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I \fonia Barba, Dl cap tohtmns depenctiente |pkwotmer cane Nexico: Sigh BT, MAL 1 Cuestiones de método El capitalismo, en Latinoamérica, se ha desartollado dentro del contexto de la expansién y evolucién del capi J. En funcién de esto ha asumido formas especificas que, sin negar las leyes generales de movimiento del sistema en cuanto tal, ha configurado en el continente tipos especi- ficos de capitalismo dependientes cuyo cardcter y modo de funcionamiehto estén intimamente conectados con la diné- mica que asume histéricamente el capitalismo en los paises centrales. Es asf que, a partir de la posguerra de 1945, debido al gran desarrollo de las fuerzas productivas que la guerra per- mite concentrar en la economia norteamericana, lo que hace culminaf el proceso de monopolizacién, centralizacion y concentracibn de la produccién por parte de las empresas multinacionales, se verifican, en los paises latinoamericanos, una serie de transformaciones sustanciales. Estas transfor- maciones reorientan el sentido de la industrializacién en tos paises en que ésta habia ya empezado y la empiezan y orientan en varios de.los paises que, hasta entonces, no la tenfan desencadenada, En ambos casos, estas transformaciones estén relacio- nadas con la aplicaciOn de las inversiones, por parte de las grandes empresas extranjeras, particularmente norteameri- canas, en el sector manufacturero. La base material y el sentido hacia el cual se orienta la industrializacion en América Latina, son, desde entonces, fundamentalmente dados por el capi bien esto se realiza a partir de sea un mercado interno ya relativamente estructurado, di- cho capital lo reorienta en funci6n de las nuevas pautas de consumo que el sistema le permite desarrollar. Esta nueva caracteristica del desarrollo capitalista depen- diente, ademés de no resolver las contradicciones econdmi- Bl 4 HACIA UNA TIPOLOGIA DE LA DEPENDENCIA cas y sociales existentes, las agrava y genera, en su curso, Otras nuevas, cuyo resultado es una situacién de crisis pro. funda y generalizada, crisis que se manifiesta en todos los niveles de la vida de las sociedades latinoamericanas, {Cudles son estas contradicciones, cémo se generaron, cuales son sus resultados y posibilidades de superacié Hacia la respuesta de estas preguntas claves esté volcado todo el esfuerzo de nuestra investigacion. La tarea es muy amplia y quiz4 sobrepase en mucho nuestra capacidad de agotarla, No obstante, si s6lo logrdsemos asentar sus marcos generales para obtener un punto de partida pura su prot dizacién posterior, ya nos dariamos por satisfechos por el momento, {i existencia de una situacion de crisis estructural ya es de consenso bastante generalizado en Latinoamérica,’ No obstante, hace falta aclarar, a través del andlisis cientifico imensional e integrador, cual es el verdadero cardcter de esa crisis y de sus componentes historico-estructurales. En ese sentido, la ciencia social oficial, 0 sea Ia cie burguesa, ha hecho varios esfuerzos, por medio de los cuales muchas veces ha logrado destacar aspectos importantes de ¢sa crisis; pero nunca ha podido alcanzar una verdadera explicacién global de ese proceso al verse limitada por los compromisos en el orden vigente y por metodologias que resultan también comprometidas con ella. De esta manera ificacién, en la medida en de la realidad. que hace CEPAL sobre (Divisién de Asun- Tomemos como ejemplo el an: La evolucién social de América La tos Sociales, octubre de 1968, mimeo.) que tal vez sea sbajo han sido escritos a nzos de 1969, entonces, se podria ha- blar de un consenso generalizado incluso por parte de los idedlogos Durgueses, de una situacién de crisis aguda, como lo han ceflejado or cjemplo las publicaciones de la CEPAL y del BID. Sin embargo, recuperacién coyuntural revelada en algunas tasas de crecimiento ional ha encendido de nuevo la confianza, que de hecho nunca hha sido del todo perdida, por parte de idedlogos del capitalismo dependients, En el curso de nuestra investigacién, intentaremos de- ‘mostrar cudn aguda es la crisis estructural del sistema y cuin impro- ‘ables son sus posibilidades de mantencién. CUESTIONES DE METODO $ una de las mejores expresiones de la toma de conciencia de Ja crisis latinoamericana frente al reconocimiento del fracaso de las soluciones preconizadas durante afios pot Ja misma CEPAL en su afin de superacién de los obsticulos que se oponen al desarrollo. En dicho andlisis se plantea que: los niimeros mas recientes del Hstudio Econémico de lay Tazones que no permiten confiar en el mantenimiento de tasas de crecimiento nacionales mas favo- tables, entre ellas la inestabilidad de los mercados de lus principales exportaciones latinoamericanas; la tendencia ge- neral a la baja registrada por las tasas de ii ‘compensada sélo en parte por un incren publica; y Ia creciente proporcién de di servicio de la deuda externa. [Cursivas nuestras.]* Més adelante plantea: La uniformidad de los compromisos regionales en mate- ria de desarrollo y justicia social contrasta con la muy distinta capacidad de estos paises de ampliarlos, visto el tamaio de su poblacién y la tasa de su crecimiento demo- grafico, el grado de urbanizacion, industrializacion y moder- nizacion, los recursos naturales; y el grado y forma de dependencia de los centros mundiales de industrializacion y financiamiento. Casi no se justifica considerar que estos paises representan etapas de desarrollo diferente (...) hay escasas posibilidades de que sigan por la misma ruta que ios paises que ahora estan més avanzados econdmicamente, pero es evidente que el potencial de cada pais de lograr una Planificacion eficaz, influir en la distribucién del ingreso y proporcionar servicios sociales, es muy diferente del que cabria esperar de las declaraciones que han suscrito. [Cur- sivas nuestras.)° de los proble- lega a ser bas- La conciencia que tiene la ciencia ofi mas y de las dificultades para su superaci 2. La evolucién social de América Latina, Division de Asuntos Sociales, CEPAL, octubre de 1968, p. 3, mimeo. 3. Ibid., pp. 4y 5. (pun e ayusurerdosd ou ‘aseq op weanis anb st, ap sootyjoodso soar SopeMTUaJap seuULsULD wp YpLse [9 we uosorny soomgytiod sasyed A ooruguiadoy-onues anua tyouepuadep ap souorsejar set anb ojas9u09 aumu019 \-qpuoo so\2e1e9 Jo sTUyap ap “eI[9 9p Spann v ‘A SeuEDTLOWE |-oune| sapepaisos se] op uorseuuojuoo By ap yevuUEpUNY Ix2-oonsfeue B}s0B9}e9-e] OLOD- epeZ|FAN-A. vTUY [Sper ap souyety,“dovououreoutte ugroemns e| 3p oanovoo ‘K ousyxa ouauonay un ap uglovaydxa e| Bfa U9 1eNU09 “ua opueosng ‘ero1Jo eIouaTD BI Zea eNO £ BUN OpEsN ety ET owsos soureziinn Bj ou o10d ‘nrouapuadap ap vfs08a189 vf op uotoezipenideouco ej ap sownied onb opnuras asa uo Sq raptadap . 102} vAontt } 1dx0-00711] Se] 9p seroUeIOep se e oquaMTEdrOUNd ouIs *saqqruodsip SoWeD,, SO] ap SBUOPeNTUNT se] B OU ‘Wogop a8 OUESHOWIEOU “yey ofjoazesep ap 0520014 Jap oyDay wey 2s anb souoroeyard “rout se] 9p SeysNU! ap sauoraeDoAINbe sey amb sows9s) soe OpsaNIe foxanu UN BPIOSAS ap soUOIIPUCD UD UEqeIs? —jp1U0IOD uorsonas 1 ua Opop Px OFUIHUIV249~ WIRLUQUOIE 2sEq NS ap oquarMDer9 Ja 10d anb ‘saeUoIeL sazojonpord ap odnud FE [e100s ug}sos Ou1oo aun BIs9 ‘e1IOIeIBUT ep vrouspuadep By 8 osed [9 sonposd os A yemuoJos ePoUapuedep ef adwos a8 opueno ‘o[duuafe 10d ‘opoul 9180 aq “4oLasuD WoOTIENy IF D ua oppiauad sodru8 0 sase[p axjue sauotze|er op FUO}sIS UN uo ssrepuny o1gop “eouorsiy eatoadsiod eun uo oxdwoys op -e1apystio9 ‘efouaptadep op opou oso v oun ap osed 1g, {Spur une BrEpDe Of optaruEstIad aISe J, {cTeuoroeu ugIeWLIO} ap oposiod |e Lo1ZaIsod yerpunu opeorels je UgIOR{ROMTA wf ap seIIUINIEsUOD se] A eUIOy Bf a1gos EsNgUr “e[qquodsip jesaurut Ezanby ap odn Jo o e110 B] ap uoIoRdnoO ap sapepttgtsod sey A odn Jo ‘ojdusofo Jod ‘oul Bywouovs e] sp edIs!} aseq vidosd By srWOpY syeuorseu vonnjod, run zejndefo £ 1exowosd wed oussTUE oanerisiumupe-consjod orerede un op woroeztteii0 vf [FOF] sl SVOLLIUD SANOIDVUACISNOO- soyso ig “ayuepunge e2qo ap oueU taretnba: anb soronp -o1d 9p (sopeorpes re sazoyonpoid 10d sepejonuos) ugIo -b10}d¥9 bY auqos sepeLUsoy ‘NO@p sa ‘,uOIDeIGod ap seIUOJOD, ‘outod uatg seu! gz1UEAIO 98 JelUoIO9 e}wOULD vAno sosted soffonbe us woul opeozou un ap uo!oeULIO§ ap X jeuoroeu ugtedaqur op sapepipgysod se] ‘,ugrsei0|dxe op semuojoo, st] oo sepereduioo ‘Se yUNsIp UPIdg,, :SoutezrTeUe anb $9104 ne So] 9p seiqujed ug "JeUOIDeE o}jouresop ap sapepiyqisod se] SaxdAtus Uosany ‘LINDO Ise apuop sasted soffanbe Wy Puo!oeU BIWIOUODD e| tod ,,ueqesed,, 1opeiodx 104998 [2 ua oatjonpoid osas0xd [ep Ooresep Jo 2190 A souoIsroAuT se] 9190s saTOISFOap Se] oWoo 458 59 “onnonposd osoa0ud Jap TewoIZeU Jox}UOD un 9p orstorafe Jo a]qisod woratony sojuattioja so)sa sopoy, -youoiced rontyod sun zeynoefs < Joxowosd ered oAnUNSTU -iuipe oonysjod oyezede un op uorseztuedio0 vf Hoe) sew eIOCY anb of ‘feogel ezeng ap uorednso roXcuE wun ‘sBOpE “eqeotplus 2 feuojoeu 010314303 j2 U2 UaseoIpes a6 saio.oNp -oxd soj anb eysonbar erenoadose pepranse eyip anbiod Offa ‘olseIlN Opeaseul Un ep UHIOEULIOS op & PROPEL UpKS -eafoqut ap sapepiyiqisod sososeut ap woswz08 anb se uosony ‘qodonau vy ered ejoorSe aseq ap uerAsas anb sermopoo seq -onbe ‘tas o ‘errensados8e pepiance ¥] ap spauiy v eaIsHOIXa ‘ugfovdnoo wun opezrfeal erqzy as sajeno sr] UD “,uoKneG -od 9p seruojoo,, sey §, [erUojo9 oJ>ed,, Jo woo 1odutox Ty ‘opeyueyduuy esqey 98 anb uorsonposd ap eo -twiguo29 9seq n] 1od Bpeuororpuod eqETfeY 9s ‘294 ns v “UOID -vsodioou! 298g “sourytfodonaur sonu99 soy # wore10ds09ut a8 seILojoo sey onb ua euUI0y e] Ua EIItIONOUD as ‘SOMO anb asio]pouresap tied sauofoipuod sa1oKeWU UoseIAny souRoHOUL -oumyr] sassed soun gnbsod [ap uptoeoyjdxa ey outoo ise sq cougisty osad0xd ap souTttTT3} Ua tray UoIEIaXd seul oun,, op vponbeng vj ue 2081 seu un eiouapuodap, A eusojsied ‘ojjoaresapgns ap sauorso sey ® rep opuayard 28 Sep aiuerpayy ‘sosaoo1d A seamtonaise enue sesordyoo1 ‘suoIoeUTUNID}ap Se] 9p OIPNYSO fap SpA # [BIOs CIqUIES ap wopdaguos e] ap UOToTULyapar Eun teyUAIUT SaloyNE SOIsy onapny & osopan ap jninganusa-oouoyey miBojodyy WT *| VIONAGNSAAM VT AG VIDOTOALL YNA VIOVH + 16 HACIA UNA TIPOLOGIA DE LA DEPENDENCIA. Son estos dos tipos fundamentales de vinculaciGn de Jas economias nacionales en el periodo de “expansin hacia afuera”, los que conforman la base expli- cativa para comprender la situacién de desarrollo y cambio social en el momento de transicién del afuera” al “desarr que el anilisis busque determinar isticas fundamentales del “momento de transicin” en las s¢ lades con produccién nacionalmente controlada (analizando los casos de Argen- tina, Brasil, Uruguay, Colombia) y en Tas econom(as de enclaves (México, Bolivia, Venezuela, Chile, América Cen- tral), casos de enclaves mas destacados en el anilisis de los autores, La explicacién de ese periodo la intentan los autores a través de la comprensién del sector urbano-industrial y el grado de diferenciaci6n soci interna producida por la expansién de la economia exporta- dora”. Las caracteristicas tipicas de la transicién las detec- tan, a su vez, recurriendo a los modos por los cuales las clases medias intentaron participar en las alianzas de poder con las oligarquias, Todo este proceso, lleno de contradicciones y antagonis- mos, forma la base explicativa de los fenomenos del popu- lismo y del nacionalismo en la fase de consolidaci6n del mercado interno. En la tiltima parte, finalmente, ellos anali- zan los limites estructurales que generan el desarrollo de un Proceso de industrializacién “nacional” y discuten el nuevo caricter que asume la dependencja, 2. Critica a la tipologia de Cardoso y Faletto La obra de que nos ocupamos contiene, mas bien, un con- junto de hipétesis y de sugerencias que sirven como punto de partida para una reinterpretacion del estudio de América Latina, que un aporte definitivo y exhaustivo de la pro- blemética. Que asi ocurra es explicable dada la extensién y complejidad de la temética que los autores se proponen analizar a un nivel de ensayo. Por tanto, es necesario hacer varias criticas sustanciales, aunque nos limi CONSIDFRACIONES CRITICAS 7 tir s6lo aquellos aspectos que, de una u otra forma, tienen importancia para aclarar una serie de cuestiones que tendre- ‘mos que enfrentar en nuestra tipologia de las estructuras dependientes. Pasaremos pues a destacar las siguientes cri- ticas: a] Critica a la aplicacién de la metodologia. La concepcién tedrico-metodolégica general propuesta por Cardoso y Fa- letto para orientar el anélisis que.emprenderan es correcta y se expresa en el planteamiento de que es “el grado de dife- renciaci6n de la estructura produetiva que otorga el marco de las posibilidades estructurales dentro de la cual se expre- sa la accién de los distintos grupos Sin embargo, lo econdmico esta presente en este estudio slo como un “marco” muy general, a partir del cual se desarrolla un andlisis esencialmente sociol6gico. 0 sea, lo econémico importa sélo en cuanto define fr estructurales, mientras el estudio se centra en la accién de los distintos grupos”, tomada desde el punto de vista socio- l6gico. Ahora bien, lo econdmico, en cuanto es tomado sélo como marco estructural en sentido tan general, no permite revelar, en toda su complejidad, la gama intrincada de la accién de los diversos grupos y clases sociales que actiian en funcién de intereses econdmicos objetivos, cuya imposicién cexige la lucha por la hegem de estos intereses puede revel tica y sociolégica de los actores, la que se manifiesta mu- chas veces en movimientos sociales aparentemente difusos € incoherentes, co tiende a aparecer como es econémico que se desai es. y contradicciones que engendran una dindmi , en funci6n de la cual y sobre la cual actéan los hombres, que reflejan posi- ciones especificas de clases y las modific: Con eso no queremos negar la pos andlisis fundamentalmente sociol6gicos. Son posibles, si son 8 Cardoso y Faletto, op. cit., p. 93. agued & ‘qserg_ ua vanyjnoayeo e| UOd ‘ojduifa 10d “orn90 Jsy ‘ono & syed un ap ajusuieonoysty opeLseA By UofsENoApe ‘ysq ‘Teipuntu owsypeyideo jap sepuetUep sey ¥ wIOPEOdXs Pf 091138 ryuIOU0De F] ap ONNOILEUOrOUNY [2 ZeNDapE WEqBDsNg anb (1281 ap snied v eztjear as anb vosyrewayend pessqyy es sexe pUoje4 ey uoo WeotJ{9A 98 anb se ‘oyduuolo 10d oMso9) soeinjonnse souoroewyojsues ap o14as vun ap opernser Jp usiquiey os ‘feRuoIo> eFowarey vUN sJUAUIRIOL HOS OW ugtoonpord ap souooejar sesy “OUso}UL OpeosaUt uN 9p UOID -nynsuos &] xed sovo!sIpuoo se] gsouaB ou enb vpewarens tus 2389 [oP vyfanbr v2 aio ‘eamynouBe ef uo saqto}s!xo uorsonpord ap sauoforje: op odn ja sod ugiqurey outs ‘aA -ejpus fap vrouasaid ry 40d 09s opeoydxe 12s apand ou “Kx offs jop sepeaap sesoud se] uo A XIX Of8Is Jap sau E LOD Y IT “uoroezyqesnisnpu ej sezed ula ered aqu9IOIINS Je SouaUE OF 10d “TEUO!DEU JOO 011919 un ‘opesed offis Jap souy # une “29UD1GO UPIquI, UoLexBO ‘oo!K9IA aP 0560 [9 ‘o|durafo sod ‘yodonowt vy 30d sayesme sosinsar ap ugrorojdxo ap JeWualEpUNY a3eq OUOD UEqeH -o!ouny sefofO9 WEI OpuENd anb sasred OW eoy{dxe as OU “exourelu PWStUN B] aq] “OfB'S ap SozUarUOD apsap asHpuLdKa e apuan ‘open Uarg 1s anb ‘sayeuofoeu souesoiduia 10d op “ejorjuoo [BEISMpUl Offozesap UN ezrTear 95 ‘oAE|oUD ap EPUE -0099 U9 asIINFTYSUOS op xesad & ‘ojdutafa Jod “PTY ap Osea [p uo ‘oitiga eaydxe ‘souam oLfonpy “axtjouD 2p seyutouosa ua “,Jetuojoo ojoed,, Jap exmydns t] & eyLoWLOHe}S0d UOT -eunioysieny 26 —ojdutafa 10d apy & eyeutayeny— Hfodosyour | ap ejoo}Be aseq outoD UeqeUOIOUNS anb seIOJOD “OULD aesvyoe B20] ou sand ‘ayua!oyNstt se UoroFIesdsayUT Esq sonanjanposd osoord yap Jeuorseu Joruo9 un sesB0] uosoIpnd anb se] ‘erouapuadapuy ¥] ap med ¥ ewroyut ug{>ezquesi001 Bun ap sauororpuod se{ UoLDtANy anb se} Loony ‘Nodgnou B{ 9p Pjoos8e eszq OWOD UEGeUOIoUN; onb seEnsadoxtE semuojos wea anb ‘uoreqod ep seruojco se] ‘sazoLayue sey1o set uo A weumnsar 2 uo oprfeyos gpanh ow0> + pBtwojoo oy2ed,, jap exmydns By v ro11ays0d ojouresop jp sapepyiqisod & soyuy] so] ueatrep sosorne 6 SVOELJHO SINOIDVUICISNOD- 12389 onbo4 if sezqpunigoxd w souarenia on °6 soy sire aq eBraz0g A euedsy & ‘step so ‘sodonout sey UOILUOTDUIaX Bs seMIOIOD Se] OULIOD wIALIEUE BT JOd “vas ma -of09 uo}senits Bf Ua Opep BA,, BquIse anb oj sod ojos UED -apdxa 08 (2aejouo ap spimouosa ap so] k oanonpead osano1d ap youot2ou jou1u0> [2 opexBo] wey, anb sasted So] ‘Vas 0) $09 ‘aspq sodt: Sop sof ap Uo!orINBtJU0D eI A UO J9 “uoIsNOsIP Je) usoey OU saxoyne soy anb us eprpatt eB ua ‘anbsog “sopesfoxmesop seystfeyideo sasyed soy we uoretzn90 anb souord -euoysuen sepunyord set op UgIoUny Uo off9 So ‘XX [9p S02 -aramuoo 4 XIX. offs [op pertus puns e] op s1pTed v ‘seuROE -oureoune] saplapuadep sapeperos se] we JeBn[ vosetAN anb sesnjannse se] ua sorquties ap osedord yo argos vridure SUE UO!sNOsIP BUN BIgO FI UO UIE} DEA] SoDUCNSTY soy -2y woo nouanazioau ng sod soy ap uaBu0 po varie [q opeymury Ant eyInsax 02 -fRgjoroos A oonysjod sisyjpue 9 ‘oormiquoge sisipue fap [PAru [2 wa serouaroqjep se] 10d “erauetu eyso og] ‘Opeztear sIsHpUE [2 We vsomnBi £ edwse ugroezt HN ns K esandosd eFBoFOP -OyOUL C] 91yU BrOUDIaYoo BUN “EIGO B)SO Va ‘OUP 10d “AU ON “Satiofonjona sns ¥ OXaU & opnues UBP anb sopruos soy awyonose Jopod tis oad ‘soquortu|AoW sns qrored X opteq ‘ap oyunfuoo un swanws OltlOD J98 e attaIA ‘opnutas a1S9 UT ‘¢ .SPtpattt sedva,, sepeUre| st} OWWDD sors -epunoes so10}08 ap SO] Uoo sopejszaw roa1ede anb watiaN, sa1oyoe sojediourid sns 9p sasoxaqur so} ‘sojeamonnso sop -epiyiqisod ap ooreus OFOUI Un Gas ODTWOLOD? 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En Chile, ol desarrollo industrial que se leva a cabo, desde comienzos de siglo, a pesar del enclave del salitre y del cobre, también debe ser explicado por el desarrollo de relaciones de produccién capitalistas en otros sectores, co- mo por ejemplo en la agricultura y en sectores complemen- tarios a la economia exportadora que permiten la expansién del mercado interno. Lo mismo en México, donde los obs- taculos fundamentales para la expansién del mercado nacio- nal fueron resueltos con el proceso revolucionario que, liquidando en parte el monopolio de Ia tierra y generando una capa de campesinos medios e introduciendo rel: de produccién capitalista en el campo, creé las condiciones minimas para la expansi6n de la industrializaci6n. En Cl y México y en otros paises, como lo discutiremos posterior- mente, los cambios en las estructuras, que menciondbamos antes, se dan en forma bastante profunda, como expresion mis elaborada de una situaci6n de dependencia del desarro- lo de las fuerzas productivas del capitalismo mun Claro es que la evolucién de las relaciones de produccion tienen que ser tomadas como elemento. expli vo, y es necesario tenerlas presentes si se quiere realmente agotar la explicacién de los origenes de la formacién de los tipos fundamentales de estructuras econémico-sociales en Latino- américa. Las nuevas relaciones de produccién que empiezan desarrollar en estos paises y que son ya tipicamente capi- talistas, aunque tengan que ver con la situacién heredada del periodo colonial son, sobre todo, el resultado de este proceso de cambios en las estructuras dependientes. La no incorporaci6n por parte de los autores de estos elementos esenciales al andlisis, revela las limitaciones y Ia ausencia de rigor de la concepcién que manejan sobre lo que es 1a de- pendencia, ©] Critica a ta clasificacion de los paises. Por lo que hemos planteado anteriormente, no es tampoco adecuada la ubica- cién realizada por los autores de algunos paises en los dos tipos. Especialmente en el caso de México, que es considera- CONSIDER ACIONES CRITICAS 2 fa de enclave. Eso no nos pare- ce correcto pues, si isten en México enclaves de gran id, el sector agricola controlado por productores na- cionales es de gran importancia,.asi como es ereciente la importancia que empieza a tener una pequefla industria na- cional desde comienzos de siglo, al igual que en el caso de Chile. Partiendo del propio esquema analitico de los auto- res, ambos casos estarfan més bien situados en tipo: medios entre los casos tipicos de economias de enclaves y los de control nacional del proceso prod En México, particularmente, los enclaves no tu efectos paralizadores en el resto de la economia qq ron en el caso de Centroamérica. Por el contrario, la infraes- tructura que fueron generando, como los ferrocarriles, crearon las condiciones de dinamizaci6n del mercado inter- No, proceso éste que, como sefialdbamos arriba, tuvo que ser completado por la revolucién. Todas estas condiciones hacen resaltar muchas de las I mitaciones de un enfoque fundamentalmente sociolégico, porque, aunque los autores busquen determinar situaciones historicas especificas, no lo logran plenamente pues no ponen el énfasis necesario en fa historia econémica y, de esa manera, desisten de extraer del rico esque que proponen, todas sus implicaci ir de 1945; 0 sea, en la posguerra, donde éste adquiere un cardcter excesivamente genético, dificul- tando la tarea de del existencia de estos dos y que deter- minan el nuevo carécter de la dependencia, Por ejemplo, cuales son las variaciones sustanciales exi ambos en razén de las nuevas condiciones que se producen 4 partir de entonces asf como cuéles son las tendencias y alternativas hist6ricas que se vislumbran Nuestra investigacién buscar enfrentar toda esta proble- mitica, 0 sea, tratar de definir cudles son Ins nuevas carac- -sono us onb sasyad sounds ua sojue sep -aogp seysen wiezaduro uorpezyetnsnpur ey onb aqqisod yoy, ‘wety anb sopesmonsyso-oo1s93sTY Sax019"y SO] WOS STEN] “7 ‘Ke3ojodn ap o1sayp9 as0 operdope sousoy gnb 104 *T :SR018q saUOKsOND SOP ap eysondsar ey e ‘uoroeSseau! eNSanu ap O}OWOU! sour “ud un ua ‘sand ‘apaoaid vorndura uproeyeysuoo eT “PIOUSP “uadap 9p feqof® uotoEntIs eum ap OIxe}UCD Jo ua seine ap sosiearp sodn sinBunsip uopand os anb ‘aquoureaissdura a{qereysuoo ‘oo1seq OoTO}SN] OYSsY e182 ap OPueNIed Sz voyjgdouour uoioesaytn e] op oyonposd un PIs Ui -smput ap oseooid Ja ‘soseo soys Ug ‘sofeuEsayze sesh] tod 9yueUeatsnjoxa seo une oysondwos eqeyse oMepUNd ‘98 303988 oAnd ‘stiopeyodxe-onrewid semonssy “7 -ugtsuedx wo uot spur ap osaaord un ex fofsequia urs opuansixo wiopard upe soyeno st] ue ‘sepeoytsioatp seimonsisgy “T smnyonus9 ap sodn sop ap opened ‘euneT waugUTY opuonxe 26 vorgdouow! ugpoesaut ep osso0xd sq “soplup sopeysg Soy op ENSNpUT ey UO ZI] -eox as anb ugioezifexjuso & ug1eztodouout ‘ugtoenusay09 ap osaoosd ofajdutoo un opor ap opeyinsa1 [9 so anb of ‘sat -euofseuT Nts soorfodowout sorsrosu09 so] ap ugIsuEdxe PI B aqap 9s 19]99189 onanu ayy “BUIroTFaWIEALIOU EJUIOUOD® By US eran ey ap Brouandesuoo OWod Jerpunu epstTeyIde eUraySts [ep owvarureuorouny je ue soperouE}sns sorqureD so] ep UO! 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De éstos, Argentina y Mi fines del siglo XIX, ya tenian un significativo s trial. Del perfodo de 1900 a 1905, el sector industrial en Argentina ya contribuia con 18% del producto interno y, en México con 14%. En Argentina, “el censo de 1920 registra més de 13 000 jientos industriales, con una ocupacién total supe- }0 000 personas”. En México, “a comienzos de siglo, la industria textil por si sola ocupaba cerca de 30 000 personas y disponia de casi 700 000 husos y més de 20 000 telares, equipos que corres- época; la produccién siderirgica, por su parte, se inicié en México en 1903”. _La importacién de bienes de consumo descendid (en tér- tivos) de 89.6% a 48.5% “en el periodo de 1870 a Puede sostenerse que este comportamiento signifi- ca un aumento relativo de los productos de la industria manufacturera doméstica.”* Otro ejemplo de, ia capacidad potencial de la indust del pais lo da la experiencia de le guerra del Pacifico 1879-1884. Enfrentada a esta emergencia, la industria na- cional fue capaz de producir casi todo lo que era necesario para subvenir al conflicto. Encina escribi6: La industria fabril doblé diez, veinte y hasta cien veces elaboracién de vestuario, calzado, articulos de talabarter' 1. Véase Celso Furtado, La Economia latinoamericana desde la Conquista ibérica hasta la Revolucién cubana, Editorial Universita- ria, pp. 103, 104. 2. BI proceso de industrializacion en América Latina, Naciones Unidas, 1965, p. 16. 3. Ricardo Lagos Escober, La industria en Chile: Antecedenteses- ‘tructurales, Instituto de Econom{a, Universidad de Chile, 1966, p. 24. PROPOSICION DE TIPOLOGIA. 25 polvora, productos qu chilas, carpas, cure icos y farmacéuticos, barriles, mo- calderas para buques, etc.* De 1908 a } trial en 84 por cient En Uruguay, et de los finales “Chile aumenté su produccién indus- 5 de la industrializacién también data : “a partir de las leyes proteccio- ‘en determinados rubros el consumo timenta, vino y otras bebidas, prod ros y cigarrillos, muebles, aserraderos, calderas y hornos de », curtiembres y, posteriormente, alcohol, azticar, papel y textil de lana.) Una encuesta de la Oficina Naeional del Yrabajo, rea lizada en 1926, documenta ia existencia de 6 329 estable- ‘expansion industrial de fines de siglo, tud telativa puede ser inferida por el expresivo indice del 12% sobre el total importado del pais, que alcanzaran las importaciones del hierro,y del acero en 1886”. Ademés, , en 1904, se crea el Centro Industrial de Brasil | mismo afio, 338 asociac - de 30 especies de articulos manufactura- dos de gran consumo, la industria nacional suplia 78% de las necesidades internas, figurando la importacién con sola- mente 22% en 1907, segin el Centro Indus 4, Ricardo Lagos Escobar, op. 5. Ricardo Lagos Escobar, ‘econémi Facultad de Ciencias Econémicas y de Administracion, Montevideo, 1969, pp. 39 y 40. | UNIVERSIDAU DE CHIL, soyjanbe & woLRpas Ud so ‘uednso sou anb sasred soy asjua Jaary anb ‘sond ‘Sourauay enb uoroeroustoyip vou eT “aeradns ‘9p sopoysip sammwss] opesjuoous ey wo!oezyTeSNpUT BIS9 “2 -uejape set sowaINNOSIp of OULOD ‘an B eqep os UOFIENAIS Te. ‘Soy? anua sopepueysns sauorseueA res0A0Id ered OWOD Ostiaitn ayusuraquste1yns OF Opis ey aiarpuadep UoIDEZ -snput ap osaoord [2 ‘opuezeptstio> soureysa uxoye onb sassed $0159 ap oundumt uo ‘o1ad Speprfeo A pei -2]91 eun 199919R)S9 apand os opuEno ‘opes ‘olios opHuas aun oj9s o'se UgIqUIE, onbsog “sopezzyeIN -snpUr souou: & spur So] ap Uproezinbseraf eun 2s 0 ‘soANEY -nyueno soyaadse soj sodn so] ap uoforuyep v] ered soperoussa lwo sopeuloy 12s apand ‘oseo a}s9 ua ‘ooodurey anb ot -BropIsuoo Us Opuartay A “9189 ap ezajeIMeU vy WO sofBIOUR -sns soigures pjanar opueno eysodUut 019s 09189jouor UapIo 1p fose001d Jop séaneryend soyedse so] uesosaUr sou son -0s0ll Y “09 SOUR SC] 9p JOpEATES TA O BPEWEIEND wa OUs09 {se ‘exsanSsod v| ap “ejonzaua, O qed Jo ue vas ‘orafuENXD Terdeo Jop 0199p fonucD ofeq ezeOx a6 uotoEZ 1 2p osao01d Ja anb s@ sopoy ered jrUeUIepUNy UoHDEZEIO -oese9 b| ‘odn opunifas asa ua ‘anb v oprqep ‘osq “seuLap Soy v oyoadses enue uoroezremysnpur op sasred soy wensantt 2p Of OUIOD “HOH orqures un uejener coodures 2] ua uajduino a6 anb so] ap & Ob [9P epEDgP eI ua wezaIdura anb ‘worpezsqemsnput ap sosaoxd soy ap seaiseq si -oere9 sej anbiod ‘oqseunto Aeur eayrsnf o$ ou Bpeogp vUN 9p ugfoerouarastp vy 104 epererp wep UOIStATpqns BUN OFq -ayuosoxd [2 eysey opezadura vey ef ou anb sosyed ‘oumn sod “& $09 Jap soztraruros & ¢ Jop souy| e UorEZoduto vy onb sas -anBsod »] uo a1UsUIEVeIpaWUF UoloEZTTeENSNpUT Bf gzadt9 298 sayeno so] Ua sasyed “eas 0 ‘sodnqns ¢ wa sosted ap BIx030) 80 epunas eso plarpqns reyuopUT ‘seouozta ‘sourE)spOq (soyep ap erouasne e| © optgap ‘TOKyIP 59 soqure op sistfpur je anbune) Aenfexeg 4 1b} op o3e0 [2 So ood “ugrsezemsnpur Bf ‘Koy vyscy ‘opezaduio wey ou sasjed sosyo onb ua eprpatt ey ua ‘eovigjodn uo) a ‘VJOOTOAIL 3 Ni “oungeroes Je 2onpuco ey orb otreuoranyoaas osazoad un 9p o1onposd un $2 sond oes auian “99 I9p sed & uzoN ‘21 ‘6967 ‘ofg “eIFON wI9K0 °7 ‘ouoiquiojo2 ofoxmsapans |9 24908 SOIpnisy “CANTY OU “ 62 4 9f 1504 OW s1}008 seodipousuod sop opmise op opénpostuy “otusofTI, KOUOPUEA “L -2]1p exanu en e Ue8HIO ep OYoHESop ap osedord 2959 OPO, _¢ SOUTaTAUEONUED sasfed SO] 9p Ose J2 $2 OWIOD ‘09 [oP Sozuaqutoo 4 Og Soue So] ap Sauly 9p snsed v osz00xd 389 UE -ezadura 019s ‘seans}19}oe1t9 SeUUSHL Se HOD sasjed SOO “orafurenxa jeyideo [9p oy 0u1p you uo9 {2 ofeq a}uswEyuOUT

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