los grados de la excitacin y de la moderacin> . Yo
considerara' de buen grado con Lotze este acto de con ciencia y esta persecucin voluntaria de la expresin de la voluntad, obrando espontneamente, como la solucin del enigma de la acti1'idad artistica. Si la voz y el gesto son formas de expresin del sentimiento, dados al hom bre por la Naturaleza, la conciencia que tenemos de nuestra voz y de sus mltiples facultades expresivas conduce al descubrimiento del principio de la armona, de donde emana la meloda; la conciencia del gesto con duce de la misma manera al principio del ritmo, segundo de los factores propiamente formales de la msica. Se admite en general, con harta facilidad, que el rit mo es necesariamente de naturaleza sonora. Concedien do desde luego que en ningn otro arte desempea el ritmo un papel tan importante ni reviste formas tan ml tiples como en la msioa, no creemos de ningn modo poder afirmar que tenga su fuente en la sensacin so nora o que se refiera forzosamente a alguna manifesta cin sonora. Los psiclogos comprueban a veces, de pa sada, que existe un ordenamiento rtmico, an fuera del dominio de los sonidos, o sea que existe en el tiempo un desarrollo peridico cuyo valor especfico corresponde a lo que se llama ritmo. Sin embargo, esta sensacin no se establece si no cuando los perodos tienen una du racin efectiva eon relaci n a un valor medio bastante exactamente determinado. Slo figuradamente, y con el auxilio de la reflexin, es como se puede dar un valor rt mico a la sucesin de los das y de las noches o de las es taciones, pues toda continuidad de observacin est ex cluida para este gnero de sucesin y nicamente su re produccin reducida en Ja imaginacin, puede haoer de ella un semejante de lo que llamamos un perodo rtmioo. Lo mismo sucede con los movimientos que por HU breve dad o rapidez excesiva escapan a la percepoin consciente; la deduccin lgica o la extensin de su duracin, en