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Sistemas y teorias psicologicos contemporaneos Melvin H. Marx William A. Hillix Psicologia Psiquiatria Psicoterapia 185 Titulo original en ingles: ‘Systems and Theories in Psychology Me Graw Hill Book Company, Nueva York © 1979, 1973, 1963 by Me Graw Hill, Inc. ISBN: 0-07-040679-0 3a. edicion Versi castllana: Jorge Colapinto Supervisor de esta version castellana: Enrique Butelman, profesor de psicologia de Ia Universidad Nacional de Buenos Aires edicion en la coleccién Psicologias del Siglo XX, 1978 1" editén en la coleccian Pricologia, Psiquatria, Picoterapia, 1999 Reimpresion, 2004 Qe npounene pias embrace os pops de amp jo ‘Srnec oar ee, opus lo pc Se es Sapte ao 1 yomcimeta, compen topline, con Ge ‘Soper de es medusa orrame pobene DR © de todas las ediciones en castellano, Ediciones Paidds Ibérica, S.A., Mariano Cubi 92, Barcelona D.R.@ de esta edicién, Editorial Peidés Mexicana, S. A. Rubén Dario 118 col, Moderna 03510 México, D. F. Tel: 5879-8113, Fax: 5390-4361 paidos@paidos.com mx ISBN: 968-853-027-1 gina web: www paidos.com Impreso en México « Printed in Mexico Se Capitulo 12 ARIEDADES DE LA TEORIA DE LA PERSONALIDAD, La teoria de la personalidad es un tipo de teoria de 1a conducta. Sin embargo, las teorias de la personalidad poseen algunas caracteristicas que permiten dis Singuirlas como subvariedades especiales de la teoria de la conducta. La misma palabra personalidad indica que estas teorfas se han basado fundamentalmente en el estudio de las personas. En la mayoria de las teorias de Ia personalidad se considera que las diferencias individuales entre las personas constituyen una significativa fuente de variancia en la conduct, Por consiguiente, la informa- ion sobre las caracteristicas singulares de las personas resultan necesarias para realizar predicciones exactas sobre la conducta, ‘Sin embargo, Sechrest (1976) considera que el énfasis sobre las diferencias ‘ndividuales es un error. Sefiala que, paradéjicamente, la mayoria de los teéri- 205 han operado a partir de teorfas que postulan caracteristicas universales de fodos los individuos, tal como los estadios de desarrollo de Freud o la lucha por Ja superioridad de Adler. Sea que el énfasis constituya o no un error, las teor‘as de la personalidad le ‘ban concedido minuciosa atencién a las idiosinerasias individuales, Estas a su ez arrojan sombras sobre las conductas mal adaptadas de los neurdticos y las onductas exoéntricas de los psicéticos. No sorprende el que la mayoria de fsuestras prestigiosas teor‘as de la personalidad hayan nacido en los consulto- os y en las clinicas. A veces reina confusion respecto de dénde termina la foris y dénde empieza el estudio de la psicologta de la anormalidad. La res. forsta es que la teoria de la personalidad no se detiene nunca; pretende ex- Scar toda la conducta, normal o anormal. En consecuencia, la segunda propiedad general de las teorfas de Ia persona- Mad es su tentativa de ser completas. En el caso de muchos de los problemas os de la conducta humana, las tinicas teorfas lo bastante completas que se den aplicar son las teorias de Ia personalidad, Pero ninguna teorfa que aspire ser comprensiva puede ser muy formal o formular predicciones muy espe 3s. Por estas razones y otras similares, Levy (1970) sugiere que dejemos de lar sobre teorias de la personalidad y empecemos a hablar de “concepciones” fa personalidad. Estamos de acuerdo con la logica de Levy, pero hemos sto que 1a misma Igica se puede aplicar a la mayoria de las teorias psicol6- as de todo tipo, Todas nuestras llamadas teor‘as tienen alguna deficiencia ‘tra, salvo tal vez algunas de las miniteorias modemas. Las teorias de la mnalidad son un tanto més deficientes por cuanto intentan més, Hay una gran diversidad de opiniones respecto de diversos temas con¢ os con el estudio de la persona, y varia mucho también el acento que se daa da uno. En primer lugar se encuentra un conjunto muy bésico de opiniones 402 Sistemas y teoraspsicol6gicos contemporineos referidas a la cantidad de variancia que se atribuye las personas, en compa racién con la cantidad que se atribuye a las situaciones. En el capitulo antexae ‘vimos que Brunswik y Barker coincidieron en que la conducta se podia pred cir en gran medida en virtud al conocimiento de la situaci6n, sin tomar en oem ta.a la persona en la situacién, Rogers, que destaca Ia tendencia de la persone: 1 desarrollar capacidades “desde adentro” (llama a esto autorrealizaciom ‘es probablemente quien mejor representa el extremo opuesto: es mis aaa mista con respecto a la medida en la que los individuos son capaces de ae terminar su propio destino. A este respecto, Rogers se aproxima a los «5 tencialistas, quienes creen que todos los individuos tienen Ia irrevocatie pponsabilidad de realizar sus propias elecciones. Los tedricos E-R ;por To general Ta influencia de la situaci6n, o estimulo, y muestran mene terés por las caracteristicas tnicas de la persona individual. Estos tence ‘nen una tendencia afin a negar la generalidad y permanencia de “raspos™ personalidad; por ejemplo, seria caracterfstico de los tebricos E-R seam Ja honestidad es un rasgo general o que es probable que sea una ci cca permanente de una determinada persona. Esto es coherente con el enfoque del organismo-vacio, que tiene poca confianza en las supsesam cones fisioldgicas 0 en las supuestas estructuras de 1a personalidad, ‘mo rasgos 0 actitudes. En este sentido, las teorias E-R son teorias de ducta generales, no teorfas de Ia personalidad en un sentido rest embargo, expondremos ahora una teorfa E-R, en parte para hacer ‘en Ia continuidad entre las teorias de In conducta y las més rep teorias de la personalidad. Ha habido algunas respuestas con respecto a la contribucién se individuos y las situaciones. Sechrest (1976) solicita que se efectiem rimentaciones en las que se combinen, en el mismo disefio, el sae riables experimentales, a fin de que se puedan estudiar las dos Sweat riabilidad y sus interacciones, Advierte una tendencia hacia el ime en las actuales teorfas de la personalidad. Esto hace referencis = i cién segiin la cual la conducta la determinan el individuo y las junto, Sechrest dice que la tnica dificultad reside en que no Bay ‘mia de situaciones que puedan guiar este tipo de investigacion » te defecto es una de las preocupaciones fundamentales del « sobre todo en relacién con el trabajo de Roger Barker. La mas problemas planteados por Ia teorfa del campo y los planteadig de la personalidad demuestra que los diferentes enfoques de Se pueden complementar entre sf. Los problemas de la conducts ‘mal son los mismos, y se los puede abordar desde diferentes Por lo tanto, es probable que las soluciones a los problemas po de te6ricos. Otro interrogante se refiere a cudl es la medida en la que fae tos determinan la estructura de 1a personalidad —cualquicss sm Esta tome— y en qué medida la determina el aprendizaje. Es mae sean los lamados “teéricos del simismo” {self theorist lugar en su esquema para los factores innatos y no los te6ricos E—®, == UTPPT CHAS ANs) fitiersees Variedades de l tort dele pertonalided 403 fs bastante natural insisten en la importancia del aprendizaje. Sin embargo, el acento sobre el aprendizaje no excluye necesariamente un teconocimient de los factores innatos. Por ejemplo, Skinner (1974) calificé de estGpido el ambientalismo de J. B. Watson. Esto puede sorprender a muchos a causa de Ja propia reputacion de Skinner como ambientalista. Tal vez haya cierta ten- dencia a estereotipar tanto a Watson como a Skinner como antiinnatistas en razon de que ambos en su trabajo atendian primordialmente a las influencias ambientales. Pero la opinién modema, aceptada por la mayorfa de los tebri- 608 de todas Tas tendencias, considera que tanto los factores innatos como los ambientales son siempre criticos para todas las conductas, El empefto de los teéricos de la personalidad por elaborar sistemas abarca- fivos puede llegar a convertirse cada ver mas en un rasgo caracteristico debido 2 que en Ia actualidad los teéricos de las otras éreas de la psicologia tienden menos que en otros tiempos a desarrollar “grandes teorias”. Se limitan cada vez més a explicaciones parciales o totales de cosas como el aprendizaje con tun solo ensayo mediante el método de pares asociados en listas de silabas sin sentido, los efectos del umbral auditivo, o alguna otra érea estrechamente cir cunscripta Las demés caracteristicas distintivas de la teorfa de la personalidad se rela- onan con su acostumbrada aspiracién de inclusividad. En primer lugar, se debe sefialar la naturaleza funcional de la personalidad. Las teorias de Ia perso- nalidad centran su atencién en la comprensién del desarrollo, supervivencia, y adaptacién general del organismo. En segundo lugar, es caracteristico que es fas teorfas destaquen los procesos motivacionales (“dinimicos”). En tercer lu- gar, el objeto de estudio es la persona total dentro de su hébitat natural. En teste aspecto, el estudio de la personalidad se aparta claramente de la tradicién experimental en psicologia, la cual se ha caracterizado por su insistencia en el estudio de aspectos més limitados de la conducta. En cuarto lugar, las teorfas de la personalidad son tpicamente integradoras, mientras que gran parte de la psicologia se ha movido en direccién a los intentos explicativos més especiali- zados. En quinto lugar, las teorias de la personalidad se han rebelado con fre- uencia contra el pensamiento psicolbgico prevaleciente en su época. Por cier fo, la teorfa psicoanalitica de Freud oftecia principios explicativos disidentes, en el momento de su aparicién. Més recientemente, Gordon Allport ha insist do en la defensa de los principios bésicos que cre/a necesarios para una teoria adecuada de la personalidad, aun cuando aparentemente fue el tnico. El hecho de que gran parte de la teorfa de Ia personalidad se haya desarrollado fuera de la corriente principal de la psicologfa académica —frecuentemente como resul- tado de la observacién clinica puede explicar en parte que haya seguido el ca- ‘mino real, mientras el resto de la psicologia avanzaba por el comin En consecuencia, en las teorias de la personalidad encontramos un interés por variables que las teorfas més limitadas no consideran. El psicoandlisis inici6 ¢l estudio de los determinantes inconscientes de la conducta y ofreci6 un mode- Jo de la estructura de la personalidad; el capitulo 8 contiene un examen més completo de las reas empiricas cuyo estudio fue iniciado por el psicoandlisis. 404 ‘Sistemas y teorlr psicolbgcos contemporineot Estas y otras teorfas de le personalidad han sefialado la necesidad de un este dio detallado de las variables dinimicas (motivacionales), de las diferencias i= dividuales, la herencia, los factores biolégicos, 1a psicologia infantil y evobut va, la psicologia anormal y social, y todas las interrelaciones entre estos y ote ‘campos. Cada uno de estos campos desemperia un papel importante en cualquiee intento de formular una teoria completa de la personalidad. Este andlisis de las caracterfsticas de Ia teorfa de la personalidad sefsls =f mismo tiempo sus debilidades y sus fuerzas. El te6rico de la personalidad <= frenta un dilema compuesto, de una parte, por la creciente necesidad de pred cir y controlar la conducts humana; y de otra parte, por una penoss escasee de conocimientos sobre las Jeyes basicas necesarias para la tares. Por come guiente, la estructura de la teorfa de la personalidad tiende a apoyarse en fam Gamentos flojos, por falta de un material suficientemente cohesivo en forme de observables empiricas. La debilidad principal de esta teoria, y el defeat ‘que continuamente sefiala la critica, es la desproporcién entre los princisiae explicativos y la limitada cantidad de datos empiricos disponibles. De mati Similar, es frecuente que las teorias de la personalidad no puedan distingsi con claridad entre lo que suponen y lo que puede verificarse empiticament Por consiguiente, la derivacién de predicciones e hipotesis empiricas 2 parte de estas teorfas tropieza con serios obstéculos, A. pesar de estos problemas, se produjo una gran cantidad de invests: nes en el frea de la personalidad. Adelson (1969), en su resefia de los taba y las obras publicadas durante el affo, sefiala que una estimacién extrema mente modesta del volumen de la bibliografia de ese afio estaria en los Sill titulos: él cita 210 en su trabajo. Dahlstrom, en su resefia de 1970, hace = ferencia a 366 articulos de un conjunto presumiblemente més grande. Seok (1976) renuncia a cualquier intento de resefiar todas las investigaciones =e zadas el aflo previo en el campo de la personalidad. Es evidente que so Sam ‘cupacién reside en el significado de 1a_investigacién y no en su cantidas Si tayor parte de las investigaciones posiblemente sean poco lefdas y mense = cordadas. El problema no es ni de falta de datos ni de carencia de perfeccionam to téenico en el disefio experimental. El problema primario parece ser ef grado de relacion entre los estudios emptticos y cualquier marco de refe fe6rico general; en consecuencia, el progreso no parece ser acumulative incluso a este Tespecto no se deberfa ser demasiado pesimista. C. S. Hl Lindzey (1970), después de examinar diecisiete teorias de la personalidat cluyen que doce de ellas han sido responsables de generar una enorme dad de investigaciones. Comentaron al respecto: Resulta tranquilizador que, a pesar de las limitaciones de las de la personalidad como generadoras de investigacion, la gran ria de estas teorfas hayan estado acompafiadas por considerable ‘Gad de investigacién, Sean cuales fueren las limitaciones de p ‘miento inherentes a estas investigaciones, queda en pie el hecho a documentan el interés de los teéricos por examinar la efica=s SOeGDEF OCP PRO RPE BOR personalidad : : é Enfasis interdisciplinario saxdnigun soustunay soanou 9p eprndny soprpos ceed sorog soda » pousustied 9p sovuruTUIeC. ‘ous 9p o1da3u0, oodopoand susquey sooppsoawou, SOURS saxmour sepeptan Peprwun, duno o wo meu ouutso Us sey ‘ooszeop ‘Pp peru seu, sepususdy ‘mousse Pepreuoszod wt Speman rus RY sfempuatde 3p O00 Prpinsauey sruadwoo0y seyuseuoou ssrawarasiog uopuenat n

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