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MIGUEL OTERO SILVA Josefina Ruggiero Giféronse las boinas azules yal canto del sacalapatalajé un grupo de j6- venes abrieron pot si misthos horizoftés de huellas profundas'que marcaron his toria en el pais. “En. adelante, cada! uno se efiru- batia por senderos en sienibra de frutos jugosos ‘para’ todos desde los mis diver- 505 cristales: La comunién Siempre se mantuvo: la bisqueda de la justicia. Lo ue es igual: la pasion y. el amor por es- ts tierras venezolanss. Se distinguié ‘un hombre que ya no nos acompaia en el volumen, pero si cen leesperanza y el sentir: Miguel Otéro, Sembrador de pura cepa tanto en los gampos de las letras como ‘del comb: tiente periodismo; también en la polit €2 y sobre todo en los campos de la her- mandad, donde deja huérfanos 2 incon tables compaferos de infancia, de lucha; de rotativa'o Academia, Deja una larga obra tras su andar. El universo de la literatura nacional, se resiente, como atravesada por un rayo, con la partida de aquel que se hizo lla- mar Miotsi, Sherlock Morrow y tantos ‘otros seudénimos en las sombras de los giiicharos. ‘Como cosecha de trigo limpio brindé, MOS, una jactosa prodiecion que perdurard en el tiempo mediante la ccaracteristica narrativa que abrig6 en sus novelas: Fiebre, Casas Muertas, Oficina No. 1, La Muerte de Honorio, Cuando quiero llorar no loro. Se enlazaban unas 2 otras a través de un hilo irrompible: Venezuela. Todas eran fieles reflejos de tuna realidad venezolana que le tocé vivir © presenciar. Quedan alli sus primeras cinco novels, conio testimonio del su frimiento del pueblo venezolano. éLite-. rarura Social? éDe denuncia? Qué impor- ta la definicién. Es literatura de MOS. Mas tarde, en una lucha contra Ia injusticia cometida en la persona de Lo- pe de Aguirre inicia un viaje'al pasado desenmarafiando las telas del tiempo hasta encontrar una luz que daria nueva vida al mal conocido tirano ‘Lope de Aguirre, quien més que tirano resulté set un auténtico Principe de la Libertad En su caminar incesante, MOS, pi- 56 piedras tan duras como aquella que cera Cristo, con la belleza de una prosa poétiea en depurados acabados que res- paldé, con serias investigaciones, tan s6- lo interrumpidas por las travesuras que le jugara Ludovico, aquel inquieto fan- 374 tasma que moraba en la colina de Are- 220, donde el poeta se retiaba a escr- bir.’ Con la Piedra descubrid quie el més brillante.de los Apéstoles era! Maria Magdalena Una cantera de piginas podticas regalé en leno de vida, goro y amor. Uslar Pietri lo confirma al destacar que “la obra literaria de Otero Silva es una de las mas valiosas, reas y signi tivas dela letras venezolanss”, Le lamaron, por eso, Pelocaris, Pelotars del verbo que gand su infnio, Quien lo menté fue un amigo y tocayo deapellido Asturias. Y es que como buen apasiriado al beisbol; donde la suerte no le sonrid, en el resto de sus enteegas todas ls bateaba de jonrén “Algunos criticos han ealificado mis novelas de ‘meros reporeajes’ y al ggunos de mis poemas de ‘costal de anéc- dotas’. Les confieso que tales reproches, justos 0 no, lejos de desagradarme me ddan complacencia. Tengo a mucha hon- xa mi profesion de periodisa que me ha valido para gariarine la vida durante taf- tos afios”: Es que en ese corpulento hombre, fnacizo como la roca y generoso como el manantial, se fundian entre sf Ia litera- tira _y el periodismo, oficio éste que jercid con tesén de gladiador. Entre euartillas, fotos, humor, manchetas, mé- ‘quinas' de escribir, se abria paso firme siempre presto a cualquier observacién, Siempre’ presto a dar, a crear, a euidar tal vez lo que'fuera su hijo mas prodigo EI Nacional. * “Nacié con ese talento”, se escu- cha decir al vendedor del kioseo de la esquina mientras lefa una columna don- de Otéro contaba el dolor de una vieja athiga de nombre Maria a quien le habia, asesinado a su hijo una cachucha con siombre y apellido de terror. Al aparecer la figura de MOS, pa- recia entrar un Goliat enla redaccién. Se recuerda todavia la celebracion de sus 60 aiios. Un cumpleatios como pocos. Para'tal ocasi6n, aquel que ya no esté, se ~ cencargé solo de la publicacion del diatio, Como todo un Goliat lo sacé, “Por encima de todo era un agudo y sagaz periodista, Para él, era més aps- sionante un némero extraordinario de El Nacional o un acierto en ta vida per- manente y diaria del periédico que escri- bir cualquier libro”. ES Inocente Palacios, testigo diree- to de la amistad y el crecimiento de Mi- guel Otero, quien lo afirma. Desde 1918 fos unié.una relaci6n muy intensa. Y es que si alguien compartié con MO! alguien es Inocente, el incondieional hermano que a su lado estuvo por 67 Ast como Ia miquins de ederibit fe tu inseparable compara, el humor no se adormecta en ningin teido de 9 fortlets, Una sontisa que le coreteaba por toda su humanidad derramindose Un comentario jocoto dejaba caer sn la menor premura sobre los expacios quie: tor que trampla y como lava de le gta saltaban las sas incontenidas. Un Tintero sin fondo fae pave tig de lot ingeniosos relatos llenos de colorido, Mumcrmo en Un Morocoy Azul, a tes en Fantoches yen su singin de obras hiamoristicas de ee venezolano oriun do de Barcelona pero de convencimien to caraqueto, Ny, “Miguel reunia Condiciones real mente excepcionales. Una inteligencia muy aguda, acompafiada de un fino hu- mor que no era sarcdstico, sino un hu- mor optimista, afable, cordial, franco y humano, Asi era elcaricter de Miguel, que le fue muy dil para irrumpir en una actividad, que en Io. que respecta a Ve-~ nezuela, se podria afirmar tiene dos di visiones profundas en su recorrido: el periodismo antes de MOS y el: peti mo después de MOS con la apaticién de EL Nacional” Inocente atin rememora las fre ‘cuentes reuniones que sostenia con Mi- guel, en las cuales el tema por obligacion cra el periddico. Inocente ain rememo- ra el profundo goce que le producia a Miguel cuando el diario expresaba ese sentido de identidad nacional y conti- ental que se iba formando ‘en el pats, a medida que se alejaba de un pasado se- mifeudal para enrumbarse por otros senderos, “Nunca se le vio un rictus de con- trariedad con respecto a las amarguras de la vida. Siempre un sentido de afir- macién humana lo Hevd a ver el lado ‘bueno de las personas, de Ia vida. De alli su jovialidad con todo el mundo y su in- terés por una multiciplicidad de proble- ns qu lo haan muy aridable ene fferentes estratos que conforman Ia existencia. No quiso quedarse solitario por el mundo del intelectualismo puro. Hombre fiel a sus posiciones que Ie valieron el respeto y la admiracién de ‘cuantos se le acercaron, 5 “He hecho lo que esté a mi alean- ‘ce para que no me deje el tren... Por el contrario, no olvido que la dnica manera de conservar Ia juventudes ser leal a ella, nj tampoco echo en saco’roto que nada envejece tanto como el arrepentimien- “Erase una vez un hombre” que no se encerré en si mismo sino que se desgrand ‘como las uvas y el trigo. Era dificil pasar por su lado sin leerlo: en su conducts tenia mis palabras que los libro: Sesenta afios se pa: ‘en este extrafio negocio i de gastar y no gastarse, dde querer y ser querido”, Asi lo retraté Neruda, su amigo, al cumplir, MOS, sus 6 décadas de entrega. Asi queda MOS en el recuerdo. INSTITUTO PARA QUE UN SERVIDOR PUBLICO COMO EL AGUA PUEDA SER PRESTADO EFICIENTEMENTE, HACE FALTA EL PAGO. PUNTUAL DEL. BENEF: NACIONAL : DE OBRAS SANITARIAS CIARIO, EL INOS FACTURA CADA DOS MESES” PERO, SI NOTAS QUE TU RECIBO NO LLEGA A TIEMPO ACUDE A LAS OFICINAS DE ATENCION AL PUBLICO.Y ENTERATE DE’TU DEUDA. 4 EVITA CORTES DEL SERVICIO. PAGALE AL INOS. a8

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