Esquema 1. Variaciones de la evaluación según su: finalidad, agentes, referente y el
momento en el que se realice. Esquema 3. Tipos de currículos y funciones de la evaluación (Sanmartí y Alimenti, 2004) La evaluación es un proceso complicado por su misma génesis, intención y ejecución. La calificación puede serlo aún más. Calificar implica decidir, diseñar, adecuar y aplicar criterios, muchas veces, de valor cualitativo y relacionarlos con otros cuantitativos. Además de hacerlos concretos en una escala, por tradición, decimal. Resulta ser (evaluar y calificar) un gran reto a resolver. Se debe tener una congruencia conceptual y metodológica, de tal forma que, no se debe olvidar que un instrumento (ya sea de enseñanza, aprendizaje o evaluación) por sí sólo no garantiza o imposibilita y será la intención (en su diseño, aplicación y desarrollo) la que lo insertará en modelo educativo. En la evaluación constructivista, la autoevaluación y coevaluación constituyen el motor de todo proceso de construcción del conocimiento, por esto se deben crear espacios para que el estudiante aprenda a evaluar el proceso y el resultado de sus propios aprendizajes. Para lograr este propósito la nueva educación debe motivar para que los estudiantes utilicen los conceptos apropiados al mundo en que se vive. Todos estos conceptos constituyen la dinámica del proceso de formular soluciones creativas y atribuir significados desde: el aprender cómo ser, cómo hacer, cómo conocer y cómo convivir.
Esquema 4. ¿Qué evaluar? La enseñanza de las ciencias naturales implica
Esquema 5. La evaluación formadora se conecta con los agentes, referentes y el momento en el que se realice la evaluación.