a (OUTARINES DE NONEDAS
mano que contiene la moneda, llego a tomar
del brazo a algiin espectador para que pueda
ver mejor. Las alfombras de los salones son
tuna superficie excelente para los juegos con
monedas. Debido a que algunas alfombras
poseen disefos algo confuses (que puede ha-
cer dificultoso ver las monedas), es aconseja-
ble extender un paiuelo de bolsillo sobre la
alfombra y colocarlas encima de él. Ya sea al
trabajar en el suelo 0 en una mesa, es una
pose muy natural el hacer descansar las pun-
tas de los dedos de ambas manos sobre la,su-
perficie en la que se trabaje. Las manos pare-
ceri vacfas incluso cuando se oculte un ob-
Jjeto en alguna de ellas, fig. 2
FIGURA 2
En algunas situaciones, hay que hacer cier-
tos juegos de pie y, ocasionalmente, con es-
pectadores a tu alrededor. Un poco de refle-
xién te hard solucionar el problema y hacer-
te cargo de la
Cuida los dngulos. Adquiere el habito de
‘mantener la palma de la mano que empalma
a moneda hacia tu cuerpo. También si man-
tienes la mano que oculta la moneda parale-
Ia al-suelo hay poca probabilidad de que te
descubran, La moneda s6lo puede ser vista di-
rectamente desde abajo.
EMPALME OBLICUO
Los miisculos de la mano mantienen la
moneda en el mismo lugar que acabamos de
cexplicar (juntos presionan en direcciones
‘opuestas contra el borde de la moneda).
La moneda no se mantiene plana, como
‘ocurtia en el empalme ckisico, sino en una
posicién inclinada unos cuarenta y cinco gra-
dos, como muestra la fig. 1
FIGURA
Este empalme es mis dificil de dominar
que el empalme clasico, pero una vez que se
ha aprendido, resulta més sencillo que el an-
terior. Una moneda medianamente nueva
con un borde estriado es més ficil de sujetar
que una muy usada con el borde liso.
Para llevar la moneda a esta posicién hay
que sostenerla primero por su borde entre las
puntas del indice y el pulgar. Entonces se co-
loca la punta del dedo corazén por delante
(su ua contra el borde de la moneda) y el
dedo anular por detris y se toma con estos
dos dedos a la vez que el pulgar y el indice se
separan de la moneda.
Ahora, doblando los dos dedos centrales
hacia dentro la moneda es trasladada al em-
palme (como puede apreciarse en la fig. 2) y
mantenida alli mientras que los dedos vuel-
ven a estirarse, fig. 1