se32016 ‘Tragedia humaritara de arigen alemén- 16.03,2016--LANNACION
LA NACION
Gabriel Isod PARA LANACION
P eggy Pickit ve el rostro de Dios / Libro: Roland Schimmelpfennig, /
Intérpretes: Barbara Irisarrri, Verénica Dimichele, Mariano Flax, Sebastian Vigo.
/ Escenografia: Martina Nosetto. / Huminacién: Julio Alejandro Lopez. /
Vestuario: Jorge Lopez. / Mtisica original: Rodrigo Orquera. / Direccién: Sergio
Grimblat. / Sala: E] Camarin de las Musas, Mario Bravo 960. / Funciones: jueves, alas
21.30. duracion: 60 minutos.
Gran trabajo de direccién de Sergio Grimblat. Foto:Prensa
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Schimmelpfennig, uno de los autores alemanes contempordneos mas importantes. Su
presencia expande el universo, a veces endogamico, del teatro local. El afio pasado se
estrené una gran puesta de Noche drabe y el anterior se habia hecho El dragén de oro.
Estos textos proponen el cruce entre Occidente y otra cosmovisién. En Peggy Pickit ve el
rostro de Dios, el cruce es con Africa.
Algtn desprevenido podra creer, por la escenografia, que esta ante una comedia de living.
Hay un sillon, una mesa ratona, una biblioteca y una enorme alfombra en la que se ve un
mapa del mundo donde destaca Africa. La obra no dice dénde sucede la accién, pero es
claro que es en Occidente, sea Europa 0 los Estados Unidos. En la comodidad de este
hogar, Liz y Frank reciben a Carol y Martin, quienes han pasado los tiltimos afios
ejerciendo la medicina en un pais pobre. Traen de regalo una mufieca de madera, ristica,
para la hija del matrimonio anfitrién. En la mesa ratona hay otra mufieca, la Peggy Pickit
del titulo, plastica, rubia. La dramaturgia de Schimmelpfennig se nutre de los apartes
para que una conversacién amable empiece a cargarse de otros sentidos. Con recurrencia,
la obra se detiene, los personajes miran al piblico y acotan lo que piensan. Este
mecanismo de edicién produce, también, un desfase temporal que la puesta aprovecha
con maestria. La obra se permite ir a los saltos, repite lo ya dicho, enfatiza y disimula,
obliga al espectador a estar atento, a seguir lo que se esta diciendo y a armar el
rompecabezas que propone. Todavia parecen haber ciertos desajustes en el énfasis desde
lo luminico que se quiere dar a este recurso, los que se arreglaran con el paso de las
funciones.
Por mérito de dramaturgia, buen nivel actoral (dentro del que se destaca el amplio
registro de Barbara Irisarri) y aciertos en la direccién, el publico entiende finalmente lo
aludido, aquello que la obra no mencion6, pero que ha llenado de sentido lo que estaba
ocurriendo. Africa aparece clarfsima sin necesidad de mostrar detalles escabrosos, sin
siquiera mencionarla. La obra deviene una tragedia, una particularmente terrible porque
los personajes tienen buenas intenciones y, sin embargo, con eso no aleanza. El director
Sergio Grimblat ha trabajado con solvencia para conseguir que su espacio y sus actores
transmitan todo el dolor de Africa desde una mufieca y toda la actitud de Occidente desde
Peggy Pickit.
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Esta tragedia intima habla de un caso chiquito: dos nifias, dos mufiecas, una carta, un
intento de comunicarse que no alcanza, una herida que crece, poco més. En esa mirada
sobre lo pequefio, Peggy Pickit se vuelve universal. La tragedia, ensefié Aristételes, debe
producir conmiseracién y temor. Conmiseracién por estos personajes que no han podido
cambiar su destino, temor porque sobre todos pesa la misma amenaza. Ambos
sentimientos se quedan clavados en el ptiblico a medida que la obra se despliega. La
pluma maestra de Schimmelpfennig guia esta tragedia humanitaria al interior de cada
espectador, conmueve y obliga a pensar.
Nuestra opinién: muy buena.
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