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Topografias conflictivas: memorias, espacios y ciudades en disputa Anne Huffschmid Valeria Durdn (Editoras) DAADs @sTriléé Sara smn gh mans Duran, Valeria ‘Topologias conflictivas : memorias, espacios y ciudades en conflicto / Valeria Durdn y Anne Huffschmid. - 1a ed. - Buenos Aires ' Nueva Trilce, 2012 432 p. ; 23x16 em ISBN 978-987-28190-0-2 1. Sociologia. |. Huffschmid, Anne Il, Titulo CDD 307.66 © 2012 Nueva Trilce Editorial wwwanuevatrilee.com.ar | info@nuevatrilce.com.ar Disefio de tapa: Mariela Antufia Primera edicién: mayo 2012 Impreso en Argentina — Printed in Argentina Queda hecho el depésito que marca la Ley 11,723 Prohibida Ja repreduccién total o parcial de esta obra bajo cualquier método, incluidos la reprografia, la fotocopia y el tratamiento digital, sin la previa y expresa autorizacién por escrito de los titulares del copyright. La vecindad del horror. Pasado y presente en el entorno de los (ex)centros clandestinos de detencion VALERIA DURAN Cuando a partir de mediados de los afios “90, luego de varios afios de silencio, la memoria de la dietadura vuelve al espacio publico en la Argentina lo hace nutrida por una conjuncién de factores diversos: el vigésimo aniversario del golpe a partir del cual cobra importancia su conmemoracién; el surgimiento de relatos piiblicos tanto de ex militantes como de quienes participaron de la represién ilegal; la renovada posibi- lidad de castigo a los culpables a través de los juicios por apropiacion de menores; la decisidn de crear el primer lugar de homenaje a las victimas, el Parque de la Memoria, y la aparicién de los hijos de los desaparecidos como nuevos actores politicos (Feld, 2002; Bonaldi, 2006). Esta irrupeién ptiblica parece reforzarse a partir de la crisis que estallé de modo tragico a fines de 2001 en la Argentina, que marca un punto de inflexién a partir del cual se produce una ampliacién cualitativa del espacio publico, considerado aqui no sélo como el espacio de la politica y lo social, sino también en su acepcién mas literal como espacio urbano Marchas a la Plaza de Mayo, “cacerolazos”, asambleas barriales y la mayor visibilidad de movimientos piqueteros, entre otros, son exponentes de una nueva etapa de movilizaciones sociales que presenta diferencius respecto del pasado inmediato, signado por el individualismo y la despolitizacién de la década neoliberal, y en la que aparece como referente —quizds de un modo idealizado- el escenario socio-politico de la década de 1970 y el proyecto de pais que estaba en pugna entonces (Duran, 2009). Mas recientemente, a partir de la presidencia de Néstor Kirchner se ha generado un contexto politico favorable que se traduce en la instauracién de politicas publicas de la memoria. En particular, los sitios vinculados al terrorismo de Estado se han hecho cada vez més visibles tanto por 204 VaLerta DURAN acciones desarrolladas para sefialar su presencia en el entramado de la ciudad (desde los “escraches” hasta intervenciones de artistas) como por los debates suscitados en torno a la “recuperacién™ de estos espacios. La transformacién de la Escuela de Mécanica de la Armada (ESMA) en Espacio para la Memoria y la Promocién y Defensa de los Derechos Humanos constituye un acontecimiento simbélico fundamental de esta politica. La creciente importancia de estas marcas de la memoria? instala un debate publico que atin permanece abierto; el dilema de la representacién, de la conservacién, de la explicacién. ¢Cémo lograr que estos espacios superen la complejidad que supone concentrar en una forma -ya sea museo, centro cultural o educativo, parque, memorial o monumento- la mul- tiplicidad de experiencias que atravesaron y atraviesan. hoy estos espacios para lograr dar voz a todas ellas? Sin embargo, no todas las marcas dejan huella. No todas las marcas en la ciudad, visibles y reconocibles para sus habitantes —0 la mayor‘a de ellos-, tienen Ja capacidad de dejar huellas en ellos, en su memoria, en su experiencia, en su modo de habitar o transitar la ciudad. La presencia de una marca de la memoria en el espacio urbano ho siempre se construye sobre los vestigios materiales de ese pasado. Si en los ex centros de detencién coincide la marca con los restos, en el Parque de la Memoria,’ por ejemplo y mas alla del simbolismo del rio, la marca no 1 El término, si bien utilizado con frecuencia, resulta un tanto confuso. Los or- ganismos de derechos humanos lo utilizan en las demandas por la posesién de estos espacios, aunque no les pertenecieron en el pasado. 2 La nocién de “marcas territoriales”, como nexo entre pasado y presente, es postulada y trabajada desde diferentes andlisis de casos en Jelin y Langland (2003), También Schindel (2004) utiliza la idea de “marcacién” de Ingares de memoria en su analisis sobre los modos en los cuales las huellas del pasado se inscriben en la “dura superficie” de las ciudades de Berlin y Buenos Aires. 3 Elparque se ubica sobre la Costanera Norte, muy cerca de Ciudad Universitaria ¥ ocupa una superficie de 14 hectdreas. Surgié por iniciativa de un grupo de organismos de derechos humanos que buscaban “plasmar en un hecho histérico ¥artistico el encuentro entre un pasado silenciado y un presente de recuperaci6n de la memoria” (Comisién Pro Monumentos a las Victimas del Terrorismo de Estado, 1999: 7). En una primera etapa, fue realizada la plaza de acceso, donde se colocaron algunas de las esculturas ganadoras de un concurso piiblico. Luego, siguio la construccién del Monumento a las Victimas del ‘Terrorismo de Estado, también proyecto elegido ganador en un concurso de Propuestas e inaugurade a fines de 2007. El monumento esta conformado por unos muros dispuestos ©n zig-zag marcando un quicbre profundo que recorre todo el diametro del Semicireulo que conforma el parque. El ultimo tramo, que comienza sabre un terreno clevado, acompafia una pendiente que termina en un pequefio muclle que ingresa al rio. Sobre esos muros se colocaron 30.000 placas realizadas en porfide La VECINDAD DRL HORROR 295 surge de ellos. Entonces, {qué hace que un lugar sea marca? ;Desde qué momento lo es? Las marcas del pasado reciente en la ciudad son resultados de luchas politicas y encarnan espacios disputados, apropiados, ganados por impulsores de memoria.‘ Las huellas, por su parte, pueden ser pensadas como una cicatriz de la experiencia del pasado en el presente. A diferencia de la marca, sdlo puede ser lefda por quien se involucra de algtin modo en ella, requiere de un descifrador, no basta un lector informado. La huella es una lectura al interior de la marca. Por ello, los lugares no pueden definirse excluyentemente como marcas o huellas juzgando su intencién, sino que se definen por su gestién y modos de recepcién. Pero mas alla de estos interrogantes sobre los modos de representacion del pasado reciente y del uso actual de estos espacios, comienzan a surgir también preguntas sobre sus entornos urbanos y vecinales. ;Cudnto se sabia —y cuanto no se queria saber- respecto de la existencia de los centros clandestinos de detencién en la ciudad? gCudnto se ofa -pero no se escuchaba- desde el exterior? ¢Cémo era la vida cotidiana en los entornos de los espacios en los que hoy se sabe con toda certeza que sirvieron para mantener cautivos, torturar y aniquilar a cientos o miles de detenidos? Surgen también preguntas vinculadas a la experiencia presente: ,cémo es la convivencia diaria con estos lugares cargados de historias trauma- ticas que hoy funcionan como espacios de memoria y brindan testimonio del pasado reciente? Qué tan interpelados o convocados se sienten sus vecinos por ellos? {Qué preguntas se hacen sobre estos espacios las jévenes generaciones? Este articulo intentard brindar una primera aproximacién a estos interrogantes, buscando indagar en diferentes modos de articulacién entre vida cotidiana y sitios vinculados al terrorismo de Estado, tanto durante la dictadura como en el presente - instaurados ya como marcas de la memoria- atendiendo a las singularidades que asumen dichas ar- ticulaciones en los modos de intervencidén de estos espacios. Estos sitios estan atravesados por memorias individuales y experiencias colectivas, tanto de quienes estuvieron detenidos alli y de sus familiares como de para evocar a los desaparecidos. Muchas de ellas no tienen nombres grabados, dejanda abierta la posibilidad de que la lista cantintie completandose y reflejando también el vaciamiento de identidad que fue parte del proceso represivo. 4 Los “emprendedores de memoria” -como los organismos de derechos humanos en la Argentina. luchan por el reconocimiento y la legitimidad de su narracién del pasado, no sélo al interior de un (su) grupo, sino también frente a otras grupos, generando ideas, movilizando proyectos, etc,. Para Jelin, en este planteo, “esta implicito el uso politico y publico que se hace de 1a memoria” (2002: 50). medida- e] surgimiento en el io ptibli su ©sPacio ptiblico de las memori., aquellos no directamente” afectados Por el terrorismo de rakes Tan CERCA, TAN LEJOS: 108 CENTROS DE DETENCIGN EN EL ESPACIO URBANO ee euien clandestings de detencién, de los cuales 45 estab; ‘a abe la cand de Buenos Aires.° Estos se emplazaban generalmen, una dependencia militar o Policial, en e] entramado urbano (DAAD) @ La Comisién Nacional de Deaapari bac ; aricién de Personas (CONADE abiliz: sratiadament 840 contros en 1985. Seguin datos m Paes “pill een feed ; one existieron 520. Ver también Thstituto Espacio Abolas de Plaza de Mayo cms, mtestnos de la Ciudad de Bens a Ia ciudad (2009) ai 2? (2008), El porvenir de la memoria, En Memorias en embargo, no hay acre Wet Contabiliza IS gence doeee ilegal. Sin Sees 20 he deren Ot as ita Ya que para confimar Ia existencia po 8 ‘menos dos testimo; niog, a1 Ds ee *denuncia de 2 CONADEP o el Poder Judicial te ela atest. Preis ser mayor 1 eos landestinos que funclonaron a la dictadur: 0s la falta de denuncias no permite slaves cifra oficialmente. donde el resto de la sociedad continuaba su vida habitualmente. Existid, entonces, durante los anos de la dictadura una tensién particular entre el adentro de los centros clandestinos de detenci6n y el afuera. Emplazados en medio de la ciudad, los centros estaban, en términos territoriales, muy préximos pero a la vez muy distantes. Sus muros perimetrales, sus paredes divisorias crearon una espacialidad y temporalidad Propias y funcionaron al igual que la figura de la puerta en Simmel ([1903] 1998)- separando lo préximo, en contraposicién al Puente que une lo distante. El Puente liga lo separado y cumple, para Simmel, una funcién practica, hace visible y medible esa distancia entre el aqui y el alla. Con la puerta, un trozo del espacio fue separada de todo el mundo restante y ligado en si: representa en forma decisiva cémo separar y ligar son dos caras de un mismo acto, Segtin los testimonios de dos detenidas: Ana Maria Careaga, en el Club Atlético, y Graciela Geuna, en La Perla en la provincia de Cérdoba: “Un dfa vivi una sensacién de irrealidad tal, que en ese momento ¢rei que iba a perder 0 que habia perdido ya la razén, Estaba en la enfermeria, cerca de la calle, de la gente, y nadie sabia que yo estaba alli. Ese dia habia habido un partido de fitbol; habia ganado Boca, yo escuchaba las bocinas, los gritos de la hinchada festejando. Adentro, al lado de la enfermeria, los verdugos jugaban al truco jy escuchaban un casete con los discursos de Hitler! Tuve que cerrar los ojos y taparme los oidos! (Citado en Calveiro, 1998:87), “Yo crefa en un principio que La Perla estaba ubicada en algiin Pparaje remoto ... Casi enfrente nuestro se levantaba la fabrica de Cemento Corcemar, a sélo 14km de la ciudad de Cérdoba, a unos cien metros de una de las principales rutas de la provincia, que tiene una densidad de transito importante. Vi pasar varios coches y pensé si no nos verfan. jEstabamos tan cerca y sin embargo tan lejos!” (Citado en Calveiro, 1998: 87). El centro clandestino de detencién ubicado dentro de la ESMA, por ejemplo, funcionaba al lado de un colegio secundario, la Escuela Téenica Raggio, y frente a la empresa Gillette, Si bien los secuestrados eran man- tenidos sélo en uno de los edificios, el Casino de Oficiales y los ingresos a Ja ESMA ze realizaban en mayor medida de noche, también habia durante el dfa movimientos relativos al funcionamiento del centro en toda el predio que podian ser vistos desde el exterior.” De modo andilogu, en su estudio de caso sobre el fancionamiento del campo de con- 7 centracién nazi Mauthausen, Gordon Horwitz sostiene que si bien espacialmente Asi, los centros clandestinos de detencié i é Bers iea nok eer adeacecraereeon iS deci ote a a eee cierta medida, conocidos por su entorno.* “Los ve es eh as serine nt yeices coer eater ontota lation y aia a tos extrafios” (1998: 44), Un veeino del centro de detencién coi pat ios dcibantelds uetiindiond aria iocalidad bonaeteiss sc eal de Zamora, brinda testimonio de sus recuerdos en el vide a ae Fe etnoe Gel horrcri Los otroa testigos: Dee: A las tres, a las exalt Pe or hoa tennindctae grades) bajebad Gente! con larsca bajaban toda la gente y los metian adentro. A veces se eitin ee Algunos de los vecinos que vivieron en las inmediaciones de dnc ; centros de detenci6n, y también testigos ocasionales de operate detencién de personas estan declarando por primera vez en los dial i s Juicios que se llevan a cabo en la actualidad.'° Esos relatos; que pro ae del exterior de los centros, ya sea como pruebas en los Raising 0 bien meros testimonios de una época, confirman que no existia total i tar lidad de lo que sucedia nici el Esto no era producto de un descuido o de una desprolijidad, sino que es dejar ver a medias constituia una modalidad caracteristica da las poli 4 represivas que se estaban levando a cabo, En palabras de Calveita, “as preciso mostrar una fraccién de lo que permanece oculto para diseminar el terror, cuyo efecto inmediato es el silencio y la inmovilidad” (1998: 44) Por su parte, Vicente Palermo y Martin Novaro caracterizan la represién, Ree ddriinscl terror impuesto cone dictadura, como “ajemplificadara ¥ vergonzante, visible e invisible, oficial y clandestina” (2003: 132). Estas tensiones generaban, entonces, una oscilacién entre dos polos: saber y ar saber, y sobre ella yacia la posibilidad de la eleccién. La opcion de eben (ver, escuchar) era sin duda la mas riesgosa, mientras que no saber era io mas seguro y tranquilizador. Asi, el golpe de Estado y el periodo que éste renner RT A IR el AE fa é ‘i =tlaeiay que el campo y su entorno conformaban dos mundos separados, $ que separaban estos mundos nunca fueron impermeables” (1990): 27). 8B Para un andli sobre la vecindad en torno al ex centro id . I 21 eX Ce de detencién conocid nee ‘El Olimpo” ver Mendizabal et al. en este mismo volumen. oe wee del horror. Los otros testigos” (1996). Idea: Maria S. Cantino; Graciela Hats lead Sebastidn Clemente, Enrique Porterie, Genaro Press Dam ign pee Zari, Camara y edicién: Zebra Produeciones Cosedihidesgn au epee Para un andlisis sobre este documental ver: Levin (2006). ihe Be pallte al ‘no te metas”, Diario Pégina 12, 5/6/2011. Un estudio sobre ee 8 de testigos de operativos y de vecinos de centros de detencién de la lad de Rosario puede verse en Aguila (2008). " jnstauré fueron interpretados a la luz de experiencias pasadas, en un pais fn el cual los gobiernos militares lejos de ser excepeionales, eran bastante frecuentes. Por ello, y ante Jas particulares caracteristicas que te adopts, sobrevino una generalizada sensacién de ineredulidad. “El dispositivo dandestino generaba asi un efecto de irrealidad (...): costaba creer, seguiria costando hacerlo incluso cuando los datos sobre lo sucedido se hicieron mas y mas precisos, que algo asi pudiera estar pasando en la propia ciudad, en el propio barrio” (Nowaro y Palermo, 2003: 144). En este sentido, los autores sefialan que la represién fue posible, producto de la combinacién | entre el consentimiento y el desconocimiento por parte de la sociedad: “el " anestesiamiento moral, con todo, no basté por si mismo para lograr que gran parte de la sociedad consintiera lo métodos ilegales. Lo que actud, decisivamente, en este sentido, fue el secreto, que introducia un elemento ) giniestramente racional: la preferencia por no saber” (2003; 134-5). La cuesti6n de la proximidad introduce inevitablemente -como interra- gacién- la problematica del testigo. Shoshana Felman (2000) plantea —a partir de una lectura del film Shoah de Claude Lanzmann- la existencia de tres modos de ver fundantes del testimonio: victimas, verdugos y espectado- res.'! Esta division “no es -para Felman- simplemente una diver sidad en los puntos de vista o en Jos grados de implicancia e involucramiento emocional, sino la inconmensurabilidad de posiciones topograficas y cognitive dife- yentes que no pueden ser saldadas > (1992: 207-8, mi traduccién). Considerar a los vecinos como posibles espectadores 0 bystanders”, como testigos, aunque con una visibilidad limitada, nos eva inevitable- 71 El debate sobre la posibilidad o imposibilidad de testimoniar —sostiene Jelin (2002)- se origina fundamentalmente a partir de la experiencia del nazismo. ¥ es a partir de esta experiencia limite que surgen dos tipos de testigos. Es testigo quien vivencia y narra. Se trata de un testimonio en primera persona. Es testigo también quien observa un acontecimiente, aunque no lo haya experimentado directamente. Por medio de su testimonio se puede verificar —0 al menos intentar hhacerlo— ciertos hechos. Algunos acontecimientos —como el exterminio masivo mediante el uso de camaras de gas 0 Jos “vuelos de la muerte’— carecen de testi- monios en primera persona. No hay testigos: participe (Jelin, 2002) porque no hay sobrevivientes. 12 Bystanders, junto con vietimas y perpetradores, son los tres grupos que define Peal Eilers (1983), cada uno de los cuales vio, desde una pespectiva particular, lo que sucedié durante el exterminio de los judios en el régimen nazi. Los bystanders con, segin Hilberg, el grupe més masivo: “Elles no estaban *involucrados’, 10 deseaban herir a las victimas ni ser heridos por los perpetradores” (1993: xi, mi traduccién). Barnett (1999) también parte de la concepeién literal del bystander, es decir, aquel que esta presente, pero que no toma parte Sin embargo, agrega que wate término “no s6lo identifica la posicién de una persona en relacién a un evento Ell Vauia Dunas —s mente a introducir la cuestién de la responsabilidad y complici ivi Se trata de una dimensién que aun no ha sido diteientneisiat td inal J en nuestro contexto, aunque si ha sido tematizada en el arte y literature La temprana reflexién de Leén Ferrari a partir de un collage de arial periodistieos titulado “Nosotros no sabtamos" (1984) nos enfrenta a une serie de noticias publicadas en distintos diarios que daban cuenta, con aaa regularidad escalofriante, de la extrafia aparicién de cuerpos N. } vel costas de la provincia de Buenos Aires. También la novela El secreto y Ine voces (2002) de Carlos Gamerro, los films Los rubios (2003) de athe ia Carri y M (2007) de Nicolas Prividera son algunos ejemplos de obra: a Jas cuales esta discusién comienza a tener lugar. sl OTRAS MEMORIAS Si bien la dictadura transformé profundamente los habitos cotidianos. yestos cambios perduraron en el tiempo en algunos casos hasta hoy, no se interrumpié cierta cotidianeidad de la vida, que se expresaba en distintas dimensiones, incluso las vinculadas a lo lidico y al entretenimiento, y que ocurria “no a pesar de —dice Christian Ferrer- sino en el mundo imaginario abierto por la dictadura” (2006: 10). Mas alla de las expe- riencias extremas de persecucién, secuestro y desaparicién, existen otras experiencias de la dictadura que son menos visibles pero mas extensivas: las de aquellos que parecian vivir indiferentes o no tan “directamente” afectados al régimen imperante. Se trata de vidas que transcurrian con aparente “normalidad”, cuyas experiencias de la dictadura resistieron como memorias subterraneas (Pollak, 2006) — se mantuvieron en dmbitos privados, circulando dentro de determinados grupos, pero no audibles para toda la sociedad-'* quizéis (auto) silenciadas ante lo ominoso de los relatos de los gobrevivientes 0 de los familiares de los desaparecidos. Ruidos de helicépteros o de disparos a la madrugada, persianas bajas a mitad de la tarde, control de documentos en el transporte ptiblico 0 en la entrada a las universidades™ son algunos recuerdos que podrian a ie ular, sino que implica una cierta forma de comportamiento, incluyendo lecisién sobre si involucrarse o mantenerse fuera” (1999: 10, mi traduccitn). 13 Para Pollak (2006), la prohibicion o la vergiienza son algunos de los motivos por jos cuales ciertas memorias no pueden salir a la luz. 14 pe pa de algunos recuerdos narrados por participantes del proyecto Quimica ia a Memoria, cuyo objetivo era tender un puente entre el pasado reciente de : “a dura militar y el presente a través de objetos-memoria, El proyecto, idea el artista alemsn Horst Hoheisel, fue adoptado en el 2004 por la artista plastica Marga Steinwasser y la socidloga Maria Antonia Sanchez. Mediante una eonvo- ‘La VECINDAD DBL HORROR iderarse “secundarios” o “menores” en términos de experiencias de represién, Sin embargo, ellos contribuyen a construir un clima de oca, poniendo en evidencia, todos los matices y contradicciones de la ida cotidiana bajo un estado de excepcién. Estos recuerdos, vagos 0 sarticulados, en muchos casos, fueron resignificados cuando los vacios jados por el no saber —0 el no querer saber— comenzaron a ser lenados ‘gon testimonios e informacién. La memoria es topofilica, se inscribe espacialmente, es decir, existe una ‘propension del recuerdo para construirse espacialmente, para inscribirse n un espacio” (Candau, 2006: 37). Por ello, la ciudad como trama signifi- ante que se despliega en multitud de registros el trazado de las calles, a arquitectura, los espacios civicos, las formas que el disefio imprime en jversas superficies— alberga para sus habitantes no solamente marcas: piograficas, personales, sino también huellas reconocibles que dan cuenta le un pasado compartido. En este sentido, pedemos preguntarnos no 6lo qué lugares quedaron atravesados silenciosamente —y no tanto~ por s vidas cotidianas de quienes hoy estan desaparecidos sino también qué lugares llevan inscriptos o guardan vivencias menos traumaticas inculadas a la vida cotidiana en dictadur COTIDIANEIDAD PRESENTE: INTERROGANTES ABIERTOS La particularidad que supone el “haber estado ahi” en el entorno urbano y vecinal mds inmediato a los eentros clandestinos de detencién durante la dictadura resulta también un interrogante en el presente frente a estos sitios transformados. {Qué supone convivir diariamente con estos " espacios? 4Cémo afecta en Ja vida cotidiana el transito habitual frente a ellos? {Qué niveles de involucramiento, rechazo o ajenidad generan en - los vecinos? Sin duda, las respuestas son particulares segin los casos. No todos las barrios han tenido igual protagonismo en la lucha por estos espacios ni tienen en el presente una activa vinculacién con estos sitios. “El Olimpo”, ubicado en Floresta, o el “Club Atlético” en San Telmo, por ejemplo, ambos en la Ciudad de Buenos Aires son, en este sentido, diferentes a la ESMA. catoria abierta, se invitaba a quienes quisicran participar a que entregaran un objeto que les remitiera “biograficamente” a la época, acom| pafiade de un relato que explicara los motives de la eleccién, La importancia del proyecto radica en la (re) construccién de la memoria colectiva, a partir del entramado de materialidades y relatos que dieran cuenta de la dictadura o sus efectos a partir de las vivencias cotidianas, no séle de quienes vivieron esos afos sine también de las generaciones posteriores, Un andlisis de este proyecto puede verse en Durdn (2009) Por un lado, los diferencian las caracteristicas de sus entornos urbanog y los consiguientes grados de involucramiento vecinal en su resignificacigy, 1a expropiacién del predio a la Armada, por ejemplo, se realiz6 por decisign, gubernamental y tuvo que ver con la accidn de diversos organismos de derechos humanos y no por acciones de colectivos vecinales de la zona, Pop el otro, la importancia material y simbélica de la ESMA, quizas el Sitio mas emblematico de la dictadura. Esto se debe tanto a la gran cantidag de detenidos y desaparecidos que estuvieron cautivos y porque alli se organizaban los “vuelos de la muerte”, como porque funciond. también como maternidad clandestina y fue un verdadero centro operative desde donde se planearon diversas actividades delictivas. Asimismo, alli se desarrollé un programa de “recuperacién” que trabajo en la Preparacién de la candidatura politica de Emilio E. Massera. Ademas de su relevancia como ex centro de detencién, la importancia de la ESMA reside también en su gran tamatio y su privilegiada ubieacién en un cotizado barrio de la Ciudad de Buenos Aires. Ocupa un predio de 17 hectdreas sobre la avenida del Libertador en Nujiez, barrio que en la Ultima década ineorporé varias torres de lujo. Estas proximidades, tanto las de los yecinos de entonces como las de los recientemente mudados, abren interrogantes que comienzan a ser explorados pero que atin carecen de Tespuesta. Por un lado, jeudles son los recuerdos que tienen sobre Ja ESMA los vecinos del ba rrio, quienes vivieron alli durante la dictadura? .Cudles son sus memorias? {Como se Ponen en juego -si es que lo hacen- problemas dificiles de abordar como la responsabilidad, el miedo, el silencio? ¢En qué relatos o anécdotas se (con)funden el saber y el no saber lo que alli sucedia? Y, por otro, écémo sienten los nuevos vecinos la convivencia con un sitio que albergé tanto dolor y sufrimiento? Con la ESMA transformada en Espacio para la Promocién y Defensa de los ‘hos Humanos se abre la posibilidad de una nueva vinculacién con ese lugar establecido tan cereanamente lejos. ,Cémo lograr integrar a la vida del barrio circundante un lugar que, como institucién militar, tuvo, durante muchos atios, vedado el ingreso al publico? {Con qué estrategias lograr que los vecinos, los mds antiguos y también los mds nuevos, s€ Apropien, de una o multiples formas, de este lugar? Por ahora, pareciera que la avenida y las rejas que rodean al predia son una frontera que pocos Se aventuran a cruzar. Barnett, Victoria (1999). Bystanders, Conscience and complic ‘La VeCINDAD DEL HORROR: _ BIBLIoGRAFIA Aguila, Gabriela (2008). Dictadura, represién y sociedad en Rosario, 1976-1983. Un estudio sobre la represion y los comportamientos y actitudes sociales en dictadura, Buenos Aires: Prometeo Libros. ty during the Holocaust. Westport: Paeger Publishers. Bonaldi, Pablo (2006). “Hijos de desaparecidos, Entre la construccién de la politica y la construecién de la memoria” en Jelin, Elizabeth y Sempol, Diego (comps.). El pasado en ef futuro: los movimientos Juveniles. Buenos Aires: Siglo XXI. Calveiro, Pilar (1998), Poder y desaparicin. Los campos de concentracién en la Argentina, Buenos Aires: Colihue, Candau, Joi] (2006). Antropologia de la memaria. Buenos Aires; Nueva Visién. Duran, Valeria (2009). Umbrales de la memoria. 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El afuera de un centro clandestino de detenci6n: las memorias de los vecinos del “Olimpo” Maria E. MenpizAnat, Maria Jost MENpE2, JOAN Porros, Arret Korzin, IsapeL Cerruti, MARCELO Lopez’ El Centro Clandestino de Detencién, Tortura y Exterminio (CCDTyE) “Olimpo” fue uno de los cuarenta y cinco Centro Clandestinos de De- tencién (CCD) que funcionaron en la Ciudad de Buenos Aires durante la ‘iltima dictadura civico-militar. Funcioné en un predio ubicado entre las calles Ramén Faleén, Olivera, Lacarra, Fernandez y Rafaela entre agosto de 1978 y enero de 1979 del barrio de Floresta. Las personas que fueron detenidas desaparecidas en este Centro Clan- destino de Detencién, asi como en los mas de 500 que funcionaron en. todo el pais, eran militantes de organizaciones politicas, sociales, sindicales, etc. comprometidas con el proyecto de liberacion nacional y popular, y que fueron perseguidas por sus ideas, militancia y persistencia en la intencién de lograr una sociedad incluyente y justa. Las personas recluidas ilegalmente en e] CCDTyE *Olimpo” provenian, en un principio, de otros CCD ubicados en la Ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires: principalmente del “Club Atlético” y “El Banco”, Parte de las instalaciones del “Olimpo”, como las puertas de las celdas, eran de Ja infraestructura de “Club Atlético”, que fue desmantelado a fines de la década del ’70 para construir la Autopista 25 de mayo. T Miembros del equipo del ex CCDTyE “Olimpo”. El Equipo de Trabajo del Progra- ma para la Recuperacién de la Memoria Historica del ex CCDTyE "Olimpo” esta compuesto por prafesionales y estudiantes de distintas disciplinas y compafieros con una larga trayectoria de militancia politica y social que se abocan tanto a tareas de investigacin como a la realizacién de visitas guiadas, labores vincu- ladas a la Biblioteca que funciona en el predio y comunicacién. 306 MenpiAnat / Méxpez / Porvos / Koran / Cranun / Lovez Segun testimonios de los sobrevivientes, el primer grupo de detenidas- desaparecidos fue traido al lugar desde el CCD “El Banco”. Fuero trasladados en vehiculos particulares o camiones del Ejércite con les ojos vendados. Si provenian de otro Centro, mantenian la letra y mimero adjudicado, si eran “nuevos secuestradas” se les adjudicaba una nueva letra y numero. La tortura fisica y psicolégica eran constantes. E] campo tenia dos secciones de celdas enfrentadas entre las que mediaba un playén. Una de las secciones, denominada “Poblaeién”, contaba con 4 hileras de 10 celdas separadas entre sf por pasillos, Cada hilera contaba con dos letrinas y en uno de los corredores se situaban las duchas y el lavadero, La otra seccién, denominada “Sector de Incomunicados”, contaba con 6 celdas y una sala de tortura o “quiréfano”. En otro sector del Centro Clandestino se ubicaban la cocina, sala de internacin, enfermeria, comedor, laboratorio de fotografia e impresiones, taller de electronica, capilla, sala de tortura, sala de situacién ¢ inteligencia, y oficinas del Eau represivo y grupos de tareas (GT) que operaban en este sitio, El lugar tenia capacidad para aproximadamente 150 personas y seguin refieren los liberados, durante su funcionamiento habrian pasado por alli alrededor de 500 personas, de las cuales alrededor de 400 permanecen desaparecidas. ; Los grupos de tareas, es decir los grupos de represores que secuestra- ban, torturaban y eran responsables del funcionamiento del dispositivo concentracionario, que tenian base en este CCDT y E estaban integrados por personal de la Policia Federal y de la provincia de Buenos Aires. Ejército, Servicio Penitenciario y Gendarmeria, y dependian del Batallén de Inteligencia 601 del Ejército. Actuaron en los CCDTyE “Club Atlético” y “El Banco"ly operaban en combinacién con otros CCD (como la “ESMA"). La lucha incansable contra la impunidad atraves6 por distintos eae paradigmaticos: la CONADEP y el “Nunca Mas”, el Juicio a au Juntas Militares, las llamadas “Leyes de Impunidad” (Punto Final, en Debida e Indultos), los “Juicios por la Verdad”, y la reciente a hiGaass Penis pais de las causas a los represores que actuaron en : Enel caso especifico de los delitos cometidos en el CCDTyE “Olimpo”, : pee 21 de diciembre de 2010, el Tribunal Oral Federal N° 2 condené ies fear que actuaron en el denominado “Circuito represivo ABO” lle a , are “Olimpo”). Acuatro de ellos los condenaron a 25 Bane ee a los restantes a prisién perpetua. ‘Si bien esta sentencia Seone i paso importante contra la impunidad, a lo largo de las au- encias los testimoniantes nombraron otros 60 represores pertenecientes a distintas fuerzas, que ain gozan de libertad. EL AFUERA DE UN CENTRO CLANDESTINO DE DETENCION 307 HABITANDO EL BARRIO ‘A mediados de 2005 la Policia Federal Argentina fue desalojada del sitio donde funcioné el CCDTyE “Olimpe”. Actualmente, en el marco de un programa de co-gestidn entre el Estado y organizaciones de DDHH y Sociales, se realizan en el lugar tareas de investigacién, visitas y talleres educativos, hay una biblioteea publica y popular? y se realizan también otros talleres de distinta indole. Se han dado, a lo largo de los aos, di- ferentes ciclos de cine debate, teatro, charlas y jornadas vinculadas a la memoria de los hechos alli acontecidos y al decurso actual de los juicios contra los represores’, En el viltimo tiempo, a la investigacién acerca de lo sucedido en este ex CCD, se le ha afiadido la reconstruccién de las Historias de Vida de los Detenidos-Desaparecidos vistos en “Olimpo” y el armado de un archivo audiovisual que releva las memorias de los vecinos. Es sobre esta ultima experiencia que se centra el presente trabajo que tiene como objetivo dar cuenta de una serie de reflexiones que fueron surgiendo desde la practica de investigacién a lo largo del desarrollo de las primeras instancias del proyecto. La trama urbana aledajia a este sitio se caracteriza por casas bajas, s6lo algunos edificios, y un centro comercial importante a s6lo cien metros de donde funcioné el dispositive concentracionario. Por las calles que conforman el perimetro del predio, transitaron/transitan mimerosos autos, camiones y Gmnibus; por sus veredas caminaron/caminan los vecinos que van a la verdulerfa, a la panaderia, a la avenida principal del barrio; por estas baldosas también pasaron/pasan los nifios y adolescentes que con- curren a las escuelas publicas primarias y secundarias que se encuentran a escasos cincuenta o cien metros del lugar. El predio, que ocupa una manzana completa, habia sido a principios del Siglo XX una terminal de tranvias de origen inglés. Luego fue utili- zado como terminal de uno de los omnibus de la Ciudad y hacia el ano 1976 pasé a manos de la Policia Federal Argentina. Estos sucesivos usos del espacio intervienen en las distintas rememoraciones de aquellos que vivieron mucho tiempo en el barrio; memorias cargadas de buenos recuerdos relativos a paseos familiares en los primeros tranvias de la ciudad, pero también del horror, el miedo y la impotencia de su uso como dispositive concentracionario. La vinculacién de los habitantes del barrio con el sitio donde fun- 2 Denominada “Carlos Fuentealba” en memoria del docente neuquino asesinado por las fuerzas de seguridad de esa provincia en el marco de una protesta gremial en 2007, 3 Para conacer mas detalles sobre el funcionamiento del ex CCD “Olimpo” y conocer el proyecto de recuperacidn de la memoria histérica del mismo ver: www.exolimpo.org-ar- 308 Mennwanat. / Ménpez / Portos / Korzww / Cereumt / Lopez ciond este CCDTyE precede a la creacién del proyecto denominado de Recuperacion de la Memoria Historica sobre el ex CCDTyE “Olimpo”. Desde la década de los ‘90 (con al menos un antecedente en 1984, una marcha organizada por los organismos de Derechos Humanos) organi- zaciones barriales y de Derechos Humanos, sobrevivientes y familiares de detenidos-desaparecidos vistos en el lugar se avocaron a denunciar la existencia del ex CCD y a repudiar la continuidad de la presencia de la Policia Federal en el sitio. Reclamaban, entre otras cosas, que el lugar fuese abandonado por la Policia Federal y que se “abriera” como sitio de memoria y promocién de los Derechos Humanos. Entendemos que la recuperacién de la memoria histérica sobre lo sucedido durante la ultima dictadura m ar en este CCD no puede hacerse sin comprender que estaba inmerso en una trama urbana y social. Conocer las significaciones dadas por los habitantes cercanos a un lugar que funcion6 como dispositivo concentracionario es importante en tanto y en cuanto articula lo sucedido dentro con aquello vivido fuera. Centrarmos en las posiciones y representaciones de los vecinos respecto del sitio y la recuperaci6n del mismo tiene como objetivo también fortalecer y mejorar el vinculo entre el trabajo de Recuperacién de la Memoria Histérica sobre el ex CCDTyE y los habitantes de las cercanias, asi como -ademas-— fomentar su participacién. La primera etapa del proyecto consistid en la elaboracién colectiva de una encuesta anclada sobre tres ejes tematicos: 1. el lugar ocupado por el ex CCDTYE en el imaginario de los vecinos del barrio; 2. los recuerdos y sensaciones que tenfan los habitantes de las cercanfas en torno al lugar; 3. el tipo de conocimiento que tenian sobre el espacio y las expectativas sobre su futuro. En esa instancia encuestamos a 150 personas que habitan en las cercanias*, Entre las personas encuestadas hubo vecinos que vivieron en el barrio antes y durante los afios 1978-1979, luego de 1979, jovenes que nacieron con posterioridad a su uso como Centro Clandestino, personas que se fueron mudando a largo de los ultimos afios. En estas encuestas, el elemento de conversacién-charla-interaccién cara a cara, como resultado de la cantidad de preguntas “abiertas”, tuvo un nivel especifico de importancia ¥a que propicié un marco rico en situaciones inesperadas, disruptivas, inquietantes y a veces dificiles de traducir dentro del cuestionario en formato papel. Esto nos llevé a compartir dentro del grupo de investigacion Jas experiencias del trabajo de campo, lo cual enriquecié notablemente 4 Encuestas en el primer y segundo cordén aledaiios al predio, y consideramos “vecinos” tanto a los habitantes de viviendas particulares, como asi también a Jos trabajadores de los comercios situados on las manzanas aledafias al predio. .PUBRA DE UN CENTRO CLANDESTINO DE DETENCIGN 309 nuestra mirada, poniendo sobre la mesa supuestos, prejuicios y saberes que llevabamos a cuestas en nuestras salidas al barrio®, El trabajo de relevamiento de timbreo por medio de las encuestas semi-estructuradas, centradas en el registro de representaciones y sen- saciones, posibilité el acceso mas generalizado a un universo de personas que habitan las cercanias del predio que anteriormente aparecian como deseonocidas y homogéneas a la vez. A través de la encuesta pudimos trazar un “mapa” de lugares que son significativos para los habitantes del barrio. En este “mapa” aparecieron como primer lugar importante distintos “espacios verdes” del barrio, y en segundo lugar fue mencionado el “Olimpo”. Las razones para considerarlo como importante se debian mayoritariamente a causa de lo que habia sucedido alli, Resulta relevante destacar que casi el 100% de los encuestados mencionaron “Olimpo”, ya sea de modo espontaneo o inducido. Las formas de nombrar al sitio fueron diversas. En algunos casos, los vecinos lo mencionaban como “Olimpo”, en otros como “centro clandestino de detencién”, como “un centro de exterminio de personas durante la dictadura”, o como “prisién”. Otras veces, los encuestados realizaron un relato histérico sobre los sucesivos usos del lugar, come por ejemplo: “era estacién de tranvia y luego lo compré la policia y ya sabemos el uso. terrible que tuvo”. NoMBRAR Estas diferencias relativas a los modos de nombrar, pueden verse mas detalladamente en las entrevistas en profundidad que encaramos como segunda etapa (nodal) del proyecto. Uno de nuestros entrevistados, un joven de unos treinta y cinco afios nos decia: “Bueno, lo que es... que es un centro de detencién donde el gobierno militar torturaba, secuestraba y torturaba gente. En algunos casos los mataban, en otros pudieron zafar... Se dice, ;dénde vivis?, en el Olimpo, o te subis al 5 y le preguntas, le podés decir {va hasta el Olimpo?, Si... sf, como referencia, si, es un lugar referencial de la zona...” 5 El primer bloque de preguntas del cuestionario se referfa a tres lugares que los encuestados consideran “importantes” dentro del barrio y a las causas de estas elecciones, A través de las diversas menciones esponténeas pudimos trazar un “mapa” de los lugares que resultan significatives para los vecinos del barrio, asi como entrever el tipo de eleccién que realizan al destacar algunos sobre otros. 310 Mewprzanal / MeNpex / Poxtos / Koran / Cennirm / Lorez En esta definicién ademas de una descripcién formal similar a la que solemos dar quienes participamos en el mismo proyecto se agrega la relevancia que el sitio tiene para los habitantes de las cereanfas, en tanto y en cuanto es referencia del barrio de Floresta. Por su parte, otro entrevistado, un sefior mayor de mas de setenta afios, nos indicaba que el Olimpo era: “no un hotel cinco estrellas, sino hotel cinco palos, que tenia ahi a todos los detenidos”. En este caso, la definicién se da desde la ironia y luego se pasa a describir lo que, de hecho, existié mas alla de la forma de nombrarlo. Una mujer entrevistada, de alrededor de 50 afios que siempre vivié en el barrio y que, ya desalojada 1a policia, no se animaba a entrar, nos daba cuenta de lo que era el lugar por medio de la analogia, y describia al sitio de la siguiente manera: “...Esto era como el nido del hornero, que vos ves la entrada pero no ves adentro... Y esto estaba de tal forma, que vos veias la entrada pero no veias absolutamente mds nada”. Las respuestas de los vecinos dan cuenta de que existen diferentes modos no sélo de nombrar al lugar sino también de enmarcarlo dentro de la historia local; la variacién de las palabras usadas para nombrar al espacio va de la mano de las lecturas que los entrevistados tienen en torno al pasado y a la “recuperacién” del ex CCDTyE “Olimpo” en tanto sitio de memoria. Las formas disimiles de nombrar al sitio fueron el primer indicio que tuvimos respecto de la proliferacién de interpretaciones y de la busqueda de sentido en torno a la existencia del ex CCDTyE y de su materialidad, que perdura en el entramado barrial. Aunque disfmiles, las definiciones compartian, mayoritariamente, la nocién de ajenidad. De que esto es algo que sucedié a otros, no a un “nosotros”, en una suerte de escenario en el que ellos no eran actores sino espectadores, cercanos pero a la vez fordneos. DARSE CUENTA La mayoria de los encuestados y entrevistados dijeron haberse en- terado acerca del funcionamiento del CCDTyE luego de finalizada la . dictadura, Supimos, ademas, que la principal forma de transmisién acerca del funcionamiento del ex Centro Clandestino no fueron los medios masivos de comunicacién sino los “vecinos” y otras “instituciones del barrio” (como la escuela, ya en democracia). Esta matriz de transmisién fue preponderante no sdlo en dictadura sino también durante la demo- eracia y a lo largo de los afios. EL AFUina DE UN CENTRO CLANDESTINO DE DETANCION 31 Existe una suerte de contradiccién en el hecho de que muchos de log vecinos que dijeron haberse enterado del funcionamiento del CCDTYE en democracia tenian recuerdos personales y vivencias propias respecto al funcionemiento del sitio. Esta no-linealidad entre el saber/no saber sobre la existencia del CCD y el haber tenido experiencias vitales vinculadas al campo, abre una serie de preguntas en torno a cémo se construyen los recuerdos de estos habitantes y si es posible pensar que lo que vieron, escucharon, sintieron, vivieron o les comentaron se haya convertido sélo mas tarde, y a partir de la vuelta a la democracia, en un “conocimiento” acerca del funcionamiento del lugar. Diferente a las intenciones de explicacién lineal, general, que buscan tener una coherencia interna, las conversaciones con los encuestados y entrevis:ados dan cuenta de cémo los recuerdos respecto a la dictadura y el funcionamiento del CCD son complejos y poco explicables desde el punto de vista de la racionalidad lineal. O como diria un entrevistado que nos contaba su dificultad para dar cuenta acabada de un recuerdo: “...es como una nube... se te van formando imagenes”. Sin embargo, algunas personas dijeron haber podido deducir la exis- tencia del Centro Clandestino a partir de conocimientos fragmentarios Para ellos, esos pequefios trozos de informacién fueron desde un principio “indicios” y marcas que les hicieron pensar que eso que veian, escucha- ban, vivian, eran signos de la existencia del Centro Clandestino en el mismo momento en que estaba en funcionamiento. Pudieron enhebrar jas informaciones fragmentarias de modo tal de encontrarles un sentido holistico. Ahora bien, cudles son las condiciones de posibilidad que habilitan que una informacién fragmentaria se convierta en un indicio que daria pie a una comprensién holistica de un suceso o una serie de sucesos? Siguiendo a Ginzburg (1991), entendemos que el elemento clave para ello es que se busque (se desee, se intente) conocer. Si en el caso de los sobrevivientes de los ex CCD, los testimonios dan cuenta de cémo buscaban saber dénde estaban, quiénes los habian detenido y por ejemplo qué otras personas se encontraban secuestradas en el lugar, en el caso de los vecinos nos encontramos con preguntas de otra indole. Por el momento no contamos con un gran numero de entrevistados que den euenta de que en ese entonces se hayan interrogado mas alla de lo “necesario” para asegurarse la mayor normalidad posible en la vida cotidiana, en un barrio que modificé su dindmiea, a la luz de la Ilegada de la policfa primero, y del ritmo propio de las actividades represivas desplegadas por los grupos de tareas después. 312 MewomAnat / Menpez. / Porras / Koxain / Crxnvtt / Lonez Por otro lado, atin no encontramos una proliferacién de testimonios que den cuenta de encuentros entre los vecinos y los secuestrados, excepto una persona que en la encuesta nos comenté que su tia vio “cuerpos caer de un camién”, y que luego, en la entrevista en profundidad, dijo que es un recuerdo, y por lo tanto es dificil saber si fue asi o si lo reconstruy6 de ese modo con posterioridad. ‘Al mismo tiempo, los vecinos cuentan de los sonidos que se escuchaban, de los gritos, de los tiros y de la musica fuerte, de las salidas de hombres fuertemente armados en coches a alta velocidad, de los cortes de teléfono en ciertas calles, de la prohibicién de caminar por ciertas veredas, etc*. En ese sentido, en una de las entrevistas en profundidad una mujer de unos 45 afios conté que tenian prohibido salir al balcén, que los represores iban ala panaderia y se “hacian” los amigos de la gente, y que luego también los coercionaban de diversos modos. A partir de testimonios como éste, es posible comenzar a acercarnos a la pregunta relativa a la convivencia de los vecinos y el CCD que tensa la nocién de la existencia de un afuera y un adentro fijos, imposibles, connivencia, adhesién, 0 rechazo de los habitantes de las cercanias del CCD en el dia a dia de la geografia del barrio. RECUERDOS/SENSACIONES Los recuerdos personales 0 transmitidos de los vecinos son, en muchos casos, contradictorios entre si y dan cuenta de hasta qué punto es dificil reconstruir y reponer el pasado a partir de las voces de quienes lo vivieron, cuando pasaron ya mas de treinta afios de los sucesos, cuando las personas comprendieron —en muchos casos la légica del sistema represivo- y notan las contradicciones en sus propios recuerdos. Al mismo tiempo, los recuerdos vienen atravesados por las sensaciones que el lugar generaba y genera. En las entrevistas pudimos profundizar sobre los recuerdos y las sensaciones. Asi una de nuestras entrevistadas, una mujer de algo mas de cuarenta aiios, decia: “Lo que puedo recordar asi como de percepcién era un poco el temor, esa cosa de intimidacién porque vos veias al centinela puntual- mente apuntando y uno como que cotejaba a esa edad no. Esa cosa que no te cerraba muy bien... esa cosa que un centinela estuviera apuntando y vos no estabas haciendo nada. Y el centinela apuntaba 6 Por otro lado, aparecieron en la encuesta y en las entrevistas elementos propios de “sentimiento de eulpa”, y en otros casos indicaron que sabian lo que sucedia pero no podian hacer nada ya que “ibamos a ser uno mas adentro”. EE El, AFUERA DE UN CRNTRO CLANDESTINO DE DETENCION 313 hacia afuera. Afuera, a la calle a los autos, la seguida de cualquier auto, vaya saber esperando a qué enemigo. Un poco la sensacién era esa, era intimidatoria. La oscuridad misma de la manzana, esto que te digo de la luz particularmente muy policial focalizada en las puertas o en la esquina, y el resto de la calle totalmente oscura, vallada. Daba como una cosa de miedo, de intimidacién. P: Cémo eran los vallados de los que vos hablaste? R: Vallados como los de la cancha. Lo ubicaban al cord6n de la vereda para que la gente no pasara por la vereda. En todas las veredas, salvo creo la de Fernandez, pero como antes era mano, no habia vallado pero siempre habia algun policia. Sobre el cordén de Rafaela a Faleon, de Faleén a Lacarra y de ahi hasta Fernandez”. Respecto a las situaciones vividas en el entorno al CCD, otra de las entrevistadas recordaba que R: ¥ donde se sentia mucho era aca a la vuelta el ruido. P: {Por Lacarra? R: Por Lacarra, Lacarra y Fernandez creo, y lo que llam6 primero la atencién es que habian tapado todas las ventanas. P: (Todo alrededor? R: Todo alrededor. P: ZY eso era extrafio en esa época? R: Porque ahora vos ves casas tapiadas y eso para que no las tomen, pero eso era novedad, y siempre gatos por todos lados, que, deciamos, que baranda que hay, pero, después leyendo y con la historia te dabas cuenta que era orin de la gente que le decian que eran los gatos, las sirenas que callaban los gritos de la gente. P: ;Vos seguias caminando por estas veredas lo mismo? R: Si. Nunca te prohibieron el paso, antes cuando aca era la linea del cinco, acd, nosotros nos pardbamos a tomar el colectivo. Nunca me animé a entrar, entré hace muy poquito y no pude avanzar mucho porque me temblaban las piernas, qué senti, senti mucha angustia, senti dolor. Otra de las entrevistadas, que explicé que no queria ser filmada, nos decia que: 34 Menpwauan f Meénvex / Porros / Koman / Cennuri / Loree “Ahora estamos en Cajarabilla, cuando nos mudamos estaba la policia,.. Lo que pasa es que, para nosotros este lugar, incluso cuando estaba la verificacién del automotor, era como que... a nosotros no nos daba confianza, ;me entendés? Viste, como que siempre fue el lugar prohibido, como que tal vez mejor olvidarlo, como pasar por otro lado. Pasdbamos por otro lado, o por ejemplo, la parte de los vidrios rotos, toda esa parte de Fernandez es muy fea de noche... Entonces es como que te obligabas a ir por otro lugar. Yo creo que en el fondo es porque te trae ese recuerdo que uno tiene como a flor de piel de lo que sucedié y no te animds a poner en palabras... y el cuerpo. Vas para otro lado...” Una docente, que dirigia una de las escuelas del barrio ya en democra- cia y que armé el primer proyecto educativo respecto al sitio, nos decia: “El lugar, era un lugar de paredes grises, envejecido, casi abando- nado aunque lo ocupaban las fuerzas de la policia. Tétrico y que conociendo algunos hechos de la historia reciente, daba que pensar cada vez que pasaba delante de él, se hacia como real tantas... tantos hechos conocidos, a través de los libros, a través de los periddicos, a través de la narracién de tantas personas”. A partir de las conversaciones que mantuvimos con los habitantes de las cereanias del ex CCD, podemos ver como los recuerdos y las sensaciones se informan mutuamente, cémo ademas las sensaciones tienen un lugar en muchos casos central, generando prohibiciones, reparos, rodeos incluso en democracia, de modo tal de lograr evadirse de la materialidad del sitio. Esta “necesaria” prevencidn respecto al sitio puede verse reflejada en las palabras de uno de los entrevistados, que tenia muchos integrantes de su familia viviendo desde siempre en el barrio, y que indicé que siempre supo acerca de la existencia del Olimpo. Cuando tuvo que buscar donde vivir, encontré una casa casi frente al predio, y lo penso varias veces. El indica: “Cuando nos mudamos primero era la duda... esta ahi Olimpo, es como un coso, como un monstruo que late ahi, que lo siento, lo veo... Y esa era la... lo que... por alai tiene que ver con eso que decia, no lo veo yo y no existe... No, no es asi (...) después, si, al principio lo mirés, me subfa ahi desde la terraza £Cémo enmarcar estas representaciones, acciones, reacciones, estas sensaciones relativas al sitio?, ¢Cémo problematizarlas y profundizar sobre las relaciones que las personas establecen con la cosa, sin caer en simplificaciones que remitan a la no-racionalidad de las respuestas? Una Et, APUERA DE UN CENTRO CLANDESTINO DE DETENCION 31s maxima a la hora de iniciar el andlisis podria ser la siguiente: Si para algunas de las personas que se acercan al ex CCDTyE y Para las que viven en las cercanias, el lugar esta cargado de recuerdos, personales y transmitidos y al mismo tiempo tiene una fuerza simbolica singular que definen como miedo, imposibilidad de entrar, imaginacién, corresponde comprender este “encantamiento” como un elemento singular de las memorias que se {producen? gvehiculizan?, en relacién con el sitio yno como un elemento ajeno a las memorias y evocaciones que el sitio provoca. éSe relacionan estas representaciones, acciones, reacciones y sensaciones con que en ese sitio se cometieron crimenes que aparecen como imposibles de enmarcar? Y de ser asi {por qué provoca representaciones, reacciones, itinerarios y gestualidades similares a los lugares sagrados? Cabe destacar que no son sédlo cercanas a prohibiciones o tabiies las acciones y reacciones no lineales que se producen y producen los ex CCD, La complejidad de las representaciones, acciones y evocaciones que son producidas a partir del contacto con estos sitios, que se convirtieron en simbolos de la violencia de Estado, pueden ser entendidas, también, al tener en cuenta que es en estos lugares donde también es posible evocar a los detenidos-desaparecidos. Si en el fetichismo de la mercancia lo invisible, lo que quedaba paraddjicamente oculto en el valor de las cosas eran justamente las relaciones sociales fruto de las cuales habian sido producidas, quizas en el caso de las representaciones referidas al ex CCD “Olimpo” lo invisible, que concurre a darle poder a la cosa por medio de la analogia y de la fetichizaci6n, sean también las relaciones sociales que generaron las condiciones de posibilidad de los crimenes de lesa humanidad alli ocurridos. Podemos quizas decir que estos sitios representan, para muchas personas, al horror como desmarcado de andlisis contextuales, que los convertirian en resultados de intrincados procesos histéricos frutos de las relaciones entre las personas. Si, siguiendo a Marx y a Godelier, la generacién del fetichismo de la mercancia y del fetichismo en las “religiones ‘primitivas” es el resultado de las relaciones sociales que los hombres establecemos entre nosotros. Si mas especificamente, en el caso del fetichismo de la mercancia es posible considerarlo como el producto de relaciones sociales con historia. Podemos entonces también nosotros preguntarnos producto de qué relaciones sociales durante la ultima dictadura, y también en la post-dictadura, son. estas representaciones que ocluyen el pensar y representar a los lugares como resultantes de procesos histéricos en los que todos los sectores de la sociedad estuvieron involucrados de un modo u otro, Podemos pregun- 316 Menpizdsat / Menpnz/ Pontos /Koneiw / Cerruti / Loree tarnos si esta fetichizacién no es un resultado légico de la politica del terrorismo de Estado que enajené y aliené a la poblacién de si mismo y si, actualmente, no resulta, en parte, de la légica de la participacién comunitaria en las politicas de activacién de estos sitios como Lugares de Memoria. En este sentido, cabe interrogarse también sobre la correlacién de fuerzas sociales que habilitan la concrecidn de estas politicas. La fe- tichizacién —ocultamiento del proceso histérico de construccién de las representaciones sobre el sitio— puede ser la resultante de un proceso social montado sobre una paradoja estructural: la edificacién (en el sentido metaférico) de politicas publicas que se ejecutan en edificios (en sentido literal) cuya fisonomia evoca el pasado de horror. Si el proyecto de obra integral, cuyo presupuesto es aprobado aiio tras aiio en la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires, se hiciera efectivo {Cémo repercutiria en la textura de las representaciones sobre el sitio? ;Cémo seria la interaccién entre presente y pasado en la construccién de los recuerdos? ;De qué manera repercutiria en la participacién del barrio en el proyecto de recu- peracidn y en el cuidado del predio? El que el ex CCD “Olimpo” sea representado de manera fantasmagérica, como objeto con vida y poder sobre quienes habitan en sus inmediaciones éseria resultante de la alienacién, de no comprenderse como parte y con suficiente agencia para la generacién de las condiciones de posibilidad de su existencia? Haciendo un paralelo entre la lectura de Marx respecto de Ja alienacién con las representaciones que algunas personas tienen sobre el ex CCD “Olimpo” jpodriamos pensar que las relaciones sociales en las que estn/estuvieron inscriptas se presentan en dos momentos, al menos, como alienantes o alienadas: por un lado en el contexto de imposicién del régimen dictatorial y por otro lado, luego una vez resuelto el retorno de la democracia y hasta el presente? desde alli también geabria la posibilidad de interrogarnos acerca del grado de agencia y propia responsabilidad en el desarrollo de la violencia de Estado que cada cual puede comprender como propias? Y, también, cabria preguntarse si estos fetichismos no devienen de la no-participacién de grandes porcentajes de la sociedad en los procesos de produccién de las “politicas de memorias” ¥ de las “memorias de la politica” (Rabotnikof, 2007). Sin embargo no es momento de concluir nada, sino mas bien de abrir preguntas. Estos Testicos En tanto miembros de la sociedad y habitantes de las cercanias de los lugares que fueron utilizados como Centros Clandestinos de Detencion, EL APUERA DE UN CENTRO CLANDESTINO DE DETENCION desde cuyas voces y silencios actuales es posible adentrarnos al saber-no saber, a la adhesién, al disenso, a la reflexividad respecto a la violencia represiva del régimen, tienen experiencias de primera mano, referidas a Ja existencia del campo que afiade informacién, que nutre la comprensién de un pasado inasible en su completud desde el hoy. A diferencia de habi- tantes de otros lugares, quienes vivian cerca de los centros clandestinos no podian dejar de ver, escuchar, experimentar la violencia represiva desde la especificidad de la cereania con el dispositive concentracionario emplazado en su barrio. En ese sentido es interesante retomar los lineamientos de Giorgio Agamben sobre la nocién de “testigo” (2000). Desde esta perspectiva no serfa dable considerarlos como testigos integrales, (en tanto y en cuanto se alejan considerablemente de la nocién de Testigo Integral que el autor repone a partir de su lectura de Primo Levi), ni como testigos de segundo. orden, como son los sobrevivientes de los ex CCD. De todos modas consi- deramos que son testigos de otro tipo, y sus voces y experiencias pueden ser pensadas como testimonios singulares que vienen a echar luz sobre aquello que los sobrevivientes de los campos no conocieron, y que compone una parte significativa del funcionamiento de los ex CCD. En el trabajo de investigacidn que supone el armado de este archivo esta implicita esta nocién. Sin embargo, es notorio que —ya desde el inicio del trabajo de encuestas— las personas estaban (en algunos casos) avidas de contar. Generar un contexto de escucha que propicie la voluntad de dar testimonio es uno de los desafios que tuvimos que ir enfrentando. Algunas personas estaban enfadadas con el proyecto de recuperacién del ex CCD por sentirse afuera. El trabajo de relevamiento generé, en algunos casos, un puente de comunicacién que no existia hasta el momento. Al mismo tiempo dio lugar a un reeonocimiento de la experiencia de los vecinos como legitima, significativa en tanto historia que merece ser escuchada y generé ademas, didlogos inesperados. Uno de esos didlogos se dio cuando, al terminar la primera etapa del proyecto, fuimos puerta a puerta a llevar los resultados a los vecinos. Fuimos quienes habiamos hecho las encuestas, miembros de organizaciones de DDHH y sociales que militan en el espacio, sobrevivientes de este CCD y familiares. En algunos casos, por primera vez, se pusieron en contacto y en didlogo unos con otros. Ademas, desde que se inicié el proyecto hasta la actualidad, algunas de las informaciones relevadas comenzaron a formar parte de la informacién que se presta respecto al funcionamiento del CCD cuando se desarrollan Jas visitas y talleres. Algunos de los recuerdos de los vecinos han sido incorporados a la sefialética externa del lugar y otros forman parte de un video audiovisual que es proyectado a quienes hacen las visitas. 318 MenpmAnat / Mennez/ Poros / Korziw / Ceraunt / Loss Finalmente, hacia fines del 2009 realizamos una primera reunién de devolucién de las entrevistas audiovisuales. En esa ocasion los entrevista- dos pudieron ver un video que contenia extractos de sus entrevistas y de las de los demas. Pudimos charlar respecto del informe, de la experiencia de tomar la palabra, de atravesar la puerta de entrada del predio y dejar legado respecto a lo vivido a partir de la condicién de habitante de las cercanias, muros afuera del CCD. BrauiocraFia Affranchino Flavia, Bonforti Emanuel, Farias Ariel, Martinez Ayelén, Ramirez Paula, Mendez Maria José, Mendizabal Maria (2009). Memorias de vecindad. Relevamiento de las memorias de los vecinos dei ex Centro Clandestino de Detencién Tortura y Exterminio “Olimpo”.En Mesa de Trabajo y Consenso “Ex Centro Clandestino de Detencién Tortura y Exterminio ‘Olimpo”, Buenos Aires: Instituto Espacio para la Memoria, Agamben, Giorgio (2000). Lo que queda de Auschwitz. El archivo y el testigo, Homo Saccer HI, Valencia; Pretextos, Ginzburg, Carlo (1991). El queso y los gusanos. El cosmos segtin un molinera del siglo XVI. Barcelona: Muchnik Editores. Godelier, Maurice (1974). Economia, fetichismo y religion en las sociedades primitivas. Madrid: Siglo XXI. 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