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Maria Mont tessori EDUCACION Y PAZ longseller Edin yh Stents 3008 ‘Ser ate Ope Shaman ens tage aa er Coote Sarma ose Se 7 (Gs tenor ee oat gets (Ror renga con at Pent cata conse ete et dpi ue my 172 spony rao Agee ca ger Sangre ep aed, cl ei dea, asin de 100 sere ind de mpi ela tae de ‘Sgekar nSvera re ops get on tvs S80), PALABRAS PRELIMINARES Los incansables esfuerzos de Maria Montessori por abrir nuevos senderas eran tan irresistibles como las fuerzas naturales, ‘Cuando, siendo médica, se encontr por azar dedi- cada al tratamiento de nifios con problemas fisicos y ‘mentales, trabaj6 con ellos con abnegacién absoluta. Siete afios mas tarde, Ia Providencia la puso en con- tacto con un grupo de nifios normales en edad prees- ‘colar. El 6 de enero de 1907 inaugut6 para ellos en Ro- mma la primera Casa det Bambini (Casa de los Ninos) Las manifestaciones psicologicas de esos nifios —los cuales revelaron caracteristicas de personalidad que hasta entonces no se habian teniddo en consideraci6n y que evidentemente no habian salido a la luz debido a |a opresiva educacion tradicional en el hogar y en la cesctiela— le ensefiaron verdades insospectadas. Verili ‘66 esas verdadles por medio de reiterados experimen- {os y de su trabajo con ninos de diversos origenes cul- turales y sociales en todo el mundo. Su comprensién intuitiva tenia la impronta de la genialidad y arrojo una Juz resplandeciente sobre sus descubrimientos. Una vvez que hubo establecido una base firme para sus teo- sas a través de la experiencia prdctica, sus ideas como feducadora y filésofa abarcaron un campo mas extenso 5 y dieron a conocer nuevas perspectivas que, con el transcurrir del tiempo, parecen cada vez mis amplias. Fl objetivo de todos los eseritos de Maria Montes- sori era generar una nueva comprensién de las poten- Cialidades y necesidades de los nifos, en particular durante sus primeros afios, y formular una cfitica pro- funda, aunque de ningin'modo estéril o negativa, a los errores y prejuicios del pasado. En 1932 se le hizo dificil proseguir con su trabajo ‘en Italia y en 1934 las puertas de su patria se cerraron, ppara ella, A partir de esa fecha, su reputacion, que pa- recia opacarse en Italia, comenz6 a brillar cada vez :mis en el exterior ‘Una vez fuera de Talia, la amenaza de la guerra, a la que todos en Europa le temian, comenzé a inquie- tasla sobremanera Su profunda preocupacion no se originaba en el problema politico de la guerra, sino més bien en el problema humano. La conmovia pro- fundamente, del mismo modo que el problema de los primeros afios de la infancia la habia obsesionado en. su juventud. Una vez mas, habian sido convocadas sus admirables facultades mentales. Asi como su expe- riencia con los nifes la habia inspirado para descubrir las leyes del desarrollo humano, el problema de la guerra la hizo embarcarse en una bosqueda apasiona- da de nuevas verdades humanas. Tomando como punto de partida su firme convicci6n de que et nifio debe ser nuestro maestio y sus ideas sobre el desa- rrollo equilibrado, libre y armonioso del individuo, pa- 96 a examinar los problemas del desarrollo human y social ¢ inicié una cruzada en nombre de la educa- ‘Gin: “Establecer una paz duradera es obra de la edu- cacién; lo Gnico que puede hacer la politica es lbrar- znos de la guerra” Sus ideas, como reldmpagos de luz esclarecedora, sembraron la esperanza en los paises europeos. Gr [pos y asociaciones politicas acudian a ella abrazando su fe en la educacién y en la redencién que los nifios podrfan encabezar. Cuando Maria Montessori recurti6. a las palabras paz y guerra, esos conceptos se convir- tieron en blancos de un nuevo espiritu eritico que rompi6 con la manera tradicional ya obsoleta de pen- sar en ellos y revel6 un nuevo tipo de verdad, mas acorde al pensamiento moderno. Maria Montessori ‘examin6 este nuevo problema con la misma atencion hhonesta y penetrante que siempre caracteriz6 su bis- queda de la verdad En 1932, en un discurso trascendental que figura ‘en el presente libro, anali26 el problema de la paz en |i Oficina Internacional de Educacién en Ginebra, que ‘en ese momento era el centro del movimiento pacifis- ta de Europa En 1936 se organiz6 un congreso pacifista euro- peo para tratar los aspectos politicos de la cuestion. En ese congreso, realizado en Bruselas, nuevamente Maria Montessori dio conferencias sobre la paz, junto ‘a otros varios representantes politicos ilustres. Cuan- do estall6 Iz guerra civil en Espafia huy6 a Londres y ‘pronuncié discursos sobre la paz en Inglaterra En 1937, el gobierno danés le olrecié al Movi ‘miento Montessori la posibilidad de utilizar el salén det Parlamento de Copenhague para un congreso de ‘gran importancis, denominado “Educar para Ia Paz"; ‘en una serie de discursos, la doctora Montessori trat6 ‘en él el tema de la defensa moral de la humanidad, En diciembre de 1937 dio tres conferencias ante la Escuela Internacional de Filosofia, bajo los auspicios de Ia Sociedad Cientifica de Utrecht, En julio de 1939, a medida que los nubarrones de la guerra se iban tor- nando mas oscuros en el horizonte, pronuncié una ‘conferencia ante la Confraternidad Mundial de los Cre- dos (World Fellowship of Faiths), una organizacién re- ligiosa internacional Maria Montessori iluminé con luz auténtica ef pen- samiento social, politico, cientifico y religioso. Univer- sidades, organizaciones y asociaciones de vatios pal- ‘es, unidas en su determinaci6n de reestructurar Ia so- ‘iedad humana, la propusieron como candidata para cl Premio Nobel de la Paz en 1949 y en 1950. En 1939 comenz6 a trabajar en la India con tenaz aplicaci6n durante varios afos para dar fundamenta- ‘ion clentifia a sus ideas sobre la reestrueturacion de la sociedad y sobre la paz. Bllo le permitié construir la sOlida y consistente filosofia que expuso ante sus lec- tores en eu obra mis importante, Tho Absorbent Mind (La mente que absorbe). En el presente volumen hemos reunido las confe- rencias en las cuales por primera vez encar6 el gran problema del fururo de Ia humaniclad, y en las que dio fervorosa expresi6n a sus ideas en la materia. ‘Todos aquellos 1 quienes les interese saber por qué Maria Montessori fue propuesta como candidata al Pre- mio Nobel de la Paz y recibio votos de todas partes del mundo descubtirin, en esta seleccién de discursos, muchas de los eslabones que componian la cadena de su pensamiento y su actividad tal como se fueron de~ sarrollando, y verén aqui las primeras huellas de la pro- funda impronta que dej6 su mente poderosa Los editores de la edicién italiana PREFACIO El tema de la paz ao se puede discutr en forma adecuada simplemente desde un punto de vista nege- tivo, como por lo general lo consideran los politicos, cen el sentido limitado de evitar la guerea y esolver los conilictas entre las naciones sin recurtr la violencia En el significado mismo de la palabra paz esta pre sente la nocién positiva de la reforma social construc- tiva. La frase tillada de que debemos creir un hom- bre diferente para tener una sociedad diferente no es iis que una abstraccién. Si bien es cierto que el hom bre como individuo puede mejorar y que la sociedad se puede basar en principios de justia y amor, todos sabemos que esas metas no constituyen una realidad que esté a nuestro alcance, sino mds bien una aspira- ion para un futuro muy leno. ‘Sin embargo, hay un hecho conereto € inmediato aque se deberia considerar desde el punto de vista de la paz: el hecho de que la sociedad humana aGa no hha logrado la forma de organizacion necesaria para afrontar sus necesidades actales. Por lo tanto, hay una raz6n de peso para que pasemos a centrar nues- tra atencin en las necesicades del presente antes que cen la organizacion de un futuro mejor. Hoy la sociedad no prepara al hombye en forma adecuiada para la vida civics; no existe una “organiza~ ° cion moral” de las masas_ A los seres humanos se los educa inculedndoles que son individuos aislados y que deben satisfacer sus necesidades inmediatas com- pitiendo con otros individuos. Se requeriria una pode- rosa campafia de organizacién para hacer que el hom- ‘bre entienda y estructure los fen6menos sociales, pa- ra que proponga y persiga fines colectivos, y asi ge- nerar un progreso social ordenado. En la actualidad, lo nico que tenemos es una or- ganizacion de las cosas, y no de la humanidad. Sélo el entorno esta organizado. El progreso técnico ha pues- to en marcha una especie de “mecanismo” aterrador {que atrapa en sus redes a los individuos y los atrae del ‘mismo modo que un imén atrae las limaduras de hie- 10, Esto se aplica tanto a Jos trabajadores manuales como a los intelectuales. Cada persona se aparta de los demas por sus intereses particulares; cada uno bus- cca solamente algin tipo de trabajo que satisfaga sus necesidades materiales, y es atrapado por los engra- rgjes interactuantes de un mundo mecanizado y bu- rocratico. Es obvio que los mecanismos solos no bas- tan para hacer que el hombre progrese, porque el pro- igreso depende del hombre y, eventualmente, debera legar el momento en ef cual la humanidad asuma el control del progreso y lo oriente en una direcciéa de- terminada Ese momento ya ha llegado. © la humanidad en- tera organiza y domina el mundo mecénico, o el mun- do mecinico destruiti a la humanidad, Para alcanzar ese objetivo tremendamente dificil Ia cooperacién universal del género humano a fin de lograr un progreso constante— la humanidad se debe organizar. Es menester que con urgencia todos 0 los hombres participen en la reparacion de un defec- ro que pone en peligro Ia existencia misma de la civi- lizacion La humanidad se debe organizar, porque Ia, frontera mis débil, la que cedera en primer lugar y de- jaré entrar al enemigo —es decir, Ia guerra—, no es un limite fisico entre una nacion y otra, sino la falta de preparacion del hombre y el aislamiento del indivi- duo. Debemos desarrollar la vida espiritual del hom- bre y Iuego organizar a la humanidad para la paz. El aspecto positive de la paz yace en la reestructuraci6n de la sociedad humana sobre una base cientifica La paz social y la armonia slo pueden tener un cimien- to: el hombre mismo. La reconstrucciGn —es decir, la creacion de un or- den social estable y bien estructurado— ni siquiera se zne en cuenta cuando se considera a la sociedad des- de el punto de vista practico, porque esa vision es in- trinsccamente conservadora, Sin embargo, es evidente que los cambios repentinos y asombrosos que, a raiz de los descubrimientos cientificos, han tenido lugar en | organizaci6n del entorno material del hombre en los ultimos cincuenta anos, generaron modificaciones tan sustanciales en las condiciones de vida que ahora re- sulta absolutamente imperioso analizar con seriedad el lado humano de las cosas con la finalidad de ayudar a los hombres a cambiar para bien Esta es la tarea de la educacion Ia educacién de hoy todavia se encuentra restrin- ‘sida por los limites de un orden social que pertenece al pasado. La educacion de hoy no s6lo se opone a los dictados de la ciencia sino que también contradice las rnecesidades sociales de nuestro tiempo. La educacion no se puede desestimar como si fuera un factor insig- nificante en la vida de las personas, un medio para " proporcionar a [os j6venes unas pocas nociones ele- mentales de cultura. Se la debe concebir, en primer lu- ‘gar, desde la perspectiva del desarrollo de los valores humanos en el individuo, en particular de los valores ‘morales, y en segundo lugar, desde el punto de vista de la organizacion de los individuos dotados de esos altos valores para cue formen una sociedad con plena conciencia de su destino. Esta nueva civilizacion debe star acompafiada por una nueva moralidad. El pro- pésito del orden y la disciplina debe ser lograr la ar- ‘monia humana, y todo acto que obstruya el establect :miento de una auténtica comunidad de todos los hom- bres se debe consilerar inmoral y una amenaza a la vida social Este objetivo no se puede alcanzar sin realizar es: fuerzos pricticos y concretos No es suficiente pred car un principio abstracto 0 intentar persuadir a otros. Se debe emprender un *gran trabajo". Uaa actividad social de suma importancia se extiende ante nosotros: dar impulso a los valores del hombre, permititle que alcance el desarrolo maximo de sus energias, prepa- rarlo de verdad para generar un tipo de sociedad hu- mana diferente, en un plano mas elevado, No se pue- de crear al hombre social de la nada y de la noche a la manana. Bl individuo llega a la adultez luego de ha- bber pasado toda su infancia y adolescencia reprimido, aislado y aleccionado para que se preocupe slo de ‘sus propios intereses personales, bajo Ia dominacion absoluta de adultos demasiado propensos'a desaten- der los valores de la vida y que solo-le han fijado la ‘meta mezquina y egoista de que se consiga un buen empleo dentro del orden social 2 cmon La educacién de hoy hace que el indivicuo se mar- chite y que sus valores espirituales se esfumen. EL hombre se convierte en una cifra, una pieza mas en el cengranaje ciego que constituye su entoro. Esa prepa: racién para la vida, que ha sido absurda en todas las épocas, hoy es un crimen, un pecado. La educacién que reprime y rechaza los dictados del ser moral, que cerige obstaculos y barreras en el camino del desarro- Uo de Ia inteligencia, que condena a la ignorancia a vvastos sectores de la poblacién, es un crimen Dado ‘que fodas nuestras riquezas provienen del trabajo del hombre, es absurdo que no se vea al hombre mismo como nuestra riqueza fundamental. Debemos halla, cultivar y poner de relieve la importancia ce las ene: ‘gias del hombre, su inteligencia, su espiritu creador, su capacidad moral, de modo que nada de eso se pierda En particular, se deben aprovechar las energias mora- les del hombre, dado que ne 2s solameata un pro- ductor: también le corresponde asumir y cumpli una rmision en el universo. Lo que el hombre produce de- be estar dirigido hacia un fin que podsiamos llamar viltzacion o, en otras palabras, la creacién de una su- pernaturaleza como obra de la humanidsd! Pero el hombre debe daise cuenta de su propia grandeza; de- bbe convertrse en forma consciente en amo del mun- do que lo rodea y de los sucesos humanos La relacién entre los individuos, que es la base misma de la vida social, es el terreno especial de la moral. La moral debe ser considerada como la ciencia destinada a organizar una sociedad de hombres cuyo valor mas elevado es su individualidad y no el rendi ‘miento de sus méuinas, Los hombres deben aprender ‘cOmo participar conscientemente en la disciplina so- e cial que ordena todas sus funciones dentro de la so- ciedad y cémo ayudar a mantener esas funciones en. equilibrio, Por consiguiente, el quid de la cuestion de la gue- ray la paz ya no radica en la necesidad de facilitar a los hombres las armas materiales para defender las fronteras geograficas que separan a las naciones, por- que la primera linea verdadera de defensa contra la guerra es el hombre mismo, y alli donde el hombre es- {€ socialmente desorganizado y desvalorizado, por esa brecha se introducird el enemigo universal LA EDUCACION Y LA PAZ PARTE I: Bases para la paz LA PAZ* Parece extrafio y, en cierta forma, discordante con el ‘espirins de esta era de especializacién que me inviten ‘para discutir sobre la paz, tema que, si se convistiera en ‘una disciplina especial, seria el ms noble de todos, da- do que la vida misma de la humanidad depende de él. Quiaés también dependa de él la posibilidad de que suestra civlizacién evolucione 0 desaparezca, De hecho es bastante raro que todavia no exista al- ‘20 asi como una ciencia de la paz, teniendo en cuen- ta que la ciencia de la guerra parece estar muy avan- zada, por lo menos en lo que respecca a cuestiones tan cconcretas como Jos armamentos y las estrategias. Sin embargo, en su cardcier de fenémeno humano colec- tivo, incluso la guerra esconde un misterio, porque to- dos los pueblos de la Tierra, que se manifiestan an- siosos por alejarse de ella como si fuera el peor de los flagelos, son empero los mismos que se ponen de acuerdo para iniciar las guerras y los que voluntaria- + Discurso promuncido en 1932 ante le Oficina letermconal de 0 ‘mente apoyan Ia lucha armada. Muchos estudiosos s¢ dedican con vehemencia a investigar las causas ocul- las de ese fen6meno, comparindolo con las catastro- fes naturales conua las cuales el hombre no puede ha- ‘cer nada. La guerra es un fen6meno humano; por 1o tanto, deberia ser tanto més accesible para las mentes inguietas. Como se ha comprobado que no es asi, de- bemos llegar 2 la conclusién de que lograr la’ paz mundial se relaciona con complejos factores indirec- tos, que sin lugar a dudas merecen ser estudiados y pueden llegar a convertirse en el objeto de una cien- cia poderosa, Uno se asombra por el hecho de que el hombre haya podido revear tantos misterios del universo, en- contrar energias ocultas y aprovecharlas para uso pro- pio, movido por su instinto de preservar la vida y, lo que es mas impertante, por su profundo impulso'de aprender y adguisir conocimientos. No obstante, all ‘mismo tiempo, las investigaciones del hombre sobre sus propias eneigias internas han dejado un gran abi mo y su dominio sobre ellas ha sido casi nulo. Este amo del mundo exterior no ha logrado doblegir sus propias energias, las cuales con el correr de los siglos se han acumulado y onganizado sin rigor en varios grandes grupos humanos. Si se nos preguntara cudles| son las razones de esa paradoja, no podriamos dar una respuesta clara, En lo que sespecta a la paz, ésta nunca ha sido objeto del proceso de investigacion me- {6dico y progresivo que se conoce como ciencia; por el conirario, entre las innumerabies ideas que enti- jquecen nuestra conciencia humana no figura un con- ccepto claro de la paz. 0 cing Ta guerra y la paz Lo que generalmente se quiere decir con la pala- bra paz es el cese de la guerra. Pero este concepto ne- gativo no es una descripcién adecuada de la paz ge- auina, y Io que es atin mas importante, si observamos el propésito manifiesto de la guerra, la paz entendida fen ese sentido representa, mas bien, el triunfo final y permanente de la guerra. De hecho, en la antigiiedad el principal mévil de las guerras era conqquistar terito- slos y por consiguiente someter a pueblos enteros. ‘Aunque el entorno del hombre ya no es fa tierra fi- sica real sino mas bien la organizaciOn socia! en si mis- ma, que se apoya en las estructuras econémicas, an se considera que la verdadera raz6n por la que se li- bran las guerras es la conquista de territorios, y multi- tudes de hombres todavia pierden la cabeza y desfilan con su bandera llevaclos por el afin de conquista Ahora bien, por qué una enorme cantidad de hombres se marchan a enfrentar la muerte cuando el fantasma de la iavasion amenaza a su patie? Por qué no s6lo log hombtes, sino también las mujeres e in- cluso los nitos se precipitan para defender a su pais? Por miedo a lo que se conocer’ con el nombre de “paz” una vez que termine la guerra a historia humana nos enseda que paz significa la sumision forzosa de los conquistados a la daminacién cuando el invasor ha consolidado su victoria, Ia pérdi- da de todo lo que estiman los vencidos, y el fin del placer de disfrutar los frutos de su trabajo y sus con- quistas, Los vencidios se ven forzados a realizar sacti- ficios, como si fueran los tinicos culpables y merecie- san ser castigados, simplemente por haber sico venci- a dos Mientras tanto, los vencedores hacen alarde de los derechos que sienten que les corresponden por hhaberle ganado al pueblo derrotado, la verdadera victima del desastre. Esas condiciones quizé marquen cl final del combate, pero no hay duda de que no pueden recibir el nombre de paz. El verdadero flage- lo moral surge precisamente de esta serie de circuns- Si me permiten hacer una comparacién, la guerta ‘se podria equiparar con el incendio de un palacio re~ pleto de obras de arte y tesoros valiostsimos. Cuando 1 palacio queda reducido a un mont6n de cenizas hu- meantes, el desaste fisico ¢s total, y el humo sofo- ccante que despiden las cenizas y que impide respirar puede compararse con lo que el mundo entiende ge- neralmente por paz Es el miamo tipo de paz que se produce cuando ‘un hombre se enferma, cuando en su cuerpo se libra una batalla enue sus energias vitales y los microorga- nisms invasores y finalmente e] hombre pierde la ba- talla y muere. Como corresponde, expresamos nuestto deseo dle que el difunto descanse en paz. ;Pero qué di- ferencia entre esa paz y la que se conoce con el nom- bre de buena salud! EI hecho de que equivocadamente denominemos ‘paz” al iunfo permanente de Ios objetivos de la gue- sa hace que no logremos reconocer el camino a la sal- vaci6n, el seadero que nos podria conducir a la paz verdadera Dado que la historia de cada pueblo de la ‘Tierra esta signada por una oleada tras otra de esos ttiunfos y de esas formas de injusticia, mientras per- sista ese malentendido tan serio, es indludable que la paz. no estar comprendida dentro de las posibilidades 2 ss matteo humanas. No estoy hablando sélo del pasado, porque jncluso hoy la vida de los pueblos que na estin en guerra representa una aceptacion de la situacién vi- gente entre vencedores y vencidos. Aquéllos causan ‘estragos despiadados y éstos maldicen su destino co- ‘mo los demonios y los condenados en el Infierno del Dante. Ambos estin alejados de la influencia divina del amor; son eriaturas abatidas para las cuales la ar~ ‘monia universal se ha quebrado en mil pedazos. Esta cadena de acontecimientos se sigue repitiendo porque todos los pueblos han sido alternadamente vencedo- es y vencidos y han gastado sus energias en este te- ible flujo y reflujo de la fortuna en las mareas inago- ables de los siglos. Debemos exponer a la clara luz del dia la profun- a diferencia entre los objetivos morales opuestos de Ia guerra y la paz. De lo contrario, deambularemos a tientas, victimas de nuestros errores, y en nuestro in- tento por encontrar la paz s6lo hallaremos armas san- guinarias y miseria. La posibilidad de una paz verda- dera nos hace dirigir nuestros pensamicatos hacia el triunfo de la justicia y el amor entre los hombres, ha- cla Ia construceién de un mundo mejor donde reine la armonfa. Sin embargo, que nuestras mentes estén dis- ppuestas a diferenciar claramente las naciones de gue- 1a y paz es s6lo el punto de partida. Para arrojar luz sobre este tema, como sobre cualquier ot10, se 1¢- quiere un auténtico proceso de investigaci6n. Pero en qué lugar del mundo hay un laboratorio donde la mente humana se haya esforzado por descubrir una pare de la verdad, por sacar a la luz algin factor de- Gisivo con respecto al problema de la paz? 20 Se han realizado seuniones inspiradas en los senti mientos mas elevados y en los deseos més nobles de lograr la paz, es cierto. Pero nunca descubriremos conceptos validos para fundamentar un estudio que nos permita enterder y desentraftar las causas de este pavoroso enigma, a menos que nos demos cuenta de ‘que nos encontramos ante un verdadero caos moral. Slo la expresiOn "eaos moral” puede describir nuestra Situacion espiritual, en la cual un hombre que descu- bre un microbio virulento y el suero preventivo que puede salvar vidas humanas recibe grandes elogios, pero en la cual al mismo tiempo, oo que descubre téenicas de destruscién y dirige todas sus facultades in- telectuales hacia I2 aniquilacién de pueblos enteros es alabado ain con mayor vehemencia, Los conceptos acerca del valor de Ia vida y los principios morales in- vvolucrados en estas dos casos son tan diametralmente fopuestos que dchomoe examinar ceriamente la posibi- lidad de que la personalidad colectiva del género hu: ‘mano est@ padecisndo una misteriosa forma de esq zofienia. Es obvio que hay capitulos de la psicologia huma- ra que atin estan por escribirse y fuerzas que todavia no han sido domnadas y que presagian enormes pe-~ ligeos para la humanidad, Es0s factores desconacidos deben convertirse en. ‘objeto de estudic cientifico. La idea misma de la in- vestigaci6n implica la existencia de factores ocultos, 0 ‘quizas incluso insospechados, que se encuentran 2 gran distancia de los efectos finales que provocan. Las ccausas de la guerra no pueden atribuirse a los fen6- ‘menos bien conccidos y estudiados que se vinculan ‘con las injusticias sociales padecidas por los trabaja- 2 Beinn dores que paiticipan en la produecién econémica 0 con las consecuencias de una gueria peleada hasta el final, porque es0s factores sociales son demasiado evi dentes y Ficiles de reconocer, incluso mediante Ia 16- gica mas elemental, para que los consideremos las Causas profundas misteriosas de la guerra, Son mas bien la punta de la mecha, el eabo que se encenderi antes de la explosién que representa la guerra ‘A modo ilustrativo, veamos la historia ée un fen6- meno anilogo a la guerra, un fenémeno fisico del campo de la medicina que ofrece un paralelismo sor- prendente. Me refiero a la peste: un flagelo capaz de diezmar ¢ incluso exterminar 2 pueblos enteros, una enfermedad aterradora porque avanzaba haciendo es- tagos, sin que nada le opusiera resistencic, en las ti- nieblas de Ia ignorancia que la rodeaba. Se dertoré a la peste s6lo cuando se lleg6 a investigar sus causas cientificamente. Al igual que las guerras, las epidemias de peste es- tallaban sélo en forma esporidica y eran bastante im- predecibles. La peste, ademis, cesaba por su cuenta, sin que el hombre interviniera en forma activa, ya que fo tenia idea de qué la causaba y le temia como si fue- a un terrible castigo enviado por Dios, origen de des- trucciones tan famosas en la historia’ como las que produjeron las guerras. Pero la peste provocé muchas nniis muertes y desastes econémicos que hs guerras, ¥y al igual que a éstas, a menudo se las bautizaba con el nombre de alguna ilustre figura historica, Asi, en los anales de la humanidad aparece la peste ce Pericles, la de Marco Aurelio, la de Constantino, la de Gregorio ‘Magno. En el siglo XIV, una peste provocs en China la muerte de diez millones de personas, La misma epi 2s demia atroz se extendié por Rusia, Asia Menor, Egip: to y Europa, amenazando con destruir a toda la hus manidad. ‘Welles sefiala que segiin los cilculos aproximados de Hecker, un total de veinticinco millones de perso- rnas murieron a causa de la peste: cifra espeluznante que ninguna guerra, ni siquiera la que se produjo en- tte 1914 y 1978, ha igualado jamas. Esos periodos ho- srorosos, en los cuales el trabajo productivo se redujo casi a cero, allanaron el camino para varios periodos ‘subsiguientes de terrible suffimiento. El azote del hambre le sigui6 al de la peste, acompafiado por una ola de demencia —dado que un gran porcentaje de los sobrevivientes padecian tastornos mentales—, ca- lamidad esta ultima que hizo que el regreso a la nor- malidad resultara atin mas dificil y retras6 notable- mente el trabajo constructivo necesario para el pio- ‘greso social Es interesante conocer las distintas interpretaciones de los hombres con respecto 2 este flagelo descomu- nal y los medios que uiilizaron para defenderse con. tua Io que se puede considerar como una guerra que Ja naturaleza libra contra el hombre. Descle Homero y Tito Livio hasta las cx6nicas latinas de la Edad Media, la interpretacion es siempre Ia misma: las epidemias de peste son provocadas por hombres malvados que diseminan venenos. Dién Casio, en su descripeién de la peste del ano 189 dC, cuenta que se reclutaban malhechores y se les pagaba para que dispararan agu- jas envenenadas contra habitantes de todo el Imperio. En tiempos del Papa Clemente V1 se masacr6 a una ‘gran cantidad de judios acusados de propagar la pes- te, Durante el sitio de Napoles, la peste exterminé a Ea ‘cuatrocientos mil habitantes de la ciudad —casi toda Ia poblacién— y alrededor de ues cvartas partes de las tropas que la cercaban, Los napolitanos estaban con- vveneidas de que los franceses los habian envenenado, ¥ Viceversa. Ain mis interesantes son los documentos ‘que se conservan en la Biblioteca Ambrosiana de Mi- lin, donde se describe la creaci6n de wibunales espe- ciales para juzgar a dos presuntos envenenadores y su posterior ejecucién a modo de ejemplo para el pue- blo. Bste es uno de los pocos casos en los cuales se eve a cabo un juicio legal para impedir que el pue- blo, enfurecido por el numero de victimas mortales, se ‘vengara aplicando justicia por su cuenta. Les registros del proceso legal, que de acuerdo con las normas se hhan conservado en los archivos estatales, han sido analizados por varios autores y han dado lugar a di- vversas interpretaciones. Hoy nos resulta dificil imaginar que algo que era inequivocamente una enfermedad contagiosa haya po- ido ser visto como una prueba de asesinato y que se hhaya juzgado a los supuestos autores en un tribunal [Nos resultaria absurdo acusar a dos hombres de ser res- pponsables de la enorme cantidad de muertes provoca- das por l peste. Pero, aunque en la actualidad eso nos | pparezca absurdo, zno ocurte algo similar con respecto a la guerra? También en este caso la gente ansia culpar a tal 0 cual individuo por el flagelo universal: al kaiser, a la zarina, al monje Rasputin, al hombre que asesin6 al archiduque en Sarajevo, 0 quien les plazca 2ACas0 NO es Cierto que en los tiempos de la peste ‘multitudes de personas se congregaban en las plazas ppiblicas y las iglesias con la esperanza de salvarse, sin saber que en realidad lo Unico que hacian era propa- ‘gar atin mas la enfermedad? Y cuando la peste termi- haba, gacaso los sobrevivientes no recomenzaban su vida con alegrit y se tranquilizaban con una sonrisa creyendo que el mal que habian sufrido era una peue- tba necesaria para el hombre y quiz4s la tiltima 2 la que seria sometido? Las soluciones a las que recurrimos hoy con la ilusi6n de libramnos de la guerra, no nos hhacen recordar las esperanzas y las falsas soluciones de los dias de ancano? El propésito de las alianzas de la Gltima guerra era lograr un equilisrio de poder en Europa para evitar la guerra, pero gno fueron esas mismas alianzas las que allanaron el camino para un enorme desastte, dado ‘que muchos paises se vieron forzados a tomar parte en el conflicio simplemente por las promesas que les hhabian hecho a otros? Incluso si hoy todas las nacio- nes de Ia Tierra formaran una alianza comtin para evi- ‘ar un conflicto armado, seguirian estando tan clegas como siempre para reconocer las principales casas de la guerra. Y lo que es peor, podria producirse un conflicto armado a escala mundial, dado que una vez mis los hombres tendrian Ia esperanza de lograr una paz genuina, de llegar 2 la soluci6n final, librando esa Sltima guerra Sin métodos cientificos de investigacién, zquién podria haber encontrado las causas directas de la pes- te, el microorganismo especifico que la causaba y sus agentes de propagacién, las ratas, las culpables insos- echadas y, por lo tanto, invulnerables? ‘Cuando se cescubrieron sus causas, la peste pasd a ser considerada sencillamente como una mas de las ‘muchas enfermedades infecciosas que en forma per- manente amenazan la salud del hombre y que abun- dan en los ambientes insalubres. Como los pueblos 2% medievales ignoraban eso, vivian en entomos por de- ‘mis antihigiénicos y casi ni se preocupaban por ello. ‘Andaban entre la suciedad desparramada en las calles, dormian en habitaciones oscuras y mal ventiladas, no tenian agua para banarse y evitaban la luz del sol. Ta- Jes condiciones proporcionaban un caldo de cultivo extremadamente favorable, no sélo para la peste, sino también para otras innumerables enfermedades que proliferaban sin control y cuyas manifestaciones eran ‘menos evidentes porque atacaban s6lo a individuos 0 familias y no interferian en la vida diarla de gran par- te de la humanidad. Cuando se hallaron los medios para combatir la peste, se pudo hacer frente a todas las demas enfer- ‘medades infecciosas tomando las medidas basicas ne- cesarias para la prevencién de cualquier enfermedad: limpiar os ambientes pablicos y privados, tanto las ciudades como los hogares. La pelea conira la paste fue el primer capitulo en la historia del hombre para protegerse de las diminutas, invisibles criamuras que Pero Ia higiene personal, que fue el resultado final de esa prolongada batalla, se fundamenta en un con cepto bésico bastante distinto: la salud personal del hhomibee se convierte en el factor mas importante por- que el individuo con un estado de salud perfecto, con un cuerpo fuerte, bien desarrollado, puede exponerse a los gétmenes de las enfermedades y no infectarse. la salud personal esta muy relacionada con el domi- rio de si mismo del hombre y con la veneracién que ‘se tenga por la vida y su belleza natural. Fl objetivo ya fo efa tanto luchar contra las enfermedades sino lo- ‘grar un buen estado de salud para protegerse de ellas a ae cen general Fra una idea nueva cuando sel propa cn Benefnea ver el hombre no gozaba de beri a so Pot amefobrelimentado 0 subalimentado y ade~ tad Tabs ao. o meror dicho, se empecinaba en ee mnnine. Te epeantaba aiodestruse © Pro aa Le gosaba comer demasiado, embria Yor igavancar Recht los dones snadores de Fae eer sole ace fresco, e jescicio— era sr on placer yun prego. La revelacion mis are Ghdone que gener este nvewo concepto dt aoe ic avers sobre los peligro relaconadcs iene Me uietony la pobreza en general; ¢S05 PE on spablan sido revonocids Y eran objeto de lars Joyeon desde ia Edad Met, © mds bie, es reac erad La verdaderaevelaionfve el hecho seat costs que ln gente cifrotaba sobremanera inca tomo un codicado prvlepio wmbien Yue basrras deta muerte. Renna Ia e9 o- a ese eats que duraban hor, a ss cosechas eee equate y tentador, 0 levar una vide de i= oe ne erdlhabia considerado un sacificio, ea peni- dole el camino fala fa buen sald. Re- tere bs senuncara la gatifcacion inmediata, 08 eee den vida, Pero eh esa clase de gatfcacton eet una degradacion que la gente ni squier 26> aera a gtieacon ce hombres que eran ict vert Sf petra, qe hablan pedo su energies vi oa ee Rees de microorganinmos atacaban & que a as eaconaban deblles,quzis esaban @ pun: ne Ye cipro cuando en el hombre resurgo¥ Be- reste Suevamente el gosto por la via, la gente em ra (omer Ins consecuencias de sus debiidades © Pe nels, Se apresuraron po salir al oly pusieron w oot ep moto con us sen Scena ore ae es ee epee es ate als sqaure se ss ges stores 3 roa cinncoems ames Nie ee Sena eer tegen ung ae dia perfecta. por cumpli una pease: hha dado ni un solo paso adelante y con respecto a la Boe ae es pene mes oy a Sone en ln ieee Sura solay oe egy en crore mae mal) ee oot causatwras Gaac ce goal a oa ea sen sam om Se om on mine ce oe gene SUL eras ering relies we rn en es a er inesistible denominado codicia, el equivalente en el plano moral a la 2ereza del plano fisico, daco que am- ‘bos representan una forma de acaparamiento y de pla- cer ilusorio. El hombre entra en decadencia porque cere tipo de placer se funda en dos vicios: es incapaz de ver el ancho y desafiante mundo que se abuiria an- te él si Illevara una vida saludable, ¢ inconscientemen- te se aisla, se consume en las tinieblas de la insatisfe- ccha busqueda de placer. Si tuviéramos que establecer tuna semejanza con una patologia que también se apli- ‘que en este terreno, los alcances de esta situacin mo- 12] podrian compararse con los estragos de la tuber- culosis, que pernanecen ocultos y representan una amenaza para la vida En sus etapas iniciales, 1a tu bberculosis hace que sus victimas se embarquen en una desesperada busqueda de placer, aunque la presencia de la enfermedad puede pasar inadvertida por mucho Liiipo. Por lo tanto, la peste constituye un flagclo re- ppentino y catasuéfico, y la tuberculosis, la autodes- ‘uccién gradual de una personalidad débil ‘Para resumir, vivimos en un estado de pardlisis mo- ral, entie sombras tenebrosas y sofocantes, y 2 menu- do nos dejamos llevar en forma colectiva por afirma- cones que alimentan nuestras ilusiones. Un sinntime- 10 de moralistas dicen constantemente que en la ac- tualidad nuestro error radica en querer basar todo en la raz6a humana, y ottos tantos estin convencidos de que el progreso no se puede fundar exclusivamente en Ia raz6n del hombre y en sus reclamos dictatoria- les por controlar nuestra vida integra Ambos grupos tienen la certeza absoluta de que la razén es hoy rei- ra y soberana. Sin embargo, la verdad del asunto es que hoy la razén est escondida bajo una nube oscu- 2 12 y pricticamente ha sido derrotada. En rigor, el caos moral no es més que una cara de la moneda de nues- twa decadencia psiquica; la otra cara es la pérdida de nuestra capacidad de razonamiento. La caracteristica preeminente de nuestro estado actual es ura forma in- sidiosa de locura y nuestra necesidad més urgente es volver a la razén, La batalla entre el adulto y el niio Para comenzar Ia area de reconstnuir la psique del hombre, debemas tomar como punto de putida al ni- fio, Debemos reconover que no es sélo rmestta pro- genie, nuestra mayor tesponsabilidad, sino mucho mas que eso. Debemos estudiarlo no como una cria- tura dependiente, sino como una person indepen nte que ha de ser considerada en térrinos de su propio ser individual. Debemos tener fe en el fio ‘mo si fuera un mesias, un salvador capaz de regene- rar la raza humana y la sociedad, Debemos lograr el dominio de nosotros mismos y hurnllarnos a fin de acepiar esta idea, y luego encaminainos hacia el nifio, como los Tres Reyes Magos, llevindole regalos y po. deres, siguiendo la estclla de la esperanza Rousseau trat6 de descubrir en el io las caracte- risticas puras y naturales del hombre antes de que la influencia de la sociedad lo hiciera cambiar de rumbo y lo echara a perder; gracias a un fecundo esfuerzo de Jmaginacion Rousseau logr6 escribir una novela ente- ral respecto. Este es un problema teérico que cons- tituye todo un desafio. Si un psicélogo tuviera que ta- tar este tema en abstrato, sin duda lo considerasia en funcion de una embriologia de la mente humana 2 Pero cuando nosotros, por nuestra cuenta, estudia~ mos al niflo recién nacido, el cual result tener insos- ppechadas y sorprendentes ceracteristicas psiquicas, en- contramos algo mds que una mente en estado em- brionario. Nos conmovi6 profundamente descubrir un conflicto real y aterrador, una guerra incesante que el nifio afronta desde el dia mismo de su nacimiento y que forma parte de su vida durante sus afios de for- ‘maci6n. Este conflicco es el que se libra entre el adul- to y el nif, entre el fuerte y el débil, y también, po- drfamos agregar, entre el ciego y el iluminado. Fl adulto es verdaderamente ciego en lo que res- pecta al nif, y el nifo tiene una visién genuina, una pequeha llama brillante y esclarecedora que nos trae de regalo. Ni el adulto ni el nifio son conscientes de ‘su propia condicién, tan particular. Han entablado uno contra el otro una lucha secreta a lo largo de innume- ables generaciones y que hoy, en nuestra cultura compleja y exasperanie, se torna atin més violenta. El adulto vence al nifto, y cuando el nifio llega a la adul- tez perduran en él, por el resto de su vida, los signos tipicos del tipo de paz que es slo una secuela de la guerra: destruccién por un lado y ajustes dolorosos or el otro El nifio, por su parte, con su fuerza nueva y su ener- ‘fa revitaizadora, no puede ayudar al abatide hombre mayor 2 que mejore porque el adulto se convierte en tun adversario cuyo primer gesto es reprimislo. sta situacin es hoy mucho mds grave que en cualquier otra época del pasado, Al construir un en- tomo cada vez mas alejado de la naturaleza y, por lo tanto, cada vez menos apropiado para un nifio, el adulto ha aumentado sus propios poderes y de ese | modo ha oprimido ain mis al nifo. No ha su tuna nueva sensibilidad moral que libere al adulto del egoismo que lo ciega, y la mente de los seres huma- nos maduros no ha interpretado como corresponde Jos numerosas cambios en la situacion del hombre que son desfavorables para los nifios. El concepto su perficial y arcaico de que el desarrollo del individuo es uniforme y progresivo no se ha modificado, y ain prevalece la idea errénea de que el adulto debe mol- dear al nifio de acuerdo con las pautas que impone la sociedad. Este error, burto y consagrado por el paso del tiempo, es el origen del conficto principal, de la guerra constante entre seres humanos (padres € hijos, ‘maestos y alumnos) que tenerian que amarse y res- ppetarse unos a otros. Ta dave de este problema se encuentra en las dos metas y formas distintas de la personalidad humana, tuna earacteristica de los nifios y la otra de los adultos EI nino no es simplemente un adulto en miniatura. En ‘primer lugar, tanto en orden como en importancia, es poseedor de una vida propia con caracterfsticas espe- ‘iales y tiene sus propias metas. La meta del nifto se po- dia resumir en la palabra encarnacin: se debe pro- ducir en él la encarnacion de la individualidad humana El wabajo del nino, dirigido por completo hacia es cencamacin, tiene particularidades y ritmos vitales que son totalmente diferentes de los del adulto. Es por 80 que este timo es por excelencia el gran wansfor- mador del medio ambiente y del ser social. ‘i pensamos un momento en e! embrién quizés en- tendamos este concepio con mayor clatidad. El tinico objetivo del embrin dentro del Gtero es alcanzar la madurez de un recién nacido, Esta constituye la fase 38 prenatal de Ia vida del hombre. El recién nacido mas vigoroso seré aquel que se haya. desacrollado en el Sitero en las mejores condiciones que,una madre, salu- dable le pueda oftecer, sin tomar ningin otro recaudo especial mis allé de permitisle al nuevo ser que viva dentzo de ella ‘Sin embargo, la gestacién posterior del hombre no ces tan breve como la que se lleva a cabo en el Gtero matemno. El nifio atraviesa otro tipo de gestacion-en el ‘mundo exterior, encarnandose en él un espiritu cuyas, ‘semillas estin latentes en su interior, aunque él no tie- ne conciencia de ellas. ‘Se debe tener sumo cuidado para proteger al niflo mientras realiza esa tarea. de la cual va tomando con- Ciencia de a pocc y que realiza por medio de sus petiencias en corzacto con el mundo exterior. El niio opera con una sa2iduria interna, guiado por leyes co- mig las que yuias, cualquier otra trea que 9c leva a ‘cabo en el reino de la naturaleza, siguiendo ritmos de actividad que no se parecen en nada a los de los agre- ‘sivos aclultos empefados en la conquista, El concepto de que la tarea de encasnacién 0 de gestacién espiritual es completamente distinta de los afanes del adulio que patticipa en forma activa en el ‘orden social no es nuevo Por el contrario, ha sido ce- lebrado con solemnidad y elocuencia durante siglos y tha llegado hasta nosotros con toda la fuerza de un ri- to sagrado. Hay en el ato dos feriados que todos res- petamos: Navidad y Pascua. Los celebramios en nues- tos corazones ¥ 0S tomamos un descanso de nuestras ocupaciones sociales; muchos incluso participamos en ceremonias religiosas en esas dos ocasiones. ;Qué se conmemora en e108 feriados antiquisimos? A una sola 26 Persona Pero la encarnacién y la misi6n sccial de esa Persona se reconocen en forma separada y distinta, En la historia de la vida de JesGs, su encatnacion, dura hasta Ia pubertad, aproximadamente hasta los trece aflos, cuando el nifio le dice a sus mayores: ";Por ‘qué me buscabar? zNo sabian que debo oauparme de los asuntos de mi Padre?" El que habla es un nifio, No hha adquirido su sabiduria de los adultos, sino que los asombra y los confunde. Sélo después nos enteramos de la oscura vida del nino que obedecid a sus mayo- res, que hizo todo lo posible por aprender al oficio de su Padre y que se puso en contacto con Ix sociedad de los hombres en la cual iba a cumplir su misién. ‘Supongamos ahora que las caracteristics y objet vvos de la vida independiente de Ia infancie no fueran reconocidos y que el adulto considerara que las ca- ractetisticas diferentes de las suyas son errores del nk fin, y se apresurara a cortegitlos. En ese punto se pro- ducird la batalla entre el mas debil y el més fuerte que cs crucial para la humanidad, porque la eniermedad 0 la salud del alma del hombre, la fuerza o la debilidad de su cardcter, la luz clara o las tinieblas de su mente, dependen de que el nifio tenga una vida espictual perfecta y tranquila Si en ese precioso y delicado periodo de la vida se cjerce una forma saciilega de esclavizacion del nio, las semillas de vida se tornardn estériles, y ya no ser posible para los hombres llevar a cabo las grandes ‘ebras que la vida los ha convocado a realizar. “Ahora la batalla entre adultos y nifios se produce cena familia y en la escvela, durante el proceso al que todavia nos referimos con un término conssgrado por el tiempo: educacion st Cuando en nuestras escuelas tuvimos en cuenta la personalidad del nino y le dimos la posibilidad de de- sarrollarse al maximo —constryyendo un ambiente que respondiera a las necesidades de su desarrollo es- piritual—, nos demos que contaba con una perso- nalidad completamente distinta de la que habiamos imaginado, con rasgos exactamente opuestos a los {que otros le atribuian. Con su ferviente amor por el or den y el uabajo, el nifio demostré tener Facultades in- telectuales muy superiores a las que se presumta que tenia Es evidente que en los sistemas de educacion tradicionales, el ni finge por instinto con el fin de ‘ocultar sus capacidades y ajustarse 2 las expectativas de los adultos que lo reprimen. EI nifio cede ante la necesidad cruel de esconderse, enterrando en su sub- consciente una fuerza vital que clama por expresarse ¥ que es fatalmente frusirada. Al arrastrar esa carga cculta, él también, a la larga, perpetuard los numero- sos ertores de la humanidad, El tema de la relaci6n de la educaci6n con la gue- a y la paz reside alli, mas que en el contenido de la cultura que se le tansmite al nino. Que el problema de la guerra se discuta 0 no con los nifios, que la hi toria de la humanidad se le presente a los nihos de tal ‘9 ctial manera, no cambia en absoluto el destino de la sociedad humana. En pocas palabras, la personalidad del débil, del su- miso 0 del que tiene frustraciones o problemas de desa- rollo, siempre es producto de una educaci6n que cons- tituye una lucha insensata entre el fuerte y el débil EI hecho de que el nino tiene rasgos de personali- dad bastante distintos de los que durante mucho tiem: po se creyé ha sido probado en forma incontrovert- 28 ble en base a un trabajo constante a Jo largo de un ‘cuarto de siglo, no s5lo en casi todas las naciones que comparten nuestro patrimonio occidental, sino tam- bbién en muchos otros grupos étnicos de lo mils varia- dos: indigenas de América, africanos, siameses, java- zneses, lapones. Luego de muestias experiencias inicia- les se habl6 con entusiasmo sobre un método de edu cacién capaz de producir resultados asombrosos, pero al poco tiempo muchas personas se dieron cuenta de Ja realidad y la importancia de ese fenémeno. Uno de los primeros libros sobre el tema, titulado New Cbil- dren’, se publicé en Inglaterra, Hemos vislumbrado fugazmente una nueva clase de humanidad. Se ha encendido la esperanza de un hombre mejor, la esperanza de eliminat las desviacio- nes que invalidan a los nihos en sus afios de forma. ‘cin, reemplazindolas por un proceso normal de de- sarollo y permitigndole al hombre finalmente alcanzar la salud psiquica En la actualidad, un hombre con una psique sana fs tan poco comin que casi nunca nos encontramos con uno de ellos, del mismo modo que eran contadi- simos los hombres con cuerpos sanos antes de que el concepto de higiene personal ayudara a la humanidad 1 reconocer cual es la base de la salud. En el terreno de lo moral, el hombre todavia se deleita con venenos sutiles y codicia privilegios que esconden riesgos mor- tales para el espiritu, Lo que a veces se denomina vir- tud, deber y honor no son otra cosa que méscaras de vicios capitales que la educacién transmite de genera- ‘cin en generacin. Las aspiraciones insatisfechas del 1 She Radice, New Children (Frederick A Stokes & Co, 1920) nifto tienen un efecto sobre él cuando llega a la adul- tez y se revelan en distintas expresiones de desarrollo, mental atofiado, en fallas morales, en infiumerables anomalias psiquices que hacen que la personalidad humana se tome cébil e inestable E| nifto que nunca ha aprendido a manejars¢ por si mismo, a establocer objetivos para sus propios actos ‘0a ser duefio de su propia fuerza de voluntad, se re- conoce en el adulto que deja que los demis lo guien ¥ siente una neceridad constante de tener la aproba- ‘ién de los otros. ] escolar al que permanentemente se lo desalien- tay se lo reprime Lega 4 perder la confianza en si mis- mo. Sufre una sensacion de panico que se conoce co- mo “timide2”, una falta de seguridad en si mismo que fen el adulto se transforma en frustracion y sumision y fen la imposibilidad de resistitse a lo que es moral- mente malo. Ia cbediencia impuasta a un allio por la fuerza, tanto en el hogar como en la escuela, obe- diencia que no reconoce los derechos de fa raz6n y la justicia, lo prepara para ser un adulto que se resigne a ‘cualquier cosa La prictica generalizada en las institu- ‘clones educativas de exponer a la reprobaci6n, de he- ‘cho & una especie de butla piblica, al niao que co- mete un error, Ie infunde un terror incontrolable e irra- cional frente a la opinion de los demas, por injusta y ‘errénea que ésta pueda ser. Mediante esos condicio- amientos y muchos otros, que contribuyen a su sen- limiento de inferioddad, se abre el camino al respeto imeflexivo, ¢ incluso a una idolatia casi ciega del adulto, paralizado ante los lideres piblicas, los cuales llegan a representar padres y maestros sustitutos, figu- tas que el nfo se vio obligado a incorporar como per- 40 fectas ¢ infalibles. Es asi como Ia discipliaa se con- vierte en sinénimo de esclavitud Hasta ahora el nifio ha sido privado de la post dad de aventurarse por los senderos morales que sus impulsos vitales latentes podtian haberlo levado a ex- plorar con ansiedad en un mundo que pata él es com- pletamente nuevo. Nunca pudo medir y porer a prue- ba su propia energia creadora, ni establecer el tipo de orden interior cuya consecuencia principal es un sen- tide seguro e inviolable de la disciplina. Los intentos del nifio por aprender qué es la ver dadera justicia han sido confundidos y mel encauza- dos, Incluso ha sido castigado por tratar de ayudar ca- ritativamente a compafieros que estaban atin més opri- midos y que eran menos ingeniosos que él. Si, por et contrario, espiaba y delataba 2 otros, era tolerado. La virtud més premiada y fomentada ha sido superar a us companeros y sobresalls, aprobando eximenes al final de cada ano de su vida de perpetua y monétona esclavitud. Los hombtes educados de esa forma no han sido preparados para buscar la verdad ni para que se familiaricen con ella y la integren a su vida, ni pa- +a que sean caritativos con los demas y cooperen con ellos con el fin de crear una vida mejor para todos, Por el contrario, la educacién que han recibido los ha pre- parado para lo que se puede considerar s6l> como un intervalo en la vida colectiva real: la guerra Porque la verdad es que no son las armas las que provocan Ia guerra, sino el hombre. ‘Sicl hombre creciera en plenitud y con una psique ‘sana, un cariicter fuerte y una mente clara, no podria tolerar que coexistieran en su interior principios mora- les diametralmente opuestos © abogar a la vez por dos “ clases de justia, una que promueve la vida y otra que Ta destruye. No cultivaria al mismo tiempo en su cora- 26n dos fuerzas morales: amor y odio. Tampoco erigi- ria dos diseiplinas: una que organiza las energias hu- ‘manas para construir y otra que las organiza para des- tnuir lo que ha sido construido Un hombre fuerte no puede soportar una escisién en su conciencia, y mu- ‘cho menos actuar en dos formas totalmente opuestas Por consiguiente, si lz realidad del hombre es diferen- te de lo que parece ser en la vida cotidiana, es porque Jos hombres se abandonan a la pasividad y se dejan llevar hacia un lado u otro como si fueran hojas secas Ta guerra, en la actualidad, no surge del odio a un ‘enemigo. ;Cémo podria ser ast si un dia se lucha con- tia una nacion y al dia siguiente contra otra, y el alia- do de masiana es el enemigo de ayer? Fl hombre blan- co, que se vanagloria de ser muy civiizado, no es, en términos morales, mejor que los ejércitos mercenarios del pasado, que peleaban contra quien fuera, siempre y cuando les pagaran. Nada ha cambiado, excepto, quizds, el hecho de que hoy los hombres destruyen su propia obra y sus tesoros y sufren hambre simple- mente porque les han ordenado que lo hagan. Los ‘egipcios tuvieron suficiente sabiduria como para dis- tinguir entre el trabajo de construir su civilizacion y Ii- brar guerras. Por eso, les pagaban a tropas fenicias pa- ra que libraran sus batallas mientras su propia gente cultivaba la tierra y se ocupaba de los proyectos de cobras piblicas, Peto nosotros, naciones "civilizadas' confundimos las dos cosas. ‘Ante los complejos problemas sociales que actual mente causan tanta preocupacién, hombres que fueran mejores que nosotros utilizarian tanto su inteligencia a ‘como las victorias que a sus antepasados les cost6 ga- nar en la batalla por llegar a ser civilizados y encontrar otras soluciones que no fueran la guerra. De no ser asi, epara qué se habria dotado al hombre de inteligencia? BY qué objeto tiene poscer las riquezas que se han acu- ‘mulado para nosoiros gracias a la sabiduria de nuestros antepasadoy Para un hombre mejor, la guerra ni si- {quiera serfa un problema; seria una prctica brutal to- talmente opuesta a la vida civilizada, un absurdo que et hombre nuevo no podria comprender en absoluto. Es el hombre el que debe elegir su destino, y el dia que ddeje que las armas caigan de sus manos marcari el co- mienzo de un futuro radiante para la humanidad, La tercera dimension Parece una afirmacion tan obvia como ingenua, pero es muy claro que se necesitan dos cosas para la paz en el mundo: en primer lugar, un hombre nuevo, mejor; y luego, un entomo que de alli en adelante no ‘ponga limites 4 las infinitas aspiraciones del hombre Seria menester que todos pudieran acceder por gual a las fuentes de riqueza en lugar de que fueran cl patrimonio de un pais en particular. C6mo pode mos garantizar que los pueblos del mundo dejarin que otros recorran libremente los caminos que ellos han construido y exploten las riquezas enterradas en el suelo de su pais? Para unir a todos los hombres en ‘una hermandad, tendriamos que desribar todas las ba- rreras, de modo que los seres humanos de todo el mundo fueran como niftos jugando en un inmenso jar- din, Las leyes y los tratados no son suficientes; lo que se precisa es un mundo nuevo, lleno de milagros. 6 Pareceria que el nifio también hace milagros cuan- do advertimos con cuanta ansiedad busca independi- zaise y la oportunidad de trabajar, y que posee enor- mes tesoros de entusiasmo y amor, ‘Un mundo quevo para un hombre nuevo: eso es lo que necesitamos con mayor urgencia. Si esto fuera tuna utopia, o algan tipo de broma, seria un sactilegio hablar del tema en este momento, cuando la humani- dad esté viviendo al borde del abismo, con la amen za de una catastrofe total. Pero desde principios de es- te siglo hemos vislumbrado, con una intensidad ence- guecedora, un mundo de milagros. zAcaso no es cierto que ahora el hombre puede vo- lar? Como resultado de ello, las barreras geograficas ya no separan a los paises y el hombre puede ir a cual- quiet lugar de la Tierra sin construir caminos y sin in- vadir el territorio ce otros, ‘Shel hombre he logrado vencer la fuerza de la gra vedad y viajar por el aire libre y veloamente, equé pais cen lo sucesive pode insistir en reclamar derechos te- tritoriales sobre esta u otra parte de la Tierra? y la flecha comparada con los at mamentas actuales. Cémo luchar con arcos y flechas contra poderosos afiones y bombarderos aéreos? Por esa razin es necesario constuit y perfeccionar el ar- mamento de la educacién Fo evidevte que la educavion, come pleura angus lar de la paz, no puede consistr solamente en teatar de evitar que los nifios se fascinen con la guerra. No es suficiente impedir que el nifo juegue con armas de ju- gucte, como tamp2co lo es dejar de inculeasle que la historia de Ia humanidad es una sucesién de hazanas logradas con las armas, y que la victoria en el campo de batalla es un honor supremo. Ni siquiera basta fo- mentar en él amor y respeto por todos los seres vivos ¥ por todas las cosis que los seres humans han cons- truido a wavés de ls siglos Ese papel del aula podria interpretarse como una campana contra lz guerra, un papel que podifamos escribir como negativo —el mero intento de desterrar la amenaza de un conilicto inminente— en lugar de tun esfuerzo positive por generar la paz en el mundo, 56 Bs demasiado obvio que las guerras ne se pueden cevitar con tna educacién de ese tipo. Si fuera asi, spor ‘qué no se han podido evitar las guerras merced a la influencia educativa de la sociedad civilizada, que pro- ‘lama que la libertad y la vida del hombre son sagra- das, o de las teligiones, que durante milenios han tra- tado de ensefarle al hombre a amar a su pr6jimo? Los hombres no marchan a la guerra porque son. sanguinarios © porque estin impacientes por usar sus armas. Preferisian no tener que participar en las gue- 1145, pero involuntariamente se ven envuelios en ellas. ‘A tedos los aterroriza el azote de la guern y les gus- tarla desertar; y se debe aplicar una tremenda presién moral y material para que abandonen la seguridad de sus hogares y la vida familiar con sus seres queridos. ‘Los hombres no libran guermas porqus en su in- fancia jugaron con armas de juguete. Adems, ensefar historia en base 2 la memorizacién de fechas y suco- 808 no es seguramente el método ideal para incentivar cen los nifos el deseo de ser héroes 1a guerra es, sin lugar a dudas, un fenémeno com- plejo que debemos investigar y entender, especial- ‘mente en nuestra época. Hoy la humaridad se ve abrumada por acontecimientos que afectan al mundo fentero y que atin no han sido abordados por la edu- ‘cacin. El genero humano se encuentra como un nifio solo, perdido en un bosque, a merced de cualquier sombra que se cruce en su camino y de cualquier rui- do misterioso que se pueda oir en la oscuridad. ET hombre no entiende los sucesos que lo abruman, ¥y no puede protegerse de ellos en absoluto. La socie~ dad ha evolucionado solo exteriormente, construyen do inmensos mecanismos y creando complicados me- a dios de comunicacion, pero mientras tanto la humani- dad ha permanecido sumida en la ignorancia y la de- sorganizacion. Si, los pueblos del mundo estan desor- ganizados y cada individuo piensa solamente en su bienestar inmediato. La educacién, segin el enfoque generalizado, fo- menta en el individuo la idea de que debe seguie su propio camino y Iuchar por sus intereses personales. ‘A los escolares se les ensefia a no brindarse ayuda en- tre ellos, a no soplarle [a respuesta a los compaheros que no la saben, sino 2 preocuparse s6lo por si mis- ‘mos, por aprobar los eximenes de fin de afi y por ‘ganar premios compitiendo con otros alumnos. Y es- tas pobres criaturas epofstas, que segin lo demostrara la psicologla experimental, sufren de agotamiento ‘mental, cuando llegan a la adultez. se encuentran co- ‘mo si fueran granos de arena desparramados indivi dualmente en el desierto; cada uno esta aislado de su vecino, y todos son infecundos. Si lega una tormenta, las rafagas atrapan a esas pequeftas parfculas huma- nas desprovistas de espiritualidad vivificadora y for- ‘man con ellas un torbellino mortal Lograr una educacion capaz de salvar a la huma- nidad no es en absolute una tarea sencilla: implica de~ sartollar la espiritualidad del hombre, realzar su valor como individuo y preparar a los jévenes para que ‘comprendan Ia época que les toca vivir. El secreto ¢s el siguiente: hacer posible que el hombre se convierta en amo del entoro mecinico que hay lo oprime. El hombre productor se debe transformar en amo de la produccion. En la actualidad Ja ciencia ha intensificado la produccién, la cual ha al- ccanzado niveles de organizacion muy elevados en to- 50 do el mundo. Por consiguiente, ha surgido la necesi- dad de realzas las energias humanas en forma cientifi- ca y de organizar la humanidad proporcionalmente Los hombres ya no pueden seguir ignorando su pro- ppia naturaleza y el mundo donde viven El verdadero flagelo que hoy los amenaza es precisamente ese tipo de ignorancia. Debemos organizar nuestros esfuerzos para la paz y allanar el camino hacia ella de manera Cientifica, por medio de la educacién. La educacién in- dica el camino hacia un nvevo mundo por conquista el mundo del espirinu humano. En nuestras experiencias con nifios observamos {que el infante es un embrién espiritual dotado de mis- teriosas sensibilidades que Io guian, de energias crea- doras que tienden a construir una especie de instru- ‘mento maravilloso en el alma de los hombres Como una radio que recibe las ondas cortas y largas que se transmiten por el espacio, el tipo de instrumento que un nifio construye gradualmente en su propia alma es- {i destinado a recibir las ondas sagradas que transini- ten el amor divino a través de las esferas infinitas de la cternidad. Es esa sensibilidad la que le da al hom- ‘bre su valor excepcional: el hombre es grandioso por- que puede recibir las emanaciones del Altisimo. EI nifio también es capaz de desarrollar y de dar nos evidencias tangibles de la posibilidad de una hu- ‘manidad mejor. Nos ha demostrado el verdadero pro- ‘ceso de construccion del ser humano normal. Hemos ‘observado que los nifios cambian por completo cuan- do aprenden a amar las cosas, desarrollindose en ellos su sentido del orden, disciplina y autocontrol co- ‘mo una manifestaciOn de su libertad absoluta. Los he- ‘mos visto trabajar con constancia, recurriendo a sus *@ propias energias y desarrolléndolas en el transcurso de ‘sus ocupaciones. E nifio es a la vez una esperanza y una promesa para la humanidad. Por lo tanto, si cuidamos ese em- rion como si fuera nuestro tesoro mas valioso, esta- remos trabajando por la grandeza de la humanidad. Los hombres que eduquemos de esa forma podran usar sus poderes civinos para superar a los hombres de hoy, que han confiado su destino a las maquinas. Lo que se requiere es fe en la grandeza y superioridad del hombre. Si ha logrado dominar las energias cOs- micas que circulan por la atmésfera, podra entender que el fuego del genio, el valor de la inteligencia, la luz de la conciencia, también son energias que se de- ben organizar, regular, atesorar y utilizar para bien de la vida social humana, Hoy coos energjas extn dispersac; © més bien, re primidas y mal ercaminadas a causa de los errores perpetuados por un tipo de educacién que todavia ejerce dominio sobre todo el mundo. Bl adulto no en- tiende al nifo. Los paces inconscientemente luchan con sus hijos en lugar de ayudarlos a cumplir su mi- sién divina. Los paces y los hijos no se entienden. Se abre un abismo ertre ellos desde el dia en que nace el nino, Esta falta de entendimiento es Ia ruina del hombre: lo lleva a 'a perdici6n, enferma su espirit, lo empobrece y hace que no advierta sus potencialida- des. La falta de entendimiento entre los nines y los adultos precipita la tragedia del coraz6n humano, que ‘més tarde se manifesta en una falta de sensibilidad, en Ja pereza yen la ciiminalidad, Aquellos que han sido hhumillados se avergiienzan de st mismos; los timidos se retraen en sus caparazones; los temerosos buscan oo ‘obtener su bienestar personal. Toda Ia tiqueza poten- ial de la personalidad de! hombre desaparsce. Ia educacién debe aprovechar el valor de los ins- tintos ocultos que guian al hombre a medida que eri- ge Su propia vida, Entre esos instintos hay uno muy poderoso: el gregario. Hemos tenido ocasién de com- probar que si el nino y el adolescente nc tienen Ia oportunidad de formar parte de una verdadera vida social, no desarrollan un sentido de la diseiplina y de la moral. sos dones se vansforman en productos fi- rales de la coaccién en lugar de ser manifestaciones de la libertad. La personalidad humana se moldea me- diante las experiencias continuas; nos corresponde 2 nosotros crear para los nis, para los adolescentes, para los jévenes, un entorno, un mundo que permit ‘que esas experiencias formativas estén a 1 alcance. [a personalidad del joven debe entrar en contacto con cel mundo de la produccién luego de un aprendizaje bbasado en Ia experiencia; primero y principal, al hom- bre se lo debe orientar para tomar conciencia de sus responsabilidades con respecto a la organizaci6n so- cial humana. De esa forma, desde la més tierna infan- cia, los seres humanos deben expetimentar en forma prictica qué es Ia asociacién, y solo entonces com- prenderan gradualmente los secretos de Ia evolucién Iéenica de esta sociedad ‘Actualmente tenemos una organizacién de maqui- ras, Lo que se necesita son hombres capaces de utili zat méquinas pata llevar a cabo una misién elevada de la que cada uno de ellos seri consciente y de la que se sentird responsable. Es absolulamente cierto que el secreto del futuro, poder del hombre esté oculto en la humnanidad a me- dida que ésta se desartolla: en los jévenes. o sas naciones que quieren la guerra han logrado reconocer y dat libertad de accién a los poderes ocul- tos de los nis y los jovenes para promover sus pro- pios intereses, para orgnizarlos socialmente, para con- Vertis en una fuerza activa de la sociedad. Es ter ble que esta verdad hasta ahora haya sido reconocida s6lo por esas potencias que buscan la guerra. Pero el hhecho de que una organizacion de la humanidad ver- daderamente poderosa no se puede improvisar de la noche a la mafiana es una realidad de gran valor pre tico. El trabajo preliminar para una ofganizacion con ‘esas caracterfsticas debe centratse en la infancia, en las raices mismas de la vida. En pocas palabras, la socie- ad se puede organizar solo si la educacion le ofrece al hombre una escalera de experiencias sociales a me- dida que pasa de un periodo a oxo de su vida Los que quieren la guerra preparan a los jovenes para lucha, pero los que quieren la paz han descui- Gado a los nifios y a los adalescentes, pues no han lo- frado organizarlos para la paz 1a paz es un principio practico de la civlizacién humana y de la organizacion social que se basa en la naturaleza misma del hombre. La paz no lo esclaviza, sino que lo exalta. No lo hurmilla, sino que le hace to” ‘mar conciencia de su propio poder sobie el universo Y como se basa en la naturaleza del hombre, ¢3 un principio constante, universal, que se aplica a todos fos seres humanos, Este principio debe ser nuestra guia para construir una ciencia de la paz y educar a los hombres para la paz. PARTE Hi: Educar para la paz. Sexto Congreso Internacional Montessori 4 DISCURSO INAUGURAL* Esta solemne ceremonia, que cuenta con la pre- sericia de Su Excelencia, el ministro de Educacion de Dinamarca, sefala el comienzo de nuestro Sexto Con- ‘greso Internacional, Este no es un congreso peclag6gi- ‘co en el sentido estricto de la palabra, La meta que nos hemos fijado es ayudar al mundo adulto a conocer, amar y servir mejor al nifio y, de ese modo, ayudar a toda la humanidad a alcanzar un nivel superior de de- sarrollo. No se debe considerar al nino como tna criatura débil e indefensa que Io nico que necesita es que lo pprotejan y lo ayuden, sino como un embrién espiritual con una vida psiquica activa desde el dia de su naci- miento y guiado por instintos sutiles que le permiten construir su personalidad, Dado que ¢s el nifio el que se transforma en adulto, debemos verlo como el ver dadero constructor de Ia humanidad y reconocerlo co- ‘mo nuestro padre. El gran secreto de nuestro origen cst escondido en su interior, y las leyes que conduci- + Sere de cscurss peonuncados en el Seato Congiso tnercional ‘Mores retnago en 1987 en Capenbaoe rin al hombre a su legitima condicién de ser, s6lo se pueden manifestar dentro de él. En este sentido, el ni hho es nuestro maestro. A los adultos se los debe edu- car principalmente para admitir ese hecho, de modo {que puedan cambiar su comportamiento hacia las ge- neraciones que les siguen Al considerar al nino como una tabula rasa, sin di rectivas internas, el adulto de hecho lo ha forzado a doblegarse ante la voluntad de sus mayores y adap- tarse a las condiciones del mundo adulto. De esa ma- zeta, el adulto ha reprimido las sensibles inclinaciones naturales del nifto y las ha pisoteado, provocando en €l defensas y resistencias instintivas invencibles, capa- ces de degenerar y dar lugar a verdaderos trastornos espinituales Ta vida del hombre se inicia, pues, con una bata- lia inconsciente entre el adulto y el nifio; ya medida ‘que las generaciones se suceden, el hombre, en lugar de alcanzar un desarrollo pleno, sigue siendo un ser deforme, una persona que esti muy lejos del ideal del hombre normal, dotado de una personalidad equi brada en sus aspectos intelectuales y afectivos La sociedad debe reconocer la importancia del ni- ‘Ao coma constructor de la humanidad y legar a apre- ‘car en profundidad las rafces psiquicas que determi- nan si el adulto en su edad madura perseguiri metas positivas o negativas. Hoy el nifio es un “ciudadano olvidado"; la sociedad debe empezar a prestarle alen- ion y crear un entorno que satisfaga sus necesicades vitales y fomente su lberacién espiritual, ‘Ain no se ha cumplido la gran misiGn social que asegure justicia, armonia y amor a los nifios, y ésa de- bbe ser la tarea de la educaci6n, porque es Iz nica for- ‘ma de construir un mundo nuevo y dé que reine la “Abordar el tema de la educacién para la paz en tiempos tan crticos como los que estamos viviendo, cen los cuales Ia sociedad se ve constantemente ame” pazada por la posibilidad de la guerra, puede parecer un idealismo de Jo mas ingenuo. Sin embargo, creo que colocar los cimientos para Ia paz por medio de la educacién es la forma mas eficaz y consteuctiva de foponer resistencia 2 la guerra, dado que las necesida- des actuales de la gente de ninguna manera justifican el combate armado, y dado que la guerra no les ofre- ‘ce ninguna esperanza de mejorar su destino, La humanidad ha caido en un estado tal de barba- rismo y desorganizacion espiritual que el individuo se hha convertido en un granito de arena en un frido de- sierto, Cada individuo ignora el verdadero rostio de su propia Epoca y no tiene idea de los peligros que se ‘ocultan dentro de ella hasta que se transforma en una indefensa victima de los acontecimientos ‘Ante semejante situacién, no se podea avanzar ai abrigar esperanzas de alcanzar la paz hasta que no se instrumenten acciones spidas y contundentes di das a [a humanidad misma Ditigir nuestras acciones a la humanidad significa, primeto y principal, ocupamnos de los nifios. Al nino, ese “ciudadano olvidado”, se lo debe apreciar por su ‘verdadera importancia. Sus derechos como ser huma- no que le da forma a toda la humanicad deben ad- guirir un catacter sagrado, y las leyes secretas de su desarrollo psiquico deben iluminar el camino para la civilizacion. o Sila era de Ia historia de la evolucién humana que se caracteriza por el constante estallido de la guerra se puede denominar ‘el periado adulto", entonces el pe- iodo en el cual comenzaremos @ construr la paz sera “la edad del nifio Si en el pasado triunfaba la ley de la fuerza bruta, hoy deben triunfar las leyes de la vida, Esta aspiracién, ‘extremadamente compleja se puede resumit en la pa- labra educacion, La generosa hospitalidad profesada a nuestro Sex- to Congreso por parte del gobierno de Dinamarca es tun presagio promisorio de paz para nosouos y para el mundo; porque en la actualidad, al igual que en el pa- sado, Dinamarca le rinde culto a [a paz y a [os tesoros del intelecto humano, Dinamarca esta dispuesta a considerar el problema del nino y a fomentar la educaci6n como herramienta fundamental para construir la paz. Me gustaria agre- ‘gar que nuestra primera conferencia sobre el tema det hnifio también se lev a cabo en Dinamarca, hace ‘ocho afos, en Elsinor, cerca del castillo real cuya le- vyenda inspir6 a Shakespeare. Cuando en Europa te miné la guerra hubo muchfsimas esperanzas de paz y los defensores de los ninos elegimos como punto de reunién la tierra natal de un genio de las letras, Hans Chistian Andersen, cuyos libros han deleitado a nifios de todo el munde. Sin embargo, la guerra no se ha convertido en algo del pasado, porque las guerras ter- ‘minarn s6lo cuardo Ia humanidad se someta a una verdadeca reconstrucci6n espiritual Nuestro llamamiento al mundo para que advierta la importancia del aiio en el desarrollo espiritual de la humanidad conadice todos los movimientos inte- lectuales cuyo interés se centra exclusivamente en los 58 adultos. Por ello agradecemos muchisimo a quienes hhan venido hasta aqui para brindarnos apoyo oficial, Nos sentimos honrados de que varias figuras pablicas ¥ gobiernos estén colaborando con nosotras y de que fen este congreso se hayan reunido partidpantes de veinticinco naciones, convocados por el llamado toda- via débil del nino, que sélo recientemente ha comen- zado a ser escuchado en el mundo. En nombre de nuestra Asociacién Internacional, deseo expresar mi ‘geatitud a mi colega Wilhelm Rasmussen, cirector del Instituto de Capacitacion Docente Superior de Copen- hrague, que generosamente se hizo cargo de la tarea de organizar este congreso Deseo expresar a Su Fxcelencia mi sincera gratitud por habernos dado el apoyo oficial de su pais desde el comienzo, Asimismo, me gustaria agradecer 2 Sus Excelencias, el primer ministeo Stauning y el ministro de Accién Social, Ludvig Christensen, que aceptaron patrocinar la organizacién del congreso como presi dentes honorarios, y a Su Excelencia, el Dr. Munch, iinistro de Relaciones Exteriores, que honrard a este congreso pronunciando un discurso. En nombre de to- dos los nifios del mundo deseo manifesta, desde el fondo de mi coraz6n: jLarga vida a Dinamarca y a la _generosa hospitalidlad que le ha oftecido a la causa de la paz en el mundo! ‘Muchos gobiernos estén apoyando este congreso, ‘cuyo tema es casi una orden: “jEducar para la paz!” Belgica, Cataluia, Chile, Checoslovaquia, Francia, Gr ‘da, Hal, Cant6n de Ticino, Letonia, Méxicc, Rumania, Rusia, Estados Unidos de América y Egipto han envia- do representantes oficiales 0 diplomiticos, cuya pre- sencia en la apertura de nuestro congreso ros honra, 6 5 éPOR QUE LA EDUCACION PUEDE TENER HOY ALGUNA INFLUENCIA EN EL MUNDO? El tema que me han pedido que analice tiene una importancia especial dado que se manifiesta en forma de interrogante: un alto nivel de civlizacion sin sentir la necesidad, en €pocas recientes, de conquistar 4 otros pueblos. 2V por qué habria de sent esa nece- Sidad? :Acato para obtener una mejor provision de al ‘mentos? Para ello Ic nico que tiene que hacer una na ion es comprar y producir mejores alimentos por st cuenta 20 tal vez para promover el progreso cultural aldquitiendo mejores medios de wansporte? Paca eso lo nico que tiene que hacer una naciéa es comprar y construir No hay mda en el mundo que no se pueda producir y ulizar. Me parece evidente que seria mas facil vivir sin tantas ansiedades y procurar los produc- 2 TS fos necesarios de sus lugares de origen en tugar de conquistar a otros y adquirir bienes materiales oy ie fuerza, 20 quizas las naciones recurran a le guerra pa ' apropiarse de los descubrimientos de basta con casarse con una mujer de pueblo para corvertila en una auténtica princesa: también se la debe educar. Se ocupa de que la edu- {quen y entonces la mujer regresa al palacio como una pprincesa y disfruta las cosas que el destino ha puesto FI mundo civilizado es como el palacio det princi- pe y la humanidad es como la mujer del pueblo. A la princesa se la debe educar Fse es el verdadero pro- blema; no se requiere ninguna otra cosa. El palacio, 12 dignidad, el titulo, todo esté 2 su alcance; lo Gnico que falta es la educaci6n. En la actualidad, la importancia de la educacion es ‘enorme porque el hombre posee mucho mas de lo que sabe y mucho mas de lo que puede disfrutar ;Lo tiene todo! Debe aprender a apreciar lo que tiene, a disfrutar lo que ya posee. 6 SEGUNDA DISERTACION Me gustaria proponer una idea de importancia fun- damenial: el tipo de educacién que se recuiere para promover la causa de la paz debe ser necesariamente compleja y totalmente distinta de lo que por lo gene- ral se quiere decir con la palabra educaciéa. 1a educaci6n, segin se la analiza cominmente, no interviene en la'solucion de cuestiones sociales Im- portantes y se cree que no tiene efecto en situaciones gue conciernen a la huianidad como un todo. abre viando, se considera que su importancia es muy limi tada; pero si vamos a tener una verdadera educacion para la paz, ella debe ser considerada universalmente lun factor fundamental ¢ indispensable, el punto de partida, un tema de interés decisivo para toda la hus ‘manidad, ‘Cuando analizamos cuestiones sociales, al nfo lo Ignoramos por completo, como si ni siquiera formara parte de la sociedad, Sin embargo, si reflzxionamos sobre la influencia que puede tener la educacién para lograr el objetivo de alcanzar la paz mundial, podie- mos ver con clatidad que ante todo debemos ocupar- nos del nfo y su educacién. Hemos adverido que lz o ‘educacién puede tener una enorme influencia en Ja hhumanidad; por eso decimos que la educacién es im- portante ‘Ya no se debe pensar en la educacién como si se twatara solamente de la enseftanza de las nios, sino co- mo una de as cuestiones sociales de mayor relevancia, yya que es el unico tema que le concierne a toda la hu- ‘manidad. El resto de las numerosas cuestiones sociales tienen que ver con un grupo u oo de adultos e invo- Iucran a un nGmero relativamente pequenio de seres hhumanos; la cuestién social del nino, sin embargo, tie- ne que ver con todos los hombres en todas partes. En muchas oportunidades nos encontramos ante ccuestiones sociales que suponen problemas en apa- riencia insolubles. Fstoy convencida de que nuestra aparente incapacidad para resolverlos surge del hecho de que no tenemos en cuenta un factor crucial: el ser humano durante la infancia, Discutimos muchos temas sociales importantes, pero todos ellos estén relaciona- dos con el adulto; y ese adulto, que ha pensado tanto cen si mismo, que ha intentado mejorar su propia vida, ha olvidado una gran parte de si mismo, ya que nin- gin ser humano nace adulto; pero, za qué edad el hombre se convierte en hombre, es decir, en ser hu- ‘mano, en un ser social que reclama tener ciertos de- rechos humanos? EI bombre es un ser bumano desde el dia desu na- cimiento, incluso desde su concepcion Hasta no hace mucho tiempo, la sociedad se preo- cupaba por los nifios solo en cuanto a la necesidad de brindarles algin tipo de instruccién escolar. Hoy tam- bién nos preocupa su salud fisica, pero a eso se le lla- ‘ma higiene, no educacién. Podriamos agregar que al a hombre, en los primeros aftos de su vida, se lo cons'- dera slo desde el punto de vista isi, como vn cuer- o-¢A que edad se lo empieza a considerar bumane? Es obvio que demosuramos una lamentable falta de conciencia cuando no reconocemos que el nifio es tuna personalidad con gran valor humano y derechos sociales sagrados. Muchos quedarin atGnitos ante esta afirmacion y les parecer demasiado exagerada, ab- ssurda. De inmediato objetarin: “;Como se nos puede acusar de falta de preocupacion por el io ses la luz de nuestros ojos, nuestra esperanza? Como se nos puede acusar de falta de preocupacion si somos pa- ‘res dedicados, con profunda conciencia de nuestias responsabilidades?” Si, por supuesto, todos amamos a Tos nifios, los queremos muchisimo, pero no los apre- ciamos por lo que son en realidad Amamos a nues- twos ins, o creemos que los amamos, pero no los en- tendemos. No hacemos lo que deberiamos hacer por elias porque no tenemos idea de lo que deberiamos hhacer, qué lugar deberian ocupar en la sociedad, Hace algun empo surgi6 ua tema muy importan- te: el rol de la mujer ea la sociedad. El mismo tipo de ‘comentarios que se hacen ahora sobre las nifios y su rol en la sociedad se hicieron en ese momento sobre las mujeres En aquella época también parecia absurdo hablar de las mujeres como seres humanos olvidados. "¢como {que descuidamos a las mujeres, si hacemos todo lo po- sible por elas, si las amamos tanto, si las protegemos y estamos dispuestos a mori por elas, si nos pasamos la vida trabajando para ellas?" No obstante, exista la cues- tién del lugar de la mujer en la sociedad, ¥ existe la ccuestion del lugar del nino en la sociedad. Hemos pregomado durante afios que la idea que el adulto tiene del nifo es err6nea. El adulto comete una grave equivocaci6n cuando piensa que es el creador del nifo y cree que debe hacer todo por el pequeno, Fl adulto ve al nifto casi como un recipiente vacio que debe lenar. El adulto cree que es el creador del nifio, cuando cen realidad corresponderia que fuera el sieviente de la creacién, y lo Gnico que consigue es ser un dictador al que el nino debe obedecer ciegamente. El adulto ha incluido esa clase de dictadura entse sus problemas sociales pero nunca la ha tratado como un problema social de los nifos. El problema no se resuelve con tanta facilidad co- mo creen algunos pedagogos modemnos, que dicen: "Dejemos que los ninos hagan lo que quieran. Dé mosles absoluta libertad y dobleguémonos ante esta poreién de Ia humanidad?. $1 hiciéramos cso, el mun- do quedaria patas para artiba y se produciria una re- volucidn de los nifios, pero en realidad lo que se ne- cesita es darse cuenta de que hay un verdadero pro- blema por resolver, un problema de educacién, Es muy interesinte observar que el nifio mismo nos esti ayudande a resolver ese problema, El nifio ‘obviamente no pusde solucionarlo en forma directa, sino que al revelarnos su naturaleza nos puede ayudar a cambiar por completo nuestras naciones de qué es la educacién y a hacer que nuestro enfoque basico del tema sea prctico, experimental y cientifico ‘Como casi todo el mundo sabe, los primeros afios de vida del nifio son los més importantes desde el ‘punto de vista del desarrollo fisico, Hemos aprendido que ello también s2 aplica al desarrollo psiquico, Por a cconsiguiente, si queremos lograr que la educacién sea ‘una preparacién para la vida y un medio para realzar el valor de la vida, debemos iniciar la edvcacion del nifio apenas nace. El period més importante de la ‘educacién es el primero, dado que en esa etapa tem- prana la personalidad def nino es todavia simple. Se desarolla gradualmente, paso a paso. En esa etapa, las leyes del crecimiento psiquico humano se pueden vver con bastante claridad, al igual que mediante el es- tudio de la embriologia uno puede ver el desarrollo de complejos organismos que ya han evolucicnado, {Como deberia ser la educacién en. los primeros afios de vida del no? Para nosotros, la edacacién no ‘es simplemente ensefiar en el sentido tabitual de transmitir un conjanto de datos al nifio que va a la es- cuela; para nosotros, 1a educacién es une forma de proteccion, dar ayuda para obedecer a Ia vida Ls educacién debe ayudar a que la paique del nino se desarrolle desde el dia en que nace. Elnio tiene vi- dda psiquica desde el nacimiento, Se esté publicando gran cantidad de informacion proveniente de invest- gaciones cientificas que respaldan esa postura. Entre los documentos contemporiineos mis impresionantes se encuentran estudios acerca de la conciencia del re- cién nacido y pruebas realizadas con nifios de s6lo dos horas de vida, Desde ef momento en que nace, el ni- fho representa uun misterio para nosotros, una criatura ‘que podria describirse como un embri6n espiritual En mi libro The Secret of Childhood (Bl secteto de la infancia) analicé sucintamente estos acontecimien- tos tan trascendentes. El nifio es inteligente, ve y re- conoce cosas a una edad en la cual en ciera época se consider que su mente estaba totalmente en blanco 05 ‘tos cuatro meses un bebé ya ha observa todo to ue esta su aededoryreconoce incluso obj de Bujades Al ano ya ha vito tanto que las coe bus Yano le Lteresan ¥ busca cowie menos evtdentes Guano ena en el segundo ano ya coun esneby ha: ce faa algo mas interesante, sigo invite, para hacer due se concent; de fo contraro se aburre por com, Bleto con todo, tanto, que alguna ver aos neianios 2 decir “Todavia no tncnde Boo ambience aon unndo elnino es mayor, los maesuos saben cugh ce Fell es desperate infees del nipo Es extano peo sien que se podkia describ al mio como a cate "a mas sbuirda de! mundo. Dado que se abate des Geos prmeros meses de va, tabién cs uns cis tura deScomtentay lors che con tal grado etn Sistencia que se ba dicto que debe ora para que 80 vor se deserelle en fosnm adecoade, Ht si ene una gran fuerza, Una gran sensiblidad interna un gan impulso por observaty esr active, Todos toe fasgos tos han llevado a i conclusion de qu cla fo eS una clatara de pastones inten. dene una gran pasion por aprender Sino fara a, Zmo po. dha orientarse en el mundo? H nino tiene inclinseoy ae tiles que estamos lima iste, i pols vials o energie incrnas que le Properco. fan un poder de obsevacion, una palon por cestoe osas yo por ues Tiene ta facies eno qu ree Deca 4 esa conas, ucla nica explicacin posible 5 que se tata de una especie de intnts Daré un ejemplo au senibidad al orden Los ob- jets que sempre eatin eno mismo lugar le sven co. tno pnts de referencia le peter al nino orien tise cuando cbser su entonno. Bnconra oo Sees 6 en un lugar que no es el habitual lo puede alterar y producirle una crisis de llanto, cominmente conocida como berrinche. Ese tipo de sensibilidad, que a me- fnudo ignoribamos que tuviera, y que por io comin es bastante intensa, lo ayuda a adquirir algunos rasgos Gefinitivos de ss personalidad ‘A esas sensiblidades las llamamos “perfodos sen- sibles’. Esos periodos sensiblesllegan a su fin y sien su transcurso el nfo adquiere algun rasgo de cardcter de manera imperfecta, no pods mejorarlo. Se han es- tudiado los patrones de desarrollo no sélo del nino xno también de los animales y, aparentemente, todas Jas criaturas vivientes tienen periodes de sensibilidad especial a medida que se desarrollan. Fsas sensibilida- des después desaparecen pero dan lugar a rasgos de- finiivos, que Hegan a ser permanentes si se los ad- quiere en esos periodas Una de las cosas mas importantes que el niffo con- uista es el uso del Ienguaje. Un bebé de seis meses distingue el sonido de la voz humana entre muchos otros ruidos que lo rodean y comienza 2 unit es0s s0- rdos. Si fuera un mecanismo que simplemente escu- ‘chara sonidos y os imitara en forma indiscriminada, el bebe que vive junto a las vias del ten jsilbaria como una locomotora por el resto de su vidal Sin embargo, 50 no ocurre. Al parecer, hay algo dentzo del nif que le permite distinguir el sonido de la voz. humana del resto de los sonidos y hace que sienta tal fascina- «ion por el lengusje humano que comienza a hablae Es innegable que un idioma se aprende a la perfeccion s6lo en los primeros afios. De hecho, si un adulto yun nifo van a vivir al extranjero, el nino pronto aprende- 14 hablar el idioma de ese pais como los nativos del o lugar, mientras que el adulto siempre tend un acen- to "extranjero” Fl nifto tiene grandes poderes que los adultos ya han perdido; por lo tanto, es una cratura distinta de nosotros. Por suplesto, nasotos también tenemos grandes poderes. Podemos razonar ea forma logica, por ejemplo. Pero el nifo tiene un poder que nosotros rho tenemos: el de construir al hombre mismo. rendimos que el hombre es bastante distinto dle lo que se creia, [a segunda realidad es que la humanidad de hoy con forma en muchos aspectos una naci6n Unica. Existen innumerables pruebas de la unidad de todos los hom- bres tanto en lo econémico como en lo intelectual Gon la interdependencia, ha sobsevenido una unin entre los pueblos, demostrada por las guerras modernas: hoy el vencedor no se enriquece, sino que tiene que cargar con las miserias del perdedor. Tal uni- dad también se demoste6 por ef absurdo, 2n el caso de las naciones que retomaron al nacionalismo y tu- vieron que romper muchos lazos con otros paises. Los principios del nacionalismo hacen indispensa- ble que se impida la salida del pais a los ciudadanos y.se impongan restricciones a los intercambios de di visas. A fin de promover un arraigo artificial y exage- ado a la madre patria, se adoctrina 2 los hombres des- de niios para que no se aparten de los intereses na- Cionales, que son esencialmente estrechos. Por qué en varios paises surgi6 un moviniento tan violento y coactivo? Porque los lazos que unian a las naciones sélo se sustentaban en mecanismos super Ciales y carecian de un fundamento moral. El interna- ionalismo politico s6lo ha tenido en cuenta los inte- reses de un sector de la humanidad, persiguiendo una Unidad en Ia cual se releguen los derechos de [os otros sectores y se anulen sus particularidades morales, Pero hay algo real nt los nacionalistas ni los inter- acionalistas utilizan los mismos medios que en el pa- sado para guiar a las naciones hacia un fin determina 105 do. Mientras que antes no buscaban ms que el apex yo de los adultes, ahora tambien intenlan lcci Ios nis, ‘Ambos movimientos son poderosos y las nuevas leas que inspiran a Sus representantes patecen eee folentes emanadas_de un abisme, como bosreeaaie aque se elevan desde profundidades insondsbig a las naciones donde no domina ninguna de ene dea tendencits, es imperativo tomar medias para deen: derse del peligto que represenan estos hetee, Estos dos movimientos persiguen ebjtivos opucs- tos pero son similares ente ise extlcnlen come van enferiedad infecciosa y causan tap ceve len ‘08 pucblos. ta mayors de la gente iene tne mise do de’ que esas ideologias se vayan aftnianda, ne termina por ceder al dominio de alguns ce ty ee Optan por una y se acogen a elle Ambos moving {08 nicieron para enmendar falls de ln sociedad ge, t© han Ido demasiado lejos en su inento de carina tanto que se las consider enfermedades sociiee oat ves y pelgrosas. Quedarse on uno de los hee ae 80 23h como clegir entre el coleray le peste, Fok mts ue tna sirva para acabar con la ous, stops halas Sua opeiin mde sadable FL hecho de que la humankdad haya aleanzado es te punto es un sano de que las ctcnsneins sete les no tienen nada que ver con los sucesde el sana. oy nos isn que haba que estun Ia ester 1 social de nesuos tempos tomo un fenoee ne talmente nuevo. pes 1a comunién de intereses y la unidad entre tos hombres dene su origen primordial en el vance dee ciencia, los nuevos descubrimicnios € inverog, Ie polileracion de maquinaras modernas. cece ces 106 ee ve dt i ne ana co jens Mee tgs en Pee Soe htt Some Seyi St Soe te ie ues an i car eee aes si tee pee ha te Ei er rnc ie SINE Sa ier sack sin cic omar a woe omal nce hs Hy nn ee Fa oe dt © wea ese se uch ak eto em heat ve a i a oa Se Salas etme neice Scent ems a toc See ese ee Suse wine eae dees et te a a koe te Pn Re cat, sor 9 QUINTA DISERTACION La educacién que nos llevaté a una nueva humani- dad tiene un Gnico fin: elevar al individuo y Ia socie- ‘dad a una etapa mas avanzada del desarrollo. Este con- cepto abarca muchos aspectos y puede que resulte un confuso, pero quedari claro si tomamos con- sicol6gica 1a libertad individual es la base de todo lo demas Sin ella, la personalidad jamas se desarrolla por com- pleto. La libertad es la puerta de entrada al proceso entero, y el individuo da su primer paso cuando logra factuar sin que lo ayuden y toma conciencia de sf mis- ‘mo en tanto ser aut6nomo. Esta es una defnicién bas- ‘ante rudimentaria y en apariencia se contradice con la aturaleza social del hombre y el funcionamiento de Ia colectividad humana. ;Cémo conciliar Ia libertad in- dividual con la vida en sociedad, plagada de restiic- ciones y leyes colectivas que el individuo debe acatar? se mismo problema, esa misma paradoja es la que aparentemente caracteriza nuestia vida dlaria en so- ciedad Pero la libertad es por fuerza el cimiento in- dispensable de una sociedad organizada. 1a persona- lidad individual ao podria desarrollarse sin la libertad individual En este punto, nos encontramos atascados en ua laberinto de contradicciones. S6lo el nifo nos alum- 161 bard el camino y nos sacari de alli El nifo es el Gni- cco que nos puede lievar hacia lo que debe ser la edu- ccacion; nadie mas que él nos ayudard 2 comprender la complicada trama de la vida social y ese anhelo in- cconsciente de todo hombre que consiste en alcanzar fa libertad para mejorar el orden social. EI hombre per~ sigue la libertad para crear una sociedad superanural No ¢s un capricho, fo hace para vivir, Si deseamos tener una idea mas clara de las rela- ‘cones entre el individuo y la sociedad, debemos re- ccumtira la biologia, reveladora de muchos secretos vi- tales que habjan estado ocultos por mucho tiempo. "Tomemos la evolucién de los animales. Las formas més primitivas de vide animal conforman colonias en las cuales varios individuos funcionan como un orga- rnismo Gnico. Un ejemplo son los celenterados. Algu- fos integrantes de la colonia se ocupan de la diges- tion, otros de l2 defensa ante enemigos exteriores. De ‘ese modo, este organismo est formado por una can- tidad de individuos que funcionan como una unidad vital simple. La escala de Ia evolucién nace cuando los individuos comienzan a vivir su propia vida ‘Solo los individuos son capaces de unirse para conformat una sociedad. Las hormigas, por ejemplo, vviven en sociedades compuestas por muchisimos indi vviduos, algo imposible para otras formas de vida ani ‘mal mas primitivas. Cada individuo distinto es un ser complejo, capaz, de agruparse con otros tantos como él y formar ca- madas gigantescas, A veces forman algo mas que un conglomerado: se organizan como una verdadera aso- ciacién, basada en una division del trabajo que les permite llevar a cabo las funciones neceserias para la 182 sociedad La asociacion surge evando un. grupo em- pieza a practicar actividades colectivas, como en el ca 50 de fas aves y sus migraciones masivas Ellas no son tra cosa que una asocizlon de individu libres 1a libertad primordial —la libertad del individao— es necesaria para Ia evolucion de las especies por dos razones: 1) brinda al individ fnfinitas posiiliades de crecimiento y progreso, y constiuye el punto de parla para el desaroilo completo del hombre; 2) po- Sibikia Ia formacién de tina sociedad, pues la ibertad es lt base de toda sociedad humana Hay que permit que el individvo sea libre ¢ i ependiente. Un problema tan complejo se resvelve ftorgéndole las armas para que desarrolle una perso~ nalidad libre, pero sin dejar dle lado el medio. El me- dio tendria que hacer libres los individuos y sentar Jas bases para la formacion de una sociedad Es impe rativo que la educacion de la humanidad se sustente én el conocimiento cientificoy fo tome como guia Pa- fa cada paso que dé primer avance tuvo Iugar en nuestras escuels, donde’ los nifos nos ensefaron esta leccin tan int mensamente reveladora ¥ nos ayudaron a que, apo YYinclonos en Ia ciencia, pudiéramos perseguir este ob- jetivo. El primer paso, punto de partida para todos los ‘ders, consiste entonces en colaborar con el niRo pa- fa que adquierafodas ls funciones de un individu bre y desarolc Ia personalidad ideal para poner en foncionamiento la orgenizacion social Las ansias de libertad, ese impulso interior inhe- rente a cada individuo que lo lleva a buscar [a soledad para asi acuar por si mismo, representa lo que noso- {ros denominamos un “nivel de educacion’. Para ser 163 exactos, es el primer nivel de educacién. Desde nues- tro punto de vista, este nivel corresponde a [a escue- la, la primaria, pues a esta edad es imprescindible que cl nifo reciba materiales apropiados para una activi- dad libremente orginizada. Fl segundo nivel es el pa- 50 previo a la sociedad, la organizaci6n social de los adultos. La escuela secundaria deberia abrir las puer- tas hacia el desarrollo de la personalidad y la organi- zaci6n social De modo que éstos son dos niveles o facetas del desarrollo vital hurrano; la educacién no puede dejar- los de lado si se propone contribuis a la formacién del hombre y su personalidad, elevar a la humanidad pa- 1a que pueda hacer un progreso genuino y salvar la ‘especie A través de este enfoque, se busca que el hombre aleance un crecimiento afin al del medio y asi se el imine ef descquilibio existente. Mais que para yenes progreso material, la educacidn es indispensable para salvar a la humanidad; por eso todos nuestros esfuer- 20s deben estar digidos a lz conformacién del hom- te interior, y no ala hucha contra el mundo exterior, ‘Tenemos que meditar mucho y muy bien, y profundi zar nuestros conocimientos de la psicologia y la edu- cacion para que estas ciencias le sean de verdadera Utilidad al hombre. La educacién no deberia ensefiar ‘cOmo aprovechar Ie energia humana en beneficio del medio, pues ahora empezamos a tomar conciencia de ‘que la piedra angular de toda educacion es el desa- rrollo de la personalidad, lo que le da un cardcter ur- gente para la salvacién de la humanidad, Si esto es la educaciOn, ya no tendremos que dar prioridad a la administraci6n escolar, los planes de es- 168 tudio, etc. Los programas nunca estin de mis, pero no: tiene sentido imponérselos a la humanidad con el pre- texto de lograr algtin objetivo inconsciente. El hombre tiene que ser bien consciente del fin de la educacién, La educacién de hoy olvida la personalidad y no la de- sarrolla. Parte de un punto de vista err6nzo, incluso peligroso, basado en una premisa falsa que represen- ta toda una amenaza para el mundo. En la actualidad, ‘el hombre se olvida de la personalidad humana y ve a la sociedad como una colonia sin individuos. Sélo cconoce Ia dependencia y el sometimiento, atmas leta- les para la personalidad, Tenemos tan confundidas nuestras ideas que pensamos que une personalidad li- bre se contradice con la idea de sociedad. Todo el tiempo nos preguatamos: “;Qué seri de lb sociedad cuando todos se liberen?” “Tenemos que deshacemos de estas nociones fala- ces, pues son peligrosisimas. Si surgieran, fe porqiie ‘en realidad no tenemos una idea clara de lo que es tuna sociedad organizada, Este engafto tiende sobre los hombres una red hecha de equivocaciones que les cobstaculiza el camino al progreso y hasta puede llegar 2 amenazar su supervivencia “Ya nos estamos dando cuenta de que 2 los hom- bres debemos brindarles livertad, de que tenemos que cedlucar a lay masas, de que debemos educar a todos los seres humanes. Se empieza a oir un alarido sin pa- labras que clama por que veamos las coses tal como son: un grito en defensa del hombre. Los distintos niveles de educacién deben fundarse cen algo, en un objetivo humano: el desarrollo progre- sivo de la personalidad del nino, que aparece bajo esa uz tan novedosa que nos brindé la experiencia vivida con él; pues el niiio que se desenvuelve con libertad, femancipado de las infiuencias e intromisiones de los adultos, nos muestra las verdaderas leyes de la vida, Describiré ahora los cuatro niveles que distingui- mos en educaciOn. Esta clasificacién cuddruple no la hice yo, tampoco los nifos. Esté basada en un patron de desarrollo ordenado. Los adultos vivimos en medio del desorden mis absoluto, y nos las arreglamos para que la base de nuestra organizacion social se convir~ tlera en un caos total Fl ser humano ha demostrado que desde los pr metros afos de su vida busca el orden como una ne- ccesidad esencial. Desea fervientemente vivir en un en- toro ordenado y adopta una disciplina cuando bien podria actuar con total libertad y acatar los designios de su naturaleza. Esto no lo aprende del adulto, quien ha erecido inmerso en limitaciones y en consecuencia no sabe nada acerca de este tipo de disciplina. Recor- demos lo que dice la Biblia: "Hay muchas grandezas centre los hombres: reyes y riquezas, pero algo que ‘una se llega a ver es la disciplina interior”. Pot esta raz6n caen muchas civilizaciones La disciplina es el instinto primordial del hombre, como nos lo demuestran los nifios. Si se protege a la naturaleza humana y no se la mantiene alejada de su sendero natural, la disciplina se vuelve una necesidad normal ‘Antes de seferirnos al hombre libre, es menester ccortegir ciertas concepciones equivocadas. Es falso que un hombre libre se contradiga con las ideas de so- ciedad, orden y disciplina social. Si permitimos que el ser humano siga los mandatos de su desarrollo normal ¥ sus propias leyes naturales, lograremos una sociedad 166 mds petfecta que la Atul. Nos oponemos alos pro- gama anificales que hacen del hombre un eadavo, Sh enbago, xs to sig que eto on coma ‘iden y la dlsepting, verdageras eyes de a expe. tie humana, Hablo en nombre de mi Senor, el nite. Elnifi, como ser humano lite, debe ensehamoe a nosotosy is acid qu ese oiden, la angullia, In lsiplinny tx son. coando lo ayudaos, Ao. rece el amon, ese amor que tanto aniamos para sian. ‘ar le union ene los hombres una exitencafelz objetivo de la educalon no es tansmiir he- chos; ln educacion se ha mantenido en un altel que rozalo abou a elo compara con los progresos To. fgrados en otas areas. Esioy convencida de que en un Fturo no muy Ieano resard Inconcebible que le educacisn haya permanecido,consuenida hasta cl nto de tornar imposible la slucion alos problemas fociales. Hay muchas razones para considera a ed faeién como un ségimen tne y datoval que pe. Sa soe tors ls aspectos dela vida de los nites: on poder al eereido no tiene ningun sent, no bene! Gh a nadie’ Resta especialmente ridiulo ¢ incohe. rente en tiempos como estos, cuando el hombre desea Ia'libertad con tanto fewor. Hasla nos cuca com: prender eémo es posble que exis un esclavitud Que le impida al ser humano ser €l mismo, que aran- ue de ciajo Ia personalidad tan pero tan necesaia Hay una verdad muy simple, ampllamente confmada or nuesva expeienca, yes que las leyes que se les Imponen alos its son arbiuaias, clos ho denen or que estar sujetos ells, pues su desanollo debe fustentarse en las leyes de la vida. Los programas Ge estudio se piteden modiliea, las leyes dela vida Son er inmutables. Si basamos la educacién en las leyes vita- les, crearemos niveles de ensenanza genuinos y no simples programas. Ta libertad del irdividuo es el fundamento del pri= mer nivel de educaci6n. Debemos hacer todo lo posi ble para que el nifio pueda desempeftarse por st mis- mo, como ya hemos indicado Fl adulto tiene que ser una fuente de ayuda, no un obsticulo. Por sobre 10- das las cosas, debe edlaborar con el aifo y jamés per- mitir que sea victima de una autoridad ciega incapaz de tener en cuenta sus verdaderos propésitos, Tene- ‘mos que hacer hasta lo imposible para que se satisfa- gan las necesidades del nifio; hay que dale la opor- tunidad de que haga cosas por su cuenta, puesto que su vida misma depende de que lo dejen obrar. El nk fio debe tener la posibilidad de desenvolverse con li bertad Un ser humano que no realiza sus funciones vitales se enferma, y es muy comin que los nifios su- fran enfermedades psiquicas cuando no les permiten, desarrollarse en forma normal No sélo debemos ofrecer a los nifios atencién per- sonal; también tenemos que brindarles el medio ade- cuado, dado que el desarrollo correcto depende de la actividad vital efecteada en el medio y sobre éste, La ienciz nos ensefé que la nueva pedagogia deberia tener por objeto la creacién de un medio que incenti: ve el desarrollo. Tenemos una postura completamente distinta de la de muchos, que sostienen que el adulto no tiene que hacer nada con respecto al nifio. (© aca- 50 hay que dejarlo solo y abandonado? Los que vivimos en la supernaturaleza no podemos vivir en la naturaleza A diferencia de las formas mas Inferiotes de vida, cue hacen mucho por su descen- 168 dencia, nosotros no hemos hecho nada por Ia super naturaleza del nino El ser humano que noha sido us tiado psicaldgicamente impone muchas exigencias aque deben recibir una respuesta si es que ba de dena” troll una personalidad Hore; sin embarg, nosotros tenemos al nifio encerado en su casa y hacernos todas las cosas por él en lugar de facliterle los edios para actuar por si mismo, Debemos crear un medio super natural que satisaga Ins necesidades de os niios y fdolescentes hasta que sean mayores © ingresen @ la Sociedad ce los adultos. A nosottos nos inaumbe edi ar un medio preparado para proteger a nesta pole. Esta es Ia mision de la educacion. Constuyamos, entonces, un medio donde el nino y el adolescente puedan vivir como indviduios libres y aleanzar los ob- Jetivs que perseguimos todos: el desaroll> de fa per- onalidad, y la creacion de un orden supernatural y lina sociedad mejor El alma humana tiene que cobras forma dentro de este ambiente supematur Por Io tanto, el nifo debe vivir en st propio me- tio, especialmente preparsdo, y et adulto ene que syudarlo De ese modo, se nos abrir las puertas al fspecto conereto de la educacion, ;Qué es lo que hay ‘que hacer?

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