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La verdadera versin.
Varias veces se han hecho impresiones con el
nombre de Oraciones del Justo Juez, y esas
oraciones, impresas hasta en verso, no son sino un
conjunto de disparates, sin sentido y una
falsificacin sacrlega de la verdadera oracin, por
lo cual no es extrao que no produzca sus
maravillosos resultados.
La presente impresin, aprobada y reconocida
hasta por los patriarcas armenios y de Jerusaln,
es una copia exacta sacada de su original que,
grabada en una plancha en oro, existe en el
Convento de religiosos armenios de Santa Mara
Egipciaca al pie del Monte Lbano, de donde el rey
Salomn tom los cedros para dedicar a Dios el
primer Templo en Jerusaln.
Dicha plancha de oro fue encontrada en el Monte
Calvario, enterrada junto al peasco en que se fij
la Cruz de Nuestro Seor Jesucristo, y la descubri
el prncipe Godofredo de Boulln, en la guerra que
emprendi contra los mahometanos para rescatar
los santos lugares de Jerusaln.
Con esta oracin el citado prncipe se hizo invisible
en varios encuentros que tuvo con los turcos y lo
mismo su cristiano ejrcito: basta decir que a esta
oracin se debi el completo triunfo de las armas
cristianas que hacan gran mortandad en los
infieles sin que ellos vieran ni por dnde eran
atacados, por lo que trescientos soldados cristianos
vencieron a milln y medio de impos
mahometanos y recobraron los santos lugares,
siendo de notar que no pereci ni uno solo de los
que rezaban con devocin y fe esta oracin.
Esta oracin es eficassima para librarse de
enemigos, de persecuciones de justicia, de
guerras, prisiones, pestes y de toda clase de
peligros de mar y tierra, como naufragios, asaltos
en camino y de todo peligro, como lo demuestra la
experiencia de ms de tres siglos.
Ser muy til despus de esta oracin rezar el
cntico de Magnificat.
Divino y Justo Juez de vivos y muertos, eterno sol
de justicia, encarnado en el casto vientre de la
Virgen Mara por la salud del linaje humano.
Justo Juez, creador del cielo y de la tierra y muerto
en la cruz por mi amor. T, que fuiste envuelto en
un sudario y puesto en un sepulcro del que al tercer
da resucitaste vencedor de la muerte y del infierno.
Justo y Divino Juez, oye mis splicas, atiende a mis
ruegos, escucha mis peticiones y dales favorable
despacho.