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Haciendo historia no fue noticia 125mayo, Manuel Belgranodictésu testamento en que declaré he- rederoasuhermanoDomin- _go.Lonombré patronodelas ‘escuelas para cuyaconstruc- cién habia donado 40.000 pesosoroylepidié queseen- cargara de laerianza, manu- tencidnyedueaciéndesuhi- Manuela Ménica, alaque unacuadradeterrena El3de junio pasésucumpleaRios50 encompaniadealgunosami- osy sus hermanos Miguel, Domingoy Juana. El doctor Sullivan tocé el clavicordio para distraerlo de aquellos tremendos dolores finales, dela depresién quelecausa- basusituaciéneconémica. ‘Unos dias después tivo la aratasorpresaderecibirlavi- sitadesuqueridocompatero de armas Gregorio Aréozde Lamadrid, aquel guerrero temerarioquesl final desus “coleccionaria" misde cien heridas en su cuerpo. Recuerda Lamadrid en sus memorias:“Pasé asaludara rmigeneral Manuel Belgrano [-J-Loencontrésentadoen supoltrona ybastante ago- biado por su enfermedad. Mivistaleimpresionéenex tremo,nomenos quea mila suya’.Seestrecharonenun profundoabrazoy Belarano Jealeanzéumospapeles. Eran unasmemoriasquehabiaco- rmenzado aescribir Gregorio en Fraile Muerto dos afos atrs. Le pidié que las revi- ssaraylascontinuars: “Estos apuntesledijo-loshizous- tedmuyalaligerajesmenes- terquelosrecorray detalle mis prolijamente y me los traiga”, Hablaron de recuer- dos comunes, delos pastos quemados en Tucuman, de losdiasfelicesdeltriunfoyde lagravesituaciénquesevivia enesosdiasdeguerracivil, La noche del 19 de junio 1820, ailtimade Manuel eneste mundo, afiebreselo llevéporunratoalterrenode los recuerdos, aunasborro- sas imagenes infantiles en elmismobarrioylamisma habitaciénenlaqueahorase ‘morfa,losolores de naranjos yazahares, los gritos de los negros enel fondo de casa. Elviajea Europa, lasaulas, laschicasde Salamanca. Los debates en el Consulado, las noches robadas al amor de Josefa en su estudio eseri- biendo, Aquel olde Rosario, Jas baterias del Parana yla Bandera. El éxodo, los chan- suitos jujefios. La gloria de ‘Tucumén, elamor de Dolo- res suqueridahijitaManue- laMénica. El triunfodeSalta, ‘yese sabor delajusticia que tanto le costs degustar des- pues, Trataba de evitar los ‘malostragos lostraidores. Lanochefueagitadayalas 7 de lamatiana del 20 deju- | niode1820, sin que nadie lo notaraenesacabtica Buenos. Aires del “ia de los tres go- bernadores", moria Manuel La muerte de Belgrano Ensulecho de muerte, el creador dela Bandera aleanz6 adecirunas tl- timas palabras: “Yo espero que los buenos ciu- dadanos de esta tierra trabajarin para remediar sus desgracias. Ay, Patria mia.” & ‘MONUMENTO ENPLAZADEMAYO Belgrana muré e120 dejunio e 820. Solo un perocica 1 DDaspertadorTeofilontropic, io ‘uantade loocuria, ‘onsngtgnasgmtcom Belgrano. Alcanzé a decir unas iiltimas palabras: “Yo espero que los buenos cit dadanos de esta tierratraba- jarin pararemediar sus des- sracias. Ay, Patria mia” Dice Mitre que, al prac ra autopsia, el doctor | Juan Sullivan noté que Bel- ‘grano tenia uncorazén més grande que el comin de los ‘mortales. En junio de 2012, gracias a la invitacién del doctor Daniel Lopez Rosetti, realiz6enel InstitutodeCar- diologiadel Hospital taliano deBuenos Aires, Enélsehizo una interesante experiencia dereconstruceidnhistéricay médiea,que permitidllegara undiagnésticodelacausade Jamuerte: una insuficiencia cardiaca,queensuevolucién afecté también el funciona ‘mientohepaticoy renal ‘Sélo un perisdico de Bue- nos Aires, El Despertador Teofilantrépico,dirigido por celpadreCastafieda,diocuen- tadelo ocurrido:“Esun des- hhonoranuestro suelo,esuna ingratitud queclamaelcielo, eltristefuneral,pobreysom brioquesehizoenunaiglesia Juntoalrio,alciudadanoilus- tre general Manuel Belgra- no". Nila Gaceta, que erael periddicooficial,niB/Argos, quesejactabaen su subtitulo detener cien ojos paraverla realidad, informaronsobrela muertede Manuel Belgrano, Paraellosnofuenoticia.«

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