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Filosofia con nihos Waele) (a-ak 1) Angel Alonso Salas Coordinador bre el arte de filosofar en la escuela MAaxtMILiano VALERIO LOPEZ, Universidade Federal de Juiz de Fora, Brasil. MEN: Este texto reflexiona acerca de la trasmisién de un de un oficio, en espectfico, el arte de filosofar en el inte- del aula. ABRAS CLAVE: Escuela, arte, filosofia, oficio. STRACT: This text reflects on the transmission of art and offi- specific the art of philosophizing inside the classroom. WORDS: School, art, philosophy, job. e gustaria abordar algunas consideraciones en torno de la tras- ion de un arte y para esto quisiera comenzar por despejar camino; evitar explicitamente la referencia a la idea de teoria y de practica, dado que estas nociones resultan engafiosas a la hora de pensar el obrar humano. Tales ideas parten del presu- _ puesto metafisico que divide el mundo en dos dimensiones pa- ‘ralelas, una material y la otra inmaterial, que se replicarian, a su yez, en los individuos bajo los nombres de cuerpo y alma: un alma capaz de entender los principios y contemplar las formas La ensefianza de la filosofia con ninios y adolescentes | 173 y un cuerpo preparado para entrar en una relacién quimica y mecAnica con el mundo. En la accién humana estas dimensiones metafisicas se or- ganizarian temporalmente segun el antes y el después, dando lu- gar a dos momentos, un previo a la accién, donde cada individuo recibiria e interpretaria las reglas y los principios de su actuar y, otro que se corresponderia con la accién misma, en el cual se aplicarian los principios recibidos. Un tiempo de preparacién, de caracter espiritual y otro de accién, de cardcter corporal. Las razones que explican la permanencia de tales catego» rias, como referencias importantes para la reflexién educativa, no son solo de orden epistemoldgico, sino también politico, puesto que, en nuestra cultura, los conceptos de teorfa y practi- ca han servido, entre otras cosas, para distinguir dos posiciones sociales. Me refiero a aquellas que diferencian al ingeniero civil del albaiil, al ingeniero agrénomo del campesino, al médico del enfermero, etcétera. La complicidad entre estas nociones metafisicas y la distri bucién social de los individuos se remonta desde nuestra tradi cién hasta la antigiiedad clasica. Como sabemos la sociedad grie ga fue una sociedad de terratenientes construida sobre el trabajo. esclavo. En ella encontramos, de un lado los ciudadanos, cuyo tiempo libre le daba acceso al arte, la filosofia o la politica y, del otro, los esclavos, cuyo trabajo fisico sostenia silenciosamente ¢l ocio de los primeros. A partir de esta estructura social los ant\ guos griegos dieron sentido al mundo y a si mismo. Un ejemplo paradigmatico de dicha comprensién del mundo lo encontra mos en la Repiiblica de Platén, en la cual el filésofo imagina uni sociedad justa, formada por tres clases de hombres: los fildsofo4, los guardianes y los artesanos. Estas tres especies coinciden coi) la estructura del alma humana, que imagina subdividida en trey 174 | La ensenanza de la filosofia para nifios y adolescentes siones: el alma racional, predominante en los filésofos, el irascible, predominante en los guardianes y el alma concu- ente, predominante en los artesanos. Para Platon, la justicia dependera de que, tanto en el alma cada individuo, como en la sociedad en su conjunto, exista jerarquia, es decir, un dominio de lo racional sobre lo iras- y de éste sobre lo concupiscente, de modo que, la clase de s hombres mas racionales impere sobre la de aquellos mas porales. La modernidad acrecenté a este orden platénico la a de progresién social, es decir, la promesa de transformar los artesanos en fildsofos por medio de la educacién y deno- ind a este movimiento, proceso civilizatorio y, mas tarde, el ollo social. Los conceptos de teorfa y practica no se desprenden de for- necesaria y evidente de la realidad misma, sino que constitu- h residuos ideolégicos de una tradicién metafisica y aristocra- Sin embargo, aun siendo conscientes de tal herencia, nada lvemos declarandonos defensores de la practica en detrimen- de la teoria; sdlo demuestra que confiamos y asumimos esta lincién como obvia y necesaria. La solucién no esta en tomar do por una de elas, sino en salir, hasta donde nos sea posible, binarismo metafisico que sostiene tal distincién y para esto se ce necesario explicar la acci6n humana de otro modo. En cada instante, los seres humanos toman decisiones so- je su obrar y éstas presuponen, tanto un modo de comprender accién como el conocimiento y dominio de algunas técnicas ilicionales de actuacién conn relacién a dicha actividad. Poco a el caracter predominantemente manual o intelectual del clo o el prestigio social del mismo. No existe ningun buen jardinero, astronomo, arquitecto, ‘Ografo o novelista que no pueda dar razones de sus decisiones La ensenanza de la filosofia con nifios y adolescentes | 175 © que desconozca los trucos o artificios de su profesion. En oti palabras, todo aquel que realiza una actividad con cierta con) petencia, posee un repertorio de saberes y destrezas, asi co: ciertas razones para su accién, pero sobretodo, toma decision claves para la buena ejecucién de su obra. Una decisién no algo tedrico ni practico, tales nociones son inadecuadas pa comprender Ja naturaleza de los fendmenos implicados en cultivo y la transmisién de un arte. La materia, el repertorio y las decisiones Durante algtin tiempo, una profunda y justificada critica a lj educaci6n tradicional nos ha hecho olvidar el valor de cultivar un oficio; enfatizando la libertad, la creatividad, la originalidad o la capacidad de adecuarnos a los cambios, hemos tendido a des considerar la construccién de habitos, la ejercitacién y el conoe|. miento de las herramientas, los procedimientos y los materiales. No obstante, debemos reconocer que no se puede tocar bien un guitarra, por ejemplo, apelando exclusivamente al juicio critico 0 la creatividad; tocar una guitarra con maestria presupone cony- cimiento y destreza, y esto s6lo se consigue tras muchas horas dle cuidadosa ejecucién. Nada indica, es verdad, que esta destroy deba ser adquirida con desagrado; la atencién y el cuidado no estan refiidos con el placer, pero hemos de admitir que ning) oficio se construye sin una atencién sostenida en el tiempo, ei decir, sin un habito. Un oficio presupone la adquisicién de un repertorio y éste esta constituido por conocimientos y destrezas. Conocimic1\ to de la materia o las materias relacionadas con el oficio. Pi ejemplo un lutier de instrumentos de cuerda debe conocer |\is caracteristicas de los materiales que seran empleados en la coi) 176 | La ensenanza de la filosofia para nitios y adolescentes in del instrumento, maderas para el cuerpo del instrumen- ipas, nilon o metal para las cuerdas, etcétera. Pero, ademas saber cémo éstos se comportan en relacién con la materia pues, para un constructor de instrumentos, el sonido no ienos material que la madera. Se trata de un conocimiento sible, que se produce cuerpo a cuerpo con la materialidad de osas. El lutier conoce los nombres y las caracteristicas de los leriales empleados, pero si es bueno en su oficio, su trato es materia misma, con la singularidad de cada objeto, con identes y rugosidades. El no trabaja la madera en gene- no ese trozo de madera en particular, Ademés, debe cono- s herramientas: el modo correcto de emplearlas, cuidarlas n ocasiones, construirlas. Debe conocer la intima relacién Ja materia, la herramienta y el procedimiento a realizar, al trabajar con la madera debera respetar el sentido de sus itas, sus nudos y hacer de un accidente natural una virtud uti- ‘ia 0 estética. El conocimiento de los materiales, los procedimientos, las ramientas y la relacién entre estos elementos acabara ofre- ndole razones para su accion. Ninguin artista 0 artesano hace jo sin preguntarse por qué razén lo hace. Muchas son dadas la propia materia, pues un buen artista sabe siempre obede- la materia, jugar con ella sin humillarla, ni humillarse. Otras ones nacen de las circunstancias, es decir, de la interaccién e los elementos contingentes de cada una de las materias en lego. Un albaiiil que se precie sabe por qué debe construir una in antes de erguir las paredes de una casa y por qué uti- un nivel y una plomada en dicho trabajos y cémo influye el clima htimedo 0 seco en su trabajo. Un cirujano sabe por qué hecesita esterilizar las herramientas antes de un procedimiento quirtirgico, y un misico, sabe por qué no debe dejar su instru- La ensefanza de la filosofia con nitios y adolescentes | 177 mento al sol. Las razones vienen de la materia y su dindmicay el mundo nos ofrece razones, pero hay que saber escuchar, por eso una obra necesita tiempo, atencién y respeto por la materia empleada, es decir, precisa de un cierto tipo de amor, que se sox tiene en el tiempo y se confunde con los materiales y las circuns tancias de la accion. Ademas del conocimiento profundo de las materias, las herramientas, los procedimientos, la interaccién entre todos ellos y las razones que de esto se desprenden, un repertorio implica también la adquisicién de una destreza. Adquirir una habilidad no es lo mismo que conocer algo, pues la habilidad implica hacerse uno con aquello que se realiza, implica devenir materia. Un buen bailarin se deja poseer por el ritmo, la melo dia, el tono emotivo de cada nota, su colorido, su timbre, pero no lo hace al acaso, sino abrazando o destruyendo ciertas for. mas, ¢] mismo a de devenir forma y afecto para poder danzar, Un fotégrafo debe hacerse uno con la luz y las sombras, recr y recrearse en el tiempo y el espacio que su imagen captura, debe hacer de la lente una parte de su cuerpo, prolongarse en ella y componer con ella un nuevo cuerpo fotosensible, sin esta sensibilidad jamas podra revelar un mundo para los otros. Para obtener una habilidad hay que devenir cosa, hay que ser aquello que se admira, hay que hacerse parte del mundo y su dinami ca. Casi se diria que no somos nosotros los que poseemos una habilidad, sino ella la que nos posee, ya que somos mis bien nosotros los que nos construimos a través de los gestos y lay sensaciones que esta habilidad presupone. Tal vez eso es lo que Aristételes evocé en la Poética con la palabra mimesis, que sig, nifica, por cierto, mucho mds que “copia’. La atencién es el medio por el cual devenimos mundo y asi nos hacemos habiles. La atencién cambia la escala del mun 178 | La ensetanza de la filosofia para nifios y adolescentes y opera una metamorfosis del espacio y del tiempo. Me re- ‘do de nifio, jugando con mis soldaditos en un charco de fa; recuerdo ese mundo; recuerdo el viento en la cada mien- s navegaba por aquel inmenso océano; recuerdo la aldea de costa donde tuve una granja, mujer e hijos, aquel mundo avilloso atin existe para mi, y tiene la misma intensidad que S viajes de pesca con mi padre. Poco importa si uno existid hecho y otro la imaginé, pues en el fondo todo lo vivimos aginandolo. La atencién de mis juegos de infancia tuvo el der de cambiar la escala del mundo y el mundo a otra escala otro mundo, tuvo la fuerza de multiplicar lo real, sin traicio- ‘lo. La mimesis no es una representacién de la realidad, sino u transfiguracién amorosa. Ninguna habilidad se consigue sin a fuerza mimética, sin esa pasién que nos hace ser aquello amamos. Esto es también lo que los medievales Ilamaban simpatia”. La simpatia no era para ellos un sentimiento, es decir, un tado psicoldgico del individuo, sino una fuerza césmica que laba al mundo su consistencia y su dindmica. Una destreza sélo ye adquiere por la fuerza de una simpatia que nos lleva a conta- ‘os del mundo, a participar de sus formas, sus texturas, sus as. Esto nada tiene que ver con lo que actualmente se piensa le orden psi- olégico y sus fines tienen mas que ver con la administracién de deseos, que con la atencién al mundo. La simpatia, en tanto ipio de transfiguracién del mundo, no es de orden psicol6- jico sino ontoldgico. No se refiere al sujeto, sino al mundo del cual éste participa. No se trata de seducir una conciencia, sino de que esta pueda disolverse en un cuerpo a cuerpo con lo real. Adquirir una destreza no depende de la voluntad, la motivacién o la virtud de un sujeto, sino de su capacidad de dejarse conta- La ensenanza de la filosofia con nitios y adolescentes | 179 giar por las cosas y disolverse en lo que hace, es decir, con su capacidad de prestar atencién. Pero hay que sefialar que nuestro mundo no esta hecho de simples cosas, sino, sobre todo, de objetos y artefactos, es decity de cosas preftadas de tiempo y labor y, por eso, participar del mundo, fundirse con él, implica también participar de una me moria del mundo, contenida en las obras, las herramientas y low procedimientos, pues toda actividad humana recoge en su desi” rrollo la memoria de aquello que fue hecho, esto es, participa de una tradicion. La tradicion no es algo que se conoce, ni algo que se posee} una tradicién es mas bien algo de lo cual se participa. Resulta uw poco insensato aquello de declarar una determinada actividad como patrimonio inmaterial de un pueblo, creyendo que con eso se la salva del olvido. Por ejemplo, el ritual del asado en la tradi. cién gaucha y el conjunto de técnicas y sentidos que lo consti: tuyen, no es algo que se pueda preservar como se preserva uni iglesia o un monumento. Un asado es algo de lo cual se participa y ningun Argentino, Uruguayo 0 Brasilefio pensaria que protege un patrimonio cultural cuando come un asado con su familia ¢l domingo, si asi lo hiciera seria una muestra de que ese ritual de| de ser parte de su cultura, pues la tradicién ha de ser algo que se cultiva y no que se atesora o se preserva. Cuando un artesano realiza su labor, sus manos recuerdit) las labores de aquellos que lo precedieron. En una manta que. chua de Cusco es posible percibir la particular experiencia de! tiempo de los pueblos andinos y en la estilistica sanguinolen\ de la pictografia cusquefia podemos sentir todavia hoy el dolor de la conquista El repertorio es un sedimento dejado por la accién hu mana. Este resto se encuentra, sin duda, en la memoria motriy 180 | La ensenanza de la filosofia para nitios y adolescentes iva, figurativa y conceptual de aquel que cultiva una activi- Utilizamos a veces la palabra “experiencia” en este sentido imos que un médico experimentado es aquel que ejerce su si6n desde hace mucho tiempo y posee el conocimiento y ‘inio de ciertas habilidades médicas. Pero, al mismo tiem- estos vestigios yacen también en las obras, en los procedi- tos y en los propios instrumentos de trabajo, es decir, en artes y artefactos culturales que conservamos y recreamos cada actividad. Estos elementos que recibimos de la tradi- mn y de nuestra propia historia personal no constituyen por ismos un arte, sino apenas sus restos y por eso deben ser imados nuevamente en cada trabajo. Por eso un arte no puede poseer sino que se debe cultivar, puesto que lo que posee de un arte son sdlo restos somnolientos. Asi como se le poseer un campo y no cultivarlo, se puede también po- un instrumento musical y no tocarlo o una biblioteca sin er un solo libro. El cultivo es una relacién con las cosas, no posesion. No esta de mas recordar que la palabra cultura es derivado de la palabra latina colere, cuyo sentido originario justamente el de cultivo, labranza, labor. Lo que caracteriza cultivo no es la posesién de la tierra, sino la atencién y el idado con la vida que se desarrolla en ella. Puede decirse en- ces que no es culto quien posee, sino quien cultiva, es decir, en mantiene una relacién fecunda y vital con los restos que recibido del pasado. Se pueden recibir las herramientas, incluso, algunos co- hocimientos sobre los procedimientos, los nombres y las ca- tacteristicas generales de las materias empleadas en el trabajo, pero no se puede dar o recibir el sentido del mismo, es decir, la relacién singular que une a cada sujeto con el arte que cultiva. Lil repertorio es un vestigio y como tal, no constituye mas que La ensenanza de la filosofia con nifios y adolescentes | 181 un residuo que, forzosamente, debe ser actualizado en una re- lacién singular, unica e irrepetible. Sin esta vivificacién de los vestigios recibidos jamas existird cultivo, es decir, cultura, arte, en sentido pleno. Las decisiones son el lugar donde aquello que fue recibi- do como resto se compone con una nueva circunstancia, de la cual el mismo sujeto forma parte, y da origen a una nueva obra, Las decisiones constituyen el efimero lugar de encuentro entre lo posible y lo actual, la sensibilidad y las formas, lo general y lo singular, el lugar de encuentro entre cada individuo y la tradi- cién de la que forma parte. Una decisién es un acontecimiento irrepetible, tinico, cit cunstancial, episddico y, por tanto, intransmisible. No se pue den anticipar las decisiones; ese es el limite de toda educacidi) y de toda politica. Se pueden ofrecer las herramientas, mostrar los procedimientos, se puede contagiar una cierta pasion, pero no se puede decir a alguien la decisi6n que debera tomar, pues cada decision esta ligada a una circunstancia inédita. Ni siquie” ra uno mismo sabe la decision que deberd tomar mafiana, por que majfiana serd otro dia, otra circunstancia y, yo mismo, sere diferente de lo que soy ahora. Una teoria de la transmisién deberia distinguir con lari dad aquello que se puede poseer y, por tanto, dar y recibir, que s6lo se puede mostrar, sin jamas llegar a poseerlo, aquello de |i cual se puede participar y que se produce como un acontec| miento nico e irrepetible. Sobre el arte de filosofar en la escuela Quisiera aportar por ultimo algo sobre mi propio oficio, «| «lv filosofar junto a nifios, jévenes y adultos en ambitos educativiiy 182 | La ensenanza de la filosofta para nifios y adolescentes La materia con la que trabajo, y no me refiero a una dis- lina, sino a la materia, en el sentido en que un carpintero se re a la madera o un alfarero al barro, es el pensamiento. lo que sea el pensamiento es algo bastante misterioso. En caso, diria que el pensamiento es una especie de elemento el que se esté de una determinada manera, porque estar ahi iere de un cierto estado, una sintonia. El pensamiento es se sentido una especie de actitud, pero una actitud imper- |, no algo que uno hace, sino algo con lo cual uno se sin- iza. En ese sentido se podria decir que filosofar es colocarse stado de filosofar. Habria que hacer aqui una distincién clara entre pensa- ito y racionalidad, pues éste no es un sistema o un lenguaje tefiero al uso que la informatica da a la palabra lenguaje), algo anterior. Porque hay pensamiento es posible concebir de regla, verdad, ser, contradiccién, etcétera. Todas estas son determinaciones posibles del pensamiento, 0 dentro , pero no lo agotan. Una idea o una sucesién légica es algo en el pensamiento, pero no es el pensamiento. Este no ser contenido en un sistema de reglas, puesto que él mis- ‘es el elemento en el cual la regla puede ser concebida como Concebir el pensamiento como un sistema de reglas seria contener el mar en la piscina de un navio. Por esa misma razon es insensato afirmar que se puede en- a pensar; sdlo se pueden mostrar los productos del pen- lento, lo ya pensado, pero estos productos no son otra cosa determinaciones posibles del mismo. El pensamiento no es, iquiera, algo que se pueda hacer 0 ejecute, como un procedi- N10, porque no es una herramienta, sino una materia, no es destreza, sino aquello con lo que debemos entrar en relacion tlevenir diestros. Es mas bien algo de lo cual podemos par- La ensenanza de la filosofta con nirtos y adolescentes | 183 ticipar o con lo cual podemos sintonizarnos y no consiste en otra cosa que su infinita posibilidad. 3Quiere esto decir que un profesor que organiza experien- cias de filosofia en la escuela puede prescindir de un repertorio? Creo que no. Un profesor que organiza experiencias filosficas en espacios educativos debe poseer su propia caja de herramien- tas, a comenzar por sus libros, pues necesita conocer poemas, cuentos, aforismos, ensayos, tratados, fotografias, pinturas, cor- tometrajes y otras obras capaces de abrir al pensamiento. Seria bueno que haya leido y escuchado con cuidadosa atencién las especulaciones de diferentes pensadores, de nuestra tradicién y de otras, que tenga una cierta intimidad con esas ideas, como la que un carpintero tiene con los diferentes tipos de madera, Seria bueno que conozca formas tradicionales de tratar esas obras, por momentos raras, donde seguramente se pueden en contrar, desde antiguos textos latinos, hasta dichos populares, pasando por obras arquitectonicas, esculturales 0 cinematogra ficas de nuestro tiempo. El pensamiento se encuentra en toda obra humana y, por eso, el filosofar no tiene un objeto especi fico, se puede pensar sobre las imagenes mexicas encontraday en el templo mayor de la Ciudad de México, sobre un tratado cristiano del siglo x11 o sobre la letra de un tango argentino de principios del siglo xx. Lo importante es que aquella obra cargue consigo un pen samiento seminal, que posea la fecundidad para hacer florecer | pensamiento. Pero es importante no confundir las herramientay con la filosofia misma, pues no se trata de hacer que los nifioy conozcan las obras, sino de producir una relacién filos6fica con las mismas. Se trata de pensar, no de conocer. La materia de la |\ losofia es el pensamiento no el conocimiento y conocer las obra del pasado no es lo mismo que pensar a partir de ellas. 184 | La ensefianza de la filosofia para nifios y adolescentes Pensar es entrar en relacién con la potencia del pensa- miento y una relacién no se puede dar ni recibir, cada uno debe establecerla por si mismo. Cada persona, nifio, joven 0 adulto deberd encontrar la forma de participar del mundo cultural, es decir, de entrar en relaci6n con las obras y lo que ellas envuel- ven. Esta participacién no es algo puramente intelectual, sino que implica una sensibilidad, una simpatia, un cuerpo a cuerpo con el sentido. El sentido no puede ser trasferido 0 pasado de una genera- cién a otra 0, mejor dicho, lo que puede ser mostrado, no trans- itido sino mostrado, es sélo un resto adormecido que, en si ismo, no constituye un pensamiento, sino sus restos. Por esa n, la transmisién no es algo que ocurra entre individuos, (0 entre los individuos y el mundo, al mismo tiempo, material simbélico. Las obras estan alli, en el mundo y en ellas esté con- ido, implicado, todo lo que ha sido: las relaciones, el trabajo, sentimientos y las ideas de los pueblos. Cada nuevo indivi- debera establecer con esas obras una relacién, un sentido, jue serd nico e intransferible, pero que sin embargo, contendra algtin modo aquellos que lo precedieron. El sentido no perte- ce a la obra, nial individuo que entra en relacién con ella, sino la relacién y una relacion es algo circunstancial, es decir, es un mtecimiento irrepetible, pero no separado, pues cada sentido icipa de modo tinico y singular de los sentidos precedentes. Dejamos de pensar cuando substancializamos el sentido, cuando lo petrificamos, cuando lo transformamos en una pro- piedad de las cosas. Cuando pensamos que Don Quijote signifi- caba lo mismo para los contempordneos de Cervantes que para Jos actuales miembros de la Real Academia Espafiola. Esto no equivale a decir que el sentido se resume a la opinién que cada lno tiene de las cosas, pues la opinién no es mas que otra for- La ensefianza de la filosofia con nirios y adolescentes | 185 ma de anquilosar el sentido, estabilizarlo en una palabra o una expresion. La opinién es algo que se posee, el pensamiento no, Pensar implica remontar el rio de las palabras y las ideas hasta encontrar el manantial de la cual ellas brotan, devolverles su ino- cencia, su poder germinativo. Tal es la curiosa naturaleza de nuestra materia de trabajo, tal deberd ser la sutileza de nuestro oficio. Nota He optado por construir este texto al modo de una meditacién, manteniendo la libertad y la alegria que ofrece el estilo ensayistico, sin citaciones, ni referen explicitas. No obstante no me gustaria finalizar mencionar algunos autores que, de algtin modo, han estado presentes durante la redaccidn de este texto. No estoy diciendo que las ideas anteriores puedan ser adscritas directamente estos autores, no seria justo ni riguroso hacerlo, sélo quiero decir que he pensado junto a ellos, que me han hecho pensar y que sus ideas resonaban en mi mientras escribfa. Entre ellos quiero mencionar a Henri Bergson y sus reflexiones sobre la duracién y la memoria (Materia y Memoria); Gilles Deleuze y su concepcién del sentido como acontecimiento (Diferencia y repeticion, La légica del sentido, Proust y los signos, Nietzsche y la filosofia); Paulo Freire y su critica a la concepcidn digestiva o bancaria del saber, especialmente en lo que dice respecto a la diferencia que hace entre hacer algo presente a la conscien- cia la idea bancaria de que algo pueda contenerse en la consciencia, en otras palabras, la diferencia entre concebir la conciencia como un lugar 0 como una relacidn (Pedagogfa del oprimido, Cap. II); Giorgio Agamben y su teoria de la potencia (Estancias, Lo abierto, La potencia del pensamiento); Jorge Larrosa y su idea de la intransmisibilidad del sentido en la lectura (La experiencia de la lectura, Lenguaje y educacion después de Babel); Heidegger y su concepcidn del pensamiento y el lenguaje (Carta sobre el humanismo). 186 | La ensenanza de la filosofia para nini s y adolescentes

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