Todo se sabe, y nada cambia
Las dinamicas de clase contra los conocimientos
Christian Baudelot
A lo largo de los afos sesenta se activé un nuevo conocimiento sobre la escuela en
Francia. A las ilusiones de una escuela liberadora que contribuye a la emancipacién moral €
intelectual de los individuos y al ascenso social de los slumnos mis meritorios, cualquiera sea su
tigen, se superpone un cuadro més oscuro. Fundado en constataciones objetivas, observaciones
estadisiticas y estudios de campo, este cuadro sociolégico, cuyos primeros productores fueron los
demégrafos del Instituto Nacional de Estudios Demogeificos y los socidlogos Bourdieu y
Passeron, cuestionaba las representaciones tranquilizantes vehiculadas por el saber dominante,
jimemente compartido por los docentes y el conjuntos de los ciudadanos de ese momento.
Desde fines del siglo XIX no hubo ninguna investigacién de envergadura que permitiera
hhacerse una idea del estado y del grado de democratizacién del sistema escolar de nuestro pais,
Recién a parti de 1962 se lleva cabo en el Ined [Instituto Nacional de Estudios Demogrificos}
una investigacién longitudinal, dirigida por Alain Girard y Roger Bastide, que tiene en cuenta el
lumnos que ese aio habian entrado en sixime’, Esta
escolar de un vasto grupo de
n tuvo el inmenso mérito de inaugurar una nueva era en el anilisis sociolégico de la
sociales reales que esta tenia en nuestro pais. En primer lugar,
proporcionaba a todo aquel que quisiera estudiar el rol de la escuela en la sociedad un banco de
datos nacional de gran calidad. La misma cohorte de alumnos era estudiada cada aio a lo largo de
su itinerario escolar, tanto en sus triunfos como en sus frneasos. Se identificaban los procesos de
otientacién y relegacién, asi como las etapas decisivas. Gracias a los cuadros que cruzaban
sistes
fticamente variables de base (edad, sexo, profesion de los padres, nivel de ingresos, ete.)
con comportamientos escolares tales como la repeticién de un curso, la obtencién de un trabajo,
€l éxito escolar y Jos mecanismos de orientacién, una de las funciones sociales de In escuela
manifestaba con claridad. El itinerario escolar de una cohorte representativa de alumnos s
relacionaba con un proceso de seleccién y de eliminacién social. Aunque al comienzo era
minoritario, el peso relative de los aiios de las sociales mis favorecidas no dejaba de
acentuarse con el tiempo en desmedro del de los nifios provenientes de las clases populares:
‘obreros, empleados, campesinos. Se trataba de un fenémeno de gean aleance, ya que, desde la
clase de séxitme primer aio del ciclo secundatio~, el 76% de los hijos de ejecutivos cursan el ati,
‘que les corresponde, ¢ incluso estin avanzados en los estudios, mienteas que el 64% de los hijos
de obreros acusan algiin retraso en la escolaridad,
Ademis de esta primera
wedicién de las desigualdades escolares en In escuela, los
cespecialistas en estadisticas del Ined hacian (sobre la base de los hechos) otro descubrimiento de
un aleance considerable y del cual Bourdieu y P:
Contrariamente a lo que se decia y a lo que se ere
no se explicaban por las diferencias de los ingresos de las familias, sino por ln bred
de los padses. La famosa teoria de la autonomin del capital cultural fue pues
pequetios cuadros estadisticos elaborados por Paul Clerc
seron sacaron sus conclusiones de inmediato,
a ladades sociales frente a la escuela
de nivel de
instrucci
evidens
por primera ver en d
primero cruza la supervision familiar del trabajo escolar del nitio en el hogar, sus logros escolares
y el diploma que tienen sus padres, y el segundo crwza el éxito escolar, el ingreso mensual de los
iquivalente a Seato Grado en las escuela de la Ciudad Auténoma de Buenos Aires. (Nota de faT.]
* Paul Clete, La famille et orientation scolaire au niveau de (a sixiéme, investigacion de junio de 1963 en Paris
yy sus alrededores. Population, 1964. n°padres ambos casos las conclusiones son contundentes: no hay
relacién entre la frecuencia de la intervencidn de los padres y el nivel de logros escolares. La causa
del éxito escolar del nino no se basa en el soloo el hecho de intervenir en su vida escolar, sino
mis bien en la riqueza y en la manera en que esa intervencidn se produce, lo que puede ir desde
tun simple control disciplinario hasta un verdadero rol de «preceptor ». Por otra parte, a igual
diploma, los ingresos no ejercen ninguna influencia sobre los logros escolares del nitio. Todo esto
lleva a Paul Clete a formular por primera vez en 1964, anter que Bourdieu y Passeron, uno de los
principios de la teoria de la autonoméa del capital cultural: « La accién del ambiente familiar sobre
el éxito escolar parece entonces algo exclusivamente cultural. » Pero quién lefa en. esa epoca la
revista «Population» ?
su nivel de insteucci6n. E
Se creaba asi un nuevo objeto cientifico, se inquguraba una nueva manera de estudiar el
sistema escolar, se abria un nuevo campo de luchas sociales cuyas implicancias politicas eran
cvidentes. Todos podian aduefiarse de esta nueva sociologia de la asignacién y de la manipulacién
de los bienes simbélicos y culturales. Los s
cidlogos, por supuesto, pero también los actores
sociales. Bourdieu y Passeron hicieron de esta nueva sociologia de la edveacién un arma politica
de la que se apropiaron de inmediato los militantes del moviemiento de Mayo del 68, y muchos
otros después de ellos
El gran avance de Bourdieu y Passeron, asi como de otros que han producido en la misma
is del mismo tipo, fue transformar por completo la visibn que se tenia de la escuela y
colar. A partir de Lar leredems no s6lo cambié la mirada de los socidlogos, sino
también la de las amasasy: docentes, estudiantes, padres y asociaciones de padres de alumnos, etc.
Desde esta época fundante se han multiplicado las investigaciones sociolégicas, las
mediciones estadisticas, los estudios de campo. Lejos de limitarse a repetie las constataciones
generales a escala macro social, estos procedimientos han delimitado con mas precision cada
dimensién concreta de esas desigualdades sociales frente a -y en la escuela. Se midié el efecto
establecimiento, el efecto clase, el efecto maestro. Se evalu In incidencia del tamaao de las clases
y-de la composicion social de los establecimientos sobre los logros de los alumnos. Los grupos de
nivel no son mis eficaces que las clases heterogéneas para disminuir la tasa de fracaso escolar. Se
ha comprendido que, para un medio social de igual origen, las nifias obtenian, en todos los
sectores sociales, mejores resultados que los nit diferencias de
yque la ito escolar sein el
estrechas entre las nifias. Determinadas poblaciones han sido objeto de
igen social eran ma
estudios profundizados que se extienden en el tiempo: hijos de inmigeantes, alumnos cuyos
padres eran obreros de la industria automotriz, hijos de campesinos, de ejecutivos, etc... Las
Pritticas culturales de los alumnos fuera de la escuela fueron inventariadas y analizadas en todos
sus aspectos. Se implementaron abordajes cada vex mas sofisticados, tanto en la investigacion
genetalizacion del razonamiento « Ceteris paribus sie stantibusy como en la
observacién etnogrifica y las entrevistas. Paneles regulares han estudiado en un modo
s de diferentes
ambientes. Milgro excepcional en el universo de la sociologia: esos conocimientos nuevos eran
acumulativos. Cualquiera fues ores, los resultados eran
convergentes. En sintesis, veinte anos después ‘I mundo escolar se habia
convertido en un mundo transparente. Ningiin aspecto del tema, ningtin recoveco de la
institucién habia escapado a la mirada de los socidlogos.
longitudinal el desatrollo de las carreras escolares de los alumnos provenis
Jn orientacidn teérica de sus
todo.
Incluso las excepciones podian explicarse: por ejemplo Tos logros improbable
obreros que entraban en las Grands E
instituciones cientificas donde s
de hijos de
"es 0 hijas que entraban por la puerta grande en las
¥¢ requiere espiritu de competencia y virtuosismo en ma
fica‘Tres constataciones unanimes: 1. Las desigualdades sociales son fuertes y acumulativ
Son conocidas por todos y se manifiestan de manera abierta; 3. Lejos de disminuir, se reproducen
de aiio en afio, de decenio en decenio, de cauario de siglo en cuarto de siglo.
'n otras palabras, aunque en la actualidad se sepa todo sobre la amplitud y la génesis de las
desigualdades sociales en la escuela, nada cambia, sino que se reproducen de aio en aio, de
igeneracin en generacién, a un nivel clevado, sin aumentar verdaderamente, pero también sin
disminuir. El conocimiento es aca impotente para transformar el mundo social. Y esto sucede a
pesar de su objetividad y de su gran dif sin. Los trabajos de los socidlogos de la educacién en
Francia siempre han tenido buena acogida en la prensa y los medios de comunicacién. Medio
siglo de produccién de un conocimiento nuevo no ha logeado cambiar el mundo escolar.
Las razones de esto son miltiples. Unas se refi
Estado a largo plazo, abiertamente orien
wren a la ausencia de una accién politica del
lv hacia Ia reduccién de las desigualdades sociales ante
la escuela. Oteas, mis recientes, a las estrategias agresivas levadas a cabo por las familias
intelectuales para ubicar a cualquier precio a sus hijos en los mejores establecimientos,
engendrando entonces una competencia feroz para apropiarse dle la mejor parte de la escuela
piblica. Otras, se refieren a la segregacién espacial de las grandes ciudades, que concentran las
poblaciones frigiles en los sectores desprovistos de recursos, esta ausencia de politica urbana ha
acentuada dramiticamente las desigualdades entre los establecimietnos, haciendo de algunas
escuelas y de ciertos wléges verdaderos guetos. Las pricticas pedagdgicas de los docentes también
influyen, ya que estos pr
mismo suede con el cont
ren dirigitse a los mejores alumnos, y no a los del fondo del aula, Lo
ido de los conocimientos dispensados, etc. La lista de estos factores
cs larga, y mi propésito aqui no es hacer una enumeracion.
Pero volvamos a los conocimientos y a su alteracién. El conocimiento nuevo, producide
por los socidlogos de la educacién, también es objeto de alreraciones singulares. Un nuevo
siempre contra las representaciones existentes. Durkheim funds la
jonando a las prenociones, esas representaciones espontneas del funcionamiento
al que obstaculizan un conocimiento objetivo e impiden considerar los hechos
sociales como cosas. Bachelard ha dicho a menudo que las evidencias primeras eran los primeros
exrores. Habl6 de obsticulos epistemologicos y demostré que al luchar eontra ellos se labora el
conocimiento objetivo, La concepcién ptolemaica del mundo, que ubica la tierra en el centro del
univers, ha constituido durante mucho tiempo un obsticulo epistemolégico de envergadura
para comprender el sistema solar. Contra esta representacién, Copérnico y Galileo han logrado
imponer, con mucho trabajo, auevos conoeimientos. Un conocimiento nuevo se edifiea sasgando
Ia vela de las ilusiones que cubren la realidad, ilusiones necesaias para el correcio fancionamiento
de la realidad social, pero que son obsticulos epistemolégicos para la edificacién de nuevos
conocimientos, mis objetivos.
Uno de los blancos principales de los productores de esos nuevos conocimientos sobre la
realidad escolar era lo que s
espontinea, se habia expandido entze los docentes. Al observar que los alumnos tropezaban,
durante el aprendlizaje, con diferentes dificultades, por lo cual algunos aprendian bien y otros mal,
Jos buenos alumnos eran considerados como «dotados», es decir como individuos que habian
recibido desde el nacimiento, por la co:
ha llamado «la ideologia del don». I funcionar como una ideologia
titucién natural de su cerebro, dones especiales que les
petmitian aprender ripidamente y con facilidad a leer, escribir y contar. Incluso, algunos estaban
dotados para la matematica, gracias a un érgano particular de dudosa ubicacion, pero ci
presencia bastaba para hacer buenos matemiticos. Los otros, los eno dotados, carecian desde el
principio de ese don salvador, a tal punto que los resultados escolares registraban las diferencias
de constitucién natural e
re los individuos. Contra esto los docentes no podian hacer mucho, yaque se tr
ya que remiti
a de un hecho consumado, un hecho natural, Esta representacidn era tranquilizante
y liberaba a los docentes de toda responsabilidad en el asunto.
alanaturaleza
La publicacién de Henderas fae una tormenta en medio de un ciclo calmo. De golpe, el
paisaje se convulsionaba en su totalidad. Las desipualdades sociales ante la escuela eran
adesveladas» y nadie habia sospechado su aleance. Las chances de entrar a la universidad para el
hijo de un ejecutivo o de un profesional liberal era, respectivamente, 80. y 40 veces: més
umerosas que las del hijo de un asalariado agricola y del de un obrero. Las razones de esto eran
menos econémicas que culturales. Lejos de ser inocente, Ia escuelt contribuia activamente a
producielas en su accién cotidiana. Los «responsable» no se encontraban solamente en el
Ministerio y en el gobierno, sino también en las pricticas pedagégicas cotidia
de todos los niveles, en los comportamientos familiares inconscientes que penalizaban a los
menos dotados por el abismo enize la cultura escolar y la cultura familiar y dinamizaban a los
otfos. por la transmi
de los docentes
cosmética de los cédigos y de las posturas morales y culturales
escolarmente rentables, De ese modo, todos se encontraban involucados en esos
descubrimientos. Entonces fue evidente que la escuela, institucion que antes era banal y
despreciads, jugiba un papel decisivo y central en los modos de reproduccién de las
desigualdades soci
¢ momento, a lo largo de los aiios inmediatamente anteriores y posteriores a
se apropiaron del descubrimiento de los socidlogos. Se convencieron
progrestvamente de gue In naturaleza no tenia macho que ver en el asunto, y en cambio la
y era importante, Devoraron todos los libros de los
socidlogos sobre el tema. Improvisaron, individual y colectivamente en sus clases, en. sus
establecimientos, contrapricticas que apuntaban a neutralizar los efectos de clase en los
conocimientos dispensados como en las pricticas pedagégicas. Pensaban que ningiin alumno, 2
prior, eca «un negadow y teataban de enseitar a partir de las experiencias de ead alumno, de lo que
sabia, de lo que lo motivaba, Ein algunas escuelas y asociaciones el periodo posterior a mayo del
68 se caracteriz6 por una gran ebullicidn, por cuestionamientos individuales y colectivos, por
innovaciones. Se pedia el auxilio de las «ciencias de la educacién y la sociologia.
Y luego, a Io largo de los afios setenta, la desocupacién generalizada hizo su apaticién
como consecuencia de las primeras crisis del petrdleo. La escuela y la formacién de un capital
hhumano de calidad se convirtieron en preocupaciones que poco a poco penetzaron en todas |
familias. Todos habian comprendido muy bien la lecci6n de los socidlogos y de los economist
de la educacién. Cuanto mas lejos se llega en los estudios, mis diplomas se adquieren y menos
de la teoria del capital humano que
humano es un factor de
riesgo existe de ser un desocupado. La versién colecti
consiste en demostrar que para un pais, un Estado, un
produccién, de riqueza y de crecimiento, ha dado lugar, poco a poco, a la version privada del
capital humano; cuantos mis aitos de estudio y titulos universitarios acumule, menos desocupado,
staré y mas alto seri mi ingreso. Estoy convencido de ello y teataré en lo posible de que mi hijo
aplique esta ley
nacion, el capil
La reduccién de las desigualdades sociales en la escuela déja de
Los docentes mis combativos y mas militantes habian puesto a prueba
+ entonces una prioridad.
nmensa resistencia que
ofrecia el sistema escolar a reformarse, a cambiar. Habjan sentido hasta qué punto era dificil
luchar contra las corrientes domianantes para dar ms oportunidades a los nifios de origen
popular. Poco a poco, los docentes dejaron de interesarse por los trabajos de los socidlogos de la
educacién, a los que acusaban de socavar i moral. Poco a poco, transformaron el nuevo
enta, El proceso era simple. Se trataba de acerear lo
desconocido « lo conocido. No negaban los hechos ni el peso de las diferencias culturales de
tigen. Comprendian que el hijo de un obrero tenia dificultades en asimilar conocimientos y
conocimiento producido en los aiios stécnicas que los hijos de ejecutivos aprendian «naturalmente» en sus familias. Peto hi
esta determinacién del fracaso escolar por el origen social una nueva fatalidad. Era ast y nada se
podia hacer al respecto. Los niios no nacian en igualdad de condiciones, algun
favorecidos por su medio de origen y otros eran desfavorecidos. Los primeros tenian éxito y los
segundos fracasaban, La escuela no tenia nada que ver con el asunto, y menos ain los doc
A la fatalidad biol6gica de la ideologia del don, sucede una fatalidad més moderna, la fatal
social del origen de clase. Y contra las fatalidades, como se sabe desde In antigitedad, nada se
puede hacer... Un destino es un destino. Y hay destinos soci
Sin duda los socidlogos no son completamente inocentes en esta historia, Cuando se releen
los trabajos de los afios sesenta
fenta, se ve que la determinacidn de clase se formulaba como
una ley de funcionamiento rigido e implacable de un sistema social. Al luchar contra la ideologia
orginica del don tratando de develar de manera espectacular el aleance de esas divisiones sociales
producidas por ln institucién escolar, los socidlogos han golpeado duro, més
persuadidos, a la sombra de 1968, que sélo una revolucién global podsia transformar por
completo la explotacién de clase, la opresién ideolégica y la dominacién burguesa. (Fuera de la
gran revolucién proletaria no habia salvacién! No habia margen para la patticipacién de los
actores para poder modificar al menos un poco el curso de las cosas, ya que no podian
transforma
Los
anilisis mi
‘ocidlogos mas jévenes y menos influidos por el marxismo han realizado una serie de
s locales desconfiando, a veces con raz6n, de las generalizaciones abusivas producidas
por las grandes medidas macro sociales. El origen social deja de ser entonet
explicacién. Se piensa a escala local, se trata de penetrar en el interior de la «ea
mucho en los mi
rgenes de maniobra, en Jos mirgenes de libertad. Los
sociologia del actor no obtuvieron mejores resultados. La realidad social de la it
eguidores de una
juci6n escolar
se les resistia tanto como a sus predecesores, politicamrente mis comprometidos.
La sociologia de la educacidn tiene el inmenso mérito de ofrecer a sus productores el
‘campo de un conocimiento acumulativo. Los socidlogos pueden injuriarse, despreciar los
s y paradigmas del otro. La oposicién frontal entre sociologia del actor y sociologia de la
reproduccidn ha tenido un lugar destacado durante largo tiempo. En cuanto se toma un poco de
distancia, es evidente que todos los conocimientos elaborados en ese campo se completan y se
refuerzan mutuamente. Por eso los socidlogos han enriquecido su saber a medida que el sistema
escolar evolucionaba.
Desde hace unos diez afios, los docentes manifiestan de modo cada ver mis colectivos y
determinados un conjunto de insatisfacciones que Ia prensa dlenomina pricicamente wmalesiar
docentory que los interesados experimentan mas radicalmente como un «onpleto hartaxgon. Mis alli
de las reivindicaciones, a menudo estrictamente cuanti ‘que reclaman siempre mis medios
(créditos, puestos suplementarios, etc.) se trata de un suftimiento social en el pleno sentido del
término. Las razones de ese malestar docente remiten, en efecto, a las recientes transformaciones
del sistema escolar que, en parte, han convulsionado el ejercicio de su trabajo. El principal foco
del descontento se encuentra hoy en la ensefianza secundaria. E] malestar docente es muy
perceptible en los colegas de los liceos. La mayoria de los profesores de las escuelas primarias y
de la enseanza superior no participa de este malestar. Este sufrimiento social proviene de la
diferencia —que a menudo toma la dimensién de abismo~ entre las expectativas profesionales y
sociales de los jdvenes profesores que se hacian una determinada idea de su oficio de docente y la
realidad que descubren sobre el terreno. Esta diferencia se exacerba cuando se trata de docentes
que han pasado por las clases preparatorias, a menudo provenientes de medios sociales
favorecidos, que han clegido estudios literarios (letras, lenguas, historia, filosofia), que a menudo
son enviados «al frente de batalla» en los anllger y los liceos de los suburbios. Descubrenincrédulos y asombrados, sobre todo en el cage, una realidad social y escolar que no imaginan.
como incultos (segdin la formula consagrada «ni veinte palabras de vocabulacion, enganchados en
Ia cultura televisiva y visual, alienados. por las «marcas», los alumnos aparecen como monstruos,
Los relatos de los docentes manifiestan bien esta desilusién, esta diferencia entre Ia. primera
ambicién (ame habia dicho a mi mismo que convertirse en profesor era un medio para
convertiese en intelectual con un costo bajo») y el trabajo cotidiano del docente, a menudo
ingeato, en ocasiones apasionante. De esto resulta un suftimiento social que no hay que
subestimar,
De hecho, desde hace unos veinte afios, cierta cantidad de objetivos sociales atsibuidos a la
escuela por sus fundadores parecen cada vex mis dificiles de aleanzar. 2Y qué sucede con la
I de base? 1.as evaluaciones sucesivas ponen de manifiesto que a la salida de
‘una proporcién sustancial de alumnos no domina correctamente las técnicas
de lectura. Algunos, inclusive, tienen dificultades para leer a primera vista. Los ministros se ven
obligados @ implementar planes de envergadura para luchar contra el analfabetismo. 2Y la
cohesi6n social para la intégration intelectual y moral? Muchos, y cada vez més mediatizados, son
los casos de violencia en la escuela que cuestionan Ia autoridad de la institucién, y sobre todo, el
caricter universal de la cultura escolar. Sin tener nada en comin con los valores y los
comportamientos de las nuevas generaciones de jévenes de los suburbios, criados en higares
minados por la desocupacién o el sub-empleo, la cultura escolar tradicion:
totalidad. 2Y la integracién mediante la aplicacién a todos de una regh comin de laicidad, que
obliga a las diferencias ligadas a la cultuea de origen y a la religic arse solamente en la
esfera privada, fuera del santuario escolar? El barullo mediitico y politico organizado alrecerdor
del llamado asunto del «velo iskimico» muestra que el combate de la Inicidad est lejos de ganarse
a qué sucede con una escuela &
es rechazada en su
nica, la misma para todos, independientemente de los origenes
sociales? La escuela republicana con la que sofaba Jules Ferry se ha convertido en un lugar de
nuevas segregaciones. Las desigualdades tradicionales, y a menudo invisibles, entre clases
se han reforzado con segregaciones espaciales que estallan a la luz del dia. Nuevas grietas
abrieron entre los establecimiento del corazén de las ciudades, relativamente preservados de las
convulsiones sociales y frecuentados principalmente por alumnos provenientes de los ambientes
sociales,
intelectuales y favorecidlos y los cvlges 0 los liecos de los suburbios, algunos de los cuales se
conviertieron en verdaderos puetos que sélo reciben hijos de inmigrantes.
de Ia periferia también son también aquellos a los asignados autoritariamente los javenes
docentes desprovistos de experiencia profesional. Esta segregacién espacial de la institucion
escolar, radicalmente nueva en Francia, se realiz6 progresivamente por la concentracién de nifios
de ambientes favorecidos en los establecimientos del centro de las ciudades y pore su desercién
de los establecimientos situados en «onas sensible. En ln actualidad esta segeegacion se
encuentra consageada y legitimada por un conjunto de medidas legislativas que tienden a ficmar la
sentencia de muerte del Colter Unique, instituido en 1975 durante el gobierno de Valéey Giscard
Estaing por el Ministre René Haby. Las dificultades que hoy encuentra la escuela piblica
aseguran un buen futuro a la escuela privada, que a menudo funciona como rueda de auxilio.
Alrededor de un joven alumno de tees pasa al menos una aio de su escolaridad en una institucion
privada,
Sobre todo, el réyimen anterior de los nivcles de aspiracién se ha transformado
profundamente, Bourdieu y Passeron habian mostrado que en los
populares participaban en parte en su autocliminacién del sistema escolar. «El liceo, decian estas,
no es para nosotros». Y Bourdieu describia esta actitud de resignacién —forma suprema de
interiorizacién de la restriceién social subrayando que Ikjos de tomar esos deseos como realidad,
tazonaban en sentido contrario, «tomando la realidad como si fueran sus deseos. En la
enta, las
6actualidad las cosas son diferentes. A lo largo de los thimos treinta aos, las aspiraciones
escolares de las familias, sobre todo de las Familias populares, no solamente han aumentado, sin
gue también se han transformado profundamente. La crisis del empleo, en efecto, ha asestado un
golpe mortal al modelo obrero de pasaje a In edad adulta, donde lo primero que importa es que,
lo antes posible, el joven acceda a un buen oficio, y pueda ganar su vida y fundar una familia.
Todas estas transformaciones son estudiadas de cerca,
nada cambia. La principal leccién es reconocer que la fuerza y la calidad de los conocimientos ¢s
aqui impotente para acotar Ia dinfmica de clase que se produce en el campo de la escuela, clos
intereses de las clases dominantes dan priotidad a la reproduccidn de las desigualdades sociales y
poco importa en el fondo que los hijos de las clases populares sean definitivamente relegados a
los margenes del sistema con tal de que se dispense una buena educaciin a los hijos de las elites?
analizadas, tomadas en cuenta, y
JNo hay que flaquear! {Continuemos el combate! En materia de conocimientos todavia
debemos hacer grandes progresos en un anilisis setio de los conocimientos que hoy se
transmiten y se inculcan en la escuela. gCual es exactamente el sentido de los contenidos de la
formacién de las calificaciones. Qué aprenden los alunos en la escuela? zCuail es la naturaleza
exacta de los conocimientos, las competencias, In capacidad de afirmarse personalmente que se
transmiten a los diferentes individuos por Ia institucién escolar? gLos conocimientos objetivos y
universales, del tipo sééll, que provendrian calificaciones descritas por las teorias del capital
humano? ¢Modos distintivos de acumular y de consumir patrimonio cultural? ¢Una adesion social
a formas arbitrarias de lo cultural? No es cuestidn de elegir entre los diversos aspectos de los
conocimientos que coexisten y cohabitan en el mis minimos elemento de conocimiento
transmitido. Se teata mas bien de analizar y de deseribir los modos de acticulacién y de
dosificacién de esas grandes funciones, incluso en el aprendizaje de los conocimientos
aparentemente mis universales, como las matemétiens. Lo que est en juego es importante
porque, al inseribirse en la orientacién de esta pedagggia ricional que Bourdieu y Passeron
anhelaban al final de Heredervs, la elucidactén de esos puntos que permanceian oscuros permitiria
establecer las bases de una transformacién democritica de la transmisin de los conocimientos.