Una vez, un ratn cay en una tina de la que no lograba salir. Por ms que chillaba lastimosamente, nadie lo oa. El pobrecito pensaba ya que aquella tina sera su tumba, pero un elefante lleg a pasar por all y consigui sacarlo de su trompa. -Gracias, elefante. Me has salvado la vida. Sabr demostrarte mi gratitud. El elefante se ech a rer diciendo: -Y cmo lo hars? No eres ms que un ratoncito. Un tiempo despus, unos cazadores capturaron al elefante y lo amarraron con una cuerda para llevrselo a la maana siguiente. Era de noche, el elefante yaca tristemente en el suelo y, por ms que se esforzaba, no lograba desprenderse de la cuerda. De repente, apareci el ratoncito y comenz a roer la cuerda. Y roe que te roe, antes de que amaneciese, el elefante estaba libre. -Has visto, elefante? dijo el ratn. He cumplido con mi palabra. Hasta un ratoncito insignificante puede a veces hacer lo que no puede hacer un elefante, por ms fuerza que ste tenga.