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De modo que, por las sombras, reconoci que Febo, brillante y claro,
haba remontado cuarenta y cinco grados en su carrera. Por el da y
la latitud, deban de ser las diez de la maana. A esta conclusin
lleg el hospedero. Sbitamente retuvo a su montura y dijo:
-Seores, les aviso que ha transcurrido la cuarta parte del da. Por
amor de Dios y San Juan, no perdamos ms tiempo. ste se
consume de da y de noche. Se nos escapa sigilosamente -ya
estemos dormidos o despiertos-, si somos descuidados. El tiempo es
huidizo como una corriente que nunca regresa, sino que fluye de la
montaa al llano. Sneca y otros filsofos lamentaron ms
profundamente la prdida del tiempo que la del oro. El tiempo
perdido no se recupera. El oro, s. No se nos devuelve, una vez
pasado, lo mismo que la virginidad de Molly, a merced de la vida
licenciosa. No encallezcamos en la pereza. Seor Magistrado -sigui
diciendo-, tal como quedamos, venga vuestra narracin. Libremente
habis asumido esta responsabilidad. Ahora estis sujeto a mi juicio.
Cumplid vuestro deber de la mejor forma posible.
1
-Hospedero -replic-, por mi vida que lo voy a hacer. No tengo
intencin de romper este compromiso. Lo prometido es deuda, y me
propongo mantener mi palabra y reintegraros el importe. Ms no
puedo decir. Las leyes que un hombre impone a otro deben ser
respetadas por ambos. As dice el texto. Pero en este preciso
momento no recuerdo ningn cuento interesante. Pero Chaucer,
aunque a veces utiliza horteramente la mtrica y la rima, ha narrado
cuentos en el ingls que l domina, como es de todos sabido.
2
Qu voy a hacer yo con mi cuento? No me gustara ser comparado
a las nuevas Pirides. Las Metamorfosis relatan esto. Sin embargo,
me importa un comino si, en comparacin con Chaucer, salgo
malparado. Yo hablo en posa, las rimas las dejo a l.
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