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; Q iS) A ORS. force Hershee on la - ange Lip a Hadke< ChE KD custica 962, The 967. Bdi- nie, 1970, joes, He)- -s. Miins- ss, Praga, Sciences. INTRODUCCION > Cancer 1.0. En 1948, el lingiiista americano Martin Joos declaraba: :] también una vocal mixta no labializada, pero ¢) oido lo atribuye sin duda alguna al mismo tipo acustico que el [ce] francés de heure (Malmberg, 1952, citado por 1971, 99). La cuestién del reconocimiento de dos posiciones articula- torias diferentes como un mismo fonema, y el que den como resultado un mismo espectro acistico se debe al conocido fené- meno de la compensacién, que nos permite realizar la misma imagen acdstica de diferentes maneras: una [e] puede conver- firse en [a] reduciendo el orificio labial, pero puede obtenerse eb mismo efecto retrasando la posicién de Ja lengua: e! resul- tado actistice es idéntico y se traduce en el espectro por medio del descenso del segundo formante, como veremos mas adelan- te*, Por ello, una de las funciones de fa fonética articulatoria actual ser4 la determinacién de la forma y volumen de los 4 V, Malmberg, 1952, 73102, Delatire (1967, 177) dice sobre el fenémeno de la compensaciin: «Ahora, los avances técnicos en el campo de la cine- rradiografia han proporcionado una mueva evidencia al sugerir que mo- vimientos articulatorios muy diferentes pueden producir sonidos que se perciben como un mismo fonemas Armando de Lacerda ya indicé también que «La continua diferencia. eign articulatoria no provoca una continua diferenciacién acistica, En primer lugar, se comprueban los movimientos de compensacién. Sabemos que un sonido puede ser emitido de varias formas sin que tal hecho motive una diferenciacién acistica, articulando el sonido distintamente. El hecho de que los fonemas presenten una zona media més o menos estable com firma el principio de la compensacién articulatoriae (Estructura féonica, Coimbra, 1939, pag, 12) 22 Fonética acustica resonadores que se forman en la cavidad bucal, en la realiza- cidn de las diferentes articulaciones. 3. Los datos proporcionados por los andlisis actisticos son mis objetivos, mas féciles de manejar y menos numerosos que los articulatorios. El dato actistico se refleja en el formante del espectro del sonido, mientras que para el dato articulatorio es necesario un nimero muy elevado de mediciones —tedricamen- te infinito— que refiejen las distintas distancias entre ios érga- nos articulatorios, érganos que, por otra parte, adoptan curvas muy complejas. Por ello, parece que los datos proporcionados por la foné- tica acistica son ms objetivos, adecuados y mds constantes que los de la fonética articulatoria para la descripcion fénica y para la comunicacién humana, sin que por ello queramos decir que esta tltima sea menos interesante ni menos impor- tante que aquélla*. 1.3, Ex Proceso Dx comuntcactOn 13.0. El proceso de 1a comunicacién lingiiistica, sumamente complicado, lo podriamos reducir, simplificéndolo mucho, al siguiente esquema #: ahlante Oyeate 7 " w v Fic. 11, Esquema de ta comunicacién humana también B, Hala: «L’importance de la phonétique acoustique, son état actuel et ses tAchess, TrLiLt, V, 1967, 161-167. 12 Un esquema més completo de la producclén y pereepcién del so- ido puede verse en Georges Straka, 1965, 3. Introduccién 23 En él] hemos supuesto el caso més comin, el de dos perso- nas: un hablante y un oyente. El mismo ciclo se puede esta- dlecer sobre una misma persona. En la figura, las fases I y II corresponden al hablante, y las IV y V, al oyente. Entre estas fases est la II que es la que sirve de unin, de enlace o de veh{culo de comunicacién. Estas fases pueden dividirse del siguiente modo: a) Dos fases psiguicas: la 1 y ta V. El punto de partida del acto de habla es un hecho eminentemente psiquico, que crea impulsos de orden neurofisiolégico, los cuales se transmiten a los érganos de la fonacién; esto constituye la fase I. La fase V ¢s la de conversién de ciertos impulsos de orden material, fi- sico, como ya veremos, en un aspecto neurofisiolégico, y a su vex su traduccién nuevamente en un fenémeno psiquico que conlleva la comprensién del mensaje percibido. 1b) Dos fases fisioldgicas: la II y Ja IV. La fase 1 compren- de todos Jos drganos de la fonacién y es la sede de la produc- cién del sonido articulado. Esta es la fase que m4s adelante Wamaremos productora, fase sin la cual no puede existir comu- nicacién exterior. Esta fase es, ademés, por las razones que hemos dado mas Ja mejor conocida, y su estudio, desde el punto de vista Jo realiza Ia fonética articulatoria. La fase IV es la perceptora de la onda acistica en toda su complejidad, considerada no de un modo analttico, sino sintético. ©) Una fase acistica: la TIL. Esta fase esté constituida por las distintas ondas actisticas complejas que conforman cada uno de los sonidos. 13.1. Desde el punto de vista psicolégico, la comunicacién fue defmida por S. §, Stevens (1950, 689-690) como Ia «respuesta discriminatoria de un organismo a un estimulo». C. Cherry (196/, 67) puntualiza esta amplia definicién, alegando que no es ¢s- trictamente una respuesta, sino més bien la relacion que se establece entre la transmisién de los estfmulos y la evocacion de las respuestas, sefialando, ademds, que en la nocién de es 24 Fonética acistica timulo es necesario distinguir por lo menos entre el lenguaje hhumano y los signos comunicativos de los animales, y entre las Ienguas, los cédigos y los sistemas de signos légicos. Los lingiiistas y los tedricos de la comunicacién la definen como la transmision de un luger a otro de una determinada informacién. Todos los elementos que intervienen en esta trans- misiOn integran el sistema de comunicacién, constituido por los siguientes componentes: 1. Un emisor o fuente de informacidn, que es el origen de Jo que se va. co:municar; en nuestro caso, el hombre. La fuente de informacién debe seleccionar los distintos signos que forman un conjunto de alternativas, que denominamos, de un modo general, un alfabero (letras, ntimeros, palabras impresas, alfa beto Morse, etc.). Esta seleccién, por medio de determinadas reglas, de signos convenidos previamente con el objeto de co municar una informaci6n, constituye el mensaje. 2. Un destino, donde se recibe e] mensaje. En nuestro caso, el destinatario también es el hombre. 3. La fuente de informacién y el destino estén unidos en el espacio 0 en el tiempo por medio de un canal de transmisién, que es el medio material usado para la viabilidad de Ja infor- macién. 4, Entre Ta fuente y el canal se encuentra el transmisor, cuya misidn es la de hacer pasar la informacién de Ja primera al segundo. La operacién que efectéa e] transmisor se denomina codificacién, es decir, la conversion del mensaje estructurado en un cédigo. El cédigo es un conjunto de reglas no ambiguas, previamente convenidas, por medio de las cuales Jos mensajes se convierten de una representacién en otra. Este codigo estd formado por una serie de sefiales: sonidos, en el cédigo del len- guaje hablado; signos gréficos, en el cédigo del lenguaje escrito; gestos o simbolos, en cuanto convencionales, como los de 3a circulacion. De este modo, toda lengua es un cédigo: el espafiol es uno, ei francés otro, etc. 3. Un receptor, entre el canal y el destino, que realiza una nueva transformacién al convertir la informacién transmitida Introduccion 25 en su forma original; es decir, realiza una operacién inversa a la del transmisor: la descodificacion del mensaje" I os Fig, 12, Esgueme de la comtmicacion El transmisor es, en el caso de la comunicacién oral, el apa- rato vocal (fonador) del hombre, que transforma la informacién en ondas sonoras; en Ia comunicacién escrita seria el acto de escribir. El receptor, en la comunicacion oral, es el ofdo, que transforma las ondas sonoras en actividad nerviosa, en sti punto de destino; en fa comupicacién escrita, son los ojas del lector. EI canal, en la comunicacion oral, es el aire, portador de las ondas actisticas; en la comunicacién escrita, el lugar donde he- Este canal puede tener una dimensién espacial isual 0 acistica), temporal (escritura, grabaciones sonoras), 0 una combinacién de las dos. Al mismo tiempo, pue- de ser: natural, cuando el receptor es un organo de percepcién del hombre (o mAs de uno), y artificial, cuando el receptor in- mediato es una méquina (magnet6fono) ». En el caso de la comunicacién hablada, el proceso es como sigue: en ¢l cerebro del sujeto emisor se produce la codifica- cién: los fenémenos extralingitisticos se estructuran lingiiisti- camente de acuerdo con el cédigo de la lengua empleada; esta 41 Un magnifico esquema de las fases principales de un proceso de comunicacién puede verse en Malmberg, 196, 52-53. 22 Otro sistema de comunicacion es, por ejemplo, el telégrafo: Ie fuen- 1 proporciona un sistema de letras; el transmisor las transforma en pun- tos, rayas e intervalos; el canal es el aire 0 el hilo conductor; el receptor transforma la sefial de puntos, rayas ¢ intervalos en letras y la informacién Uega a su destino. 26 Fonética actistica Introduccion a codificacién se traduce en una secuencia de fonemas diferen- ciados, que son trausferidos en forma de impulsos nerviosos a los érganos fonadores, los que, a su vez, originan una onda actis- tica, Esta onda Mega al ofdo del sujeto receptor en forma de estimulos actsticos que se transmiten al cerebro; en él tiene lugar la descodificacin del mensaje, que precede a la interpre- tacion del mismo. En cualquier sistema de comunicacién pueden aparecer de- fectos que originen una pérdida de informacién. Estos defectos © errores se producen en la codificacién 0 descodificacién del mensaje, a causa del defectuoso conocimiento del cédigo por parte de alguno de los polos de la comunicacién o por algin defecto en el propio canal. Todos estos errores se conocen con el nombre de ruido. Si un sistema de comunicacién tiene mur chas posibilidades de errores, se dice que es ruidoso, y, légica- mente, cuanto més elevado es el ruido en el sistema mas dificil es cl logro de una buena informacion. El proceso de comunicacién en las lenguas naturales se ve complicado por una serie de factores que es menester tener en cuenta. En primer lugar, las unidades del lenguaje estan jerar- unidades de nivel superior: los fonemas, en morfemas; los mor- femas en lexias, etc. En cada uno de estos niveles, estas unida- des tienen una cierta frecuencia de aparicion, y esta frecuencia condiciona !a posibilidad combinatoria de las unidades del nivel inferior, a partir de las cuales se construyen las unidades corres- pondientes. En segundo lugar, hay que tener en cuenta el as- pecto psicolégico del comportamiento humano, que reacciona més favorablemente a determinadas series de estimulos que 4 otras}. 13.2. Hemos analizado antes reiteradamente el término in- formacién, con el sentido de ser el objeto de la comunicacion. La informacién representa la medida de nuestra libertad de eleccién al escoger un mensaje del conjunto de mensajes dispo- 1 V,G, Ungeheuer, 1967, 161-168. nibles. Ahora bien, esta informacién no se puede evar a cabo si los elementos que la forman no son oponibles. Segin Miller (1956, 59 y sgs.), el término informacién se refiere a «la apari- cién de un estimulo que pertenece a un conjunto de estimulos discriminativos oponibles. Un estfmulo discriminative es un es- timulo que est arbitraria, simbélicamente, asociado a un ob- jeto (0 2 un estado, un acontecimiento 0 una cualidad) y que permite al organismo estimulado distinguir este objeto de otros objetos. El contenido de la informacién se refiere a este estimu- lo de discriminacién particular que aparece. La cuntidad de in- formacién se refiere al campo de alternativas que podrian apa- recers. ‘La cantidad de informacién que es capar. de suministrar un estimulo depende del mimero de elecciones posibles © alterna- eciamente proporcio- nal al mimero de efecciones posibles. Si existen solamente dos estimulos oponibles, cada uno de ellos aporta nnuy poca infor- macién, pero si existen 10,000 alternativas (et nuzmero de ideo- gramas chinos, por ejemplo}, Ja informacién que proporciona cada uno de ellos es mucho mayor. Como lo que nos en Ia teoria de la informacién es la informacion distintiva, como hemos dicho, no podemes determinar la cantidad de informa- cién que transmite un estimulo, por el examen de ese estimulo s6lo, sino por su relacién con los demas, es decir, teniendo en cuenta el nimero de elecciones que podria haber realizado el hablante y las que ha efectuado en realidad. 0, dicho de otro modo, la cantidad de informacién mi libertad de eleccién: del que habla cuando escoge un met je. Es una media, no de un mensaje particular, sino de una situacién global. Desde el punto de vista matemitico, se puede definir Ja can- tidad de informacion como el logaritmo det nimero de elec- ciones (Shannon). Por ejemplo, un estimulo que pertenezca a un conjunto de 10 elecciones posibles daré Ja mitad de cantidad de informacién que si perteneciese a un conjunto de 100 elec- ciones posibles, y la tercera parte de cantidad de informacion si perteneciese a un conjunto de 1.000 elecciones posibles. 28 Fonética actstica b) Pero ademés de este mimero de elecciones pos: gue tener en cuenta la frecuencia relativa (probabili aparicién de cada estimulo. Cualquier unidad que tomemos (le tra, fonema, parte del discurso, etc.) tiene mayores probabilida- des de aparecer en una posicién determinada en una secuencia que en otra. Esta frecuencia relativa, segiin pone de manifiesto Ja estadistica, es diferente para cada unidad y para cada lengua. Por lo tanto, la cantidad de informacién de una unidad deter minada se define en funcién de su probabitidad. ‘Vamos a suponer el caso més el de una lengua cuyas unidades tengan la misma probabilidad de aparicién, y se pue- dan elegir independientemente unas de otras: si estas unidades son equiprobables en un contexto dado, jienen la misma cantidad de informacién en ese context ta lengua tiene n unidades diferentes y, si al ser equiprobables, la aparicién de una de estas unidades no influye en la siguiente, la probabi- lidad px de aparicién de una unidad x en cualquier posicién de la sucesién de unidades es siempre I/n. Supongamos que hay dos unidades equiprobables x e y que pueden figurar en el con- texto; cada una de ellas aparecerd, por término medio, la mitad de veces en ese contexto: su probabilidad es 1/2; por lo tanto, en este caso px = 1/2 y py = 1/2. Si fuesen 100 las unidades, la probabilidad de una de elas, pz, seria pz = 1/100, De un modo general, cada unidad de un conjunto de n unidades equiproba- bles (x, a, %, %,) tiene una probabilidad de 1/1. Hay que tener en , que Ia suma de todas las probabi- lidades de un conjunto, independientemente de que sean equi- probables 0 no, es 1. Par ello, si son equiprobables, la cantidad de informacién de cada una de ellas es la misma. Evidentemente, esta lengua cs utdpica: las secuencias se construirian sacando al azar de una urna (y volviéndolas a in- troducir otra vez), una por una, todas las unidades. Estas se- cuencias serfan ininteligibles. La nica ventaja de esta lengua ¢s la facilidad de determinacién de fa cantidad de informacién de cada unidad que codifica. Pero en Jas Jenguas naturales esto no ocurre: sus unidades no son equiprobables y, ademAs, existen preferencias por deter- Introduccion 29 minadas secuencias de unidades, referencias que se traducen en una mayor frecuencia relativa y, por consiguiente, en una mayor predictibilidad. Por lo tanto, las unidades sucesivas 10 son independientes. ‘Supongamos que en una lengua, en la que sus unidades no son equiprobables, existen dos unidades x e y; x aparece, por término medio, con una frecuencia dos veces mayor que y; en tonces px = 2/3 y py = 1/3. La cantidad de informacion de x es babilidad de ocurrencia. Por ejemplo, en el espafiol la ay de la preposicién @ en secuencias como voy... comer, totalmente predecible; como no est en oposicién paradigmé- tica en ese contexto con otra unidad, su probabilidad es 1, cantidad de informacién, 0; si se omitiese, no se perderfa nin- guna informacién: es totalmente redundante. En los casos men- cionados més arriba de pr=2/3 y py = 1/3, evidentemente, idades es redundante, pero podemnos ver menos importancia que la de y: como Ja frecuencia de aparici6n de x es dos veces mayor que la de y, el receptor de un mensaje tiene dos posibilidades mas de pre- decir la posicién de x que la de y. La redundancia es una cues- tion de proporcién: la de x es el doble que la de y. En general, cuanto mayor sea la probabilidad de una unidad, tanto mayor serd su proporcién de redundancia, y més bajo es su contenido de informacién™. 14 Lyons, 1973, 67. La redundancia tlene sus ventajas. Si existe una elacién entre las uridades del mensaje, de tal modo que Ix probabitidad de aparicién de una unidad depende de la e reduce Ia cantidad de informacién que cias a esta dependencia, si se pierde o de! ejemplo) alguna parte del mensaje. no se pierde la eomunk ceptor puede adivinar lo perdido con la ayuda de fas unidades vecinas, Si todas las unidades fuesen totalmente independientes, sin relacion algue nna entre eltas, as posibilidades de pérdida de comunicacién serian enor- mes, Por ello, Jas lenguas naturales poseen uns gran cantidad de redun- dancis. 30 Fonética actistica La cantidad de informacién se mide generalmente en bits tos binarios; algunas veces también se deno- informacién esta basada en un sistema de principio binario, o sistema con dos estados, que es el més usado en los sistemas ffsicos de almacenaje y transmi- sién de informacién. De este modo, cualquier informacién pue- de ser codificada en el alfabeto Morse, por ejemplo, bajo la for- ma de una sefial de duracién Jarga o corta; en otro tipo de transmisién por medio de carga eléctrica positiva o negativa; en cinta magnetofénica, por medio de una serie de posiciones magnetizadas 0 no magnetizadas. El clasico juego de adivinar algo por medio de preguntas que sélo pueden tener respuesta sfo no es también un sistema binario; ete, Segin la teoria de Hartley **, la informacién consiste en una serie de instrucciones légicas que hacen posible la seleccién por parte del receptor. Tomemos, como muestra la fig. 1.3, un alfa. ‘eto compuesto sélo de ocho signos: i A B c D E F G H Fic, 13, Codigo binario de setecciones (en ef texto) A.B, C..., H. 1a fuente selecciona un signo, y la pregunta es: {Cuania informacién debe dar el receptor para identificar co- 35 V, Colin Cherry, 1961, 171 Introduccién 3h rrectamente el signo? (la probabilidad de seleccionar cada signo de este alfabeto es la misma, o sea, 1/8). El receptor para selec- cionar pregunta: ¢Esta eu la primera mitad del alfabeto, sf o no? (en la figura, si = 1, no = 0). La duda se reduce a la mitad. Una segunda pregunta del mismo tipo divide cada mitad en otras dos, y una tercera, nuevamente en otras dos, Eu el caso propuesto, sélo tres instrucciones sf, no sirven para identificar uno cualquiera de estos ocho signos. Estas inst reducen a la mitad el grado de duda: son los © bits, que se usan como unidades de cantidad de informaciin. En Ja Big. 13, cada signo se identifica por una secuencia dife- rente de digitos 1, 0: as{, E por O11, Hf por 000, ete. En este caso, hemos codificado un conjunto de 8 elementos en grupos de 3 cifras binarias, o lo que es lo mismo: necesita: mos 3 bits de informacién para Ja seleccién de cada uno de signos, es decir: 2* = & (siendo 2 la base del sistema binario), o log, 8 = 3. De un modo general, podemos decir que mw H= tos, (siendo H = cantidad de informacién en bits; 2 = nimero de unidades que es necesario distinguir). Hemos visto antes que la probsbilidad, p, de aparicion de una unidad determinada es inversamente proporcional al nime- 1 de unidades o de posibilidades equiprobables, n: 1 1 a 7 P De este modo, la cantidad de informacién seria 1 2 Hs loz, — ? Si las distintas unidades no son equiprobables, cada una tiene su propia cantidad de informacién; la de la unidad x seria: 1 = 108, — tng = 108, Aciistica det sonido » ei 8. Una fase de percepcidn: la idemtifcacién e interpretacion de esas sensaciones que legan al cerebro, Esta fase, a In gue nos referiremos més adelante, esté dentro del campo de la Psi. cologia experimental (o més limitadamente, de lo que algunos i cuciquiera que sea; en el vacio nunca se transmite, Este es of ACUSTICA DEL SONIDO Bos conductores, como el aire, el agua, etc,, y el vacio absolute poros0s, como el tejido, el algodén, ete. a Ei Sonido se propaga a través del aire @ una velocidad apro. 20. Aetstica pet soxrvo ximada de 340 m/s (metros por segundo). En el agua, ou ele cidad es de 1.500 m/s; en el accro, de 5.000 in/s, aprosimade. Bnére la produccién del sonido por ios érganos articulator mente, ete. Hog.) Mt Pereencioa por los auditivos media un espacio que es cl de su transmisidn a través de tun medio portason que, en 2.1. Las onpas soxamas Bow dey eet aire. Realmente, la naturaleza de la tranémat, sion del sonido articulado no difiere en nada, desde el punto de EI sonido se puede definir como la descodificacién que efec- vista fisico, de la de cualquier otro, fis Buestro cerebro de las vibraciones percibidas a través de in la produccién de cualquier sonido existen clertas tases 12 Sreanos de Ia audicién. Estas vibraciones se transmiten ca Sin las cuales éste no se puede realizar: forma de ondas sonoras. Himes Me Productora o fuente, que es la creacién de un Las ondas sonoras se originan, como hemos dicho, por la Tearntento, Por cualquier agente, en un cuetpo deirmaaan taatién de un movimiento vibratorio en un cuerpo. Suponga. {s6lido, liquide o gaseaso), nen cin Giapason. A causa de una percusién, sus puntas se po- Fim fase de radiacion, que es Ia comunicacién de este Re en movimiento y vibran, tal como to muestra la fig. 2. Exte movimiento al cuerpo que nos va a servir de transmisor, de in- Movimiento produce una serie de choques contra las part{culas termediario, Ge aire que hay a su alrededor. En la representacion de le fh 3, Una fase de propagacién de este movimiento a través del Sura, las puntas del diapasén se mueven hacia afvera, ejercen cuerpo transmisor, en nuestro caso el aire yd Presion sobre las particulas de aire que hay a su alrededor 4. Una fase de recepcidn: Ja legada a) ofdo de ese movi. ¥ las comprimen, Estas particulas comprimen, a su vez, a las Taare, bale la forma de cambios de presion en las geruence Gus estan en su vecindad inmediata, y asf sucesivamente. Cuan- del aire; en el ofdo, el sonido ejerce su accién sobre ee nervios de las puntas del diapasén han Wegado a su punto de mais seautives, aie a su vez provocan una determinada cena, ge arscién comienzan a moverse hacia adentro. Las partfculas sobre el cerebro. Ge aire que estén préximas se mucven hacia atrés, produciéa, 40, Fonérica acistica Acistica det sonido 4a dose lo que se denomina rarefacciéa. Esta rarefaccién arrastra de fuera adentro (de adelante atrés), en capas sucesivas, las particulas de aire vecinas, que siguen el mismo camino que hi- cieron en Ja anterior compresién. Existen, por lo tanto, dos mo- vimientos: el de compresiGn, debido a la presién del aire, y el \ )) _ Fis. 21. Representacién esquemética de un diapasin ex vibracion de rarefaccién, debido a la .ausencia de presién; estos dos mo- vimientos se expanden esféricamente desde el punto de produc- cin. De este modo se transmite el movimiento vibratorio a través del aire, Cada una de las particulas se mueve hacia ade- Jante y hacia atrés, longitudinalmente, mientras que las ondas de compresién se mueven hacia adelante progresivamente. De ‘este modo, e! ofdo del oyente experimenta momentos sucesivos de sita y baja presisn, que afectan al timpano, resultando de ello Ia sensacién de sonido. Cada particula de aire se comporta como la bola de un pén- dulo. Si cuando el péndulo se encuentra en la posicién de re- poso J (fig. 2.2) recibe wn cierto impulso, rapidamente se pon- dré en movimiento trasladdndose de la posicién 7 a la posi cién 2, La cantidad de impulso que ha recibido para iniciar su movimiento no le permite pasar del punto 2; en este caso, el mencionado punto 2 es el de mAximno alejamiento de su posi- Ee cién J, de teposo, Si hublese recibido un impulso menor, no habria Uegado al punto 2. Cuando el péndulo ha legado a este punto comienza su movimiento de regreso hacia la posicién de reposo, J, pero como viene animado de una fuerza inicial, y de una velocidad determinada, no se detendré en cl punto J, sino que lo sobrepasard, y Hegard al punto 5 que es de nuevo la po- sicién de maximo alcjamiento respecto a} punto de reposo; de nuevo comenzard su caring de regreso hasta alcanzar el estado de reposo primitive, Si no existiese el roce del aire, la accién ae la gravedad, y toda otra serie de factores, el péndulo conti- nuaria describiendo indefinidamente el movimiento 12214541. Fis, 22, Movimiento de un péndulo El camino recorrido por este péndulo en una ida y vuelta completas (12-31-4541, de la fig. 2.2) recibe el nombre de ciclo. Fl mimero de ciclos que realiza este péndulo en una deter- minada unidad de tiempo se llama frecuencia; como unidad de ‘tiempo se toma el segundo, pero ello no quiere decir que las vibraciones tengan que durar necesariamente un segundo: puc- den tener un tiempo mayor o menor. Lo que quiere indicar la Teferencia convencional al segundo es que, en este tiempo, el cuerpo hubiese realizado un niémero determinado de vibra- ines, La frecuencia se sucle representar del siguiente modo: a2 Fonética acistica 000 Hz (Hertzios), 0 1 KHz La dis de reposo hasta el punto de maximo alejamiento (o de maxima presién) alcanzada por la bola del péndulo o por Ja particula de aire en vibracién (el pun- to 20 el 5 de la fig. 2.2) recibe el nombre de amplitud. La am plitud es una medida de la fuerza de la onda. Su valor depen- deré de Ia potencia con que el péndulo haya sido separado de su posicién de reposo, o de la potencia de ja presin de la onda sobre Ia particula de aire: cuanto mayor sea esta potencia, ma- yor seré la amplitud. Al propagarse este movimiento oscilatorio, se origina una ‘onda que llamamos sinusoidal, Si nos fijamos en la fig. 23, ve- Fic. 23, Onda periddica simple originada por el movimiento vibratorio ‘de un péndulo remos cémo ¢l movimiento pendular puede convertirse en una Ifmea curva. Supongamos que por encima del punto A de apoyo del péndulo, y a una distancia infinita, existe un foco, el sol, por ejemplo, que proyecta la sombra de Ja bolita, animada de un movimiento constante, sobre una pantalla que se va desli- Actistica del sonido 43 zando con movimiento uniforme sepin el sentido de la flecha. Cuando ct péndulo se encuentra en posicién de reposo, su som- bra se proyectaré sobre el punto 1 de Ja pantalla. Si a medida gue el péndulo se va desplazando hacia la izquierda se mueve también Ia pantalla, Ia trayectoria ira recorriendo Ia punto este ultimo que corresponde al valor de 1a ampl péndulo va retrocediendo hacia su antigua posi- ion, iniciando también la curva el camino 23; sobrepasa cl punto de origen, pasa por el 4, alcanza el 5, que corresponde, como él 2, a la proyeccién del punto de maximo alejamicnto del centro (amplitud), hasta que llega al 6, donde termina la vibracién doble o ciclo. La curva asf creada recibe el nombre de sinusoidal, porque es el resultado real del seno del Angulo que forma Ja bolita en sus desplazamientos. La proyeccién del movimiento realizado por cl péndulo es idéntica a la de wn punto que recorriese una circunferencia, ‘Supongamos que el punto F de la fig. 24 se va a mover sobre la circunferencia en direccién contraria a Jas manecillas de un reloj, con una velocidad uniforme, En su recorrido, ira mar- cando una serie de valores angulares que se extienden desde los 0, en el punto de partida A, hasta los 360°, cuando haya dado ‘una vuelta completa a la circunferencia. Fic. 24 Formacién de la onda periddica simple Al cabo de un tiempo determinado f, el punto P que lo va: con una velocidad uniforme w, se encontraré en M. La proyec- cién de este movimiento circular sobre el didmetro BB’ consti- ag Fonética acistica ‘tuye, como en el caso del péndulo, un movimiento vibratorio simple. Cuando el punto P se hallaba en A su proyeccién era 0, En el arco AM realizado en su movimiento, la proyeccién 6 ha recorrido el camino OM’. Cuando e! punto describe cl arco MB su proyeccién ha recorrido el segmento M’B. Cuando P sigue ‘el arco BA’, su proyeccién sigue el camino BO. Cuando el pun- to P siga en su movimiento el arco A’B’, su proyeccién recorre- x4 el camino OB’; y cuando recorra el arco B’A, su proyeccién lo ara en el sentido B'O. Es decir, que mientras el punto P da una vuelta completa a la circunferencia, su proyeccién ha re- cortido el camino OBOB'O. Cuando el punto P se encuentra situado en su recorrido des- de A, y al cabo de un tiempo 7, en M, forma con el centro de la circunferencia el 4ngulo AOM. Siendo, como ya hemos dicho, © su velocidad angular, tendremos que AOM = wl. La proyeccién OM’ es la elongacién, es decir, la distancia a 0 de la proyeccién del punto P en un momento determinado de su camino, Esta elongacién OM’ es igual a DM, proyeccién M sobre el eje de abscisas. Entonces, DM = OM sen wt, 0, lo que es fo mismo, llamando a DM, ¢, por ser la clongacién, y a OM, r, por ser el radio: exromet Dando valores a wt, tendremos que cuando wt =0, Pest en A, e=0 > wta—h, Pestt en B e=r (sen = sen 9 = 1) 2 z wine, Pens en d,e=0 ore 2, Pestd en BY er (sen = sen =~) z 2 wtade, Festi en A exd E] Angulo ot nos ha ido dando el nimero de grados que ha recorrido el punto P entre Ay M; el seno de este éngulo es pro- porcional, por lo tanto, a MD =e; cuando P se encuentra en Acastica del sonido 4s B,€=1,¥ es su valor maximo; cuando P se halla en BY, e =—r y es su valor minimo. Estos valores, méximo y minimo, repre- sentan la amplitud de este movimiento, es decir, el valor maxi mo de la elongacién. Llevando Ios valores de estas proyecciones sobre un eje de coordenadas, de tal modo que en ordenadas representemos las distintas posiciones del recorrido del punto P, y en abscisas, los diferentes valores angulares, obtendzemos la onda sinusoidal OB, B', B, O', periddica simple, de la fig, 24. En una onda sinusoidal, el ciclo es cada repeticién completa de la forma de la onda: 65.2 de Ja fig. 23; O-B,-B,2s de la figura 2.4, E] lapso de tiempo que hay entre dos maximos de presién de alejamiento del punto de reposo se denomina periodo: de la fig. 2.4. Fl mismo tiempo transcurriré entre cualesquiera dos puntos alternativos de la onda: 0-2n 6 «0! Este periodo, P, ¢s inversamente proporcional a la frecuencia, F. Si la frecuencia de una onda es de 100 cps, el perioda seré de 1/100, 1 cs. (cen- tésima de segundo). De abf que 1 yo Pea F Cuanto menor sea el perfodo, mayor sera Ia frecuencia. La amplitud viene dada por a en las figs. 22 y 24. Como hemos dicho, las particulas de aire se ponen en mo- vimiento por una fuerza externa que actiia sobre ellas, y cada Particula ejerce de nuevo una fuerza sobre las que se encuen- tran en su vecindad. La unidad de fuerza que se usa en acistica es la dina. La Presion es la fuerza que acttéa sobre una unidad de superficie, Y¥ se expresa en dinas por centimetro cuadrado. La presion que Bueve las particulas de aire, y que origina, por lo tanto, ondas Sonoras, es muy pequefia: 0,0002 dinas/cm? es aproximadar te la presién mas pequefia capaz de producir una onda audible. Un sonido cuya presién sea de 2.000 dinas/ Masiado fuerte, y puede causar dafios en el ofdo. 48 Fonética actistica positivo, y viene representado por la linea f. Fi valor resultante en este caso es la linea g de la onda compuesta, que es negati- vo, ya que en esta suma algebraica el mayor sumando es nega- tivo: —g=—e + f. De esta manera, realizando sucesivas sumas algebraicas en cada"momento, podremos obtener la onda com- puesta, Fro. 25, Parte superior de ta figaro: tres ondas periédicas simples de 109. 200 y 300 eps. Parle injerior: onda periddica compuesta (tinea de, trazo Zoniiro) resuliante de la suma algebraica de las ondas simples (lineas ‘peotteadas) Bste método de andlisis por el que una onda compuesta se considera como Ja combinacién de un cierto mimero de ondas simples 0 tonos puros se conoce con el nombre de andlisis de Fourier, matemdtico francés, que en 1822 demostré que toda Actistica det sonido 49 onda que repite periddicamente su perfil se puede descomponer en un nimero limitado de sinusoides que tengan su amplitud, su frecuencia y su fase diferentes. La frecuencia de cada una de estas ondas sinusoidales integrantes es muiltiplo de Ja fre enencia fundamental (la més baja), y la onda compleja resultan- te tendré su mismo periods. Por ello, se denomina onda com puesta periddica, En el caso analizado, la primera onda sinu: es el primer arménico o frecuencia fundament I; 1a de 200 eps, el segundo armédnico, y la de 300 ops, el tercer armdnico. BL segundo y tercer arménicos son el doble y el triple del funda- mental, porque en el tiempo que dura un periodo del funda- mental, et segundo arménico tiene dos periodos, y el tercero, tres. La impresi6n auditiva que perc damental es lo que se denomina t se sitia en una escala de baji Desde el punto de vista de la frecuencia fundamer imos de la frecuencia fun- tono o altura tonal, que , la funcién contrastiva jvel de palabra también se de- Amplitud Frecuencia Fic. 26, Espectro de ta onda compuesia de ta figura 25 Romina tono, y las lenguas que poscen esta funcién, Jenguas tonales; ta funcién de la frecuencia fundamental a nivel de ora- cién es la entona EI numero, audibilidad y conformacién de Jos arménicos da tomo resultado ef timbre de un sonido. Cuando los arménicos ausoatss, — 4 ey Fonética acistica ‘Ahora bien, para ejercer esa fuerza hay que realizar previa- mente un trabajo, y este trabajo gasta energia. El trabajo real zado es ignal a la fuerza que se ejerce sobre un cuerpo multi. plicada por la distancia que recorte: T= F x d. La unidad de trabajo y energia vendré dada por la unidad de fuerza, la dina, multiplicada por la unidad de loas 1 centimetro. Se toma como tnidad de trabajo y energia el ergio: 1 ergio = I dina x xLom, ‘Cualquier particula en movimiento posce una energia cinéti- ia a su velocidad) y una energia potencial (debida a la presisri). Esta energia se propaga linealmente a lo largo de la onda, y considerada en cada unidad de tiempo se denomina potencia acistica, que se expresa en ergios por segundo. Como esta unidad es muy pequefia, se toma como unidad Practica el watio (= 10! ergios/segundo). En el ejemplo de la fig. 2.1, el diapasén, cuando vibra, trans- mite determinada cantidad de encrgia a las particulas de aire que estén a su alrededor, y éstas, a su vez, transmiten energia a otras, y asi sucesivamente. Como es légico, la energia capaz de mover las particulas de aire es tanto menor cuanto més ale. jadas se encuentren del diapasén. Lo que nos interesa es ‘energia que llega en un momento dado a un punto, es decir, potencia acistica que se transmite a través de una superfic y que denominamos intensidad. Se mide en watios por cm’. Un Sonido que tenga una intensidad de 10-* watios/em? es sufi- ciente para producir un sonido audible. Esta medida de la intensidad es una unidad fija, en la que se supone siempre la referencia a una unidad: 1 watio/em’. Pero también se pueden medir las intensidades sonoras sin relacién a una unidad fija, utilizando otra unidad, que expresa una razén de intensidades, llamada bel. (V. més adelante § 3.5.) La intensidad esta en funcién de la amplitud y de la fre- cuencia, pudiendo decir que la intensidad acistica es a Ja vez proporcional al cuadrado de la amplitud y al cuadrado de la frecuencia. Aciistica del sonido 4 22. LA ONDA COMPUESTA En el pérrafo anterior hemos examinado la creacién de las ondas sonoras y la composicién de lz onda sinusoidal o perié- dica simple. Pero el movimiento ondulatorio simple, al igual que el péndulo simple, es una concepcién tedrica de dificil rea. lizacién practica, ya que en su estudio se considera Ia oscilacién de un solo punto y se hace abstracci6n del medio que lo rodea; en la practica vibran sistemas de puntos materiales que no pre- sertan una homogeneidad perfecta, ni en los que se puede pres- cindir de la influencia del medio en que se encuentran. Los movimientos vibratorios sonoros se aproximan al simple en ma- segin las circunstancias en que se producen. que Hega hasta nuestros ofdos es siem- pre wna onda compuesta, es decir, una onda que es el re: de la adicién de un mimero determinado de ondas simples. Dos o més ondas simples pueden combinarse para originar tuna onda compuesta. Supongamos tres diapasones, muy prdxi- mos uno del otro, que vibran simulténeamente a 100, 200 y 300 cps y originan Jas tres ondas simples de la parte superior de la fig. 25. La suma de esas tres ondas simples origina la ‘onda compleja 0 compuesia representada en la parte inferior de la mencionada figura (linea negra continuada, que en la fi gura aparece superpuesta a las ondas simples: Iineas de puntos). En un tiempo x (la linea de abscisas representa los tiempos), las dos primeras ondas sinusoidales se encuentran por encima de su cje (valor positive, aumento de la presién), y sus valores spo estén representados por las lineas a y b; la ter- Jide esta por debajo del eje (valor negativo, dismi- Bucién de la presién}, y su valor viene representado por ta linea c. El resultado de esta suma algebraica se encuentra re Presentado en la linea d de la onda compuesta y cuyo valor es @+ b—c. Del mismo modo, en un punto y del eje de tiempos, fl valor de la primera sinusoide es negativo, y viene represen- tado por Ia linea e; el de la segunda sinusoide no cuenta, ye Gue en ese momento su amplitud es cero; y el de la tercera es 50 Fonstica aciistica de mayor amplitud son los més bajos, el tiembre es grave; mientras que si son los superiores los que tienen una amplitud mayor, o hay concentracién de armi rable en las frecuencias superiores, el timbre es agudo, Un andlisis ms minucioso de una onda compuesta leva consigo el indicar también las amplitudes de sus ondas simples integrantes. La fig. 26 muestra un grafico en el que sobre el eje de ordenadas se han Nevado los valores de las amplitudes de Jas tres ondas sinusoidales de la fig. 25 y en el de abscisas la frecuencia en cps de cada una de ellas. Los grificos que con densan estos dos valores de varias ondas simples componentes se denominan espectros de] sonido. La fig. 2.6 es, por lo tanto, el espectro de la onda compuesta de Ia fig. 2.5. En la fig. 2.7 aparecen tres ondas sinusoidales de diferentes frecuencias (4, b, ¢) y la onda compleja (7), no sinusoidal, suma de las otras tres, El comienzo de los ciclos de todas estas ondas se produce en el mismo punto. Decimos entonces que las tres ondas (a, 5, ¢) estan ea fase. En la fig. 2.8 aparecen tambien tres ondas sinusoidales: (a) y (b) son las mismas que las de Ja fig. 2.7, pero (c), teniendo la misma frecuencia y amplitud que la (c) de Ja fig. 2.7, difiere en su fase. Por lo tanto, en las tes ondas de la fig. 2.8 (c) tiene distinta fase que (a) y (b), ¥ por ello, la onda compleja resultant es diferente de la . Cd) de Ia fig. 27. 1a fase se define como Ja situacién del ciclo de vibracién en un momento dado. La adicion de una onda sinusoidal con distinta fase, aunque tenga la misma frecuencia y amplitud de las demas componen- tes, cambia ef perfil de la onda compleja resultante. Pero el Gido no capta el efecto de una diferencia de fase: dos ontias complejas cuyas ondas componentes tienen la misma amplitud y frecuencia, pero que difieren en la fase, se perciben como i . En este caso, Jas dos ondas de las figs. 27 y 28 se per- fan como iguales. Por eso, el espectro ja recoge sélo los datos referentes a amplitudes y frecuen- . La fig. 2.9 representa el espectro de las ondas complejas de las figs. 2.7 y 28. Aciistica del sonido 5 PO 22. Parte superior de tat estan en fase. Las ondas ‘eves la frecuencia de la anda te inferior de la leja. resuitante (4). (Segdn DENES y Payson 1963.) es ondas periddicas simples (a, b, ©) ‘Son, respectivamente, cinco y tres ‘onda com. 52 Fonética actistica él fa 28, Las mismas ondas componentes de fa figura 27, pero con distin: Bi dah ba onda complcia resultante (a) tne diferente Jorma Que la correspondiente de la figura 27. (Segrin Denis y PINSON, 1963.) | snetistica del sonido 53 En la onda periédica, como hemos visto, todas las compo- nentes son mtiltiplos de Ja frecuencia fundamental, pero en las ondas aperiddicas existen componentes de todas las frecuencias. Esta es la causa de que la onda compuesta aperiédica tenga un perfil totalmente diferente de la periédica: no se repite el mis- mo perfil de un ciclo a Jo jargo del tiempo. Su espectro también es diferente: en la onda periédica, la potencia de la onda s0- nora aparece en determinadas posiciones de la escala de fre- oo Frecuencia 6 Fic. 29, Espectro de tas ondas complejas de las figuras 27 y 28, (Seguin Diowes 9 PINSON, 1963.) cneucias, sin que entre ellas pueda aparecer ninguna mis; es decir, origina un espectro de linea; por el contrario, el espectro de la onda aperiddica, al no haber una reparticién proporcional de frecuencias, presenta un espectro continuo (fig. 2.11). Las vibraciones aperiédicas originan cambios irregulares en Ia presién del aire, y, por lo tanto, los movimientos que pro- ducen en el timpano también son irregulares, al contrario de lo que ocurria, como vimos, en las ondas periédicas ?. En la fig. 2.10 aparecen las representaciones oscilogréficas de las ondas compuestas periddicas, de las vocales {1, ¢, a, 0, u}; él perfil de cada ciclo se repite a lo largo del tiempo. La fig. 2.11 muestra un oscilograma de [s], onda compuesta aperiédica, ee ian | U3 Periodicidad de estas ondas es lo que hace que se perciban como ‘ta ruido. 34 Fonética actistica | — ctistica del sonido 55, Fro. 241. Oscilograma de una onda compuesta aperiddica [5] t ie. 212, Sonograma de [késal. Contrasta la armonicided de las voca- | Vor mascutina Tes [a], frente a la inarmonicidad de [5] Fie, 210. Oscilograma de tas cinco vocales

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