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camnnice PS ate Manuel Gutiérrez Estévez a BIOGRAFIAS Y CONFESIONES DE LOS INDIOS DE AMERICA, 1988 NOVIEMBRE-DICIEMBRE NP 51516 # TOMO CXXXI # NOVBRE.DICBRE. 1988 # MADRID lrbor Reminiscencias personales de un indio taréno * Edmundo Magafta Para los tareno, habitants de la Guyana, el cielo tiene cuatro niveles: en uno se encuentra la luna, en el siguiente la lhvia, después las estrellas y en el itimo el sol Un shaman taréno cuenta su viaje por los diversos niveles del cielo, Lo que ve y describe forma parte de su experiencia personal, pero también es relatado por los mitos de su pueblo. Para comprender los recuerdos personales de su viaje estelar, es preciso analizar numerosos textos miticas; en éstos se expresan las relaciones de intercambio entre los hombres y los habitantes de los otras mundos », conforme a la estructura dde esas relaciones, se configura el mundo reat de la experiencia taréno. Asi Se muestra que enire la historia de vida el suefto, la alucinacién 0 el mito, la diferencia no es mds que de grado y las distinciones son siempre arbitra- rias y determinadas culturalmente, La recopilacién de historias de vida (biografias y auto- biografias) y el uso de documentos personales en antropolo- gia ha logrado convertirse, después de un periodo inicial en que este tipo de empresa fue tenida en desdén, en una subdisciplina cuyos exponentes parecen creer que tiene con- tornos bien definidos, La institucionalizacién de esta aproxi- macién, sin embargo, no dice nada de la coherencia de sus “Quiero agradecer a Astrid Bant, Fabiola Jara y Elio Masferrer por ‘sus comentarios y sugerencias 178 Edmundo Magara fundamentos te6ricos y es una curiosa paradoja observar que su desarrollo va acompafiado de una gran carencia de reflexiones substantivas sobre las categorias que emplea y sobre el terreno mismo que pretende circunscribir. A pesar, pues, de la abundancia de publicaciones que hacen uso de documentos personales, la situacién en este campo no ha cambiado mucho desde el primer informe sistematico sobre el uso de la biografia y autobiografia en etnologia. «La conclusién més sobresaliente que emerge de nuestra pros- peccién de los documentos de historias de vida publicados, escribié Kluckhohn en su informe, ses la deficiencia de analisis y de interpretacién» (1945: 133) '. El informe poste- rior de Langness confirma, aos més tarde, esta conclusion (1965). El trabajo de Langness y Frank (1981) es el primer intento sistemético de resolver algunos de los problemas més espinosos en el estudio de las historias de vida. ‘Uno de los problemas en el uso de historias de vida en etnologia es la definicién de «historia de vida» y la manera, mas bien curiosa, en que los etnélogos abordan aquellos fragmentos de memoria que no coinciden con los esquemas conceptuales occidentales. Paul Radin, por ejemplo, el primer exponente académico de este enfoque, buscé un informante erepresentativo y adulto y de habilidad moderada para des- cribir su vida en relacién con el grupo social en el que hhabia nacido» (1920: 384)?. La autobiografia de un indio ‘winnebago publicada por Radin, acompafiada de un compe- tente cuerpo de notas, es una de las primeras y mejores biografias disponibles pero deja enormes lagunas de inter- pretacién. Se supone que la historia de vida de un individuo puede ilustrar o documentar la cultura a la que pertenece, pero ¢qué se supone, exactamente, que debe comprender el lector cuando el personaje de la autobiografia tiene un cufiado que va ya en su tercera vida en la tierra y que es Liebre, un héroe mitico winnebago? (Radin 1920: 395). El mismo personaje de Radin es miembro de la Medicine Dance y puede trasladarse de un lugar a otro con sélo pensar (id. 442), Julian H, Steward también se ocupé de recopilar his- torias de vida entre los indios paiute para eobtener datos subjetivos que indicaran las actitudes psicoldgicas y los va- lores sociales implicitos en la cultura» (1934: 423)°. Jack Stewart, su personaje, muere una vez pero vuelve a vivir Reminiscencias personales de un indio taréno después que, durante su viaje a la muerte, encuentra su baston (id. 427) y, en otra ocasién, el Lucero de la mafana le habla (id: 428). Leslie A. White, en su trabajo sobre un indio acoma, deja sin comentario, como sus antecesores, documentos como el siguiente: su informante le cuenta que los acoma son asociados a las lluvias y se supone que cuando un indio acoma visita a gentes de otras tribus llevard consigo las lluvias (1943: 331), Es interesante observar aqui que White sefala con desdén que muchos de los datos personales obtenidos por él entre los acoma no son mas que re-elaboraciones de mitos (id. 327) y concluye apresu- radamente que ela autobiografia de un indio pueblo es tan personal como la de una llanta de automéviby (idl: 327) 4. En la biografia de un indio tzotzil, de Pozas, presentada como tuna representacién etnolégica de la vida de un indio mexi- cano, no hay siquiera un inicio de interpretacién (Pozas 1952). La autobiografia de Gregorio Condori Mamani (Val- derrama Fernandez y Escalante Gutiérrez 1977) no incluye interpretacién alguna a excepcién de los comentarios valio- sisimos de Zuidema en el prefacio, Zuidema sefiala ahi que el informante «interpreta todo a la luz de los grandes mitos (..) Los mitos interpretan, dan sentido a su vidav (id: 10-11). Pero Zuidema es el autor del prefacio solamente y no trata en deialle, naturalmente, las historias de vida recopiladas por Valderrama y Escalante. En las historias de vida recopi- ladas por Holden Kelley hay una valiosa documentacién, pero el anilisis introductorio es deficiente. La autobiografia de Dominga Tava, por ejemplo, descansa enteramente en una conceptualizacién del mundo extraita a la antropéloga, pero la autora se deshace de esos fragmentos inquietantes escribiendo que «gran parte de la informacién sobre sus primeras experiencias en Hermosillo, especialmente de he- chos sobrenaturales, no pude cotejarla, y es idiosincrasica» (1978: 117), La autora se refiere a fragmentos de los recuer- dos de su informante sobre un abuelo fantasma y un tesoro enterrado. Los datos sobre categorias sociolégicas, para citar tun caso, no inquietan a la autora y no los considera idiosin- crasicos 6. Los trabajos de Oscar Lewis son indudablemente Jos mejores que se han producido en historias de vida (cf. Langness 1965: 13) pero tampoco se encuentra en sus obras 179 180 Edmundo Magaia reflexiones substantivas sobre la naturaleza misma de lo que se ha dado en llamar ehistoria de vidaw ‘Se supone que la recopilacién de historias de vida pre- senta grosso modo dos tipos de problemas: los primeros son de naturaleza técnica y dicen practicamente todo sobre las limitaciones de estos trabajos: el uso 0 no de intérpretes, el uso o no de entrevistas estructuradas, etc. (Kluckhohn 1945; Langness 1965; Langness y Frank 1981). Sobre el uso de intérpretes por ejemplo, Kluckhohn escribia que «el inté prete suprimira y distorsionara tanto consciente como in- Conscientemente. Omitira lo que le parezca poco importante o irrelevante y cualquiera cosa que le parezca embarazosa» (1945: 123) ® Langness escribe mas tarde que uno no se debe impedir recoger historias de vida simplemente porque deba trabajarse con intérpretes (1965: 83) y agrega, citando a Boas, que das biografias y autobiografias no son hechos, sino que son recuerdos y reminiscencias distorsionadas por Jos anhelos y pensamientos del presente (..) En sus recuer- dos, el informante afecta la presentacién de los aconteci- mientos, incluye u omite datos pertinentes. En suma, los trucos que juega la memoria son demasiado importantes para aceptar las autobiografias como datos confiables» (Boas citado por Langness 1965: 50) ’. Langness, naturalmente, no concuerda con este punto de vista extremo. En lo que se refiere a entrevistas estructuradas 0 no, el problema relevante parece ser si las conversaciones son dirigidas © no por el etndlogo. Si el informante se limita solamente a responder, entonces las categorias en que apa- rece conceptualizada su vida dicen mas del etnélogo —0 de su sociedad— que de la del informante (Kluckhohn 1945: 96). Si se da libre curso al informante se corre el riesgo de obtener memorias altamente curiosas como para pregun- tarse: «Cudinto hay de norma cultural y cuanto de verdadera historia individual?» (id. 98) * 0 para concluir que algunos materiales no son «culturales» sino que son idiosincrasicos (id: 116). Kardiner, por ejemplo, proponia obtener, con el propésito de recopilar historias de vida, una muestra repre- sentativa por sexo, edad y status (citado por Langness y Frank 1981: 23). ¥ éste es usualmente el método empleado por los etndlogos involucrados en este tipo de investigacién. Reflexiones sobre porqué insistir en categorias tales como Reminiscencias personales de un indio taréno sexo y edad, etc, reflejan sobre todo los esquemas concep- tuales de los investigadores, mas que los de la gente que cestudian, Se supone que los problemas técnicos son de este tipo. También se piensa que la memoria juega trucos porque los informantes no parecen recordar todo. De hecho, este tipo de problemas téenicos conduce a las preguntas més substantivas que sélo recientemente son juzgadas dignas de atencién detenida. Como es habitualmente el caso, reflexiones substantivas sobre este tipo de problemas provienen de disciplinas extra- fias a la academia antropolégica. En el debate sobre el uso de intérpretes, por ejemplo, se tiende a menudo a creer que la traduccién no es ms que una actividad de mediacién lingiistica y se enfatiza el dominio de las lenguas nativas (Kluckhohn 1945: 106). Pero si el dominio de las lenguas nativas puede eventualmente asistir en la comprensién de lun texto, no es un a priori para la comprensién de un mundo extrafo, La traduccién no es meramente una tra- duccién de palabras sino,que es una traduccién de mundos (Overing 1985: 154-155; Crapanzano 1986: 51; Asad 1986: 159-160; Magafia 1987). Hay una corta historia de Joyce Carol Oates que ilustra bien una parte de los problemas involucrados. Segiin cuenta en su relato titulado La Traduccién, Oliver, editor de una prestigiosa revista internacional de arte, viaja a Moscii, Para la primera recepcién oficial y, aparentemente, para el curso de su estancia en la ciudad, le asignan un interprete, Liebert, un joven culo, quizés un estudiante uni- versitario. Durante la recepcién Oliver conoce a Alisa, una mujer joven, profesora de musica y violinista, que comparte su apartament con una colega. Oliver, al cabo de una corta conversacién, se enamora de Alisa. Alisa es casada o separada: su marido se encuentra hospitalizado fuera de la ciudad y ella no le ve hace afios. En cl curso de algunos dias, Oliver, siempre con su intérprete, logra encontrar nue- vamente a Alisa. Hablan de literatura, de mtisica, de la extravagancia de Androw, de Dreiser, de pintura contempo- rénea, etc. En suma, Alisa es una mujer culta, refinada y de tuna gran sensibilidad. Pero, naturalmente, Oliver quiere verla, a solas. También ¢s algo que puede arreglarse. La amiga de Alisa debe ausentarse de Mosci. El dia del encuentro, sin 181 182 Edmundo Magania embargo, Oliver se entera de que han cambiado a su int prete: Liebert ha sido enviado a otro lugar. El nuevo inté prete es un hombre bajo, calvo, vestido de negro brillante con una chaqueta con grandes botones de plistico. Oliver entiende que puede olvidarse de su cita con Alisa pero logra verla nuevamente, Entran, los tres, a una cafeteria pero Alisa parece ser otra persona. Le pregunta si tiene dinero, si tiene uno o mas automéviles, una o més casas, si sus padres viven, si tiene hermanos 0 hermanas y cudntos, si es casado © no, si tiene hijos y como se llaman; ¢Es su esposa joven? ¢Celosa? ¢Ha tenido un viaje muy largo? Aterrado por la banalidad de Alisa, Oliver vuelve a su hotel y deja el pais en un estado cercano a la demencia (Oates 1980: 100-119) ‘Aqui termina la historia. De esta breve historia de Oates se derivan reflexiones de interés. Naturalmente, el espectro del intérprete adquiere un gran relieve; quién es la mujer del relato? gla violinista culta y refinada como traducida por el estudiante universi- tario, o la mujer mas bien banal como traducida por el hombre vestido de negro brillante? Y més importante quizé: ede quién se enamora, en realidad, el personaje?, ede la mujer o del intérprete?

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