el uno color de arroyo el otro olor a cedro. Tus ojos, mirando el otoo destilan gotas de vida y yo afirmo mis manos con fuerza en tu alma herida Tu pecho cruje de asombro tu aliento desfila aturdido mi delito lo descubre el viento que emana de tu cuerpo, oh fantasma mo. No te veo, no te veo deshice en esta jaula oscura recuerdo de amor y tortura que siempre acompaan al ensueo y a la sepultura Ayer, dije te quiero hoy un cadver entierro pero su permanente sombra reclama palabras y das. Es tiempo de mudar la casa es hora de cantarle a la vida Sin embargo su muerte me alcanza y solo puedo llorar su agona. Ahora ella vive de muerte y cndida risa desde el sueo a la vigilia no deja ni por descuido en sosiego el alma ma. Al entrar mi tormento causa al salir mis ojos destilan como en aquella tarde sus pupilas la contenan Yo la mate dos veces por si reviva le clav los cuchillos despacio y verla bajo mi brazo sufrir hasta que caa.