rase una vez, en el filo de lo incomprensible, un bosque mstico de
espeso follaje y fras hojas; donde al borde de un lago escondido entre
arboles altos como torres y pequeos arbustos con flores lilas y doradas que serva de espejo para la luna llena de una media noche despejada; un ngel y un demonio que se encontraron entre miradas y quedaron enamorados uno del otro. El demonio qued hipnotizado de esos zafiros que llevaba por ojos tan profundos como el ocano, esos cabellos largos, lacios y azules como una noche clara, esa cintura delgada aunada a esa piel acanelada que era un completo delirio y el anhelaba probar. El ngel quedo perdido entre esos rubes intensos como el fuego, esos cabellos rojos a juego un poco ms obscuros de las puntas, esa piel bronceada y ese cuerpo que solo mirarlo era un completo pecado. Al encontrarse frente a frente no pudieron evitar sonrerse, pues estuvieron siglos esperando encontrarse y un simple rose bast para para desencadenar lo inevitable; como imanes, tan opuestos que no pudieron evitar atraerse y as pas, se enamoraron uno del otro. Cada noche el ngel y el demonio se encontraban en aquel lago y se profesaban su amor, un amor puro y verdadero que dur un siglo hasta que en el cielo y el infierno se corri el rumor de aquel amor prohibido. El demonio por su insolencia fue expulsado a la tierra incapaz de regresar al infierno por el resto de sus das. El ngel, por ese sacrilegio a su condicin sagrada fue desterrado a la luna donde se le conden a estar sola por el resto de la eternidad. Desde ese momento, cada noche en la que la luna se deja brillar aunque sea a pedazos, el demonio le recita poemas a la luna, donde le recuerda esas promesas de amor eternas que alguna vez recito para ella con la esperanza de que alguna vez lleguen a su amada. El ngel dibuja en los relieves de la luna, todos los das palabras dulces a su amado, recuerdos de sus das juntos esperando que su enamorado algn da sea capaz de verlas. Erase una vez un ngel y un demonio que se enamoraron pero su historia no tuvo un final feliz.