Está en la página 1de 78
el cristiano de rodillas ava er 2 10. uL. 12. INDIGE Introduccién Prefacio del autor . La gran necesidad de Dios . Promesas casi increibles “Pedid y se os dara” . Pidiendo sefiales {Qué es la oracién? ECémo debemos orar? . GBs necesario orar “agonizando”? {Contesta Dios siempre la oracién’? Contestaciones a la oraci6n - {Cémo contesta Dios a la oracién? . Obsticulos a la oracién . Quienes pueden orar? 1" 2 33 41 6 15 89 107 125 , 135 149 INTRODUCCION Ocurti6 en el afio 1937. Yo estaba viajando por Ia costa del Pacifico, represemtando a Ia Casa de Pi blicaciones Zondervan, y entré en una libreria de Seatt- Ie (Washington). Durante la conversacién con el librero me hablé de un libro escrito y publicado en Inglaterea que él tenfa en gran aprecio. Esta fue la forma en que me ‘enteré de la existencia de «El Creyente de Rodillss», por un creyenie anésimo, El contenido del libro, me “dijo’el librero; habfa sido’ una gran bendicién para él. Considerando mi interés en Ia oracién, que es el tema del libro, no tardé mucho en tener el libro entre Jas manos, Descubria que el autor escribe en un es- filo sencilio, se expresa con claridad y de modo con- iso, usa ilustraciones que hacen el contenido mas ameno ¢ inteligible y que realmente realzan las verda- es en él presentadas. No tard6 mucho ta Casa Zondervan en Iegar a un acuerdo con la editorial inglesa pars distribuir «El Cristiano de Rodillas» en los Estados Unidos. Luego, durante la escasez de papel y material de imprenta én Gran Bretafia, s causa de la Segunda Gue- 1a Mundial, el editor inglés nos permitié publicar esta joya, que se habia agotado alli, en nuestro pais. Hicimos, pues, un acuerdo para los derechos de impresiéa y'lo publicamos en los Estados Unidos. Des- 7 de 1945 hemos publicado 24 ediciones (antes de 1945 ‘9 se registraron el ntimero de ediciones hechas), hs Digndose aleanzado una circulacién de 100.000 ejem- plares en tela y en rita, sta es una nueva edicién em edstica, en tamaiio reducido, que esperamot pondrd el libro a ta disposi. iin de ‘un pablico mas éxtenso atin, Ruego que este libro sea eausa de bendicin a todos sus Tectores, como rede Io ha sido yu poe my para millars de’ oten, dor del mundo. ls P. J. Zonoenvas 1415 Lake Drive 8, E. Grand Rapids, Michigan 49506, ados Unidos de Amerisn PREFACIO DEL AUTOR Un viajero en China visité un templo pagano en un dia en que se celebraba un gran festival. Habia innu ‘merables personas que se acercabsn a un idolo rar fenmarcado en el altar sagrado, para adorarlo. El vis ante not6 que muchos de los devotos llevaban consigo, ticas de papel, en las cuales habia escritas oraciones, a ‘mano 0 impresas. Estos devotos envolvian las tiras en bolitas de Barro endurecido y las lanzaban al fdolo. El viajero pregunts cusl era cl significado de este extrafio proceder, y se le dijo que si las oraciones se quedaban pegadas al {dolo, las oraciones habian sido escuchadas; pero que si la bolita se cala, las oraciones eran recha- zadas. TEs posible que nos sonriamos ante esta curiosa pruc- bba respecto a la aceptabilidad de una oracidn. Pero no deja de ser un hecho que la mayoria de los cristianos tienen ideas muy vagas, cuando adoran y oran al Dios vivo, respecte @ cuales son las condiciones que hacen Su oracién prevalecer ante El. Y, a pesar de ello, la racién es Ia llave que abre ia puerta de la sala ‘del foro de Dios. No es exagerado decir que todo crecimiento verda- dero en la vida espisitual —toda victoria sobre la ten- tacién, toda confianza y paz en presencia de dificulta- des y peligros, todo sosiego del espiritu en épocas de conteatiedades y pérdidas, toda la comunién cotidiana 9 ion ne ri a: Ee le fest prgse me open, yao edn tints a papel dea 0 hag a net ith dade Unt vee, cca ae Goat, Gate ee ne mace carers 1 LA GRAN NECESIDAD DE DIOS 4¥ se maravill6 Dios.» Estas palabras son realmen- te sorprendentes. Lo atrevido de Ia idea es suficiente para dejar pasmado al cristiano, y forzarle Ja atencién Fobre el asunto, si es sincero, sea hombre, mujer 0 nif. iUn Dios que esté maravillado! Qué extraordinario es esto. iCudn at6nitos vamos a quedar en el momento ‘que descubramos el por qué Dios se esti maravillando!, nos decimos. Sin embargo, cuando lo sabemos, al pa ‘parecer, no nos causa mucha impresin. De todas for- as, si To consideramos con cuidado, nos daremos cuen- ta de que es tina cosa de Ja mayor importancia para todo creyente en el Sefior Jestis. No hay nada més, en realidad, que sea tan vital, de tanto trascendencia, para nuestro bienestar espiritual En equella ocasién Dios «se maravillé de que no hnubiera quien intercediese» (Isafas 59: 16) 0 que «se in ferpusiese», que «se pusiera en la brecha» como dicen otras traducciones. Pero esto era en los dias de anta- fo, antes de la venida de nuestro sefior Jesucristo «leno de gracia y de verdad»; antes del derramamiento del Espiritu Santo, lleno de gracia y de poder, para «ayu- dar a nuestras flequezasy, interceder el mismo por nosotros. (Romanos iy este maravillar- n se do Dios ocurtié antes de las asombrosss promesas ‘de nuestro Safar respecto a la oracién; antes de que los hhombres supieran mucho sobre la oratisn, en los dias ‘en que los sacrificios por sus ‘eran mucho més importantes en sus ojos que te stiplica por los pecar dores. Por tamo, icvéato més maravilledo debe sentirse Dios hoy? Porque, jeudn pocos son Tos que saben qué te realmente Ia oraclén que prevalece! {Cudntos de los ‘que decimos que creemos en ta oracién, ereemos real mente en el poder de la oracién? ‘Antes de dar un paca cade adelante, el autor quiere suplicar al que lee este Iibro que no 1o hoga apresura: amenie, wn capitulo tras otro. No es ésta la manera de leer ¥ sacar provecho de esie libro. Mucho, much Simo. depende del caso que haga elector del conten do dal libro, Porque iode depend: de la oraciGn, ePor qué los ctistianos nos consideramos derrotw- dos con tants frecwencia? La respuesta es: Porque ors- ‘mos tan poco. ZPor qué los miemforos de tae iglesias {gee sotnos activos nor hallamas desalentados,alicafdos? Porque oramos tan poco. {Por qué vemos a tan pocos que son trafdos «de las Tinieblas 2 ia faz» gor nuestro ministrio? Porque ‘oramas tan poco. Loe gu nossa iglesias no esti ariendo» por ‘al Senor? Forque ramos de veras con tan poca fre El Sofor Jess tiene el mismo pader hoy que antes, que siempre. El Soior Jesis esté descoso de que {os hombres sean salvos, hoy y siempre. Su brazo no se ha ‘acortado para salvar; pero El no puede alargar este byeazo a menos que nosotros oremos, oremos més de verdad. Podemes estar seguros de esto: el secreto de todos nuestros frscavor ef el fallo de la oracion privada, Si Dios «se maravillaba» en 10s dias de Teaies, no 2 tenemos de qué sorprendernos de que en los dias en ‘que estaba sobre la terra, nuestro Sefior se «maravilla- iv también de Is incredulidad de algunos, la cual Je impedia hacer prodigios y milagros en sus ciudades (Marcos 6:6). ‘Pero hemos de recordar que aquellos que eran cul pables de esta incredulidad no velan belleza en El para ‘gue le desearan y creyeran en El, como dice Tsaias. iCusnto més, pues, debe «maravillarse> hoy, cuando ve entre nosoires, que de eras le amamos y le adora- ‘mos, fan pocos que «invoguen su nombre, que se. des pierien para apoyarse en Dios» (Isaias 64:7). Sin duds, In existencia de un cristiano que précticamente no ore fs algo asombroso. Estos son dias de extranos sucesos ¥ presagios ominosos. De hecho, hay muchas eviden- iss de que se trata de «los dltitos tiempos», en que Dios prometié derramar su Espiritu —el Espiritu su- plica— sobre toda came (Joel 2:28). Con todo, 1a in ‘mensa mayoria de cristianos apenas tienen idea de lo ‘que «cuplicaciSa» significa: y muchas de nuestras igle Sas no s6lo no celebran reuniones de oracién, sino que Sin. sontojarce consideran que no hay necesidad de {ales reuniones y adn parecen tener léstima del que desea celebrarlas ‘La Iglesia Anglicana reonocs Ja importancia del culto de oracién, y espera que sus ministros lean los, plegarias de la Iglesia cada mafiana y cada noche. Pero, cuando esto se hace, {no esté con frecuencia vaca la’iglesia? Y no son lefdas las oraciones a una velocidad que impide la verdadera adoracién? Por la fexpresién «oracién comGn» se entiende no oracién que aquellas iglesias en que se cele- ‘oraciGn semanales que se com> sideran ya pasadas de moda? {No podriamos decir tam- bbign que son «débiles» estas reuniones? Recordemos 13 ‘que C. H, Spurgeon tents el gozo de poder decir que ‘cada Tuned por Ia noche dirigla una reuni6n de oracién ‘aa Ta que asistian entre mil y mil doscientas personas ‘de un tmado regular, Hermanos, {hemes dejado de creer en Ia oracién? Si en su iglesia ain se reimen semanalmente para la fracién, Zn0 es tn hecho que Ja gran mayoria de los ‘miembros de la iglesia nunca asoman a la reunion? Si, ni ain piessan en ir, ¢ Por qué? ZQuién tiene Ia culpa? «ciS6l0 es una rexrién de oraci6n!s, hemos ofdo de- cir muchas veces, ¢Cudntos de los que Teen ahora estas ‘eas han asistido-y disfrutado en tna reuniéa de ora- ion? {Se trataba de goz0 o simplemente de un deber? Por favor, que st me perdane por hacer tantas pregun- fas y por sefalar Io que me parece a mi son debilida- des peligrosas y una deficiencia iamentable en nucstras iglesas, No estoy tratando de eriticar, ni mucho menos condenst. Esto 1o puede hacer todo el mundo. Mi anbe: Joes desperiar en Jos cristiangs el «deseo de apayarse fen Dios», como numiea antes, Lo que deseo es animar, stimula, elevar. Navica somos tan altos como cuando estamos de. ro- dill, UCriticar? Quién puede atreverse a criticar a ‘tro, Cuando mira en nuestro propio pasado y vemes ‘cudntos periodos de In propia vida se hen deslizado sin, ‘oracién, las palabras de critica se desvanzcen antes de Uegar # los labios. Pero croemos que ha llegado Ia hora de dar un 10- ‘que de comets a los individuos y a Ia iglesia, lamén- dolor... ala oracion. ‘Altora bigp. Vamos a atrevernos 2 asoutar este tasunto de la dicién? Parece una cuestion insensata, por~ fque, {no es is oracién una Parte integrante de todas as religiones? Creo que eho pedir alos lectores a que cconsideren este asunto con imparcalidad y franqueza. Creeios realmente en el poder de Ia oracién? ZEs la 6 coracén ealinegteshacer mover Ia mano que ace mo- ver al mndor$ : aii te de ws ns dens espe om ids gs ia Dice? on vidas todavia Is pomess SeDRE respec a a oractn? Todos hemor Ho mes ths SE A st mintaslelamos estas preguntas. Nos ‘Gfoveamos'a desir que n0 a ‘alguna de elias Lo dude, ia slgua ver que Dis n0 So nun- ca dnguna erden nnecsaria ha orden 6iy0 c= Sinem roca dejado, + sesta opeién? JCreemcs Hime que Dios no hizo munca una promesa que m0 alera'9 ‘he eouviera diapuesto cumplir? Nuestro Euler tres prmnies gplenes de accion espectice: ‘Las obedecemas? jCudntas veces su orden «Hlax cede es repetida por los predicadores de_hoy!, Parece ome si hubiera sido la tnica orden que dio. {Cun po- eas veces se nos recuerdan en cambio «Orad» © «Ido. Y'a\pesar de todo, sin obediencia al «Orads no sive de mucho ni eHaced» ni «ld ‘De hecho se puede mostrar facilmente que toda falta de éxito, 0 <2, todo fracaso en la vida espiritual y en. Ia obra érstiana es debida a la falta de oraciGn, se trate de ls eslidad o la cantidad. A menos que oremos recta mente no podemos vivir 0 servir bien. Esto puede pa- fecer una exageracion a primera vista, pero, cuanto mas pensamos en ello, 2 Ia luz de las Escrituras, més hho Convencemes que se trata de una afirmacién co- recta. " “Ahora bien, cuando empecemos a ver 1o que la Bi- tiene que decir sobre este tema tan maravlloso y leno de misterio, nos esforzaremos por leer algunas de 15 1as promesas de Sefor, como st menca las hubiéramos Ieido antes. Cul serch resultado? aot unos vente afin el sufor estaba estudiando en un Seminario Teolégco. Una. mafiana, temprano, un companero de estudhs que hoy es uno de fos misio- neros més destacados de Inglaterra —, irrampié em mi habitaignllevando en sli una Biblia en la mano. Y funguc se preporaba pave ek minisero, ea en aquel éntonces un convertigo # Crislo reciente. Ese joven habla ido la Universidad diciendo que no leimportaban nada estas Eaease Era My popdls, isto, le gustoban Ios deportes, se habia destacado ene 508 compafeos de cura en so colleges, cuando Crs io le Lam, Acepis a cristo Jes como su Salvador persons ys hina wn el sepidor del Maestro. La Bi Erin ea un libro comparativameate nuevo pars él. y al teeta hacia constatemente edescubrimfntos» en ela En aquel dia memorable, en que invadié ta calma de ini habitain, estaba gritando. excita, con It cara fadiante de gozo y asombno, wiCees ets? (Es teal mente verdad?» «iQue oslo que debo creer?» le pre som, danda una mada a la Biblia que tenia abirta, fon no poca sorpress, «Duct, esto», me dij, y eye sagan emecisn en San Matco 21:2p. 23: 81 tends fe y no duds, no a6lo haf esto... sino que todo Yo se pda en oracion, ereyendo, 10 rsibinis. {Crees esto Es verdad? «Sir, Se content€ con micht srpresa Por Su entiasmo, efaturalimente es verdad; por 30 menos yp locreoe. {fer por mi mente eruzaron toda clase de idcast suenon, dijo Gy «Esto es una promesa magotic, Me parece @ mi que no fene limites. zor gue no ora305 sis?» ¥ ae march, deldndome smido en pensamien- tos profundes, Monta habla coneidarado estos veri fos de esta mancta, Cerrada la puerta, cvando el vido seguidor del Maestro yo se abla ido ruve-vea visén Ge mi Salvador y de amor y poder como no la hae 16 bia antes, Taye una visién de una vida de oracién —sl—, y poder ilimitado, que vi que depen. dian séio de dos cosas, de la fe y la oracién. En aquel momento estaba emocionada, Cal de rodillas © inching la cabeza ante mi Sefior. {Qué de pensamientos, sur gieron en mi mente, qué de esperanzas y aspitaciones ‘aundaron mi alma’ Dios me estaba hablando de una ‘manera extraotdinaria, Era un gran llamamicnto a la oracién, Pero —me avergienzo de decirlo— no hice caso a Ta llamada, GEn qué fallé? Es verdad que oré un poco més que antes, pero no parecié ocurrir nada nuevo, {Por qué? Fue porque no me di cuenta de las elevadas exi- gencias que el Salvador hac en su vida interior a aquellos que oran de modo tiunfante? fue porque fracasé en estar a la altura en mi vide del ‘criteria del «amor perfecto» que s° describe de tun modo tan hermosa en el capitulo tgece de la pri- rg-Enila os Cains! Porque, despues de Todo, a oracién no es simple- ‘mente poner en acciGn una gran resolucién «a orate. Como David, tenemos que clamar: «Crea en mi, oh Dios, un corazén limpiow (Salmo 54), antes de que podainos empezar a orar bien. Y Yes inspiradas pala- ‘bras del Apdstol del amor deben ser tenidas en cuen a hoy como antes: «Amados, si nuestro coraaén no nos reprocha algo, tenemos confiansa ante Dios: y Io ae le pedimos lo recibimos de ély. (I.* Juan, 3:21, 2). “sEsto es verdadero, Jo creo. Si, ciettamente, es una, ppromesa ilimitada, y, sin embargo, {cuin poco la po- hnemos en accién, ein poco reclamamos de Cristo. Y nuestro. Sefor se’ «maravilay de auestra jncredulidad. Pero, si por arte de magia pudigramos lees tos Evar eelios por primera vez, iqué asombrosos Ios encont riamost {No nos «maravillariamos»? Asi que hoy, paso este gran llamamiento al lector. {Quiere usted 7 hnacer caso de €? {Quiere sacar provecho de él? O Zeaerd en ofdos sordos y se quedard sin oracién? iHermanos, despertémonost El diablo 10s ha pucs- ‘tw una venda sobre los ojos, Se esté esforzando ahora mismo para que n0 nos encaremos en serio con esta ccuestin de Ia oraciéa. Estas paginas presentes han sido feseritas porque se me hizo una peticin especial, Pero, hhace ya muchos meses de esta peticiin. Todos las es. fuerzas que he hecho para empezar a escribir han sido frustrados hasta ahora, e inciuso ahora el autor es cons- ciente de una extrafa reticencia y dificultad para ha. cerlo, Parece sentir un poder misteices que Ie retiene la mano. {Se da cuenta el lector de que no hay vada que tema Lanto el diablo como Ia oracién? Lo que quie- re es impedimnos que oremos. No le importa vernos hasta la coronilla> trabajando en la obra, siempre Y cuando mo oremos. No tiene ningiin temor incluso ‘cuando nos ve estuidiendo Ia Biblia con dliligencia (sem pre y cuando dejemos de orar al hacerlo). Alguien ha dicho con sabiduria: «Satin se rfe de nucstros esfucr- 205, se burla de nuestra prudencia, pero tiembla cuan- do oramos». Es(o es sin duda familiar para usted..., pero, Zora usted de verdad? Si no, el fracaso Te ext rondando, por mis obvio que sea el éxito suyo de mo- mento. No olvidemos nunca que 1a mayor cosa que po- demos hacer por Dios es orar. Porque podsmas reali zax mucho mis con nuestras oraciones que con ues ‘ras manos. La oracién es omnipotente: ipuede hacer nada menos que todo lo que puede hactr Dios! Cuan- do nosotros oramos, El obra. Todo rendimiento en el servicio es ef resultado de Ja oracin, de las oracfones del que obra o de aquellos que oran en favor s4yo. Todos creemos que sabemos rar, pero, quiza la ma yoria deberfamos clamar, coma los diseipuls hieteron an dia: «Sefior, enséfanos @ orar». {Seftor, por quien a Dios nos allegamos ‘eres la Vida, la Verdad y el Camino! Enséanos ta via gue has andado Ineluso Ta. ¢Enséhanos a orar! 2 PROMESAS CASI INCREIBLES «Cuando al fin con Cristo, allé en gloria, Contemplemos, pasada, nuestra historias Jo que Sfnsideraremos Ia caracteristica mis extraordi > naria de esta vida ya pasada, serd Je gran falta de ore ign en ella No lo podremos comprender, estaremos aténitos, rnos quedaremos petrifcados, al‘ver el poco. tiempo que pasamos en Ia oracién. Entonces seremos nosotros fos que nos «maravillaremos». En su ditimo mensaje, el Sefor les dijo a sus ama- dos, antes de pronunciar ia més conmovedora de todas Jas oraciones, empufiando virtualmente en su mano el cetro de oro de su majestad gloriosa: «Qué es lo que desedis? {Os seré concedido, incluso mi reino entero!» {Creemos lo que dijo? Debemos creetlo si creemos Ja Biblia. {Por qué no leemos otra vez. con calma y pensamos sobre una de las promesas del Sefior, que Te pitié varias veces? Sino la hubiéramos Tefdo antes, Aabririamos os ojos asombrados, porque estas. prome: sas parecen increible. Pero, es el Sefior del cielo y ti- ra el que habla; y esté hablando en ef momento més solemne de su vida, En la vispera de su pasién y muer- te, Es un mensaje de despedida. Leimasto 21 «De cierto, de cierto 0s digo: El que cree on mi, las obras que yo hago, también él los hard; y aun herd rmayores que éstes, porque yo voy al Padre. Y cusl- ‘quier cosa que piddis al Padre en mi nombre, la haré, ara que ol Padre sea gloriicado en el Hijo. Sime [edie algo en mi nombre, yo lo hare» (Juan 14: 12-14). {Se podria decir algo de un modo mas clero y simple? {Podria concebirse una promesa mayor? {Ha ofrecido flguien, en cualquier tiempo algo semejante? 1ué asombrados deberian quedarse los disefpulos! Sin duda no podrfan creer lo que estaban oyendo. Pero, cesta, promesa es valida también para usted y para mi 'Y'ipara que no haya ninguna equivocaci6n por su parte —o por la muestea— nilstro Senor se repite a sf ‘mismo unos momentos después. Si, y el Espiritu Santo le manda a San Juan que registe estes palabras otra vyez: «Si permanectis en mi, y mis palabras permanecen. fen vosottes, pedid todo lo’ que querdis, y os sera he cho, En esto’ es glorificado mi Padre, en que llevéis ‘mucho fruto, y seis, ipulos» (Juan 5:7,8). Eras palabras son_de suma importancia, y de’tal traseendencia, quo el Salvador del mundo no esté con- fento incluso con pronunciaelas tres veces. Requiere a tus diseipulos que obedezcan su orden de «pedir». En efecto, les dice que una sefial de que son sus «amigos» serd la obediencia a sus Grdenes en todas las cosas (v. 14). ¥ entonces, zepite de nuevo sus descos: «No me elegisteis vosotros a mi, sino que yo. 0s elegi a vos0- {1os, ¥ os he puesto para que vayéis y levéis fruto, y vvuestzo fruto permanezes, para que todo lo que pidais, al Padre en mi nombre, os lo dé» (Juan 16:15). ‘Se podria pensar que nuestro Sefior ha dejado ya bien claro que quiere que sus discipules oren; que ne- cesita sus oraciones, y que sin oracién, no pueden re: lizar tampoco ellos mucho. Pero tenemos Ia. sorpresa cde que vuelve al mismo toma, diciendo més o menos las mismas palabras. 2 De sietto, de cierto 0s digo, que todo cuanto piddis al Padre en mi nombre, os fo dard, Hasta ahora hada habéis pedido en mi nombre; pedid, y revibi para que Vuestro gozo esté completow (Juan 16 ‘Nunca habia puesto e} Sefor tanto énf promesa 0 una orden, inunca! Esta maravillose pro- cea es repetida una’ y otra vez siete veces, en un corto espacio en el Evangelio; nos manda que le pida- ‘mos lo que queramos. Esta es la mayor y 1a més ararae losa promesn que se be hecho nunca al hombre. Y ' peser de ello, muchos hombres —eristianos— no Te prestan précticamente ninguna atencién. ZNo es ver- ‘ad? 1a extraordinaria grandeza de Ia promese sos abru- ma, Y sabemos que «22 podcroso para hacer todas las, cosas mucho més abundantemente de lo que le pedi mos o pensamos (Efesios, 3:20). De manera que nuestro bendito Salvador da una cexhortacién final antes de ser prendido, atado y azo tado, antes de gue cziga ef silencio sobre sus labios de gracia en le cruz: «En aguel dia pediréis en mi nombre ... porque el mismo Padre os ama» (Juan 16: 2627). Hemos pasado mucho tiempo, y con frecuen tia, reflexionando sobre las siete dlrimas palabras de Jestis en Ta cruz, y- hemos hecho bien. Pero 2hemos pesado alguna yer una hora meditando sobre esta in- Vitggién del Salvador a orar que e& repetida precisa- fife siete veces? Hoy, Jesis, estd sentado en su trono de Majestad en lo alto, ¥ tiene ext su mano el cetro de poder. Nos ‘acercaremos para tocarlo y decirle cules son nuestros eseos? El nos manda que nos aprovechemos de sus tesoros. El desea concedernos «segtin las riquezas de 50 plorian, para que eseamos reforzados con poder por medio. det Fopirita Santo en nuestro hombre interior» Nos dice que nuestra fuerza y muestra utilidad depen- dden de nustras oraciones, Nos recuerda que nuestro 23 ‘jsmmo gozo depente de la oracién contestada’ Juan 624). Y a pesar de ello Je permitimos al diablo que nos sonvenza que deseuidemor la oracién. El di hace creer que Bios esfuerzes que-con ta 0 ruesira relacién con Tos Holi, qve con nucstia tereesion ante Dios—. Es dificil comprender que hagax ‘Primes tan goco caso de la invitacin del Senor repetida (¢ veces, jinvitaciGn, mandato, proms quiera! ZCémo nos. atreyemos a sin pasar mucho tiempo de rodilles?:Recientemente luna mujer, un sobrero» cristiano —un miemibro de iglesia, maestra de Escuela Dominical— me dijo: “<1NO he tenido ninguna respuesta a la oracion en toda tj vidal» Pero, zpor qué? {Miente Dies? zNo es Dios ddigno de confionza? ZNo cuentan sus promesas para rads? No quiere Dios decir realmente aquello. que dice? Y, no hay duda que hay muchos que len estas palabras y que cn sts corazoaes estén diciendo To mix mo que esta sefiora cristiana. Payson tiene razén —es decir, esté de acuerdo con las Escritoray— cuando dice:’ «Si queremos hacer mucho por Dios, tenemos ‘que pedirle mucho: hemos de ser hombres de oracisn>, SSt'nuestras oraciones mo. son contestadas —e3 decir concedidas, porque contestadas ta son siempre— la falta esté enteramente en nosotros, no en Tos, Dics se deleita en contestar Ia otsciGa; y El nos ha dado si palabra de gue le contestard {Qbrres claborndores en su vn, bien ev enté que nuestro Maestro desea que pidamos, y_que _idamos mucho. El nos dice que le plonficamos ctiido Dedimos. No-hay nada mis alld del aleanco de la ora: ci6n, ya que éte es el aleance, de su voluntad: y n0- Yysotrds no" deseamos hacer tadque no esté dentio de ‘su voluntad. No mos atreveriamos a decir que las palabras del 4 Sefor no son verdaeras. Sin embargo, de una manera {hrf eisinos realmente paren creo, £Cue Ge lo que nos rtone? Ze es 1 gue sell mcstes inbion? 20 nor priva de ‘rar mucho? {Dudamos de st amor? Nunca! El dio su vidn por notes 9 para foootes. gDuamos el amnor dl Pade? Nev ea tio Pade ot ama, dice Cet insgande 9 los di polo ort, Dudamos de_su poder? Ni por un slo instant anh i: ‘Sta otsind ns dada tn te wr tr, Bor tho "ye. aut esoy Con Nosaeos tor Tard he el el nundon? ite tco 26/1820), Datars de su ssbidura? eDudamos de que nos haya legide? Niun moment, ¥ sn ewe Say ton poco ss segutdores que conideen gus Te Oracém valga la pena Navuralinte 10 egaran, sipien tes taunt de ell, pero rs ations hablan mls lero que las plaban(Tenemon miedo de poner igen prvebs Elba dicho. que podemos acer. “trad fod ee ciezmos allel. probode sho. ‘a em eto, die [hove ‘de Tos Lice’ meee ab Ing Venians de fonction, ydenramaré sobre ves tra bendiion esa gue tbreabunden (Magus 8 1Oy, Sempre sue Dick hase una promesn dates de toe strato! como San Tabor £0 conio St Dioss Gicchos"27:25) no" dudemos. que samplad wep ite {Vamos a empezar boy 4 ser hombres de orci, sino fo hemor sto antes? No To oplacgnos bast momento, mas propisa: El Salvador guere ue ore Necele mip orcanes.Tanfo que, ea realidad, tuo Ape dela orci. Come nos trees a tere not? Que cada uno se regime de veil” «Si nadie Cala err pide por a avactn de ls peadores con snisTevor J cot mt fretutnen que yo genio se Convertn 4 Dios por motio de ln oatisa?» 25 Pasamos diez minutos cada dia en orecién? {Cree ‘mosque es basiante con este rato? “wiez minutos al dia en oracién? ZEs ésta eda la wportancia que concedemos al Reind de los Ciclos? ‘Diez minutes al dia en oracicn, cuando conseguir el Reino de los Clos con's6lo pedirlo! Diez. minutos parece que es una parte de nvestro tiempo inguicente para sapeyamas en Dios» (sales 64. Y oramos de veras cuando «decimoss nuestras oraciones, 0 simplemente repetimor diatiameste unas ppoeas frases que ya se han vuelto pricieamente me- inieas, mientras que nuestors pensamientos vagan de sed para alla? Si Dios decidiera contesar las «palabras que he- sos repetido esta manana de rods, creeordarfamos nosotros cudles habian sido? zReconoceriames la. ree passta? cRecordamos en realidad lo que dijimos? El fontesta, Nes ha dado su palabra de hacerlo. El siempre ontesta toda plegaria de fe verdadera ero, ya veremos lo que la Biblia tiene que deci sobre esie tema en otro capitulo. Ahora estamnes pen: sande en el tiempo que pasamos orando. -<.Con qué frecuencia ora, fue la’ pregunta. que © hizo a una sefora crisiana, «Tres veces. al diay y sdemés el resto del da», fue la respuesta répida, Pero, Goudntos hay asf? ¢Es la oracion para mi un dcber, 0 Se tata de un privilegio, um placer, un goz0, una Ae- eesidad? ‘Obtengamos uns visién senovada de Cristo y de su gloria, demos una nueva mirada a togas Tas «zigue- za de stt gloria» que FI coloca n nuestra disposiccn, y todd el inmonse poder que se halla bajo Jesus. En: tones, procuremos Sonseguir una nueva idea del mun. do y de sus necesidades (y et mundo nanca estuvo en ‘mis necesidad que en el momento. presente). Porque Io extraordinario no es que oremos tan poco 26 sino que podamos levantarnos cuando estamos de ro- des Be yrs nov eamos coca de mursea exe as necesidades de nuesto hogar y los que ama- tos; las necesidades de nuestro pastor y la iglesia; las hecesdades de. nuestro Pais, de los paganos, de los tmahomelanos, Todas estas necesidades podemos satis {aceris eon las riguezas de Dios en Cristo Jess. San Pablo-no tenfa duda sobre esto, ni nosotros tampoco. {Sit «Y mi Dios proveerd a todas vuestras necesida- dds conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesés> Utipenses 4:19). Pero, para partcipar de sus riquezas tenemos que orar, porque «uno mismo es el Sefior de todos, que es sco para con todos los que Te invo- amp (Romanos 10:12). "Tan grande es Ta importancia de la oracién que Dios ha ‘eotestado con anticipacién a todas las ex. cusas y objecciones que nosotros podemos presenta “Algunas se excusan en su debllidad o laqucza, 0 QU RABE ak ios previo esta incapacidad hace muchos afos. pues Tue TE que inspité a. San Pablo a decir: «¥ de jqual manera, tambien el Espiritu nos ayuda en nues {ta debiidad; pues qué hemas de pedir como conviene, 10 lo sabemos, pero el Espiritu mismo intercede, por hosotros con gemidos indecibes. Yel que escudriia tos corezonessabe cull es 1a mentalidad del Expt» porque confotme a la voluniad de Dios intercede por nosotros». (Romanos 8:26.27) {Sit Hay provisién hecha para nosotros. Pero slo el Expt puede eestimularnos» a eapoyarnos en jase, Y's nosotes simplemente nos entregamos ales catimulos del Expiitu, sepuiremes sin duda el ejemplo dde les apistoles que soe dedicaban asiduament a la oraciin» echos 6:4), ~ Podemos estar seguros por completo de esto —la influencia de un hombre en el mundo no se mide por su elocuencia, por su eclo, su orlodoxia, su ener, 7 sino por sus oraciones. Sf, iremos mucho mis lejos au 9 setendremes gue nade puede vive rectamente Podames tasjar por isto end Is malans le noche; podemos pasar mucho tiempo en el estudio. de I palabra dios: podemes sor les y eaceptos» en nuestra predicacin y en nuestros trates, pero ninguna Ge sian cost se wordderamente cfsclva a menot aque pasemos mucho tiempo en oracin. S6lo estaremos Tlenos de buenas obras, pero no ellevando fruto en toda buena obra» (Colosenses 1:10). El pasar poco tiempo con Dios en oracidn es hacer poco en el ser- co de’ Bon, Panr-macho tempo com Digten er cion-priveda significa tener mucho-poder-pblico. Con do, Zn0 es un hecho que mientras nuestra orpaniza- in’ es east perfeta, nuestro agonizar en la oracién 6 cast descend? 0s hombres se preguntan por qué se demoran los avivamientos. Sélo podemos dar sna respuesta y es la falta de oracién. Los avivamientos siempre han sido et reulado de a oracn, Uno ves deer of la vor je un arcing, cpero de qué nos serviria esto si la vor de Cristo mismo no aleanza para estimulamos a orar? Parece casi-una imperinencia que un hombre tenga que clamer porgue se ote, cuando nuestro Salvador ha ¢matrecido ya suapromesas wllimitadass.Y sin embargo, reo que se debe hacer algo, y creo que es el Espiritu Santo el que empuja a algunos a que recuerden y te conn + pane 7 lc de Cae, No reo que ninguna polabra mia podtla causar impresiGn 2s hombres respect al valor de la oraiGn, Ia ne- cesidad de la oracin y su omnipotencia. Pero lo que digo To digo en palabras empapadas de oracién, para que Dios Espiritu Santo mismo redar- sguya a los erstianos del pecado de la falta de oracion ¥ los ponga de rodillas, para que lamen a Dios, dia ¥ noche, en oracién de’ intercesion ardiente, que’ pre: 28 valezea. El sefior Jesis ahora en el cielo, nos hace sieving de que nos pongamos de rodillas y reslamemos las riquezas de su gr eet ‘Nadie le puede decir @ otro cudnto tiempo tiene ‘que dedicar a la otacién, ni sugerimos que los hombres ‘chen hacer promesas de pasar tantos minutos y horas teada dia orando, Naturalmente, la Biblia nos manda Ora sin cesar», Es evidente aqui que se refiere a una “actitud de oraciéns, la actitud en Ta vi “Aqui estamos hablando de actos definidos de ors- ign, gHa eontado alguna ver el tiempo que pasa oran- Uo Creo que Ia mayoria de los lectores tendrian una ‘buena sorpresa si lo hicieran, Hace algin tiempo el que escribe decidié hacer jén, Consideré que una que pasar en ora Gdn. Con culdado fue anotando dia tras dia un registro Ue su vida de oracién. Al pasar el tiempo, un dia se fencontré con un obrero que era muy usado por Dios. ‘Cuando le pregunto a este obrero a qué atribufa el éxito en su obra, contesté: «No podria pasar sin dos horas al dia en oracién privadan. TLuego se encontré con un misionero que Hegaba del campo de misiSn, ua hombre leno del Espiritu Santo, que habl6 con ‘gran humildad de Jas cosas ma- ravillosas. que Dios habia hecho por medio de su mi- histerio. (Se. podia ver bien que el misionero estaba tiando @ Dios todo el honor y gloria de sus hechos.) leNecesito, muchos dias, pasar cuatro horas en oracién Uiarias», dijo este misionero. ‘Luego recordamos que el mayor Misionero de to- dos, seostumbraba pasar noches enteras orando. {Por ‘que? Nuestro bendito Sefior no oraba simplemente para darnos ejemplo, Oraba porque necesitaba orar. Sien- do. un Hombre perfecto, Ia oracién Te era necesaria, {Cunto mas necesaria nos es a usted y a mi? scCuatro horas al dia en oracién?», exclemé un 29 hombe que esté dando su vida en In obra de Como mica misionero, «,Cuatro hors? iDatine diez Ininuros_y me bostalw Esta ex tna confesiOn atrevid uni triste. Y eon fodo, i muchos de nosores Tue amos. ta sincere “Ahora Bien, 10 fe casual que exoe hombres se cxwzaan con mi camino. Djos me estaba hablando poe sedio de ellos. Era otra llamada la oraiéns del ‘Dros de paciencian que es también el «Dior de’ con- Soiaciéns (Romanos 35:8), y cuando st menial Tue tomando astento‘en mt aia, ego is manos un libro —jqué nombre! Cuando se le 30: ire la ‘maravilosa vids de oracén de ete hombre, ‘ho 56 pregunta: «He orédo yo alguna vex?> He fallado « ottoe que se hicieron la misma pre spot. Una sei por su mataviloa capaci fad intercesora te escribiddiciendor«{Caando doje Sse he emp a pena Salar alguna Yr Pero, debemos dejar eso aqut. Vamos « ponemos 4e odlas ante Dios y permit 4 Su Esptit que nos escudtife de pies e cabeca? ¢Somos sinceos?’¢Cret- tos realmente ea sus promesas Ses at £00 Nos go Heel Espirty Santo a parar mis tempo de rs fnte Dior? No haga promesas de orar tanto» ol di Haga la reolucién deorar mucho, pro la oracién pare tenet valor, debe ser expontines” no forzada, Por, deberios tener en evenia que la mera resol cign de pasar ms tempo en oraign ¥ de vencer mcs tra restenca a ora, no trl cfeciva @ menos que 30 hhaya una entrega sincera y absoluta al Seilor Jesuct to, Sino hemos dado ya este paso, debemos dario aho- 1a, si es que deseamos ser hombres de oracién. Extoy convencido por completo de este hecho: Dios quiere que oremos; quiere que usted ore. La cuestién 8, gqueremos nosotros orar? Salvador misericordioso, vierte sobre mi la ple- nitud del Espiritu Santo, para hacerme un cristiano dle rodilas. Presentemos a Dios nuestras necesidades Usando la oracién Oremos con tes6n, YY” sin -desmayar nunca Oremes sin cesar. 3 «PEDID Y SE OS DARA» Dios quiere que ore, que pase tiempo orando, por ‘que el éxito de-mi-vida espinitual depende de-mi-ora- ‘Un predicador que ora poco puede ver algunos re- sultados de sus labores, pero, si obtiene resultados, en- tonces es que-alguien ora por él, EI fruto viene de fa bracién, 10 del predicador. Qué sorpresa tendrén al- unos predicadores cusndo el Sefior dé «la recompen- Se conforme a sus obras». «jSefiot! (Estos son mis con- vertidas! Fui yo quien dirigfa Ia misién que lev6 @ todos éstos a tu redil. Yo hice la predicacisn, fa invita ign, la persuasién... Pero, {fui yo que «hice la ora- ‘6a eambién? ‘Cada convertide es ef resultado de Ja obra del Es- ‘Santo en respuesta ala oracién de alyin ore Pi vente. iOh, Dios, que no tengamos esta desagradable sor- ppresal {Oh, Sefor, enséfianos a or ‘Hemos tenido una vision de un Dios que esté 10- gando a sus hijos que oren, {C6mo respando a esta llamada? {Puedo decir como San Pablo: «No fui re- belde 2 Jz visisn celestial»? Repito otra vez, si hay pena en el cielo seré de que hayamos pasado fan poco 33 tiempo en intecesién verdadera cuando estabamos en Pensemos en el amplio aleance de la oracign «B& deme y te dar€ por hereneia las necionee, y como Po- seiin tuya los confines de Ia tcrray (Salmo 2:8). Y al unos creyentes nunca se preacupan de" presenter ni aun los pequefios detalles de sus propiat Wis @ Dics en oratiOn, y de cada diez crstianos, nucve nupee pien. Sm en orar por Tos paganos. ‘Uno se asombra dela resistencia de lop cristianos 4 orar. Quizés es porgue munea han experimentado w ‘iGo hablar de respuestas convincentes ala orscin, En este capitulo emprendemes a tarea de To, sim- posible». (Que es esto? Deseamos hacer pslpable a ada corazén y a cada concieneia el poder de la ore én? Nos atrevemos a decir que tsa es «imposibles, Porque si los hombres no quieren creer y abrar como resultado de las promestsy las Grdenes de Dies, cedmo pPodemos esperar’ persuaditlos con exhortaciones mera frente humanas? via, eUeREe usted cand nto Seon, ha indo 4 Sus dscipulos les pregunts si creian que ‘taba en su Padre y ol Padre en EI? Y Iuego afi «Si no, creedme por las mismas obras» (Juan 14211). Era coimo si dijese: «Si mi Petona, mi vida santifica dla, y mis palabras de vida no consiguen gue credis en ‘mf, entonces mirad las obras que hago; éstas sin duda seri sufclentes para forzaros a creer, Creedme, Pot 1o que hagos. ‘Luego les prometié que si queran creer, arian ain obras mayores que aquellas. Fue despues de dect eto ‘que hizo la maravillosa promesa mencionada antes con Fespecto a Ta oraciGn, La faferencia qoe podemos sa car 8 que aquclias «grandes obras» slo te pueden realizar como resullado de la oracion {Puede el discipulo pues seguir el método del Maes- feo? {Compafero en la obra de Crist, si deja de 34 comprender de confar en ls extraodinaias prom=- de Dive respecto a la oracién, no va a creras por lo menos, cpor amor 1 ia obra»? Exo es, ls fhranes obra que los hombres y mojeres reizan Hoy es doce, las andes bras que ents est rel zanio por medio de ellos por medio de su coopers: in ea Ia orion? {2G es Jo que teatamos de hacer? ZOusl es mues tro Sbjtve allen la vida Sin dda dsearos més que tl dar abuse ata oe sev det Mato s huscamos postion, prominencia 0 peder. Pero an Ilamos eer stores ties Si es at dbemos oar en tibundanla, Dios puede hacer més por medio de ues tras raciones qu por mesio de nuestra predicacn. An}. Gordon, jos «Una yee te ha orado, se puede fhcer todavis’ mis, pero no se.puede hacet mis que Ora, hasta que sb orado>,iSt creyéramos ela Ye aa ‘Una sxfora,misionera en Ia Todi, estaba afi, a causa del fracaso de so vids y st obra. Era una perc- ta fly devota, pero my pects Conversones abian fenltado do ca minster, por alguna 26 I Espirit Santo parecla decile «Ora més», Pero revisions sugerencas del Eopirta durante un tem po al fino dic In misioneta, caper wn rato aro fara fa oraeon, Lo hice con tenon tmiendo que is fompatcroe pensaran que estaba tiatando de scabur lime de taba. Al Foco empect aver que slgunes pesonas acoptaban a sto como su Salvador. ES ms, {bio el dsteto parecia que se despetabo, la obra a fos ottos misioneros fae bende como munca an- tts Dise hizo mie en sig mosey que fo que 0 habia Consequido en sis atos Y afadigr «Nunca te acts6 fie de eladic mi Gebers, Ott sora misonera en a Tova sini fambign cl lamartento door. No fubo Iinuna oposcin desde fuera, pro hubo mucha dex 35 de dentro, Pero, persistié y en dos aios el némero de ‘onvertidos en el drea, jse mulplicd por seis! Dios pronpetié «Derramaré mi espiritu sobre toda came, y profetizarin vuestros hijos y vuestras hijasy (Goel 2:28}, iCudnto Espiritu de «suplicacin» ay en usted? Sin duds tenemos que conseguir este Espiritu 2 toda costa, Singembargo, si no esiamas dispuestos a -pasar-cl tempo é-xaupliaciGns, Dios tiene. que se Tatseste Espiritu, y passbamos a ser parle. del timero delos “que-eresisen al Espiritus, y-posiblemente. lo sapagan>. No ha dicho neste’ Sefor que daré el Santo Espiitu ca los que se lo pidan>? (Cicas 11:15). 2No nos avergtienzan algunos de los nuevos con: vertidos del paganismo? Hace uns aos, evando estabs en la Indi, tuve el gran gozo de ver algo de le obra de Pandita Ramabai ‘Tenia. una escuclaintemado con 1.500 chicas hindies, Un da algunas de estas chicas s© acerearon con sus bliss y pidieron a Ja misioners, qué signifeaba San Lucas’ 11:49: «Fuego vine 2 echar en la tierra; {c6mo deseo que se haya encendido yat» La misionera ‘até de esquivarlas con una respuesta evasiva, porque tno estabs segura de Jo que querian decir estas palabras. Pero, ellas no se quedaron satisfechas, asi que deci dicron ropar por esie fuego. ¥ cuando oraban —y co- to resultado de esta oracién— fuego del cielo descen- ‘4i6 sobre sus almas. Les fue concedido un verdadero Penteceaés desde arriba. iNo es de extraiar que cor tinuaran orando! Un grupo de estas chicas, sobre tas cuales Di habia derramado el «Espiritu ds, suplicaciin» vinieren vata casa de la misién donde y@ estaba pasando algu- nas semanas. «Podemos quedamnos en esta ciudad. y rar por su obre?» preguntaton. El misionero no site {6 mucho entusiasmo por Ia idea, Creia que debian ‘estar en Ia escuela y no holgazaneando por ali. Pero, las pidieron solo que se Kes diera una sala 0 un c0- 36 nS a fe Oe a ca th eps,» age il be hom sft Pl ae ara para confesar abiertamente el mal que habia hecho. A ie ron us een a re te in, Als pent es excel de bende, ee tuvieron orando. , ef SND scion ce peso, seid ses ae he scp de pn Sst ss scar cede 2 ot oS pose um us ron SN a a Hae den oe eno aha eo Pe se egy ge nt mae tae pint, Sean hy ondcionsy ce ytd 2 aig a ae i 8 i tno aga es an, ir td ao ac Bese, Cuda of in ale Sos Sei eras ae ces ast an al aes Hr irae commen te M0 IP Lnmas See ae {No es espléndido que nuestras oraciones puedan tet lig tea te Ta re Chin, dee mgm mane ie poi oes 7 ‘Muchos recordaremos las cosas maravillosas que Dios hizo por Corea hace algunos ais, las cuales fuc- ron por completo en respuesta a Ie oracién, Unos po- epee pppoe es fg comme cerca, lb Poo fa conse seen me Pele Haro pee mie ee eee acme Same pony mess Oe TE eee fl bln, tm ers de et ill cy eis i eum Po un poderoso avivamiento. En un lugar, durante un ser- see eee eae ae were de omg ns ce em ee Fenn ean ui cn Sle itera tae ra es Tomei fol eel ae 2b te Sui iniog amma, eg OH Se de} sentir como’ nanea antes, euanda la ile gas neil, MEL atin Bash i ides aga elceee a Rus Sein es ies or er sd Por Gare ee ees Se wails 2 cuban ar cae for er mene bi in de oma pends bed Trl aus Peale 2 cams Se fae ck seh eed ada Sai te Sar a Men omy seas FB ee eh ice ata i: Va Ia pn abe ae eS, aa on BO ah aets Sat gee, mares cde Fe ere aes Sasi ti 38 i gon. Ba ono de dos mess se sovitien ds ‘ie 2000 pagans, El eelo andiente de estos conve ‘los era incomparable. Algunos de ellos dieron todo lo tie tenfan pera constuir una iglesia, y Horaban por tive mo tenlan més, No hay ue decir que. compren- than'et poder de tt oraci6n, Estos convertios fueron houtisados con el «Espirit de suplicacién>. «En una iglesia fue anupeiada una reuniGn de oracién a las 4150 de la manana dietiamente. El primer dia llegaron 400 pereonas antes de la hora Indicads,...idesconas dle ome! ET nimero crecié raphlamente hasta ls. 600. Yo Se la asistencia @ Ta reunién de oracin semanal fra de unos 1-100. ; iss paganos acudleron, pars ver qué era To que es- taba ‘oedriendo, Exclamaton atnitot” El Dios io {Gli epire vorotcor. Estos pobres paganos vieren To {jue muchos erisuanos no yen. {No jo Cristo: «All Alonde estin dos o tes congregados en mi_nambe, all csloy em medio de_ellos?» (Mateo 18:20). Lo que es posible en Corea 'e5 posible aqut. Dios no hace acep- fio de personas, El desea bendesirnas, derramar 5 Cspfritu eobre nosotre. ‘Ahora bien, si nosotros —en esta nacin asada tiana— creyéramos de verst en la oracgn, es de- sit, en las promesas de ucstro Sefior, cevtaramos las feuniones de oracién? [Si tuviGramos interés autént Go por la condiciin de Jos:que-s¢ pierden, 2 mills, en fuesto propio pals, ¥ 4 decenae de miles eh Tos pales pagans, ,nds abstendiamos do orar? Sin dda Pensanon smuy. poco, de To. contario oraramos mAs Pedid y se of darin, nos dice un Dios todopodcroso y imate, y apenas hacemos caso de sus palabrs. Ts verdad: los eonvertidor de los nos averguenaan, Eo mis Viajes Hegue a en la Jndia del Ofroeste. {Qué ocurti6 all las chicas de Pandita: Remabai fueron al Pero, un poco antes de esto, Pandita Ramabat “Algunas de a acampar. bia die 39 cho a sus chicas: «Sif de haber alguna benlicién en je India, podemos conseguina, Por tanto, pidamos a Dios que aoe diga To que tenemos que hacer Pata com sequirla» "Al leer en so Biblia hizo una pausa sobre el ver siculo «les mands... qoe aguardacen la promesa del Pade... reibieis poder, cuando haya ‘venido sobre wowigas ol EspintySanto> (echon 1:4, 8). «Aguar- Une Bao no hemor fosko nonens, djrsHlemos or dda. pero no hemoe eeperado ninguna bendicién mayor hoy dela que recibimos ayer ‘Oh, emo oraron Usa reunién de oracicn duré seis horas. Y jgué maravillo- See bendciones {ueron derramadas por Dios como T= Sultado Ide su areciones Mientras algunas de cas chicas estaban en Raval Pind una misioners,mitand dewde se tend @ medio fn, se sorpendid’ al ver_que habia una luz encen- en una de las tendas de las chicas “algo conta tiga las reglas—. tha 8 reyatiarlas, peo encont a le Inds joven de ells, una chica de quinee anos trod Tada aun extremo de la iends, eon una candela de fevo en una mano yuna ita de nombres para intree- der por ellos. Tenia 500 nombres en la ist, 500 de Ine 11500 ‘chicas ds Te euela de Pandita Remabe Hore tras hora fue presentando los nombres delante de Dios. No es de extranar que ls Eendicidn de Dios caja so- dre ‘exas chicas y Sobre quiengatera que esas chicas fabian puesto en bus listen de oracion I Pastor Ding Li Mei, de Ia Chins, tiene les nom- bres de 1-100 estudiontes en so sta de-oraccn. Mi ‘hos centonaes han sido ganados para Crixo por medio ‘ie sus oraciones. Yan deeidids ¥ sblidos son sus cone Yersidos que docenss de ellos han entrado en el mini ‘ero eristiano Seria fc ir afadiendo historias tan asombroses € ingpiadas como éstas para mostra ls bendicones obie- nidas por medio de la oracin, pero no hay necesidad. 40 S86 bien que Dior quiewe que yo ore ¥ que usted or, 5) hay alguna bendicin para Inglaterra, poderacs conseyitla» No; ms que esto: si Tay alguna bendi- tldn en Cristo, pedemos conseguirla. «Bando sea el Bl ais neg Sees 28 jo con toda bendicién Saas Tbgaes en Tos Tugares cele tikes Se Castes (Etesios 1:5) ET slmacén de bend ‘ones de Dios eit Meno a rebosar. La lave es Ta ore tit, la fe da vuelta a lave y abee Je puerta, re- tlama las bendiciones.«Biesaventaxados son los de puro fotuuin, porque ellos verdn a Dios» Y vetle es ora estamente, Oia Homes lepado ase yo ota tt 8 una enerucljada, Todos ‘nuestros fracasos anteriores, huesta ineleaciae insuffefencia, toda nuestra inirue- {wosidad en ef servicio, puede ser eliminada abora, de tina vez para siempre, st damos a le oracién el Tugar {We le correspond Empicee 2 hacerlo hoy. No espere Un dia més convenient. ‘Todo To que vale It pena conseguir puede ser com veguido. Logratio depende de las decisiones que haga- anos, Verdaderamente, Dios es maravillos Y wna de “ins cosas més maravifiosas acerca de El-es que_pone a ucstra disposicia la-oracién de fe. La oraciGn del que ree, de un coraxdn completamente impio, nunca falls, jos aos fa dado ou palabra dello. Y' con todo es ‘mucho més sorprendente que los ereyenies, en nimros Inmensos, no etean Ia palabra de Dios @ no tengan in {eres en ponerla a proche Cutndo Cristo eg todo en todo», cuando es el Sal rior y Sefior y Rey en todo nuestro ser, entonces ¢ fealmente El que ora nuestras plegeras. Podemos, en- fonces, cambiando tna palabra de Ga conocido versieu. Ios decir que el Sefor vive para hacer intercesién por hosotrs, Oh, que Pudiérames conseguir que el SeSor fonts so sinacavillaran no de ngexiza incredulidad, sino Ae nuestra fe. Cuando nuestro® Wilaravillads de nom, 4 :_aVerdaderamemt... no he encontrado Enionces sues poner «fuego» en no- sott0s? {Estamos ya «andiendo»? Digs no hace acep- tion de personas. Si podemos deci, humilde y verds- ‘desamente: «Para ta el vivir es Cristor (Filipenses 1-2), ‘7 {90 manifestard su poder por medio de nosotros 7 ‘Alguncs hemos leido acerca de John Hyde. Su ipli- ca Intercesoria cambiaba Tas cosas. Se nos dice que los sdemés estaban emocionados cuando John Hyde orabs. ‘Se sentian conmovidos en lo mis profundo de su ex ‘xin cuando clamabs el nombre «iJesis! ests! jJesds!, ¥ un bautisma de amor y poder descendia sobre ellos Pero no era John Hyde, era el Espiritu Santo de Dios sobre un hombre consagrado, leno de su Espiritu, que s¢ extendia sobre los que le rodeaban. No todés pote: ‘wos ser un eHfyde el que ora», cverdad? La respuesta, send: «iNot Joba Hyde tenfa ua don especial de ora- cin». Muy bien, pero, z flea El dobie dace vitoia completa sobre todos mil 4B ceados y ex ‘eda, o que me hilera regrat a América a bus car algunt otra case de tbe, Dije que no podia Densat en levantarme a predicar el Evangetio hasta que Dudiera tesficar de 21 poder en mi vida, Y.. cm prenda ctin razonable ert esto, &t Sefor me asegurs {ue EL podia Iibrarme de todo pecado, y queria ba- rlo, Me ibrs,y 10 he tenldo le menor duda de ello desde entonees Fue entonees, y so entonces, que John Hyde pasé 4 ser Juan, el que ora», Y er silo por medio de ela Fendii6n y reclamar el sr brad dl poder del pec dena vide que usted y yo podemos Hepat a set hom- bres de poder en Ie orsign, El punto que quero sub- fayar, sin embargo, ya to be mencionado antes. Un hombre pricticamente desconocido en tl mundo, O78 por John Hyde, que era también desconceido en el nt BBiy or medio’ de fas peticiones del ol paca a eer conocido ahora como «H¥ee, el que ora». Dijo usted en fe corazén, querido lector, hace un momento, que MO espera poder converte ea un «Juan, el gue ora? Ne. turalmente, no todos podemos destnar tanto tempo a J otacion’ Por razendsTsleas o de otra indole puede {ve nos sea sapsible pasar tanto tempo orando. Pero Dodemos tenets esprit de scion, Y.podems he et por otros To. quo ese amigo desconccide de John Hyde hizo para é ’No pouemos orarpidiendo bendcones para otros, pard ef pastor © se ayucanie? {Para un amigo? 2Pore 4 fomila? IQUE minstrio el yoctro i entramos en i Pero pera hacerlo debemos rerdimos por completo como hizo John Hyde. zNo Jo hemos hecho aun? El iracase en 1a oracion se debe a una falta en el cora- in, Sélo los de «puto coracéne pueden vet a Dics YY slo aquellos que haré> (juan 119) En realidad el que ora no pone a Dios a pruchs, sino que pone a praca ni propia vida espistual Déjame acercarme ioh Dios a Ti! Mads cerea cada dia; igh, déjame apoyagpre més en Tit Para seguir mi vid ’ 4 PIDIENDO SENALES «<{Contesta Dios de verdad Ia oraci6n?», es una pre- junta que sale con frecuencia de los labios de Ta gente, y mis veces atin, de dentro del corazén, «ZEs la orm cin verdaderamente itil?» Por alguna razén no pode- mos dejar de orar, pero, después de todo, hasta los paganos piden ayuda clamando a alguien o a algo en la hora de peligro, o de desgracia. Y aquellos que erezmos realmente en la oracién nos vemos enfrentados con otra pregunta: «ZEsta bien po- net a prucba a Dios?» Ademiés, hay otra idea que pasa por nuestra mente: «Nos atrevemos a poner a Dios a prueba?» Porque, no hay duda que el fracaso es nues- tra vida espiritual. Por ello hay tantos que albergan in- credulidad en su coraz6n respecto al valor y eficiencia de Ia oracién; y sin fe, la oraciGn es vana. {Pedimos sefales? ;Ponemos a Dios a prueba? Oja- 14 que Dios persuadiera a los hombres y mujeres cris tianas o hacerlo. Porque, iqué prucba més buena seria esto de nuestra propia fe en Dios y de nuestra santidad en Ia vida! La oracién es la piedra de toque de la ver- dadera piedad. Dios pide nuestras oraciones, valora huestras. oraciones, necesita nuestras oraciones. Y si estas oraciones falian, no podemos dar a nadie Ia cul- 47 pa sino a nosotros a que la oraciGn efectiva siempre consigue exactamente Yo que pide. La Biblia nos ensefia que podemos pone: 8 Dios a prueba. Fl ejemplo lo tenemos en Gedeén, en cel Antiguo Testamento, que nos muestra que Dios honra nuestra fe atin cuando la fe se tambalea. Nos pei que le epongamos a pruebas; ain hay una promesa Gefinida de El. Esto nos es de gran consuelo. Gedesn dijo a Dios: «He agut que yo pondré un vell6n de lana en Ia era, y si el rocio estuviere en ef vellin solamente... entonces entenderé que salvarés a Israel por mi mano, como has dicho». Y, aunque ta tierra estaba seca sacd todo un ta26n’ Meno de agua del vellén el dia siguiente. Gededn atin no se quedd contento. Se atrevid a poner a prucba a Dios por s*- ‘gunda vez, y pidié que aquella noche el vellén se que- dara seco. Y Dios lo hizo ast; s6lo el vellén queds seco» (futses 6:37, 40). Es extraordinatio te que Dios Todopoderoso hizo con un hombre vacilante, contestando su peticin, y ha- cciendo lo que le pedis. Pero al exprimir el vellén, em- ezs a compararse a sf mismo con Ia lana mojada: ‘win distinto soy yo de este vellén! Dios promete liberacién, pero yo no estoy leno del Espiritu de Dios. No me parece que ha entrado en mi ningin influjo del poderoso espiritu de Dios. {Soy yo capaz de realizar este gram hecho?» iNo! Pero es que, 00 soy yo, sino Dios. iOh Dios!, que el velln se quede seco, zpuedes todavia obrar? Tncluso si no siento en mi ningin poder sobrehumano, ninguna plenitud de bendicién espiritual dentro de mi, ;puedes Ti librar a Israel por mi mano? (No es de exivaiar que empezara su peticién diciendo: ‘«iNo se encienda tu ira contra mil») «Y aquella noche Io hizo Dios asf; s6lo el vellon ques seca, y en toda Ia tierra hubo rocio.» (Ver. 40.) 'S., hay mis en la historia de lo que parece a a vista. ZY no es este tambign nuestro caso? El diablo 48 on frecuencia nos asegura que nuestras oraciones no pueden recibir una respuesta a causa de la esequedad» do nuestra alma, Las respuestas a la oracidn, sin em- 0, no dependen de nuestros sentimientos, sino de la flrmeca y solidez del que promete. ‘Ahora bien, no sugerimos que el método de Gedeén ten a propésito para nosotros, para nuestro normal cur- so de accién, Parece que Gedeén revela demasiada va- cilacion en creer la palabra de Dios. De hecho, da la Impresién de que esté dudando seriamente de Di Y sin duda ofende a Dios cuando le mostramos una fe en El que es s6lo parcial. El camino més seguro, mejor y més elevado es «pe- jin dudar nada». Pero es muy consolador y tran- quilizante saber que Dios permitié a Gedesn que le pu- sera a prueba. No es este el tnico caso mencionado en la Escritura. El caso. mis sorprendente de «probar a Dios» ocurris en el Mar de Galilea. San Pedro puso prueba al Sefior mismo: «Si eres Ta, méndame ir a Ti sobre las aguas.» El Salvador ya le habia dicho que cera El. EI Sefior Ie contesta: «Ven», y Pedro se puso 48 caminar sobre las aguas. (Mateo ‘24:28, 29). Pero esta eprucba de fe» para Pedro pronto fallé, «Poca fe (vers. 51) es algo que pronto se transforma en «dudas, Recordemos que Cristo no le reprende porque va hacia ELNo le dice: «Por qué viniste?», sino que dice: «{Por qué dudaste?» El poner @ Dios a prueba, después de todo, no es el mejor método. Nos ha dado tantas promesas que depen- den de que oremos con fe, y ha demostrado su poder y voluntad de contestar a’ ia oracién tan claramente, ‘que deberiamos, como regla, pensarlo mucho antes de pedirle sefales 0 prodigios. Pero alguien puede pensar, Zno nos mand6 el Se for Dios Todopoderoso mismo, ponerle a prueba? {No dijo: «Traed todos los diezmos al alfoli... y probadme ahora en esto, dice Jehova de los ejercicfos, dir abriré las ventanas de fos cclos y derramaré sobre vor Sotios bendiciin heste que sobrcabunde’™. (Malaquse 5:10, SI. es verdad: Dios dice: «Prabadie.» Pero stmos, en reiidad, nosotros mismos que somos probados. Si its Ventanas de Tos cicls 20 t€abren cuando oraric, Y's las bendiciones no sobesbundan sobre nosottos, fs que no pertnesemes alos que trem el dczma, Cust. do por completo nos hemos entegedo a Dios cust db Te hemes traido el dies al alfoll por entero thallaremos tal bendiiga que no tendrenos nccesidad de poner # Dios a prucbal Esta es una cosa dela que tedremos que hal endo legutos ft de a ‘oracién no contestada Enlrelanto queremos que cada cristiano se pregun- te: edHe puesto a prucba imparialmente la orecien> “Cudnio Mace que ofrect una oracén defintva y Dre. Sioa? La gente ora pidendo wbenictones» sobre’ un mensaje, una feuniSn o una msdn, y alguna bondcion lcgsré, porgue otros también pidea Dios sobre la cosa. Use pide avi del doler 6 euracion de Ua enfermedad: pero fas personas que-no ereeh, 9 Por las cuales no fay que pensar que nadie or, a ¥e- Es se recobran también, y slgunas vees en formas que patecenmilgroses. Y unos siene temado a peteat Se me I habla 0 har fi cn alguna. Me parece mf que hay muchas poreonas que edn indica un mod cneetoy ein ne funa respuesta a Ia oraign en au propia experiencia Muchos ristianas no dan a Dios ua oportunidad d= rmostares su delete en concederles sus peticiones, por. ue sus peticiones son vagns € indefintes. Se as, fo es sofprendente que la oreeiin sea con frecuencia ipa mera frmola, una repetcién mecinica, la tras die cierts fates’ unos minutos de ejecicon mar Fina y tarde ‘Adem, hay otto punto. 2Ha venido usted alguna 50 Yer micnasoraba Ia convssin de que agullo por Wque raba 1 ha sido concedido? Los que conoren Me uel ade pvada de fos hombres de orcion se fiesiinsorprendos de la completa cetera que a tess sobevene de que ss petcones han do on vas, mucho antes de ue, 10 que buscon, hay po- do rsupotsign, Un adsl de racton dees sie Yin tna por al alnat Exaba seguro que mat polion Mies coneeddn» Entones Te sie gracias Dice Mo ue estaba seuro que Dio habit hecho por Pi ena se demos gue extaba abeoltamente bien fundad, uate efor ture siempre esta seguridad, y debe vamos ecordat que, oungut ora Dice, viva ena terra Ain un perfecte Hombre, dependiendo det Santo E> pint de Bie ; Cuando eiaba dslante de tuba abit de Léza tp, ale de que etineny hcieraIevantar al mucto, Uijn"aPadre gras te doy por haberme ido, Vos Wg siewple me open Cuan Tiss 42)2Por gs, Posto lan paca ZA caso dela mlitad que esd Teodor, ats que ercan que tie hat envino.» Si {tnt meen ssre coraones por fe. el Epi fu Santo est ineptando mocwtns petcones,y st esa Morand en el Espnta Santo, gno tenemos qe Mie’ ek Padre nos noyen? Judas 20) c¥ mo reso fovsrén también Ios que eatin siededor que mosses Ianbitn somes eavndee por Dios? Tos hombres mujer de oacén sf an en agona ane Dios por algo que stben que ide ncoerds con Su vlunta, como resto de Agus promeses dfinida que encontamor en las De the dofas Exestras_ Algunor es Foxe que oen Me horas, incised, cuando de repente et ap Hy Sono ie yvela de tn modo indudable que Dies Irn concedido cu peti; y et segitos que Ya 80 tiven que envae mde peiones a Dos sobre ete as 51 to. Es como si Dios les dijera en tonos bien elaros: «Tu cracién ha sido escuchada, y el deseo de tu corazén hi sido concedido. Esta es la experiencia, no yo de uni sola persona, sino de muchos para quienes la oracién ‘Ademés, la oracién debe dar Tugar a fa acciGn. Dios dijo a Moisés: «Por qué clamas a m{? Di a los hijos de Israel que marchen» (Exodo 14:15), [No nos sorprendamos de ver que el doctor Goforth, misionero en China, tenia con frecuencia Ia seguridad dde que sus peticiones habian sido concedidas. Tenia la seguridad de que el camino estaba abierto, Y zpor qué tenemos que sorprendernos de esto? El Sefor Jesis dijo: «Vosotros sois mis amigos, si haeéis euanto yo os mando. Yo no os lamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su sefior; sine que os he llamado ami gos» (Juan 15:14, 15). Si somos sus eamigos» Lqué tie- ne de sorprendente que El nos deje conocer algo de sus planes y-propétitos? I ‘Aqut tenemos que preguntarnos si Dios permite que esta sea la experiencia de algunos pocos santos escoti- dos o bien si quiere que todos los ereyentes que ejer- citan su fe @ un alto nivel tengan una seguridad simi Tar de, sus oraions han sido contestada abemos que Dios no hace acepcién de petsonas, y ppor tanto sabemos que todo verdadero ereyente en El puede participar de sus ideas y su voluntad, Somos sus amigos si hacemos a cosa que El nos manda, Una de estas cosas es la «oracién». Nuestro Salvador pidié. a sus disefpulos que «tuvieran fe en Dios» (Ia treduecicn literal es «tuvieran la fe de Dioss). Ast, pues, declard, cl que diga a un monte: «Sea quitado de ahi,'y arroje, do al mar; y no dude en su corazén, sino que erea que To que esté’hablando sucede, Io tendré.» Luego afade sia promesa: «Por eso 08 digo que todo cuanto rogais 52 y pedis, creed que lo estdis recibendo, y lo tendréise (Marcos 11:24). Pues bien, esta es exactamente la ex- periencia de que estamos hablando, Esto es exactamen- fe To que hacen los hombres de fe de verdad. Estas cosas son por completo incomprensibles para lor no ereyer- tes, Son cosas que dejan perplejos a los ereyentes débi- les, Nuestro Sefior, sin embargo, desea que los hombres sepan que somos sus discipulos, enviados por El (ivan 17:18; 22:24). Ellos lo sabrén’ si nos amamos unos a otros (fuan-25-35). Pero se da otra prueba y es éta: si nosotros sabemos y ellos ven que «Dios nos escucha siempre» (Juan 11:42). ‘Algunos recordamos al punto la maravillosa vida de oracién de George Miller. En una ocasién, cuando esta: ba cruzando de Quebec & Liverpool, habia orado para 4que una silla que habla encargado a Nueva York lle- zara a tiempo antes de partir el vapor, y estaba con- vencido de que Dios le'habia concedido la. peticion. Como una media hora antes de que los pasajeros fue: ran embarcados, los agentes Je informaron de que Ia silla habia llegado, y que no podfa llegar a tiempo de partir con el vapor. La esposa de Mr. Miller se mareaba mucho, y consideraba indispensable que ella no viajara sin la silla, Sin embargo, nadie pudo convencer a mis: ter Miller de que comprara otra en una tienda, «He: mos hecho una oracién especial al Padre Celestial de {que nos proporcionaré la silla y confiamos que To hard.» Esta fue su respuesta. Subié a bordo convencido de que su confianza no podia ser vana. En el mismo momento de entrar los éltimos passjeros en el vapor IlegS un ve hiculo con Ia slla de Mr, Miller simplemente le dio las gracias y no olvidé de dérselas también a su Padre Ce- Kestial. Para este hombre de Dics esta respuesta a Ia ‘oracién no era nada especiel, sino natural. ZNo pode- ‘mos pensar que Dios permitié que la silla Hlegara en el ‘limo momento para dar una leceién a los amigos de 53 Mr. Milller, y 2 nosotros? No habriamos sabido nunca de este incidente, de otro modo. Dios have todo lo que puede para inducirnos a la oracién y a la confianza, y a pesar de ello, ;cusn reac- tios somos a hacerlo! {Cusnto perdemos a causa de nuestra falta de fe y de oraciGn! Nadie puede tener co: ‘unién real y profunds con Dios sino sabe mo orer de modo que reciba respuestas a la oracién, ‘St alguien tiene alguna duda acerca de la buena voluntad de Dios, de ser, El mismo, puesto a prucbs, eberia leer un librito lamsdo «Sin, Vale» (Marshall, Morgan and Scott, Ltd.), Miss Amy Wilson Carmichae! nos dice en sus péginas de qué manera puso a prucba 4 Dios una y otta vez. Uno tiene la impresién, al leer 1 libro, que no fue casual que lo hiciera, Parece que fue Ia mano de Dios que la impulsé a ello. Por ejemplo: Para rescatar a una chica hindd de una vida de «ver giienza religiosa» le era necesario pagar la cantidad de 100 rupiae. Sus dudas consistian en si era juslficado pagar esta gran cantidad cuando con la mis Gar ayuda 4 muchas més. Miss Wilson Carmichael de- tidid que debia orar a Dios para que, si era su voluntad. ‘gue ella gartara eate dinero para esta persona, Dios de- bia mandarle a ella esta suma exacta, ni mas ini mencs. La eantidad legs —eien rupias exacias— en un che- ‘que, y el que oe las mandé le explicd que iba a mandar tin cheque por otra cantidad determinada —no en ni rmetos redondos— pero que se vio impelido a hacerlo por cien rupias Esto octerié hace quince afios 0 mis, y desde enton- ces esta misma misionera ha puesto a Dios a prueba una y otra ver, y nunca le ha fallado. Esto es lo que dice: “Nunca en los quince afios ha quedado una factura sin pagar; nunca le hemos dicho a nadie que tenfamos ne- tesidad de nada, pero no nos ha faltado nunca Jo que inecesitsbames. Una Vez, como para ensefiarnos Jo que se podia hacer si era necesario, nos mandaron 25 libras 34 por telegrama. A veces salia un hombre de entre una Thichedumbre en una estacion de ferrocarl, al despe- Tienes, y nos ponia en Ia mano la cantidad de dinero aque neces ‘Rela entie Jos demas sin que lo pudiéramos iden ficar> "INo es maravilloso? Si, 10 es, Pero qué es lo que dice’San Juen, hablando inspirado por el espiritu de fo? a ta es La confianza que tenemos ante él, que Si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad éi nos Oyen Y ai sabemos que él nos oye en cualquier eosa Que pidamos, sahemos que tenemos las peticiones que TE hayamos hecho (1 Juan 5:14, 15). (Tenemos esta confianza? Y si no, Zpor qué no? Tl calificarlo de maravilloso es mostrar nuestra fal- ta de fe. Lo natural es que Dios conteste to oraci6n: & normal, no extrordinario. BI hecho es que —sea fos sinceros y franeos— muchos de nosotros no cree Ines bastante en Dios. Es mejor que liamemos las cosas por su nombre, Si améramos a Dios deberiamos orar, Feige El gle gh orem, 7 no manda ao Fron Si ereemyps en Dios oraremos porque nos es im- porible dejar"@ hacerlo, no podemos pasar sin hacer gy Bo. Querido hermano en la fe: usted cree «en» Dios, ‘Como sabemos por Juan 3:16, pero, cha, progresado {sted en su vida ctistiana hasta el punto de ercer elo {ques dive y todo lo que dice? zNo parece cast una blasemia el hacer esta pregunta a uno al que lamamos Crstiano ya de antemago? Pero, el caso e8 que es Ver Gad, ceudntos creyentes hay que erean everdaderamen- te en EI? {Dios nos perdone! Se le ha ocurride alguna vex ve ponemos més fe en Ta palabra de los hombres que Sis polabra de Dios? 1 sin embargo, cuando wna peter? fona ecree a Dios, (G06 milagros de gracia abra Dios gn al y por medio de él! No hay ningin ser humano {Que haya sido respetado por més pucblos y en diferen- 55 tes Tenguas que aquel de quien se nos dice en el Nuevo ‘Testamento tres veces que ectey6 2 Dias» (Romanos 4:5; Gélatas 3:6; Santiago 3:23). Si, «Abraham crey6 a Dios y le fue contado a justicia» ¥ hoy, los crstia- tas de todo el mundo compiten entre s{ para honrar su nombre. Rogamos a cada ereyente en Cristo Jess que rho’ se dé descanso hasta que pueda decir: «Creo, en Dios, que scontecerd exactamente como se me ha di ccho»'(Hechos 27:25). ero antes de dejar el tema de poner a Dios a prue- ba, deberiamos indicar que algunas veces Dios nos gui ‘a que le demos oportunidad para «probarnos» algo a nosotros. Algunas veces Dios. puso en el corazin de Miss Wilson Carmichael el pedir cosas por Tas que n0 vela necesidad. Con todo xe veta impulsada por el Es. itu Santo a pedirlas. No s6lo le fueron concedidas Sino que demostraron ser de gran beneficio. Si Dios sabe las cosas que necesitamos, aunque nosotros no vyeamos que las necesitamos, 0 fas queramos, y antes {que s© Tas pidamos (Mateo 6:8). 2No ha dicho Dios: Probadme y of abrré las ventanas de los ciclose? A vests Mist Wig, Carmichael se sent tentada 1 dejar saber a otros de alguna necesidad especial. Pero siempre ie venia la seguridad interior, como si fuera la misma vor de Dios: «Ya lo sé, y esto basta.» 1Y na- turalmente Dios era glorficado. Durante los dias diff: ciles de Ia guerra, incluso los paganos acostumbraban decit: «Su Dios los aliments.» «No sabe todo el pais», fe dijo un pagano un dia, «que voestro Dios aye la 10h, qué gloria a Dios fue dads por su sienple fel {Por qué no creemos a Dios? cPor qué no tomamos a Dios su palabra? ZDice alguien de nosotros, scan cre- yentes o inerédulos: «Sabemos que vuestras oraciones son escuchadsey? Ojalé que todo el mundo oyera el deseo de Dios de ruatto bendito Salvador Jesersto—~ que todos 36 tengames. ya fe tan fuerte como esta misionera de Ta or habla! Nustte Padre amante no quiere que ningin tifa tuyo lenge por un momen, abedad por un nece fd no tatltecha, No importa To grande que eu ela Sccldadt no importa fo numeross que sean, nuttat feccidede, sole Te epontmos a posba> dla ma: ‘nera que El nos dice, nunca tendremos espacio en qué teumblar fo que HI sos mandard como bendicign (Mx ingus 5:10)" ‘Cudnio dolor inecesario soportamos! (Gt gud pas que nos pordonemos! Td porque no evans En orkei las pena at Sor © bien porque, cuando las pasamos, no creemos en. la palabra de Dios. ;Por qué nos es tan dificil confiar ‘en El? {Nos ha fallado alguna vez? No nos ha dicho tuna y otra vex que El nos concederd las peticiones que procedan de un corazén puro, «en su nombre»? «Orad», (seas 6:55). El amor siempre es ebondadosor (A? Co- Fintios 15:4); y Dias es amor. Pensemoe en sto. al ‘orar, Nuestro Dios es sbondadosos. Nos ayuda cuando suplicamos algo. Tiene paciencia con nosotros cuando nuestra fe vacla, «Cuan preciosa, ob, Dios, e8 ta mi 2 i icordia ue Ia vida» (Saimao 63:3). El peligro consiste que leemos acereg de esta fe sim- ple en Ta otacisn y decimos: «;Qué maravilloso!>, y Olvidamos que Dios desea que todos tengamos esta’ fe Y cata fuerza en Ia oracién, ‘Dios no hace aepcién de 58 ersonas! Quiere que tds oremos. Pemite que oct Man cose como is gu on tai a dsj llegar a nuestros ofdos, no para dejaros ait, sine para estimulamos. Uno desea a veces que losers: tianot olvdaran todas las reas bechas por os hom: bres y que rodean la orci. Seams sees, Seams natrates,"Tometnos ta palabra Dios segin Fila dice Recordemor que ria benignidad de Dios nuestro Salva: dor, ys amor para con los hombres, se ha manifests: {0 (hte Sy, Bis a veces dg sl hombre on la vida de oracn, A vets, sin embago, tene que acompa- farns dela mano y Toreame. TAT iar Rag sens vd, rations re en oraién iqué emocion nos embargn a cons Ura e bentguidad’y pecencia de Ceo! Gz Tesla nicenss 5:9) 2DOnde estarfamosabora sino fuera por ‘lat? Le fllamos, peo, (bento seas nombre! Eno nce fala » notre, nines nos fallado y nunca To hers. Dudamor de El desconfiamos de st amor ¥ de su providenia gu edesmayamos en al samino> tmufmuramos a causa del eamin; sin embargo El sigue Eendsiendonos y espera derramar sus benditones 30: bre nootrs, tantas gue no habeé lugar pareconte eran Te promese del Sefor todavia es vids: «Todo to ue pidis at Padre en mi nombre, yo fo haté, para que al'Padee sea plorfcsdo en el Hijo.» Guan 14:13) La oraci6n. cambia las cosas ‘mas nosotros somos ciegos, somos sordos; no lo vemos ni lo oimos. iQué bondicién tan grande es la de aguéllos ‘que confian en Tit iy lo que Ti dices! iOjalé que en adelante creamos simplemente en El! 39 5 2QUE ES LA ORACION? Mr. Moody estaba hablando a un grupo, de nifios en Edimburgo y para captar su atencion Ti hizo la pregunta: «Qué es la oraciGns, sin esperar Respuesta, pues es fo que el quetia explicates, Sin embargo, se qued6 ssombrado, pues docenas de rmanectas se levantaron por toda la sala, dispuestas a sceplar el «reto>. No {uvo més remedio gue indicar luno para que dicra Ta respuesta; y la respuesta Mees; torsa y transparente: «La oraciéa es ofrecer mussttos deseos a Dice, respecto alas cosas que son conforme a su yoluntad, én ef nombre de Tests, confesando nues twos. pecados yen reconacimiento agradcetdo por su risericordia.» Moody no podia creer Io que estaba oyen- do, Se queds maravillado y no pudo por menos que somentar: «Da gracias a Dios, hijo, de que naciste en Escocia.» Pero esto fue hace casi clen ats. 4Cuantos nifios ingleses, escoceses 0 norteamericanos podeian dar esta clas de definicién dela oracin? Piense usted por {un momento’ y decida qué clase de respuesta daria sted. {Qué queremos decir con Ia palabra oracién? Creo ‘que Ta mayoria' de los creyentes contestaia: «Le ore ol cidn es pedir cosas @ Dios.» Pero, sin duda la oracign fs mucho més que meramente «procurar» que Dios Yaya haciendo cosas por noseteasa, somo alguien dijo. Fy algo Wstinto tambien del caso de un pobre que Uama a la puerta de un rio. a palabra «oracién» significa en realidad edeseo disigido hacia», es devi, hacia Dios. Toda oracién ver- dadera busca # Dios, porque es de Dies que obtenemos tedo To que nesesitamos, La oracién es simplemente «el alma volviéndose a Dios». David describe 1a oracién Some clears el aa faci el Dios vivir Can sombras, y el hombre no te pueda mirar, Santo id eres solo, y nada hay a tm todo En poder perfecto, pureca y caridad. ‘Tenemos que exclamar, y hacerlo con frecuenc s, Ai final de nucstras oraciones? Ta tae pettoras, al parecer, es esto. Pero, anh dsl ee cdo eet as de egolsmo que han ferminedo «por amor de sis Améne ‘a = ‘Dios no podia contestar Ins oraciones que Santiago refere en su epistola por el hecho que is oecian «en Tr eSeabe de fendan. Estos crstanos pedian mal (San- Tiago 4:5); 1Una oracign equlvocada no puede hacerse fed afiadicndo alguna irae mistca! "Yl oracion recta no deja de srlo porque se om ten afgunas palabra. iNo! Fs algo mis que una cues thon de palabras, Nocere Sear esté ponsando en fe {ren bechos mas que en palsbras 0 formulas, El objeto 16: principal de fa oraciGn es glorificar al Sefior Jesés, He- Rios de pedir en el nombre de Cristo «para que el Pa Ghe sea glorificado en el Hijo» Juan 14:15)40 sea, no hemos de ir en busea de riquezas o salud, prosperidad Genito, facilidad y comodidad, espiritualidad 0 fecun- ‘Gidad en el servicio simplemente para nuestro propio placer, © aumento, © popularidad, sine por amor de Gristoy para su gloria, Vamos a dar unos pasos para ver si avanzamos en el conocimiento de estas palabras tan importantes «en_mi_nombrey. {Hay un sentido en que algunas cosas son he- ‘chas solo por «amor de Cristo» a causa de su muerte Expiatoria. Los que no ban creido en 12 muerte expia~ fora de Cristo no. pueden rogar en «su nombrer. Puc den sar Tas, palabras, pro no, enn efecto. Porave Somos wjustificadss por su sangre» (Romanos 5:9), ¥ “tenemos redeneiGn por st sangre, y el perdén de los pecados» (Efesios 1:7; Colosenses 1:14), En estos dias bh que el unitarismo bajo el nuevo nombre de moder- nnismo ha invadido todas las denominaciones, es de la mayor importancia recordar el lugar y obra de Ia san- fre de Cristo derramada. De no hacerlo, Ia oracién llamads— pasa a ser decepelén y trampa. ‘Vamos a jlustrar este punto con una experiencia ‘que courrié al principio del ministerio de Mr. Moody. Ifa esposa de un juez no creyente —un hombre de gran- ‘des dotes intelectuales— pidi6 a Mr. Moody (entonces tun simple dependiente en Chicago) que hablara con st marido. Moody, sin embargo, tenia sus dudas sobre si podia discutir con el esposo de la seitora. Finalmente, fue a verle, y le dijo claramente que no queria discu- tir con él, eperor, le pidi6, «si usted se convierte, éme promete que me lo hard saber?» El juez se puso a re Jreontests con ironia: «Oh, si, no se preocupe. Si me Convierto se lo haré saber inmediatamente». Moody no nada mis, confiando en la oracién. Y el juez se jti6 antes de un af. Cumplié su promesa y le con- n 6 a Moody cémo haba ocurrido, «Un dia empecé a sentirme inedmodo y degraciado, cuando mi esposa ‘habia ido a una reunién de oracign. Me fui a la cama antes de que regresara. No pude dormir squella noche. La mafiana siguiente le dije @ mi esposa que n0 neces! oficina. Les dije a los encerré en mi habita peor. Finalnente cat de rodillas y Ie pedi a Dios que Ihe perdonara mis,pecados, pero no queria decir en al “nombre de Jess”, porque era unitario y no creia en {a expiacign. En agonia mental vegui repitiendo “jOh, Dios, perdona mis pecados!”, pero no habia respuesta, ‘Al fin, desesperado, prité: "Ob, Dios, perdona mis pe- dos on el nombre de Cristo". Enionces, obtuve la paz al instante.» El juez no tuvo acceso a la presencia de Dios haste que pidié ser admitido en el nombre de Tesucristo. Cuando fue en el nombre de Jess fue escuchade y perdonado. Si, orar'en wel nombre de Jess» es pedit spor la sangre de Cristo» y toe méritos ecomprados» por ella, Nos atrevemos a entrar wen el lugar Santo por la sangre de Jesucristow (Hebreos 10:18). No hay otra entrada posible. ero, esto. no ef todo la que hay en las palabras en su sombren, La ilustracign mis familiar con res- pecto a presentarnos en el «riombre de Cristo» es 1a de sacar dinera de un banco, Yo puedo sacar dinero dde mi cuenta corriente de un banco sold si tengo de- positado dinero en ella. Pars hacerlo en mi nombre Esta'es una condicion indispensable. Yo no tengo di- nero en e! Banco de Inglaterra: en mi nomse no pue- do sacar un centavo. Pero, supongamos una persona rica que tiene una cuenta corricnte en ste baneo, ¥ ‘mucho dinero depositado en ella. Me da un cheque que eva su firma, y me dice que ponga una cantidad y la vaya a cobrat. Este hombre es mi amigo. Yo sepongo 78 que quiere ayudarme, {Qué cantidad voy a escribir 1d que necesito, o, con el cheque en mi poder, voy' a poner una cantidad enorme? Volvi‘a'tomar el cheque. Era verdad. Mi amigo, sin duda acostumbrado a escribir cheques importantes, hhabla escriso na cantidad por otra, ZQué iba a ha: cer? Devde el punto de vista legal et cheque era mi. Todo exlabs correct. Podia exigi las mil libras es terlinas. Pero ef cheque no relejae la intencién del 80 dadof, el eval, yo sabia que querfa darme una libra. 7 ‘Se trataba de mi amigo, un amigo generoso, segin sme habla demostrado en otras ocasiones. Sabia lo que G1 queria, sus deseos, su voluntad. Y ésta era una libra, nada més. ‘Le devolvi el cheque al amigo y recibf otro por va~ for de una libra, Si el cheque que me habta dado hu- a. sido en bianco, yo habria escrito también una Hr, porqe yo sabia guest que que ee ‘No creo que sea necesario sacar moralejas. Dios tie ‘ne_sit_voluntad para cada uino_de_nasatres y a menos {Que procuremos conocer su voluntad es posible que es ‘cribamos mil en vez de una, que es 1a cantidad que El sabe es mejor para. nosotros. En nuesiras oriciones nos accrcamos a un Amigo, a un Padre amante, Se lo debemos todo a El. El nos Tnanda que acudamos a El siempre que nec algo, Sus recursos son infnitos. Pero El nos manda que recordemos que debemos pedir s6lo las cosas que sean de acuerdo con Su. vor Tintad, es decir, aquellas cosas que dan gloria y honor su niombre. Juan dice: «Si pedimos alguna cosa con- forme a su voluntad El nos oye» (1 Juan 5:14). De modo que nuestro Amigo nos da un cheque en blanco, ¥'nos lo deja llenar con «lo que sea», pero sabe que Bi de veras le amamos nunca escribiremos —nunca pe- diremos— las cosas que El no nos quiere dar, porque serfan perjudiciales para nosotros. Quiza para algunos la falta que cometemos es en ta direccién opuesta, Dios nos da un cheque en blanco Y¥ nos dice que pidamos diez libras, y nosotros pedimos luna, zNo e6 sentiria nuestro Amigo ofendido si le tra- téramos de esta manera? {Pedimos bastante? Nos atre- ‘vemos a pedir «conforme a las riquezas de su gloria?» El punto que tratamos de elaborar, sin embargo, es rho podemos estar seguros que’ oramos en’ su al nombres @ menos que sepamos su voluntad para no- sottos. 5.\ Pero incluso con esto no hemos ayotade todos tos significados de las palabras «en ti nombees, Todas ‘sabemos lo que e8 pedie algo «en nombre» de otro Yee ao pecmitimos que nadie use nuestro nombre que zno sea bien conocido, porque podria abusar nuestra confianza y causa? deserédito a nuestro nombre, Ge- jazi, el eriado de Eliseo, en quien & tenia confianza, tis6'cl nombre de Eliseo de modo frandulemo para co rrer detris de asmon y, en nombre de Eliseo obtener presentes del sicia. Pero to que consiguid es:que. 56 le pegace la lepra por su pecado. = Un’emplesdo de confianza usa el nombre de su pa- tron para manejar grandes sumas, como si fueran su yas. Pero, esto ocurre en tanto que se le considera digo de conlianza. Y usa el dinero para su patrén, no para €1 mismo, Todo nuestro dinero perienéte a muts- fro Maestro Sesucristo. Podemos ir a Dios @ buscar recursos en ott nownbee si los usamos para su loi ‘Cuando voy 1 cobrar un cheque escrito a mit nom. bre, el banqueto exige sélo que Ja firma del deposi rio’ sea auténtica, y que yo sea fa persona auforizada para recibir el dinero. No pide datos respecto a mi per- Sona. No exige que yo d2 referencias de mi caricter fi procura averigoar si voy a wsar el dinero debidamen- 4c. Pero, esto no es ‘ial con respecto al banca del cielo, ¥ éste es un punia d= gran itaportancia. No con- viene apresurarse al leer lo que se dice sobre este pun- 10, Cuando voy al banco del cielo en nombre de Jesu- cristo con un cheauc a cobrar a euenta de las inagots- bles riquezas de Cristo, Dios exige que yo sea un co- Drador digno. No digno en el sentido de que tenga mé- ritos 0 tenga slgin derecho a recibir algo del Dios santa —sino digne en el sentido don no, ra 82 terés personal, sino para la De lo contratio es posible que pida, pero no obten- ga nada: «Pedis y no recibis, porque pedis mal, para astarlo en yuestros deleites (Santiago 4:5). EI gran Bangucro del cielo no paga cheques si nues- {ros motivos no son tectos. Es por esto que muchos fallan en la oracidn. El enombre de» Cristo es la re. velacién de Su persona. ‘Orer en «su Nombre es orar como un representan- te enviggo por £1: es orar por su Espiritu y segdn su voluntdil es tener su aprobacién en fo que pedimos: / buscar fo que El busca, pedir ayuda para hacer lo que El quiere que hegamos, y buscar no [a nuestra sino si gloria, Para orat «en suc nombre» debemos tener iden- fidad de intereses y de propésito. El yo y sus intereses deben estar enteramente controiadas por el Espiritu Santo de Dios, de modo que nuestra voluntad esté en ‘completa armonia con la voluntad de Cristo. Debemos Wlegar @ la actitud de Sart Agustin cuando exclamé: «Oh, Sefior, consédeme que pueda hacer tu voluntad como si fuera la mia, de modo que, Té puc- das hacer‘mi voluntad como si fuera la tuya», ‘Es posible que alguien crea que esto es hacer la ‘oracién sen su nombre» inalcanzable para nosotros. No eta ésta la intencién del Sefior. El no se burla de nosotros. Hablando del Espiritu Santo, nuestro Sefior uus6 estas palabras: «El Consolador...'a quien &l Pee dre enviaré en mi nombres. (Juan 14:26.) Ahora bien, nuestro Salvador quiere que nosotros seamos contro. ages por el Espiritu Santo para que podamos actuar ‘en el nombre de Cristo. «Porque todos tos que son uitdos por el Espiritu de Dios, éstos son hijos de Dios» (Romanos 8:14.) ¥ silo los hos pueden decir Padre nuestro». ‘Nuestro Sefior dijo acerca de Susie Tarso a Ans 2 «Ve, porque instremento’ escogido me et éste para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de Yor hijos de Israel» (Hechos 9:15). No 85 a» los gentle, sino sen presencia de tow gens, [Asi que Pablo dice: «Agrado a Dios wvelar au Hijo en” min, No, podemostorar en cl nombre de’ Criss menos gue levemos este nombre en presencia de Ty fete, ¥ Gato no es posible hasta tanto que smoremos Env El y sus palabrav moran en nests, De, mode Sut llsgamos 2 esto- a menos que el corazin ex bie, SW ceatin ert mal Cristo dje: «Si permanccts en i, y mis palabras prmanccen en vosoes, pedi todo 10 que ‘ers, Pos serd hecho. (Juan 15:7) ses tres promesas son realmente idéntias; expe- san eh mismo ensaminto eon dfcents palabras. Ve most Si me pedis algo en mi nombre, yo lo haré» (Juan, 14,14.) iil “Si permancets en mf, y mis palabras permanceen ex voroles, petid todo 13 que quer, y oe set De cho.» (Juan’ 15:7.) om meee “St pedimes alguna cosa confrme a su voluntad Bos ye (Juan 514) amos resuine con Jas palabras de Juan: 1 fo que geil rsltinen Je pong eat amos sus mandamiznes,y hacemos las cosa ae son agra ante dec ("Fan 32) Cuno he ames To que él nos die, El hace Toque. Ye pelos Bele nea Doe ns da epodts abe Sri el reno del cco, si campinor Is condicy de per ar en El. cL s iva TQ ‘maraviloso es esto! {Con cunt diigencia deberiamos procurar conocer y hacer su ‘oluntedt iCudn azemfreso que alguien, por amor sf mismo, Se pierda esas riguenstncacsebles, Sabeme que le Yollnad: de Dics es lo mejor pr sosotros,Sabemos Que El desea bendecimnos'y acts de nots waa ben fii, Sabomos que el stpuir estas propias incl naciones ex perdi! sin la menor duda para nos. 34 {ros mismos y aquellos a quienes amamos. Sabemos ‘que el apartarse de su voluntad es para nosotros jugar on la eatistrofe. {Por qué no confiamos en El plena- Iente, por completo? Aquf estamos, pues, una vez més frentea frente de la santidad de vide, Vemos con ab- soluta claridad que la llamada a la oracién nuestro Sal vador es una Mamada a la santidad. «iSed santos!», porque sin santidad nadie puede ver a Dios, ni conse fpulr_que sus oraciones tengan eficaci ‘Cuando confesamos que «nunca tenemos respuesta ‘4 nuestras oraciones», no estamos acusando 2 Dios, 0 Sus promesas, o el poder de la oraci6n, sino a nosotros ‘isms. No hay mayor prueba de la espiritualidad del individuo que su oracién. El hombre que intenta orar, pronto descubre en qué clase de relacién esta con Dios. ‘A menos que vivamos Ia Vida Victoriosa, no_po- demos orar verdaderamente «en el nombre» de Cristo, Yy nuestra vida de oracién tiene que ser, por necesidad, Gébil, esporddica e infructuosa. "Y cen su nombre» debe ir «de acuerdo con st vo- luntade. Pero, Zpodemos conocer su_yoluntad? Sin duda, podemos. San Pablo no s6lo dice: «Haya, pues, tntre vosotros los mismos sentimientos que hubo tam- bign en Cristo Jestis» (Filipenses 2:5); también de- clara: «Mas nosotros tenemos la mente de Cristo» (2 Corintios 2:16). ¢Cémo, pues, podemos lleger # cono- cer Ia voluntad de Dios? Recordemos que «El secreto de Jehovd es para los que le temen y a ellos hard conocer su pacto (Salmo 25:14). En primer lugar, no debemos esperar que Dios nos revele su voluntad menos que nosotros deseemos ha- Cerla e intentemes hacerla. El conotimiento de Ja vo- luntad de Dios y la ejecucién de Ia misma irén juntas. Somos propensos a tratar de averiguar la voluntad de Dios a fin de poder decidir si hemos de obedecerla 0 ro, Esta actitud es desastross. «El que quiera hecer la 85 voluntad de Dios, conocer si tz doctrina es de (Juan 7,17) ‘La voluntad de Dios se revela en su Palabra, en Jag Sagradas Pscrituras, Lo que promete en su Palabra, sabemos que esti de acuerdo con su voluntad. For cjemple, puedo pedir sabia confiadamente pergue en su Palabra dice: «Si alguno... carese de ‘tabiduria, pidala a Dios... y le seté dada.» (Samtia- 01:5.) No podemos ofar de modo que nuestra ora. idm prevalezca a menos que estudiemos Ia Palabra de Dios, para encontrar cual es su voksatad para con nosotros. ‘Pero, es el Espiritu Santo de Dios el que es el gran ayudador en la oracién. Leamos estas palabras de San Pablo: «Y de igual manera, también el Espisitu. nos ayuda en nuestra debilidad; pues, qué hemos de pedir ‘como conviene, no lo sabemos, pero el Espiritu: mismo intercede por Tos santos.» (Romanos 8:26,27.) iQué palabras tan consoladoras! La ignorancia y Ja impotencia en Ia oracién pueden resultar en real dad en bendicin si dan como resultado final que ven- 4.4 nosotros el Santo Espiritu. ;Bendito sea el nombre del Sefor jesis! No tenemgs la menor excusa. Hemos nde ora y podemes orat. Recordemos que nuestro Pade celestisl ha. pro- rmetido que daria el Santo Espiritu a los que se to pi icran (Lucas 11:15), 0 cualquier otra cosa buena (Mates 1:11). ‘Hermano en Is fe, sin duda usted ha orado con fre i dudas, se ha quejado de su debil dad y negligen ‘en Ia ofacién, Pero, cha orado real. ‘mente en su nombre? Es cuando hemas fracasado y no sabemos equé oracfones ofrecer» 0 «de qué maneray, que el Santo rity estd dispuesto a venir a ayudarnos. No vale la pena haberse entregado a Cristo por completo y de todo corazén? Los cristianos mitad y mi: 86 tad no son muy siiles ni pata el mundo nj para Dios Dios no puede ussrlos; ef hombre no tiene interés en ellos, Tos considera hipSerits. Un pecado conser tn la vida echa a perder por sf solo nuestra eficiencia Yy nuestro gozo y nos robs el poder de la oracién. ‘Amados, hemos tenido uno renovada visién de Ja gracia y de la gloria de nuestro Sefior Jesucristo. El ‘desea y espera dejarnos participar de su gloria y de su sacia. Quiere que seamos medios de bendicién.. {No Sdoraremos a Dios con sinceridad y verdad, y clama- femos con ansia?: «{Sefor, qué haremos?» (Hechos 22:10). Luege, con el poder que él nos daré, lo ha- remos. ‘San Pablo, una vez mand6 esta oracién al cielo . Fl doctor Torrey indica que fil-una traduccin fi otra da la plena Tuerza de} origi: inal grico, que significa «en tensida, en Intenso deseon Esta palaba vuelve'a ser usada etiando Jess ora.en ‘Gefsemanf: «¥ estando en agonia oraba mis intensa- mente, y eta si sudar como grandes gotas de sangre engrumecidas que caian sobre la tierra.» (Lucas 22:44.) ‘Sin duda, esto era fervor. zQué desimos de ues tras ocaciones? {Somos Hamados a agonizar enor ‘in? Muchos de fos santos de Dios dicen «{Nol» Creen ‘que esie agonizar por nivestra paste significaria falta de fe, Sin embargo, muchas de las experiencias. que ‘ccurrieron al Sefigr’ han de ser nusstras, Hemos sido crucficados. gon Crista y hemos sido levantados con Cristo. 2No debemos agonizar pos las alas? ‘Volviendo a la experiencia humana. :Podemes de- jac de aganizar en oracion por hijos qucriddos que viven én el pocedo? Yo dudo si algin ereyente puede dejar 100 de tener esta carga en su corazén —una pasiGn por las ‘almas— y un agonizar en oracién. ePodemos dejar de gritar, como John Knox, «Oh, Sefor, dame Escocia o mueros? Aqui otra vez la Bi blia nos ayuds, Vemos claro que cuando Moisés cla- maba a Dios: «Te ruego, pues este pueblo ha cometi- do un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro, que perdones abora su pecado, y si no, réeme ahora tu libro-que has escrito», estaba agonizando, ‘No estaba también agonizando en oracién San Pa- blo, cuando dice: «Porque desearia yo mismo ser ana. tema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes segiin la carne?» (Romanos 9:3) Podemos estar seguros de que nuestro Sefior, que lots sobre Jerusalén y que «ofrecié ruegos y siplicas ‘con gran clamor y légrimas» (Hebreos 5:7). No se ex- trafard si nosotros derramamos ligrimas sobre los per- didos, ¢No se gozaré, més bien, si ve que agonizamos sobre el pecado de ellos que le’ ofende? De hecho, la teseasez de conversiones en Ia vida de algunos minis. tros es debida a Ia falta de agonizar en oracién. ‘Se nos dice que «en cuanto Sin estuyo de parto, dio a luz sus hijos» (Isaias 66:8). San Pablo estaba probablemente pensando en este pasaje cuando escri- bis a los Gélatas: «Hijitos mios, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en yosotros.» (Gélatas 4:19.) ZY no serd esto verdad de los hijos espirituales? Cuan frios son nuestros cora- ‘ones. {CuB® poco nos preocupamos de los perdides. GY nos atrevemos @ criticar a aquellos que agonizan ppor los que perecen? Dios no lo permita. jNo! Hay Juger para uchar en oracién, no porque Dios no quie-"7 ra contestar nuestras oraciones, sino & causa de la opo- sicién de los «dominadores dees mundo de tinieblas» (Bfesios 6:12). La lucha no es entre Dios y nosotros. El est @ 101 cw ldo cn puts dns. La cha ean (algno, a pesar de que es un enemigo venido (U* fun 5:8), El Maligno desea frustrar nesrasoracones, ‘No tenemos licha conta sangre carn, sino con: tea principades, contra potestades, contra tos doming- dares de este miindo. de tiene, contra uestes esp Tituales de maldad en las regioncs cclstes» (Efesios 6:12). Nowotros tambien estamos en estos lugares ce- Testisles con Cristo (Efesios 1:3); y solo Cristo puede salir vicloriowo. Nutsca lucha puede ser de nuestros pensamientor contra las wigerencis de Sat, y en que procuramos mantenerlos fijos en Cristo nuestro Sal- ‘aor; esto es vgilamos al mismo tempo que oramos (Glesos 6:18); worando . y velando> Somos consolades por el hecho de que «el Espiritu nos. ayuda en nuestra debilidad;. pues, que hemes do reir eémo convene, no To sabemos (Romanos 8:26). .Cémo nos auyda ef Espirit, edmo nos ensefa, sino “Yor el ejeroplS, asi como por el precepto? {Cémo ora el Espiritu? El Espritu mismo intercede por nosotros fon gemidos indecibles. (Romanos 8:26), gonea el Espista en oracién como el Hijo en Getsernant? Si el Espiritu ora em nosotros, eno debemos noso- {ros compartir su. epemidos» en oracin? Si nuestro agonizar en la oracign deblite noesize cuerpo en aquel ‘momento los dngsles vendrén y nos frtalceerin, coms hicieron al Sefor (Lucas 22:45). Quizd, como’ Nehe- ris, Hagaremos y Raremos duelo'y ayuno euando ors mos al Senior (Nehemis (4). ePeros, puede pregun te alguno: ‘No induce on notion sn nga ine cesario 7 que deshonra a Dios nuestro duelo por el pe: ‘edo y fvestro antclo por la salvacion de ottes?> whe Sica una falta de fo en lar promeses de Dios? Quizd sea asf. Pero no hay dda que San Pablo miraba la oracién —por To. menos en algunas verso: aes como un eonflisto (yer Romanos 15:30). Al es: ‘bir a los eristanos de Colosas, die: «Quiero que 102 sepsis qué lucha tan dura sostengo por yosolrs... y por todos los que. no me tan Visto personalmente; para que sean consolados sus corazones (Colosenses 2:1, 2). Sin Guda, oe refiere a sus araciones por ellos. Gtra vez, al hablar a Epafras como «une de voso- tos, servo de Cristo, siempre esforzindose intensamen. te por nosatros en sus oraciones para que estéis Firmes, perfectos y completos en todo Jo que Dios quiere (Co Josenses 4:12). La palabra usada «esforzatse intensamente» es la que hecemnos equivatente @ eagonizar», la usada al hs. blar del Senor en Getsemani «estando en agonia» (Lu- cas 22:48). ET apSstol dice que Epafras, se ha esforzado inte samente por ellos en sus ocaciones. San Pablo le vei orando estando él prisionero, y era testimonio de fa if tensidad con que Epafras orsba en favor de los Colo. senses, Cun asombrado debia estar el guardin a quien Pablo estaba eneadenado —y cus conmovido— al ver 4 estos hombres e2 sus oraciones, Su agitacién, sus Ié- Grimas, sus intensas siplicas al levantar its manos en JQué revelacién debia ser esto para No hay duda gue San Pablo estaba hablando de su propia costumbze cuando estimulaba a los crstianos de Bfeso y a otros cuando dice: «arando en todo tiempo con toda deprecicién y stplica en el Espftitu, velando en ello con toda perseverancia y suplica por todas los Santos; y por mk.. embajador en cadenas» (Efesios 6:18, 20), Este es un cuadro de su propia vida de ors- cién,’ podemos estar seguros. Ast que la oracién vence todos los obstécutos; los elimina. Es esto lo que se quiere decir con Ia expre- sign de «orar hasta que se consiga», Debemos luckar contra las maquinaciones de Setda. Puede ser cansan- cio corporal © dojor, o pensamiento varios que nos z=. 103 claman, o dudas, o aragues directo de huestes esp- Fituales de maldad. Con nosetcs, como con San Pablo, ‘a oracén es algo semejante a un avontitnn, una chao, pur lo menos algunas veces, Io que nes ebliga 9 {stinl's apoyo en Dio» (a 0:7) cEstamon equivocados si suponemos que son pocos Tos que algu- na vez lichan en otaciin? ¢Luehamps nosotros? Como Sea, no dudemos munca del poder de Dies de las Th auezas de se aracin La autora de «4 Secreto del Cristiano de una vida flies sot un eal de emia Paco ane ds maerte un incidente en st propia vida. Una seora amie 48 stya, la visitaba de vez en cuando, y pasaha con ella dos 6 ties diss, To cual gra une verdadera prucha para su paciencia y humor. Cada una de estas visise exgia mucha preparacién en oracién, Legs la ocason en que {& amiga hizo planes entera) La autora mencionada consider6 que no tabria bastante para loricara a menos-que pasara una no- che enteraen orsciin. Asque te procuié un plato con bizooches,y se reiré promo a su cormitoro para pacar Ja noche de roils ante Dios, rogindole que le dra 1a gracia de mantenerse carifosa Y sosegada duraste 1a Visita con que le babia amenazado. Tan pron Como se arrodill al lado de la eama, pasaron por #1 mente las palabras de Filipenses 4:19; 'w¥ si Dios proveerd 4 todas vorsttasnecesidades conforme sus rgezae en lots en Cae Fein Sus toners destacceren, jo: =Cuando comprendl esto, le cl gracias por onda, ye mt a a cama dorm Yoda Ta oc a amiga Ileg6 el dia siguiente, y la semana transcu- ri Telamente» : __ Nate puede tucer reglas rigidas sobre Ia oracién, ni atin para si mismo. EV Esptitu Santo de Dios slo puede dirigienos punta por punto. No\podemos sacar $n mis del asunio. Dios es est Juez mucsto Guie. Pero no alvidemos que la orsciin tiene muchos axpee 108 tos. Como dijo st obispo Moule: «La verdadera ota ida puede ser pronugciada en innumerables circuns- tancias.» Con mucha frecuencia, La oracién puede ser ol peso de un soltozo EL caer de tna légrima, La mirada que hacia arriba se eleva Cuando, séio El, estd cerca, Puede tratarse de hacer conocer a Digs nuestras pe- ticiones y nada més (Filipenses 4:6). No podemos ereer que fa oracion tenga que ser siempre luche y conflict Porque si io fuers acaberiemos agotados, destrozadas, ft un colapso mental y muy pronta nos Nevarian a Ja cumba. Y para muchos es na imposibilidad fisica el pasar un tiempo prolongada en una misma posicién para orar. El doctor Moule dice: «Se puede ofrecer oracién autén. tica y vietoriosa continuamente, sin el menor esfuerz9 fisico o perturbacién; surge a veces en fa mas profunda quietud def aima y det cuergo pata salir a la superti- le. Pero hay otro aspecte de la cusstién. Le oracién rng debe ser hecha nunca de un modo indoleme, por ‘ms simple y confiada que sea. Debe ser una transac- cién infinitamente importante entre el hombre y Dios, Y por tanto, con frecuencia... tiene que ser conside rada como implivando trabajo, persistencta, contflicto, si ha de ser verdadera oraciGn.» Nadie puede dar fGrmulas vatidas para otro. Cade cual debe persuadinse a sf nuistia de cémo debe orar, y el Espicity Santo nos inspira y guia 4 cada uno para saber el tiempo que debemos destinar 9 orar. Y que todos seamos tan lena del amor de Dios nuestro S: vador que Ia oracién, en todo tiempo y en todo lugar, pueda ser un gozo as{ como un medis de pracia. Pastor Divi, supe lo ae necesames Dl di de hoy 9 ates ado fs gues etalon Bana Seer, as de gi iecesoe Pater onc'ch a she tc PeP coe ts Behechore [out ono scot 8 zCONTESTA DIOS SIEMPRE LA ORACION? Legamos ahora # una de tas pregintas mas impor tantes gue podemos haver. Muchicimo en nesta vida depende dela respuesta gue demos, No Watemoy de equiva Ia pregunta, sino consideremesta eon sneer Gad y franquesa, {Contesia,Dioe sempre In oraién? Natufotmente, todos conetddmos que contests Ta oFe- ion es deci, ue contsia algunas ofactones, ya. ve- Pero, isicmpee contests i ora verdaera AIG SRE Tlamadas oraciones, no las contest», porgue Eno Tas ewucha. Cuando su pueblo estane en bela, dio Cuando molipliqués {a otacién, yo no ol» (ales 1:15), oro un fijo. de Dios debe esperar respuesta a la coracin, Dios quiere dar respuesta a cade oraién, yo InY ing onion verde goede ne et tne ceo. Yon todo exta maravilse declaracin de San Pa bio «Todo es vostro, vossos de Cristo. (12 Corit- tos 3:21, 22)" parece tdeiamentefalsa para muchos retinas, ¥ no fo ex Todo es auestn, pero nosotros fruchas veces no. poscemos netrasposesiones. Los ropintaioe do Mount Morgen, en cfand (Aust 107 lia) trabsjron asiduamente en ls laderas iftles de fn montaha durante afos,sacando Glo To bastante para srrasrar una vida miserable, sin saber que debaa de Sus pics habia ‘una de at rminas do oro mis reas del ‘mundo Habis riguezs, 10 sofads, ni Imaginada Mi po- Seda, Era asuyay 9 0 Sua i crtanismo’sabe ge ay viqueeas en Dios, eo le gloia en Jesters, pero no sabe emo Obteneten. EMfora bien, must’ Seior nos dice que podemos tenerlas si las pedis, jQue El ns de citroen is cosas seativas 2 a orelén! Cuando decimgs que 10 fay verdadera oraciin que no sea sentesaddeno que ferwos decir que Dies concede sin falta todo fo que ie pide. Ha habido algin padre tan poco juicioso que haya tratado 4s hijo ss? Nesotos no damos al hijo tn hargén sl rio, porque sabemes que se quemara, por mds que lo pida"O biet, nadie abe dar & un mio Eematiado diner. {Oe pasaria sf Dis nos diera todo fo que pid snos? Pronto estaramos diigiendo el mundo y El ten- dra que contemplai. sin dudn es evidente que no Simos capaces. Ademis, eso serie na imposbiia, orave habria muchos que, simultinesmente, reclame: Fan'el cago de director Dis cts Te on vse con un eS, veces con ut «No». A veces ten «Fsperar, porque Pade rss ples Sn pre Garis i De én mayor ave a que pedimes, ¥ que afecta @ ots Vidas ademée de Ia Suet, ‘ a reapuenta de’ Dios ts a veces «Nov. Pero esto nos por necesidad ona prutba de que hay petado co. nocido 9 eeondido en fa'vide dl que suplea, aunque Hay Ia postilided de que. heya pecado desconoci. Dijo «No» a San Pablo 2 veces (2° Corintios 12:8, 9. Muchas veces ta negaiGn es. debida a seta, ino: rancia o egotimo en le petisin.«Porgu, qu dbemos pedir como convine, né lo sabemos» (Romanos 8:26) 108 Esto era To que estaba equivocado en La peticién de Ia imatre de los hijos de Zebedeo. Fue y adord a Jess y le pidid algo. El contest6 inmediatamente: «No sabes To que pides.» (Mateo 20:22.) Elfs, el gran hombre de ‘oravién, reeibié también un «No» como respuesta, Pero Cuando fue arrebatado ala gloria en un carro de fuego, bbe lament® que Dios fe tubiera dicho «No», cuando él ‘lamnd a Dios: «Oh, Seflor, quitame la vida.» La respuesta de’ Dios es a veces «Esperan. Puede demorar la respuesta porque no estamos todavia pre- pparados para recibir ef don que deseamos, como Jacob Exando luchat, Recuerde la famosa oracién de Agus- tin: «Oh, Dios, hazme puro, pero no ahora.» Gates 23°37) Lo ms ive do todo es que con fre ‘euencia pedimos y no recibimos porque somos indignos de ello, y Haogo aos qusjamos porque Dios no contesta huestrasoraciones, El Sefor Jess clare que Dios da 1

También podría gustarte