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CONTENIDO 5.1. introdvecisn, 5.2. Tinos y procesos de meteorizacion 5.3. Formas resultantes de la meteorizacién 5.4. Aspectos practicos de la meteorizaciin Capitulo 5 + Meteorzaciin y ormasresitantes 127 5 | Introduccién La meteorizaci6n es el fenémeno més fundamental en Ia evolucién del modelado. Es la precursora del ciclo geol6- ico de erosin, transporte y sedimentaci6n. En el desarro- lo del Karst la meteorizacién es el principal agente de ta eneraciGn de este tipo de modelado. También es esencial enel desarrollo de los suelos, regolitos y ena alteracién de las piedras monumentales (Turkington ef al., 2005). La meteorizacién es la respuesta de los materiales que estban en equilibrio dentro de la litosfera a condiciones en o cerca de su contacto con la atmésfera, hidrosfera y, quiz todavia més importante, la biosfera (Reiche, 1950). La importancia de la biosfera estd sobredimensionads, Una definicién muy parecida es Ia indicada por Winkler (1973). Una gran parte de las rocas han estado sometidas aelevadas presiones y temperaturas, en ausencia de aire y agua. Al aflorar en superficie tienen que buscar condi- ‘iones en equilibrio con presiones de una atmésfera, tem- peraturas mucho menores y presencia de aire y agua, que son las condiciones existentes en el contacto litosfera-at- ‘misfera (Carroll, 1970), Algunos procesos mecénicos de ‘meteorizaciGn fragmentan las rocas, mientras que k acti- viidad quimica altera los diversos tipos de minerales. La acci6n biol6gica afecta a las rocas desintegréindolas tanto fsica como biogutmicamente. El resuliado es ta genera- cin de una pelfcula superficial de alteracién. La meteo- rizacién facilita la actuacién de los procesos erosivas, ya que Ia carencia de Ia alteracién debilita considerablemen- fe Ia demudaci6n. Los productos resultantes de la meteo- rizacién se reestructuran formando minerales y rocas de. neoformaciGn que, a veces, pueden ser indicadores pale- ccliméticos (Birkeland, 1984; Migon y Lidmar-Bergstrém, 2002; Bremmer, 2002). De la definicién de Reiche (1950) se deduce que el ci- ‘mx ejetve una influencia fundamental en los provesos de ‘meteorizacién, Estas circunstancias se reflejan claramen- we en los diagramas de Peltier (1950) y Wilson (1968, 1969) en los que se relacionan los procesos de meteori- ‘icin con las variaciones de precipitacién y temperatu- ms medias anuales (Figs. 12.1 y 12.3). En la alteraciGn de las rocas en ambientes desértivas frt- 08 y polares (Ugolini, 1986) el proceso fundamental es el tielo-deshielo que ejerce su méxima accién en los am- bientes cuyas temperatures medias oscilan alrededor de 0 °C. Enestas regiones polares, las bajas temperaturas afec- tan no solo a la velocidad de las reacciones quimicas, sino también al estado del agua. Las bajas temperaturas retar- dan la disolucién, excepto para las rocas carbonatadas ‘También las bajas temperaturas afectan directa o indirec- tamente a la colonizacién, crecimiento y descomposicién 128 Ceororloya de los componentes biol6gicos. Por el contrario, se tienen ‘ctores favorables para la activided de los procesos fisicos 'y quimicos: duracién de la radiacién solar durante el vera 2o, una mayor radiacién ultravioleta, elevados gradientes de temperatura, ciclos de humedecimiento y secado y de hielo-deshielo, etc. Se puede concluir que la débil meteo rizaci6n en las regiones polares es el resultado de factores climéticos adversos que traen consigo la disminucién de la produccién de biomasa, velocidad de descomposicida de Ja materia orgénica, y también decrece la lixiviaci6n y la formacién de quelatos. La alteracin de las rocas en las zonas éridas es el re- sultado sobre todo de las amplias variaciones diarias y es- tacionales de temperatura y humedad relativa. Ademés, en os desiertos los afloramientos rocosos suelen ser més abundantes que en otras zonas climéticas y las caracteris- ticaslitoldgicas y estructurales de los mismos se dejan sen- tir en Ia actuacién de los procesos y en las morfologfas resultantes (Fig. 5.1). Fnestos ambientes desérticos ta me- teorizaciGn fisica tiene un peso especifico mayor que las ‘meteorizaciones bioldgica y quimica, La escasez de agua Y las altas temperaturas existentes traen consigo un débil ‘desarrollo de la vida animal y vegetal y, por consiguiente, Ja meteorizaci6a biolégica es muy reducida (Bierman y Caffee, 2001; Viles, 2005). Igualmente, este deficit hidei- co afecta a la actividad e intensidad de la meteorizacién ‘quimica, ya que el agua es necesaria para el ataque a las es- ‘ructuras cristalinas y para la posterior movilizaci6n de los jones en disolucién. No obstante, algunos procesos como Ja meteorizacién salina son de tipo fisico-quimico y ésia leva implicita la disolucién y precipitacién de sales de ele~ ‘vada solubilidad y la pasterior rotura de la roca (Cooke et al., 1993). También se reconocen en las zonas dridas la for- maciGn de 6xidos de hierro por accién capilar y la movili- zacién de silice y alimina en medios alcalinos (Smith, 1994), Todo ello parece indicar que en los desiertos se de~ ssutollan la mayorfa de los procesos de meteorizacién quf- ‘mica, pero su intensidad disminuye considerablemente-con relaci6n a los ambientes mas hiimedos. Por otro Lado, en las regiones éridas podemos encontrar algunas formas y de~ [POsitos heredados de diferentes condiciones climéticas pa- ssadas, lales como perfiles de alveraciGn, laveritas, dolinas y ‘cavidades kérsticas, etc. Todos ellos se formaron en climas [Pretéritos mucho més hiimedos en los que la meteorizacion ‘quimica era més acusada. Eresultado de la actividad de los provesos de meteo- rizaci6n se manifiesta en las rocas por disgregaciGn gra- ular, descamacién y fracturacién. Las particulss liberadas se movilizan porlos procesos erosivos fluviales y eélicos, ‘quedando impresos sobre 1a roca diversas morfologias, ‘como consecuencia de Ia desigual actividad de los proce- sos de alteracién. Estas formas suelen ser de pequefio ta- mafio y se caracterizan fundamentalmente por la presencia de oguedades poco profundas en la superficie de la roca Goudie, 1989) En las zonas tropicales hiimedas los procesos domi- nantes son los de meteorizacién quimica con una lixivia- cin maxima, como consecuencia de las mayores Precipitaciones. Ademds la alteraciGn en estas zomas es ims intensa y profunda por las elevadas temperaturas, que incrementan la velocidad de las reacciones qufmicas. Ade- md tienen una densa vegetaciGn que aporta a la capa su- perficial una gran cantidad de materia orgénica, que en su ‘mayor parte es constmida por las hacterias, por lo que som suelos con poco humus. Las condiciones de elevadas tem- peraturas y precipitaciones incrementan la biota y La fau- na. La acci6n de diferentes tipos de especies faunisticas efecttia un papel singular en la movilizacidn del material superficial y también en la construccién de pequetios mon- ticulos (Fig. 5.2). No cabe duda de que el clima es uno de los factores mds significativos en el desarrollo de la me- teorizacién. El agua resuliante de la precipitacién es el re- activo mas importante en los procesos de meteorizacin y su cantidad es un factor fundamental en la intensidad y tipo de alteracién. En las regiones tropicales himedas es el agente que ataca las estructuras cristalinas y evacua las bases (Na, K*, Ca” y Mg”) y parcialmente la stice. Tam- bign afecia a la velocidad de las reacciones bioguimicas en las plantas. La temperatura lleva a cabo acciones di- FICURA 5.1 Areniscas Dorforadas por procesos do ‘metoorizacion controlades por ia ‘structura de a toca. Paloocanales de arenisca ‘caloarea miocena de la Dopresion del Ebro. Alcatiz (provineia de Tervel, Espana). FIGURA5.2Pequenos ‘morticulos conetruidae por ‘cangrojos para au habit. Fort de France (ila de Martinica, Pequenas Antilas). Capitulo 5 + Meteorizacin y ormasresatanies 129 rectas ¢ indirectas en los procesos de meteorizacisn. Las levadas temperaturas aceleran las reacciones guimicas. Segtin la Ley de Van't Hoff por cada 10 °C de aumento de temperatura, 1as velocidades de las reacciones quimicas se duplican o triplican (Tricart y Cailleux, 1965). EL resultado de la actuacién de los procesos de mete- crizacién, sobre todo los de alterscién quimica, da lugar ‘una roca intensamente meteorizada. Esta. descomposi- cidn de las rocas es consecuencia de Ias elevadas preci pitaciones, temperaturas y de la respuesta de la vegetacién, alas mismas. Las aguas naturales alcanzan en estas dre- a valores de pH que oscilan entre 4 y 6 y es muy posi- tie que esta acidez sea debida a la hidrdlisis de tos Slicatos (Curtis, 1976). La importante liberacién de dié- xxido de carbono biogénico suministra gran cantidad de bi- carbonatos 2 las aguas. Los procesos de humificacién producen 4cidos hiimicos y filvicos que exportan catio- ‘nes como compuestos érgano-metélicos (Thomas, 1994) Debido a la actividad de estos procesos se otiginan po- tentes perfiles de alteraci6n, que serén analizados con posterioridad Por otra parte, Duchafour (1979) diferencia entre alte- racién geoquimica, en ausencia de materia orgénica, ¥al- teracin bioguimica condicionada por Ia presencia de ‘materia orgénica. La alteracién geoquimica evoluciona rapidamente hacia formas cristalinas simples bajo la ge- rneracidn de Oxidos libres (oxihidréxidos) o bien formas ‘complejas, como las arvillas de neoformacién. Por el con- trario, la alteraciGn bioquimica se caracieriza por la len- titud de los procesos de cristalizacién y neoformacidn. La ctistaizaciGn de tos dxidos de hierro, 1a neoformacién de las arcillas a expensas de los geles se ralentiza en presen- cia de materia orgénica. Por el contrario, las transforma- clones de los minerales micéceos se aceleran con la existencia de materia orgénica y acomplejante (Robert ef al, 1979). a Da Tipos y procesos de meteorizacién La meieorizacién se divide en tes tipos: fisica 0 mecdni- , biologica y qufmica y todos ellos pueden actuar con- Jmamente, En la meteorizacién fisica ta roca se rompe por diferentes causus mecénicas (Fig. 53). La mayorfa FIGURA 5.3 Meteorizacién {sica. Desierto del Sinai (Egipto) Foto J Rosell 130 ceomarloga de las fuerzas aplicadss a los materiales geolégicos son externas, aungue también pueden estar acumuladas en el interior de la roca. 5.211 Las rocas que han estado a una profundidad considerable cen lalitosfera y, por lo tanto, sometidas a elevadas presio- nes de confinamiento, al ascender a la superficie sufren una descompresiGn por pérdida de carga que se transmite a las rocas, generando un diaclasado paralelo ala topografia de~ nominado lajamiento (sheeting) (Fig. 5.4) (Gilbert, 1904; Birot ef al., 1968). El lajamiento se conoce también por muchos nombres (Twidale y Vidal Romanf, 2005) y cons- ta de una estructura en losas arqueadas de hasta 10 m de potencia (Fig. 5.5) y se considera 0,2 m como un espesor ‘minimo. Fl lajamiento corta las estructuras del substrato y, por consiguiente, postdatan la consolidacién de 1a roca afectada. Se encuentran en la mayor‘a de Los ambientes cli- matics. El espaciado de este diaclasado discontinuo au- ‘menta por lo general con la profuundidad y se reconoce més, claramente en rocas masivas como granito, conglomerados, areniscas, ete, Fs muy posible que la falta de referencias en roeas no masivas se deba a que la expansiGn se distribuye. ‘por antiguos planos de fisibilidad (Ollier, 1965). El laja- ‘miento se explica por procesos de termoclastia, meteori- zaci6n qufmica y relajamiento por pérdida de carga, cconsideréndolos en este caso como un diaclasado topogr fico (Lewis, 1954; Chapman, 1956; Birot etal, 1968). Es- las interpreiaciones son de cardcter exdgeno. Las de tipo cendégeno atribuyen el lajamiento a los esfuerzos desarro- llados durante el emplazamiento del granito antes de su en- IGURA 54 Lajamiento X FIGURA 5.6 Respuesta de la compresién de un bloque paroiaimente confinado: (a) experiencia de laboratorio ‘Holzhausen, 1986); (b) resultado de la compresién de un ‘que parcialments cortinado en circunsiandias reales de ‘campo (en Twidale y Vidal Romani, 2005). 132 Geonorloya ‘mecénica de las rocas es un importante agente geomorfo- 6gico, como lo indican los campos de bloques existentes sobre superficies aplanades y las potentes y extensas acu- ‘miulaciones de gelifractos en laderas de éreas montafiosas. El maximo efecto de la crioclastia se produce en primave- 1a, cuando el agua resultante de ta fusi6n nival penetra en las grietas y se congela con posterioridad. En las laderas ‘meridionales de Sierra Nevada, alcanza su mayor intensi- dad durante los periodos pre y postnivales (Gomez. Ortiz.y Salvador Franch, 1998). La continua produecién de geli- fractos trae consi go el retroceso de las paredes rocosas, que segiin experiencias de campo varfa entre 0,3 mm/afo en Spitsbergen (Jahn, 1976) y 2,5 mm/afio en los Alpes sui- 0s (Barsch, 1977). Ta crioclastia se hace sentir con gran intensidad en las partes superiores de los estratovolcanes, que irrumpen las llanuras de Africa centroriental, como el Monte Kenia y el Kilimanjaro. También se manifiesta en las altas cum- ‘bres andinas de Chile, Perd, Ecuador y Nevados de Co- lombia. Laeefectividad de la crioclastia es funcién del conteni- do de agua y del tipo de roca (Birot et al., 1968). Las ro- cas (gneas experimentan una menor desintegracién que las pizarras, Esto estd en relacién con las caracterfsticas es- tructurales, fundamentalmente con la densidad de planos de fisibilidad de la roca (Fig. 5.7). En el caso de sedi- ‘mentos la crioclastia depende de la porosidad y las rovas ‘con ura porosidad menor del 6% no experimentan crio- clastia y las muy porosas no estén afectadas por la geli- yacién (Lautridou y Ozovf, 1982). FIGURA5.7 Posible accion de la oroslasta sobre canto ‘dado con extoliacién. isla do James Ross, al Este do la PPeninaula de la Antatiaa, Foto A. Martin Serrano. Se han ilevado a cabo numerosas experiencias sobre meteorizacién criogénica para distintos tipos de rocas sometidas a diferentes condiciones (Tricart, 1956a). Las realizadas sobre esquistos (Lautridou, 1988) (Fig. 5.8) se- flan que tiene lugar una mayor fragmenlacin del mate- ial cuando aumenta Ia intensidad de Ia helada, que trae consigo un efecto de fatiga de Ia roca por el intenso en- fiamiento, Igualmente se produce un incremento en la desintegraciGn por crioclastia cuando aumenta el ntimero de ciclos de hielo-deshieto, al igual que una disminucién de la mediana con el tiempo. 5.2.1.3 Termoclastismo Las variaciones de temperatura que experimenta una roca dan lugar a dilataciones y contracciones que pueden Ile 400 # a 0 o ao o » » 0 "100 200 500 11000 2000 5.000 10.000 20.000 an oo 2050 1100 * 1820 ‘ore ao *” 1260 0 o eo ® 10 » » 0 Ole A "pice ae0 500" 000 20005000 THt00 000 am ° 00 1000 7500 72000 Tietdos) FIGURA 5.8 Gemplos de granulometrias de geitractos reeuttartes de esquistos precambricos de Normandia. (a) Influencia dela intonsidad de la helada. (b) Cambio oon el ‘bempo (indicado por el numero de ciclos de helada a —18 °C). (@) Reduccién con el tiempo de la madiana de los gelfractos (Giolos de elada a — 8°C) para las muestras By F (‘noditicado de Lauttidou, 1988), var ala rotura de la misma. El calor suministrado puede proceder de Ia radiacién solar y en ocasiones de fuegos, relativamente frecuentes en ambientes semiaridos (Ollier y Ash, 1983). En el primer caso, el proceso de desinte- ‘nracién fisica se denomina meteorizacién por insolacién y, el segundo, se denomina chaque térmico (thermal ‘shack)(Yatsu, 1988; Dorn, 2003). Las superficies rocosas, Ge los desiertos estén sometidas a elevadas temperaturas, que pueden alcanzar valores de 82 °C en Sudan (Goudie, 1989), y a oscilaciones diurnas de 54 °C como en el cesierto de Atacama (Keller, 1946). La meteorizacién por ingolacién se manifiesta en los poco frecuentes aflora- mientos existentes en los wépicos hidmedos, que pueden alcanzar hasta 50 °C y estén sometidos, por consiguiente, ‘a expansiones y contracciones térmicas. En estos aflora- rmientos los ciclos de humedecimiento y secado también pueden ser un factor significativo de alieracién, La mayorfa de las rocas estn formadas por diferentes rminerales y estos presentan dilataciones térmicas distin- tas segtin su color y estructura, Las rocas y los minerales, obscuros absorben mas calor que los claros. Adem, al- ‘gunos minerales se dilatan més fécilmente en una direc- cidn que en otra, segin su estructura cristalina. Las dilataciones producen esfuerzos compresivos en el interior de la roca y las contracciones esfverzos tensionales. Como resultado de las diferentes expansiones y retracciones pue- den producirse microfisuras y diserezaci6n granular (Bi- rot et a-, 1968). Por otra parte, como las rocas son malas cconductoras del calor existe una importante diferencia de temperatura entre la superficie y el interior deta roca (Fig 5.9), lo que también da lugar a importantes dilataciones y contracciones, que Hevan a la descamacién de la misma (Birot et al., 1968; Warke y Smith, 1994; Smith y Warke, 1997). Los cantos o bloques aflorantes en superficie rotos en fracturas paralelas (cleaved boulder) se interpretan ‘como producides por meteorizaciGn por insolacién (Ollie, 1983), aunque otros investi gadores estiman que la causa es el haloclastismo. Los ruidos bruscos 0 chasquidos es- ccuchados por los exploradores en el silencio nocturno de los desiertos se cree que son debidos a la rotura de las ro- as al enfriarse durante la noche. Los clisicos experimentos de laboratorio de Black- welder (1925, 1933) y Griggs (1936) de ciclas de calen- ‘tamiento y enfriamiento con diferentes tipos de rocas, en ausencia de agua, ponen de manifiesto Ia inexistencia de roturas de las rocas después de numerosos ciclos, equiva- lentes 2 244 aftos de meteorizacién diaria. Pero al enfriar la roca con agua en lugar de aire seco se producen frac- turas después de un niimero de ciclos equivalentes a dos aflos y medio, Hay que tener en cuenta que la presencia. 4e humedad es general en todos los desiertos bajo la for- ‘ma de brumas, rocfos nocturnos y, a veces, aguaceros que cnfrfan répidamente la roca y enfatizan las contracciones. tra circunstancia que se tivo en cuenta en los primeros experimentos es el que las rocas se van debilitando pau- latinamente en largos periodos de tiempo, al estar afecta- Capitulo 5 + Meteorzacin y umes resitenies 133 FICURA 5.9 _Arenisca calodroa igooena colonizada por liquones y afectada por una. Intonca descamaci6n. Albolda, Provincia de Huesca (Depresion el Ebro). as por continuos ciclos de ditatacién y contraccién, que conducen a la fatiga de la roca y finalmente a su fractura- Gn (Griggs, 1936; Aites-Barros et al, 1975 y Aires-Ba- ros, 1977, Gémer-Heras et al., 2006). Ademas, siempre. ‘hay que tener presente que la rotura de las rocas no solo se debe a un Gnico mecanismo, sino que por lo general se ssuperponen o alteman dos 0 més procesos (Robinson y Wi- lWiams, 1994), Las temperaturas disminuyen exponencial- mente con la profundidad y el descenso més répido se realiza en los primeros centimetros (Peel, 1974) (Fig. 5.10) [Los ensayos de Laboratorio de Gémez-Heras of al, (2005) sefialan que las diferencias de temperatura en superficie para distintos minerales pueden producir disgregacién gro- ular por efectos de fatiga. También el tamafio de Los cris- tales ejerce un importante control sobre las diferentes ‘emperaturas de los minerales en superficie. Por timo, las, iferencias de temperatura podrfan tener un control direc- to em a rotura de las rocas (Gémez-Heras ef al., 2006) Goudie et al., (1992) llevan a cabo la simulacién ant- ficial de la meteorizacién de las rocas por fuego. El proce- 0 de desintegraciGn del material varfa fundamentalmente, en funci6n de las carscteristicas fisicas de la roca (textura, rmineralogta y tipo de cemento), es decir, de las propieds- es intrinsecas de la roca (Allison y Goudie, 1994), 5.2.1.4 Hidroclastismo Las rocas estin sometidas a ciclos de humedecimiento y secado, que producen efectos disruptivos. Esta accién cesintegradora inducida por el agua se comprueba me- diante ensayos de durabilidad Hevados a cabo con dife- rentes rocas (Ollier, 1984). Estas permanecen sumergidas, durante un dia en agua y al dia siguiente se secan al aire. Ladesintegracién se manifiesta por una descamacién su- 134 ceomarloga perficial y fracturacién de la roca, preferentemente a 10 largo de ios planos de fisibilidad existentes. Las prime- ras descamaciones se observan después de cinco ciclos y el agrictamiento comienza una vez superados los diez ci- clos. La desintegracién completa tiene lugar después de ‘unos 180 ciclos. La descamacién se interpreta por la po- Jaridad de las moléculas de agua que son atrafdas por las superficies de los minerales, produciéndose una fuerza ex: pansiva que separa las superficies confinadas. Este me- ‘canismo se comprueba en experiencias de laboratorio ‘cuando se someten las rocasa la actividad de quidos de alta y baja polaridad, Los primeros producen importan- ‘es efectos disruptivos, mientras que en los segundos la accién desintegradora es nula (Anon, 1966). Las superficies de las rocas en los desiertos pueden hu- medecerse por aguas de Huvia, rocio y niebla, El rocfo es frecuente en algunos desiertos y puede dar lugar a un ci- clo diario de humedecimiento y secado (Cooke et al., 1993). Por otra parte, la penetraciGn del agua en la roca de- ppende del tamato y geometrfa del poro, mientras que el se- ‘cado implica evaporacién y es funcién de la temperatura y velocidad del viento. Es evidente que el hidroclastismo es ‘mas importante cuantos més ciclos de humedecimiento y ssecado afecten ala roca. Por e50, los afloramientos de roca desnuda situados en Taderas de solana sufren tuna més in- tensa desecacién que las rocas situadas en umbria y, por ‘consiguiente, el ndmero de ciclos de hidroclastia gerd ma ‘yor yla meteorizacién de as rocas mas profunda. Fstas cir- ‘cunstancias se comprueban en las areniscas terciarias de la Depresién del Ebro (Suncho y Benito, 1990) y se corro- bboran en los sillares de iglesias y edificios histéricos de esta regidn, como en las iglesias medievales de Torres del Bayo (Gracia, 1985). Tanto en unos como en otros las areniscas estén intensamente alteradas cuando estén orientadas a so- 5.2.1.5.1 _ Influencia del clima Las amplias variaciones diumas y estacionales de tempe- ratura y humedad relatva reinantes en todos los desiertos, Jjunto con la presencia de vientos secos y esporddicos, fa- Glitan el haloctastismo (Goudie, 20044). Ademés, estas va- riaciones de temperatura y humedad no solo son de carcter ‘temporal, sino que se manifiestan también en superficie y cerca de la misma, por 1o que influyen en 1a variabitidad espacial de los procesos de meteorizacién salina. Las alias ‘emperaturas dan lugar a Ia evaporacién de las soluciones salinas y finalmente a su precipitacién, Tgualmente el en- ‘riamiento de las soluciones saturades puede producir tam- bién a precipitacién de sales. Por otra parte, el ineremento de humedad puede generar sales hidraiadas y el aumento de temperatura origina la dilataciGn térmica de los cristae les salinos. Estos procesos de crecimientos de cristales, tidratacién y ditatacién producen importantes modifica- SUPERFICHE OE Tes Line dela “RENO: FIGURA FIGURA 5.12 Eflrescencias salinas en areniscas caloareas. imiooanas de la Depresion del bro. El Tormilo (provincia de Huesca) 136 Ceonorloya ciones volumétricas, que traen consigo esfuerzos disrupti- yosen las rocas afectadas (Cooke ef al., 1993). as variaciones climAticas afectan al movimiento del ‘agua por capilaridad (Cooke et al., 1982) (Fig. 5.11). La zona de capilaridad, que puede alcanzar una altura de 3 menambientes muy éridos, varia en funcisn del tam: ‘ho de las pariculas constituyentes y del grado de cemen- tacién de la roca. Su Ifmite superior viene dado por acumulaciones de cristales de sal y cuando el frente capi- lar alcanza la superficie se originan eflorescencias salinas (Fig, 5.12). 5.2.1.5.2 Las rocas afectadas H influjo de 1a meteorizaci6n salina sobre las rocas es fun- ciénde la mayor 0 menor capacidad transmisiva del agua cargada de sales. Por eso, es necesario conocer las pro- piedades fisicas de las rocas tales como porosidad eficaz, Une DELA ONADE CAPILARIDAD Line potercial delazona de capri Zona eairade LDL LAE i P0708 DF OBSERVACION | Catacteristicas de la zona de capilaridad (Cooke et at, 1982) y atrapada, distribucién porosimétrica, capacidad de ac Ssorcién, penetracién capilar, desorcién, expansién hidri- @, resistencia a la tracciGn, entre otras. También es importante saber los tipos de minerales de Ia arcilla exis- tentes. Los ensayos de durabilidad llevados a cabo sobre dis- tintos tipos de roca para conocer el grado de resistencia ante diferentes soluciones salinas, reflejan que las arenis- «as y calizas son menos resistentes al haloclastismo que las rocas {gneas y metamérficas. Este tipo de meteoriza- ‘cin es mis efectivo en rocas porosas con gran capacidad de adsorcién y pérdida de agua tales, como por ejemplo, ‘reniscas poco cementadas (Mabbutt, 1977). 5.2.1.5.3 Las sales: tipos, procedencia y zonas de concentracién Las sales mds frecuentes que intervienen en los procesos de haloclastismo son los cloruros, sulfatos, carbonatos y nitratos de sodio, calcio, magnesio y potasio. El CaCO, €s frecuente en zonas semidridas, los sulfatos predominan en reas éridas y 1s cloruros abundzn en los desiertos costeros (Cooke et ai., 1993). Para que se produzca la cristalizacién es necesaria la alternancia de elapas de humedecimiento y secado y cuanto mas ciclos de este tipo se produzcan ma~ ‘yor serd la intensidad de la meteorizaciGn salina. La efec- iividad de la meteorizacidn varfa con la solutilidad de las sales, capacided de hidratacién de las mismas y su fuerza, de cristalizacién. Algunas sales, como la mirabilita (Na,S0,: 10H,0) tienen un poder disruptivo muy superior al producido por el paso de agua a hielo. Los ensayos de laboratorio Hleyados a cabo con distintos tipos de solucio- nes salinas indican que los sulfatos de sodio y magnesio, son los més efectivos (Fig, 5.13) en a disgregacién de las rocas por halociastismo (Goudie et al, 1970). Por otra par- te, la hidratacin de algunas sales trae consigo un con: derable aumento de volumen y como consecuencia se generan importantes esfuerzos que ayudan a desintegrar la roca, En la naturaleza son frecuentes hidrataciones tales como el paso de thenardita (Na,SO,) a mirabilita (Na,SO,,10H,0) que pueden realizarse en veinte minutos (Mortensen, 1933) 0 el de anhidrita (CaSO) a yeso (Ca S0,.2H20). En esta titima se produce un incremento del yolumen del 39% (Jauzein, 1974), Los tipos de sales existentes en una regién dependen de la constituciGn litol6gica del érea de procedencia y, por lo tanto, varfan de unas regiones a otras. En Australia pre- domina el NaCl, emlos salares del desierto de Atacama las sales dominantes son el NaCl y los sulfatos de sodio y cal- ‘do, en las dreas endorreicas de la DepresiGn del Ebro los cloruros y sulfatos de sodio son las sales mas abundantes (Pueyo, 1978-79) y en algunos lagos salados de Africa ‘entroriental el NayCOs es la sal preponderante. as sales derivan fundamentalmente de los iones libe~ rados de los procesos de meteorizacién quimica de las roca, que se moyilizan en disoluciGn por las aguas de es- Geos (ls) FIGURA 5.13 _Variaciones on peso de muostras de la arenisca Arden, después de ser sometida a ensayos de haloclastismo con aiterantes tipos de sales (Cooke y Evans, 1670). correntfa y también por los flujos subterréneos. Fn zonas, litorates, ia sobrexplotacidn de los acutferos produce uns. penetraci6n de la interfase tierra adentro y un aumento de la salinidad de las aguas extrafdas. Otra fuente de movili- zaciGn de las sales proviene de la erosiGn hfdrica y eélica de depésitos salinos. También las sales pueden proceder de polvo o gases volcsnicos. Enos desiertos litorales, Los, aerosoles marinos procedentes del mar constituyen con frecuencia una importante fuente de suministro de sales (Goudie y Viles, 1997), Fn estas dreas se observa un cla- 10 desceiso paulatino del contenido de sales hacia el in- terior (Goudie, 19896). En Aftout (Mauritania) y en el Delta del Senegal, las olas al chocar contra las barras Li- lorales producen gotas de agua que se evaporan generan- do pequefios cristales de sal, que flotan en suspensién dando origen a una bruma blancuzca que el viento empu- Ja.al continente. Con posterioridad son arrastrados por la Iluvia o, lo que es mas frecuente, por el aumento de la hu- ‘medad relativa durante la noche, que permite la fijaci6n de agua por estos ctistales hidroc6picos y al agrandarlos ss produce su cafda (Tricart, 1969), ‘Las sales provedentes de estas diferentes fuentes de ali- mentacién se acumulan en wna gran variedad de situacio- nes (Cooke et al, 1993). Bn los desiertos litorales (Perd-Chile, Namibia y oeste de Australia) se produce un aporte de sales de 150 kg/haafto procedente de los océa- nos. En llanuras mareales de mares de elevada salinidad ‘como en el Mar Rojo, Golfo Pérsico y Mar Mediterrineo Capitulo 5 + Meteorzacin y ormasresatanies 137 (CTiinez) tiene lugar una importante sedimentacién salina en las sabkhas litorales. En el interior del continente la eva- poracién de las aguas lacustres, suministradas por aguas de escorrentia y subterrdneas y aporte e6lico, da lugar a lagos salinos. La diferente solubilidad de las sales condiciona su Frecipitacién y el resultado es el desarrollo de una zona- cidn, que se manifiesta por la presencia de cloruros en sus fartes internas, sulfatos en sus zonas medias y carbonatos, ‘menos solubles, en las orlas externas (Figs. 5.14 y 5.15). 5.2.1.5.4 Procesos fisico-quimicos Los mecanismos que comporta la metorizacién por halo- dastismo son de caricter quimico y fisico, Comprenden la cristalizacién, hidrataci6n y expansién trmica de sales FIGURA5.14 Zona de ‘recipitacién de sulfatos con chines seleniiosos. Al fondo, dea. coniral de precipltacion de doruros. Sebkha el Melah. Zarzis {Ténez). FIGURA 5.15 Tumulode yeso el Mesiniense parcialmente ‘colapsado. Sorbas (provincia de ‘Almeria, Espafia). 138 Ceomarloga de clevada solubilidad en espacios confinados 0 semicon- finados, tales como los poros y grietas de las rocas. De estos tres mecanismos el crecimiento de cristales es el més importante (Goudie, 1974) y se produce a par- tirde soluciones salinas, que al saturarse precipitan en los eespacios porosos bajo la forma de cristales de sal (Win- Ker y Singer, 1972). Estos eristales pueden continuar cre ciendo entre las paredes gue los confinan, si se mantiene una pelicula de solucién salina en la interfase cristal/roca. La cristalizaciGn genera importantes presiones que se transmitena la roca (Evans, 1969-70). La precipitacién se produce por evaporacin, enfriamiento o mezcla de solu- ciones con un idn comdn. La solubilidad de algunas sales (NagSO,, NajCOs, NaNO, y MgSO,) disminuye con el descenso de temperatura, por lo que a veces el entfria- miento nocturno produce precipitacién (Goudie, 1989a). En general, el crecimiento de cristales de sal es més im- portante en éreas en las que es frecuente el humedecimiento y secado o bien en zonas de concentracidn de sales, como ‘en los bordes de los lagos salados y en canales fluviales. La hidrataci6n implica la adsorcién de agua por una sal en el interior de la estructura cristalina. Este meca- rismo trae consigo un claro aumento de volumen con sus consiguientes efectos disruptivos en zonas confinadas, 10 (que produce disgregacién granular y agrietamiento en las rocas. Como es I6gico los distintos tipos de sales gene- ran diferentes presiones de hidratacién. El Na,CO, y el Na,SO, al hidratarse incrementan su volumen en un 300% (Goudie, 1977). La precipitacién inicial se produce bajo 1a forma de sales hidratadas en los intersticios de tas r0- ‘cas, pero debido a las elevadas temperaturas existentes du- rante el dia las sales pasan a fases anhidras. Por la noche, al descender la temperatura y aumentar la humedad, p\ den volver a hidratarse. De todo ello se deduce que la hi- dratacion es funcién de los cambios de temperatura y hhumedad que tienen lugar en los desiertos (Cooke et al, 1993), Estos procesos de adsorcién y pérdida de agua de lared cristalina se repiten numerosas veces, por lo que las presiones producidas por estos cambios volumétricos y sus efectos de desintegracién en las rocas pueden ser impor- tantes (Goudie y Viles, 1997) Laexpansién térmica de cristales de sal, segin las ex- periencias de Laboratorio, es un mecanismo menos efecti- yo que los anteriores (Goudie, 1974), La expansién por calentamiento por insolacién depende de la dilatacién tér- ‘mica de cada sal, que suele ser superior a la de los mine- rales de las rocas (Cooke y Smalley, 1968), y de las ‘scilaciones térmicas que se registran en los diferentes desiertos, Los estudios experimentales se han Ilevado a ‘cabo para temperaturas muy superiores alas existentes en las superficies racosas de los desiertos (Fig. 5.16), pero se supone que la expansiin volumétrica de tas sales por calentamiento por insolacién presenta comportamientos parecidos (Cooke y Smalley, 1968). Las dilataciones pro- ducidas en las sales existentes en los poros y fisuras de las, rocas muy prdximas a la superficie generanesfuerzos que pueden conducir a su agrietamiento. Algunos estudios re- dlizados en latitudes medias sefalan que los afloramien- tos rocosos de las zonas de solana presentan un mayor grado de meteorizaciGn que los existentes en umbrfa. Se atribuye esta diferencia a la dilataciGn térmica del NaCl Gohannessen ef al., 1982). 5.2.2. Meteorizacion biolbgica Algunos autores efectian diferenciaciones mas precisas para la alteracidn bioldgica. La Biogeomorfologta, segéin Viles (1988) se considera como un tinico término para ‘agrupar precisamente al papel de los seres vivos en la des- composicién de las rocas y creacién de micromorfologias. s 3 {% de expansién volumética 8 ° 0 » ” ry “Fenpeaura (0) FICURA 5.16 Relacién entre temperaturas y expansion volumétrica para diferentes sales y granilo (Cooke y Smalley, 1968), Otros investigadores diferencian entre la acci6n de la fau- nna sobre la pelicula superficial de Ia Tierra 0 Zoogeomor- fologia Butler, 1995) y 1a actividad de la flora 0 Fitogeomorfologia (Howard y Mitchel, 1985). Las bacterias, hongos, algas y Ifquenes son abundantes cen los climas secos debido en parte a la acciGn redisiri- bbuidora del viento. Estos microorganismos, cuyo niimero de especies es muy elevado, producen meteorizacién en las, rocas y suelos, aunque no se conoce muy bien la impor- tancia que tienen en el conjunto de la meteorizacién. Las condiciones ambientales junto con las caracter‘sticas de La roca 0 suelo, determinan el tipo de comunidad existente en la superficie y, por consiguiente, las caracterfsticas de la ‘meteorizaci6n biolégica (Viles, 1995). ‘Cualquiera que sean las condiciones climéticas, se en- cuentran en la superficie del suelo un gran niimero de se- res vivientes, que segiin Paul y Clark (1989) se caleulan para los microorganismos: 10” bacterias, 10° actinomice- tas, 10° champifones y 10* alges. Alcanzan su méxima profusién en la superficie y disminuyen répidamente con la profundidad. Las bacterias heterétrofas producen por coxidacién la mineralizacién de la materia orgénica me- diante &cidos débiles y orgénicos simples, mientras que las bacterias autétrofas oxidan el azufre o los sulfuros y también los compuestos nitrogenados. La reduccién u oxi- (Capitulo 5 + Meteorizacin y oma resatanies 139 FICURA 5.17 Broostra desarrollada sobre argiitas ‘miooenas y colonizadas ‘superfciaimonte por liquenes. Ooservese la mayor resistencia a ‘a oroston. Estacion Experimental ce erosion de suelos de Lanaja (Provincia de Huesca) con 342 ‘mm de precipitacion media anual. Depresion del Ebro. aci6in del hierro y manganeso lo llevan a cabo las bacte- rias, muy abundantes en montafias hiimedas y otras como la Galionella y Leptothrix proliferan en zonas pantanosas (Robert, 1993). Las algas, champifiones y lquenes son los vegetales pioneros que estén mds representados en la co- Jonizacién de tas rocas, tanto en las ctistalinas écidas como en las carbonatadas. Las algas se desarrollan sobre las ro- as hiimedas y Los Nquenes se adaptan bien a la sequedad. Estos tltimos producen metworizacién fisica por humede-

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