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uele vislumbrarse por primera vez, avanzando a toda velo- cidad, desde la autopist do Ia entrada del monu ‘a A303 que casi atraviesa con descui- imento. Stonehenge aparece como un grupo de protuberancias insignificantes sobre una gran pla- nicie, por lo demas ano: posicién profana y ventajosa, la ampli dina; sin embargo, incluso desde esta ia silueta es tan inequivocamente pre- histérica que, por un momento, el efecto que produce es un salto en el tiempo. De cerca, entre la confusién de rocas rotas y erguidas, parece dde menor tamatio que su repu- tacién, pese ala evidente procza representada por el montaje de las famosas rocas de areniscas la mayor pesa 50 toneladas. Uni- co en la actualidad, quizé Stone- henge fue Gnico en su propia €poca, hace unos 4500 aftos tun monumento de piedra que sigui6 como modelo a algunos precedentes fabricados en madera, En efecto, sus enormes dinteles estén unidas a los mon- tantes por medio de ensambladuras de espiga tomadas directamente del arte de la carpinte ria: indicio elocuente de cuan radicalmente rnovedoso debi haber sido este monumento hi brido. Las personas que constrayeron Stonchen- ‘ge habian descubierto algo desconocido hasta entonces, hallaron una verdad, hicieron un ‘cambio, no hay duda de que la piedras coloca- das con determinacién estan cargadas de signi ficado, sPero qué simbolizan en realidad? Pese a incontables teorias propuestas con el paso de Tos siglos, nadie lo sabe. Stonehenge es la religuia mas famosa de la prehistoria europea y uno de los monuments ‘és reconocidos y contemplados del mundo (no tenemos una idea clara para qué lo usaban en realidad las personas que lo construyeron). En el pasado, los arquedlogos buscaron deve lar este enigma abteniendo todos los datos que @& $l ibyo més reciente de Caroline Alexander, The Bounty: ‘The True Story ofthe Mutiny on the Bounty, fue un it dd ventas en 2003 en a lista de The New York Times. 4 NATIONAL aroGRapH uNI0 DE 2008, Stonchenge. podian de las piedras mismas, sometiendo a escrutinio sus a contornos, sus marcas e incluso ee sus sombras. Sin embargo, des- i de hace poco las investigaciones han Ilevado a los estudiosos a ampliat sus miras, por una par- te, lejos de Stonehenge mismo hacia los restos de un pueblo neolitico cercano, y, por la otra, ‘un escarpado pico montafioso situado al suroeste de Gales. Aunque aiin no ha aparecido ninguna respuesta definitiva, estas dos muy distintas bisquedas en curso han sus

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