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Felipe Calderón Hinojosa,


PALACIO NACIONAL
Edificio 10, Planta baja,
Col. Centro, Deleg.Cuauhtémoc.
C.P. 06067. México, Distrito Federal.

Presidente,

Tengo dieciséis años y estudio la preparatoria en una universidad privada de Toluca. Soy de esos
idealistas que quieren hacer de su país un lugar mejor, y por eso le escribo.

Sé que es muy poco probable que esta carta llegue a usted, pero de cualquier forma quiero
enviarla. Tengo esperanza de que alguna de las personas encargadas de leer su correspondencia
la considere importante y eventualmente lea lo que escribiré.

Nuestro país está lleno de problemas: estamos plagados de corrupción, y el problema del
narcotráfico es cada día más grave; la calidad de la educación se reduce y los índices de
desempleo aumentan.

Casi todas las personas se quejan culpando sólo al gobierno, y pocas asumimos nuestra
responsabilidad en el desarrollo nacional.

Yo, por ejemplo, estuve trabajando como voluntario en el Albergue Temporal Infantil del DIFEM
varios semestres, porque estoy convencido de que si yo pongo mi grano de arena,
eventualmente todos lo pondremos y nuestro país será mejor.

He tenido la oportunidad de salir del país varias veces, pero siempre me disgusta la imagen que
existe de México: nos conciben como un país incivilizado, donde sólo hay burros y nopales.

Evidentemente están equivocados.

Hace algunos días, escribí algunas líneas sobre lo que para mí significa el ser mexicano, y las
mostré a mis amigos y profesores. Me dijeron que se habían sentido muy contentos al leerlas, y
me gustaría que todos nos sintiéramos así.

Le escribo porque imagino que a veces ha de ser complicado ser presidente. Cualquier decisión
que se tome siempre es criticada, pero debe saber que habemos más de uno que tenemos la
esperanza, y la seguridad, de que México es más que sus problemas.

No espero ninguna respuesta de esta carta, porque somos más de cien millones de mexicanos, y
las probabilidades de que quien los gobierna me dedique especial atención es insignificante.

Sepa que estoy orgulloso de ser mexicano, y que siempre lo estaré.

Ojalá pueda leer lo que escribí.

Gracias,

Francisco Angel Guadarrama Conzuelo

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A México

Cuando a alguien le preguntan qué es México, suelen responder que México es un país
tercermundista, lleno de drogas y asesinatos. Un lugar lleno de corrupción y problemas, donde la
pobreza abunda y nadie hace nada para corregirla.

Están muy equivocados. México es más.

México somos nosotros, que descendemos de los Mexicas y los Olmecas, los Mayas y los
Otomíes, los Toltecas y Chichimecas. Los que venimos de las tribus del Valle Oaxaqueño y de los
áridos desiertos del norte.

México es una mezcla de sabores maravillosos, una mezcla deliciosa de productos americanos y
europeos que se funden en la genialidad. Desde las enchiladas de mole hasta una salsa de
jumiles, pasando por el chocolate y las carnitas.

México es un un perfume que se compone de diversas esencias, desde las más bellas flores,
hasta los condimentos más extraños.

México es una paleta con la que se pintan los más hermosos paisajes. Con los azules más
brillantes que hacen el mar del caribe, y el verde más vivo que llena la selva Lacandona. La gama
de naranjas y marrones que describen nuestros desiertos y el rojo que recuerda la sangre que
derramamos por nuestra libertad. El negro que ni la más oscura de las noches tiene con que las
cuevas aparecen en el lienzo, y el rosa mexicano más vivo que alegra invariablemente a quien lo
ve.

México es esperanza, es la dedicación de los que cada día intentamos hacer de nuestra patria un
lugar mejor.

México es la guerra; la guerra contra la injusticia y la intolerancia; una batalla contra la


discriminación y la búsqueda perpetua por la libertad de sus habitantes.

México es la belleza de sus mujeres, cuyos rasgos indígenas les otorgan perfección.

México es la complejidad de sus edificios; una mezcla de la colonia y el período prehispánico


cuyo resultado son las ciudades cosmopolitas donde vivimos.

México es más que la suma de sus partes, porque no puede ser descrito solamente como
mercados y como pozole.

México es más porque somos nosotros; la nación más grandiosa del mundo, cuya llama de vida
nunca se ha extinguido desde que nuestros antepasados la encendieron.

Somos esa llama que guió al cura Hidalgo hace doscientos años, y somos la llama que alumbra
el oscuro camino que viene frente a nosotros.

México, lindo y querido, estoy orgulloso de pertenecer a ti, porque cada día me levanto y grito:
¡qué bonito es ser mexicano!

México, te quiero, porque cuando veo el águila en nuestra bandera, mi sangre se vuelve verde.

Hoy, como cada mañana, me siento orgulloso de ser mexicano, y sé que no soy el único.

No soy el único, porque México es más. México somos todos.

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