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CAPITULO 9 Ansiedad, defensa y autoproteccién ANSIEDAD MECANISMOS DE DEFENSA Represion Negacién én Racionalizacién Intelectualizacién Formacién reactiva Regresi6n Desplazamiento y sublimacién Investigaci6n sobre los mecanismos de defensa Evidencias de conflictos inconscientes 226 LA PSICOPATOLOGIA DE LA VIDA COTIDIANA Parapraxia Suefios Humor ‘TECNICAS PROYECTIVAS DE EVALUACION La prueba de las manchas de tinta de Rorschach PROBLEMAS DE CONDUCTA Y CAMBIO CONDUCTUAL Origenes de los problemas Cambio conductual Bunciona la terapia psicoanalitica? Resumen Gloserio 227 yoni ecactinn co ec ch al : el fin de semana anterior yen la que una de sus amigas se embriagé flagrante EES cstensiblemente, algo que ha venide haciendo cada semana desde el afio “Tedavia ee no puedo crer a forma de beber de Robin’, dice Jamie, "Bebe como una esponja’. En exe ‘momento, Robin dobla la esquina y se precipita a su encuentro, “Hola, Robin, ya sete ‘pat la borrachra del finde emana?™ propurta jamie. “Degul ends hablendo?” contesta Robin. "No bebi tanto”. “En serio, Robin’, agrega Dan, “yno te preocupa la forma en que estds bebiendo?” La cara de Robin adopta un aie perplejo ¢ incluso parece ofendida. “Miren, muchachos, yo no tengo ningiin problema, aes que déjenme tanga dice mientras del vaca salen, Dany Jamies mina ys enrgn de Robert y Hillary han estado saliendo por varios mesesy en esta ycasin asiteron a una {fiesta en la casa de un amigo. En la festa tambitn estd Tim, un chico muy airactivo que tiene fama de ser amable con todos, pero tambien un poco inaccesible. Casi al final de la fiesta (después dela partida de Tim y su pareja), Hillary habla de él con Robert y algunos de sus amigos. “Se fjaron en la forma en que se me insinuabat Preferivia que no lo hiciera, pero lo hace tado el tempo". Después, de camino a cas, Robert le dice: “Hillary te pusisiey me pusiste en ridfculoen frente de toda esa gente. Tim nunca ste insinud y no puedo imaginar de dénde sacaste esa idea”. EN £1 cArfruto 8 se describieron los elementos bésicos de la explicacién psicoanalitica de la naturaleza humana. En este, haremos un anilisis més completo de algunas de las formas en las que la naturaleza humana opera en el comportamiento. Aunque en bue- nna medida los puntos que aqut se examinan son extensiones directas de la légica de la teorfa de Sigmund Freud, muchas de las ideas fueron desarrelladas por otras personas, entre las que destaca su hija, Anna Freud (1966) ANSIEDAD Gran parte del estira y afloja entre los elementos de la perscnalidad —no sélo en los individuos con problemas, sino también entre la gente perfsctamente normal— esté vinculado al concepto de ansiedad, un estado interno aversivo que los individuos tra- tan de evitar 0 del que pretenden escapar. Al principio, Freud pensaba que la ansiedad cra una forma de descargar la energfa libidinal, cuya liberacién directa habla sido obs- taculizada (véase, por ejemplo, Breuer y Freud, 1955/1895); pero después cambié su opinién (por ejemplo, Freud 1936/1926) por la idea de que l ansiedad es una sefial de alerta para el yo (ego) de que algo malo esté por suceder. Freud (1959/1926) distingufa tes tipos diferentes de arsiedad, que reflejaban tres categoria distintas de cosas malas. La forma bisica es la ansiedad de realidad, el temor que surge de una amenaza o peligro reales. Es el tipo de miedo que se experi- ‘menta al advertir que estéa punto de ser mordido por un perro, chocar su automéwil, ser reprendido por cometer un error grave en el trabajo o reprobar un examen. La ansiedad de realidad es la forma més bésica de ansiedad porque esté enraizada en la realidad objetiva. Una forma de manejarla consiste en evita o escapar de la situacién {que produce el sentimiento. La ansiedad de realidad proporciona la base de la que se derivan los otros tipos de ansiedad. CUARTA PARTE La perspectiva icoanaliica El segundo tipo es la ansiedad neurética, el temor de que los impulsos del ello (i) se salgan de control y leven al sujto a cometer un acto pore. que serd catigado. es experimentan mucha ansiedad neurética viven continuamente preocupados Por la posibilidad de que el ello se escape del control del yo (ego). La ansielad ne ecg st el temor de los impulsos y urgencias del ello, sino del castigo que puede acarrexr sa expresion. Como la gente a menudo es castigada por su conducta impulsiva, particularmente ise trata de comportamientos que la sociedad desaprucba, puede decitse que eset de ansiedad tiene cierea bas en la realidad, Pero, adiferencia de la ansiedad de realidad, peligro tiene su origen en las urgencias del ello dentro del individuo, lo que hace mis dificil twarar con la ansiedad neurética que con la ansiedad de realidad. Es decir ac Puede conducit con precaucin, estudiar para lo eximenes y evicar los perros peligro: S08, pero no puede escapar del ello, que siempre tiene el potencial de salirse de consol, Eltercer tipo de ansiedad esa llamada ansiedad moral, el temor que los individuos experimentan al eransgredir (0 cuando estén a punto de hacerlo) el esdigo mora. Si sa sentido moral le prohibe hacer trampa y usted se siente tentado a timar a alguien, experimenta ansiedad moral. Si su senvido moral le prohibe las relaciones secualen antes del matrimonio y esté a punto de tenerlas, experimenta ansiedad moral 1 ansiedad moral sel temora a con:incia que forma parte dl super (ouperego). Subjetivamente, la ansiedad moral se experimenta como culpa o vergieiva, Erere ose fuerte sea el superyé mayor sed la probubilidad de sufir ansiedad moral, Como en al caso de la ansiedad neurétic, cs importante tener clara la diferencia entre est tipo a ansiedad de realidad. Aunque con frecuencia a sociedad castiga al individuo por ns Bredir las normas morals, a amenaza de ste castigo no es lo que da lugar als ansiedad ‘moral. Su fuente es interna, se encuenira en la conciencia. Al igual que la ansie- dad neurica, es diflcil mancjara. Asi como nadie puede escpar de su clo, tamporo puede huir de su conciencia. MECANISMOS DE DEFENSA Sisuyo (ego) realizara un trabajo perfecto, nunca sentiria ninguna forma de ansiedad, {Lox peligros extcnos serfan evitados o mancjados efecivamente, protegiéndole de la ansiedad de realidad, Los impulsos del elo serfan liberados en la medida y en los mo, mentos apropiados, lo que le impediriasuftr la ansiedad neurstica. Usted nunca se permitifa hacer ( desear algo que su superyé (superego) pudiera desaprobar, lo que lo protszera de a ansiedad moral. Sin embargo, ningtin yo funciona tan bien, por Is que imavor part dela gente experimenta, en nou otro momento, algo de anviedad ¢ hay quienes sufren de mucha. Esto es parte de la vida, Cuando la ansiedad se presenta, el yo responde en una de dos maneras. Primero, ‘aumenta los esfuerzos racionales de afrontzmiento orientados al problema en un inten ‘o por manejar la fuente de la amenaza de manera consciente y apropiada, Esta tes. puesta funciona mejor en el caso de la anszdad de realidad. La segunda opcisn ons teen emplear un mecanismo de defensa. Los mecanismos de defensa son exten dlesarrolladas por el yo (ego) para ayudarsea maneja a ansiedad y cuando ls defence ¢stin bien establecidas pueden prevenir su surgimiento. Todos los mecanismos de de fensa comparten dos caracteriticas: (1) pueden operar de manera incontcente (2) distorsionan, transforman o fasfican la realidad de una u otra manera, ‘Varios tebrcos han propuesto diversos mecanismos de defensa. En lo que suele con- siderarse el trabajo més importante sobre los mecanismos de defensa del yo (ego) Anna Freud (1966) identificé 10 mecanismos que el yo puede utilizar para detener la ansiedad. En las siguientes secciones se describen algunas de estas esrategias de defensa. resién Se llama represién al mecanismo fundamental de defensa. De hecho, Sigmund Freud a menudo empleaba los términos defoncay represiin de manera indistinta. En ocasio- nes, yen la medida en que el sujeto intenta impedir que una idea ingrese ala concien- cia, la represién se realiza de manera consciente (lo que la hece equivalente ala supre- sin) (véase también el apartado 9.1). Sin embargo, la mayor parte de los andlisis de la represién suponen que la operacién es comtinmente inconscente. Como dijimos en el capftulo 8, la represin es el procesc que mantiene a la cosas (particularmente alos impulsos inaceptables del ello) fuera del consciente. El yo impi- de su expresién al crear una contracatexia hacia el impulso. Si usted siente el impul- so de tocar y acariciar la pierna de la persona que esté sentada a su lado en clase, su yo (presumiblemente) opera para mantener al impulso fuera de su conciencia. Sielilkimo fin de semana hizo algo de lo que se avergiienza, trata de no pensar en ello y ala larga puede incluso no ser capaz de recordatlo. ‘Aunque la represién es particularmente importante en selacién con los impulsos del ello, también se aplica de manera més general ala informzcién que resulta dolorosa o perturbadora. Ast, usted puede reprimir un acontecimiento en que se comporté de manera responsable, pero no de la manera que obviamente se deriva de los impulsos del ello —por ejemplo, olvida apagar la estufa y ocasiona con esto un incendio, u olvida cerrar el apartamento y permite que entre un ladrén y se Ileve su televisor nue- vo—. Puede reprimir cosas acerca de usted mismo que percibe como inadecuadas —por ejemplo, el hecho de que es impopular o que no sabe bailar—. Puede reprimir su conciencia de las cosas que estin en conflicto con su superyé —digamos, el hecho de que en algunas partes del mundo hay gente que se muere de hambre y que usted no hace nada para evitarlo, o que sus padres tienen una vida vexual activa con algunas posiciones coitales preferidas. PPor supuesto, algunos piensan en a vida sexual de sus padres (0 en el hecho de que no saben bailar 0 de que permitieron que alguien robara su televisor), lo que iustra otros dos puntos acerca de la represin. Primero, lo que es reprimido depende de los actos que sean castigados y de los valores que estén representados en su superyé. Lo que acarrea castigo cambia segiin el tiempo y la cultura, por lo que es de suponer que también el contenido del superyé evolucione a lo largo de las generaciones. Cuan- do Freud comenz6 a escribir, la sociedad tenfa fuertes conflicts en relacién con el sexo. En la actualidad, ya no es asl, yes probable que los valores introyectados hoy en el superyé se concentren menos en el sexo de lo que sucedia hace 90 afios. Conforme van cambiando los valores de ls sociedades, también va cambiando el tema de lo reprimi- do. Es posible que en lugar de reprimir sentimientos sexuale los individuos repriman cl recuerdo de las conductas que deterioran el ambience. El segundo punto es que la represi6n no tiene que ser total. Es més sencillo hablar day elec vert EAPO ll pec pont teal Ueda reprimir en parte un recuerdo 0 impulso moderadamente perturbador de manera que no piense en él con frecuencia, pero no quiere decir que lo haya olvidado. Si se lo recuerdan, roma conciencia de que esté ahi y de que no se habia acordado de él. Esto representaria una represién parcial Todos se valen de la represién porque funciona. La represién lo salva a uno del dolor o la ansiedad, pero al utilizarse en exceso la represién tiene un costo. Las 29 carttuLo9 Ansiedad, defensa ‘yautoproteccién CUARTA PARTE La perspectiva psicoanalitica revertirse en su contra. 230 ‘contracatexias de larepresién requieren grandes cantidades de energi, y la energia que se emplea de esta manera no puede utilzarse para otros fines més adaptativos. Si la tepresién se mantiene por un tiempo prolongado, la inversién de energia seré mis 0 ‘menos permanente. Asl, aunque la represién es a veces necesaria, a la larga puede Es quizd por esta razén que tambiér se desarrollan otras defensas, que operan en combinacién con la represién (y a menudo en combinacién mutua). Ayudan a impe- Eo Efectos no pretendidos de la supresién del pensamiento Como se aNauszo en el capieu- lo, hay ocasiones en que la gente hhace un esfuerao consciente por mantener cieros pensamientos fuera de su mente. i usted esc ineentando dejar de fumarsegu- ramente trata de no pensat en los cigarillos; si quite per- der peso deseara evita los persamientos relacionadas con, la comida, y si acaba de terminar una relacién preferila no pensar en todas las cosas que solian hacer juntos, Usted tra- ‘a de mantener esas ideas fuera dest conciencia. Hay ocasiones en que esta supresisn funciona, pero ouras veces tiene efectos colaterales no pretendidos. Dan ‘Wegner (1989, 1994) y sus colegas condujeron reciente- mente un programa de estudio sobre la supresin de pen- samiento cuyas conclusiones pueden sorprendetlo. ratar cdeno pensar en algo en realidad puede hacer que exe pensa- |. mienco se haga luego més probable, sobre todo si el pen- samiento es emocional (Wegner, Short, Blake y Page, 1990). En ceorla, [a idea de la supresién consciente del pensamiento contiene una paradoja. La supresin del pen- samiento requiere dos pasos: la decisién de suprimir el pensamiento para luego deshacerse de toda sus manifesta- cones, incluyendo el plan de suprimislo, Esto parece r= ‘querir que al mismo tiempo se estéy no se eté consciente del intento (por supuesto, cuando la represién ocusre de manera inconsciente se evita el problema, porque el plan para desembarazarse dl pensamiento es inconsciente). Qué sucede, entonces, cuando la gente tata de su- primic un pensariento? La investigacién sobreel tema (pot jemplo, Wegner, Schneider, Cartery White, 1987) empe- 26 por ensefiar 2 los sujetos una técnica para pensa en vor alla en que reportaban en una corriente continua de con= ciencia todos los pensamicntos que les inieran ala mente, Luego se les pidié que lo hicieran por periodos de cinco ‘minutos en dos condiciones diferentes. En una s es pidis que tratran de no pensar en un oso blanco y que cada vex que no lograran evitarlo hicieran sonar una campana colocada frente a ellos. En la otra, se les pidié que intenta- ran pensar en un oso blanco y que hicieran sonar la campa- nal ograrlo. Es deci, mientras que en la primera condi- cidn a supresin antecedta al pensamiento, en el segundo grupose inverda el orden. De este estudio surgicron dos hallazgos. Primero, re ‘sult diffi evitar el pensamiento del ago blanco (la esra- ‘egia mds efeciva Fue concentrarse en otra cosa). Un hecho interesante fue que la mayor parte de las intrusiones oct ‘ieron cuando el sujeto acababa de terminar una oracién ‘© pentamientoy estaba callado Fue como sel pensamien- to puiera mantenerse fuera de Ia conciencia en tanto la ‘maqunaria mental estuviera toralmente ocupada, pero que en cuanto se abria una fisura, el pensamiento se filtrabs, ‘Wegner y sus colegas argumentaban que la supresién re- sultaciffell a menos que se disponga de distractoresexpect- ficos en que pensar (y se cuenta con evidenciasadicionales que apoyan esta idea). Para decislo en términos pri Ansiedad, defensa ‘yauroproteccién La negacién nos permite no estar conscients de las cosas desagradables que suceden en nuestra vida. CUARTA PARTE La perspectiva psicoanalitica Proyeccién 232, 1a se originan dentro de la dindmica de la mente, mientras que la negacién se dirige a amenazas que provienen de otras fuentes. (Otra defensa es la proyeccién, en la que el individuo reduce la ansiedad al atribuir a ‘otro sus propios impulsos y deseos inazeptables. La proyeccién le ida entonces una ‘manera de ocultarse el conocimiento de un aspecto inaceptable de si mismo a la vez. que sigue expresando la cualidad inaceptable (aunque de manera muy distorsionada) Autoengafio, ilusién y negacién: jle convienen? AUTOENGANO ES UN término ge- neralpaalacrenciade que algo «verdad cuando uno sabe que no esas, una idea que sempre ha sido polémica. Cémo pue- de uno ocular lgo que cono- 2 La idea de que nos engafiamos tiene sus ralces en la nocién de mecanismes de defenss del yo, pues el yo no puede sentrse amenazado por algo que no recanoce. Ash, al engafarse el individuo se protege en la medida en que llega a cree lo que le resulta més ebmodo. Recientemente se ha reavivado el interés por el | suroengaho desde un punto de vista que meaca al pensa- rmiento psicoanatico con otras opiniones. Para probar la cxstencia del autoengaio, Gury Sackeit (1979; Sackeim ¥ Gur, 1985) hicieron que algunos de us sujet esntc- ran vulnerables la amenaza de fracasar en una area uc- go mostraron lo que pareta una respuesta deautoengafo: no lograban reconoce su propa vox en una grabacin (un ‘stimulo moderadamente amenszador) a pes de que, de acuerdo con ls restos de un poligrao, a sistema ner oso estaba reconociendo la vor. Paulhus (1984) ha excendido la idea del autoengaio al estudio de las respuesta socialmente deseables en lr luacién de la personalidad. Este autor considera que el autoengafio se reflej en autolmgenessbiertamente poi- tivas que la persona cree verdaderas, lo que e# muy dife- rente de watar de causar una buena impresién en los dems. Una serie de esudios confirm que dos tenden- ‘Ansiedad, defense -yautoprotecién 234 CUARTA PARTE La perspectiva psicoanalities tosindividuos tienden a aceprar el xédvopor ona forma mas aceprable. En este caso no hay algo en el blanco que cre la amenaoa, sina 235 caPfruLo» Ansiedad, defensa ‘yautoproteccién 236 CUARTA PARTE que la amenaza esté en e propio impulo. La sublimacién sirve como defensa porque l= ansiedad se reduce cuando en lugar del impulso original se gratifca un impulso trans formado, Freud crefa que la sublimacién, més que cualquier otro mecanismo de defen sa, refleja madurez y normalidad. A menudo se considera que la sublimacién es um ‘mecanismo que impide que ocurran problemas, més que una estrategia a la que acude Ja gente cuando ya se presenté la ansiedad. Investigacién sobre los mecanismos de defensa {Cuil es la posicién cientifica respecto a los mecanismos de defensa? Aunque se ha realizado una buena cantidad de investigaci6n sobre ellos, os resultados son polémicos. ‘Come ejemplo del tipo de investigacién realizada, considere un estudio de proyecciém (Halpern, 1977), en el que se expuso ono alos sujetos a una serie de Fotografias exéti= cas. Los sujetos que en la aplicacién previa de una escala de autorreporte aparecierom como sexualmente defensivos, después de ver la fotografia erdtica atribuyeron a otra persona una mayor lascivia que la asignada por los sujetos que no habian visto las fotografias. En contrast, los sujetos que no se mostraban a la defensiva respecto de los temas sexuales no mostraron proyecci¢n, lo que tiene sentido desde el punto de vista psicodindmico: la gente s6lo proyecta hs cosas que le resultan amenazadoras. ‘Aunque este estudio parece apoyar a idea de los mecanismos de defensa, en conjunto laliteratura es ambigua y resulta sencillo encontrar interpretaciones lternativas, lo que permite que diferentes lectores lleguen a conclusiones distintas. Por ejemplo, para Sherwood (1981) hay evidencias sustanciales de Ia existencia de la proyeecisn, mien- tras que Holmes (1981) opina lo contrario. Muchos investigadores estin convencidos de que la represién ocurre a corto plazoipor ejemplo, Erdelyi, 1985; Paulhusy Suedteld, 1988), aunque hay més dudas sobre lo que sucede a largo plazo. Lainvestigacién reciente ha comenzado a tomar un Angulo diferente en el estudio de la represiGn. Busca las diferencias individuales en la tendencia a reprimir y se pre- gunta silos represores difieren en forma notable de quienes reprimen menos. En un estudio, se dio a los sujetos una tarea que requerfa que hicieran asociaciones con frases de contenido sexual y agresivo (Weinberger, Schwartz y Davidson, 1979). Los represores reportaron un menor nivel de disgusto durante la tarea, pero también mostraron tna mayor activacin flsica. En otra investigacin, los represores fueron menos capaces de ‘evocar recuerdos emocionales de la infancia y de la experiencia cotidiana que los otros sujetos (Davis, 1987; Davis y Schwartz, 1987). Los hallangos sugieren que la bisqueda de evidencias de la existencia de la represin puede estar cerca de ser fructifera, Evidencias de conflictos inconscientes Gran parte del andlisis precedente sobre las defensas del yo (ego) supone que los con- fictos son arrojados al inconsciente per medio de la represién para evtar la ansiedad neurética o moral. Aunque inconscientes, es de suponer que los conflictos siguen in- fluyendo en la conducta. Algunas de estas influencias se reflejn en el grupo de defen sas del que hemos estado hablando. Es decir, los deseos reprimidos pueden filtrarse a través de procesos distorsionadores como la proyeccién, la formacién reactiva o la sublimacién. Pero hay ocasiones en que los conflicts surgen en forma de sintomas psicolégicos como la depresién. Como los conflictos permanecen ocultos e inaccesbles, el sujeto ignora lo que ocasiona los s{ntomas, lo que los hace mas perturbadores, La idea de que los conflictos inconscientes influyen en os sintomas ha tecibido apoyo de la investiga- cién realizada por Lloyd Silverman y sus colegas (revisada por Silverman, 1976, 1983; ‘Weinberger y Silverman, 1987). La dea s dificil de probar experimentalmente porque deci, cuando se presents aun grupo de sujetossuscepbles um ‘material disefiado para aitat sus conflctosinconscientes, sus sintomaspsiceligicos se incrementaron. Lo an- terio enacts is permitia que los eximuls entraran ala concienca (por eon, exposiciones mas largas), lo que apoya Ia idea de que es el inconsciente el que esta roduciendo los sfntomas. Un ejemplo de un grupo susceptible exe formado por los individuos predispues- sentimientos depresivos. 1 rect de et sei consists en la activacién odsminucén dl conficto de Epo enere hombre universtaros(Sverman, Rose, Adler y Lustig, 1978). Los suje- feepineto completaton una taea competitiva de lancamiento de dander y luego les aoe cestimulos subliminales. En una situacién, un mensaje decia “Es En suma, hay evidencias de que la exhibicién abierta de caracterstcas psicolégi- Sa fitidssfcomas de flicién, puede serinflida pola actracionde eho, ‘nivel inconsiete Sin embargo, ets efectos tienen limiacones. Alfunos ts FIGURA 9.2 aos dea accion ( descraci) subliminal debs seninienos ellos melon slanaks Czaieno de darks, Los tos lamaron tes dadosanesdelnceprea i rd demas 0) Sed ps ao adres pen). Eo carfruto > ‘Ansiedad, defensa Y autoproteccién is 238 CUARTA PARTE La perspectiva pricoanalitica ‘curren con certeza sélo entre aquellos en quienes el conflicto ya esté bien establecido, Enel tltimo estudio citado, el efecto se presenté en toda la muestra, presumiblemente porque fades habfan experimentado el conflico de Edipo. También deberiamos hacer notar que el programa de investigacién de Silverman haa sido polémico, en parte porque a ot:0s les ha resultado dificil obtener algunos de los efectos que reporté (por ejemplo, Hellbrun, 1980) y en parte por otras razones. Un problema importante es la falta de evidencias sobre a existencia de los procesos media- dores que supuestamente estin detris de los efectos (Weinberger y Hardaway, 1990). La controversia es complicada (véase Balay y Shevrin, 1988), y varios criticos de esta investigacién han llegado a conclusions disimiles acerca de su consistencia ysignifica- do (Hardaway, 1990). A pesar dela controversia, o quiz4 por ella, parece probable que [a técnica siga siendo explorada como medio para estudiar los conflictos inconscientes. LA PSICOPATOLOGIA DE LA VIDA COTIDIANA Hasta ahora, nos hemos concentrado en la forma en que el yo (ego) maneja los conflic- tos entre las tres estructuras de la personalidad. Para protegerse dela ansiedad neurética y moral el yo reprime las cosas que lo inquietan. Pero, aunque inconsciente, el material amenazador sigue influyendo en el comportamiento de maneras que reflejan la opera- cién de otras defensas del yo. Freud crefa que es precisamente en el inconsciente en el que operan las fuerzas fandamentales de la vida humana que eercen influencias complejas sobre el comporta- miento humano. Es ahi donde residen las verdaderas motivaciones. Obrener acceso a los conflictos y descos del inconsciente parecerfa una tarea imposible, aunque Freud pensaba que en realidad no era tan dificil, ya que los impulsos inconscientes se revelan continuamente en los acontecimientos cotidianos y que lo tinico que se requiere es la voluntad para identificarlos. En esta seccién analizamos algunas maneras en que las motivaciones inconscientes se hacen evidentes para el observador cuidadoso, Los errores cometidos por la genteson una de las formas en las que esas motivacio- nies se revelan. Todos cometemos errores de vez en cuando, olvidamos cosas, confundi- mos las palabras y sufrimos accidentes pequefios y grandes. Freud (1960/1901) se refe- rfa a tales hechos como la psicopatologia de la vida cotidiana (una frase que ademis transmite su creencia de que también la vida normal contiene un poco de anormali- dad). Crefa que estos acontecimientos, lejos de ser accidentales, surgen de urgencias que fueron enterradas en el inconscien‘e y que reaparecen en forma distorsionada para cocasionar los errores. Ast, los olvidos, los errores al hablar y los accidentes proporcio- znan informacién indirecta sobre los verdaderos descos del individuo. Parapraxia ‘A estos acontecimientos se les lama, de manera colectiva, parapraxia (la traduccién literal de la palabra alemana serfa “acto fallido”; Bettelheim, 1982). Quizé cl olvido sea la mds simple de las parapraxias. Desde el punto de vista psicoanaltico, el olvido re- fcja la represign —un intento por impedir que lleguen al consciente materiales que puedan despertar temor—. En ocasiores, es fécil identificar la causa del olvido (como en el caso del estudiante que se olvida de regresar a un compafiero que le disgusta un libro importante); otras veces resulta dificil identficar el motivo, aunque es posible encontratlo si se dispone de la informacién suficiente sobre la situacién. Brenner (1957) presenta la siguiente historia del caso de un paciente que dijo que no habla podido recordar el nombre de un amigo al que encontsé en una reunién social. Conforme el paciente hablaba, e hizo claro que el amigo tenfa el mismo nom- bre que una persona que le disgustaba. También se hizo evidente que el paciente sentia culpa por su antipatia; por iltimo, el paciente mencioné que su amigo era minusvali- do, lo que le recordaba su deseo de lastimar a la persona que le desagradaba, @Por qué olvidé entonces el nombre del amigo? Quizd porque la isin del hombre ineapacitado le recordé inconscientemente al otro hombre, al que deseaba lastimar Para impedir que este impulso se hiciera consciente unto con el sentimiento de culpa ue acarreaba, el paciente reprimi el nombre que habrfa establecido el vinculo entre ambos. El paciente no podia identficar la causa del olvido porque tanto la motivacién para Ia represiGn como la propia represién eran inconscientes. Si el olvido es un acto exitoso de represin, ls lapsus freudianos al hablar y al it son actos de represién parcialmente no exitosos. Es decir, a pesar de los esfter- 208 por mantenerlo oculto, el sujeto expresa sin advertirlo el pensamiento o deseo inconsciente, parcial o totalmente. Como sucede en el caso del olvido, el significado culo en ocasiones resulta evidente para el observador. Considere ala mujer que revela Jos sentimientos ambivalentes por su amance al decitle que es justo el tipo de persona que le gustarfa “enterrat” (en lugar de decir que es la persona con la que se quisiera “casat’). Otras veces es dificil descifrar el significado oculto y slo puede ser establecido con la ayuda de quien cometié el error. Hay evidencias de que los lapsus verbales escin relacionados con la ansiedad, aun- ‘que no indican que la ansiedad sea inconsciente. Motley (1985) y sus colegas han realizado estudios en que inducen a los sujetos a cometer cierto tipo de lapsus. En este <2s0, un par de palabras se ee incorrectamente como otro pet (por ejemplo, “gorda 239 caPituLo9 ‘Ansiedad, defensa y auvoproteccién Freud crea que los caccidentes a menudo son el resultado de un deseo inconsciente de causar dafo 240 CUARTA PARTE La peespeciva pricoanalitiea asquerosa” en lugar de “nifia primorosa’). Para realizar esta investigacién, fue necesario contar con frases especificas que failtaran los errores de lectura para convertirlas en lapsus con matices particulars. La manipulacién consistié en generar una forma espe- cifica de ansiedad para luego ver si éstaincrementaba los lapsus relevanites. Por ejemplo, se trabajé con dos grupos de sujetos varones. En el primer grupo se gener en los sujetos ansiedad por la posibilidad de recibir descargas cléctricas. En el ‘otro, la sesién fue dirigida por una mujer provocativamente vestida, lo que se experaba generara ansiedad respecto a temas sexuales. Ambas condiciones incluian frases cuya lectura podia generar errores relacionados con el temor a la descarga (por ejemplo, “maldito choque” en lugar de “bonito coche”) y frases que podian generar errores rela- cionados con el sexo (por ejemplo “puro sexo” en lugar de “claro nexo”). Como puede apreciarse en la figura 9.3, los etrores relacionados con los choques fueron mds frecuen- tes entre los sujetos los que se hizo serti nerviosos en relacién a las descargas, mien- tras que los errores con connotaciones sexuales fueron mds comunes entre los sujetos a Jos que s les lleva pensar en sexo. En otro estudio se descubrié que los lapsus sexuales suelen presentarse més a menudo entre los hombres que obtienen altas puntuaciones en una prueba que mide la culpa sexual (Motley, 1985). La mayoriaatribuye los lapsus a factores como la fatiga la distraccibn o la precipi- ‘aci6n, Sin embargo, Freud fue claro al decir que estos Factores podian facliar, pero no cocasionar los lapsus, ya que la causa real siempre viene del inconsciente. Asi, es mis probable que se cometa un error al hablar o al escribir cuando se est4 cansado 0 poco atento, pero la forma del lapsus esté determinada por fuereas inconscientes. Por otro lado, los accidentes son an poco més complicados. Los que atraen el interés del punto de vista psicoanalitico son los que surgen de a falta de precaucién de lavictima (o del causante del dafo, sie! accidente lstima a alguien més). Para decidir si algo fue un accidente deben conside-arse las circunstancias. Si se entera de que un buzo fue golpeado por un bote de motor al salir a la superficie puede suponer que se traté de un accidente. Pero si se entera de que el hombre, un buzo experimentado, no colocé un marcador de buceo y no hize una pausa para escuchar los motores cercanos FIGURA 9.3 _Lapsusfreudianosinducdos en al laboratorio. Cuando los sujets esperabanrei- bir una descarga elétrea comestan mds errores relacionados con el choque (lado inquierdo); cuando hhabfan sido expuestos a una experimentadoravestida provocatvamente, comesian ms lapsus relaciona- ‘dos con el sexo (lado derecho). (Adaptado de Motley, 1985.) antes de emerger, podria sentirse més inclinado a concluir que (por alguna raz6n) el hombre tenia el deseo inconsciente de hacerse dafio. Los accidentes presentan también otra complicacién por el hecho de que al ocasio- nar dafio pueden cumplir varias funciones al mismo tiempo. Es decir, al lastimarse a si mismo el individuo puede también lastimar a otra persona que se inceresa por él. En este sentido, los accidentes pueden fungir como crimen (al ocasionar que quien se preocupa por el accidentado se sienta angustiado por su desdicha) y como castigo (al hacedle suftir un dafio). ‘Una ilustracin de las miiltiples funciones cumplidas por os accidentes esté en el caso de la mujer que al conducir el automévil de su esposo ftené repentinamente y ccasioné que quien venfa atris se impactara contra ella (Brenner, 1957). El andlsis revel6 tres motivos inconscientes. Primero, la mujer estaba inconscientemente furiosa con el marido, y destrozar su carro le permitfa expresar la ira. Segundo, sentia una culpa inconsciente por su deseo de lastimar al matido, de modo que al dafiar el auto- mévil garantizaba que serfa castigada, lo que disminula la culpa. Finalmente, tenta cdeseos sexuales que el esposo no satsfaca, y el accidente permitié la satisfacci6n sim- bélica de esos deseos al tener, como dijo la mujer, “un hombre en mi trasero”. ‘Aunque éste fue un pequeo episodio en la vida de esa mujer, también revelé mucho acerca de su dinémica inconsciente. Freud creia que todos los lapsus pueden oftecer una imagen similar en la dinémica inconsciente (sin embargo, para una opi- nin en contra, véase Reason y Mycielsks, 1982). Suefios Freud (1953b/1900) crefa que el inconsciente también se revela en los suefios. De hecho, se referfaa los suefios como “el camino real al inconsciente”. Empezé por is- tinguir entre dos tipos de contenido de los suefios. El contenido manifiesto esté com- puesto por las imagenes sensoriales reales del sofiador, lo que la mayorla de nosotros considera como el suefio. Pero para Freud resultaba més interesante el contenido la- ‘tente —los pensamientos, sentimientos y deseos inconscientes que dan lugar al conte- rnido manifiesto—. El contenido latente informa dela raz6n por la que un suefio adop- ta la forma que presenta (véase el apartado 9.3 para otra explicacin de los suefios). Freud consideraba que el contenido latente de los suefios proviene de tres fuentes. Laprimera es la estimulacién sensorial que nos bombardea al dormir —el sonido de una tormenta distante, la sirena de una ambulancia o el ladrido de an perro—. Estos soni- dos pueden instigar los suefios y ser incorporados en ellos. Cuando esto sucede, la estimulacién forma parte del contenido latente del suefio. Se dice que los suefios son los “guardianes del dormit”, en parte porque la incorporacién al suefio de un estimulo externo impide que despierce al durmiente. La segunda fuente del contenido latente de los suefios son los pensamientos, las ideas y los sentimientos relacionados con lo que el durmiente vive durante la vigilia —los intereses actuales—, que permanecen activos en su inconsciente mientras duer- ‘me; por ejemplo, durante el dia el individuo puede haber estado pensando en un préximo examen, en un proyecto no terminado, en una persona interesznte que acaba de cono- cer en el problema financiero que enfrenta. Al incorporar en los suefios los pensa- rmientos sobre el mismo tema impide que estos lo despierter, como sucede con los cestimulos sensoriales. La tercera y mas importante fuente de contenido latente de los suefios son los inconscientes impulos del ello (id), cuya gratificacién directa es bloqueada por el yo 241 CAPITULO 9 ‘Ansiedad, defensa y autoproteccién, 242. (go) mientras s esté despierto. A menudo, estos impulsos se relacionan con conflctos CUARTA PARTE La perpectva psicoanalitica infantiles, por lo que el impulso es infantil en su forma y primitivo en su contenido. Freud crefa que todo suefio incorpora algin impulso 0 deseo inconsciente, pero que no todos agregan los intereses actuales o las experiencias sensoriales. EL suEso Ha sido sempre una fuente de maraila y de mise- fio. Cada uno de nosotros, de- seindolo © no, pasa una parte importante de cads dia en un estado suspendido en align ka- gar ence a vida y la muerte. Los uetos son especialmente fascinantes. Qué elo que son? Remembranzas fagmen- tadas de jornadas fantsticas emprendidas mientras se extd dormido? Pedazos de verdad que nos susurran ls doses (conlacondcién de que no los ecordaremos)? Son, como Freud lo crea, manifestaciones de los procesos primaros, exos visuals de las pasionescomplcadssy extavagantes del ello? ;O son slo una mezcolanza de snsentidos, ls murmuraciones del cerebro iaquerdo al ocio como un ‘aro ane lah oj? En la época de Freud, se sabla muy poco acerca del dormir de los suefios.A él le parecia natural pensar en los suefios como la ruta al inconsciente dada le cualidades surrelistasy simbélicas de que a menudo se componen. Peto en ls afios recientes los centicos han indagedo en los misteros del dormir y de los suis y ahora se conoce sms acerca desu patrones. Algunos pensin que nos eta- mos acereando a comprender la azn de los suefo,aun- ‘que la respuesta no es la que Freud imaginaba (Winson, 1985, 1990; vase también Hobson, 1988). Quéeso quesabemos? Pur empena, que todo mun- do tiene sues, aunque muchos no ls reeueran. Un ha- lng fundamental (Asernsky y Kleeman, 1953; Kleeman, 1963) fu el descubrimiento del extado del suefioen el que los ojos del gene se mueven répidamente, la espircion sehace regular el vitme cardiacoaumentay la mayor parte del movimiento se supsime (aeacepcin de pequetos mo- ‘vimientos delasextemidades), Como la carats prin- ipal parece serel movimiento de los ojos sépido (MOR), lead se conoce como suefio MOR. La gente ala quese despieca del suelo MOR cas siempre report que habia ‘estado sofando, lo que rata ver sucede cuando se le dex Pieri del suefio no-MOR, Ea los adultos, el sucso MOR ‘cure cuatro o cinco veces por noche, mientras que los nfs pan casi ocho horas al dia en suefo MOR. yy otras cosas que se saben acerca del suefo MOR: primers el cielo MOR ocurre en otros marifro igual que en lhombre, Segunda, no parce ocutiren otros animales “Teoera cunlgie cosa que sea lo que sucede durante el su- fio MOR, parce ser necesaria. Cuando la gente e privada el suebo MOR (despereindola cada ver qu empieza apre- senrrl) muestra una fuerte tendenciaa entrar en Por qué se necesita el suefio MOR? ¥ sel suefio MOR ‘sofia, Zeon qué cosa del mundo suefan tanto los infan- tex? Depués de renir las evidencias sobre las propiedades conductuales y cerebrales de varios animales diferentes, ‘Winsos (1985) ha planteado el siguiente argumento. Un problema bésco de la adaptacién biolégica consiste en tncontar la forma de integrar de una manera coherente Jas nucrasexpetiencas con las yaexstentes, Winson pien- sa que, ente los mamiferos, la solucién evoluiva a este problema fue el suefio MOR. Es decir, eee quees durante el suefe MOR que tiene lugar laintegracén. Si fuera as, tun solo conjunto de estructuras neuronales podria ‘cumplirdos propésitos: guar la accién cuando se etd des- Pierto y conslidareintegrarelconocimiento mientras s¢ dluerme. De erta manera, podriames usar la mayor parte del sistema nervioso, ya que estarasiendo usado todo el tiempo y no tinicamente cuando estas desperton. {Por qué suefan tanto los nifos? Puede sr.que el mismo proceso que produce consolidacin también pro- dluzea etapa final del desarollo cortical (la cortera de los infants no es plenamentedesarollada). tal vezse deba a que la casi completa ausencia de una historia personal significa que tienen que involucrrse en mis integraciin y consolidacién que ls adultos. ‘Wenson afirma que os proceso del suefio MOR son linconeciente que Fread buscaba en los suefios dela gente. Lasrutasdelaasociacionsimbica que fscinaban a Freud refljanel hecho de que a consolidacién sun proceso de seguir azociaciones mentaes, aunque as atociaciones ean cxtrafasy tangenciales. De acuerdo con este punto de vis- 1a, durante el estado de suefo el cerebro er haciendo simplemente surarea, clsficando ls experiencias del dia (y de la semana) en todas las categorlas que pueden ser relevant. ara comprender cémo es que los suefios pueden brindar informacién sobre la personalidad, es necesario entender Ia relacién entre el contenido manifiesto y el con- tenido latente del sueflo, El contenido manifiesto consta de las impresiones sensoriales conscientes (por lo general visuales), mientras que el contenido latente puede conside- ratse mejor como un tipo de deseo o impulso inconsciente. Pero existe tn vinculo entre ellos. El contenido manifesto es una fantasfaen la que el deseo o impulso latente « gratificado, Para usar un término del capiculo 8, el suefio es un intento del ello (id) por satsfacer un deseo. Durante la primera infancia, el vinculo entre los contenidos latente y manifiesto puede ser bastante transparente. Considere el suefio de un pequefio de dos afios de «edad pocos dias después de que la madre regres6 a casa con un nuevo hermanito (Brenner, 1957). El nifio reporté como contenido manifesto: “Vi al bebé irse”. No se necesita ‘mucha imaginaci6n para inferir el contenido latence, especialmente si la madre sentia {que el nifio habfa sido hostl a la llegada del nuevo bebé desde el momento en que se ‘enter6 del inminente acontecimiente. En este caso, el contenido manifiesto del suefio fue una traduecién directa del contenido latente —el deseo del nifio de que el nuievo bebé fuera destruido y saliera de su vida—. El contenido manifesto simplemente satis- fizo este desco en la forma de imagenes. Alcrecet, puede irse haciendo menos evidente la relacién entre el contenido latente y l contenido manifiesto. De hecho, los suefios a veces parecen carecer por completo de sentido. que sor? ‘Como hemos dicho, investigadores como Exnet han estado trabajando para desa- rrollar esquemas de calificacién con propiedades psicométricas mejoradas. Pero mu- 3s de los que favorecen el uso de las pruebas psicométricas tienen una respuesta diferente a dichas eriticas:afirman que los criterios psicométricos son irrelevantes para lautiidad de la Rorschach. En su opinién, el valor de la prueba estéen la informacién que proporciona al examinador sobre la operacin del inconsciente. En tna vena simi- lar, Anastasi sugiere que posiblemente los psicélogos deberian dejar de cratar a la Rorschach como una prueba y considerarla més bien como tna herramienta clinica, Desde este punto de vista, la Rorschach funcionarfa como un complemento de la en trevista, que en manos de un clinico experimentado brindariaindicios y sugerirfa hips- tesis dignas de ser investigadas. Es demasiado pronto para decir si la Rorschach (y otros instrumentos similares) legarin a verse de esa manera. Para ser justos, slo hasta hace poco han empezado a hhacerse intentos serios por estandarizar los procedimientos de calficacién de la Rorschach, ‘han tenido bastante éxito (por ejemplo, Goldfried, Stricker y Weiner, 1971). La conti 247 cartruto > Ansiedad,defensa Y autoproteecén 248 CUARTA PARTE La perspectiva psicoanalitica “hacién de los esfucrzos puede conducir a mejores propicdades psicomeéticas, Pero in- Glut sila Rorschach seve slo como un aula nico, algo es siguo: no cok desgn do pronto como parte de a bateria psicoanalitica de evalusion, PROBLEMAS DE CONDUCTA Y CAMBIO CONDUCTUAL A Io largo del capitulo, hemos hecho hincapiéen dos ideas: primero, la agente utiliza ina gran variedad de mecanismos de defensa para protegerse dela anciedat Segundo, tos deseos y recuerdos rprimidos siguen influyendo en la conducts de meckeeonee, By distincas,« pesa (c incluso por ello) de a operacion de eras defenean Lak enn, del psicoanalisis creen que todos empleamos mecanismos de defers: lo ue cierea- ‘mente no constituye una sefial de que tengamos algin problema, Por ato lado, ste es un punto de vista en el que se pasa filmente de la normali-

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