la tesis central de P. Ariés que plantea la estrecha relaci6n entre la escolarizacién y la construccién de la infancia como cate- goria social en la modernidad, podemos afirmar que las diversas crisis y transformaciones del sistema educativo durante las décadas de 1980 y 1990 dieron lugar a una construccién compleja, polémica y contradictoria de la figura del alumno, una imagen moderna traducida en los rostros dispares y contrastantes de la Argentina posdictadura. El sistema educativo no puede ser ya analiz identi des de los alumnos a partir eractons minante dei pasado, educacional=, sino que den un gnalisis de las fortias y los contenidos de la escolarizagién desde uid perspestiva alavez localizadd y géneral, y la construccién de la infancia en dichos espacios y tiempos. Si la heterogeneidad de la estructura social de la Argentina no se divorcia de cierta heterogeneidad en aumento del sistema educativo, hay que destacar también su impacto en la construccién de la infancia como categoria social \no-homogénea. En nuestro caso sefialaremos algunos ejes analiticos para estudiar estos fenémenos.

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