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q Frangoise Dolto a ges - a | éNinos agresivos 0 nifios agredidos? ___ Una Calida respuesta a las angustias soe Ra tiirines des cieek Gufas para padres 1. D. Hickman y V. Teurlay - 101 magnificas ideas para eniretener a tu hijo mientras haces otra cosa 2. E, Weinhaus y K. Friedman - Una relacién mas duice 3. F. Dolto - gNiflos agresivos 0 nifios agredidas? 4. F. Dolto - gTiene ef nifio derecho a saberlo todo? 5. F. Dolto - Nifo deseado, nino feliz 6. D.W. Winnicott - Conozca a su nifio 7. P. Fluchaire - Ef sue/io de tut hijo 8, M., Herbert - Entre fa tolerancia y la disciplina 9. £. De Bono - Cémo ensefiar a pensar a tu hijo 10. E, Giberti y otros - Adoptar hoy 12. C, Muller~ La infancia entre perros y gatos 14. L. Kumin - Como favorecer las habilidades comunicativas de tos nifios con sindrome de Down 17. M. Viel Temperley - En ef nombre del hijo 1B. R.A. Devoniery A. P. Devonier - Adolescencia. Desaffo para padres 19. C. Cunningham - El sindrome de Down 22. B. M. Spock - Un mundo mejor para nuestros hijos 23. J. Potter - La naturaleza explicace a fos nifios en pocas palabras 25. F. Dolto - La causa de los ninos 26. D. Fleming - Como dejar de pelearse con su hijo adolescente 28. 8. Greenspan y N. T. Greenspan - Las primeras emoctones 29. F. Dolto ~ Cuando los padres se separan 30. F. Dolto - Transtornos en fa infancia 31. R. Woolfson - Ff lenguaje corporal de tu hijo 32. T.B. Brazelton - Ef saber del bebe 33. B, Zukunft-Huber - Ef desarroffo sano durante el primer ati de vida 34. F. Dolto - El nifio y la familia 35, S. Siegel - Su hifo adoptado 36, T. Grandin - Etiquetada como autista 37. €. 8. Kranowitz - 107 actividades para entretener a tu hijo en lugares cerrados SERIE Dr. John Pearce 7. Comer: manias y caprichos 2. Ansiedades y miedos 3. Berrinches, enfados y pataletas 4, Parientes y amigos 5. Peleas y provocaciones 6. Buenos hibitos y malos habitos Francoise Dolto 3Nifios agresivos O nifios agredidos? Una calida respuesta a las angustias mas comunes de los nifios ® PAIDOS Borcelons Buona Aron Moakoo Titulo original: Lorsque enfant parait, tome. Publicado en francés por Editions du Seuil, Paris Traduccién de Alfredo Baez Supervision de Nelba Martinez de Nasio 12 edicion, 1981 62 reimpresion, 1998 Quetlan rigurosamente orehibida «Copyrights, bajo las canciones eta 0 pot custguier metado atariento iviermétic, ye pablices, foro préstame © 1977 by Editions du Seuil, Paris © de todas las ediciones en castellano, Ediciones Paidds tbérica, S.A., hare Cubi, 92 - 08021 Barcelona y Editorial Paidés, SAICF, Defensa, 599 - Buenos Aires ISBN: 84-7509-549-6 Deposito legal: B-48.906/1998 Impreso en Novagratik, $.L. Puigeerda, 127 - 08019 Barcelona Impreso en Espana = Printed in Spain Indice Prefacio . E 1. Siempre hay una razén Wonca 2. El hombte lo sabe todo desde pequeiiito 3. Ya ves, te esperébamos ..... 4. Cuando el padre se ausenta .. 5. {Qué es lo justo? . 6. 7. 8. 2 . Reiener y hacer... : 4Quién abandona a quién? ... . Cada nifio es diferente para dormir . . Querer “bien” y amar ‘‘con deseo” . 10. Gritar para hacerse oir 11. Separacién, angustias 12. Preguntas indirectas .. 13. gHay madres fatigadas? 14. El mayor es un poquito la c: menor, las piernas . 15, ,Qué es una cosa verdadera? 16, Morimos porque vivimos . J] bebé hace ala mama « 18, Un poco mas de tiempo en la casa . 19, Algo sob: debe hablar a esta edad” . 20, Seré artista 21, Pregunias mudas 22, Alo hecho pecho . eee 24, Comprender otra lengua, Adoptar nuevos padres eee 106 109 14S 119 123 128 134 139 143 8 oe 25. 26. 27. 28. 29. 30. aL 32. 33. 34. Los nifios tienen necesidad de vida Cuando se toca el cuerpo del nino ... Un bebé debe ser alzado de su cuna .....- Bebés pegados, mellizos celosos ... Decir “no” para hacer “si” Desnudos ante quién? ... “Uno diria que est4 muerta’ {Quién es "uno"? Jugar al Edipo.. Cuestiones que yuelyen a aparecer . iNifios agresivos 0 agredidos? . Indice analfticd ws... eves reer eee r 149 155 160 166 170 179 186 191 198 205 211 215 Prefacio En el mes de agosto de 1976, encontrandome de vacacio- nes, recibi una Iamada telefénica. El director de France-Inter, Pierre Wiehn, a quien no conocia, me proponia que a mi re- greso participara en una transmisién que trataria de los pro- blemas que tienen los padtes frente a sus hijos. jEn vacaciones y pensar en volver! jNo! Un no categérico pensando en las di- ficultades de semejante transmisién cuando entran en juego tantos factores inconscientes en los problemas de educacién. Unos pocos dias después, el adjunto del director de France- Inter, Jean Chouquet, procuraba por teléfono ser mds conyin- cente. Hay una gran demanda, me decia; desde que la radio se convirtié en la compafiera sonora del hogat, muchos padres buscan en ella respuesta a sus problemas psicolégicos. Se impone crear un programa sobre las dificultades que se refie- ren a la educacién de los nifios, Tal vez. Pero, gpor qué diri- girse a mi, que estoy ya demasiado ocupada en mi profesion de psicoanalista? Ese es un papel que corresponde a los edu- cadores de profesién, a los psic6logos, a las madres y padres de familias jévenes. Muchas son las personas que se ocupan de estas cuestiones. No, no intervendré... y ya no pensé mds en aquel asunto, 10 Pero al terminar mis vacaciones, Pierre Wiehn tornaba a telefonearme. Venga sdlo para que convetsemos: estamos estudiando el asunto y nos gustaria que usted reflexionara con nosotros. Quisiéramos discutir con usted nuestras ideas. Es un proyecto que nos interesa mucho. Yo acababa de terminar mis vacaciones y estaba bien descansada, no urgida todavia por la presién de los horarios de consulta. Acepté. Y una tarde de principios de septiembre, me IMegué al gran edificio de Radio-France pata ver a esos sefiores, para reflexio- nat con ellos y para dejarme ganar a su causa poco a poco. Si, era cierto, se imponia hacer algo por la infancia. El publico hacia muchas preguntas. ,Cémo podria responderse de manera eficaz sin dafiar, sin adoctrinar y utilizar esa trans- misién pata hacer algo por quienes son el futuro de una socie- dad que nunca'les presta oidos? Todos los responsables de las consultas medicopsicolégicas comprueban que los trastornos de adaptacién, por los cuales les llevan los nifios, se remonta2 a menudo a la primera infancia. Junto a las recientes pertur- baciones de reaccién debidas a incidentes escolares o familia- res se registran verdaderas neurosis infantiles y psicosis que comenzaton con trastornos que habrian podido ser reversi- bles si padres e hijos hubieran sido ayudados a comprenderse sin experimentar angustias ni sentimientos de culpabilidad. Semejantes trastornos determinaron un estado patoldgico cré- nico, hecho a la vez de dependencia, rechazo y desarrollo disar- ménico del nifio. Los nifios muy pequefios expresan su sufri- miento moral con disfuncionamientos yiscerales, digestivos, pér- dida del apetito y del suefio, agitaciones 0 apatias, si no es me- diante una indiferencia general a todo y la pérdida del gusto por jugar y alborotar; el retraso en el desarrollo del lenguaje, los trastornos de Ja motricidad, las perturbaciones de cardcter son signos mas tardios de la pérdida de comunicacién lin- gilistica con el ambiente. Esos fendmenos precoces forman legién en la primera infancia y son completamente ignorados por la mayor parte de los padres, que se contentan con es- perar a que llegue la edad escolar aplicando castigos 0 dando i calmantes a los nifios molestos porque un dia un médico les indicé ese medicamento del que se yalen desde entonces coti- dianamente. Puede afirmarse que, hasta la edad de la esco- laridad obligatoria, las dificultades de relacién de la nifiez escapan a la conciencia de los adultos. Ahora bien, son esas dificultades las que preparan un futuro psicosocial pertur- bado. Y esto no se debe a que los padres no amen a sus hijos; lo que ocurre es que no los comprenden, que no saben o no quieren, en medio de las dificultades de su propia vida, pensar en [as dificultades psiquicas de los primeros afios de la vida de sus hijos e hijas quienes, desde las primeras horas de vida, son seres de comunicacién y de descos, seres que tienen necesidad de seguridad, de amor, de alegria y de pala- bras antes que de cuidados materiales o de higiene alimen- taria y fisica, Hoy se da una nueva situacién: la medicina y la cirugia hicieron progresos tales que ahora se salyan mu- chos nifios que antes, a causa de enfermedades infecciosas o de trastornos funcionales y de desarreglos fisiol6gicos, mo- tian en tierna edad; otros son salvados después de una vida fetal dificil y un nacimiento prematuro seguido de largas per- manencias en la incubadora; pero es cierto que esos nifios tan bien atendidos desde el punto de vista médico y fisica- mente restablecidos presentan con frecuencia sintomas de regresién y dificultades en el desarrollo del lenguaje, en el sentido amplio del término, perturbaciones en la salud psico- social, tanto en su medio familiar como en la sociedad y con los nifios de su edad. Sélo demasiado tardiamente se hacen sentir a la edad de frecuentar la escuela los efectos de una in- fancia perturbada en su desarrollo antes de los 3 6 5 afios, pues esos niiios se encuentran en la imposibilidad de tomar parte con seguridad y alegria en las actividades de los chicos de su edad, Y sélo bastante después, cuando se presentan perCurbaciones de caracter, descompensaciones psicosomati- cas en cadena, sintomas diversos de angustia o cuando el grupo de su edad los rechaza o los rechazan los adultos de su medio, son Ievados a los consultorios de especialistas. Y fe- 12 lices son atin éstos comparados con los que quedan segrega- dos, separados de sus padres para ser objeto de curas sani- iarias 0 para pasar largas temporadas en instituciones que, en definitiva, casi siempre los convierten en ciudadanos aparte. Lo cierto es que habria que hacer algo mucho antes, desde el momento en que el nifio plantea problemas a Ja madre en la vida de telacién o durante su crianza. Pero, gqué hacer? En numerosos casos, los padres son licidos y quisieran comprender el fracaso de sus esfuerzos de crianza; pero aqui se trata de problemas de educacién general y los padres lo intentan “todo”, como dicen, y se angustian al no obtener resultados, en tanto que el nifio pierde la alegria de vivir a causa de que no logta hacerse entender, pues sus trastornos de desarrollo son Ilamadas de ayuda dirigidas a aquellos de quienes por natutaleza el hijo lo espera todo. Al provocar la angustia de los padres, el propio nifio se angustia atin mds. 4No sera posible ayudar a los padres que se encuentran en dificultades a expresatse, a reflexionar acerca del sentido de las dificultades de sus hijos? yNo ser4 posible ayudarlos a comprender a sus hijos y a socorrerlos en lugar de hacerlos callar o ignorar los signos de sufrimiento infantil? Habria que informar sobre la manera en que es posible devolver la segu- tidad a un nifio, permitirle que se desarrolle, hacer que re- cobre su confianza en si mismo, después de haber pasado pruebas 0 adversidades como, por ejemplo, una enfermedad grave, una deficiencia fisica, mental o afectiva. Para los padres no hay mayor prueba que la de comprobar su propia impotencia frente a los sufrimientos fisicos o morales de su hijo, ni hay mayor prueba para un nifio que Ja de perder el sentimiento de segutidad existencial, el sentimiento de con- fianza natural que le inspira el adulto. Se impone pues infor- mar a los padres, responder a sus demandas de ayuda. Hay que quitar el elemento dramdtico de las situaciones bloqueadas. Hay que eliminar el sentimiento de culpa de unos y otros a fin de despertar las facultades de reflexién; es preciso prestar 13 apoyo a padres y madres para que conciban de manera dife- frente sus papeles de auxiliares en el desarrollo perturbado de fu hijo; ayudatlos a veces a comprenderse ellos mismos, a tra- vés de las dificultades que exhibe ese tinico hijo perturbado, causa aparente —a veces real— del desasosiego de los padres, de dificultades que a menudo, sin ellos saberlo, son una reaccién a sus propias torpezas que traban la evolucién del hijo hacia la adquisici6n de autonomia, hijo al que dan, segin la edad y la naturaleza, demasiada libertad o no la suficiente libertad. ,Era posible hacer esto? gNo habria por lo menos que intentarlo? gNo existia aqui el peligro de que la gente creyera en la existencia de soluciones ya hechas, en formulas educativas efi- caces, siendo que a menudo se trata de problemas emocio- nales complejos que reconocen sus raices en los adultos, con- yertidos en padres, quienes repiten comportamientos de sus propios padres... 0, por el contrario, se oponen al hecho de set genitores, comprometidos demasiado jévenes con las car- gas familiates que no consiguen afrontar cuando al mismo tiempo contindan su propia adolescencia prolongada, com- prometidos demasiado pronto en una vida responsable? Desde luego, no cabia esperar gran cosa de este tipo de transmisién, pero, zera ésa una raz6n para desentenderse? Por supuesto que el programa suscitaria multitud de objeciones; pero gera ésa una raz6n pata no intentarlo? Por cierto que muchas situaciones familiares son demasiado delicadas, entran en juego demasiados procesos inconscientes en las pérdidas de comunicacién dentro de una familia, para que los padres pue- dan yolyer a encontrar la serenidad necesaria para este tipo de reflexién; tanto mas cuanto que los padres en dificultades es- peran de sus hijos y de sus éxitos el consuelo a sus propios fra- casos personales. jCudntos padres hay que, heridos en su in- fancia, decepcionados en su vida afectiva de pareja y decep- cionados de sus semejantes, desalentados profesionalmente, cifran todas sus esperanzas en sus hijos, cuyo menor fracaso los desespeta y a los que abruman con una responsabilidad 14 paralizante para los jévenes, en lugar de ayudarlos en un clima de seguridad y de tranquilidad a tener confianza en si mismos... y esperanza! éCémo habria que proceder? En primer lugar, no respon- der a toda pregunta de manera directa, ni siquiera cuando se tratara de preguntas anénimas. Era preciso alentar a los oyen- tes para que escribictan cartas detalladas asegurindoles que todas ellas serian leidas atentamente, aunque pocas podrian ser respondidas atendiendo a la breyedad del tiempo acordado a la audicién. Formular por escrito las dificultades experi- mentadas ya es un medio de ayudarse a si mismo. Esa fue mi primera idea. Después de la lectura de las cartas, seria menester elegir aquellas preguntas que, a través de un caso particular, plan- tean un problema que puede interesar a un gran németo de padres, por mds que cada niffo sea un caso diferente. El modo de vida familiar, el néimero de hijos, la edad y el sexo, el lugar del hijo en la fratria, son factores importantes que hay que conocer, pucs de ellos dependen reacciones emocionales y la visién que dia a dia se va forjando del mundo el nifio en el curso de su desarrollo, cuando busca su identidad a través de procesos de incitacién, de rivalidad, de identificaciones sucesivas. Habia que informar a los padres que nos escucha- ran sobre los periodos importantes por los que pasan todos los nifios, cada cual a su manera, durante el crecimiento, pe- riodos que les presentan problemas a resolver y en los que la incompresién y el desconcierto de los adultos frente a los fra- casos del nifio son mds dolorosos para éste que en otros pe- tiodos y constituyen fuentes de malentendidos, de descono- cimientos, de interferencias reactivas que perjudican el feliz desenlace de esas etapas evolutivas. Habria pues que hablar, a través de casos particulares, de esas dificultades mas fre- cuentes a fin de que la transmisién prestara servicios reales y contribuyera a hacer comprender [a infancia a los adultos quienes, en muchos casos, no tienen la menor idea de esas pruebas especificas de la nifiez, ni de las modalidades reac- — 1h tivas que acompafian obligatorlamente, segdn la naturalesa de cada nifio, una salida favorable, Lo que los padres, los adultos, no saben es que desde sti nacimiento un bebé humano es un ser de lenguaje y que muchas de sus dificultades, una vez explicadas, se resuelven del mejor modo en el desarrollo de ese nifio. Por pequefio que sea, un nifio al que el padre o la madre le hablan de las razones que conocen o que suponen de su sufrimiento, es capaz de superar la prueba conservando la confianza en si mismo y en sus padres. yComprende el nifio el sentido de las palabras o comprende la intenciGn carifiosa de que las pala- bras son prueba? Por mi parte, apostaria a que desde muy temprano el nifio est4 abierto al sentido del lenguaje mater- nal, asi como al sentido humanizante de la palabra que se Je dirige con compasi6n y verdad a su persona. En esa pa- Jabra el nifio encuentra una sensacién de seguridad y de paci- ficacién coherente mds que en los gritos, las reprimendas, los golpes, destinados a hacerlo callar, que a veces logran su ob- jeto. Todo esto les da mds una condicién de animal domes- ticado, sometido y atemorizado por su amo, que un estatuto de ser humano socorrido por aquellos que lo aman en su dificultad existencial, para expresar la cual no dispondria sino de gritos, de dolencias, de no mediar las palabras tranquiliza- doras, porque son explicativas, de los padres. Precisamente esta comunicaci6n humanizada me parecia lo que con mas frecuencia se olvida en nuestros dias cuando se trata de los,’ niflos, testigos constantes de la vida de la pareja parental y privados de la palabra dirigida a su persona. Esta falta de palabras ocurre especialmente en la vida de la ciudad, donde la madre suele estar ausente o donde el nifio queda al cuidado de una nodriza o en Ja guarderia, siendo asi que antes, en Ja vida tribal, habia siempre un adulto auxiliar que, en ausen- cia de los progenitores, sabia hablar, cantar, acunar, recon- ciliar al nifio consigo mismo, en la tolerancia que aquél mos- traba a sus manifestaciones de sufrimiento. Luego, en todo el proceso educativo, sabia responder con sinceridad a todas 16 las preguntas de un nifio, despertar su inteligencia a la obse- vacién, al razonamiento, al sentido critico. Precisamente ese lenguaje era lo que me parecia necesai io hacer descubrit o redescubrir a los padres. gNo son todas esas verdades de sen- tido comtin las que hay que recordar a tantos padres que: las olvidan? ; Pero, gincumbia a un psicoanalista cumplir este trabajo, este setvicio social, podria decirse? Un psicoanalista est4 for- mado en la escucha silenciosa de los que acuden a 6], hablan- dole, para recuperar su orden interior perturbado pot pruebas pasadas que los pacientes, al evocarlas, procuran descifrar y descubrirles su sentido petturbador, aprisionados como est4n en procesos de repeticién que traban su evolucién hu- mana. ,Correspondia a uno de esos psicoanalistas, que es lo que yo soy, hablar por radio y responder a cuestiones de edu- cacién? En aquella oportunidad me hice esta pregunta y adn contintio haciéndomela. Desde luego que hablo como persona bien informada en cuanto al psicoandlisis e informada tam- bién de muchisimas crisis, no resueltas durante la educacion, de personas que conoci en el ejercicio de mi profesién, jévenes y también menos jévenes y no podria hablar de otra manera. Sin embargo, si la evolucién de cada ser humano pasa por Jas mismas etapas de desarrollo, cada cual experimenta de manera diferente las dificultades, siempre relacionadas con Jas de los padres, con frecuencia de los padres mejor inten- cionados. Este conocimiento siempre particular e individual del sufrimiento humano, ,puede contribuir a ayudar a los demas? No lo sé. La experiencia lo mostraré. zNo hay sufri- mientos evitables que experimentan padres e hijos en su vida comin, metidos en la trampa, como lo estén y como lo esta- mos todos, de descos inconscientes, marcados, entre padres e hijos nacidos de ellos, por la prohibicién del incesto y por la dificil salida creadora de esos deseos bloqueados los unos por los otros en una familia? Pero, si yo soy psicoanalista, soy también mujer, esposa, madre, y también vivi los problemas de esos diferentes papeles; conozco pues los escollos con que 7 tropieza la buena yoluntad. Y ahora hablo como mujer que, aunque psicoanalista, esti en edad de ser abuela y aun algo mas que abuela, hablo como una mujer cuyas respuestas son discutibles, cuyas ideas directrices son objetables en un mundo en movimiento, en el que los nifios de hoy seran los adolescentes y los adtiltos de mafiana, en una civilizaci6n en proceso de cambio. Procuro tan sélo echar alguna luz a la pregunta que se formula. Seria necesario que los oyentes, aquellos que me escriben, aquellos que sélo me escuchdn y aquellos que van a leer aqui mis respuestas, no se imaginen que soy depositaria de un verdadero saber, un saber que no deba ponerse en tela de juicio. Aqui se trata de una indaga- cién, la mia, frente a problemas actuales relativos a los nifios de hoy, problemas que en muchos puntos estén sometidos a las experiencias y a un clima psicosocial en transformacién que determina situaciones nuevas para todos, En las respues- tas que doy, persigo la finalidad de incitar a los padres en dificultad a que consideren su problema desde un punto de vista un poco diferente del que sustentan, la finalidad de suscitar en el espiritu de los oyentes que no estan directamente afectados la reflexién sobre la condicién de la infancia que nos rodea, esa nifiez que todos nosotros, los adultos, debemos acoger y sostener para que los nifios advengan en seguridad al sentido de su responsabilidad. 4Es la nifiez de hoy una duplicacién de la nuestra? ;De- bemos repetir en nuestra conducta a quienes lograron educar a las generaciones pasadas? Ciertamente no. Las condiciones de la realidad cambiaron y cambian todos los dias; con ellas deben habérselas los nifios de hoy para desarrollarse. Lo que no cambia es la avidez de comunicacién con Ios adultos que sienten los nifios. Esa avidez de comunicacién siempre existié y contintia existiendo, porque lo propio del ser humano estriba en expresarse y en buscar, a través de las barreras de la edad y de la lengua una comunicacién con los demds, y también es propio del ser humano sufrir por su impotencia si no puede hacerlo y por la impropiedad de sus medios. 18 Quienes lean las respuestas que doy a las cartas de padres y a las mas raras de personas jévenes se sentirin impulsados, asi lo espero, a reflexionar por su cuenta en estos problemas, en su sentido, en las respuestas diferentes que habrian podido darseles. Esto supone también reflexionar en ese extraordi- nario medio de comunicacién y de ayuda reciproca que es la radiofonia, la cual permite que se comuniquen gentes que no se conocen y que traten de problemas que antes permanecian en el secreto de las familias. Algunos encontraran en las cuestiones planteadas recuer- dos de su propia educacién, de las dificultades que experi- mentaron cuando eran nifios o de las dificultades experimen- tadas por sus padres con ellos, asi como de las dificultades que experimentaron o experimentan con sus propios hijos y que saben resolver sin ayuda. Espero que todos, al considerar a familias que no son las suyas propias, miren de mancra diferente a los padres y a los hijos que se encuentran en crisis, que observen con nuevos ojos las reacciones de los pequefios que juegan en plazas y jardines, de los que sufren en clase, de Jos que los perturban en su quietud. Tal vez entonces se sentiran movidos a hablar a esos nifios de manera diferente de Jo que lo hacen ahora, a no juzgatlos con demasiada ra- pidez, a encontrar, mediante la reflexién, respuestas a las di- ficultades cotidianas que le son confiadas y de las que damos aqui tantos ejemplos. Tal vez esos oyentes sabr4n encontrar mejor que yo las palabras de auxilio para Ia dificil condicién humana parental y para la no menos dificil condicién humana infantil, con los que se relacionan y los cuestionan. En este libro se consignan las transmisiones de los prime- ros meses de France-Inter: Cuando el niflo aparece. Agtadezco a todos los miembros del pequefio equipo que formamos: A Bernard Grand, el productor con el ojo siempre puesto en el cronémetro. A Jacques Pradel, que dialoga con- migo en la audicién; a Catherine Dolto que resume todas las 19 cartas que yo elijo, lo cual nos permite optar por los temas dominantes del dia; a los sacrificados técnicos y secretarios de la cabina 5348,116, avenida Président-Kennedy, Paris XVI‘. 1. Siempre hay una razon (Cuando el nifio aparece) Frangoise Dolto, usted es psicoanalista; sin embargo no se trata aqui de ofrecer una consulta personal. ¢Estd de acuerdo? Completamente de acuerdo. Si bien soy psicoanalista, como usted dice, espero poscer también sentido comin y poder ayudar alos padres en sus dificultades, esas dificultades que preceden a anomalias mas graves en sus hijos y por las cuales después se los lleva a los médicos, a los psicos. Hay muchas cosas, asi, que los padres al principio no toman en serio y los médicos tampoco, Los padres slo saben que tienen una preocupacién: su hijo ha cambiado. Quisieran saber c6mo proceder, y muy a menudo podrian ellos mismos encontrar el medio apropiado si reflexio- naran un poco. Lo que yo quisiera es ayudarlos a reflexionar. En efecto, vale mds prevenir que curar. Por otro lado, no hay dramas solamente, y el nacimiento de un hijo es también una fuente de alegria y de felicidad. Pero, claro esté thay que comprender a esos nifios! Y no siempre ocurre eso. Los padres generalmente los reciben con alegtia. Pero ocurre 20 2 que esperan a un bebé y luego es un var6n o una nifia. Habrian preferido a una nifia y es un var6n; o habrian preferido a un varon y es una nifia... Agregue a esto que los padres no son los dnicos de la familia. Est4n también los abuelos y sobre todo los hijos mayores. Semejante acontecimiento —el naci- miento de un nueyo hijo— es un pequefio drama para muchos de los chicos mayores. Diré que si un hijo mayor, digamos entre los dieciocho meses y los cuatro afios, no siente celos, ésa es una sefial muy mala: el hijo anterior debe manifestar celos porque para él es un problema ver por primera yez que todo el mundo admira a alguien menor que él:'‘;De manera que hay que ‘hacerse el bebé’ para ser admirado?’’. Hasta en- tonces, él creia que seria bien mirado haciéndose grande, Ile- gando a set un muchacho 0 una sefiorita. Creo que debe ayudarse a los padres en el momento mismo en que llega su bebé, pues en los meses siguientes todo se hace més complicado. Hablaba usted de sensatez. Y es cierto que a veces un poco de sentido comin permite desembrollar una situacién que al principio parecia extremadamente confusa y dramética. Tal vez podriamos aclarar esto con un ejemplo concreto. Hay que tener en cuenta que el nifio que reacciona de manera ins6lita siempre tiene una tazén pata hacerlo. Se habla mucho de los caprichos de los nifios: ésos son caprichos porque se los {fama caprichos. En realidad, cuando un nifio muestra de pronto una reaccién insdélita que molesta a todo el mundo, nuestra obligacién es tratar de comprender lo que le ocurre. Un nifio no quiere continuar avanzando por [a calle: tal yez no quiere los zapatos que Ileva; tal yez no le guste ir por ese lugar; tal vez se lo hace caminar con demasiada rapidez y tal vez seria nece- sario Ilevarlo todavia en el cochecito, cuando se lo creia ya bastante grande para poder prescindir de él. ‘‘Tuyo buenas vacaciones y se ye que sus piernas son fuertes...”” [Pero no! Lo que cure es que, después de las vacaciones, al volver a 22 a encontrarse en el mismo lugar de antes, el niflo quiere que lo yuelyan a llevar en cochecito, como solian hacerlo. De todas maneras eso no duraré mucho, Para mi, los caprichos proceden de una incomprensién del nifio: é] ya no se comprende porque el adulto no lo comprende. ;Ahi tiene usted una cuesti6n de sentido comfin! He tenido oportunidad de ver a muchos de esos nifios que comenzaban a tener caprichos. Eso le ocurre a todo nifio vivaze inteligente que quicre explicar lo queexperimenta y desea y que no sabe cémo hacerlo; entonces protesta, asume una actitud negativa, chilla y... los mayores se ponen a gritarle, No hay que proceder de esa manera. Lo que cortesponde es tratar de comprenderlo y decirse: “Tiene que haber una tazén. No lo comprendo, jpero reflexionemos!” Y, sobre todo, nada de hacer dramas desde el primer momento. Otro acontecimiento que interesa a todas las familias que tienen hijos en edad de ir a la escuela: la iniciactén de las clases. A menudo para un nifio pequefo, salir del seno de la Familia e ir a un lugar desconocido, tratar a gente nueva es todo un acontecimiento. éSe refiere usted al nifio que va por primera vez a la escuela o al nifio que reinicia las clases después de las vacaciones? A los dos casos. Consideremos primero al pequefto que va por primera vez a la escuela, El yerano pasado, me encontraba trabajando tranquila- mente en el jardin cuando oj a una nifita que recibia a su padrino en medio de aplausos; la Ilegada del padrino era para ella una fiesta. jMuy bien! Aquel sefior sale de su automdvil, ve a la pequefia y exclama: “jOh, como has crecido! jPronto tendrés que it a la escuelal”. Entonces Ia nifia, encantada e imbuida de su importancia, dice: “Si, si, iré a la escuela. Comienzo las clases al terminar las vacaciones”. Es decir, dos meses después. “jAh! ya verds, ya ver4s que no es divertido. 23 Tendrds que estarte quieta, no podrdés correr. Mira, ahora te estds metiendo un dedo en la nariz; no podras hacer eso. Y ademnds estarén tus compafieritos, gsabes?, tendrds que de- fenderte de ellos. Te tiraran de las trenzas. gC6mo? {Quieres conseryar las trenzas? Pero no; tendrds que cortarte ese pelo”. Verdaderamente le estaba pintando un cuadro horroroso. La pequefia estaba en 4nimo festivo antes de la Ilegada del padtino y lo habia recibido con fiestas... Después, ya no le of decir nada. Aquella nifla habia quedado completamente desmoronada por las palabras de un adulto, que probablemente sélo queria hacer- la rabiar por broma. No es mas que un ejemplo, pero jcudntas veces los adultos anuncian al hijo su ingteso en la escuela como si se tratara del fin de Ia buena vida! No hay que asombrarse entonces de ver a nifios que Iloran y a los que hay que arrastrar practicamente por la calle porque no quieren entrar en la escuela. También hay nifios que esperan ese acontecimiento con impaciencia, porque tendrdn una cartera, etc. Llegan a la escue- la: alli se los trata como un rebafio; no era eso lo que ellos esperaban. Cuando esos nifios vuelven a la casa o cuando la mamé va a buscarlos a la escuela estén muy ansiosos, sobre todo el segundo dia. Y al tercer dia ya no quieren acudir a clase. Creo que, felizmente, hay escuelas que reciben a los nifios de otra manera... Hay que seguir cierta progresién: no es posible atacar de frente a un nifio que manifiesta cierta fobia de it ala escuela. El padre podria tal vez distraer alguna hora de su trabajo para ir a buscarlo o para conducirlo a la escuela, por la mafiana. Muchos nifios, para ir a la escuela, tienen que pasar antes por la casa de una cuidadora que Ios lleva al estable- cimiento; y esta circunstancia es una noyedad para ellos; tam- bién tienen que leyantarse muy temprano, cuando antes, para ellos, la escuela significaba ir con otros nifios y jugar: las cosas no ocurren en modo alguno como lo esperaban. La mama no les habia avisado que itian a casa de Ja cuidadora y de av alli a la escuela, ni que Ia cuidadora los iria a recoger y que la mamé s6lo volveria a verlos al anochecer. Creo que lo mejor es decir a los nifios lo que va a ocurrir, sin asustatlos pero haciéndoles sentir que uno esté con ellos: “Pensaré en ti”. Los nifios tienen necesidad de eso 0 bien puede uno decirles: ‘“Toma, te he traido una figurita, 0 un boleto de metro. Cuando te aburras en Ja escuela, la tendrds en el bolsillo. Pap4 te lo ha traido. Asi tendr4s mds confianza”. Cosas como éstas son im- portantes, pues los nifios tienen necesidad de la presencia de los padres. La escuela es un medio insdlito. Es menester que los padres se hagan representar pot algo que hayan dado al nifio para que éste se sienta seguro. Y aqui debo decir algo mds: el nifio no puede hablar de lo que ocurtié en Ja escuela. Cuando unchico est4 en su medio familiar, s6lo puede hablar de lo que pasa en ese medio, de lo que él piensa en ese momento. El nifio estd presente en el presente. Sin embargo se le pregunta: ‘‘;Que ocurrié hoy en la escuela?” y se lo regafia porque no puede contestat nada. Consideremos ahora el caso de un nifto que reinicia las clases después de haber ido a la escuela dos 0 tres aitos. Ahora ya no se trata de miedo, pero en cambio ese nino puede sentirse turbado por un nuevo maestro o por nuevos camaradas 0 por el cambio de ambiente, de clase, etc. Aquies importante establecer si el chico fue feliz en Ja escue- la el afio anterior. Si Se mostré algtn tanto indiferente o si tuvo disgustos con la maestra, el aiio que inicia sera, en cambio,’ feliz, porque no queria encontrarse con la misma maestra. Muchos nifios eran Meyados al hospital por sus padres que decian: “Esta enfermo todos los dias cuando tiene que it a la escuela y el domingo esta sano”. Entonces yo me ponia a hablar con el nifio y lo que ocurria era que no queria a esa maestra, queria tener a la otra maestra, la del afio anterior, Desgraciada- mente la nueva maestta les habia dicho: ‘Los que no sigan mis lecciones volyeran con los pequefios” y en realidad eso 25 era lo que él queria, Yo les explicaba entonces que tenia mucht- sima suerte: “Tienes mucha suerte de no querer a tu maestra, pues cuando uno la quiere no trata de aprenderlo todo bien para pasar al grado siguiente’’. Si los nifios no quieren a su maestra, la pregunta que hay que hacerles es ésta: ““,Y explica bien tu maestra?”” Muy fre- cuentemente los nifios responden: ‘No me gusta mi maestra, pero, si, explica muy bien’. “Y bueno eso es lo principal, una maestra est4 para explicar, para todo lo demas esta tu mama.” 2. El hombre lo sabe todo desde ‘pequefiito (Cuando aparece un hermanito) Volvamos a Ia llegada de un bebé en una familia en la que ya hay varoncitos 0 niftitas de tres o cuatro anos. ¢Hay que avisar a esos nifios con anticipacion, explicarles el embarazo de la madre? Hay que explicar, a los mayorcitos, que va a llegar un bebé y que no se sabe si serd un varén o una nifia; asi los chicos comprenden por qué la madre prepara wna cuna. Y las madres no deben sorprenderse de que todo lo que ellas hagan en ese momento encuentre la oposicién de los chicos; por ejemplo, sila mamé est4 trabajando en Ia cuna, el niflo da un puntapié por casualidad a Ia cuna... La madre no ha de decirle nunca que es malo. Su hijo se encuentra ante una situacién insélita. Se esté preparando la Iegada de un bebé, y, para él, ser un bebé es ser algo menos importante que ser un chico ya crecido. Las mamas dicen a veces: “Vamos a comprar un bebé”’, Eso significa burlarse de un ser humano que sabe muy bien que él mismo fue bebé antes. En el inconsciente, cl set humano lo sabe todo desde pequefio, La “inteligencia” del inconsciente es la misma que la de nosottos, los adultos. De manera que 26 27 cada vez que tenemos ocasién de hablar a los nifios de las cosas de la vida, hay que decitselas sencillamente tales como son. En lo que se refiere al bebé que habra de nacer, el chico mayor podrd decir: ““;Por qué?, yo no lo quiero”, “jPero si ese bebé noes para ti!” Sin embargo, en muchas familias los padres anuncian: “Tendrds una hermanita o un hermanito para ti’. Y entonces, el nifio se imagina que inmediatamente tendrd un camarada de su edad, porque conoce a nifios que tienen her- manos y hermanas y se dice: ‘‘Bueno, que venga en seguida’’. “Pero tu sabes muy bien que cuando naciste eras un bebé muy pequefio.”’ Se le muestran fotografias y se le dice: “Mira como eras cuando chiquito. Y, bueno, el bebé sera asi’. Y si el chico decide de antemano: ‘Oh, si es un varén no lo quiero! 0 “Si es una nifia no la quiero”, se le puede responder: “Pues el bebé no tiene ninguna necesidad de que tu lo quieras; tendrd padres asi como tt tienes padres”. Y ocurre que el nifio a quien se le dice que no necesita querer a su hermanito o a su hermanita sera el que mds los quiera, sencillamente porque esa es la cosa mas natural del mundo. Cuando un nifio afitma que no quiere a su hermanito 0a su hermanita, lo hace sélo para decir una tonteria a su madre y pata tratar de pincharla, como suele decirse. Hace un rato, hablaba usted de los puntapiés dados a la cuna. Eso no es muy grave. Pero creo que a veces esa actitud tiene consecuenctas peores. He ofdo hablar del caso de un chico de cuatro 0 cinco aflos que habia mordido bastante violenta- mente aun bebé. gEs eso corriente? Relativamente corriente, y en esos casos la madre debe tener enorme presencia de espiritu; sobre todo no hay que regafiar brutalmente al mayor que ya est4 bastante avergonzado de lo que hizo. Habria que tomarlo aparte y decirle: “Bien ves que eres muy fuerte. Pero tu hermanito es en cambio muy débil y chiquito como t4 lo eras antes. Ahora él sabe que tiene un hermano mayor y tendr4 confianza en ti. Pero, ya ves, no es

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