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SECCTON DE Opkas DE EL POSITIVISMO LOGICO COPIA NO COMERCIAL Autorizada s6lo con fines académicos (Art. 47-Ley 17, 336) | EL POSITIVISMO LOGICO compilado por A. J. AYER COPIA NO COMERCIAL Autorizada sélo con fines académict (art, 47-1 fey 17.336) es Ata, U. Fa, C 4 Hows FM, Tonsiey BRU noon Carron soba SADE CY A 4200 México, DAF. DROID oss fh M. $505:199 ISBN St Depa PREFACIO Este volumen, intitulado Positivismo légico, presenta, por pri mera vez en espaiiol, muchos de los trabajos que han ejercido mayor injluencia entre los realizados por los miembros mas destacados del Circulo de Viena; estos y otros articulos con. tienen exposiciones autorizadas de las teorias mds comin mente asociadas con el positivismo ldgico; sin embargo, por razones que explica en su Introduccién el profesor Ayer, también se han incluido algunos trabajos que no se pueden considerar como exposiciones ni defensas del positivismo logico. Asimismo, el campo que abarca la bibliografia es mas amplio de lo que el titulo del libro podria sugerir, pues se consideré conveniente catalogar los libros y articulos mas importantes que tratan de todos los tipos de filosofia anali. tica, y no soto del positivismo logico Deseo expresar mi gratitud a muchos de mis alumnos por haberme ayudado a recoger la bibliografta, y a Leon Satinoff, Maxwell Grover y José Huerta Jourda por preparar el indice analitico; estoy en deuda con un especial agradecimiento a los profesores Carnap y Hempel por haber proporcionado notas que indican su posicién actual ante los problemas que tratan en sus trabajos. Pau Epwarps INTRODUCCION DEL COMPILADOR 1. Historia det movimiento det positivismo légico Hace unos treinta afios se acund el término “positivismo légico” para caracterizar el punto de vista de un grupo de fildsofos, hom: bres de ciencia y matematicos que se denominaron a s{ mismnos, el Circulo de Viena. Desde entonces, su significado se ha extendido hasta abarcar a otras formas de la filosofia analitica; de esta manera, los disc{pulos de Bertrand Russell, G. E. Moore © Ludwig Wittgenstein cn Cambridge, o los miembros del movimiento com, tempordineo de Oxford sobre analisis lingilisticos, pueden hallarse €aracterizados también como positivistas légicos. Este uso mas amplio del término resulta favorecido, especialmente por quienes Son hostiles a todo el moderno desarrollo de la filosofia como luna investigacion mas bien analitica que especulativa, los que desearian incluir a todos sus adversarios en un mismo saco, Esto €xacerba a los mismos analistas, quienes son bastante mas deli- cados en cuanto a sus diferencias; ellos preferirian que se re Servara la denominacién de “positivismo légico” a quienes com- Parten el punto de vista especifico del Circulo de Viena. Al Compilar esta antologia, no he sido tan estricto; he recurrido primordialmente a los escritos de los miembros del Cireulo de Viena, 0 de quienes sostienen una postura muy cercana a ellos, Pero también inclui varios trabajos que quedan fuera de este €ampo. En cierto modo, todos son analistas, pero el ambito de lo que considero como filosofia analitica es muy extenso; Permite desacuerdos graves no sélo acerca de sutilezas en los Procedimientos técnicos, sino sobre puntos tedricos importantes, incluyendo ¢! método y el propésito del andlisis mismo. El Circulo de Viena surgié a principios de la década de 1920 8 1930, cuando Moritz Schlick, en torno del cual se agrupé, llegé de Kiel para ocupar la catedra de filosofia en la Universidad de Viena. En el aspecto filosofico sus principales miembros —ade- mas del mismo Schlick— fueron Rudolf Carap, Otto Neurath Herbert Feigl, Friedrich Waisman, Edgar Zilsel y Victor Kraft; en 1 aspecto cientifico y matemético, Philipp Frank, Karl Menger, Kurt Gédel y Hans Hahn; al principio, constituia mas bien un eentro de reunion que un movimiento organizado. Al advertir que se tenfa un comin interés por un determinado conjunto de problemas y una actitud comin hacia ellos, sus miembros se Feunieron con regularidad para discutirlos. Estas reuniones se con. tinuaron durante toda la existencia del Circulo, pero complemen: téndose con otras actividades tales, que transformaron el centro de reunién en algo mas parecido a un partido politico; dicho Proceso comenzé en 1929 con la publicacién de un manifiesto titulado “Wissenschaftliche Weltauffassung, Der Wiener Kreis” 9 0 INTRODUCCION DEL COMPILADOR de vista cientifico del Cireulo de Viena), que hovia od la postura filoséfica del grupo y una ose rremas de Ie fosotia tanto ls maveniticas Sno dir Genie see sin ue es niersha Puly 2a a pron enn hvon de ost, esp fe gp irene» SeEarfaaban una tradiion venesn que habia fo st Muses dl sige xi en lan obras de hombres come os HGS fate ach Luding Boltzmann y, no obstante sus Inte Hct teen del float Franz Brentano, los autores publi ree eu ta de squelion»qbienes eonsioraban sus prinialet sees ates Com plristasy posiivitas,meneignaron a une, Peatiiootog, dela llstactn, a Conte, Mil, Avenariss Haath; Gamo flsofor dela sone, Helmolt, Riemann, Mach, ac eo rgucs, item, Boltzmann y Einstein: como erica Toineane ates, a tani, Peano, Frpe, Seder, Ruel seers Wiagensten, como anomatstas,@ Pasch, Peano, Wratehss 7 wuerty como moralstasy seicogos de tendenci ltl Pies Boteuro) Hume, Bentham, Mil, Combe,‘ Spencer, Peach, ark Maleniyer, Poppectmkess 9 Karl Menger i fe lisia es sorprendentemente ampli, pero debe recordarse ae eta cera des caso solo se retire a um aspect cecil de la obra de estos autores; asf, por ejemplo, oo io aro 1 atric por au metalisieay a Carlos Marx no se lem luge ror su logics nl por su meta, ne Poa hain ot te mpordncos, Jos mas cercanos al Circulo de Viena en su acti fd general son Home y Mach; es de hecho notable que numc- tu ectaron de In cori Hy se sonaiera epee Tose aePtica del pestvisme Hogiea, ya hubler 108 eS Pre sega autores del ffleto seleccionan a emaee Gursly Wingenstin por sus_ainitades com Gate lena» port iflenca gue greet Sobre En Cent, Velgion de Wittgenstein con el Cirulo de Vena, fe Tea sped; habit side agua cpl de Rosel on Can, a Eis er ic wonokido como, Tractatus LogicoPhilosopht arr tiealo que-se fe dio a a traduccion Inglesa, (avo wna. enorme fie Src et nent psa, ant en Viena come an tes; no resultaria totalmente correcto decit eae ce hrs paren no ears ta eopio src, ono Hire eo ae Gpurce en 18 habla Hezado, independiente Primer, cana concepeion aniloga do Ia filosoffas hay ademés, en sree a Gna inainuacion del misticismo, que algunos m (EL pun . una exposicidn breve de INTRODUCCION DEL COMPILADOR un bros del Circulo, sobre todo Neurath, consideraron perturba. dora, pero en su conjunto lo aceptaron y la obra se destaco como la exposicién mas poderosa y estimulante, aunque realmente no la mas Iicida, de su punto de vista. Witigenstein no se adhirid oficialmente al Circulo, pero mantuvo estrechas relaciones. per. sonales, por lo menos con Schlick y Waismann, en quienes siguié influyendo con posterioridad a su partida hacia Cambridge en 1929. En Cambridge, donde ensefié hasta 1947, cuatro afios antes de su muerte, ejercié una influencia casi despética sobre sus discfpulos, y aunque durante aquellos afios no publicé nada, salvo tun breve articulo, casi toda la generacién joven de fildsofos in. gleses sintié poderosamente su influencia, £1 mismo modified €n alto grado el rigor de su primer positivism como se puede apreciar comparando el Tractatus con sus Philosophical Inves- tigations, publicadas péstumamente y a su influencia, aunada ala de Moore, puede uno en gran parte atribuir la preocupacion de los fildsofos ingleses contemporneos por los usos cotidianos del lenguaje y Ia tendencia a tratar los problemas filosdficos de tuna manera no sistematica pero ilustrativa, en contraste con ¢l método més riguroso y supuestamente cientifico, favorecido Por el Circulo de Viena; ésta cs una de las razones’ por la cual ho les place que se les lame positivistas Iégicos. Mas adelante habré de afiadir algo acerca de estas concepciones alternativas del andlisis. También en 1929, el Circulo de Viena organizé su primer cor: greso internacional el cual se celebré en Praga, y entre 1930 v 1940 le sucedieron nuevos congresos en Kénigsberg, Copenhague, Praga, Paris y Cambridge. Estas reuniones fomentaron la aspira. ién del Circulo para convertir al positivismo légico en un mo vimiento internacional; ya con anterioridad habia establecido tuna alianza con la llamada Escuela de Berlin, cuyos principales miembros eran Hans Reichenbach, Richard’ von Mises, Kurt Grelling y en fecha posterior, Carl’ Hempel, Los congresos les Permitieron entrar en contacto también con filésofos escandina- Vos, como Eino Kaila, Arne Naess, Ake Petzill, Joergen Joer gensen y con Ia escuela de empiristas de Upsala; con el grupo holandés reunido en torno del fildsofo Mannoury, que se dedicaba al estudio de lo que lamabax “significos”; con el grupo de 16- gicos de Miinster dirigido por Heinrich Scholtz; con simpatizan- tes norteamericanos como Nagel, Charles Morris y Quine y con analistas briténicos con diversos matices de ypinién, como Susan Stebbing, Gilbert Ryle, R. B. Braithwaite, John Wisdom y yo mismo. Fl talentoso filésofo de Cambridge, F. P. Ramsey se dis. tinguié como partidario del_movimiento, pero fallecié en 1930 a Ia temprana edad de 26 afios; también se formé una alianza con los grupos sumamente importantes de filésofos y légicos polacos, cuyas figuras m4s prominentes quiz4s hayan sido Lu- kasiewicz, Lesnievsky, Chwistek, Kotarbinski, Ajdukiewicz y 2 INTRODUCCION DEL COMPILADOR Tarski. La influencia de la obra de Tarski fue notablemente po- derosa, en especial sobre Carnap. El espiritu misionero del Circulo encontré una salida més en sus publicaciones; en 1930 se hizo cargo de una revista titulada Annalen der Philosophie, la denominaron Erkenntnis y bajo la direccién de Carnap y Reichenbach se convirtié en el Srgano principal del movimiento positivista. En los afios siguientes tar bign aparecié una serie de monografias con el titulo colectivo de Einheitswissenschaft ("‘Ciencia unificada”), asi como una se rie de libros, bajo la direccién general de Schlick y de Philipp Frank y con el titulo colectivo de Schriften zur Wissenschaftliche Weltauffassung. En ella, Schlick mismo publicé un libro sobre ética cuyo primer capitulo se incluye en este volumen y Frank un libro sobre la ley de causalidad y sus limites; entre los demas libros que aparecieron en ella, figuran un importante estudio de Carnap sobre la sintaxis légica del lenguaje, al cual tendré nueva ocasion de referirme, una obra sobre sociologia, de Neurath, con algunas tendencias marxistas, y la famosa Logik der For- schung, de Karl Popper, consagrada a la filosofia de la ciencia; de hecho, Popper no era miembro del Circulo y nunca deseo que se lo clasificara como positivista, pero las afinidades entre él y los positivistas a quienes criticaba, son més sorprendentes que las Uivergencias y de cualquier manera, los miembros del Circulo no siempre concordaron en todos los puntos. ‘Aun cuando el movimiento del positivismo légico gan6 durante el decenio transcurrido entre 1930 y 1940 mayor fuerza, el Circulo ‘de Viena en s{ mismo estaba ya en proceso de disolucién. En 1933, cuando yo asisti a sus reuniones, Carnap_y Frank habian aceptado cétedras en la Universidad de Praga, y Schlick, Neurath, Waismann y Hahn eran quienes sostenfan principalmente las discusiones; sin embargo, Hahn murié en 1934 y dos afios mas tarde Schlick fue asesinado, a Ia edad de 54 afios, por un estu- diante desequilibrado que le disparé un tiro cuando entraba a la Universidad. El tono hostil de las necrologias que en la prensa gubernamental dedicaron a Schlick en las que casi se argiifa que Tos positivistas Iégicos merecian ser asesinados por sus discf- pulos, presagiaba los problemas que no tardarfan en abatirse Sobre el Circulo; con excepcién de Neurath, que habia partici. pado en el Gobierno Espartaquista revolucionario de Munich al ferminar la primera Guerra Mundial, sus miembros no habian intervenido. aetivamente en 1a politica, vero su temperamento ritico y cientifico los hizo sospechosos ante los gobiernos cle- icales de derecha de Dolfuss y de Schuschnigg, y mAs atin ante los nazis. La mayoria se vio obligada a ir al exilio; el advent miento del nazismo también fue fatal para la Escuela de Berlin, ¥ los grupos polacos fueron desorganizados por la guerra. Neurath, Que se habia refugiado en Holanda, hizo un valeroso intento para mantener vivo el movimiento; se cambié-el titulo de Erkenntnis INTRODUCCION DEL COMPILADOR B Por el de The Journal of Unified Science y sw lugar de publica Gion a La Haya, se hicieron los preparatives paraque la Univer sidadl de Chicago, donde se habla eotablecide Carsap, oublicara im coleccién de follets titulada ambicionsmente teicoweronet ncyelopedia of Unified Science, se plancaton nuevos conareeen pero con el estalido de la guerra y la muerte de Neursth en Inglaterra unos afios mas tarde, el movi Inglate a tarde, ei movimiento perdié su co- En realidad, ya se habia publicado la mayur parte de los volic menes destinados a formar la. Encyclopedia, pero el Journal o itado; ademas de Carnap, aun estan en universidades de los Estados Unidos Feigl, G8del, Frank, Hempel y Tarski; Waisman ¥y Popper en universidades inglesas. Scholtz ha permanecido en Minster y Kotarbinski y Adjukiewicz en Polonia; Victor Krait volvié a su cétedra de filosotia cn la Universidad de Viena. Sin embargo, por grande que sca la influencia que estos filosofos puedan ejercer individualmente, no constituyen una escuela. En este sentido, el movimiento del positivismo logico se ha disuelto. Sin embargo, su tradicion ha continuado, especialmente en Inglaterra, Escandinavia y los Estados Unidos. En Escandinavia, von Wright, discipulo de Wittgenstein, a quien sucedié durante algin tiempo como profesor de filosofia en Cambridge, se unid Bikcatta ont Ticisioatty avescucia devdresin sta ee tan direccién de Hedenius, Segerstedt y Marc-Wogau, con el apoyo del logico Wedberg, de Estocolmo, y Arne Naess continia en Oslo sus investigaciones sociolégicas ‘sobre los usos ordinarios del Jenguaje. Petzill continué ensefiando en Lund hasta su. muerte en 1957, y Joergensen ensefia todavia en Copenhague, aunque su Positivismo se ha modificado por una inyeccién de marxismo. En los Estados Unidos, algunos fildsofos, como Quine, Nagel ¥ Nelson Goodman, cultivan el analisis I6gico con un espiritu ciew tifico sistemético que probablemente esta més cerca de la idea original del Circulo de Viena que todo lo que podamos encontrar Ta actualidad en cualquier sitio. En este aspecto son especial mente notables el libro de Goodman, The Structure of Appearance (4951) y la coleccién de ensayos de Quine, From a Logical Point of View (1952). Su interés activo por la légica simbdlica tambien goloca a Quine ya Goodman ea relacién con Tarski, Code lurch y otros miembros del importante 0 contemporaneo de logioos estadounidenses, Carnap ¥ cus dlceipulos susteoten ol mismo punto de vista, principalmente BarHillel, quien actual. mente da clases en la Universidad de Jerusalén, y Feigl y Hempel otros filésofos de los Estados Unidos, como Norman Malcom, Max Black, Morris Lazerowitz y C. L. Stevenson, deben mucho a la influencia de G. E. Moore o del ultimo Wittgenstein y, en consecuencia, muestran ante los problemas filoséficos una acti tud més préxima a la de las escuelas inglesas contemporaneas, “ INTRODUCCION DEL COMPILADOR 4 pesav dsl ejemplo de Bertrand Russell, no existe actualmente, contre los fildsofos ingleses, el mismo interés por la logica formal ni por Ia opinidn de que los procedimientos técnicos simbélicos son ttiles para aclarar problemas filosoficos, que el que existe fen los Estados Unidos; tampoco hay el mismo afin por rela- Cionar a la filosofia con la ciencia. Mi propio libro, Language Truth and Logic, cuya primera edicién data de 1936, contribuyo ‘a difundir entre el publico en general lo que podemos Tamar 1a posicion cldsica del Circulo de Viena, pero desde In guerra, en Inglaterra prevalece la tendencia a remplazar este positivismo intransigente, con sw rechazo general de la metafisica, su respeto por el método cientifico y su supuesto de que mientras los pro Piemas filoséficos sean absolutamente autenticos, se pueden re solver definitivamente mediante el andlisis légico, por una act- thd filosdfica empiriea en el sentido politico, en el sentido de ‘que Burke fue un paladin del empirismo, Se desconfia de las generalizaciones, se multiplican los ejemplos particulares vs. procede con ellos a una diseccién minuciosa. Se hace el intento Be aclarar todos Jos aspectos de un problema antes que forjar na solucion; el sentido comin reina como un monarca cons titucional si no como un monarca absoluto y las teorias filosé ficas son sometidas a Ia piedra de toque de la manera como efectivamente se usan las palabras. Ya no se trata al metafisico moa un delincuente, sino como a un enfermo: probablemente Ceiste alguna buena razn para que diga las extrafias cosas que dice. Esta técnica terapéutica, como se la ha llamado, esté bas. tante bien expuesta en la obra de John Wisdom, actualmente profesor en Cambridge, cuyas obras con articulos seleccionados, Diner Minds y Philosophy and Psycho-Analysis aparecieron en 1952 y 1953, Gilbert Ryle practica una forma mds vigorosa de terapia; profesor de metafisica en Oxford, es autor de Concept of Mind (1949), que constituye un ataque al mito cartesiano de tt fartasma en la maquina”, obra que ha tenido una influencia muy grande. Rvle comparte con Wisdom la aficién y el talento for la analogia y la metafora, y Ia tendencia de acurmular ejem- Rigs, pero teme menos a la generalizacién, es menos tolerante eres ee Gesviaciones del uso ordinariv, es’ mss dirceto con su $Mhodo que cualquier wittgensteiniano actual y esté mas dis puesto a suponer que un problema filos6fico tiene una solucion aeeercta, Lo que hoy en dia a veces se denomina Ja escuela de Oxford, que toma su tono de J. L. Austin ms que de Ryle. dirige f tal grado su interés hacia el uso ordinario del lenguaje, 41 Se podria pensar que el andlisis filoséfico ha cedido al estudio Se Peffologia, pero esta tendencia no prevalece de modo absolu te Ta obra de filosofos como Stucrt Hampshire, P. F. Strawson y David Pears revela que aun dentro del marco del género de Oxford, todavia hay margen para una amplitud bastante grande de punios de vista. La acusacién de escolasticismo que se formu: INTRODUCCION DEL COMPILADOR 15 Ia contra la “filosofia de Oxford” no carece totalmente de funda: Mento, pero tampoco esta verdaderamente Sustiticasa 4 fa epoca actual, el mundo se halla dividido de un modo singular; s1se coma ci positivismo en el sentido tas empiio, 2p €l sentido en que comprenda a todes los matices de la filosofia analitica, linguistica 0 radicslmente empiriea, este predomina tn Inglaterra y en Escandinavia,y tiene muchos partidarios en Holanda y Belgica, en Australia y los Estados Unidos; en ottes jodos sentidos se encuentra en oposicién con el marxismo: in {49 menos ambos tienen determinados enemigos en comin, pero ape floreer bao lon rinenes comuisas, en ra de que Ia obra de Lenin, Materialismo y empiriocristicismo, publi- coat en 1905, que es un ataque a Mach y sus continuadores, lo jenuncia como una forma de idealismo bargués. Por otra parte, fn muchos. paises se encuentran fildsofos que aprucban el neo fomismo, el neo kantismo, el neo-hegelianismo, el existencialiemo © cualquier otra forma de la metafisica alemana que este. de moda; tl ascendiente de Alemania sobre Francia en este sentido 3 especialmente notable. Por el contrario,en los pafses de habla Inglesa hubo durante todo este siglo una indiferencia cag tot hacia las exttavagancias actuales del pensamiento especulativo Sleman, Estas divisiones nacionales son realmente lamentables: no se presentan en las demés ramas de la cultura en In misma medida, Es especialmente caracteristico de los flésofos, la ten encia a discrepar no solamente aceren de la solueiOn a deter. tinados problemas, sino iniwo sobre I natralsa mika de Su materia de estudio y sobre los métodos con que se debe inves: pers Comovcipano pteneures uo, omic beos del Cleo fe Viena pensaron que exo se podia y se debia remediar; penss- ron que alli donde Kant habia fracasado, ellos habian triunfado, és detir, en encontrar tin modo "para poter a la filosofia en la Senda segura de una clencin". Todavis no se ha logrado este Sbjetivo ¥ quiz sea realmente inalcanzable, Con todo, puede haber progreso en la filosofiay, de una manera u oft, el movi miento positivista lo esta reslizando, 2. El ataque a la metafisica Bb nas sietssadidocite cstanjeincigson neucrened ies’ Fees) ges estegse bean eel Notvenoe en, ates ieee) por cjsuplor-un rohan Cualguara de telogin cde Moctatitea esvolastica y proguntemonoss cContiene aig racona Iniento abstract acerca de‘ cantdad yl mimero? fNo? cCom enc algtn raconandento experimental acerca de tos hechos fosus eftlentes? cTanipoce? Pues entonces arrojemoslo a Ta ho fers porque no. puede contener tm cosn que. sofismas”y Siento Eta cin eth tomada de Ia obra, Enquiry Concerning 6 INTRODUCCION DEL COMPILADOR Human Understanding, de David Hume; constituye un excelente enunciado de la postura del positivista; en el caso de los positivis- tas l6gicos, se agregé el epiteto de “légicos” porque pretendieron incorporar los descubrimientos de la légica contemporénea ; pen- saban que, en particular, el simbolismo Idgico desarrollado por Frege, Peano y Russell les seria util, pero su actitud general es la misma de Hume. Como ¢), dividian las proposiciones sig- nificativas en dos clases: las proposiciones formales como las de la légica o las mateméticas puras, que decian eran tautol6gicas, en un sentido que a continuacién explicaré y las proposiciones fécticas, que se fueran verificables empiricamente. Se suponfa que estas clases contenian todas las proposiciones posi- bles, de suerte que si una oracion no lograba expresar nada que fuese formalmente verdadero 0 falso, ni expresar algo que pu- diera someterse a una prueba empfrica, se adoptaba el criterio de que ella no constitufa una propos tener un significado emotivo, pero literalmente carecia de sentido. Se afirmaba que muchos discursos filos6ficos cafan dentro de esta categoria: las discusiones sobre lo absoluto o sobre enti- Gades trascendentes 0 acerca del destino del hombre; se dijo que esos enunciados eran metafisicos, y se sacé la conclusion de que si la filosofia habia de constituir una rama auténtica del conocimiento, debfa emanciparse de la metafisica; los positi- ‘Vistas vieneses no llegaron tan lejos como para decir que todas las obras metafisicas merecian ser condenadas a la hoguera: aceptaban, con clerto desinterés, que esas obras podian tener un ménito poético, e incluso que podrian expresar una actitud intere- Sante o estimulante ante la vida. Pero sostuvieron que aun asi, no Gectan nada que fuera verdadero o falso y que, por Jo tanto, no po- ‘fan aportar algo para aumentar el conocimiento; se condend a los enunciados metafisicos no por ser emotivos, lo que dificil mente se podria considerar en s{ mismo reprochable, sino por Pretender ser cognosctivos, por disfrazarse de algo que no era ‘Los ataques a la metafisica aparecen, en la historia de la filo- sofia, con bastante frecuencia. He citado a Hume y pude haber eitado también a Kant, quien afirmé que el entendimiento hu mano se pierde en coniradicciones cuando se aventura més allé de los limites de la experiencia posible. La originalidad de los positivistas logicos radica en que hacen depender la imposibilidad Ge la metafisica no en la naturaleza de lo que se puede conocer, Sing en la naturaicea de lo que se puede decir; sti acusacién contra cl metafisico es en el sentido de que viola las reglas que tn enunciado debe satisfacer si ha de ser literalmente signi- ficativo, En un principio, la formulacién de estas reglas estuvo vinew- tada a una concepcign del lenguaje que Wittgenstein hered6 de Russell e hizo plenamente explicita en su Tractatus. El supuesto que la fundaraenta es cl de que existen enunciados clementales én en absoluto; podia INTRODUCCION DEL COMPILADOR ” I wamen sply, Psd edge iene go me gst0s enunciados: puede suceder que ninguno de los enunciados $ que puede servirse para el acto de expresar, sea total. ‘mente elemental; pero aun esos enunciados elementales, a pesar que la base permanezca oculta, slo son significativos en ‘cuanto que dicen lo que se dirfa afirmando ciertos enunciados fiends cies Sen ata coca eget oe cao on canoe dan FER es as ie hecho atm” primar Ronis Shee emcee, grease tp re cites ee, adn oman: rman, lan oe a los enunciados clementales en cuestién. Asi, suponiendo que p 9 oe aren eerie nih A pend ep ‘© g” se forma como equivalente de “no (no-p y no-g)"; y esto Baea v0.8 falso si ambas p y q son falsas, pero verda idero fle ie py @ fo = rans caer, ay ome pv a sun ambos ee Y q verdadera. En general, dados n enunciados elemen- = seconde nm es cualquier numero finito, hay 2* distribuciones p ce verdad y falsedad entre ellos y el significado de los Pees lad etn snr clog el sgloado dee constituido por Ja seleccién de las distribuciones de verdad eee Se 9 Acro ieee as wel si Seeal cord au an esi conta bles estados de cosas con los que se relaciona, algunos lo in verdadero, y otros lo harfan falso; sin embargo, hay dos .extremos: aquel en que un enunciado ronvaieniaccaiate icién de verdad, y aquel en que difiere de todas. En el eee. es verdadero en cualesquiera circunstancias, y en eo mens canes coms dos casos extremos son el de la tautologia y el de Ia com. Gn. Desde este punto de vista, todas las verdades de la Bs stig car anaes esc igh guloga Ras Wnsead tanta Ga, entonces también las verdades de la matemética ‘son gas. W itgenstcin no ‘admitia que los enunciados ‘mate tenn iin gs ocho mate ica ine cantersons clas, amb ine = crn, imporigis ce i ana ot des conocimiento, es permitiéndonos derivar ur i iro, esto es, sacando a relucir las imy ic Py ose, scanio a rela as implications de fo queen, fautologias no dicen nada a causa de su excesiva modes: 8 INTRODUCCION DEL COMPILADOR tin: como concuerdan con todo posible estado de cosas, nada afirman sobre los hechos. Asi, obtengo alguna informacién, ver- dadera o falsa, sobre las costumbres de los leones si me dicen {que son carnivoros ¢ igualmente si me dicen que no Io son; pero decirme que son 0 no son carnivoros no es decirme acerca de éllos nada en absoluto. Andlogamente, las contradicciones no dicen nada por su excesiva quisquillosidad: estar en disctepancia con todo estado posible de cosas es estar también descalificado para proporcionar informacién alguna. No aprendo nada, ni siquiera falso, acerca de las costumbres de los leones si me dicen que son ¥ no son carnfvoros ; segtin esta interpretacién, las tautologias y las contradicciones son casos degenerados de enunciados féc- ticos. Por otra parte, las afirmaciones metaffsicas carecen de sentido porque no tienen relacién con los hechos, no estén for- madas en lo absoluto a partir de ningunos enunciados elemen- tales. ‘Como Wittgenstein no explicé lo que consideraba enunciados clementales, no aclaré plenamente en qué punto se establece que ingresamos en el dominio de la metafisica; sin embargo, parece- ria que cualquier intento de caracterizar a la realidad como un todo, cualquier afirmacién como la de que el universo es esp ritual, o la de que todo cuanto acontece es bueno en cl mejor de los mundos posibles, para é1 debié haber sido metafisica ya que esas afirmaciones no distinguen estados posibles de cosas en el mundo (ninguna cosa que ocurra seré caracterizada como espiritual 0 se consideraré que ocurre para bien), de donde se sigue que no son fécticas. Ni el uno ni el otro parecen estar for- mados por enunciados fécticos del modo como lo estén las tautologias. ¥ aun cuando lo estuvieran, no dirfan nada. Cualquiera que haya sido 1a opinién del propio Wittgenst sus discfpulos tomaron por cosa sabida que los enunciados ele mentales que admitian este criterio de significacién eran rela- clones de observaciones; como més adelante veremos, no tardaron ten estar en desacuerdo acerca del carécter de dichas relaciones. Hubo una discusién acerca de si eran infalibles y sobre si se referfan a las sensaciones privadas del que habla 0 a acontect mientos fisicos piblicos, pero se estaba de acuerdo en que, de luna manera u otra, proporcionaban la piedra de toque con cuya referencia se verificaban empiricamente todos los demés enun- Ciados. ¥ como, sean la teoria de Wittgenstein, s6lo ellas daban & los counclados su contenido féctico, a ellas se debia también su significado; mas tarde esta opinién se resumié en el célebre Tema de que el significado de una proposicién consiste en su método de verificacién. EI supuesto que descansaba tras este lema era el de que todo Jo que se podia decir, se podia expresar en términos de enun- ciados clementales. Todos los enunciados de un orden més ele- vado, incluidas las hipétesis cientificas més abstractas, no eran INTRODUCCION DEL COMPILADOR w Bl fin més que descripciones taquigréticas gbsersables; pero resultaba muy difell soatener cote supucete, Particularmente era vulnerable cuando se consileraba alos cng Siados lemeniaies como repstron de ln eapenicnces sedans dl sei, pucs aunque a tees se sostune que igs comers = a ot esos fisicos podian traducirse fielmente @ enuncia- es sobre dats sensoraley munca seis diche iaducceen en ee ay canes Yazones para suponer que no es factible; fii, cot election de'n Rindanete paneabe opt Hiencias privadas del sujeto a las experiencias de los damage ; a las experiencias de los demas y mundo publico, Es ciero que Carnap, en su Der logisohe dup fer Welt (1928), hizo un valerot imiento de Soe se Hibdo nuestro aparalo de concepios ciple onic oe pasts, tomaldo camo punto de parida i sola Socies Paks a de’ In analogla recofdada, pero mis tarde reesei Rive peepee no habia tenido éxito; resultaba mas facil la eign para quienes trataban'a los esunclados elemosies mo descripciones de acontecinientos fsicos an Geman BeciG on dud si clo era lego: porlo menos no es paetee el problema del solipsismo o el problema de reducir los Bbjetos fisicos a datos sensoriales, Pele subsisina Sion ruse, ics guirs la mas grave de toda era caso dees ances sales sobre una ley, pues mientras a worded ae ee se, pm ates mediante ecpcantiba th de ejemplos bles, és formalmente no se funda eh Sin nee Sabra peat 9c: ciao cow, are er lo sigifen que los enunciados de ca Clase auea son noes ables do un modo concluyente: por ott parte pussen ser mentidos de tna manera conchayente eh rasén be ae a mplo nega formelmente fos contadite: For cea’ asbn, per supiié en su Logit der Forsshang vac Ce Taqueria un enunciad factico ex qe, en"princiglo seg de ser desmentido y argiila que, aparte de la superioridad esto eriteri, concordaba inde con el matte cen B. ya que los hombres de’ ciencia formelan Gimeeee gen 2 prucba buscando ejemplos contiaros’ beeen ee un ejemplo contrario, se desecha Ia hipdtesis. ose la fica; en caco contrari,‘se consete: Bl cohen te Poco Me Sus propios deméritos, como el mismo recomo, soe pore Petuuite hogar un enunciado existencia iedeheno me harlo: se puede decir que no existen los hombres ‘abomina. sieves, Ya que esto quedania desmeniae a Ge Pero 00 te puede deci que eslsiaa los hombres aeeane mieves) Ya que a cito no puede domenica Bide auc no hays cocontrade signe meee modo concluyente que no exista ninguno. Lo que se podria co que existera algano en un huge ¥ tiga tee 2» INTRODUCCION DEL COMPILADOR INTRODUCCION DEL COMPILADOR a dos y el enunciado resulta legitimo tinicamente si se da esta nueva especificacién;; en otro caso, habra que considerarlo como meta- fisico, aunque esto sea més bien reducir las fronteras de la metafisica. Debido a estos y otros problemas, entre los positivistas l6gicos Ilegé a prevalecer la opinion de que la exigencia de que un enum clado sea verificable de un modo concluyente 0 de que sea des- mentible de una manera concluyente, es en ambos casos dema- siado rigurosa como criterio de significacion. En vez de ella, optaron por darse por satisfechos con un criterio mas débil que tinicamente exigia que un enunciado fuese capaz de ser confir- ‘ado o refutado en algin grado por la observacin: st no era tun enunciado elemental, tenfa que ser de tal {ndole que lo pudie- ran apoyar enunciados elementales, pero éstos no necesitaban garantizarlo ni garantizar su negacin; infortunadamente, esta ocién de “apoyo” o de “confirmacién” nunca se formali26 ade- cuadamente. Se hicieron varios intentos para dar al “principio de verificacién” en esta forma débil, una expresién totalmente pre- isa, pero los resultados no fueron satisfactorios; sin embargo, fl principio se emple6 antes de que fuera formulado adecuada- mente, su contenido general se considers lo bastante claro. Ya he dado ejemplos del tipo de discursos filos6ficos que permitié eliminar, pero su capacidad destructiva no se limité a lo que podriamos lamar las formas més burdas de la metafisica. Tal Como lo emplearon los positivistas vieneses, acabé con la ma- yorla de los problemas perennes de Ia filosoffa. De este modo, os problemas a discusién entre monistas y pluralistas 0 entre realistas ¢ idealistas, no fueron considerados menos espurios que {os relativos a las limitaciones del Ser o a un mundo trascendente de valores, pues, gqué prueba empfrica podria decidir si el mundo es uno 0 muchos, o si las cosas que percibimos existen 0 hho fuera de nuestra mente? Es caracteristico de tesis flloséficas rivales como el realismo y el idealismo que ambas sean con- gruentes con todas las apariencias, cualquiera que sea su conte ido, pero precisamente eso es Io que condenan los positivistas. Una obvia objecién al principio de verificacién y de la que rapidamente se apoderaron Ios adversarios de lus pusitivistas, ra: ica en que no es verificable por si mismo. Supongo que se po- ria tomar como una hipétesis empirica acerca del modo como a gente usa efectivamente la palabra “significacién", pero en este caso aparecerfa como falso, ya que no es contrario al uso ordinario decir que los enunciados metafisicos son significativos sin embargo, sus defensores tampoco formularon el principio como resultado de alguna investigacion empirica; en ese caso, {qué condicién crefan que tenia? do con ta terminologia de la légica; (3) 1a formulacién de acuerdo eorin terminologia de la teorfa del conocimiento; (4) de acuer- do con Ia filos ‘Wittgenstein ha afirmado que (2) expresa lo que los fildsofos han querido decir por (4): el sentido de una proposicion radica tarsus condiciones (criterio) de verdad. [(1) es la formulacién Shetalégica; més tarde daremos, en otro lugar, una exposicién Getallada de la metaldgica como teorfa de la sintaxis y del senti- do, es decir, de las relaciones de derivacién.} "ea el caso de muchas palabras, especificamente en el de 1a mayoria de las palabras de la ciencia, es posible precisar su sig- Miedo retrotrayéndolas a otras palabras (“‘constitucion”, defi pition). Por ejemplo: “ ‘artrépodos’ son animales que poseen un aioe seymentado con extremidades articuladas y una cublerta Gerquiting’, De esta manera ha quedado resuelto el problema ee aanencionado en relacién a la forma proposicional elemental ae is palabra “artrépodo", esto es, para Ia forma proposicional fe te Paix es un artropodo”. Se ha estipulado que una proposi- Gan ole esta forma debe ser derivable de premisas de Ja forma sense animal”, “X_posee un cuerpo segmentado”, ““X posee ‘Cisemidades articuladas", “X tiene tna cubierta de quitina’” y LA SUPERACION DE LA METAFISICA o inversamente, cada una de estas proposiciones debe ser deri- le de aquella proposicién. Por medio de estas estipulaciones bre derivabilidad (en otras palabras: sobre su criterio de ver- el método de verificacién, el jo) de la proposicién emental sobre “artrépodos”, se fija el significado de la palabra ropodos”. De esta manera cada palabra del lenguaje se retro- ‘a otras y, finalmente, a las palabras qué aparecenr en: las as: "proposiciones de observacion” o “proposiciones proto” flares”. A través de este retrotraimiento es como adquicre st pnificado una palabra. sstt0S propésitos podemos dejar de lado el problema tivo al contenido y a la forma de las proposiciones primarias oposiciones protocolares), mismo que aiin no ha sido resuelto fnitivamente. En la teoria del conocimiento se acostumbra ‘que las proposiciones primarias se refieren a “lo dado”, © no ha habido unanimidad respecto a qué es lo dado. A veces Sostenido que en una proposicién de este género, lo dado se ‘a las cualidades sensoriales més simples o a algin orden isentimientos (por ejemplo, “caliente”, “azul”, “alegria”, y ast ivamente); en otras, el criterio se ha inclinado a la com sign de que las proposiciones primarias no pueden referirse ' experiencias globales y a relaciones de semejanza entre ‘Otra postura més sostiene que estas proposiciones prima- whan de referirse a objetos. Independientemente de esta fsidad de opiniones, se ha establecido que una secuencia de bras s6lo posee sentido cuando se han fijado sus relaciones cién de proposiciones protocolares, cualesquiera que ‘ser las caracterfsticas de éstas\ Similarmente, una pala- y tiene significado cuando las proposiciones'en las que sparecer son susceptibles de retrotraerse a proposiciones dn), la estipulacion de este criterio elimina cualquier Tibertinaje respecto a lo que nos gustaria que “‘significa- palabra. Si la palabra ha de recibir un significado exacto Tmutilarse su eriterio de aplicacién; pero, por otra par- podemos usar algo mas que Io fijado por el criterio de 1 ya que éste establece una deterninacién suficiente Psignificado. El significado esta implicitargente contenido en grio y lo que resta hacer es explicitarlo,| gainos, a manera de ilustracién, que alguien inventara bra nueva “‘tago” y sostuviera que hay objetos que son by objetos que no To son. Gescubrir el significado de esta palabra le preguntaria- su criterio de aplicacién: ¢cémo determinamos en un ” FILOSOFIA, METAFISICA Y SIGNIFICADO aso concreto si un objeto-dado es tago o no lo es? Supongamos {que no cs capaz de respondernos en concordancia con un crite- Ho de aplicacion: no existen signos empiricos de taguidad —nos dice, En este caso tendremos que negar la legitimidad del uso del vocablo. Si la persona que usa la palabra insiste de todas maneras en que hay objetos que son tagos y objetos que no son tagos, para el modesto y finito intelecto humano no resta sino considerar que lo que es tago sera un secreto eterno, pero entre- tanto podemos designarlo como un mero flatus vocis. Acaso persista en aseguramos que, a pesar de todo, él quiere “signifi Ear” algo con la palabra “‘tago”. De ello inferiremos solamente €l hecho psicolégico de que esta asociando a Ia palabra algunas {mégenes y sentimientos. Mas no por ello adquiere ésta algun significado, Si no se estipula un criterio de aplicacién para la nueva palabra, no existe aserto alguno en Jas proposiciones en ‘que aparece, y éstas resultan ser meras pseudoproposiciones. Como segundo caso, supongamos que se establece el criterio de aplicacion para una nueva palabra, digamos “tego”; especifice- mente, la proposicién “este objeto es tego es verdadera si, y Solamerte si, el objeto es cuadrangular” (para nuestras reflexior nes resulta irrelevante que este criterio esté explicitamente es: tablecido o que podamos obtenerlo de la observacign de los usos de caracter afirmativo y negativo del vocablo). Entonces dire- mos: la palabra tego es sinénimo de la palabra “cuadrangular” y no consideraremos como admisible que aquellos que 1a utilizan fos digan que, sin embargo, ellos querian "significar” con ella algo mas que “cuadrangular”; que desde luego cada objeto cus- drangular sea también tego, e inversamente, es el resultado de (que fa cuadrangularidad sea la manifestacién visible de Ia tegui- dad y que esta ultima en si se halle oculta, no siendo una, pro- Piedad observable por s{ misma. Replicaremos que después de Gue este eriterio de aplicacion ha sido fijado mediante la preck on de la sinonimidad de tego = cuadrangular no tenemos pos- terior libertad para “significar” esto o aquello con el vocablo. Resurvamos brevemente el resultado de nuestro andlisis. Sea wq” una palabra cualquiera y “P(a)” la proposicién elemental en la que aparece. La condicién necesaria y suficiente para Que “a’' tenga un significado puede darse en cada una de las formulaciones siguientes, que dicen fundamentalmente lo mism 7 Que las notas empiricas de “a” sean conocidas. 2 Que haya sido estipulady de qué proposiciones protocolares es derivable "P (a)’ '3, Que las condiciones de verdad para “P (a)” hayan sido esta- Dlecidas. 4. Que el método de verificacién de "P(a)” sea conocido? 1 Para un estudio de Jas concepciones logicas y epistemolbeicas qv, ‘aun a iluvendo. el fundamento de nuestra exposicion, s6lo pueden ser san Geadas nqut de un modo breve, véase Wittgensteln: Tractatus togico- LA SUPERACION DE LA METAFISICA n 3. Palabras metafisicas carentes de significado ss acters en Se Bs ccc re ae es tan carentes de significado * tee err mo pe te, oe eae a ee mes emoligico 0 axioma). . ‘a4 evens on re ate slugs, el Cenema) incl io del ae (o de eee een east oceleee) eee ae piritu, a la idea, al inconsciente, a la accién, al bien y a otros ra “principio” en este problema metafisico, debemos pregun- encttacs fae ar cas ea wee Se ee ie set re aacre cece eee aplicacién o por la definicién de la palabra “principio”. El me- ies so fended wronsiantns Cone set oe \cipio q as oe oY, ae de X", “el ser de Y eee eee oe ee ee jones posibles. Frecuentemente presentan un signific ee eee sete de” X y observamos que las cosas 0 procesos ise fay fol Neen iil pt ARS Se |. Pero el metafisico nos dice que lo que él quiere “significar” Paes atin oon ae Gea Sie ra er eae ee TERE ogee taro te S| reflexionamos sobre el significado’ original de, ea rnc” fo dln palabras gris. correpondie ne encontramos esta misma cvaluciée Us palabre'ee care ite desposeida de su significado original de “comienzo"; no Bone que signifique prioridad temporal ninguna, sino una id diferente, especificamente metafisica. Sin’ embars Tos criterios para esta “especificacion metafisica” En am: 192 version eapaola, Revista de Occiden {Camap’ Der loische Aufbau der Wel, 2g Madeid, 1957 n FILOSOFIA, METAFISICA Y SIGNIFICADO bos casos la palabra ha sido desprovista de su significado original sin que se le haya otorgado alguno nuevo; lo que resta de todo cllo es una especie de céscara vacfa, Frecuentemente se asocian diversas imagenes mentales proce- dentes de las épocas primigenias en las que el vocablo fue usado significativamente a imagenes mentales nuevas y sentimientos aparecidos con motivo de su uso dentro de su nuevo contexto. Ello no es razén para que la palabra devenga signficativa; per- manecera asignificativa mientras no le sca asignado su método de verificacién. ‘La palabra “Dios” es otfo ejemplo. Haciendo caso omiso de Ja variedad de empleos que ha tenido en tantos érdenes, podemos distinguir sus usos linglisticos a través de tres contextos distin- tes, de tres situaciones historicas que incluso llegan a coexistir Parcialmente en el orden temporal. En su uso mifotdgico la Palabra tiene un significado claro. En ocasiones ella misma —o Jos términos equivalentes de otros lenguajes— es utilizada para designar a seres corpéreos que estan entronizados en el Olimpo, en el Ciclo o en Jos Infiernos y que se hallan dotados en mayor © menor grado de poder, sabiduria, bondad y felicidad En ocasiones se la utiliza también para designar a seres espiti tuales que, a pesar de no tener cuerpos semejantes a los hu- manos, se manifiestan en alguna forma en cosas 0 procesos del mundo visible y resultan, por consiguiente, empiricamente com- probable: Por el contrario, en su uso lingiifstico metafisico la palabra “Dios” designa algo que est4 més alli de la experiencia. El vocablo es deliberadamente despojado de cualquier significado relativo frum ser corporeo oa un ser espiritual que se halle inmanente en lo corpéreo, y como no se le otorga un nuevo significado deviene asignificativo. A menudo puede parecer que la palabra “Dios” también posee significado en el orden metatisico, pero ante una cuidadosa inspeccién las definiciones establecidas al respecto han mostrado ser, pseudodefiniciones. Ellas conducen © a secuencias de palabras Jogicamente-ilegitimas, —que poste- Tiormente serdn analizadas— 0 a otras expresiones metafisicas (por ejemplo: “Ia base primordial”, ‘lo absoluto”, “lo incondi- clonado”, “lo independiente”, “lo auténomo”, y ast 'sucesivamen- te), pero jamés a las condiciones de verdad de su. proposicién elemental. En el caso particular de este vocablo ni siquiera se ha satisfecho la primera exigencia de la l6gica, 0 sea la de la espe cificacién de su sintaxis, es decir, de la forma como aparece en su proposicién elemental. En este caso la proposicién elemental deberia tener la forma “X es un Dios”; sin embargo, el meta- fisico rechaza completamente esta forma sin sustituirla, por otra ©, si llega a aceptarla, no indica la categoria sintactica de la variable X. (Son categorias, por ejemplo: cuerpos, propiedades de cuerpos, relaciones entre cuerpos, ntimeras, etc.) LA SUPERACION DE LA METAFISICA B _ El uso ‘eoldgico de Ia palabra “Dios” se sitda entre el uso mi- plégico y cl metafisico. No hay aqui un empleo propio, sino una in del uno al otro de los usos mencionados. Algunos teé- tienen un soncepto de Dios claramente empirico (esto vs, itol6gico, de acuerdo con nuestra terminologia). En este caso tios hallamos ante pseudoproposiciones, pero Ia desventa €l tedlogo consiste en que, de acuerdo con esta interpreta- las proposiciones de la teologia son empiricas y, por lo tanto, lan sujetas a las decisiones de la ciencia empirica. El empleo lingiifstico que otros tedlogos hacen cle este término laramente metafisico; hay otros ain que no siguen una direc- definida puesto que en alguna ocasion so valen de un uso istico y mas tarde de otro, 0 bien se expresan en términos 1uso no puede ser clasificado con precision, va que tienen peardcter ambiguo y referible indistintamente a cualquiera de dos usos ya sefalados. |,¥ como los ejemplos ya examinados de “principio” y de "la mayor parte de tos otros términos especificamenté me- se halla desposeida de significado, por cjcmplo, “la Idea, bsoluto”, “lo Incondicionado’, “Io Infinito”, “el Scr-que-es do", “el No-Ser”, “la Cosa-on-Si", “el Espiritu Absoluto”, “el fritu Objetivo”, “ia Esencia’” “el Seren-y-parae “lg Emanacign”, “la Manifestacion”, “la ‘Articulacién”, "el “el No-Ego”, etc. Con estas expresiones sucede lo mismo ‘con la palabra “tago”, nuestro ejemplo anteriormente fabri- El metafisico nos dice que no. pueden especificarse con. nes empiricas de verdad; si a ello agrega que a pesar de quiere “significar” algo con ellas, sabremos entonces que trata en ese caso sino de una mera alusion a imagenes y jentos asociados a las mismas, lo que sin embargo no les ignificado. Las pretendidas proposiciones de 1a meta- sa que contienen estas palabras no tienen sentido, no declaran son meras pseudoproposiciones. Mas tarde inquiriremos rea de su origen histérico. sentido de una proposicion ahora hemos estudiado solamente aquellas pseudopropo- 8 que contienen una palabra asignificativa. Pero hay ade- segundo género_ de, pseudoproposcionesd éstas_constan ores eee eer “Se -sintaxis de un Tenguaje especifica faciones de palabras son admisibles y cules inadmi- ‘embargo, la sintaxis gramatical de un lenguaje natu: 9 €s capaz de realizar la tarea de climinar todos les casos ciones de palabras que resulten sin sentido. Tome- jomo ejemplo las dos secuencias de palabras si ” FILOSOFfA, METAFISICA Y SIGNIFICADO 4) "César es y." 2) “César es un mimero primo.” La secuencia de palabras (1) esta construida antisintacticamen- te. Las reglas de la sintaxis exigen que el tercer término esté ocu- pado no por una conjuncién, sino por un predicado, sca un Sustantivo (al que puede acompafiar un articulo) o un adjetivo. Por ejemplo, la secuencia do'palabras “César es un general” est formada de acuerdo con las reglas de la sintaxis. Es, por tanto, ‘una secuencia de palabras plena de sentido, una genuina propo- sicin, La secuencia de palabras (2) es sintacticamente correcta, puesto que posee la misma forma gramatical que la proposicién anterior. Sin embargo (2) carece de sentido. “Numero primo” ‘es un predicado de los nimeros; no puede ser ni afirmado ni ne~ gado de una persona. A pesar de que (2) aparenta ser una pro- posicién no lo es, no declara nada, no expresa ninguna relacion ‘objetiva existente o inexistente. Por ello lamaremos a esta se- cuencia de palabras "pseudoproposicién” EI hecho de que en este caso no se hayan violado las reglas de Ja sintaxis gramatical parece inducir a primera vista a la opinién errénea de que estamos frente a una proposicién, aunque ella sea falsa. Pero “A es un mimero primo” es falso si, y solamente si, A es divisible entre un numero natural distinto de A y de 1; eviden: temente es ilfcito sustituir en este caso “A” por “César”, Este ‘ejemplo ha sido escogido porque el sinsentido resulta facilmente detectable en él. Pero no siempre resulta facil reconocer ¢l ca- racter de pseudoproposicién de algunas de las llamadas propo- siciones de la metafisica. El hecho de que los lenguajes cotidianos permitan la formacién de secuencias verbales carentes de sentido sin violar las reglas de Ia gramatica indica que la sintaxis grama- tical resulta insuficient? desde un punto de vista légico. Si la sintaxis gramatical tuviera wna exacta correspondencia con la sin- taxis I6gica no podrfan formarse pseudoproposiciones. Si la sinta- xis gramatical no solamente estableciera diferencias en el orden ccategorial de las palabras, tales como sustantivos, adjetivos, ver~ bbos, conjunciones, etc, sino que hiciera dentro de cada una de estas categorias las diferencias posteriores que son Iogicamente indispensables, no podrian constitulrse pseuduprupysiciones. Por ejemplo, si se subdividiera gramaticalmente a los sustan tivos en distintas clases de acuerdo con las propiedades asigna- das, sea a los cuerpos fisicos, sea a los ntimeros, etc., entonces las ‘palabras “general” y “niimero primo” pertenecerfan a dife- rentes clases gramaticales de palabras y (2) seria tan contrario al Ienguaje como (1), por lo que en un lenguaje correctamente construido toda secuencia de palabras carente de sentido serfa de la clase del ejemplo (1). Meras consideraciones de orden gra- ‘matical las climinarian de manera casi automdtica; es decir, que Serfa innecesario el prestar atencién al significado de cada pala- ‘bra individual a efecto de evitar sinsentidos, bastarfa con atender LA SUPERACION DE LA METAFISICA Bs f@ su orden sintactico (por ejemplo, serfan “categorias sintécti- " eas” cosas, propiedades de cosas, relaciones entre cosas, niimeros, propiedades de mimeros, relaciones entre nimeros, y as{ sucesi- Wamente). En consecuencia, si se justifica nuestra tesis de que Tas proposiciones de la metafisica son pseudoproposiciones, en “un Iengyaje construido de un modo légicamente correcto Ja me- fafisica no podria expresarse. Aqu{ se revela la importancia Silo- fica de Ia tarea de elaborar una sintaxis légica que ocupa a los Togicos en la actualidad. Pseudoproposiciones metaftsicas os a examinar algunas pseudoproposiciones metafisicas en {que resulta especialmente obvia la violacién a la sintaxis 16- , aun cuando éstas se ajusten a la sintaxis histérico-grama- eal. Seleccionaremos algunas proposiciones de aquella teoria ffisica que al presente ejerce la influencia més fuerte en nania:? "Sélo debe ser investigado Lo-que-esté-Siendo y por lo is —nada; Lo-queestéSiendo solamente y —nada més; hicamente Lo-queestéSiendo y fuera de ello —nada, ¢Cudl es situacién en torno a esta Nada?... ¢Existe la Nada sélo porque iste el No, es decir, la Negacion? ¢O sucede a la inversa? iExisten ta Negacidn y et No s6lo porque existe la Nada?.... NOs- postulamos: Ia Nada es més originaria que el No y Ja wgacién. .. Dénde buscaremos la Nada? ¢Cémo encontraremos Nosotros conocemos la Nada. .. La angustia revela la {te y por lo que nos angustidbamos era ‘propiamente” ‘De hecho: la Nada misma —como tal— estaba abi... es fa situacion en torno a la Nada?... La Nada misma “Formaremos a continuacién un esquema, a efecto de mostrar la posibilidad de formar pseudoproposiciones se basa en jencias Idgicas del lenguaje ‘Las proposiciones bajo la columna I son impecables tanto gra- matical como Idgicamente y, por consiguiente, plenas de sentido. roposiciones bajo la columna IT (a excepcién de B 3) tienen fperfecta anologia gramatical con aquéllas de Ia primera co- . Sin embargo, la forma proposicional IT A (como pregunta espuesta) no satisface las exigencias que impone un lenguaje famente correcto. A pesar de ello resulta plena de sentido, atch Wat Sa Metaphyti e Me Hesiogger, 958 Croue er meta? ra Was . Heider, se metafistc?, m espatiia de X. Zubin, Revists Cruz ¥ raya, Madrid, 1983; reimpresa cavo ardiendo, Ea. Séneca, México, BHI. Ua traduccién se ha hecho ente. del slerian, sin foriar en cuenta le" Waduccion espattola de y por eonsideraria ids Nteraria que textual (T.)) Fodriamos igual ‘Maher selerionado patajes de cualquier otro de los numerosos mete ractualgs"o-pretrits, pero Tor Dasajes seleeclonados cumplen de ‘opecialmente adecuada con cl propos de ilstrar nuestra tsi. % FILOSOFIA, METAFISICA Y SIGNIFICADO L 1 a Surgimiento en el ten Proposiciones det uae dinar de pro- Lengua " tube lenguaje ortinario poskiomes carentes de _tdgicamente Plenas de sentido. Senido-a parr de pro correct. posiciones. con sentido a2, A. cOué hay afuera? A. No hay (no exis sy be wn an ae inka Ce ‘af(Na) ~(x).af(3) B. gCudl es la situa B.“{Cudl es la situa B. Ninguna de estas Gién en toro aesta cién en torno a formas puede sé Muvia? (Es decir, esta Nada?” quiera Ser cons. qué hace la lluvia?) Na) truida ED), A. eQué hay afuera? Nada”, “Encontra- (Lt) mos ‘la Nada”, “Conocemos la J. Gonocemos Ja ly. 1. ‘Bugcamos 1a Nada” (Na) 2. La lluvia llueve 2. “La Nada nadea” MLL) na(Na) 3.“La Nada existe s6lo porque..." ex(Na) ya que puede ser traducida a un lenguaje correcto. Esto apa- Tece en la oracién IITA, que tiene el mismo sentido que IIA. La insuficiencia de la forma proposicional ITA se demuestra en que a partir de ella es posible egar, por medio de operaciones gra- maticalmente impecables, a las formas proposicionales carentes de sentido del grupo IIB, que han sido tomadas de las citas precedentes. En el lenguaje correcto de la columna III estas formas ni siquiera pueden ser conetruidas. Sin ombargo, st ca. rencia de sentido no parece inmediatamente obvia, ya que razén de la analogia con las proposiciones plenas de sentido 1B es facil ser inducido a engafio. La deficiencia de nuestro len- guaje comprobada aqu{ reside, por lo tanto, en que a diferencia de un lenguaje légicamente correcto, gramaticalmente.admite igualdad formal entre secuencias de palabras con sentido y ca- rentes de él. Hemos agregado a cada una de las oraciones la formula que le corresponde en Ia notacién de la l6gica simbélica. Estas formulas facilitan el reconocimiento de la analogia ind= seable entre las formas proposicionales TA y ITA que da origen ‘las construcciones carentes de sentido del grupo IIB, LA SUPERACION DE LA METAFISICA n Ina inspeccién cuidadosa de las pseudoproposiciones que es- ajo Ta cia 1B nos muestra algunas cferencis més entre La construccién de las proposiciones de la columna If se ‘simplemente en el empleo equivocado del término “nada” @ un sustantivo, debido a que en el lenguaje ordinario se bra asimismo el uso de esta forma para la construccién osiciones negativas de existencia (véase ITA). En un ije correcto se utiliza para este propdsito no un nombre licular, sino una determinada forma Idgica de la proposicién. TITA); en la proposicion II B se agrega algo nuevo, a esta én errdnea del nombre, a saber, se factura la palabra fativa “nadear’. Sefialamos con anterioridad que las pa- asignificativas de la metafisica deben ordinariamente su al hecho de que una palabra significativa es privada de ignificado, a través del uso metaférico que se le da en ella, faut nos encontramos con uno de esos casos singulares en que se ha introducido una palabra nueva que desde su ori- ‘mismo careci6 de todo significado; aqu{ la proposicién ana- ja carece de sentido por una doble razén. También por dos nes debemos rechazar proposiciones como IB 3: en prime- = coincidiendo en esto plenamente con las, proposiciones sriores— por el error de usar la palabra “nada” como sustan- 'y en segunda, por el hecho de encerrar una contradiccién aun cuando resultara admisible la introduccién de ‘nad: no el nombre o la descripcién de algiin objeto, Ia existencia ise objeto resultaria negada por su propia definicién, en ‘que en la proposicién ITB3 se afirmaria nuevamente su stencia. Esta proposicién deberfa ser considerada contradic- '¥, por lo tanto, disparatada si no hubiera sido calificada ya carente de sentido. caso a la vista de los burdos errores Idgicos que hemos ha- fo en las oraciones del grupo IB, pudiéramos vernos indu- dos @ sospechar que en la obra mencionada la palabra “nada” ‘wer tenga un significado completamente distinto del acos- wbrado, Esta sospecha se ve fortalecida al leer que la angustia ‘a la Nada, que en la angustia est presente Ia Nada mis- fa como tal. Aqui la palabra “nada” parece referirse a determi- a disposicién emocional, acaso de orden religioso o de algun tro capaz de sustentar una emocién semejante. Si éste hubiera do el caso no se hubieran cometido los errores légicos ano- en las proposiciones del grupo IB. Pero ya el principio cita textual anterior prueba que no es posible dar esta tacién. La combinacién de "s6lo” y “'y por lo demés, ida’ muesira sin duda que la palabra “nada” tiene aqui el nificado usual de particula logica que sirve para la formula- én de una proposicién existencial negativa. La introduccién la palabra “nada” es seguida por la pregunta dominante del ado: , Cudl es la situacién en torno a esta Nada?” we FILOSOFIA, METAFISICA Y SIGNIFICADO LA SUPERACION DE LA METAFISICA » Nuestras reservas respecto a una posible interpretacién erré- nea se desvanecen totalmente al notar cémo el autor del tratado esta claramente al tanto de la oposicién que surge entre sus interrogantes y respuestas por una parte, y la légica por la otra. “Tanto la pregunta como la respuesta con respecto a la Nada en si mismas son igualmente un contrasentido. .. La norma fun damental del pensamiento a la cual se apela cominmente, el principio de_no-contradiccién, la ‘1dgica’ general, rechaza esta pregunta.” ;Tanto peor para ia légica! Debemos abolir su sobe- Tania: “Cuando el poder del extendimiento es quebrantado de tal mancra en el campo de las preguntas acerca de la Nada y el Ser, entonces también se ha decidido con ello el destino del do- minio de la ‘logica’ dentro de la filosofia. La idea de la ‘Iogica’ misma se disuclve en el torbellino de un preguntar mas origi: nario.” Pero, gestara de acuerdo Ja sobria ciencia con el torbellino de un preguntar antilogico? También a ello se ha dado respuesta: La pretendida sobriedad y superioridad de la ciencia se trans- forma en ridiculez si ella se rehusa a considerar seriamente a la Nada.” Aqui hallamos una buena confirmacion de nuestra tesis un metafisico Hega por si mismo a la conclusion de que sus “interroganies y respuestas son irreconciliables con la Iogica y con Jas formas del pensamiento de la cienci ‘Ahora aparece claramente la diferencia entre nuestros puntos de vista y los de los antimetafisicos precedentes; nosotros no consideramos a la metafisica como una “mera quimera” o “un euento de hadas”. {Las proposiciones de los cuentos de hadas no entran en conflicto con la ldgica sino sélo con la experiencia; tienen pleno sentido aunque sean falsas. La metafisica no es tampoco una “supersticién’’; es perfectamente posible creer tan- to en proposiciones verdaderas como en proposiciones falsas, pero no es posible creer en secuencias de palabras carentes de Sentidod Las proposiciones metafisicas no resultan aceptables ni aun consideradas como "hipstesis de trabajo”, ya que para una hipétesis es esencial la relacién de derivabilidad con_proposicio- nes empiricas (verdaderas 0 falsas) y esto es justamente Io que falta a las pseudoproposiciones. ‘Alegando Ia llamada limitacién de la capacidad de conocimiento humana, se ha hecho el intento de salvar a la metafisica opo- niendo ia siguiente objecién efectivamente, las propo: metafisicas no pueden ser verificadas ni por el hombre ni por ningin otro ser finito. A pesar de todo, pueden tener validez como conjeturas acerca de las respuestas que un ser con una capacidad de conocimiento superior o aun perfecto pudiera dar ‘a nuestras interrogantes, y con este carscter de conjeturas deben ser consideradas, después de todo, como con sentido. Conside remos lo que sigue en oposicién a esta objecién. Sino puede especificarse el significado de las palabras 0 si la secuencia de éstas no concuerda con las reglas de la sintaxis, no estaremos nteando siquiera un problema. (Pignsese en los pseudoproble- jes esta mesa taga?", “ges el numere 7 sagrado?”, “zqué sros son mas oscuros, los nones o los pares?”). Donde no fencerrado un problema, ni aun un ser omnisapiente puede onder. “El objetante quizd respondiera ahora que asi como el vidente tede comunicar al ciego un nuevo conocimiento, un ser supe tal vez. podria comunicarnos un conocimiento metafisico, por emplo el de que el mundo visible es la manifestacién de un es- itu. Reflexionemos qué quiere decir “nuevo conocimiento’ ‘concebible que pudiéramos encontrar animales que nos infor acerca de un nuevo sentido. Si estos seres nos demostra- fel teorema de Fermat o inventaran un nuevo instrumento de tigacidn fisica o formularan alguna ley natural hasta ahora horada, entonces nuestro conocimiento resultaria incrementado Su ayuda, porque esto podria ser comprobado por nosotros. lun modo semejante el ciego también puede entender y com- bar la totalidad de los conocimientos fisicos (y, por consi- énte, todas las proposiciones de quien ve). Pero si estos seres jtéticos nos dicen algo que no podemos verificar, entonces otros tampoco lo podremos comprender en este caso no nos ‘sido comunicada ninguna informacion sino meramente soni- verbales desprovistos de sentido, aun cuando tal vez aso- f imagenes. Siguese de aqui que nosotros podriamos am- ‘cuantitativamente nuestro conocimiento mediante la ayud le otros seres, pero que no es posible acicionarle un conoci- ito que en principio fuera de una clase distinta. Mediante fayuda de otros seres podemos legar a conocer con un alto ide certidumbre lo que nos es incierto, pero lo que nos es jprensible, carente de sentido, no puede devenir pleno de ntido con la ayuda de otro ser, asf supiera cnormidades. Por ingin dios y ningiin diablo podran ayudamnos a obtener gin conocimiento metafisico. Carencia de sentido de toda metafisica ps ejemplos de proposiciones metafisicas que hemos analizado oceden de: tin solo tratado, pero nuestros resultados son tam- én validos, en ocasiones incluso textualmente, para otros siste- i$ metafisicos. Cuando en el tratado mencionado se cita lauda- ymente una proposicion de Hegel (“El Ser Puro y la Nada por consiguiente, son Uno y lo mismc”), la invocacién esta snamente justificada, La metafisica de Hegel tiene exactamente mismo cardcter légico que este moderno sistema metafisico, Jo mismo atane al resto de dichos sistemas, aun cuando la pecie de su fraseologfa, y con ello la especie de los errores l6gi- fen que incurren, dificran en mayor o menor grado de la es- He de los que aparecen en los ejemplos discutidos. 0 FILOSOFIA, METAFISICA Y SIGNIFICADO Es innecesario consignar aqui algunos ejemplos més de pro- posiciones meiafisicas aisladas traidas de otros sistemas para someterlas a andlisis. Nos limitaremos a indicar las especies ms frecuentes de error. Probablemente la mayoria de los errores Iégicos cometidos cuando se confeccionan pseudoproposiciones se base en las defi- ciencias légicas que infectan, en nuestro lenguaje, el uso de la palabra ser (y de sus correspondientes expresiones en la mayor arte de los demas lenguajes europeos). La primera deficiencia reside en la ambivalencia de la palabra ‘ser’. Esta se utiliza a veces como copula que antecede a y se relaciona con un predi- cado ("'yo soy el autor de este estudio”), mientras que en otras designa existencia ("'yo soy”). /Este error resulta agravado por el hecho de que los metafisicos carecen con frecuencia de una idea clara de esta ambivalencia. El segundo error reside en la forma que adquiere el verbo en su segunda significacidn, es decir, la de existencia. Esta forma verbal muestra ficticiamente un predicado donde no existe//Desde hace bastante tiempo se sabe efectivamente que la existencia no es una propiedad (véase la réfutacién de Kant a la prueba ontologica de la existencia de Dios). Pero a este respecio s6lo la Idgica moderna ¢s totalmente consecuente: introduce el signo de existencia en una forma si téctica tal que no puede ser referido como un predicado a sig- nos de objeto, sino s6lo a un predicado (véase, por ejemplo, la proposicién TiIA en la tabla anterior). Desde la Antigtiedad, la mayor parte de los metafisicos se dejé seducir por la forma I —y con ello predicativa— de la palabra ser, y en conse- cuencia formaron pseudoproposiciones, por ejemplo, “yo soy”, "dios es”. Un ejemplo ilustrativo de este error puede hallarse en el cogi- to, ergo sum de Descartes. Hagamos aqui caso omiso de las objeciones que, en relacién a su contenido, han sido formuladas en contra de la premisa —por ejemplo en atencién a si la pro- posicién “Yo pienso” expresa adecuadamente la relacién objetiva pretendida, oa que acaso. no contenga sino una hipdstasis— y. Consideremos a las dos proposiciones exclusivamente desde un punto de vista l6gicoformal. Observaremos dos errores légicos esenciales. El primero reside en la conclusién ergo sum. El verbo sum esta pensado aqu{ sin ningin lugar a duda en el sen- tido de existencia, y en este sentido ha sido interpretado siem- pre, porque una cépula no puede ser utilizada sin un predicado. Pero en este caso la proposicin viola la regla légica antes men- cionada de que existencia solo puede ser enunciada en conexién con un predicado, no en conexién con nombres (sujetos, nombres propios). Una proposicion existencial no tiene la forma “a existe” (como en “yo soy’, es decir, "yo existo”) sino “algo existe de tal y tal clase”. El segundo error reside en la transicién de “yo Pienso” a “yo existo”, Si de la proposicién “P(a)” (“a ‘a’ se le LA SUPERACION DE LA METAFISICA a Ja propiedad P") se va a derivar una proposicién existen- entonces esta ultima puede aseverar existencia solamente respecto al predicado “P” y no con respecto al. sujeto ‘a’ zla premisa. Lo que se sigue de ‘'yo soy un europe” no es “yo isto”, sino “existe un europeo”. Lo que se sigue de “yo pienso” @ ¢8 “yo cxisto” sino “existe algo que piensa ‘La circunstancia de que en nuestros lenguajes Ia existencia se presa mediante un verbo (“‘ser” o “existir") no constituye en ‘misma un error Iégico; simplemente es algo impropio y igroso. Esta forma verbal nos conduce facilmente a la con- pcidn crronea de la existencia como un predicado, y lleva por ito a modos de expresién Idgicamente incorrectos —" consi- sntemente sin sentido—como los examinados. Tambicn tienen | mismo origen formas tales como “Lo-queesti “Loque- joestésiendo”, mismas que desde tiempo inmemorial han re- ado importante papel en la metafisica. En un lenguaje icamente correcto tales formas ni siquicra pueden ser cons- das. Parece como si, quiz4 bajo Ja seduciora influencia del jemplo griego, tanto en Ia lengua latina como en la alemana se ran introducido las formas “‘ens” y “seiend” especifica- ente para el uso de los metafisicos, camino éste que represen- ba un deterioro lgico del lenguaje mientras se pensaba que medio de

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