Querido Mozart,
Cuando escribe una misa, Mozart no piensa que Dios sea sordo. A
diferencia de los romnticos y de los modernos, no compite con el cielo
en potencia sonora, ni emplea, para que lo escuchen, coros y orquestas
numerosas como el ejrcito chino.
Pero adems, cuando escribe una misa, hace ver que tampoco el
hombre est sordo.
Et incarnatus est.
2
ERIC-EMMANUEL SCHMITT, La mia sotria con Mozart, Roma 2005,
76-79