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EN EL LLANTO DEL MAR

Por: Gerald Andrs Royeth Palencia.

Alguna vez has escuchado el llanto del mar?

Yo s, tarde en escucharlo, al principio no comprenda, solo escuchaba el ruido de las olas


estrellndose en la orilla de la playa en ese pequeo espacio que no les perteneca a ninguno
de los dos, algo cotidiano, sin importancia, -pensaba- pero, desde que me contaron que el
mar lloraba sin cesar, quise escucharlo, me esforzaba e incluso cuando me preguntaba si ya
lo haba escuchado, deca que si, no quera que me lo contaran, tena que sentirlo, tal vez
esa era la respuesta, deba sentirme triste para poder sentir la tristeza del mar, as que me
puse la tarea, busque un lugar junto al mar lejos de cualquier ruido de la ciudad, no les dir
cual, unas cuantas canciones de lana del rey, unas cervezas y un buen libro de poemas me
bastara para prepararme, tan solo me quedaba sentirme triste.

No fue tan fcil como crea, solo escuchaba lo mismo, y el tiempo pasaba con cada ola que
llegaba a mis pies. Esa noche fue un algo agridulce.

Tal vez el mar lloraba en ciertas horas del da, o sufra en silencio cuando me encontraba en
ella, quizs no tena la sensibilidad. En mis visitas recurrentes not que el agua cambiaba de
color tal vez no deba escucharlo sino verlo, y el sol ilumino mi rostro, pens que era
diferente en m, que el mar me hablaba con sus tonalidades, y que esas tonalidades se
hicieron solo para ser vistos por mis ojos, llegue a la conclusin que el sufrimiento del mar
se vesta de azul, a veces de un verdoso o un negro como la de mis pupilas y hasta sin
ningn color.

Dejaba que el mar me hiciera el amor, su brisa me acariciaba con fuerza, me excitaba con
cada ola que llegara entre mis piernas, y que la espuma se desvaneciera encima de mi piel,
prdida, dolorida e interrumpida. Como algo tan inmenso podra llenarme, A veces
queriendo morir en el sufrimiento de su mirada hmeda, y cuando se vena haca que el
horizonte se desvaneciera, al igual que mi inocencia. Le perteneca al mar, pero, senta
tristeza que le perteneciera a todos.

Entonces comprend, el ruido de las olas al llegar a la orilla era su llanto, el sonido de la
espuma deshacindose eran sus lgrimas. Era a m quien escuchaba.

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