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reino de Jud (fines del siglo VII y principios del VI, a.C), no
ces de advertir al pueblo sobre la catstrofe que se vea
venir sobre la nacin por causa de su pecado e idolatra. Le
toc presenciar los sitios y capturas de Jerusaln, y en la
segunda ocasin fue testigo de la destruccin de la ciudad y el
templo, con la consiguiente deportacin del rey y una gran
parte de la poblacin. Pero tambin predijo el regreso de la
cautividad y la restauracin de la nacin.
El libro puede considerarse dividido en cuatro secciones.
La primera (caps. 1 al 25) contiene el llamamiento del profeta
y sus mensajes bajos los ltimos reyes de Jud. La segunda
es lo que podra llamarse material biogrfico del profeta,
registrado por su secretario Baruc, e incluye varias profecas
(caps. 26 al 45). La tercera se compone de profecas contra
las naciones (caps. 46 al 51). Y la cuarta (cap. 52) es un
apndice histrico en que se resea la cada de Jerusaln y el
destierro a Babilonia.
Jeremas fue todo menos un profeta popular. Al
contrario, padeci una oposicin que lleg hasta la violencia,
pues su misin de reconvenir al pueblo y anunciarle el
desastre que su desobediencia le acarreara, no era bien
recibida por la gente. Para l mismo, hombre sensible que
amaba ardientemente a su pueblo, tampoco era esto cosa
agradable, lo cual ocasion una lucha interior de la cual habla
conmovedoramente en varios pasajes. Pero la palabra de
Dios era como un fuego ardiente en su corazn, y de ningn
modo poda callarla: "Si digo: No pensar ms en el Seor, no
volver a hablar en su nombre, entonces su palabra en mi
interior se convierte en un fuego que devora, que me cala
hasta los huesos" (20:9).
En uno de los pasajes del libro el profeta reprende
duramente al pueblo su apostasa e infidelidad bajo la figura
de un adulterio: (cap. 3), pero le anuncia el nuevo pacto que
Dios establecer con l. Entonces ya no ser necesario que
un maestro los instruya o que se instruyan unos a otros sobre
el conocimiento de Dios, porque la ley divina estar grabada
en su mente y su corazn (31:31-34).