De Ignacio Aldecoa a Andrés Neuman
LOS ZIGZAG DE LA HISTORIA RECIENTE
DEL CUENTO ESPANOL
yas probable que el cuento espa-
Eth qe noe resin mals con
fou pel oo tapeiane ange a
ona, Soebin ina ore
Adina 5 Sega tase oo Jo
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trazandoPoey Corésaz Chon Ba
use Garey Rees Cowes.
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Pieper yymce-vee
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Isak Dinnesen, Joyce, Dorothy Par-
ker, Katherine Mansfeld, Flannery
O'Connor, John Cheever, Borges,
Juan Ray Merce Rodoreda, por
cher pas et
resulta impreindbes, mienas
‘ees aorta d penta ce
cables, be, tot nda
Guid paslan por Alice Mane,
‘Amy Hempel, David Foser Wallace,
Lorre Moor y Quim Mona
ee es
Por lo que se refiere a la-teo-
sla de lo que venimos denominando
cuento literario moderno, es sabido
que tiene su origen en Edgar Allan
| Poe, en la reseiia que le dedicé & los
| Toice-Told Tales, 0 Cuenaseontades dos
secs, en el Graham's Magazine de mayo
|
|
|
| de 1842, y en su “Filosofia de a com- |
posicién” (1846), donde sguiendo la
| tradicién del cuento falllérico defien-
| de el relato cerrado, con un efecto
‘imico y singular. Julio Cortézar (‘Ale
| emos aspectos del cuento”, 1963; y
| “Del cuento breve y sus alrededores”,
|
1969), por su part, arrnea de una
concepeién romdatio y surealisa
del relato para aposar tnbién por
un texto cerrado, etic, en el que
inmpers la intensidad yl tension. Lo
compara con la foografa, que en-
area yrecorta so un Fagmento de
| a reaidad, peo que necensiamen-
| te debe tener suficiente significacién
para amplifcdrnod, como s de una
explosion se tratara, Choy en cam-
| bio y con él Hemingway y Carve,
defenden el cuento abierto, en el
aque so oSaotemes un fragmento de
‘da, sn prinepio nad Lo gene
tinos Jorge Luis Borges y Ricardo P-
Mag, Epes Gi-tt, = maga
Woy | db
|
|
(Universidad Auténoma de Barcelona)
alia han apostado por la idea de que
eucnla siempre dos bstorss,
tna ge encuentra oculta
ina
eee eam oral
Seselace
El cavo es que en Expaa el
si del es Spee ol ge
o del 50, encabezado pore ciado
[ldeooa (Et caahn oe rs ema
| 605, 1959, me sigue pareciendo su
mejor libro) asf como también por
Rafael Sénchez Ferlosio (Dientes,
pélvora, febrero”, no debe falar en
ninguna antologia del género que se
preci), Jesis Fernéndez Santos (Ca-
‘cca rapada, 1958), Medardo Frail (A
1 hz cambiar las casas, 1959), Carmen
Martin Gaite (Las aiadwas, 1960),
‘Ana Maria Matute (Historias del Ar
témila, 1961), Daniel Sueiro (acon
‘iraderes, 1963) y el heterodoxo Alon
so Sastre (Las noche ligubres, 1964)
Predominaba entonees el realsmo,
descarnado o lirico, irbnico, kafkéano
6 simbético, valga la paradoja,y los
maestros més frecuentados solian ser
Hemingway, Faulkner, Carson Mc-
Cullers, Truman Capote y el taia-
| no Cesare Pavese. El realismo social,
entonces predominante, para cuyosculivadores la eseritura eraante todo
una cuestion moral, y sso después
csttica, se caracteria por la utliza-
cién de un protagonista eolectivo, y
un tiempo y un espacio reduc. Sus
temas més frecuentes solin srl u-
cha por la vida en un medio social
y polticamente advers el trabajo,
‘como una realidad patética, y la in-
Jjusticia, como una manera dealertar
allectory agitar su concienca, como
preconizaba Suciro. Los lamados
neorreaistas, quienes intentaron dis-
tanciarse del realismo estitamente
critico, se valieron paraello de un na-
radar que va concediéndole a yor
fos distintes personajes y de un cier-
to simbolismo atmosfrico. Los me-
nos acomodaticios, como Aldecoa 0
Sinchez Ferlosio, aunque no fueron
Jos tinicos, culivaron una manera
distinta de observar Ia realidad, la
‘eistenca, e incluso una nueva con-
cepcién de la prosa, mas expresiva,
por més exacta y precisa
~En medio de la constante de-
fensa del género, la participacién en
concursos y la bisqueda -no siempre
sencillie de una editorial que apo-
yara dys obras narrativas breves (re-
‘cuérdese que los relatos de Aldecoa
aparecieron en editoriales modestas),
surgié. una recopilacién significativa
influyente, acogida por una casa
editorial académica, Gredos, la de.
Francisco Garcia Pavén, Anflogia
de cantistas espattolescontenpordneos
(1959), que tuvo un par de ediciones
rs con ciertos cambios, en 1966 y
1976, aun cuando su excesiva bene
volencia en la elecciéa de los autores
impidiera una cierta jerarquizacion
de nombres y obras. El mismo Gar-
da Pavén, director de la editorial
‘Taurus, le encargé por aquel enton-
‘es a Aldecoa una coleccién de Na-
‘racones (1961-1968), tal fue su titulo,
en la que aparecieron algunos de los
vokimenes que pronto recordare-
‘mos, u otros no menos singulares
de Carlos Clatimén, Juan Antonio
Gaya Nutio, Carlos Edmundo de
Ory y Ricardo Doménech. Respec-
10 a los premios, entre mediados de
Jos sesenta y de los setenta, surge el
Leopoldo Alas (1955-1969), cuya
primera convoeatoria gan6 un juve-
nil Mario Vargas Llosa con Loses,
dl Sésamo (1955-1967) y un par de
‘concursos que todavia hoy siguen far
ndose: el Gabriel Miré (1960) y el
-Hucha de Oro (1966). Pero visto con
la perspectiva que nos, proporciona
cl paso del tiempo, & diferencia de lo
Gqueba ocurrdo con la poesia ylano-
vela, los oncursos de cuentos apenas
hhan descubierto a nuevos autores, y
pparecen haber servido para que sur-
ja esa curiosa especie que son “los
fabricantes de cuentos para concur
sos”, que ya se daba en Tos cineuenta
sin que se haya extinguido ain hoy,
‘a quienes parodia con su habitual
ingenio Fernando Iwasaki en Espa,
apart de mi estas premios (2009).
sin embargo, el libro més
sorprendente y novedoso, tanto por
€l estilo como por la temética,a pesar
de sus innecesarias oscuridades, sigue
pareciéndome ede Juan Benet, Nica
Legards nada 1961), aunque en aque!
‘momento apenas nadie lo apreciara.
El euento via entonces, en perpe-
tua crisis, como ha sido siempre, en
la que los autores se lamentaban de
Ja escasa tencién que les prestaba la
critica y el poco aprecio que mostra-
ban los editores por el género. Pero
todo ello no impidié que narradores
de otras hornadas sacaran alahuz o-
[imenes de gran calidad, tanto en el
interior como en el exilio: Doce cuentas
(7 uno mds (1956), de Lauro Olmo; La
erdadera historia de a muerte de Francis
Franco otros cuentas (1960), de Max
Aub; y Curios republicanos (1961), de
Francisco Garcia Pavén. A los que
habria que afadir los nombres de
Camilo José Cela, Carmen Laforet
(la reciente recopilacion de su Cara a
maga 9
don Juan y cunts compas nos depara
muy gratas sorpresis), Jorge Cam-
pos, Alonso Zamora Vicente, Vicea
te Soto, Arturo del Hoyo, Fernando
Quifiones, Juan Garcia Hortelano,
Jorge Ferrer-Vidal, Antonio Pereira y
"Francisco Umbra, ferviente defensor
del cuento abierto, en el que nade se
cuenta, ¥, desde luego, el pufiado de
execlentes narradores del exlio re-
publicano, cuya obra, en el mejor de
Tos casos, reibimos siempre con un
cierto retraso. Me refiero a Ram6n J.
Sender, Rosa Chacel, Manuel Cha-
ves Nogales (A sangre 3 fuse, 1987),
Rafael Diese (Hiri inaencions de
‘Félix Muriel, 1943), Francisco Ayala
(Los usupadores, 1949), Alvaro Fer-
nnindez Sui (Se abe wna furl.
1959), Segundo Serrano Poncela (La
sade, 1956) y Mansel AndGjar. Al
respecto, debe consultarse a cuidada
antologia de Javier Quifiones, Sélo una
larga espera. Guta a exit republican
‘spa (2006), Sobre el conjunto det
siglo pasado, es de obigada consulta
la recopilacin de Joré Maria Mer-
no, Gien as de cuts. 1896-1998.
Aniologa del cuenta expatol en castellano
(1998); y para los autores del cin-
cuenta, en concreto, debe verse la de
‘Ana Casas, Ves dienes Curnts de lt
‘generac el meds (2009).
EI denominado boom _latino-
americano, junto con la lsmada
de afencion sobre sus antecedentes,
cambié radicalmente el panorama,
no sblo por el prestigio de la obra de
Borges, Rulfo y Cortézar, sino tam-
bign porque otros escritores, como
Alejo Carpentier, Virgilio Piiera,
Garda Marquez, Vargas Llosa 0
Carlos Fuentes, habian cultivado cl
sgénero con notable fortuna. En pri-
‘mer lugar, el cuento era para ellos
tuna forma prestigiosa, no en vano
algunos se habjan consagrado como
narradores de proyeccion internacio-
nal, asi Borges 0 Cortizas, con sus
relatos, un concepto que Fevindiodnami idl
pelata | Wente
>
autor de Rayuela, frente al de cunto 0 { ta del género. A los citados narrado- | (La marca de Greta, 2008), Fernando
naraciones que solian uilzat os expa- | res habria que sumar el nombre de | Clemot (Estanes del Qhiado, 2008) y
“Toles, Infectadas casi todos de realis- | Juan Marsé, cuyo Teniene bravo (1987) | Javier Siez de Ibarra (Mirar el agua,
‘mo. Las excepciones puedesnverse | tiene al menos un par de piezas,la | 2009). A los que podsian afiadirse
en la antologia de Ana Casas y Da- | que da siulo al conjunto e “Historia | los nombres de Cristina Grande (La
vid Roas, La realidad ool. Cumles | de detectives", que podrian figurar | novia parapente, 2002), Berta Vias Ma-
fethsticas spatoles del siglo XX (2008). | en los balances més exigentes. hou, Mercedes Cebrin (El malestar al
En segundo lugar, el reato fantastico En estas dos Gkimas décadas, | alcance de todas, 2004), Berta Marsé,
nos proporcionaba una viién mis | el cuento espaiol ha pasado por i- | Patricia Esteban Eés, Pilar Adén
util y compleja de la realidad. ¥, por | versos avatares, viniendo a cuajar en j (El mes mds erue, 2010), Trene Jimmé-
‘imo, el relato offecta una distan-} un puiiado de nombres nuevos que {| nez, Elvira Navarro y Lara Moreno.
Gapefeca paral xprinetain, | yaa Sinaes del XX y eominas del | Qué carter la narativa brove
| XXI apuntan excelentes maneras. | de estas nuevas autoras? En eneral,
aunque esto se acentv con los as, | i
Se trata de Agustin Cerezales (Pir | eientan historias cont
cuando la novela en lasprosrimerias caeivtan historias contempordneas,
‘del XX, se hizo mis conservadora. | verdes, 1989), Antonio Soler (Extayé- | urbanas, casi siempre sentimentaes,
‘Asi las cosas, entre mediados | rs en la nck, 1992), Mercedes Abad | realistas, alternando narracion y dié-
de los sesenta y setenta hubo unos | (Amigo fatasmas, 2004), Eloy Tizin | logo, escrtas en un estilo excueto, a
aos de un cierto decaimiento en la | (Télocidad de lr jardnes, 1992; Pasa |. veces poco claborado, aunque quiz
| dos, 2006), Juan Bonilla (El que apagr | sea el vehiculo més adecuado para
a luz, 19045 y Tanta gente sla, 2009), | lo que pretenden contarnos. Resul-
Carlos Castin (Fo de vivir, 1997) Jae
Tivos iportantes pertenecentes a | vier Gonzdlez (Fgoriies ex Alale, | complaciente con ls nuevos wsos y
[Juan Bdvardo Zsihiga (Large noiantre | 1998}, Gonzalo Caleedo (Temporada | costumbres, aunque los personajes
“de Madsid 1980), Cristina Fernindez. | de furaanes, 2007) y Adolfo Garcia | suelan aceptar sus problemas yfraca-
CGubas (Mi hermana Elba, 1980) y EX | Oriega (La rua. de Wateroo, 2008), | sos con una cierta resignacién, vayan
ther Tusquets (Site mradaserun miono | muchos de cllos recogidos en la an- | étos de la enfermedad al adulterio 0
‘piv, 1981). Este grupo de autores | tologia Los cums que cuenan (1998), | la insatstaccidn, como males propios
fe comolidaria, sobre todo, duran- | que-preparé junto a Juan Antonio | delos mediocresy malos tiempos que
te sa misma década, junto a ottos | Masoliver Rédenas, quien también | Jesha tocado vivir. Da gusto, por tan-
nombres libros, como los de Alvaro | ~pot certo-es.un singular culdvador | to, encontrarse con unas escritoras
Poinbo (Relat sobre la fala de sstan- | del rato. dduefias de un proyecto literario sen-
ia, 1977), Luis Mateo Diez (Brasas de Por fin, de entre las mis re- | sato y coherente, ambicioso, clasico y
‘gute, 1989), José Maria Merino (EI | cientes recopilaciones del cuento | moderno.a la vez, més o menos cva-
Sige pede, 1990; y Cuts dl Barro | expattol, destacaria la del inqucto | jado, cuyo empefo no parece esti
ded Refi, 1994), Enrique Vila-Matas | Andrés Neuman, Pegudias esl. | baren alcanzar todo premio literario
(Suiits Gemplares, 1991; Hes sin ki |All del mao cunt espaol (2002), | que asome en el horizonte, ni tampo-
“ts, 1993), Ana Marfa Navales (Cuen- | avalada por un prélogo de José Ma- | co en hacersc las madenas. Con todo,
‘ede lomabuy, 1991,Jaier Maras | via Metin. Los nuevos nombres, ya | lama a atencl las eScasasreleren-
(intas elas duermen, 1990; y Cuan- | en el siglo XXI, con sus libros més | cias que encontramos en sus decla-
fai marta, 1996), Juan José Mills | significaivs, podrian ser lossiguien- | raciones a la tradicién narrativa en
(Bimavera de lito y ors cunts, 1992), | tes: Manuel Moyano (El amigo de | castellano, siendo tan fecunda. Casi
Pedro Zarralukic Ignacio Martinez | Kjla, 2001), Pablo Andrés Exapa | todosestositimos nombres que ven-
dle Fishn (Aeropuerto de Fcha, 2008, | (Las elips del cronsta, 2003}, Angel | go aduciendo aparecen recogidos en
narrativa breve, cuya recupei
empezb a producirse en los prime-
10s ochenta, con la aparicién de tres
ta, asi, en suma, una Biteratura poco
donde se recogen sus mejores cuen- | Zapata (La vide ausente, 2006), Angel | la antologia Sig XXL Las mucosnom-
tos). Todos estos autores aparecen | Olgoso(Astoabi, 2007, y Ls liquaes | bres del cunt expaol actual (2010), que
cen mi recopilacién Son cunt Anto- | del sue, Relat, 1880-1995, 2010), | he compuesto en colaboracién con
dof de lato breve expo, 1975-1993 | Andrés Neuman (Et iitino mins, | Gemma Pellicer.
1998}, que cuenta ya en su haber | 2007), Ricardo Menéndez Salmén Pero, ademés, de entre Ios i=
on cinco ediciones, en un momento | (Gritr, 2007), Hip6lito G. Navarro | bros mas logrados, os que parecen
cen que se hace balance del rnacnion- ' (El pec vlad, 2008), Oscar Esquivias " haberse convertido ya en referencia
maga 10fen lo que levamos de nuevo siglo, {| nas pequefias editoriales, como
figuran Capital de la gloria (2003), de | Paginas de Espuma y Salto de
Juan Eduardo Ziifign; Lar grails | pagina, de Madrid; Xordica y
gos 2004), de Alberto Méndez, con | Trota, de Zaragoza; y Menos-
‘mas de 250.000 ejemplares vendidos; { cuarto, de Palencia, consagra-
yy los multipremiados Las pees de le | das casi en exclusiva al género,
‘anargura (2006), de Fernando Aram- | como apenas nunca hi
baru, y la recopilacién de Tider las | rrido antes. Y premios como el
cunts (2008), de Cristina Fernindez | NH Vargas Llosa, el Sctenil y el
Cubas. mas reciente Ribera de Duero,
Desde que Forrest L. Ingram | que tanto estin contribuyendo a
llamé la atencién sobre los clos de | amar la atencién y a hacer vi-
cuentos (Short Story Cycles of the Tiwen- sible el género, entre un piblico
fit Contry. Studies ino Ltrary Gee, | més amplio.
1971), valgan como ejemplos pio- Sea como fuere, ya pesar
neros Dublineses (1914), de Joyce, o | de todos los lamentos y pesares,
Winesburg, Oko (1919), de Sherwood | en este éiltimo medio siglo, me
‘Anderson, algunos narradores han | parece que el cuento ha dado en
uilzado este sistema en el que las | Expavia excelentesfrutos; buena
prueba de ello son los autores
¥ libros citados, en los diversos
matices que van del realismo
ris estricto a los diferentes ri-
betes que offece lo simbélico 0
obliga al autor a pensar, més que en | lo fantéstco, y sus posibles hi-
mera acurmulacién de niavas,en | bridaciones 1a mala salud de
tas diversas posibles trabazones del | hierro del cuento, su crisis per
conjunto. Ademés, esta nueva idea, | manente,o ha convertido en un
nos ha Uevado a releer la tradicién, | territorio, ante todo, de libertad
haciéndonos entender quelibros que | y experimentacidiyA la vista de
hoy solfamos aceptar cémo novelas | los numerosos autores j6venes
secomprenden mejor como ciclos de { que lo culivan, asi como de la
‘cuenios, como ocurre con Las afuras | calidad y ambicién de sus pri
(1958), de Las Goytisol; Fig hiso- | meras propuestas, el panorama
rias de Castilla la Vij (1964), de Mi- | futuro se revela muy esperanza
‘quel Delibes, los ctados volimenes | dor
de Buther Tasquets y Alberto Mén-
dea, 0 Ladera norte (2001), de Berta
ppiezas individuales aparecen interre-
lacionadas, para organizar sus libros
de relatos, procedimiento que no re-
sulta mejor ni peor, sino que produ-
ce en los lectores un efecto distinto y
‘Vias, y La ciudad en insirno (2007), de
Elvira Navarro.
Pero, sin embargo, el fenme- |
As novedoso y signficat ———
no més novedoso y significativo quiz | FEISS Vass Expaia, 1954. Profesor de lNeratura Expofole Conlemporénea en fa
sea el papel que viene desempetan- | Upivesided Aunome de Breeton. He pbicado Lo eseonsa deo Ierohra on
do internet, a través de las bitacoras { el franquismo (1936-1951) (1983) Autor de antologias: Son cventos. Antologic del
¥ BEBE we, Torna ideal para | ele breve expel, 1975-1999 (1993) y Lov ctor ue cveton (1998; en colo-
aera ee tena Laetsan | boven con hen Aron Movlver Réders)ycon Nev Rtge Ona Lor mi
| Groots de "Gumere’ (2005) En 1999 cbr con een as Panera eX Premio
ns de_| ffamadanl Comer, or Sia fumbe see, Memerarconvertades con Ferenc
nuevos nombres, medians crticas y | \ls (2000). brs redentes La realdodiventade Andi cn de lo ova ox
centrevistas, Tampoco deberia alvi- | paola actual (2003), El artieuo literare. De Frandice Ayala a Javier Cereas (2006)