Es natural la expresin de asombro en los visitantes del Museo de Ciencia de Londres,
cuando descubren un telar en la seccin de historia de la computacin. En efecto, el
telar de Jacquard empleaba tarjetas perforadas para de nir los patrones de textura y color que conformaban el diseo del tejido, lo que le converta en la primera mquina programable. Poco ms de un siglo habra de pasar para que los descendientes de estos primeros telares recibieran la visita de ilustres personalidades del gobierno de la ciudad de Mlaga, en la inauguracin de Industrias Textiles del Guadalhorce. Y medio siglo ms tarde, aquellas modernas mquinas programables,quetejanalao millones de kilos de hilo, dejanpasoalosordenadoresdealtorendimiento,alojadosen el nodo malagueo de la Red Espaola de Supercomputacin,aescasoskilmetrosde la, ya inexistente, planta de Intelhorce. Miles de husos, sustituidos por miles de procesadores; una economa basada en la produccin de bienesbsicos,reemplazada en parte por una sociedad del conocimiento. Ya bien entrados en el siglo XXI, las empresas del sector de la Informtica, como Apple y Google, estn entre las ms capitalizadas, y Mlaga reivindica su protagonismo como uno de los polos tecnolgicos ms avanzados de Europa. Francisco Vico