Está en la página 1de 1

VOY A DORMIR

Dientes de flores, cofia de roco,


manos de hierbas, t, nodriza fina,
tenme prestas las sbanas terrosas
y el edredn de musgos escardados.
Voy a dormir, nodriza ma,
acustame.
Ponme una lmpara a la cabecera;
una constelacin; la que te guste;
todas son buenas; bjala un poquito.
Djame sola: oyes romper los
brotes...
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pjaro te traza unos compases
para que olvides... Gracias. Ah, un
encargo:
si l llama nuevamente por telfono
le dices que no insista, que he
salido...

EL NAVO
Sirena que en el sueo me has
llamado
desde tu frgil costa de neblina:
en tu vaga canturia ultramarina
un reclamo de abismo me ha llegado.
Tal vez me tengas, de coral labrado,
para el final descanso, almohada fina
y extraigas ya de la profunda mina
la ncar que perfile mi costado.
Hoy, frente al mar de arpas
renovadas,
yo, la que nunca por el mar anduve
y nunca entre mis manos timn tuve
ni remo para islas alejadas,
siento que el barco de la muerte sube
hacia m con las velas desplegadas.

APEGADO A M
Velloncito de mi carne,
que en mis entraas tej,
velloncito friolento,
durmete apegado a m!
La perdiz duerme en el trbol
escuchndole latir:
no te turben mis alientos,
durmete apegado a m!
Hierbecita temblorosa
asombrada de vivir,
no te sueltes de mi pecho:
durmete apegado a m!
Yo que todo lo he perdido
ahora tiemblo hasta al dormir.
No resbales de mi brazo:
durmete apegado a m!

También podría gustarte