Está en la página 1de 12
Revista de Beaién N° 281, 1986, Madrid Art: Philippe Aas: La inficia Philippe Aries (1911 - 1984) fin 1960 aparecié publicada on Paris L° Enfant et a vie famille sous Ancien Régime de Philippe Ariés, a la sazén jefe del depariamento de documentacién del “Instituto de Investigacion aplicada de fritas tropicales y subiropicales’, institicién fundada por importantes hombres de negocios, grandes terratenientes en jas colonias francesas de! Lejano Oriente. En los primeros afios cuarenta, el joven Aries descubrié en le Biblioteca Nacional de Paris los escritos de Marc Bloch y de Lucien Febvre, los fundadores de los Annales. Descubrié la sociologia que sus amigos y compafieros de fa Action Francaise ~ muy ligada a su familia de vieja tradicién catélica y conservadora y en la que milité activamente — hablan calificado de “faisa” y da “judia’, Ariés terminé rompiendo con ta ‘Action Francaise y con su mentor, Charles Maurras, antes de que acabara la guerra, y se refugié en la investigacion histérica, en la entonces novedosa historie ces mentaltes. Lo cierto es que, en fos primeros afios sesenta, la que fue su cuara obra, L ‘Enfant ef la vio familiafe sous 'Ancien Régime, apenas desperté ningén interés en los medios intelectuales franceses-e internacionales. Aunque muy pronto fue traducitia al inglés, en 1962, ninguna de las grandes y prestigiosas revistas histéricas y pedagégicas del mundo Ja recensionaron. Sin embargo dos décadas después de su primera publicacién terminé conviriéndose en un estudio citado muy profuncamente no sélo en revistas y libros de historia y sociologia, sino también en estudios de antropologia, educacién, geografia, psicologia, derecho, politica... En el mundo anglosajén ha tenido mas de 12 reimpresiones y en 1975 fue traducica al alemén y al italiano, entre otras lenguas. Nunca lo fue al castellano." En el prologo de le segunda edicién francesa, eparecida en 1973, Arids, puntualiza que ‘su trabajo.se parangona con la historia social que se hacia en su pais y que por el uso que otros habfan hecho de su libro le mostré con mayor claridad las fesis que anunciaban Su trabajo. Termina afirmando que cuando lo escribié, no lego @ comprender claramente el libro, y de ahi, que el método que utiizé fuera cuestionable, La tesis fundamental de LEnfant... sostiene que duranie la Edad Media no llego a-exislir un periodo especial de edad llamado nifiez al que se le reconocia unos propios y inicos valores, privilegios y restricciones. Al contrario, una vez que los nifios comenzaban a demostrar las caracteristicas propias de la vida acuta (.¢. la rszén interpreteda « través del domino del lenguaje, fuerza suficiente, etc.) se les incorporaba répidamente a ésta ¢ incluso se les penalizaba como adultos hasta con la muerte. Ariés beso. principalmente sus interpretaciones de fa historia del concepto de infancia en et uso, realmente sugestivo, de la iconografia de los siglos XV y XVI, prestando gran etencién a descifrar ropas, expresiones faciales, objetos, y solo en algunos casos, pooos, a textos de le época. Sus evidencias hist6ricas las extrajo basicamente de la iconogratia y de una forma "mas bien impresionista® como llegé finalmente a reconocer. Para él, el arte era fiel reflejo de las formas de vida de cada época, y el arte de aquellos siglos mostraba en sus escenas de multitudes cémo la vida se hacia en ptiblico y cémo los nifios se mezclaban con los adultos formando parte de las multitudes. Sin embargo, como. han puesto en evidencia algunos de los criticos mas agudos de su obra, en el arte del Renacimiento, “el descubrimiento de la nifiez" no procedié de un estuclio directo del nfo, sino mas bion de una imitacién de obras de pintura y esculiura de los griegos y , funcamentalmente, de los romanos. an hi *Fiay taduodién casielana: Elio y la vite farniar an ol antigeo région, Madd, Taurus, 187 Revista de Educacién N® 281, 1986, Madtid ‘Ax: Phillippe Aries : La Inianci ‘También se ie han hecho otras criticas de mayor o menor consistencia a esta obra seminal (en general relacionadas con el “presentismo” de sus hallazgos con su afin de buscar en materiales medievales y de comienzos en la modemidac la exisiencia de tudes modemas o contemporaneas hacia el nifio en unos momentos, final de los afios incuenta ¢ inicio de fos revisionistas sesenta, en los que se cuestionaba al estado de la familia modema.) Pero L’Enfant et la vie femiliale sous I “Ancien Régime ~ que no es su opus meius, tal vez lo sea L"Homme devant fa mort (Paris 1977, El] hombre ante Ja muerte, Madrid 1983), @ pesar de sus limitaciones y de las visiones ielancdlicas y L.asta esencialmente conservadoras de su amor, es sin duda una do las obras detonantes del estudio de las instituciones socializadoras, principalmente la familia y la escuala, campo de investigacién hoy muy diversificado después de més de una décade de vopiosa produccién que aparece reseriada en este monografico, aunque, forzosamente, de forma incompleta. Asi, en ta propia Francia, por no alejanms de aquel contexto, surgieron en la pasada década otras historias sociales de la infancia con interpretaciones y orientaciones diferentes de las de Ariés, historias en las que la economia y.la politica estaban muy presentes..Como, por citar un ejemplo, las aparecidas en la extinta revista de ofientacién foucaultiana Les révoltes logiques, preocupada no sélo por mostramos ia otra infancia que Aris no nos describié, la proletaria, la de la revolucién industrial, y no la suya, ia acomodada y burguesa, sino también los procesos de socializacién de tas funciones familiares, ligados a las condiciones ideologico ~ morales de la fabrica y relacionados, al mismo tiempo, con la. extension de los jardines de infancia y de la escuela primara, Consideraciones que Ariés casi no abordé en sus ditimos trabajos cobre la intancia como en el que aparece a contint'aeién, Apenas cuatro afios antes de la muerte de Ariés, aparecid publicada una especie de aulobiografia suya con el titulo de “Un Historien du Dimanche” ( Paris 1980), en realidad un conjunto de entrevistas elaboradas por Michel Winock. Hacia s6lo unos meses que la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales habia admitido en su sono, como muestra del mas alto reconocimiento a su produccién histérica, a este “historiador de fin de semana’, que suspendid dos veces el examen de agrégation para ser catedrition ce liceo y que también dijo ser, sin ambages "un reaccionario maurrasiano”, cas! al final de dicha autobiografia. Poco antes habia lanzado varias diatribas contra el Vaticano lt y mostrando sus simpatias por los revoltosos del mayo de 1968 que segin él, compartian su incredulidad en los beneficios autométicos del progreso tecnolégico al tiempo que, muy sintomatico, reconocia en ellos una actitud muy cercana a la suya de rechaze a Ia politica y de retorno a un mundo de raices colectivas que habia sido reprimido, Ei mundo quo, precisamente Ariés creyé alcanzar a través de la historia, 48 Miguel Pereyra LA INFANCIA, Philippe Aris * (1911 - 1984) La actitud de los adultos frente ai nifio ha cambiado mucho en el curso de la Historia y ciertamente, sigue cambiando hoy dia ante nuestros ojos. Sin embargo esos cambios han sido tan lentos e imperceptibles que nuestros contemporaneos no se han dado cuenta de ellos en la actualidad, ya que todo se mueve apresuradamente, se notan mejor. En otros tiempos, esas mutaciones no se distinguian de los datos constantes de fa naturaleza: las etapas de la vida humana se identificaban, de hecho, con las estaciones. No es que el hombre estuviese completamente inerme en su enfrentamionto con la naturaleza, pero no estaba en condiciones de influir en ella excepto con intervenciones minimas, modestas y anénimas, que resultaban eficaces s6lo porque se repetian durante mucho tiempo: el observador slo podia descubrirlas en el momento en que se acumulaban tanto que su densidad las hacia evidentes. Con el nifio, pues, ha sucedido-lo mismo que con la agriculture: no se puede hablar de revolucién de la infancia, como no se puede hablar de revoluci6n. agricola....aunque también se haya intentado hacerlo. , Parece que la historia del nifio, como le de Ia familia, en la antigiedad romana, se vio complicada durante mucho tiempo por una problemética nociva: el llamado transito de la familia gentilicia a la familia nuclear (los historiadores de la Edad Media y de la era modema han sefialado el mismo contrasentido). Para verlo con mayor claridad es preferible esperar fos resultados de las investigaciones de Veyne y de Manson. No obstante ya se pueden formular algunas observaciones. Se sabe que al nifio romano recién nacido se le posaba en el suelo. Correspondia entonces al padre reconocerlo cogiéndolo en brazos, es decir, elevario (elevare) del suelo: elevacién fisica que, en sentido figurado, se ha convertido en criarlo. Si el padre no “elevaba’ al nifio éste era abandonado, expuesto ante fa puerta, al igual que sucedia con los hijos de los esclavos ‘cuando el amo no sabia qué hacer con ellos. Se debe, pues, interpretar aque! gesto como una. especie de procedimiento de adopcién, segin el cual no se aceptaba al nifio como un crecimiento natural, independiente de la voluntad consciente de los hombres, para los cudles constituia un nada, un nihil destinado a desaparecer, a no ser que se le reconociese mediante una decisién refiexiva de! padre?. La vida le era dada dos veces: la primera cuando el padre lo “eleyaba’. Es tentador relacionar este hecho con la frecuencia con la que se produGian las adopciones en Roma. Segtin Veyne, en realidad los lazos sanguineos contaban mucho menos que los ‘vinculos electivos, y cuando un romano se sentia movido a la funcién de padre preferia adoptar el hijo de otro o criar el hijo de un esclavo, - © un nifio abandonado, antes que ocuparse autornaticamnente del hijo por él procreado, En tiltimo caso, los nifios “elevados" habrian sido favorecidos por una eleccién, mientras que a los otros se les abandonaba: se mataba a los hijos no deseados de fos esclavos, 0 a los nifios libres no deseados por las mas diversas razones, no sélo a los. hijos de ta miseria y det adulterio. Asi, Augusto hizo abandonar recién nacidos a las puertas del palacio imperial. Y Veyric sefiata que el abandono de los nifios desempefiaba entre los romanos la funcién que entre nosotros tiene el aborto. Por otra parte, a la vista de cuanto se sabe sobre la historia de la familia del nifio y de la anticoncepcién, se puede advertit una comelacién entre los tres factores, 49 Publicado en Revista de Edueaci6n, N° 281, 1986, Madd. siguientes: la efevatio del nifio en ei momento del nacimiento: la préctica, muy dfuneida Seis adopcién y ia extension del infanticidio. La sexualidad se encuantra pues, Separada de la procreacién. La elaccién de un heredero es voluntaria, Los subproducios del amor, sea conyugal ono lo sea, quedan suprimidos. Esa situaci6n cambio a fo largo de tos sigios Il y Ill; pero no bor méritos al ciistidnismo: los eristianos sélo se apropiaron de la nueva more. Aparece entonces un frodelo distinto de la familia y del nif, Se le reconoce faciimente en tas lapidas Tunereviae itallanas y galo ~ romanas, en las que se representa 2 los cényuges junto con sus hijos: jos esposos repiten exactamente el gesto ritual de las nupcias, te ckxtrarum Junctio,, cogiéndose de la mano dereche, ‘A partir de ese momento, el matrimonio asume una dimension psivologioa y moral que no tenia en la Roma mas antigua; se extionde mas allé de la vida a la muerte, ‘Como demuestra el hecho de que se reproduzca la simbologia sobre fa turnba. La union de ios dos cuerpos se hace sagrada, al igual que los hijos que son el fruto de alla. Los Vinculos naturales camales y sanguineos son més importantes que’ las decisiones de la Yoluntad. El matrimonio es mas importante que el concubinato, et nacimiénto que ta adopeion. . Se inicia entonces'un largo perfodo que termina en nuestra épooa, en ta que el concubinato y la adopcién recuperan una, funcién que habian perdido tras la gran transformacién psicolégica del siglo lil. Se habia superado una etapa notable. Pero ef matrimonio, que prevalecia sobre otras formas de unién libre, era un matrimonio monogamico en el que el marido conservaba el derecho de vepudiar a la mujer. A no ser por la poligarnie --ciertamente heredada de usos semiticos tales como tos describen los primeros libros de ta Bibila~, este tipo de unién estable y respetada se parece a la situacién vigente actualmente en los paises musulmanes. Para que se convierta en ta familia occidental de hoy (como se. presenta .ctualmente, a pesar de las contestaciones) es necesario afiadirle la indisolubilidad, que ‘sf se impuso bajo el influjo de la Iglesia, pero también, probablemente, gracias al ‘consenso de la propia comunidad, sobre la que la Iglesia y e! Estado, fiasta el siglo XI ‘proxiniadamente, tenian poco poder en lo referonte a ta vida privada (y el matrimonio ha sido durante mucho tiempo un hecho de la vida privada) La indisolubilidad consagraba una evolucién antigua, _prec“istiana, del matrimonio, en el sentido del reforzamiento de los elementos bioldgicos, naturales, en perjuicio de las intervenciones de la voluntad consciente y dé ia mente Kickta, Se Sustraia la procreacién a la eleccién y se la dejaba a la naturaleza, a une maturaleza creada por Dios, No es de sorprender que el matrimonio se convierta enionces en un Sacramento, aunque siga siendo un hecho de la vida privada, En esas condiciones, ta procreacién ya no estaba separada, como en tiompos de los antiguos romanos, de la Sexualidad, el coito se habla convertido en acto de placer, pero también de fecundaciéon, Como ha demostrado Duly, en un castillo del siglo X, 0 del XI, la cama dei seftor y de su dama era el lugar mas importante del domus . Sin duda s6io fiabia un solo echo, el de los sefiores, el ‘inico ro desmontable: las camas de los demas ocupantes de la casa eran simples camastros. De esto’ queden trazas en el hogar burgués contemporaneo, donde impera " la cama de matimonio™ El dia de ta boda, ef séquito acompafiaba a tos esposoe hasta la cama. La bendicién del lecho para que fuese fecundo fue seguramente fa primera intervencidn det ZO sacerdote eh la ceremonia nupcial, En aquellos remotos tiempos, los nacimientos suponian verdadera riqueza, és que permitia dominar sobre los demés. Es necesario que esto se entienda claramente porque Ia importancia entonces reconocida a la fecundidad va a ser determinante, para las culturas occidentales y va a preparer a muy largo plazo la funcién que desempetiaré el nifo. El nasciturus ya no era el fruto del amor que se podria evitar con alguna atencién y sustituir con ventaja mediante una eleccién, con la adopcién, como sucediera en ia €poca de los antiguos romanos. EI hijo se convierte en un producto indispensable, en cuanto que es insustituible. En el siglo VI emmpiezan, y duraran mucho, tiempos duros, en los que las ciudades se contraen y se forlifican, se erigen castillos y en los que diversos vinculos de dependencia sustituyen @ las relaciones de derecho piblico-existentes en la polis antigua y en los estados griegos: vinculos de lealtad personal, compromisos de hombre a hombre. El poder de un individuo ya no depende de su rango, del cargo que ‘ocupa, sino del niimero y de la lealtad de su clientela, la cual se confunde con ta fami y de lag alianzas que se puedan establecer con otras redes de clientelas, Estos vinculos personales se sancionan con un simbolismo fastuoso (la ceremonia del homenaje) que hace presa en los énimos. A pesar de'todo, la fidelidad més segura es la de la sangre, la del nacimiento. Eso vale pata los varones: el primogénito garantiza ta continuidad del apellido; los hijos menores colaboran con todos sus madios (cuando no salen huyendo) .Eso vale también para las mujeres, que en aquella sociedad aparentemente virll,” constituyen una importante moneda de intercambio en las estrategias para extender y reforzar las alianzas. De este modo, los lazos sanguineos — tanto iegitimos como ilegitimos ~ adquieren un valor extraordinario. Hacen falta hijos, muchos hijos, mas de lo que pareceria necesario, porque hay que construir una reserva a la cual recurtir en el caso, frecuente, de incidentes y de mortalidad. Esta actitud tendré como consecuencia la revalorizacion de la fecundidad, asi como la indirecta y ambigua revalorizacién del niio. La revalorizacién de la fecundidad: una familia poderosa era necesariamente una familia numerosa, por supuesto en los castilios, pero también sin duda en las cabafias, Para garantizar la seguridad y la mano de obra, Este culto a la fecundidad se explica facilmente en un mundo leno de incertidumbre y ain poco poblado, pero sorprende que se haya perpetuado en un mundo superpoblado y. seguro. La clases populares, que tuvieron que sufrir sus consecuencias, fueron las titimas en abandonarlo. Y viceversa, a medida que se revalotizaba la fecundidad -legitima e ilegitima- se tecurria cada vez menos a la-adopcién. Ese fendmeno es tanto mas significativo cuanto que la sociedad medieval y la modema se has visto agobiadas por la obsesion de la impotencia y de fa esterilidad. El peor maleficio que le podia tocar a uno era quedarse impotente. incluso hoy, que ta fe en la virtudes ce Ia came y de la sangre estén en baj las parejas que quieren adoptar nifios (por lo menos ert Francia) se enfrentan a grandes dificutades; a esas dificullades se las distraza de exigencias cautelares, pero son probablemente la consecuencia de antiguas aversiones profundamente enralzadas. Revalorizacién (ambigua) dei nifio: si infanticidio se convirtié en dello. Esté prohibido abandonar a los recién nacidos, los cuales estén rigurosaments tutelados por la fey (la de fa Iglesia y la del Estado). Los infanticidios y los abortos estan severamente condenados y perseguidos judicialmente. Lo gue asombre no es tanto la “criminalizacién” dol infanticicio, asimiiado @ un homicidio, como la felsa resistencia que >) ‘opone la mentalided popular a esta innovadora asimilacién. En realidad, el infanticidio ha existido mucho tiempo bajo formas vergonzosas en las que se pueden constatar Supervivencias de tempos en os que se admitia ef abandono. Ei nite dasaperecia Victima de una desgracia que no era posible evitar; caia ceno de ta chimenea ‘ncendida o dentro de una tinaja y nadie habla podide sacario a tienipo. Moria asitxiade gn el lecho donde dormia con sus padres sin que éstos se hubiesen dasio cuenta. Los obispos de la Contrarraforma sospechaben que ni of padre ni fa madre estaban fibres de culpa, e hicleron cuanto estuvo en sus manos para que los hijos durmiesen wn un Yecho separado de los padres (el uso de la ouna se instaurd tarde y estaba fimitado a tas clases superiores, se generaliz6 gracias a estas presiones, que al principio tuvieron una finalidad moral y mas tarde, higiénica). Todavia en el siglo XVIII fueron acusados de brujeria individuos que penetraban ‘en las habitaciones (pero ucémo podria suceder oso sin el consentimiento de los amos de la casa?), exponian a los pequefios a las llamas del hogar, y volvian a ponerlos en ef echo, donde a poco morian con los pulmones abrasados. Este era sl destino reservado fa los nifios deformes 0 Invalides, pero quizé también a los no deseadus. Si bien ta fecundidad es bienvenida y venerada, no todo nacimiento es un faust avontecimiento, {ia Iglesia debe intervenir para obligar a los padres a hacer baulizar oporiunarnonio alos - recién nacidos y cierlamente, es mucha después de lo que consideran los estudiosos del folklore cuando el bautismo se convierte en ocasién de verdadera fiesta. En los comionz9s, parece més importante la purificacion do la parturienta. Es de creer que ent al siglo XVII-XVII, la mentalidad popular hubiese asimilado ta condena del infanticidio, considerado como delito. La revalorizacién moral do la fecundidad (la admirable familia numerosa) se habla difundico entre las clases més bajas precisamente cuando las clases acomodacias tendian a reducir ios nacimientos y estimaban, en cambio, una famitia cada vez menos numerosa. Nétase el cardcter ambiguo de! antiguo infanticidio popular: era cil abvorto 0 del acto con el que la joven madre se desembarazaba del nifio tras el parto, hecho iqualmente frecuente, y se parecia en cambio al abandono que se practicaba enire los romanos: en ambos casos, al nifio le quedaba una probabilidad de salvarse. Desde el momento en que én la costumbre y entre los grupos privilegindos, ta vida del nifio se convierte en un valor, ef propio nifio. se convierle en una forma interesante y agradable, sefial de la atencién que se le presta, El mundo grego, y el romano, se extasiaba ante el cuerpo de los nifios desnudos: los efebos. Los colocaba por todas partes, como Luis XIV en Versalles. Los efebos reapareceran en 'a iconogratia del Renacimiento. Es interesante, y ejemplar, la evckicién del conocimiento del nifto y de su caracter particular en la-antigdedad romana. Menos conocida que ta que luego tendré lugar en la era modema y contemporanea, merece hoy una mayor atencion. Es probable que el romano tuviese a su inmediata disposicion mas téminos para designar al nifio que el francés antiguo, empezancio por infans’e! que no habla"( distincien que, recordando lo que ya se ha dicho, ne obra necesariamente 4 su favor: es fel que puede ser abandonado), ademas la palabra se ha uilizado durante musho tiempo como acjetivo (segin Manson, puer infans ) Usada como sustantivo aparece mas farde, se la encuentra en Cicerén, @ indica probablemente el nie que fo va a la escuela, El lenguaje popular utllizaba el término parvus con connotacion, ofa alectivas ora negativas: lenguaje de nodrizas que demuestra, en conjunto, el hdbito de jugar con et nifio, actituc hoy llamada “de mimo’, la indferencia en sus relaciones ccmio si fuese un abjeto y, por titimo, fa tendencia a extender la designacién més alld de ia verdades infancia Las conclusiones (provisionales) 2 las que llega Manson demuestran que ha 79 habido una evolucién del sentimiento, un descubrimiento de la infancia, Segiin Manson, do hecho, fa presencia del lactante es muy importante en Plauto (en el circulo de las nodrizas), un poco menos en Terencio (quien describe un padre que sostiene en brazos al hijo pequetio: puerum tantillum) y casi inexistente @ continuacién, hasta mediados del siglo |: Catulo cambia por completo la imagen de fa infancia: a la imagen negativa Cesttipido como un nifio") sustituye la ternura que expresa la deliciosa escena del nifio ( puer bimulus, "nifio de dos aos), acunado por si padre. Nace una nueva sensibllidad, ‘€sa que en la época imperial va a inspirar numerosos epitafios en los que ios padres arran su tristeza por a muerte de un hijo, cuya edad. se indica con precision; tanto meses y tantos dias. Se vuelve asi a la leyenda de las tumbas anteriormente citadas a propésito de! matrimonio. La mayor sensibilidad hacia la infancia en Roma no puede separarse del modo que se valora el matrimonio. Lo que se sabe de la Historia moderna puede inducir a un estudioso, no especialista, de la antigiedad, a afirmar que ese fendmeho también se deriva del desarrollo de la educacién, a la manera griega, de la escuela, Se llega entonces al concepto de que la sensibilidad hacia la infancia, sus particularidades, su importancia en el pensamiento y en los afectos de los adultos, esté ligada a una teoria de la educacién y al desarrolio de las estructura’ educativas, al énfasis en la formacién separada del nifios, ¢ incluso del adolescente ( fa paiceia). La infancia perdera, a lo largo de la alta Edad Media y durante bastantes siglos, Ja.acentuada peculiaridad que habia adquirido en Roma en la época imperial, de la cual es testigo el puesto que ocupé en el arte y en la decoracién. Se dispersara, mientras que, en cambio, la tendencia a revalorizar y sacralizar el matrimonio no sélo se mantendra sino que incluso se veré reforzada, Es como si, mas allé de un cierto Ii los lazos sanguineos, que habian creado un espacio aparte para el niffo, actuasen en sentido contrario y redujesen ese espacio. Parece como si el hombre de principios de la. Edad Media sdlo viese en el nifio un hombre pequefio o, mejor dicho, un hombre atin pequeio que pronto se harla — 0 deberia hacerse ~ un hombre completo: un perfodo de fransicion bastante breve. En aquel duro ambiente de guerreros, la debilidad: que simboliza el nifio ya no parecia agradable y gentil. Volvia a ser sin duda lo que habia en la Roma republicana, stultfssima. Fue necesario el atributo de divino para que el nifio Jest se librase de ella, atributo que respiandecia en el gesto soberano de la bendicion. EI Dios majestuoso no era un nifio, @ pesar de sus dimensiones. La edad ya no’ es Ja de la infancia: el témino enfant, en francés antiguo ha perdido el significado de infans y tiene mas bien el de muchachos de constitucién ailética, como el “enfant Gamier’, ef “enfant Guillaume”, capaces de realizar, desde la mas tiema edad gestas extraordinarias. La Infancia ~ no ya la del *puer bimilus", sino una edad un poco mayor se confunde con fa juventud: no la de ia adolescencia sino la de los hombres jévenes y fuertes. Los mas pequetios quedan sometidos a los mayores de acuerdo con ef modelo de solidaridad homérica, de ia solidaridad de grupo. El Unico lugar en el que el nifio ha conservado en parts su antigua peculiaridad es el monasterio. Al monasterio se lo confian nifios de tierna edad para que los eduque y la regia San Benedicto prevé para estos mintisculos novicios atenciones y precauciones que parecen casi anacrénicas para aquella época. .Cuntos afios tenia e! chiguillo, ef futuro arzobispo de Chartres, cuando apacentaba en un prado y paso por alli un maestro?, El nifio se hizo escribir las letras del alfabeto en su cinturén pas de la infancia (al menos, segan fa Como se ve, no se recorren todas las © sustituido a la escuela, Y ala inversa, representen los adultos) cuando el aprendizaje f esas etapas se han conservado —aunque muy préximas unas de otras cuando se ha conservado la escuela, en la comunidad de monies 0 de religiosos, Este diverso modo de tratar @ los niflos confirma la correlacién, anteriormente apuntada a propésito de la antigedad, entre el concepto de infancia y la escuela, La Infancia ha permanecido en la sombra durante bastante sigios. No es, pues, sorprendente verla reaparecer en la época on la que fa cultura eserita, y por consiguiente la escuela, reconquista sus derecho y se cifunde a partir del sigio Xt Ciertamente, en la escultura gética los angeles como el de Reims, y los obispos, son casi siempre jovenes adultos; a vejez parece reservada a los santos del Antiguo ‘Testamento, a los personajes del otro mundo, En cuanto a la infancia, queda reservada para Jestis nifio, pero éste ya es un auténtico nifio, a veces enwuelto en pahaies, y a su madre, reciente el parto, se inclina sobre é! y lo acaricia con efecto: el Jestis nifio del arte gético desempefia el papel del puer bimulus de Catulo, Indica que se ha superado la etapa, que se redescubre la infancia. La fornia pequefia incapaz de crecer se ha convertide en una especie de monstruo que en dreve sera objeto-de diversién en las cortes principescas, al igual que los animales exéticos y raros: el eniano. * En el Inmenso esfuerzo para evangalizar las zonas rurales emprandido por ks abadias benedictinas y por sus prioratos, con ia furidacién de parroquias capitulares, continuado luego por la predicacion de las drdenes mendicantas, ef bautisno de los. racién nacidos se convierte en una de fas funciones importantes del sacerdote, una raz6n para situarlo en la vecindad para que pueda liegsr a tiempo en caso de urgencia, ya que los seglares eran feacios @ suministrar lcs mismos el sacramento. EI bautismo. ‘deja de ser colectivo por inmersion y pasa a ser individual y por aspersin: ademds debia tener lugar lo antes rusibie tras el nacimiento. La insistencia de Ia Iglesia en este punto — al igual que su lucha contre et infanticidio - demostraba la importancia que daba al nifio. También se advierte sta on las severas reglas de los manuales del confesor respecto a la proteccién a prestar al hijo, a su derecho a mamar la leche matema que un nuavo émbarazo podria poner en peligro de agotamiento....Con el tiempo, e! hombre comin descubria el aima, es decir, la personalidad del nifio atin antes que su cuerpo. Los eclesiasticos ya no eran los Gnicos que se indignaban por @! asesinate de los ios, ya que el pueblo habla seguido sus huellas, Es de notar que las llamadas victimas de los homicidios rituales de los hebreos eran nifios, nifios pequofios, pero también — sefial de cudn cificil era distinguir las diversas etapas de ia infancia y de la adolescencia ~ nifios mayores, jovenes aprengices. En los Miracles de Notre Dame de! siglo XVI, los protagonistas, los héroes, son Ics nifios, pero algunos de ellos tienen quince afios. Aparecen ahi términos que, no obstante una continua ambiglledad, evocan fa naturaleza propia de la infancia y el afecto de los adultos hacia ella. Un ‘pequesiin” quiere compartir su pan con el Jesis nifio de una imagen y ilora porque no lo consigue. * No flores, chiquitin ~ le dice Jesus - porque tt comeras conmigo deniro de tres dias", En aquel mismo siglo XIV, entre las clases nobiliarias, los nifos fallecidos tienen a veces ‘derecho a un sepulcro sobre el cual se les representa envueltos en pafiales. El hecho es ‘ain muy raro, pero se generalizara en el siglo XVI. Ahora ya se ha superado el limite, ha sido descubierta la infancia, y mucho antes que el Emile de Rousseau o del Versailles de Luis XIV. Hubo un tiempo en que los historiadores tendian a creer que la sensibilidad hacia la infancia no habla carmbiado nunca, que era un elemento permanente de la naturaleza humana, 0 que se rermontaba al siglo XVill, al siglo de las luces. Hoy se sabe que ha tenido una gestacién larga y gradual, que ha surgido lentamente en la segunda parte de la Edad Media, a partir del siglo XiI-XIll, y que se ha impuesto desde ef siglo XIV con un movimiento en constante progresion Esa dindmica esta evidentemente ligada al proceder, de ta familia hacia una mayor intimidad (privacy), a ta mejora de la escuela y al hecho de que ésta ha sustituide al aprendizaje tradicional Interesa bastante notar cémo desde el siglo V al XVIll se ha reproducido, mutatis mutandis, y con enormes diferencias de orden cultural, y atin mas de orden social (por ejemplo, fa esclavitud), la situacion psicologica en Roma de los primeros siglos de la era ctistiana. En ambos casos, el impulso parece ser el mismo, la escolarizacién de la educacién, cualesquiera que hayan sido las formas, muy variables, que haya adoptado. Los signos distintivos de la infancia aparecen por lo tanto, en le vestimenta de las clases que estén en condiciones de frecuentar la escuela, 0 que estan parcialmente instruidas (nobleza de toga y burguesia profesional y mercantil). Se trata de indicios que vale la ena observar porque es sabido fo que eso significa y los cambios que supone. Durante mucho tiempo no existié en ningin sector de la sociedad, alta 0 baja, una vestimenta infantil, excepto las fajas, una banda de tela que se enfollaba alrededor del cuerpo, incluidos los brazos, y que inmovilizaba completamente al lactante de modo que hacia de él tina especie de envoltorio que se podie colger de la pared o llevar a la espalda. f Liberado de las fajas, pero atin no destetado (el destete tenia lugar muy tarde) ,al Pequefio se le vestia como a un adulto: en las clases pobres vestia los mismos andrajos; en las clases acomodadas llevaba trajes de adulto hechos a medida. A partir del siglo XVI ~ y éste es un hecho muy importante - precisamente en las clases acomodadas, el nitio va a tener un modo propio de vestir, esto se refiere sobre todo a los varones, ya que a las nifias, excepto en determinados detalles, se las seguia engalanando como a las seftoras, Hay que recordar que a finales de la Edad Media, los hombres ya han dejado ya han abandonada la vestidura [talar] por fos trajes cortos, y a veces bastante indecentes, dejando aquélla para los magistrados (llamados precisamenfe hombres de toga) y para los sacerdotes ( al menos en Ia Iglesia y en ef coro). ; A partir del siglo XVI, fos jovencitos (esi como los ancianos) llevarén un vestido: primero la vestidura de hombre de otros tiempos, es decir, una especie de ttinica ‘abotonada por delante, y después, a'finales det siglo XVIi, un vestido que cada vez se parece més al de ias mujeres, a tal punto que llega a sor idéntico. Este uso se conservara en la burguesia francesa hasta la guerra de 1914 ~ 1918. Todo esto, evidentemente, es un hecho bastante curioso, Al hacerse mds intensa y més intima la sensibilidad hacia la infancia ha acabado como en el mundo gtiego de fa antigedad, por poner de relieve los elementos —ya positivos - de temura y de debilidad: Como mostrar entonces, en nuestra cultura, esta "termura’, si no es con una asimitacion a lo femenino?. Se ven, pues, en retratos def siglo XVII, muchachos con rasgos marcados, sin asomo de afeminamiento, vestidos del mismo modo que {as nifias. Hay que preguntarse qué piensen fos psicoanalistes con sentido de la historia, Posiblemente esta “moda de {a vestidura” responde a una mas fuerte oposicién a la homosexualidad masculina de ia Epoca, En compensacién, esa transformacién de la vestimenta infantil no ha afectado a las clases populares. Estas no han cambiado el modo de vestir a los niftos y han 2¢ conservado seguramente casi todas las antiguas actitudes mentales respecto a ellos, ‘sobre todo fo que se he dofinide como "mimar’. Se jugaba con el nic, incluso can su Sexo, como se uguetsa con un animat que vive con ta familia, un cachorro 0 un gato, Eee sontimiento podia llegar hasta ese afecto profundo que desgarra ia muerte de modo crush © podia detenerse en fa superficie e ir acompafiado de la mayor Incifexancia por la fuerte infantil, suceso muy probable en les primeros afos (como quizs, entra las nodrizas de Piauto). También en las clases superiores se mimoba a. los pequeftcs, sobre tode las madres, |as abuelas © incluso, los padres, pero cada vez menos a partir de mediados det siglo XVI (en Francia). Y ello se debe ol nacimienta de otto tipo de sensibitidad hacia la infancia, destinado a porturbar fe acid de fos adultos frente al rifio hasta ot sighs XX. Un sentimiento bifronta: dé un lado, solicitud y temura, una especie de forms modema de mimar, y del otro, también solicits, pera con severidad: fa educacién. Ya habia “nifios maloriades" en el sigio XVIl, mientras que dos sigios antes no se encontrana ni uno solo. Pera "malcrier’ a un nifio hay que tener hacia él un sentimiento de temura extremadamente fuerte y también es necesario que la sociedad haya tomado conciencia de los limits que, en bien dal muchecho, debe observar-ta ternura. Y toda ta historia de ia infancia, desde el siglo XVIII hasta nuestros dia, estd constituda ‘por una diversa dosificacién de temmura y de severided. En el siglo XVII), baje Ia influsncia de Rousseau y del “optimismo” dei siglo de tas uces, parece haber provalocida le temura (af menos en Francia), En malided, tres asta apariencia exterior habla una gren rigkiez; los elumnos de Madame de Gens, no disponian de un minulo pare ellos y sus juegos no eran sino un pretexto para impartic Joceiones de gramalica o de moral. Los inuchachos tenfan que sufiir este ‘condicionamiento afable pers implacable. En el sig'o XIX prevalecié ja severidad (sobre todo en Inglaterra): tiene ugar entonces, ef complicado juego de la padagogia, de la moral y dofamor. partiendo de estas variables, un matomatico podria construir modelos. El recién nacido, atin antes ce hacarse nifio, queda liberado de las vendas que lo tenian prisionero y embardunado de orina y heces. En las clases superiores se le ropresenta completamente desnudo, como al Jess nifio de otros tiempos o el chiquitin ce los Albumes de fotografias de finales de siglo XIX. tliberado? Asi ge creia entonces, aunque hey ya no s9 esta tan seguro: Louise Tilly, estudiosa de la historia americana nos informa que se vuelve a las fojas (con una forma der compromise que deja fuera los brazos), En todo caso liberado, admitamnosio, pero no por mucho tiempo, ya que los hombres y las mujeres prograsisies heblan ‘empezado a prohibirie orinarse eri la cama en nomore de la limpieza y de Is higiene. Una vez que habla superado esta etapa ~ los mds testarudos recibian azotes y castigos de “educadores” exasperados ~ se fos sometia a o%fo control: el de su incipiente sexualidad, Se inventaban ingeriosos mecan'smos ortopédicos para hacer impracticable Ja masturbacion, Por tilimo, tenia que suffir en la Inglaterra de les public schoo! convites y en los colegios, una disciptina atin mas igurosa que te imps “pedagogias” del siglo XVIl. Esto, evidenterente, se aplicaba a jos filos més privilegiatlos de las clases superiores, y muy ‘iustraaas”, en las grandes ciudades, en cambio, a fa Burguesta de provincias, y més atin a las clases populares y a los medios rurales, esos refinantientos s6lo legan en parte, o no flegan en absoluto. Los padres oscilaban ‘entre el tradicional exceso de caricias y las palizas. Existo una Yastisima coleccién de dibujos y caricaturas det siglo XIX donde so ve @ un muchacho que pone el grito en ef cielo, aun padre 0 @ un maestro fuers de si que lo ezota severamente ante una madre én lagrimas y un grupo de comparisros herrarizados. Las revistas fiterarias actuales (sobre todo las americanas) han puesta de moda los 26 articulos.....sobre la familia feliz. Pero esta explotacién de la iconografia del garrote explica mas la actitud de hoy que la de ayer. Se podria dibujar una geografia de los paises del létigo y del garrote {especialmente ingleses) y de los paises en los que dominé el “solideo". No es término facilmente traducble a otros idiomas, pero todos lo nifies franceses lo conocen bien, incluso hoy dia. Es interesante la historia de este término. El “solideo" era originariamente el gorro de jos sacerdotes cuya tonsura cubria y que protegia del frio la cabeza rapada al cero. En francés antiguo “llevar ef solideo” significa recibir las ordenes [sagradas]. Es probable que los golpes en la cabeza fuesen privilegios de los novicios, do los escolares confiados a maestros tonsurados, que sustituian los golpes de férula (el trozo de|madera o de cuero con el que se azotaba la mano del alumno rebelde o distraido) 0 de fusta (la “cisciplina’ monéstica) El temmino “soldeo® 26 oh juego de palabras habitual entre los clérigos. Eso mismo se difundid pronto en las familias, sobre fodo entre las mujeres. El “solideo”, convertido en pescoz6n, es un golpe suministrado a los nifios: tuvo una gran aplicacion y se introdujo incluso en [as aldeas francesas mas retrégradas de finales de siglo XIX: de él se tienen muchos testimonios, tanto de parte de acuelios que lo han recibido como de parte de los psicdlogos, psiquiatas, pedagogos y demas especialistas actuales de las infancia, salidos de las facultadés de “ciencias humanas”, que se sientes ante él conmovidos e indignados 4Es que no ha sido el conocimiento del niflo, junto al contemporaneo del “salvaje”, la primera de las cienclas de! hombre? Es asi como se estudié a principios del siglo XIX el muchacho salvaje descublerto en la zona desértica de Aveyron y recogido por uno de los primeros "psicologos”. Ese mismo sistema de amaestramiento dio lugar & fa reeducacién sistemética de los ciegos y de los sordomudos. Los estudiosos de la infancia (no los médicos, que eran més bien valedores da} rato severo y del castigo) descubrieron en el siglo XIX que las amenazas, los castigos corporales, eran intties y ensefiaron, de acuerdo con el Emile de Jean-Jacques Rousseau , a seguir las indicaciones de la naturaleza infantil, a no oponerse a ella sino més bien a utlizarla Durante mucho tiempo no-ejercieron ninguna influencia sobre los educadores ni sobre fos padres, quienes estaban convencidos de las virtudes del ejercicio y del esfuerzo. Pero triunfaron mas tarde, gracias al psicoandiisis y a su rapida divulgacion en los treinta primeros aos del siglo XX. Nifios maicriados, nifios golpeados, tanto. unos como otros dominaron el siglo XIX y fos comienzos del siglo XX. Hemos visto, pues, cémo el nifio salia del anonimato y de la indiferencia de las épocas remotas y se converiia en la criatura mas preciosa, fa més rica en promesas y.en futuro, Durante: siglos, el fallecimiento de un muchacho fue una cosa sin importancia, algo que enseguida’se olvidaba; aunque la madre se desgarraba de dolor, la sociedad no se hacia eco de su lamenfo y esperaba a que se calmaso, Existen tumbas de nifios en los sigics XVI y XVII, pero son pocas y, salvo algunas excepciones (en Westminster), No son fastuosas. En cambio, en el siglo XIX, y en especial a finales de ese siglo, sobre todo en fos cementerios de la Europa miericional, Jas tumbas més lujosas, las mas patéticas, las mas adomadas con figuras, son jas de nifios, La muerte infantil, que durante rho tiempo fue provocada, y mas tarde aceptada, ha llegado a ser absolutamente intolerable. Quizés no nos damos cuenta hasta qué punto es reciente esta actitud, Sefiale una fase definliva de la sensibilidad, al ‘menos para mucho tiempo, y no se puede concebir como podria retrocederse: las mas horribles imagenes de los exterminios nazis son aquéllas de los cadéveres de nifios, de aquellos cuerpecillos esqueleticos y, al mismo tiempo, hinchados. El hombre occidental 27: ha experimentado en el siglo XVill'y en el XIX una revolucion en la afectividad que, ciertamente, no lo hace mejor, sino diferente. Sus sentimientos se subsividen de otro modo, y, en particular, se concentran mas en al hijo. En la pelicula belga Au nom du Fuhrer, entre las imagenes de matanzas de nifios judios, rusos, polacos, etc., se intercalan otras conmovedoras de muchachos alemanes: un pueblo que ama a los nifios Sin embargo, dentro de esta nueva sensibilidad, se comprueba entre 1960 y 1970 un cambio en la actitud de los occidentales hacia la infancia, cambio que podria ser profundo., El pequerio rey del sigio XIX al que las familias erigian fastuosos sepuleros, era'un raro muchacho, de una rareza, iruto de una contraconcepcion eficaz, aunque tactica, Pero la natalidad, incrementada en los afios del baby-hoom (1940-. 1950), dismminuye desde 1960/70, y el fenémeno 3 general en Occidente. Enire el baby ~ boom y ja disminucién de la naialidad de 1930 @ 1940 habia una diferencia de medios, pero no de motivaciones. A veces disminuta ia natalidad, a veces aumentaba, pero en ambos casos la finalidad consistia en conseguir una * familia feliz" y el futuro bienostar de los hijos. A partir de 1960, la disminucién demogratica ya no responde a las mismas motivaciones. Ya no es child ~ oriented , como desptiés de 1930 o conio el incremento de los afios de 1940 a 1950: la imagen del nitio ys no es positiva, como en el sigio XIX. En Estados Unidos, donde principalmente se le ha rendido culto, es donde'mas evidente @8 el reflujo. En las urbanizaciones para anclanos en Florida no se permite que residan Jovenes. En otros lugares, las viviendas s6lo se alquilaban a condicién de que los inquilinos no tuviesen mas de dos hijos (actualmente eso es poco probable, pero es une ‘cuestion, de principio). En ciertos establecimientos se prohibe la entreda a los niffos no acompafiados. Sin duda alguna, estas medidas, se explican como consecuencia de veinte afios de absoluta " pcrmisividad"; sin embérgo, no se hubieran tolerado on otros tiempos. Estos indicios — y existen otros - no significan que se esté volviendo a épocas de indiferencia. Hay un limite de la sensibilidad que se ha superado demasiado recientemente y demasiado a fondo para que sea posible una vuelta atrés. Pero existe el riesgo de que, en la sociedad de mariana, el puesto del.nifio no sea el que ocupaba en el siglo XIX: es posible que se destrone al fey y que el nific no siga concentrande en éI, como ha sucedido durante un siglo o dos, todo el amor: y la esperanza del mundo." 28 “Este estudio aparecié originalmente en el Vol, Vi de la Enciclopedia Einaudi en 1979. Se publica con autorizacién de Hinaudi y Editions du Seuil.

También podría gustarte