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Soon at TOR emcee ci roe Sr mer er eet DRAG QUEEN - DIONISIOS DOCE ANOS DE IAAI oc etn tear a [San . io Sea reer Pee FONSAL eso ea Patrimonio Cultural del LCL Cone ey DIONISIOS ee Orie Dionisios y sus Pieles: Crénicas Mariconas de la Ciudad Lisset Coba a partir de didlogo con Daniel Moreno 1. Vestirse de drag. ‘Daniel: Es un espectéculo muy especial, en el cual dramatizamos, bailamos, hacemos la fonomimica de diferentes ritmos musicales... es tan especial que incluso trasgredimos el género en que las mu- jeres interpretan los personajes masculinos y los hombres exploran su lado femenino... Fabiola: exploran su lado femenino??? O sea que son como yo, una travesti... ;que chévere!... Daniel: Pues no! Los que interpretan los personajes drag no son travestis, mds bien son actores que in- terpretan un personaje...”” (En: Por Una Corona, Daniel Moreno, 1999) “4 Sarai! le gusta el terciopelo-licra aunque sea més caro y dificil de conseguir. Ha aprendido que su elasticidad se adapta mejor a los cuerpos, que de el nacen buenos trajes, hermosos guantes, mejor ' Inoeencia que perdi Sara sel nombre bese el maqu ‘tevin, ders de ela Vienen los personajes. una mezcia de nombres: Soledad, Amistad, Rencor, Acompatante y 1a de aque cara nivel police y de en atin si se cosen lentejuelas 0 escarchado. ...antes de cortar la tela se traza la figura de la ropa para luego rellenarla sobre un mufieco y una vez templada se pinta o se dibuja. Sarai es una propuesta, es una idea, es la Cape- ruza Roja del cuento, es su caricia sarcdstica, su mirada..." (Entrevista. con Daniel, septiembre, El pie que empuja el pedal detiene su ritmo por unos momentos. Encorvada, la madre intenta ensartar un hilo azulado. Los tres hermanos cosen los pufios de diez camisas encargadas por la Internacional’. La escena es de agobio y contento, laboriosidad hasta cl amanecer, hasta que el cuerpo aguante, para la comida de mafia- na y el arriendo del mes. Trabajo familiar, trabajo de maquila, por encargo; asi se aprende, haciendo “lo que toca hacer”. Desde joven, con las tijeras en sus manos: cortando tela, hilvanando pespuntes, pegando cuellos, subiendo dobladillos; aprendiendo “cosas de mujeres”, minisculas tareas de subsistencia. La costura como ofi- io “natural” entrena sus dedos, le ensefia a reconocer \s calidades del tejido; la aguja mecanica es una pro- tesis que hace posible un disefio, asi inicia Daniel su re- \cién intima con la maquina de coser, juntos son equipo confections de Kitus Drag Queen de creacién. “Qué tiene “el Daniel” en la mente cuando hace un traje?” Se dice Daniel a si mismo -durante nuestra conversacién- como si se refiriese a un personaje mas de su propia creacién, Desde un inicio, un juego de espejos, distintos rostros de si mismo. Un traje se hace para un personaje, es exclusivo de él, le otorga su caracter, su personalidad, una identidad que no sélo es suya sino de todo aquello que representa, Un personaje es un camulo de detalles, pequefieces que dan vida a los cuerpos que habitan los teatros; la posibilidad de deshacerse de la piel propia y transformarse en los espiritus deseados; un otro, una otra que también se es. Sarai nacié de Daniel: ¢s la gay desenfadada ¢ insolente, rebelde, vomita pala- bras por ser la duefia del arte del sarcasmo. La obra nace en cualquier lado, en la mesa, sobre la li- breta de direcciones, cuando se esti ebrio de desencanto © entristecido, lo importante es sentirse conmovido. En- tonces, aparecen los colores de los trajes, los personajes de pie sobre el escenario, las sombras sobre las cuales se proyecta la iluminacién. Primero es una idea, un teléfono viejo, cuatro pedazos de madera, un vestido, luego la misi- ca: “laytidame Dios mio!, jaytidame a olvidarla. jarréncame del alma esta pasién tan locaaa!", al fondo la voz de Libertad Lamarque cantando los sufrimientos de la mujer de casa, acentuando el drama en la escena 26 mnisios 12 aos de historia drag Con un alambre viejo montando sobre el escenario, Daniel cuelga las luces, arregla las flores, compra las bebidas, prepara los bocaditos. Trabajo doméstico que construye la dignidad del Dionisios; teatro de Tercer Mundo laborioso, esforzado como las costuras de la ma- dre. Los cables, las luces, las sombras hechos “al ojo”; la (on de la espectacularidad en un espacio pequefio. Son mis de las diez. El publico esté ansioso. Hojas de acanto aterciopelado trepan las paredes, papel tapiz que se ilumina dorado, techo dibujado, espejos, imagenes griegas de jvenes desnudos, hermosos. Barroco deli cado, tenso y arrebatado. Un cuba libre. Todos mirando al escenario. La obra debe iniciar, cualquier momento. Manuel’ golpea la puerta y emite un grito disminuido: -Tercera llamada!!!; A continuacién, bajando el tono, advierte: -ya hay cinco personas... Al retocarse con delineador negro, la ceja derecha se eleva; Daniel alza la voz: -ya voy, jantinciame només! Suena la campana, los telones se abren negros. Salta- | Me refero a Manvel Acosta, dict de cas, co-iniciadr del Donisiosy pareja de Danis Moreno. bw ide historia Kitus Drag Queen mos al otro lado del espejo en transito al mundo inverso. # {fica en los aitos ochenta, El escenario esta tan cerca del puiblico, casi se confunden. Inmensa, aparece la figura de Sarai, descomunal, como ninguna otra. Rostro dorado, mujer de apretado vestido rojo, tacones elevadisimos y tocado de plumas, sus ojos] emiten destellos de luz. 2» Descubrir el amor durante los peligrosos afios Ochenta: la bohemia maricona de Quito. A lo largo de la arboleda los muchachos se flanean; sentados sobre las bancas un grupo se rie a carcajadas. En la oscuridad, una posible pareja juega al escondite; is un matorral un muchacho expone su virilidad en busca de més virilidad. Las sombras protegen a las al- mas atrevidas que salen de sus rincones y ocupan El ijido para hacerse un ligue y scducir un nuevo amante, ara explorar la posibilidad de encontrar el amor en un bafto publico. Cerca de la noche, un joven se quita el uniforme del Colegio Mejia para no ser reconocido. Miro a Sarai y volteo a verme a mi misma. Me veo re- flejada de manera exacerbada. Durante los proximos 45: minutos historias de amor, romance, asesinato, muerte; historias procaces que anidan en la sexualidad clandes. tina de la ciudad; retratos transformadores; distorsién’ del teatro cotidiano que hacen los sexos. La dramaturgia de Daniel es autobiogréfica: dibuja el gesto de la madre, la abuela, la ciudad; el gesto de es posa resignada. La madre ensefia al hijo a ser luchador, emprendedor; madre dominante, dura, moldeada por una. vida hecha a medida de los otros; madre que descubre la homosexualidad de su hijo y se echa la culpa. Soledad’ acumulada por afios en un Quito moralista, conservador, de origen rural; nicho de una feminidad de servidum- bre, heredera de un patriarcado miségino, homéfobo: patrén, dios, esposo hacen posible escenificar la soledad. clandestina, Historias, historia sexuada de una ciudad poco inocente pero muy prudente. La representacién de “la loca” es humanizada, Daniel la pone sobre las tablas desde abajo y desde adentro, desde su memoria ex-cén- Descubrir el amor homosexual es encontrarse con nada, con espacios negados, ocultos, clandestinos como principio. Ahi, en el no saber el lugar del afecto, de la dulzura; ahi, donde el ojo ensaya la mirada que desnuda al contendor amoroso; ahi en la intensidad del ‘exo fugaz donde el encuentro casual es posible, la vida vuelve verosimil. En medio de ningiin lugar, asoma ja creacién de un mundo paralelo. Ahi ocurre la lucha cotidiana contra la prohibicién de los afectos, contra la dominacién cultural que propone un horizonte reducido al imaginario de lo ciudadano propietario, lo masculino, lo blanco, Jo heterosexual, aquel que puede procrear un 28 29 Bir ms eon grace Y tipo de familia, de sociedad, de moral. Para finales de los afios setenta y principios de los | ochenta, existian ya el Camelot o Footloose, el Sausalito, bares de “ambiente”; éste ultimo administrado por una vedette de cabaret que se hizo de un grupo de amigos ho- mosexuales que a la vez eran sus clientes. Otros sitios eran los cines pomogrificos, el Granada, el Hollywood -o pul- gan butaca-, el Alhambra, el América -o Ratas Club-. La gente més adulta iba al sauna la Cascada o al Candy -un hotel donde se fingfa ante el duefio que el acompaftante ¢ra un primo, un amigo, o un pariente-. También estaban los video-clubs, cuartos oscuros con proyector y pantalla, Todos sitios homo-eréticos, de licencia sexual, donde los duefios se hacian de la vista gorda. Todos sitios donde las artes del cortejo ocurrian con inmedi iatez, se adaptaban a la estrechez de los tiempos. El Hueco empez6 en un garage, ahi se reunia y se retine toda la mariconeria quitefia de distintas edades. Ahi los grupos de amigos marcan sus territorios, fronteras de clase que disciemnen entre gays amanerados de élite; entre jovencitos clasemedieros 0 atractivos cacheros* ; en- tte travestis-rubias duefias de peluqueria que usan corsé ¢ imitan a Madona y; transexuales-cholas que se paran en las esquinas en busca de un cliente. Nadie se puede salvar de la rigida jerarquia delimitada por el color de 'a piel, el dinero, la educacién, el linaje; de la distincién Donisios 12 afios de historia hecha de los valores més generales que participan en la configuracién de las identidades sexuales’ 1 historia quitefia ¢s en realidad la de sus pricticas mo- rales, adiciona y entreteje las pequefias discriminaciones estamentales. El descubrimiento de la comunidad homosexual sig- nifica la apertura a un mundo en donde “/a gente es como uno”, donde se recrean modos sexuales de hacer, donde se reinventan tecnologias de biisqueda de placer que enlazan la imaginacién compartida. A diferencia de la heterosexualidad inculcada, cuyas précticas y valores inundan Ja cotidianidad con una alegoria de simbolos naturalizados socialmente, ser homosexual no significa - exclusivamente- gustar del mismo sexo, ser homosexual significa construirse, llegar a serlo, Los aprendizajes ‘curren como juegos en el ocultamiento, pero conservan sus memorias en los cuerpos de quienes compran pre- servativos como parte de la experimentacién de la locu- ra. Es dificil entablar relaciones homosexuales. pablicas, tranquilas, sin apresuramientos, “yendo despacio, sin forzar”. ones sexuales a cambio de dinero, de favores especies to he Durante los afios ochenta, a nivel mundial las crestas punk se vuelven prétesis de identidad rebelde primer- mundista y Rock Hudson muere por un sindrome hasta entonces desconocido, esto tltimo impulsa la lucha con- tra el SIDA y cl reconocimiento de que la homosexuali- dad no es una enfermedad. Localmente, poquisimos se atreven a salir “del closet” pues la sodomia es ilegal y la comunidad ain es inmadura. Muchos buscan cumplir con la tradicién burguesa-heterosexual de montarse una casa y tener una familia con hijos, la mejor forma de | guardar las apariencias y conservar identidades indis- cutibles. En el pais, la libre empresa y Ia eficiencia se di- funden como los valores de una nueva ciudadania austera, neoliberal, emergen promesas electorales de “pan, techo y empleo” que luego se transforman en in- terminables barrios de sub-proletarios, cuya gente es arrojada a las avenidas principales como comercio in- formal. La mirada moral del Estado intensifica sus actos de rigidez: violencia y represién contra la pobreza que incontenible se desborda, contra las formas de sensibili- dad que no guardan el status quo. Febres Cordero (1984- 1988) crea el escuadrén volante y los policias se dedi- can a perseguir sospechosos, emprenden la caceria de mujeres de vida licenciosa, nifios callejizados, rebeldes guerrilleros de izquierda y por supuesto homosexuales, etiquetados de locas: 32 ¢ ws 12 aos de historia “Ellos hacian el rastrillo, el rastrillo era hor- rible. Los buses se estacionaban en la Tarqui, ahi se. bajaban todos los escuadrones, luego todos los buses bajaban hasta la avenida Patria, luego pa- saba el rastrillo asi, asi, recogiendo toda la gente \ se iban cerrando, era una fila que iban por el parque y luego se iban cerrando, cerrando, cer- rando, terminaban en una U que iba de un costado aotro de la Patria y ahi les iban sacando a la gente que iban en el medio y ahi ya, arriba. Al final a los buses les llevaban a todos. Entonces, ahi nadie se salvaba. en los afios ochenta y a mediados de los noven- ta las persecuciones en el parque el Ejido fueron mas grandes, “los escuadrones violantes”", porque aparte de eso te violaban los derechos y te viola- (Daniel, Septiembre, 2010) ban otras cosas... Sexo, amor, violencia, muerte, persecucién policiaca, urden historias de homofobia, de odio a los abyectos. Muricron cinco amigos de Daniel en la época de Febres Cordero, el chantaje policial, la extorsién, las sobredo- sis de drogas, son cotidianos. Golpeadores que desfogan sus frustraciones sobre aquellos que provocan sus descos-miedos sexuales mas profundos. Se cometen varios crimenes ante los cuales ni la opinién publica ni la policia prestan atencion tampoco investigan pues 33 ‘Nuts Drag Queen Dionisios 12 aii de historia ee Ras oe ‘para ellos sélo era un maricén mds”, una criatura no politica, una “depravadita”, un “mal menor”. Los tiempos se confabulan en la creacién de un clima de intolerancia, tiempos en que la sexualidad y el ro- mance significan debatirse entre el dolor y el peligro, entre la pasi6n y el asesinato. Las personas mas aisla- das, quienes no se acompaiian de amigos, son blancos ° de fécil ataque. Encontrar el placer del amor gay im- plica correr riesgos poco incidentales que corresponden a la violencia de los tiempos, a la brutalidad que pueden generar los moralismos mas conservadores de la socie- dad, a la historia de nuestras (in)sensibilidades, A partir de las luchas transexuales que reclaman por el asesinato de sus compaficras en la ciudad de Cuenca, en 1997 la homosexualidad es des-tipificada como delito. Entonces todo “el ambiente” se refresca. Aunque de forma nominal, la clandestinidad deja de ser una obligatoriedad impuesta por la ley y algunos empiezan a declararse abiertamente homosexuales, 3.- Parodiar los sexos: teatro politico-popular “Y me solté el cabello, me vesti de reina, ‘me puse tacones, me pinté y era bella Y caminé hacia la puerta, te escuché gritarme pero tus cadenas ya no pueden pararme. wh 344 Y miré la noche y ya no era oscura era de lentejuelas...” (Todos me miran, Gloria Trevi) En enero de 1998 el Café Dionisios’ se inaugura. Donde antes habia un billar que reunia contendores dedicados a exhibir su hiper-masculinidad ante una mesa recubierta de gamuza verde, Manuel Acosta instala un collage gigantesco que cubre las paredes de imagenes jovenes hermosos desclandestinizando la homoerotici- dad. Debido a apuros econdmicos, Daniel abandona la carrera de artes escénicas de la Universidad Central pero acumula practica al trabajar junto a figuras de teatro y television’; monta escenarios, elabora vestuarios, pres- encia ensayos teatrales, aprende el proceso artistico € incursiona en el maquillaje drag en un viaje a Espaiia a mediados de los noventa. Al Dionisios Megan varios jévenes homosexuales quienes presentan una revista musical de fonomimica y coreografia que, por ese entonces, conserva un estilo tes. y padre Tas fests diosa, la gente usb miscars para represent Ia vida en in manesho,anogine. petal ancho y viene redondo y nara, Fle Daniel Moreno ha tbajado con Leonardo Ramos, Jusea Guarderas, Martha Or fr Bauman, Pepe Morin, Jorge Mathous, Tamara Navas, Patricio Guzmén ‘con Alberto Negrin yteato con cl peruano Diego La H ‘Adtus Drag Queen travesti, la actuacién del perfecto femenino, un intento de fundirse en él. Mis tarde, Diego La Hoz director de teatro peruano, presenta una pieza de transformismo drag, y logra convencer a Daniel de intentarlo el mismo, as empiezan los experimentos del cuerpo y sus géneros. Poco a poco, intentando poner en practica los cono- cimientos aprendidos en la tramoya, adapta sus recursos para convertir al Dionisios en un espacio de artes escén cas, se estrena “Por Una Corona” (2000), asi se inicia el amor entre las historias pasionales-homosexuales y la dramaturgia. La burla de la comunidad propia se convi- erte en elemento importante de un estilo teatral propio. En un primer momento, Daniel dirige didlogos cor- tos cuyos personajes son travestis-vecinas-de-barrio- popular, trabajadoras del sexo en bares de mala-muerte, maricas locales, cacheros. Las memorias de la vida en las calles, tanto de los gays del alta sociedad como de la gente mas precarizada, de los asesinatos, en fin, el mundo homosexual se vuelven cronicas urbanas, testi- monios desde el adentro de una realidad hasta ese en- tonces irrepresentada. Justo durante el feriado bancario del 2000, hundido en la recesién econémica el teatro se queda sin piblico; no obstante sin plata y con pocas esperanzas de triun- far el Dionisios mantiene abicrtas sus puertas. Se pide 36 Dionisios 12 aios de historia fiada, a la vecina, una cerveza y una botella de ron que sélo cuando son vendidas financian la compra de otra. Asi pasa la noche. Sin saberlo, la seffora de la tienda es quien ayuda a sostener las “excentricidades Drag”. Daniel incursiona en la actuacién y la dramaturgia aunque ninguna de sus obras es escrita bajo-las estrictas normas de las escuelas teatrales, lo suyo es una especie de escritura oral que experimenta continuamente, por ello la gran producci6n de mon6logos y la dificultad de trabajar con otros actores. Contra las buenas costumbres burgue- , el juego escénico conjuga sarcasmos, ironias, chistes de sexualidad procaz, dramatismos y cierta masculinidad suelta en la actuacién femenina, logrando asi desmontar las supuestas diferencias “naturales” entre los sexos. La basqueda es la imperfeccién de los géneros, su humani- dad, la belleza de la falla. Las cronicas de la vida de la madre, de la abuela, de la represion vivida durante los aiios ochenta, pero también de los falsos principes azules, de la escasez, del arribismo y del enamoramiento desbor- dan las categorias alfabéticas LGBT y los blanqueados rostros gays no alcanzan a dibujar la maricocracia criolla. En el tablado, personajes costefias y serranas despliegan un regionalismo sexuado. Sin embargo, hacer drag puede ser tomado como ofi- cio poco serio, “cosa de locas”, no se mira el compro- miso dramatirgico, actoral, escénico. Por ello las luchas Kitus Drag Queen no son exclusivamente en contra de los prejuicios sobre la homosexualidad, también lo son por la dignidad que significa el trabajo teatral. “Escrito con Sangre por un Poeta Loco” (2001) marca un antes y un después, es re- sultado de la perseverancia y el refinamiento del oficio. La soledad del poeta es narrada, el mundo es redefini- do, aqui las artes y la homosexualidad son enfermedad del espiritu, contagiosa, incomprensible, melancolia, soledad. Obra de activismo gay que empuja fuera del closet a la comunidad entera. Amaneramientos, lenguaje, mofa proveniente de la cultura de cabaret transformada en satira, risa amarga de la propia marginalidad. Comedia y tragedia se vuelven pottica alegorica, explosién escénica que se encamina al transformismo para volver arte la prohibicién del cu- erpo transgresor. Lo grotesco, los excesos expresivos reinscriben el dolor, la rabia, la ironia. La escena es un bar: “Memtracia” -amante del marido de “Tondola”- en “Mujer de Casa” (2002), juega con los estereotipos de las relaciones de amor y sexo. El macho, Ja buena y la mala arrojan una fina critica a las divisiones de los roles amatorios, heterosexismo homosexual im- plicito en la divisién pasivo y activo, moralismos gays que tachan de locas y putas a los en apariencia menos machos, mas feminizados. Esta es una mirada sexuada del mundo, sus miniisculas subordinaciones y transgre- “i ee) 38 Ay Dionisios 12 ais de historia siones de los géneros: “Mentracia: ... ;Tan marica! es el que da, como el que recibe, porque goza por igual el que esta ar- riba, como el que esta abajo ja, ja, ja..., ojala que Hegue rapido este cliente, en esta noche tan fria y Iuviosa.. Mujer de Casa es el retrato de la mujer condenada a la reclusién en los espacios domésticos, bajo una especie de intuicién feminista, nos entrega la mirada homo de la actuacién hetero: una compasiva y afectiva representacién de su personaje principal: “La Tondola”. Ella se sobrepone al dolor de no sentirse amada, aparece para contarnos el hastio de pareja: levantarse todos los dias, preparar el desayuno, servir, servir, servir, servir al marido; cuidar una cotidianidad que la atrapa en la rutina y la vuelve infierno. Se trata de una alianza con lo femenino, politica sexuada radical ingeniosa, sospecha que dibuja una mueca en los espectadores. Recorre lo patético pero también lo cémico, lo mariano de la femi- nidad latinoamericana. Al final, la obra hace justicia y la Tondola asesina al marido, exorcizando a Daniel de su propio tedio cotidiano. Frente a la sensibilidad gay del poeta incomprendido y a la mujer domesticada, las Divas (2004), “las diosas en decadencia” envejecen, sus encantos se decoloran, Kitus Drag Queen sufriendo la desesperanza de su amor y la soledad. En j realidad, el perfecto femenino no existe, es vanidad | travesti, la escenificacién de un personaje; el propdsito es descentrar la centralidad del gay, la nueva normalidad del mundo de las diversidades sexuales. Excéntrico, su ojo maricén mira desde la distancia el teatro de los sexos, delira poesia invertida; transformismo que des-aprende la coreogratia femenina y masculina, fina intuicién para las sutilidades del género, critica social radical Desde el margen y el arte de la transformacién, otros | grupos desautorizados aparecen en escena: rockeros, | indigenas, su mirada critica da un vistazo al racismo, el clasismo de esta sociedad puritana. Los temas dejan de ser homosexuales y son de todo el mundo que su- fre esos dramas. La precariedad de un teatro hecho de esforzado reciclaje, junto a la necesidad de creacién, son formula para la sofisticacién de la improvisacién y la composicién teatral; alquimia que expone sobre las tablas el conocimiento profundo del detalle homo- sexual, la precisién escénica de las maneras del cuerpo. La poética de la obra se halla en el gesto, en la caricia, en los suspiros, en la exacerbacién telenovelesca de lo femenino; sentimentalismo que “nace en un contexto, en una casa en un barrio donde los personajes cobran vida y saludan con el vecino y la vecina, saludan con la mano y jno mas!”. El teatro popular representa una 40 sios 12 aos de historia comunidad, su comunidad, provoca la participacién del piblico, le propone situaciones inesperadas. Es un ataque cultural que no teme enfrentar porque no teme cl desencubrimiento de un mundo hecho de piel y sexo. El espectaculo drag combina la experiencia vivida, dialoga con la gente presente intentando conmoverla, buscando eliminar la futilidad del teatro por el teatro pues su propésito es crear arte para “la gente que lo ita y que quiere ampliar su mente y su corazén”’. La despiadada risa del piiblico es termémetro de la sen- sibilidad social ante la violencia, ante el dolor, ante la insatisfaccion caricaturizada. nec El cuerpo de Sarai -como el de cada personaje- es pres- tado, le pertenece a Daniel el gordito, chistoso, es él qu- ien sacrifica su cuerpo. Por eso ella también se sacrifica, les dice no a los hombres que intentan seducirla pues su cuerpo no es suyo sino de él, de su piel morena tras el maquillaje. El cuerpo puede ser soledad, una herramienta de arte, la cadencia del cuerpo y los ecos del ritmo de la bohemia; cada cuerpo y su historia ocultada, Cada cuerpo y sus mascaras, sus dolores, sus placeres, sus rebeldias. Cuando se acaba la funcién, Sarai se quita los tacones, se limpia el maquillaje, conversa con sus amigos cudn loca ha sido la noche. Daniel hace cuentas. Vestirse de drag es arrancarse la piel para parodiar la norma de los sexos. El teatro popular se eleva, se vuelve politica cultural en escena, ejecuta uno de los més dignos oficios. Dionisios 12 ais de historia Yo, yelotro Yo Yo y el otro yo, es dificil hablar de si mismo porque nos cuesta quedar mal, frente el resto de personas y te- memos al qué dirdn. En nuestra mente siempre queremos caer bien a todos, pero no somos ni una moneda de oro ni zapatilla de cristal. Yo, un hombre 37 afios, 24 de homosexual consciente y practicante, 20 en las artes escénicas, 12 de dramaturgo y director, 10 de drag sin acabar de aprender atm, sera porque la vida es corta y el tiempo es muy rapido, como muchos que andan por ahi; aprendiz. por necesidad “ya que la vida: para que te la va aponer facil, si lo puede hac- er dificil” te pone a prueba para que seas fuerte, en esta sociedad judeo-cristiana pacata. Todélogo en el oficio del arte, donde tienes que aprender a coser tus propios trajes, pintar tus suefios en escenografias de telas y pedazos de cartén, maquillarte una y otra vez hasta perfeccionar cada trazo, cada sombra; un arte que me convirtié en activista, al transformarme en Drag, transgredo los estereotipos y lucho contra las normas; en el escenario relato la realidad de mi comunidad, una comunidad que siempre ha existido bajo la sombra del dedo acusador, quiero que no se pierda la memoria de los desaparecidos, en una época donde éramos criminales, por divertirnos, sentir y amar... ‘nats Una gueen Y el otro yo, es una parte encontrada hace poco tiem- po, un accidente de tablas escénicas en el que nunca me imaginé hallarme. Una semana de noviembre, yo direc tor en un oficio desconocido en mi pais y en mi ciudad, cuando un amigo peruano me dijo que lo intentase solo para ver cémo me va y ahi esta. Me enganché de un par de tacones altos de drag y de su mundo de personajes bi- zarros, de cuerpos andréginos, de vestuarios dolorosos, luces sicodélicas y sed de gritar lo que tiene escondida esta sociedad. Ya eso de ser homosexual es. algo dificil en esta ciudad, pero yo y mi otro yo, Hegamos a una conclusién y decidimos contar a través del drag, la vida y muerte de otros, algunos amigos, otros solo recuerdos escuchados entre tragos, contamos vivencias propias y risas ajenas, El teatro es un pretexto, al igual que cl texto de cualquier dramaturgo; lo importante es trasmitir al espectador algo que remueva su interior. Cuando se abre el tel6n la magia del teatro drag empieza: los vestidos extravagantes, Jas luces, las escarchas para el Drag Queen y pelos en la cara para el Drag King, Pero el verdadero show empieza unos dias antes, cuando se decide la obra que se presentara el fin de semana: el téc- nico, los actores y la escenografia se preparan para el Pequefio escenario de cuatro por cuatro metros; se colo- a gaseosa en el piso para que los tacones no resbalen, y uno no termine en el piso improvisando pasos, creando tuna nueva coreografia y confundiendo al técnico, que se as 12 atos de historia echard al piso de la risa... Los movimientos son exactos en la fono-mimica, tex- tos repasados con paciencia y sinceridad “ya que uno primero tiene que creerse y vivir el texto, para que el es- pectador se lo crea y lo viva”. En Dionisios las cosas no se hacen solas. La gente que trabaja en el elenco limpia, arregla y decora su espacio, lo prepara para que el publi- co se sienta en un lugar especial y el dia de funcién todo se viste de luces tenues y flores que dan la bienvenida. El pablico es variado: jévenes adultos, adultos jvenes, heterosexuales, gays, lesbianas, travestis o biscxuales y transexuales “eso es lo de menos”, solos 0 acompaiia- dos, da igual. Lo importante es que vienen a abrir sus mentes y sus corazones, a una experiencia diferente, que transgrede, conflictita y encanta. Los asistentes a la obra rien de situaciones conservadoras e hipécritas, lloran de sentimientos diferentes, juegan con los personajes, son seducidos por el maquillaje, luces de colores quedan en el recuerdo y luego el final, los aplausos.... fotografias que dicen que el suefio fue real, las diltimas risas, cerrar las puertas y a quitarse los tacos de drag, el maquillaje y volver a encontrar en el espejo al yo, que tiene otro yo y son felices cada uno en su mundo y quien sabe aquel mundo es el tuyo también. 45

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