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—_ — © EDITORIAL UNIVERSITARIA, 198 Lo Rolando Thscipcon Ne a0 Devo ender enn pan eds oe ues Mellafe ISBN s480401517 ‘Texto compuesto con maces Linon Plt $2 Se termind de imprimir ests 1 ec HISTORIA SOCIAL pooner 3 ~~ DE CHILE helms de novembre de 1986 ~ Y AMERICA Pala del Vinee (ta) SUGERENCIAS Y APROXIMACIONES Biombo de 8 hojas. Ansnimo 1850 EN CHILE / PRINTED IN CHILE Be [ndice Pratego Qesitnns tions ona npoocics 2, Frontera agraria: El caso del Virreinato Peruano en el siglo xv1 3) Latifundio y poder rural en el Chile de fos sigs xvu y uur Problemas demogréficose historia colonial hispanoamericina 5. Esquema del fendmene migratorio en el Virteinato Peruano 131 6. Demografiahistrica de América Latina Fuentes y métodos 6 7? La funcion de fa familia en la historia social hispanoamericana colonial (26 ‘Tamafo dela famila en la historia de Hispanoamérica (1520 - 1950) 9. Las primeras crisis colonales, formas de asenta- ‘iento y el origen de la sociedad chilena, Siglos x1 yoo 10. Elacontecerinfausto en el carécterchileno: Una pro- Posicion de historia de las mentalidades a / asi” 2 Prélogo La seleccion y orden de los trabajos aguf reproducidos no ‘obedece a un simple capricho sino a una logica que se dio en el tiempo. Debo, pues, invitar al lector a una breve excursén introspectiva. Paseo histérico e interior en la mente de un historiador que como la misma historia, evoluciona orienta y reorienta su labor de acuerdo a los mil hilos dlicados que ‘comunican su pensamiento,canales y vertientes mentales que Jo Mevan hacis atrés y hacia adelante en el tiempo, que lo sumergen a los afes de su comprensién y luego lo empujan, premunidos de renovadas metodologias ¢ intreses, a mis amplias y completas visions, En toda esta agitada vida interior eabe, muchas veces, la confusion yl inseguridad, pera nunca desaparece la condicion primera, la inguietud central que lo mueve a investigar y que articula sus acciones en cuanto a ser historiador, {Conocer at hombre? ;Conocerlos motives perennes que lo impuilsan aly ala sociedad? ,Explicarse el presente? La aproximaciin a cual- quiera de estas interrogantes —no digamos respuestas— re- uiere de una disposiciin al método riguroco, a la técnica ‘exacta, pero también al vueloimaginativa, al poema dela vida, circunstancias todas que difcimente se dan de consuno en cada individuo. Por ello la labor del historiador tiene altos momentos de comprensién, hermosas y frigiles imagenes y también ésperos y pesados techs con complejos deslindes y ccultas entradas En los articulos que presentamos en este volumen hay de todo tio, aunque no hemos incluco nada que por scomplica- dda metodologia requiera de especalizades conocimientos pre- vios. Al margen dels implicacinesy condones que cada titulo propone, el plan de ino es simple Se cmien por lo sds bac, ln grclrn ol espacio, I ray la prodecion agricola. Con ela y sobre ella I ptlacién, que cmb a diamina ols sate cuando sus destordes y exes perturben 2 auinesocupan terri, Finalmente, equllapobleciin que tive dees tabsos agile se onan e deine, ena deser lectva respects misma a su magntudy cance Y ambi en relat as ene bia de subitena Todo ‘liconsttuye labase del quehacercofdano, den de tanae de vida mas largos 0 més corts, queen Conjunto ctean y recreanlcultura material bsamento primordial dade donde trascende el ser inividualy también el grupo Esa selecién de estidiosno fueron ecco en el isin orden en que alse presenta, con lain include en ue aparecen, como sl fran peas o menos sia dean ‘Rzonabl eifco que representa el psa reconstidopeda. 2oapedaza. Noctis deese modo enla realidad Natt tampoco fe el proceso dea ment del histriador. La ela €s ua, liga yverdader cil solamente en mast de haber ‘curio; pero evocain es vigragueant, peau legac 1 persigue no puede perctiade une vez comple. Porte adems, en el concreto plano histriogrtice interponen problemas ajenos, como ls provnientes de eur, ft fologi, enfin os que dervan de conerecin de una deter Inada concep, en varias melodalogias de tabs que fensucian y desigran el acontce istic ea st mine: Cuando pensé, hace aos, en los vnculos exstentes etre agricul histori, vinirona muna mutts desnerogan. tes y temas fundamentales para la historia de Chie y de “Amie! Son los que estin expuests en Agri hrs "a primers econ del ele“ Agricultura clonal isp ‘oan pare en Neer Aer N°. “Temas Historia Eon inca Hispanoamescana” Bale Prague dos Haxtes Eudes, state det 0 Mm zacién: podriamos encerrar el fendmeno bajo el nombre de Economia de Plantacion cheval, Franois. Ya tad, Will, Ee, L arm dea Nit ceaode fri En Circassia” 20421 Washington, 1953 "has Alan, ues yrs et del rao Ris de Chie Algal y ets ns, 198469, En oltin dels Adem Ciena Se In Histon” N56. Primer Semeste de 198, 3 Desde luego es elocuente ol hecho de que este tipo de agri- cultura, generalmente cultivs tropicals o semitropicales, 30 Por excepcién estuvo servido por una norma de trabajo, diga- mos por el tribato que debian pagar los aborigenes consiera- dos sihdites dela corona de Casilla Lo normales que a fuerza dle trabajo dedicada a la produccién de coca, algodén, cacao, ca de azicar, tabaco, ete, esté formada por servidumbre compulsiva 0 por esclavos”, En estos casos sf see exstir un problema de mano de obra, pues las onas de cultivo estén situadas en lugares donde lapoblaciinindigena desaparecs en los primeros decenios dela ocupacién europee, osimplemente, donde nunca exstio, Por est la plantaciones son centro de constante inmigracion, con las caacteristias e implicaciones | ue tal fendmeno provoea social y demograticamente™ Hay un cierto tipo de produccién agricola, exportable, de buen rendimientoy alt interés comercial, que enestico rigor ‘no podria ser considerado como producto de plantacion, aun- ‘que participa de muchos de sus rasgos. Nos referimos a la cochinilla, el pastel, la seda, quiz incluso la yerba mate”. Es Indiscutible el interés dela administacion espatiola por fomen- hance Sidney. Libra Sager Pars Riva jana, 1180. En “Comparative Stes in Soot and Histry. Vl 3 March 1958 ‘Soc, font Aono, His de ext de Uefa not Nae Muro, Barelona, 179 “aval, Soy Tete Anions e lose En “Esaion Indignoe” Ea de El Coleio Nacional, Mex, 198, "Satna Pcie Newsy Md (Vaio Aatores). Urn Panamericana, Washington, D.C, 1980 ere, janie E Cut “Pte! Muse spit Easter ‘i Means" Vo enuronmaree de 1960 Borah, Woodrow Wit Cal Ctl Men. Hr Amr 2, Unis f Califor Pros, 183. 1g deer cm Mite At En “Hitt Mesians™ Vol nt, julsepimte, 196, Morne, Mags The Pal en soni ct hos the Lt an Regn. Library and insate of Ter Amerean Stade. Stekhot, 2 Pn tara produccin de tales ariculos en el siglo x, asi como fue notable el resultado econdmico de las exenciones, garantias y faclidades que la corona otorg6. Las diferencias entre ete tipo de produccion agropecuara y lade las plantaciones se centran ‘on preferencia en el ambiente social y demogréfico en el cual Forecen, asf como en el origen del capital, reinversion de as utldades, y también en la distrbucién del producto, La pro- ‘duccidn de cochinillay seda en México, por ejemplo, tiende a ‘drcunscrbirse en ambientes comunitarios, indigenas o mesti- 20s, donde la influencia del empresario europeo es menos directa {Las economias americanas de plantacin tienen una directa injerencia en la economia europea e imperial espafoe, en este sentido son perfectamente comparables con la minerla, pero con varie diferencias substancales, Una de las mas importan- tes quizés es la de que, en forma global y masiva, entran tardiamente en el munde del comercio internacional y cuando ‘esto ocurte se encuentran ante una especie de ineptitud, ante tuna estructura desfavorable de la economia espaicla para 3co- gerla y desarvollaela, En estas crcunstanclas una parte muy importante de tal produceén de monocultve se desenvueive fuera del control staal y toma una flsonomie muy pasticuler, que ests por estudiar. {Hlasta que punto los productores de monocultivos pueden comparase, en el siglo xv, con los terratenientes y ganaderos dle México 0 El Plata? En el centro o norte de México el terrate- niente no es sélo el hombre que posee el suelo, esa la vez el sganadero, minero y comerciante, atin mis, ese juez, goberna- dor y quien dirige elejrcito, en suma tiene todo el poderen su ‘mano, A este terateniente no le importa mucho el mercado {internacional del precio detcacao ode tabaco, generalmenteno tiene problemas de mano de obra ni necesita de muchos pro ductosimportados. Creo que tiene algunos rasgos comunes con el ganadero sudamericano, pero escasos con el productor de ‘monocultves. El estudio del desarrollo de tales rasgos en el 35 siglo xvi y xx daria perspectva fundamental a la historia contemporinea de Hispanoamérics, ‘Alterminar estas sugerencias he repasado lo escitoy quedo con [a sensacion dene haber concretado gran partede a impor- tancia que deberd tener en el futuro la historia agra, pero tengo también la satisfacin de haber, por lo menos, subrayar do algunas de sus direeciones relevantes, Frontera agraria: El caso del Virreinato peruano en el siglo XVI INTRODUCCION: CONCEPTO DE FRONTERA [Enel territorio del Vrteinato Peruano, en tiempos de conguista yen la époce colonial, se dieron temporal o permanentemente todas las posibilidades de frontera que histrcamente conoce ros, Asi, por ejemplo, desde el afo 1532 hasta que finaliza el proceso de expansion y captura del poder, perduré una fronte- ta bélica movil de acuerdo a las vicisitudes de Ia ocupscisn ferrtoral, a que por 1545 se fijaba aproximadamente en los limites del mperia incaieo. 'Al mismo tempo en que el Impevio se conguista y durante los siglos 101 y xvi, se forman otras fonterss, entendiendo esta vez por frontera, los espacios de reciente ocupacidn o sea las dreas en vias de colonizacion. Podemos dlistinguir por Ailtimo, un tercer tipo defrontera en los espacios geogrifios en Jos cuales el proceso de producciony de esructuracin insti 188 5 conseguir por mercedes de cablldo y vimeyes en cualquier momento, no tienen valor alguno. Las Herr privlegiadas, que todos ambicionan, aleanzan con sus implementos y equipos valores bastante altos en un medio en que el ganado, los escla- +05, los arados de hier, ete, son de muy alto precio. El mercado de productos agraros es restingido en la med dda en que las casas senoriales de los conquistadores yl comu- nidades son autosuficientes. En los primeros decenins,produc- tos como vinos y licores,azica y sus derivados se vendian y Los ejemplos on este caso sn interminable y, en general se puden ncontaren as clesones yu menconadas el Archivo Nacional del Pe Propindad Rast y Urbana, Derecho Ingen} Envorendae, ok o ‘cogil en ese pueblo, acustropetos cad topo yo esta plot aha usurped yl spe dicho algo Lacgo un indo del pueblo, ores mismos motos, bao identensdreuntancas deca mon ba yeni este pueblo en cha dmc y etm ‘xabodo, ast por la dcha dsminucion (de nature), 9 como porque en ese eogen michos mestizos espn slats, de vides destruida so color de sembrar un topos dos diem, que como adh es alg Pagar sus tas los molestan yes quite ascsas sores fe gue retben gran dat, En este caso por lo menos las teras vacantes fueron vendi- das aun hacendado de los alrededoresy los mestizos desaloja- dos, pero en muchos otros esto no ocuri6. IV. EL INTERES INICIAL DE LA CORONA POR LA TIERRA Las maneras de apropiacin de tiers antes descritas fueron apareciendo con distnta tonalidades e intensidades alo largo el siglo x0, de tal modo quea fines del siglo, cuando comenza- Daa estructurarse un verdadero panorama delatifundio, dejan dol pais de presentar un aspecto de frontera, todas ellasen st ‘onjunto constituian un frente de teemenda presiGn contra la propiedad indigena de la tera Elproblema no podia dejar de preocuparala Corona ya sus representantes en el vieinato, que por oa parte vetan que sus ‘oficinas, especialmente desde que se cre6 la Real Audiencia, szastabon su tiempo y esfuerzo en miles de reclamaciones y Pileitos de quienes defendian su ancestral derecho a ocupat Ia ‘tapos yon psd relic Les Erte que ns otigue nts Hear Peis Sor, Vaca, AID Wa Cy tierra que sus antepasados habian labrado. Francisco de Tole do, quien lehablatocadoapurarel procesoal hacer traslados y refundaciones masivas de pueblos, y quien al mismo tiempo tua instrucciones especiales decuidar quelosindios noqueda~ ran sin hugares de cultivo, no pudo hacer gran cosa con el problema, chocando ante lacostumbre ya imposible de borrar fe disponer cas ibremente de los espacios rurale del vireina to. Al etirarse del vireinato escrbe horrorizado, en su Memo rial, que el mayor mal que han Sufrdo los indies, sn que nadie le haya podido remediar, es que les han quitado sus tieras, agrege: se ha visto y experimentado ser lo principal que les ha acabado, como en la islas y reino de Chile se ha hecho y se ‘va haciendo en los lnnos del Per, que es donde mis los espafoes tienen necesidad de servicio y donde més convie ne no acrecentarle, ni consentir que se aumenten més las heredades que labran los espafoles, ni que se aparroquien, ‘que vallan a vivir a ella, especialmente los encomende- 10s, dejando solas las ciudades donde estén obligados 2 resid La inoperancia de Toledo respecto a la ordenacion del pro- bloma de Ins Heras no se debi a st falta de interés por el asunto, nia que ala Corona no le preocupara la pérdida de las tierras de labranza de los indios; el motivo fue simplemente que hasta ese momento no existia una legislacion agraria dara y taxativa, Recordemes lo dicho al principio de nuestro trabajo: ‘para nototros,lflta deinterés ola imposibildad por partedel Estado por controlar el problema de las teras,consttuye uno de los tres puntos primordiales que sustentan la exstencia de tuna frontera agrria, ‘Memorial de France de Toledo”. En Caletin ds Menor laos qu eerie ose del Per ap Rua Beira Resp (de, Madd, 92. Vol. 1p. 9 o Hasta I fecha en que nos referimos, el otorgamiento de tierras alos conquistadores, encomenderos, hombres de ett presa y sus descendientes, con todos losmecenistnos de capa Tamiento ya descritos, abia quedado al libre albedrio de cabil- dos, goberadores y vieyes, sin que oe interpusieran sobre cesta facultad més que aseclamaciones dels indios afectados, Enrepetidasocasiones estasreclamaciones resultaron absoluta- ‘mente infructuosas, aun en aquellos casos en que la Real Au- dliencia de Lima fallaba en favor de los naturales, El espiritu allamente seforial que caracteriza el siglo xv1 peruano y que tantos problemas politicos provacs a la corona espatiola, parece haberse perpotuado en ol derecho a disponer libremente de as terras del tervitorio, Vale la pena recordar un cauriso incidente que ocurriera en la recién mudada cud de ‘Huamange, ef ao 1541. En esa oportunidad el Cabildo dela ‘ciudad procedi6 a distribuirla tera de os pueblos indigenas de las inmediaciones, alo que el teniente del gobernador Vasco de Gevera reclame diciendo que sé el gobernador Francisco Piza- ro tentadlerecho otorgado por el ey pararedistibuirlatiera,y {queen ausencia del gobemnador la operacion debi efectuala Luego, en borrascosas sesiones del Cabildo los regidores y alcaldes replicaron que a ellos no les constaba aquel poder de Francisco Pizarro, ni mucho menos de su tenente, ass que la reparticién se llevs a efecto sin que hubiera posteriores pobemast® Los representantes de a Corona terminazon por deblegarse ante elempenio de los abildos por repari la ierra de las sens dle dominio de cada ciudad, einelusoles recordaron que tentan el derecho, sancionado por la costumbre, a hacerlo, En el ato 1557, en la sesion del dia primero de octubre, el Cabildo dela Paz scordé seguir repartiendo estancls en el distito de su Lr del Cala dee cine de San Jade Fron de Hangs, Ya stad, pp. 5t 7 jurisdiccin, “por cuanto su Excelencia ha mandado para su provision” que ast se haga, Lalibertad y el desplfaro en repartir tierras yen apropiarse de las que se queria, corr sin restriciones mayores hasta It ppromulgacion de la Real Cédula del 1° de noviembre de 1591, ‘gue en sustancia mandaba que dejindose Ins tieras que los Indios y poblados necesitaran para sus sustentos yrevissindose los titulos de todas las demés, se dejaran por baldis y de la Corona todas las que restazen, pudiendo venderse al mejor postor#. La mencionada ley predujo un enorme evuelo entre los empresarios, aunque étos se habian ido acostumbrando ‘poco a poco a que sus terras arajran las miradas del Estado. ‘Como ocuris muy a mensido on la legslacion indian, la Real ‘Cédiula de 1591 no fue mas que lz culminacién de un largo proceso, que con muchos tanteos,consultas y facasos, habia ‘comenzado afos anteriores. Incuso habla tenido en los afios 1578 y 1589 dos precedentes que habian quedado sin cumpli- riento, Veamos smaslamente esta tayectoria, pues nos pare- ‘ce muy ilustrativa para comprender el cuadro final de a fonte- sm agrarin peruana. {ia primera mirada de atencién sobre la cuestin dela era habia comenzado en realidad después de las “Ordenanzas para nuevos descubrimientos, promulgados por Felipe n en 1573, que trataban de uniformar en todos los tertoros ula ‘marinos una politica de poblacin, Estas dieron sus eutosen el Peri: siguiendo su texto se dieron en 1584 “instruciones" més ‘especficasalvirey Fernando Torres y Portugal onde de Villar, ‘en que se permitia y se recomencaba la reparticion de tierra, cs Capt hdd fe a Pa 15861562. Ya ado, pp 24 “pina ee eo Rey de Las ns, Canajo dele pane dad, Madi, 193, p 2. Un comentario de eta Real Cédula puede encontrar: Jos ara Ots Cope Eig del er er Arr "puke darn pero alo Uniersiad de Santo Drange, Clad Teil 196, pp. 67. a ‘jo condiciones bien especticas,enlos nuevos pueblos que se fundasen®. Las mismas recomendaciones y poliicas fueron ecogidas posteriormente por el vrrey Garcis Hurtado de Men- ozs, conde de Cavite. A estos dos vtreyes les correspond en verdad cambiar totalmente as condiciones dela tenencia de las grandes propiedades del Vrreinato. Puesta ya la cuestion en el tapete administrativo por la Corona, el conde de Villar planted la cuestsn de a terra en el Peri, por el afto 1585, a propésito de una redistibucién de tiers en la region de Cantey de Ie refundacion del villa de Payta, donde mandé incluso alcapitén Juan de Cadahalso camo visitador y mensurador de tirras®, Adems, a aio siguiente, someti6 a juicio de residencia al gobernador de Vileabambs, Martin Hurtado de Arbieto, a quien se habia acusado entre otros cargos de haber negociado con la reparticion de stance! Sin embargo, {veel sucesor de este virey, don Garcia Husta- do de Mendoza, quien activé defnitivamente el asunto de la tierra en el Perd. Estono ocurré porquea Hurladode Mendoza se le hubiera ordenado taxativamente, sino més bien de una ‘manera cas casual indireca. Hl vere levabalaresponsabili- dad de levantar un empréstito de particuares residentes en el Virreinato, para aliviar as apuredas Finanzas del Imperio Hiss nico. Al celoso funcionario se le curtis, por 1590, pedir em. Préstitos casi forzosos a los empresarios agricolas que se diti- sian a él para que se les diesen titulos definitivos de teras, fueran éstas de antigua pertenencia, de hecho o recientemente constituidas. No es una pura casualidad que esto comenzara a ‘curircon latifundistas del dstrito dela Audienca de Chareas, donde mineros y comercantes enriquecidos en Potosi tataban ‘Scrat Pri Carte y Pais, gloat xp. 23 3, p 28 la pp ary 628, a de egalizar la propiedad de etanciasy haciendas que habisn adquiido gratuitamente" ‘Al af siguiente, el marqués de Cafete, aguijoneado por zumentar las entradas fiscales,escriia al rey proponiéndote coneretamente lo que después se ordenaris en Ia Real Cédula, ya mencionade, de 1591. En la carta deci: “También hay en estas terascantidad de pastosbaldos y dando Vuestra Majes- tadlicenciaque se pudisen vender para dehess, se sacarin de ellos una buena cantidad de hacienda’. En 1592 el marques recibi respuesta afrmativa, acompafads de unas “Insico- res” —que desgracadamente no conocemes en su ttaidad— fen que se le dab la forma general, para la venta de as tieras baldias y para entregar titulos definitivos a cambio de una composicién o entrega pecuniaria de un particular al fiso; probablemente se proponia en las mismas insruccones una remensura general en el teritorio del viteeinato! Poco después de recibir la real orden el vireey volvis a cserbr a la corte comentando el asunto y advirtiendo desde entonces a enorme cantidad de problemas ques cumpimien- to le acarreari quizasa esa altura el marques se arepentia de haber dado lade y rememoraa la prudencia de Francisco de Toledo, quien déndose cuenta a iempo'de las dificltades que clasunto presentara, habia preferido no moverlo. En un pérar fo la carta deca Loque toca las tierrasbaldias que manda Vesta Majestad {que se vendan las que parecera no tenet ls que la poseen ‘iulos bastante della, nilos quese as dieron poder especial a, ta, p18 a em, p28 Gaba Poi hp. 25. Toes Sadamando EEL Primero y «lime Provinl dela Compa de estsenel Per en ete ar, {amt times Lins 190, Vaase tambien, “Gazaiacio es del Per, “onda incre dl sonia" por Garpar de Escaloma y Agere La ea 141 2 de Vuestra Majestad para ello, esasique unosconocasion de [a merced que tienen por algunos vireyes,yla mayor parte de las Audiencias de este reino y cabildos de lascludades y villas del, han repartido casi todas ls tieras y entrado y ‘ocupado otras muchas sin titulo causa ai razén y con esto estén apoderados della y los consejos y cabildos y indios no tienen la que necesariamente han menester® Era evidente que habia pocas tieras bali que vender y {que pocos las comprarian si estaban habituados a obteneras ‘rats, De todos meds, resultaba caro que antes que vender habia que remensurar totalmente el reino y revisit todos los titulos para suprimir fos excesos, Hl vierey aconsejaba en segul dda una politica de muy largo aliento, especialmente prudente y sin resoluciones rotundas ‘Los que poseen estgstlertas son los mis rics y antiguos escubridores y conquistadores del Reino y sus hijasy des cendientesy otras personas quien estos las han vendo, {todas las tienen rompidas, labradas, plantadas y mejoradas con edifices, y algunos han hecho mayorazgos con facultad de Vuestra Majestad. Porque al principio entaron todos en ella sin ninguna contradiccién, dando ls virreyes y gober- adores muchas gracias y ayuda a los que se eplicaban a beneficiarlas y sembraras y tratar ahora de quitéselas y siendo todo su caudal, ninguna cosa se podria ofrecer de tanto escindalo y desasosiege en todo el Reino entrelos mis principals y que algo valen y pueden, ponque desposeerlos de los repartimientos encomiendas) tocna doscentas perso- nas y saben que nolo tienen sino por una o dos vidas y no Jos sienten como lo harian quitandoles todas las terras que sSozan y tienen por cose fia perpetua, Y ademas que esto toca a las personas que digo también a todos los convenes de rales y monjas de este Reino ya se comunidades, y ast Si as. 3 ” ime parece quela ejecucién de esto se hade irintroduciendo con largos discursos de tiempo, ordenando como ya lo he hecho, que ninguna Audiencia nj Cabild de ciudad y villa no reparta ni de tieras ningunas de aqul adelante y vstan- do y viendo los titulosy tieeras que cada uno tiene y con los poseedores antiguos disimular por algin tiempo, y los que parecere que no tienen recaudo ni titulo bastante para tener- las y poseetls, irse componiendo con ellos que a imitacién de éstos los querrén seguir los demés. Y las terras que sobran a los indios, que no tienen propiedad dellas los espaol sino que las labren por su permision o arrenda- 'miento, estas tales se podrin vender alos expafoles, dejan- «do los indios ya sus comunidades y ejdos bastantemente Jo que hubieren menester. La carta anterior del marques de Cafite y otras eseitas posteriormente permiten comprender a situacion egal del pro- blema de las terasa fines del siglo xv, cuando la Corona y sus representantes comienzan a hacer un esfuerzo por controlar el problema, lguidando al mismo tiempo el panorama ce frontera «nel virreinato, Los pasosinmediatos del virey fueron: sefalar luna junta asesora, nombrarjueces vistadores para diferentes regiones del vireinato y, por timo, adoptar una politica muy especial respectoa as reales audiencias, que querian intervenit ene asunto. Es interesante detenerse un poco en cada uno de ‘estos aspectos El primer juez vistador de derras que nombré ef marqués fue fray Luis pez, obispo de Quito, para lajurisdiecién de las CChareas, que abareaba la rica regién minera de Potost. Las “Instrucciones” que le dio, ademds de recomendarle la sma prudenciay calma, fueron muy sumarias y no protegian cetta- mente los intereses de lo indios:deiale ue adjudicaratitulos Scares del Po ty, p32 | i / | 1 quienes pudiesen pagar por sus Heras “haciendo solamente averiguacisn por ahora dela canta y-cualidad que son.” Este nombramiento, junto ala noticia de que en Lima se habia efectuado una primera “Junta” para trata el problems de las tiers, levants un sinmimero de habladurias y eseéndalos que inquietaron al gobierno, Hay que agrogar que el intento de hacer pagar a los hacendados por sus ttulos y de vender las tierra baldis, se tataba de levar a efecto junto con Ia iemplan- tacién del impuesto de a alcabala. Se rumoreé que se confisca- lan todas las tierra sin titulo, que Tos mestizos debian pagar tmbuto, que los numerosos portugueses que habia en el vino también debian pagar una composicién pecuniaria para su per En este clima el obispo fue, a juico del rey, demasiado blando: “Empezé a hacer tan buen barato que casi todas las [personas que poscen chacras yterras deimportancisacudieron, a pedir compusicén y los admitié a ella. Esto, bajo lo cual ‘estaba la idea de que el astnto podia ser de mucho mas prove- ‘cho econémico y de menos riesgo, hizo que fay Luis Lopez fuera llamado a su didcesis y reemplazado por don Pedro Ozo- res de Ulloa”. Después de lo obrado por el obispo de Quito y de sus resultados relativamente files, se pens6 que la composicion debiaextendersea todo el terstoro del virreinatoy quelomejor ‘era encargar la gestién a los comegidores de indios de cada lugar. Sin embargo, el virey, menos optimsta, disints de tal parecer, esribiendo al rey: y el remedio que me ha parecido mis a propésito para ‘sto, es que las personas que van a entender en ello tengan las partes de experiencia y cristiandad y satisfaccién que Gobemantes del er tcp Sa, p 6s SAE. pp. 108408, mia, ps conviene, a que he advertido en la eleccién que dellas he Ihechoy no era negocio para cometerlea todas os corregido- res, porque en los pueblos de indios como son menester hombres de paca ciencia y habllidad, los mis son soldados viejosy pobres, que han servido a Vuestra Majestad en este Reino y no tienen Ia sufliencia que se requiere para encar garles negocio fan importante... Sabemos que el marqués de CaAete nombre a seis jueces visitadores para todo el vineinato y que estos estuvieron en. funciones hasta la legada de su sucesor. Nos consta también {que por lo menos fueron compuestas Is erras de la Pat, Cuzco y el valle de Chancay; lgar este tltimo donde por 1599, se habian obtenido cerca de “cuarenta mil pesos” por concepto de venta de titulo” Elvirrey Garcia Hurtado de Mendoza crea, con tazén, quel asunto de la composicién y venta de tcrras podia afectar a Imiuchos, pero especialmente os indios. Poreste motivo recu rig. una solucion acostumbrada en problemas de tal enverga- dura: quiso aseguar sus juiios y mandatos con la opinién de “juntas” especialmente convocadas para este efecto, Las juntas fueron en teidad varias, una el afo 1583, que aprobs los primeros pasos einstrucciones dadas pore vrrey al obispo de (Quito y 1s otros visitadores,Posteriormente en elmismoafo, se cre otra junta de personas conocedoras dela provincia de Las Chatcas, que desaprobo lo hecho por el obispo. Pralelamente a estas juntas y desde fines del mismo afo, como el asunio iba tomando proporciones insospechadas, el ‘virrey nombr6 una junta de tiers permanente para que lo asesorara en los problemas que ban Surgiendo cada dia, y que acostutnbro a sesionar una vez por semana Esta itm estaba Consituida por cinco miembros: el Hcenciado Juan Martinez Rengifo asesor del virey, el secetaro de gobernacién Alvaro ‘1a. po, a, pA. ” Ruizde Navamuel,eldoctor Antonio de Molina, canénigo dela catedral de Lima, el franciscano fray Alonso de Valdiviso y el doctor Alberto de Acusa, protector general y abogad de fos naturales del reino®. Por sitimo, a princpios del ato 1594, realizé una junta amplinda de “te6logos y juristas de aca” al tener roces con la Real Audiencla y aumentarsele ls esripulos por las ierras de indios. En ella pidio pareceres u opiniones por escrito a los ‘componentes que junto con nuevas instruclones para los jue~ ces de terras y una cuenta total de lo que se habisrecogido en lascomposiciones y ventas, fue enviado para su estudio al rey y al Consejo de Indias". La Corona respondis. esta consulta con. una Real Céla del 25 e unio de 159Sen que se trataba de dar ‘una ampli garantia alas tierrasde as comunidades “los indios ante todas cosas queden mas proveicos dels terras que hubie- zen menester, de manera que antes les sobre que ls fate sin que tengan que agraviarse cerca desta”, Respecto ala intervencion de las Reales Audiences de Lima de La Plata, por le menos en un principio, cuando no se sabia ‘qué magnitud podria tener el problema el visrey tat6 de margi narlas totalmente de a cuestin de la tier, Asien el ao 1582. corden6 que no volvieran a repartir ni a confirma ttulos de tierras®. Posteriormente mandé que no se ventilasen en ellas jnicis sobre limites o posesionesde terrae, porlo menos para caso de Chareas, quelasapelaciones de as reclamaciones que ‘esultaran de lo que hacian los uecesvisitadoreslasatendiera el inquisidor Juan Ulloa Mogollin, pero no a Real Audiencia™. Pero esta politica, fuera de acarrearle la animadversiin de los cidores, no fue posible continuara, especialmente porles ape a. dt, p38 Si, wv, vp 2 ap 213 7 laciones de comunidades indigenas y curacas. Ast, el sucesor del marqués de Cafete, domLuis de Velasco, se via obligado a aceptar su intervencién y a hacerse cargo de una verdadera avalancha de reclamos. En 159 eserbia al rey Por una relacion que mandé sacara Antonio de Torres Fres- neda, protector general de es indies, parece quelas deman- das de tierras que por ellos sigue conta otros y espaticles deste reno son setenta y nueve, sobre que hay pleitos pen dientes por mala administracin de los comisarios a quien cometen la compusiign de temas! Por lo que se puede ver, la Real Cédula de 1591 puso en el primer plano de los problemas de gobierno el tema del terra y dle sustitulos, de tal modo que porintereses econémicosfsca- les, al cabo de pocos afios, se habian montado una serie de engranajes administrativos que fjaron el contra del Estado sobre a terra. Sin embargo, esto no signifies el fin del proceso de pérdida de las terras de los indios sino por el contario, en cierto modo contribuyé a legalizar una situacion que anterior. ‘mente s6lo estaba protegida por los hechos, de manera que al _amparo de esa nueva situacinsiguieron actuande los mecanis- mos antes descritos de apropiacién de tieras. Por ots parte al dolar de legalidad y de contenido econsmico la posesion de la tierra se cerré el ambiente de frontera y se abs el ciclo del latiundio antiguo, Muchas haciendas que antes no valian cas nada 0 nacla, ahora comenzaton a valer porque tenian sus titulos legalmente compuestos, muy 2 menudo sobre extensio- ites mucho mayores que las que originalmente habian Id. esp Latifundio y poder rural en Chile de los siglos XVII y XVIII LATIFUNDISMO. Eliatifundio es una unidad econémicay social al mismo tiempo {que foco de poder rural, que'se forma mediandobistériamente circunstancas especiales, La declaracion patece perogrullaa, Ja hacemos, sin embargo, porque demasiado a menudo los historiadores y cientisas sociales olvidan la médula histérica del fenémeno. Ast, unos creen que en América Latina colonial latifundio y encomienda son una misma cost, otros piensan {que tras la expansion espafiola en el continente aparecis el latifundio —gracas alas mercedes de tierra— como tn com pilejo ya maduro y definitive y que perdu intacto hasta la actualidad. Muy pocos son, fnalmente, lo que toman en cuen ta que en a medida que ol contorno hstérico varie, as caacte- ristcas econdmicas y sociales y las posiblidades del latifundio fen el manipular del poder también variaran considerable- En algunas épocas de la evolucidn histérica del continente los latifundistas aleanzaron la plenitud de su poder, pero en otras tuvieron que ransar, como grupo individualmente, ante otras fuerzas,representadas por diferentes sectores de I eco- nnomia y It sociedad. Lo que parece incuestionabe, en todo aso, esque el latfundismo y poder rural, latitundisme y poder regional y nacional, son fenémenos histrics siempre intima- mente relacionados. De lo que no estamos seguros, es de cémno lego a ser cietto y cusles fueron los primeros vinculos de dominio entre quienes poseian la tera y l resto dela constela- cin socioeconémicav de gobierno en tn momento particular 0 dlelahistri. Para ayudara comprenderesteprocsointenlae mosdescibir aqui a grandes rasgos, lo sucedido en Chile en los romentos en que surge, se afisnza y alcanza una primera plenitude afundi tradicional ‘Queremos decir primeramente que dejaremos de lado el problema de la mera tenencia de la tera. Es el punto mas bisieo, pero tambien uno de los ais prturbadores ene tema Un propietario que posee una gran extension de era no e, por ese slo hecho, un atifundista, No ue, porciete Crista Colin el primer Iatifundista de América, Nitampoco lo fueron los conquistadores, que reabieran toda a tierra que quisieron, ‘on o sin Indios. Las euestiones claves son: 2) que el erate tient, ademss dela ter, tenga baju dtecién maseomenos directa algo que manejar, manipular y dominar en forma ex- ‘yente de otros grupos o personas, cueston que conleva un Certo grado de oposiiin a su accén; 2) La racionalidad y “economia” con que manga ater, lo que implica mayor © menor grado de eficaié econ6mics, social y polit “Tomando en cuenta as constantes anteriores, desde hace ya algunos afos acostumbramos distinguir —desde Ia invasion tsuropea al continente Americano hasta nuestros das— por lo menos ciatofases de desarolodistinas del efundio, que or supuesto, dan tipos diferentes de grandes propiedades: ina ete de preatifundioe de ontraararia,ora de latifun- dio antiguo, ota de latfandio tradicional y una sitima de Iatsundio modero. Aunque el presente estdio se refeees- pecialmentealtercer tipo de ellos, vale deci al latifundio trad ional, nos parece oportuno detenemosen una breve crater- acide los tres primers! ‘Se scostumbra decir, con ligereza, sobre los espafcles que legaban s pariparen la congusta de América que buseaban "Propasimos por primera ve eta dvs e, Relando Mae, The {atfundi and the ity fm Lain Amen Hstory" The Ltn Ain Resenes Latrs, Univer of Tort, 17 'a posesion de la tierra porque ella daba “prestigio y riqueza’ Creemos que ocurria todo lo contraro en el perodo del prelati- fundio, que cronol6gicamentecubre la conquista ysusdecenios siguientes. En aquellos aftos el prestigio la riqueza da tam: Dien, entre otras cosas, la posesion de a tera. La tera es un lemento més que se distribuye a los conguistadores y sus slescendientes, junto con titulos y honors, con el derecho de usuiructuar del trabajoy tributacién de os indios, con le excep ci6n de impuestos, con la oportunidad de trabajar las minas, etc La terra que se da generalmente vale poco, no setrabaja nt ‘inde mucho econémicamente. Es una tera en que los aceso tos de producciin que se ponen sobre els, como ganados, indios, esclavos, valen mucho mas que ela misma, Al periods de prelatifundio lo hemos denominado también “etapa de fron- tera agraria”, porque es un lapso de formacion de ina economia ‘agraria de intensa acultvacion y de ensayos de distintos pas de produccisn agricola Lo que se ogra ene period de prelatfundio es precsamen- te plastar las bases necesarias al surgimiento del latifundio. Estas seconsiguen fundamentalmente através de a estructura ion de mercados agrarios y del control del Estado sobre la posesin dela terra. Lo primero se realza en un complejo de condiciones que se van dando en distntas épocas en el Conti- rete, ¢ lo largo de los primeros 50 aftos del asentamiento ‘europeo, Entre las mas importantes anolamos: la apertura de capacidad de consumo de productos agratios en dreas no ru les, un sistema de cambios —monetario @ no0— continuo y estab, un sistema permanente de medidas de longitud y de Volumen, una ciertadisponibilidad de mano de obra to enco- ‘mendads y,finalmente, un aparato legal que ampate y garanti- cela continuidad de todo lo anterior" ‘ease sobre el te, Rolando Mal, Fronters Agra caso dl Wireinao Peruano en el sige a, Tans Nhs, Alvaro Jes (Ed) El Colegio de Msc, 96, pgs. 112, 2 Lo segundo, es decir el contol esata tata por una parte Infructuosamente de defer los mecanismos de acumulacon de teras de indi en manos de empresrios xpafiles, gene ralmente conseguidasilctamente. Ya través de imposicones fiscalesextraordinatias y especiales, entega actu perpetua dela ocupacn, orginando de ete modo a legitimiad dela ‘cupacion y ustlfucto de later, cosa que alfers en buena medida el incipient “mercado” del er En a etapa del prlatfundio a inversn en I produccén agricola es baja, la teenologiaempleadaes pobre y la raconali 2acion dea empresa agricola may primitiva. Las excepcionesa ‘staregla general seranlasplantacionesde monoclivos topi- cales, las plantacionesandinas de cay, mucho mis ard en relaciin ala extension y monto comercial de culivo, algunos ‘ifedosenregones de Per y Chie. Engl forma, cn as cexcepciones a dchas, el rendimientoeconomico dela terra es también bajo, Salvo en casos contadas, en que el endimiento dea tera estuvieradrectamenteconetado on cites mit ners 0 en otros, como ls complejos productive estos, donde exenciones deimpuestossecombinan con produces “encadenadas” de material altamenterentables como la yerba imate ola cata de azar. resto de as propiedades asic bes como prelatifundio miuestranfendmenos de deroche de rmano de obra y otros recursos, especialmente el agua de regt- Alo, aprovechamiento masivo de a produccim local autctona, capada através del tbuto indigena,eacaser de eaptalesy de créditos CCumplida Ia etapa formative, ariba anotads, estamos en presencia del denominado ltfundio antigua, En ls diferentes reinos que constituian of mundo colonial latinoamericano hay vatiaciones de forma y de cronologia en este advenimiento Pero al mismo tiempo hay fenémenos comunes, que forman Rolando Mela, “Frontera Agr.” ya cade, tuna especie de tein ce fondo del muevo proceso, En la primers imitad del siglo vu puede advertire en todo el continents los efectos de una crisis de la produccién metalifera y —quizis dlerivada de la anterior de las corrientes de comercalizaciin intermas y externas alas colonias. Hay cera saturacion de Tos mercaclos europeos, tun rerudecimiento de las poitcas mono: pplicas en favorde a metropolis y, entre los signos masimpor- fates, escaez de mano de obra, cuando a mediados del sigola poblacién americana llega a su nivel més bajo, A principios del siglo xv es ya casi legendaria la figura del conguistader-empfesaro, Se nota con mis claridad un sector ‘econémico agraio, otro minero.y-otro-de.comerciantes. La tencomienda ha dejado de ser, en todas partes, la principal proveedora de mano de obray de artculosagrcolasy manulac- turados de uso generalizado, Por exigencias de los mercados locales o externos, las distintas regiones del Continente han especalizad su produceiona tal grado que muchas comunida- desde indigenas, campesinos y manulactureos ya no pueden ser autosuficientes. » Es enestecuadeo confictivo donde el ati se transforma en un “primitivo” latifundista. Se une.a otros propietarios y desde entonces, en eilidad de miembro de un ‘grupo identificado con certo tipo de produccién y de interes, ‘debe aetuar ant ls cabildos, en la Mesta, ante les exportado- res, los gobernantes y las audiencias. La lucha contra varios frentesadversos le da consistenci al grupo, le conferesalven- ‘a y eficacia. Atacay se defiende de las comunidades indige- na, presiona a la miners, al comercio ya Ia glesn para conse- gui eréditos, Obtiene de los gobiemos virreinales y locales franquicias arancelarias, aqut y all comienza a manejat el po: dera nivel provincial Pero, muy’especiamente, lo que consigue el latifundio anti> _guo ante asedio dels monopolies, I falta demano de bray Ia escaser de capitales, es una primera raconalizacion de Ja ‘empresa agricola Histricamente por lo menos, la racionaliza- a ‘én de la economia agraria no significa necesariamente ni ejoramiento teenologico, ni mayor production. Los érminos ro son excluyentes, pero tampoco necesaris, La rcionaliza- én en esta etapa del ltfundio significa simplemente una ‘mayor eficaca en el so de los recursos disponibles. Una ha cienda mixta, por ejemplo, con un mediocre rendimiento y baja {ecnologia, queen otras palabras, no renueve convenientemen- te sus ganados, ni aprovecha bien los pastes, que no uilice eficientemente el regadio, nila totalidad de las dreas cultva- bles, puede en realidad estar explotada con un alto grado de racionalizacin de la empresa agraria. Seria asi, si teniendo ‘como pardmettos por un lidolos insumos que necesita para esa baja productividad y por atralas erriticas demands del merce- doy los precios, obtuviera un rendimiento econ6mico dptimo. Fnotraspalabras, un rendimiento muy barato para un mercado muy deficiente. Una sobreproduccién ociosa le resultaba al Iaiifundio antiguo doblemente costosa. a relacibn racioalizaciin, tecnologia y productividad se cestrecha mas en el periado siguiente, que cronoldgicamente coresponde @ Ia segunda mitad del siglo xv y al sx y que ‘denominamos latfundio tradicional. Pero no se piense, de todos modos, que en este limo periodo se ha logrado una relacin plena y directa entre Jos tres aspectos antes ‘mencionados* "El marco socal y econémico del ltifundi tradicionales bien diferente del anterior y esto, por lo menos en parte, le da algunas de sus caracterstcas mas notables. Surge este altima “tino dels elementos vs pos deictar el grado de exis en oe se encanta esl comtabiidd ages Lo regula esque eh It ap de prelatifando se leven corn naaes de to algunos abe de erates pasos. Eno plato hay eglament conas| “Ghusleso steals densmory producn comercaizads, sq sin| tmuchos dtl ai, espechimente en el rb de gastos, £1 atfundio {odio ence ev cuentar ensues dead, consubrales 85 junto a una importante expansion de los mercades internos y externos, acompariado de un crecimiento egularmente acer ode a poblacion rural, lacceso al crédito y alas correntes de Machos ejemplos s puuden encntar en Juan Moje, Hits de tires Seiaps, 15, Casi Opsze Marana, Hater de Tas, Sati RID, René Lao Ech, Har de Cur, 2 Va Senogo, 168 101 del norte chico, se encontré ante una inmensa mesa, donde ademés de Ia interminable familia del hacendado, devoraban ulsos tras guisos, “un sacerdote un mayordomo, untenderoy otros.” La mayoria de los problemas entre latifundistasy sacerdotes , Estos van desde perturbaciones en los sistemas matsimo- Dials, hasta influencias negativas de factores climsticos, en ‘muchas comunidades trasplantadas a diferentes ambientes _eogréficos. Desde un punto de vista puramente hisxico, sin embargo, podria intentarse eunir todos estos fendmenos porlo ‘menos en cinco grandes grupos, 1) El primer contacto con a huesteconquistadora. Loimpor- {ante en este caso no es tanto una posible accén bélica sino el despojo de alimentos y bienes de consumo de la pablacién indigena, la destruccion de sembradios, la captura de exlavos, de habitantes por tbutario, hecho que ha reper cutido directamente en los célculos de la poblacion _pe-ortesiana, Asfen 1948 Cook y Simpson trabsjaron prepon- derantemente con el factor 4; Borah y Simpson, en 1962, han _usado principalmente ls factores 3,3 para los aos anieriores a 1a 1858 y 2,8 para los posteriores del mismo siglo, Por nuestra parte, para el caso de la regi de Hudnuco, estamos emplean- do otros fuctuantes entre 2,5 5, de acuerdo con as modalide- des de los recuentos del vireinato peruano y la manera de Jmponer el tributo. El factor 5 en este caso es més bien el romedio de habitantes por casa, o de familia sci, y resulta ddeun sibito aumento de mortalidad dehombres adultos que ha provocado a su vez la unin de restos de familias bioligicas (iudas con hij, huérfanos, ete) bajo un mismo techo™ Si dejamos, por ahora, de lado la cuesidn de sila poligamia tiende a aumentar o disminuir la poblacion, la aparicion de formas de familias poliginicas a través del coneubinato de exci ques y mandones, espafioles y mestizos, podtfa aiararnos el ripido surgir y preponderancia social y econdmica de dferen- tes grupos, al mismo tiempo que nos ayuda a comprender el caricter de pobiacién cada vez més joven que va tomando Hispanoamérica a medida que se desarrolla la desastrosa ‘coyuntura de post-conquista, ‘Lo dicho nos empuja a otro tema que espera cuidadosos investigadores, el promedio de vida ya repirticiin de edad. Polo menos en el siglo xv1elciclode vida es muy corto, amenudo en Jos documentos adminisrativos colonial se habla de viejos 0 Viejas de cuarenta afs. La fecundidad solo baja en los afios cxfticos de post-conquista y siempre es muy alta en los estatos sociales no Indios. A pesar de que existe una elevada mortai- dla infant el érbol de las edades, en general, tende a abulta seentreuno trenta afos de edad, mas para las mujeres que en los hombres En términos econémicos, todo esto quiere dec que desde et Punto de vista demogréfico la produccién colonial es car, ya {que Is poblacin es extremadamente joven, rinde durante po- 0s ais y la fuerza bruta de trabajo es un porcentajereativa- ‘mente pequeno de la poblacién total. En la prictca se traduce Melo, Rolando, Le Foci Ign de Hun... y indo. 2s Por Ia obligatoriedad, impuesta de una u otra manera, y a ‘menudoburlandola ey, del trabajo denis, mujeres, viudasy vias 1a influenia del medio gegrifico proporciona otro temevio ‘especial, eneralmente relacionado con las migraciones y los ‘grandes tipos de produccién colonial. No hay que olvidar que lasmasimportantes densidades de poblacisnindigena se agr= pparon en altitudes que iban de los 1.500 alos 3.000 metros,

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