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Ademis de las que se forman con las conjunciones adversativas, hay clausulas con oraciones adversativas cuyo cardcter proviene de frases conjuntivas, algunas de las cuales son restrictivas: sin embargo, no obstante, con todo, mds bien, fuera de, excepto, salvo, menos; otras, exclusivas: mds que, antes, antes bien, que no: Ya no podian hablar mds de dos palabras, excepto cuando peleaban; Habian de hacer algo, poquito que fuera, antes que prometer las perlas y la Virgen misma. Por ultimo, digamos que las frases conjuntivas con todo, no obstante y sin embargo no sélo sirven para coordinar oraciones, sino también permiten pasar de una idea a otra, de un parrafo a otro, tendiendo un puente que une y separa a un tiempo. g. EL ORDEN DE LOS FAROLES Sf ALTERA LA LUZ: SINTAXIS, SENTIDO Y ESTILO Con todo y que se han dedicado libros voluminosos a los temas de la sintaxis (y aun los hay que tratan sélo un punto en todas sus paginas), el campo no se agota. Aqui nos limitaremos a llamar la atencién sobre algunas dudas y dificultades que suelen presentarse al escoger el orden en que han de colocarse los elementos de una oracién. En todo caso, téngase presente siempre que no disponemos hoy las partes 0 compo- nentes como lo hacian en siglos pasados, y que muchas frases ambiguas o desafortunadas se deben a construcciones inusuales, Hemos de considerar al menos tres factores al determinar el orden constructivo: 1) el sentido, la Logica del juicio que se expresa; 2) el inte- rés en resaltar algunos elementos y atenuar otros; 3) el ritmo propio, la musicalidad de la escritura, las preferencias: el estilo personal. Gili Gaya,°3 como la mayoria de los gramaticos y lingiiistas, analiza el problema centréndolo en el verbo como nucleo de la oracién, y a partir del andlisis deduce algunas leyes generales sobre la construccién y la posicién del verbo respecto al sujeto y los complementos. Las frases y oraciones que engarzadas forman un escrito 0 un dis- curso pueden dividirse en dos, tres o mas partes, como de hecho se hace para destacar algtin elemento. Esos grupos tienen un orden inter- no propio, y pueden disponerse como conjuntos a fin de barajarlos en busca del orden mas cercano a lo pensado. ®3 Op. cit., pp. 81-94. a ovillas de la escritura » 195 En general, las oraciones breves tienden a ser unitarias: se escriben y se pronuncian de un tirén, como I{neas rectas. Si constan de tres ele- mentos sintdcticos, son seis las combinaciones posibles. Por ejemplo, en una oracién compuesta por sujeto, verbo y complemento directo se ob- tendrian las siguientes variantes: 1) Dora obtuvo una rebaja. 2) Dora una rebaja obtuvo. 3) Obtuvo Dora una rebaja. 4) Obtuvo una rebaja Dora. +5) Una rebaja obtuvo Dora. 6) Una rebaja Dora obtuvo. Cualquier hispanohablante sentirfa forzadas las oraciones 2) y 6), donde el verbo se ha colocado al final. Lo mismo ocurrirfa en oraciones con sujeto, verbo y complemento circunstancial, o con verbo y dos complementos: Los libros llegarén en un momento; Escribi este libro para ti, Escribanse las seis combinaciones posibles para cada oracién y se comprobaré lo dicho respecto al lugar del verbo. Gili Gaya observa que esos giros artificiosos en que el verbo ocupa el dltimo lugar eran usuales en prosistas espafioles del Renacimiento, quienes imitaban la prosa de los clasicos latinos. Hoy parece forzado y hasta pedante el or- den que antes fue un rasgo estilfstico distintivo. Asf pues, la construc- cién se rige por tendencias gencrales 0 preferencias, antes que por re- glas gramaticales inamovibles. Ahora bien, exceptuando las combinaciones 2) y 6), las oraciones restantes son de uso frecuente: el orden ser4 cuestién de preferencia, no de correccién. Sin embargo, el complemento directo no podra ir an- tes del sujeto cuando uno y otro puedan confundirse, pues bastarfa intercambiar los lugares para que el sujeto pasara a ser complemento y viceversa: el miedo concité el odio; el viento alejé el temporal. Si se ante- pone al complemento directo la preposicién a se acaba la ambigiiedad: el miedo concité al odio; el viento alejé al temporal. Este sencillo recurso hace que en espafiol, a diferencia de otras len- guas, se tenga mayor libertad de escoger el orden sintactico. Las prepo- siciones permiten barajar los elementos sin preocuparse de dobles sen- tidos, pues los complementos indirectos y circunstanciales van unidos a preposiciones cuyo empleo resulta casi obligado (véase la seccién 12 de este capitulo). 196 * el libro y sus orillas La linea y la espiral: orden lineal y orden envolvente Hay autores que pocas veces se apartan del orden lineal, acaso porque la Academia lo considera mAs regular, o bien porque temen caer en gi- ros incorrectos si anteponen el complemento al verbo 0 éste al sujeto. Pero si una frase con orden lineal resulta clarisima, una pagina entera con el mismo recurso empieza a sentirse monétona, grisdcea. Un libro de lineas rectas ya es francamente insoportable: hace falta la espiral, el orden envolvente, la espontaneidad. En el orden lineal perfecto irfa primero el sujeto, luego el verbo, el complemento directo, el indirecto y el 0 los circunstanciales. Gili Gaya recuerda que el espaiiol se halla a medio camino entre lenguas de marca- da tendencia lineal, como el inglés y el francés, y lenguas en que predo- mina la construccién envolvente, colmada de anticipos de los determi- nantes, como el aleman de hoy y el latin y el griego de ayer y antier. Pero “no hay que confundir —previene Gili Gaya— la construccién envolvente con la anarqufa sintactica. En la sincronia de todas las len- guas el uso regula mas o menos las posibilidades de ordenacién, sea ésta envolvente, lineal 0 mezcla de ambas”.°t Todos evitamos construcciones ripiosas como las que a veces se leen en los avisos de ocasién: Se venden pantaloncitos para nifios de pana; Se renta cuarto solo para caballeros con batio, pues entre el error de sintaxis y el disparate hay fronteras dudosas. Véanse, si no, construcciones como las siguientes: 1) Te dejé una pasta sobre la estufa que estd muy rica. 2) Una policia revisa en Medellin a una colombiana embarazada en busca de armas. 3) Vio el cuerpo despedazado a machetazos de Severiano Cocom. 4) Ante el ataque mortal de tiburones a un deportista, expertos en escua- los dicen que estos incidentes son muy raros y llaman a la calma. 5) Se venden paiiales para adultos desechables En la primera, no es la pasta sino la estufa la que est4 muy rica. En la segunda, al parecer, la colombiana se embarazé en busca de armas. En la tercera, el cuerpo despedazado era el de Severiano Cocom, quien dificilmente podria haberse procurado la muerte a machetazos. En el cuarto ejemplo, si se lee literalmente, los ataques mortales, esos “inci- dentes”, Ilaman a la calma. Bastaria cambiar los faroles de lugar y es- ° bid. p. 86. a orillas de la escritura « 197 cribir: “expertos en escualos Ilamaron a mantener Ia calma y dijeron que estos incidentes son muy raros”. Por tiltimo, es claro que, mal aco- modados los faroles, los desechables no son los paiiales. Fl gramatico espaiiol a quien seguimos sefiala que cuando son cuatro los elementos sintdcticos, la proporcién de combinaciones inusuales se eleva a la mitad: El criado trajo una carta para mi, El criado trajo para m{ una carta. * El criado una carta trajo para mi. * El criado una carta para mi trajo. * El criado para mf una carta trajo. * El criado para mi trajo una carta. Trajo el criado una carta para mi. Trajo el criado para mi una carta. Trajo una carta el criado para mi. Trajo una carta para mi el criado. Trajo para m{ el criado una carta. Trajo para mi una carta el criado. * Una carta el criado trajo para mf. * Una carta el criado para mi trajo. Una carta trajo el criado para mi. Una carta trajo para mi el criado. * Una carta para mi el criado trajo. * Una carta para mi trajo el criado. * Para mi el criado trajo una carta. * Para mi el criado una carta trajo. Para mi trajo el criado una carta. Para mf trajo una carta el criado. * Para mi una carta el criado trajo. * Para mf una carta trajo el criado. Si dejamos a los arqucolingiiistas del futuro la tarea de ver en el ejemplo de Gili Gaya el reflejo fiel de nuestra sociedad igualitaria y nos concentramos en el andlisis gramatical, observaremos que las combina- ciones sefaladas con asterisco violentan un poco el uso comin, pero no lo suficiente, pues algunos de esos giros se leen en poemas y cancio- nes, asf como en textos de autores afectos al retorcimiento. En las doce 198 © el libro y sus orillas —y esto es muy importante, segtin se veré— el verbo ocupa el tercero o el cuarto lugar; ésta es la raz6n de que resulten de estilo afectado. Algo parecido ocurrira en oraciones de cinco elementos: si el verbo se va hasta la cuarta o quinta casilla de este juego imaginario, la frase —a menos que se divida en dos grupos fonéticos— sonar4 forzada, més atin en la lengua hablada. La regla general estableceria que “en oraciones unitarias de tres o mas elementos sintacticos es poco usual que el verbo vaya detras del principal acento de intensidad del grupo”.°> La colocacién del verbo, pues, resulta determinante. Recuérdese también, al de el orden oracional, la ordenaci6n 16- gica sugerida por el ingenioso didlogo de Tomds de Iriarte, el fabulista espaiiol: —He refiido a un hostelero. Por qué?, sdénde?, geudndo?, smo? —Porque donde cuando como, sirven mal, me desespero. 10. EL VERBO Y EL MOVIMIENTO En su librito Valores de las formas verbales en el espaol de México, el académico mexicano José G. Moreno de Alba confirma que el presente de indicativo es la forma verbal de uso mds frecuente en nuestro pats, tanto en lengua escrita como —habria que decir: y sobre todo— en lengua hablada. Puede pensarse —propone el autor— que la forma cuando tiene gran frecuencia porque ¢l hablante tiende con mucha fa- cilidad a actualizar expresiones. Decimos, por ejemplo, voy en la noche por iré por la noche; le digo por le die; etcétera. A quien esto escribe no deja de parecerle signo de empobrecimiento del idioma el empleo casi exclusivo del presente, sobre todo en la escri- tura. Es tan cansado leer un relato sdlo en pasado como un texto que sustituye con presentes todos los tiempos. Hay que distinguir, sin embargo, los distintos valores del presente de indicativo: a) presente actual momentineo (“escribo estas lineas”, dicho en el momento preciso de la accién); 6) actual durativo (“lo que pasa es °5 Jbid., p. 89. 6 México, unamt, Instituto de Investigaciones Filolégicas, 1985. Algunos ejemplos de Moreno de Alba se conservaron, aorillas de la escritura » 199 que no hacemos nada para cambiar las cosas”); c) presente habitual (son aquellos, dice Moreno de Alba, que el contexto exige interpretarlos co- mo iterativos, la mayoria de los cuales son de modo de accion perfecti- vos, como dar, venir, trabajar, ir, ver, hacer, decir, etcetera); d) presente in- temporal (“el sol sa/e para todos”, “un hombre solo, una mujer sola, son como polvo, no son nada”; etcétera); ¢) presente con valor pretérito (“el conquistador viene con la cruz desenvainada”, “si yo hubiera cogido al violador, lo cuelgo”); f) presente con valor futuro (“apenas pueda me voy contigo”, “en la noche nos vemos”, “en julio se elige solo y en diciembre se hace el cambio para seguir igual”); g) casos especiales (“son teorias, si ta quieres, de tipo socialista, ;no?”; “si yo doblo las manos, entonces mis pa- pas hubieran estado influyendo en mis hijos”). Asi pues, el presente sirve para todo. De seguir esa tendencia acaso los tiempos verbales pasarfan a convertirse en meras curiosidades lin- gilisticas. Mientras tanto tendremos que seguir dudando cuando em- pleemos verbos defectivos e irregulares. A continuacién se intentard re- solver algunas de esas dudas, o al menos profundizarlas debidamente. Marfa Caso dedicé al verbo cuatro de sus 20 lecciones de espanol,” es decir, la quinta parte de la obra. En el capitulo v recuerda que el verbo sé clasifica: 4) por la forma de conjugarse, 6) por su estructura y ¢) por su significado. A su vez, por la forma de conjugarse se dividen en pronominales, impersonales y defectivos. Son pronominales los que se conjugan con dos pronombres de la misma persona: yo me enamoro, tdi te enojas, ellos se entusiasman. Son impersonales los verbos que se conjugan sin sujeto manifiesto, y sélo pueden conjugarse en las terceras personas. Entre ellos estan los que expresan fendmenos atmosféricos: dueve, relampaguca; el verbo hacer en oraciones que indican existencia: hace frio, hace tiempo que no viene; cl verbo haber cuando denota existencia: hubo muchos acarreados; habia interés en el destape. Son defectivos los verbos que carecen de algunos tiempos o de algu- nas personas; por ejemplo, abolir slo puede conjugarse en las personas y tiempos en que se conserva la i: abolimos, abolisteis, etcétera. © Op. cit., pp. 85-145. Se sigue aqui el orden de exposicién de la autora, pero los ejemplos, en gencral, se han cambiado. De paso se corrigieron erratas més 0 menos considerables de enlistados y conjugaciones, pues con todo y que la obra de Maria Caso es importante (y por ahora inconseguible), la edicién de la una es muy descuidada. 200 « el libro y sus orillas Por su estructura, los verbos son regulares ¢ irregulares. Es regular un verbo cuyo radical permanece invariable en todos sus sonidos: ha- blar, comer, unir. Por lo contrario, es irregular todo verbo que altera alguno de sus sonidos: pensar-pienso, huir-huyo, conducir-conduje. Y en tercer lugar, por su significado, los verbos se dividen en avxi- liares, copulativos, transitivos e intransitivos. Lo dicho hasta aqui se resume en el cuadro 111.1. Tiene el verbo cuatro propiedades: conjugacién, modo, tiempo y per- sona. Habra que tenerlas presentes en todo momento, pero sobre todo cuando se enfrenten dudas 0 crrores de concordancia. Conviene recordar que hay verbos de irregularidad sélo aparente, es decir, que varfan en su aspecto formal con un cambio de letra, pero cuyo sonido se conserva. Se enlistan a continuacién los cambios posibles: 68 1) cambio deg enj corregir corrijo 2) cambio dec enz convencer convenzo 3) cambio de z ene empezar empecé 4) cambio dec en qu empacar empaqué 5) cambio de qu enc delinquir delinco 6) aumento de a después deg enjuagar enjuagué 7) pérdida de u después de g distinguir distingo 8) cambio dee enioeny, creer cref cuando ésta es la desinencia leer leyé, leyeron Adviértase que en todos estos casos los cambios formales permiten conservar el sonido. Verbos irregulares E] instinto lingiiistico hace que los nifios conjugen como regular un verbo que no lo es. Como mi hijo Alvaro a sus dos afios: Es que yo que- ria que tu me daras un abrazo. Aunque dan ganas de que no cambien los nifios en esta espontaneidad del habla, los adultos van ensefiando alos crios a fuerza de correcciones: “No se dice daras, se dice dieras”. Son verbos irregulares los que Ievan en el radical sonidos diferentes de los que forman el radical del infinitivo. Sin entrar en mayores detalles, digamos tan sélo que la Real Academia presenta 12 clases de irregulari- dades y menciona 28 verbos de irregularidad especial. Bello y Cuervo, ° [bid., pp. 88-89. aorillas de la escritura = 201 Cuapro m. Pronominal Por la forma de conjugarse Impersonal Defectivo Regular Por su estructura Irregular Auxiliar Copulativo Por su significado Transitivo Intransitivo Se conjuga con dos pronombres de la misma persona. { Carece de sujeto manifiesto. Carece de algunos tiempos © personas. La raiz del verbo conserva los mismos sonidos de los del infinitivo. Aparece la raiz alterada con diferentes sonidos, Sirve para conjugar los tiempos compuestos. Sirve de nexo entre el sujeto y elatributo. La accién transita del sujeto al complemento. La accion termina en el mismo sujeto. Por su parte, se refieren a 13 clases de irregularidades y anotan 6 verbos de irregularidad propia. Otros gramaticos mencionan cifras variables. Entre los verbos irregulares suelen citarse los que toman una z antes de la ¢ de los infinitivos que terminan en acer, ecer, ocer, ucir. Algunos cambios son de valor etimolégico, otros se dan por analogia. Maria Caso propone agrupar las irregularidades como sigue:® Primera irregularidad, por incremento. a) Diptongacién de la peniiltima vocal del infinitivo: eenie: querer quiero ienie: adquirir adquiero oen ue: contar cuento uw cnue: jugar juego % Ibid., pp. 109-110. 202 = el libro y sus orillas 6) Aumento de la z antes dec: verbos que terminan en acer nacer nazco ecer rece crezco ocer conocer conozco, cir conducir conduzco c) Aumento de lad en el radical del futuro y del pospretérito: tener-tendré; valer-valdré; poner-pondré. Segunda irregularidad, por contraccién: a) Pérdida de vocal que precede a la r del infinitivo: caber-cabré; poder-podré, querer-querré; saber-sabré. 6) Pérdida del grupo consonante-vocal que precede a la r del infini- tivo: hacer-haré; decir-diré. Tercera irregularidad, por debilitamiento: a) Por trueque vocilico: la pentiltima vocal del infinitivo se cambia en la débil correspondiente; la e se trueca en i: vestir-visto; y lao se truc- ca en “: morir-murid. 4) Por debilitamiento de la consonante: lacsetruecaeng hacer hago lacsetruccaenj —— conducir condujo Cuarta irregularidad, por refuerzo: a) Por cambio consonntico etimolégico: caber-cupo; saber-supo. 4) El sonido vocal se refuerza y se cambia en consonante: huir-huy6; traer-trajo. Primera irregularidad Ahora bien, en la diptongacién de la pentiltima vocal del infinitivo, cu- yae se diptonga en ie, se incluyen numerosos verbos. Sélo hay dos verbos (adquirir e inquirir) en los que la i se diptonga en ie. Hay, en cambio, casi setenta que diptongan 0 por we: a orillas de la escritura = 203 absolver degollar hollar resollar abufiolar denostar lover rodar acordar desosar moblar rogar acostar disolver moler soldar agorar dolar morder soler alongar doler mostrar soltar almorzar dormir mover sonar amolar emporcar poblar sofiar apercollar encontrar poder torcer avergonzar encordar probar tostar cocer encorvar recordar trocar colgar engrosar recostar tronar conmover follar regoldar volar consolar forzar renovar volcar contar holgar resolver volver Solamente hay un verbo, jugar, se presenta en las tres personas del y en la dltima persona del plural juegan), y esto ocurre en el present imperativo aparece tan sdlo en cuya # se diptonga en we. Debe aclararse que la diptongacién de todos estos ve singular (acierto, adquieres, absuelve) (ellos aciertan, adquieren, absuelven, e de indicativo y de subjuntivo; en el la segunda persona del singular (acrerta rbos irregulares 1, adquiere ti, absuelve td, juega tu). En la irregularidad por incremento, en algunos verbos hay un aumento desinencial en la primera persona del presente de indicativo, para hacerla mis eufénica: doy, soy, voy, y la forma impersonal del verbo haber: hay. Otra irregularidad por incremento se da en verbos cuyo infinitivo termina en acer, ecer, ocer y ucir, y que aumentan una z ante ca y Co. Se da también la irregularidad por incremento de laden la raiz del futuro y el pospretérito: poner pondré pondria salir saldré saldria tener tendré tendria valer valdré valdria Segunda irregularidad En este segundo grupo se presentan dos tipos de contracciones en la raiz del infinitivo, a fin de formar el futuro y el pospretérito. 204 « el libro y sus orillas La primera contraccién ocurre al suprimir la vocal que precede a la r del infinitivo: caber cabré cabria poder podré podria querer querré querria saber sabré sabria La segunda contraccién se da por la supresién de la silaba que pre- cede a lar del infinitivo: decir diré dirfa hacer haré haria Tercera irregularidad Marfa Caso se refiere a esta irregularidad identificdndola como un cambio por debilitamiento: la vocal fuerte (e) que precede a la termi- nacion del infinitivo de los verbos terminados en ebir, edir, egir, equir, emir, enchir, ehir, estir, etir, al conjugarse se cambia por 7. Esta irregula- ridad aparece en los tres presentes, los dos pretéritos y el futuro del subjuntivo, y en el gerundio; pero sélo en las personas que se ejemplifi- can: compito, compites, compite, compiten; compita, compitas, compita, com- pitamos, compitdis, compitan; compite té, compitamos nosotros; compitio, compitieron; compitiera 0 compitiese, compitieras 0 compitieses, compitiera © compitiese, compitiéramos 0 compitiésemos, compitierais 0 compitieseis, compitieran 0 compitiesen; compitiere, compitieres, compitiéremos, compt- Uereis, compitieren. También se da por debilitamiento, en un cambio de o por z, en los verbos morir, dormir, podrir 0 pudrir, poder, poner, en distintos tiempos y personas. Cabe detenerse un poco en el debilitamiento de la consonante (¢ en gycenj). Cambia la c en g en los verbos decir, hacer, placer, yacer. En particular, sobre el verbo placer dice la Academia que puede conju- garse en todos sus tiempos y personas como complacer y desplacer, que toman una z antes de las silabas ca y co; asimismo, que algunas perso- nas pueden tener dos formas diferentes de conjugacién; por ultimo, que al emplearlo como impersonal se prefieran las formas radicales pleg y plug. Atendiendo las recomendaciones de la Real Academia, pues, el ver- bo placer habra de conjugarse como sigue. En presente de indicativo y a orillas de la escritura = 205 de subjuntivo se conjugaré como complacer, es decir, con una z ante las silabas ca y co: yo plazco, que yo plazca, etcétera. En los demas tiempos: pretérito de indicativo: yo placf, etcétera. pretérito de subjuntivo: que yo placiera o placiese, etcétera. futuro de subjuntivo: que yo placiere, etcétera. futuro de indicativo: yo placeré, etcétera. copretérito de indicativo: yo placfa, etcétera. pospretérito de indicativo: yo placeria, etcétera. Se aclara en la Gramdtica oficial que si cl verbo se emplea como im- personal deberd tomar las raices ple o plug: plega, plugo, pluguiera o pluguiese, pluguiere, etcétera. El verbo yacer puede conjugarse de tres maneras en los presentes: En el indicativo: yazco, yazgo, yago. En las dems personas el verbo se con- juga regularmente. En el subjuntivo: gue yo yazca, yazga, yaga. Aqui debe apuntarse que todas las personas tienen estas tres formas. Y eneel imperativo: yazcamos, yazgamos 0 yagamos nosotros. Por cuanto a los verbos Aacer y decir, el debilitamiento de la c en g aparece en los tres presentes. Lo mismo ocurre con otros verbos, pero no por debilitamiento sino por analogia con los antedichos. Se trata de asir, caer, oir, poner, salir, tener, traer, valer y venir, que incorporan una g en los presentes. La irregularidad conocida como de pretérito Ilano afecta los pretéri- tos de los verbos terminados en ducir, que cambian c por 7; son diez: aducir, conducir, deducir y su sinénimo educir, inducir, introducir, pro- ducir, reducir, seducir y traducir. Esta irregularidad se presenta asimis- mo en el futuro de subjuntivo: gue yo adujere, condujere, tradujere. Esta decena de verbos tienen todavia otras dos irregularidades: 1) la pérdida de la i desinencial en el pretérito y el futuro de subjuntivo: condwyera, condujeras, etcétera; sedujera, sedujeras, etcétera, en todas las personas; 2) en el pretérito de indicativo, la primera y la tercera perso- na del singular son graves, no agudas como en partir, que es el verbo modelo. Asi escribimos aduje, dedujo, tradryo, y no aduci, deduci6, tra- ducié, como erréneamente conjugan los nifios y los adultos de escasa instrucci6n. Por analogia con estos verbos, decir y traer cambian c porj en los impos y personas que lo hacen los terminados en ducir. 206 « el libro y sus orillas Cuarta irregularidad En la cuarta irregularidad, llamada por refuerzo, el fonema consonan- te, suave y sonoro, se cambia por el fuerte y sordo que le corresponde: caber-cupe, saber-supe. Estos cambios ocurren cn distintos tiempos y personas, y van aparejados con trueques vocilicos dea ene y dea ena: quepa, quepamos; cupimos, cupieron. Otra irregularidad de este tipo se presenta cuando el sonido vocal se refuerza por un cambio en consonante. Se incluyen aqui los verbos que regularidad consiste en que afiaden una y a sus radicales en los tres presentes, aunque no en todas las personas: que yo diluya; diluye wi, diluyamos nosotros. Presentan esta irregularidad los verbos siguientes: terminan en air, y la argiiir distribuir instituir circuir estatuir instruir constituir excluir prostituir construir fluir recluir contribuir huir refluir destituir imbuir restituir diluir incluir retribuir disminuir influir sustituir Verbos impersonales Se llama asi a los verbos que no tienen un agente determinado © mani- fiesto. A este grupo pertenccen los que indican fenémenos atmosféricos tales como granizar, helar, Hover, Uoviznar, nevar, etcétera. Se usan sdlo en infinitivo y en tercera persona, tanto del singular como del plural. Acaso quepa recordar que cualquier verbo puede hacerse imperso- nal si se conjuga en tercera persona y se afiade el pronombre se: se pin- tan casas a domicilio, se dan clases de idiomas, se recomienda usar mdscara antigds en la ciudad, ctcétera. Verbos defectivos Defectivo es una voz que se deriva de defecto y se aplica a los verbos que llevan en su imperfeccién la carencia de alguna persona, de algiin tiempo o de ambos. A continuacién se enlistan y comentan los verbos defectivos mas usados. a orillas de la escritura » 207 Abolir. Sélo puede conjugarse en los tiempos y personas en que apa- rece la i, Asi pues, no se conjuga en el presente de indicativo yo abolo ni —como hacen algunos, sin bromas de por medio— yo abuelo, pero si nosotros abolimos. Lo mismo ocurre con los verbos aguerrir, arrecirse, aterirse, despavorir, embair, empedernir, garantir, manir. Antojar(se). Sélo se usa en las terceras personas, en todos los tiempos y con los pronombres se me, se te, se le, se nos, se os, se les. Ataner. Se emplea solamente en el infinitivo y en las tres personas del presente de indicativo. Concernir. Se usa slo en las terceras personas, en los presentes, pre- téritos, futuros y pospretéritos, gerundio e infinitivo. Incoar. Se emplea en el infinitivo y el gerundio, en estilo forense. Maria Caso apunta que algunos escritores lo han usado en toda la con- jugacion, excepto en el presente, por razones de cufonia. Pacer. Por su significado, sucle conjugarse sélo en tercera persona, a menos que el verbo se ponga en boca de animales, como ocurre en las fabulas; si éste es el caso, se conjuga pazco, paces, etcétera, segtin el mo- delo de irregularidad al que corresponde por su terminacién. Pesar. En su acepcién de “causar pena o dolor” se usa sélo en las ter- ceras personas del singular con la preposicién de, y rige dativo de per- sona: me pesa de haberte ofendido. En el espafiol actual de México casi se ha eliminado la preposicién: me pesa no haber ido. Raer, roer. De estos verbos dice la Academia que “suele evitarse el empleo de la primera persona del presente de indicativo y de todas las personas del presente de subjuntivo. De raer se ha dicho, sin embargo, raigo y rayo en el indicativo, y raiga y raya, etcétera, en el subjuntivo”. Agrega que las formas raigo, raiga son preferibles a rayo, raya, que pue- den confundirse con las del verbo rayar. De roer también se dice roo, roigo 0 royo; roa, roiga, roya. En el indicativo es preferible la forma roo. Por ultimo, respecto del verbo balbucir, es necesario aclarar que no puede emplearse en ninguna de las personas en las que los verbos ter- minados en weir toman una z antes de las sflabas ca y co. Adems, hoy es mas frecuente el verbo balbucear: balbucco, balbuceas, balbucea; nun- ca yo balbuzco. Verbos que suelen conjugarse mal En este grupo de verbos se incluyen los que, siendo regulares, se con- jugan como si fueran irregulares, y viceversa, los verbos irregulares 208 » ef libro y sus orillas que suelen conjugarse como si fuesen regulares. Enseguida se enlistan los mas usados. anegar apostar aterrar cumplimentar desovar enfermar entregar Irregulares acrecentar arrendar asolar cimentar derrengar descollar desdentar desmembrar desollar discordar empedrar encovar engrosar enmelar ensangrentar errar forzar hollar incensar mancornar poblar soldar subarrendar volcar anega acreciento: arriendo asuclo cimiento derriengas descuellan desdienta desmiembras desuello discuerdan empiedras encueva engruesas enmiela cnsangricntan yerra fuerzo huellas inciensa mancuernen pueblen sueldes subarriendo vuelco Regulares apostas (en su acepcidn de “colocar gente en los puestos”) aterra (“infundir terror”) cumplimento desova yo enfermo (hoy dia, en México, se ha generalizado el uso pronominal: yo me enfermo, ti te enfermas) entrego a orillas de la escritura « 209 inmiscuir Se inmiscue siempre en mis asuntos (cn México se emplea mas bien inmiscuye) innovar innovo mecer mezo, meces recordar yo recuerdo (no es correcto el uso pronominal: me recuerdo, usado erréneamente por me acuerdo) sorber sorbo, sorbes, sorbe templar templas, templa Una recomendacién final. Si al redactar 0 corregir un texto se pre- senta una duda que no pueda resolverse con lo tratado aqui, constiltese la obra de Ramén Alsina, Todos los verbos castellanos conjugados.7° A reserva de volver sobre el tema, digamos antes de cerrar esta sec- cién que una escritura floja o desangelada suele emplear pocos verbos. no siempre tan precisos como seria deseable. Los mejores escritores usan el verbo exacto, escogido y sopesado como joya. Téngase presente en todo momento que la recurrencia de -verbos copulativos denota po- breza de recursos; las conjugaciones equivocadas, ignorancia 0 descui- do; y la acufiacién de verbos nuevos innecesarios, o el empleo de verbos con olor a naftalina —por el tiempo que llevan sin airearse con el uso—, un afan de lucimiento que bien puede opacar el texto. Un verbo escogido con tino se agradece siempre. ® Barcelona, Teide, 1979. La obra contiene, a mas del cuerpo central con la lista de todos los verbos castellanos (incluidos muchos que son ya verdaderas pie- zas de musco) y las conjugaciones de los que presentan itregullaridades, y ademas de los paradigmas 0 modelos, un til apéndice donde se enlistan los verbos im- Personales, los defectivos y los verbos con participio irregular 0 con dos parti- cipios, uno regular y otro irregular (otro mar de dudas ampliamente comparti- do). Otra obra de gran utilidad es el Larousse de la conjugacién, de Ramén y Fernando Garcia-Pelayo y Gross, y Micheline Durand, México, Larousse, 1983, Aunque obras de este tipo dificilmente pierden vigencia, también pueden consul. tarse los apéndices que dedican al tema algunos buenos diccionarios. Véanse, por cjemplo, Clave: Diccionario de uso del espanol actual, 2a. ed., Madrid, 1997, apén- dice IT, “Modelos de conjugacin verbal”, pp. 1956-1979; Diccionario panhispaéni- co de dudas, Bogots, Santillana, 2005, apéndice 1, “Modelos de conjugacién ver- bal”, pp. 691-724. 210 = el libro y sus orillas

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