Destino de los fracasos o de la sordera Que te dijera que las caderas abultan Los sueos del peregrino que fui Que a manera de locuaz narrador impresionista Te dijera, amiga ma, que me pesan los aos De tantas tardes de querer verte, Aqu o all en la impresin la tarde- Que como el hombre que lee artculos, ensayos, Monografas, crnicas, peridicos; Se le escapan luego los dichos en forma de pjaros De vertientes que vuelan como poemas Porque tengo un alma que transforma la realidad Porque t has estado aqu o all, acompandome Y yo no saba si emigrar o quedarme, si salir o entrar Si sujetar mis pies al suelo mojado, o aniquilarlos en la tarde roja Del sol escondindose en tu recuerdo Y si te dijera, an ms, que las noches y los das contigo volveran A darnos 30 minutos ms o a robarnos 30 minutos menos O que podramos robarle el reloj a su dueo y cambiar el crculo del tiempo Construir espirales, como paredes franqueables, como racimos de amores, Como perlas en paredes acuosas, o tan slo, mirarte a los ojos y sonrer con tu boca. Tan quizs la maana, tan probable la vida, que me hace cantar ests aqu o all, mujer que devoras libros, ojos, memorias, que construyes y aturdes; que resuelves ecuaciones y no te parecen nada, y sin embargo gritas, por un triunfo en un juego de naipes, o cuando te preparaba un vaso de leche con frutas Entonces, por ltimo, si te dijera, con ese verso que andaba buscando, "djame que bese tu voz" en un tono sublime de reivindicacin absoluta de tus palabras en movimiento, de tu gestualizacin exquisita, espiritualidad concreta que a veces suea o tu tiempo de sueo no se fuga en metafsicas asfixiantes, o porque para ti nunca, pero nunca, habr una ltima palabra que sea la sntesis de todas las discusiones, o el cese, pues cuando eso ocurra, habremos sido derrotados, los dos habremos sido vencidos. Si t transformaste todo en un solo gesto hiciste desparecer las dudas el nihilismo de la maana a tu lado se desvirtu el silencio quieto del tiempo sin tiempo