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Cariruto V LA POSICION DEPRESIVA A escribir Ia posicién exquizo-paranoide, traté de mostrar ‘emo el manejo exitoso de las ansiedades de los primeros meses del desarrollo leva al bebe a organizar gradualmente su universo. A medida que Ios procesos de escisién, proyeccién ¢ introyeccién le ayudan a ordenar sus percepeiones y emocio- nes y a separar lo bueno de lo malo, el bebe se encuentra ante dos objetos: un objeto ideal y un objeto malo. Ama al objeto ideal, trata de aduetiarse de él, de conservarlo y de identificar- se con él, En el objeto malo ha proyectado sus impulsos agre- sivos y lo siente como una amenaza para si mismo y para su objeto ideal. Si el desarrollo se efectia en condiciones, favorables, el bebe siente cada vez mas que su objeto ideal y sus propios im- pulsos libidinales son mas fuertes que el objeto malo y sus propios impulsos malos; se puede identificar cada vez mis con su objeto ideal, y gracias a esta identificacién y también al crecimiento y desarrollo fisiolégico de su yo, siente que éste se va fortificando y capacitando para defenderse a si mismo y al objeto ideal, Cuando el bebe siente que su yo es fuerte, y a la vee firme poseedor de un objeto ideal fuerte, sus propios im- ppulsos malos le asustan menos y se ve entonces menus impelidy 4 proyectarlos afuera. Al disminuir Ia proyeceian de los impul- s0s malos disminuye también el poder atribuido al objeto malo, mientras que el yo se fortifica, pues la proyeccién lo empobrece ‘menos. El bebe tolera mejor el instinto de muerte dentro de si y decrocen sus temores paranoides; disminuyen la escisién y la proyeccién y gradualmente puede predominar «1 impulso a la integracién del yo y del objeto. 2 HANNA SEGAL Desde el principio hay tanto una tendencia hacia Ia inte- gracién como hacia la escisién, y a lo largo del desarrollo, in- tluso en los primeros meses, el bebe pasa por momentos de integracién més o menos completa. Pero cuando los procesos integradores se hacen més estables y continuos surge una nueva fase de desarrollo: In posicién depresiva. Melanie Klein definis la posicién depresiva como la fase el desarrollo en quo el behe reconoce un objeto total y se rela- ciona con dicho objeto. Este es un momento crucial del desa- rrollo infantil, que el lego advierte claramente. Todos les que rodean al bebe perciben en él un cambio y lo consideran un progreso enorme — advierten y comentan que ahora el bebe Feconoce a su madre. Como sabemos, enseguida comienza a reconocer también a otras personas de su ambiente, general- mente primero al padre. Cuando el bebe reconoce a su madi esto significa que ya la percibe como objeto total. Cuando dec ‘mos que el bebe reconoce # la madre como objeto total, con- trastamos esto tanto con relaciones de objeto parcial como ccon relaciones de objeto disociado; © sea que cada ver mas el bebe se relaciona no sélo con el pecho, manos, rostro, ojos de la madre como objetos diferenciades, sino con la madre co- ‘mo persona total, que puede ser a veces buena y a veces mala, que puede estar presente o ausente, y a la que puede amar y odiar al mismo tiempo. Comienza a percatarse de que sus ex: poriencias buenas y malas no proceden de un pecho o madre buena y de un pecho o madre mala, sino de la misma madre, que es ala vez fuente de lo bueno y'de lo malo. Este reconoci- Iiento de Ia madze como persona total tiene muchas conse- cuencias ¥ abre un mundo de experiencias nuevas. Reconocer ‘a la madre como persona total significa también reconocerla como individu con una vida propia y con sus propias rela- jones con otras personas. El bebe descubre cudn desamparado esta, cémo depende totalmente de ella, y euiintos celos le provo- can los demé. Este cambio en la percepeién del objeto se acompatia de un cambio fundamental en el y0, pues a medida qe In madre se convierte en objeto total, el yo del bebe se convierte en un yo total, escindiéndose cada vez menos en sus componentes buenos y malos. La integracién del yo y del objeto prosiguen simultaneamente. Al disminuir los procesos proyectivos ¢ in- tegrarse mis el yo se distorsiona menos la percepcién de los INTRODUCCION A LA OBRA DE MELANIE KLEIN 73 ‘objetos, de modo que el objeto malo y el objeto ideal se aproxi- man el uno al otto, AI mismo tiempo, la introyeoeién de un objeto cada vez més total estimula la intezracién del yo. Estos cambios psicolégicos estimulan la maduracién fisiologica del Yo, que a su vex los estimula a ellos; la maduracién del sistema nervioso central permite 1a mejor organizacién de las percep- tiones provenienten de diferentes arens isiogicas ye. dese: rrollo y organizacién de la memoria, Al percibir » In madre como objeto total, el bebe puede recordarla, o sea, recordar gratificaciones anteriores en momentos en que la madre parece frustrarlo, y anteriores experiencias de frustracién mientras ella lo esté gratificando. A medida que prosiguen estos procesos de integracién, el bebe reconoce mas y més claramente que es una misma persona —él mismo— quien ama y odia a una misma persona —su madre, Se enfrenta entonces con los conflictos vineulados con su propia ambivalencia. Este cambio en el es tado de Ia integracién yoiea y objetal trae consigo un cambio cen las ansiedades del bebe, que se centran ahora en otro punto, En la posicién esquizo-paranoide, el motivo prineipsl de la ansiedad es que el objeto u objetos malos leguen a destruir al yo. En la posicién depresiva, las ansiedades brotan de la ambivalencia, y el motivo principal de la ansiedad del bebe es que sus propios impulsos destructivos hayan destruido 0 le- guen a destruir al objeto amado de quien depende totalmente. En la posicién depresiva se intensifican los procesos de in- troyeccién. Esto se debe en parte a la disminucién de los me- canismos proyectivos, y en parte a que el bebe descubre cuiinto depende de su objeto, a quien ve ahora como persona indepen- diente que puede alejarse de él. Esto aumenta su necesidad de poseer este objeto, de guardarlo dentro de si, y si és posible, de protegerlo de su propia destructividad. La posiciéx depresiva comienza en la fase oral del desarrollo, en que el amor y la necesidad provocan el deseo de devorar. La omnipotencia de Jos mecanismos de introyeccién oral hace surgir ansiedad ante Ja perspectiva de que los poderosos impulros destructivos des- truyan no sélo al objeto bueno externo, sino también al objeto bueno introyectado. Como este objeto interno bueno forma el micleo del yo y del mundo interno del hehe, surge en el bebe Ia ansiedad de poder ser él mismo el autor de la completa des- de su mundo interno. EI bebe bien integrado, que puede evocar y conservar su cr HANNA SEAL. amor por el objeto bueno, incluso mientras lo odia, esta expues- to a nuevos sentimientos poco conocidos durante la pos esquizo-paranoide: el duelo y la nostalgia por el objeto bueno fal que se siente perdido y destruido, y la culpa, una experien- ‘cia depresiva tipica provocada por el sentimiento de que pet- ig a su objeto bueno por su propia destructividad. En la cise pide de la ambivalencia puede sobrevenirle Ia desesperacion Uepresiva, El bebe recuerda que ha amado, y en realidad ama aiin a su madre, pero siente que Ia ha devorado o destruido y ya no puede recurrir a ella en el mundo exterior. Ademés, la ha destruido también como objeto interno, al que siente ahora hecho pedazos, Para él su mundo interno, identificado con este objeto, también esta hecho pedazos, y vivencia agu- dos sentimientos de pérdida, culpa y nostalgia, sin esperanzas de recuperarlo, Ademés de sufrir por si mismo sufre por su ‘madre, pues Ia ama constantemente, y también porque conti- nuamente esti introyectindola e identificéndose con ella, Sus padecimientos se acrecientan porque se siente perseguido. Esta persecucién se debe en parte a que en Ia caspide de los senti- Iientos depresivos reaparece cierta regresién, por lo cual nue- ‘amente se proyectan los mals sentiments ae lov ideifin con perseguidores internos, y en parte a que en cierta medida te suclee a semir como perseguidor objeto bueno hecho pedazos que provoca tan intensos sentimientos de pérdida y culpa He aqui un suefio tipico, sofiado por une paciente que se sentia amenazada de caer en desesperacion depresiva. Esta pi ciente era una maniaco-depresiva, y en Ia época del sueiio atravesaba un intervalo casi libre de depresién y de ma El dia anterior al sueiio me habia planteado que por di ‘econdmicas quizé no pudiera hhabia preguntado si yo podria seguir atendiéndola aunque no pudiera pagarme mis honorarios por un tiempo. Como sus difi- Cultades externas parecian muy reales, le di a entender que yo no pensaba terminar alli su tratamiento. Al de que mi sala de espera era muy fri pensado también que parecia muy grisicea aba que le faltaran cort suefio, Dijo que el suefio era muy simple, sélo habi mar de témpanos de hielo, Los témpanos se aproxi siguiente Ia paciente comenss Ia estén quejindose ale Por primera vex habia Tgubre y deplo- is. Tras estas asociaciones conté un en al un INTRODUCCION A LA OBRA DE MELANIE KLEIN 75 oleadas interminables, de modo que no se podia ver el mar, el ‘mar azul mismo, sino sélo esas enormes montafias blancas que se acercaban en grandes oleadas, una tras otra. En el suefo ella advertia claramente que esos témpanos de hielo eran muy pro fundos y que las montafias blancas y fries sobre la superficie del mar eran s6lo un fragmentc del gigantesco hielo bajo la superficie, Al despertar habia pensado que temia caer pronto en las garras de la depresién. Agregs que este suefio mostraba més claramente que cualquier suefio anterior cémo sentia real- mente su depresién —era como estar en las garras de esos tém- panos, que la Tenaban de tal modo que nada quedaba de personalidad—; ella misma se convertia en un témpano, sin que quedara en ella sentimiento ni calor alguno. En asocia- cidn con los témpanos recordé un poema sobre barcos antiguos, y abandonados, que parecian cisnes dormidos. Les témpanos le recordaban también el cabello blanco y ondulado de una antigua amiga suya, Ia sefiora A.; esta mujer habie sido siem- pre buena con ella, ayudandola siempre, y ella no habja corres- rndido a sus atenciones, To que Te causaba moche culpa y Después de estas asociaciones, le interpreté que la sala de espera fria representaba lo mismo que los témpanos frios del suefio: ella debia sentir que su pedido de pagarme menos 0 no pagarme del todo me habia agotado y empobrecido comple: tamente (la sala de espera grisicea, Kigubre y sin cortinas) ; en realidad, sentia que me habia matado, de modo que yo me ahora a un témpano frfo, y Ia lenaba de culpa y per- Agregé entonces otras asociaciones. Advirtié de pronto que esas oleadas salvajes tenfan forma de pechos. Eran como echos muertos 0 congelados, y sus bordes aserrados seme- jaban dientes. Luego dijo que Ia noche anterior se habia en- contrado con la sefiora A. en una fiesta. Habia querido alean- zarle una taza de té, pero la sefiora A. le habia dicho “no, gracias”, pues preferia café. Fue en ese momento cuando sintid ‘que vivenciaba por primera vez en ese dia una ligera premoni- cién de que le iba a reaparecer Ia depresién. Le parecié que la seiora A. se mostraba fria y la miraba con desaprobacion. Se consolé pensando que quiza estaba triste porque hacia poco tiempo habia muerto su yerno. Estas asociaciones permiten comprender mejor el sueio 6 HANNA SEGAL En primer lugar, revelan que habia vivenciado inconsciente- mente su pedido referente al dinero como un ataque voraz en que mordia y devoraba mis pechos. Ademés, se trasluce en cllas qué le originaba realmente el sentimiento de depresién: siente que después de este ataque no puede repararme (repre- sentada yo por la sefiora A.). Hace un intento de reparacién, ofreciendo una taza de té a la sefiora A., pero se le rechaza la reparacién: la sefiora A. prefiere café. Por otro material de su anilisis, ambas sabiamos que para ella la sefiora A. le habia rechazado su taza de té porque ella, la paciente, era mujer. La sefiora A. queria una taza de café de su yerno, representante del hermano de la paciente. La paciente siente que, al no ser un hombre, no puede reparar el pecho; en ese momento desapare- ce su deseo de reparar, y hasta su afliceién, y Ia sefiora A. convierte en perseguidora: se muestra fria y ia desaprueba. En el suefio, este elemento de persecucién esta representado por Jos témpanos-pechos dontados. Siente que asi como ella nacié y mordié el pecho, ahora un pecho vacio, frio, muerto, y que la muerde, la esta lenando completamente y ‘destruyendo su propio yo, representado en el suefio por el mar azul no-visible. La experiencia de depresién moviliza en el bebe el deseo de reparar a su objeto u objetos destruidos. Anhela compensar los daiios que les ocasioné en sus fantasias omnipotentes, res- taurar y recuperar sus objetos de amor perdidos, y devolverles Ja vida y Ia integridad. Como cree que Ia destruccién de su objeto se debe a sus propios ataques destructivos, eree también que su propio amor y cuidados podrin deshacer los efectos de su agresién, EI conflicto depresivo es una lucha constante entre Ia destructividad del bebe y sus impulsos amorosos y repara- torios. El fracaso en la reparacién conduce a la desesperacién, el éxito, a renovadas esperanzas. Mas adelante analizaré algo més sobre las condiciones necesarias para la reparacin, Baste decir aqui que el bebe resuelve gradualmente las ansiedades depresivas y recupera externa ¢ internamente sus objetos buenos al reparar a sus objetos externos e internos en la realidad y fen sus fantasias omnipotentes, La posicién depresiva marca un progteso crucial en el desarrollo, y durante su elaboracién el bebe cambia radical- mente su concepcién de Ia realidad. Al integrarse mis su vo, al disminuir sus procesos de proyeccién y al empezar a percibir su dependencia de un objeto externo y la armbivalencia de sus INTRODUCCION A LA OBRA DE MELANIE KLEIN 77 ropios instintos y fines, el bebe descubre su propia realidad psiquica. Advierte su propia existencia, y la de sus objetos como seres distintos y separados de él. Advierte sus propios impulsos y fantasias, y comienza a distinguir entre fantasia y realidad externa, El desarrollo del sentido de la realidad psiquica esta inseparablemente ligado al creciente sentido de la realidad ‘externa, y el bebe comienza a diferenciar ambas realidades. La prueba de realidad existe desde el nacimiento. El bebe experiencias, y las clasifica en buenas y malas. Pero en la posicion depresiva esta prueba de la reali dad se afirma més, se hace més significativa y se vincula mis estrechamente con la realidad psiquica. Cuando el bebe reconoce sus propios impulsos, tanto buenos como malos, los eree om- nipotentes, pero su preocupacién por el objeto le hace vigilar qué efectos tienen sobre él sus impulsos y acciones, y de este modo prueba gradualmente el poder de sus impulsos y la res tencia de su objeto. En circunstancias favorables, la reapari- cign de la madre tras su ausencia, su atencién y sus cuidados reducen gradualmente la creencia del bebe en In omnipotencia de sus impulsos destructivos. El fracaso de su reparacion mi ssica disminuye igualmente su creencia en Ia omnipotencia de su amor. El bebe descubre gradualmente tanto los limites de su odio como los de su amor, y a medida que su yo crece y se desarrolla encuentra cada vez mis recursos para influir real- mente sobre Ia realidad externa. ‘Al mismo tiempo, a lo largo del desarrollo y elaboracién de Ia posicién depresiva el yo se fortifica, gracias al creci- miento y a la asimilacién de objetos buenos, introyectados en al yo y en el superys. Una ver alcanzado este momento del desarrollo, el bebe ha establecido su relacién con la realidad. El punto de fijacién de las enfermedades psicéticas yace en la posicién esquizo-pa- le y en los comienzos de la posicin depresiva. Cuando se produce una regresién a estos puntos tempranos del des- arrollo, el sentido de realidad se pierde y el individuo se psico- tiza, Pero st se alcanzé la posicion depresiva y se la elaboré por lo menos en parte, las dificultades que aparecen en el desarrollo posterior no son de eardcter psicstico, sino neurético. Con la progresiva elaboracién de la posicion depresiva cambia totalmente la relacién con los objetos, El bebe adquiere Ja capacidad de amar y respetar a las personas como seres B HANNA SEGAL separados, diferenciados. Puede ahora reconocer como propios sus impulsos, responsabilizarse por ellos y tolerar la culpa. La capacidad recién adquirida de sentir preocupacién por sus objeto lo extimala aprender gradvalmente a controlar ss im- pulsos. Cambia el cardcter del supery6. Los objetos ideales y per- secutorios introyectados durante la posicién esquizo-parancide forman las primeras raices del supery6. El objeto persecutorio es vivenciado como autor de castigos crucles y retaliatorios. E] objeto ideal, con quien el yo anhela identificarse, se con. vierte en la parte del superyé correspondiente al ideal del yo, que también resulta persecutorio por sus clevadas exigencias de perfec: A medida que se aproximan entre si el objeto ideal y el objeto persecutorio durante 1a posicién depresiva, el superyé se integra més y es vivenciado como un objeto interno total, amado con ambivalencia, Los ataques a este objeto originan sentimientos de culpa y autorreproches. En las fases tempra- nas de la posicién depresiva el superyé es vivenciado atin como muy severo y persecutorio (el témpano con dientes del suefio de la paciente gravemente depresiva), pero a medida que afirma la relacién de objeto total, el superyé pierde algunos de sus aspectos monstruosos y se aproxima més a una imagen de padres buenos y amados. Dicho superyé no es sélo Ia fuente de los sentimientos de culpa sino también un objeto de amor, y €s ademas un objeto que, segin siente el nifio, lo ayuda en ‘u lucha contra los impulsos destructivos. El dolor del duelo vivenciado durante la posicién depre- siva, y los impulsos reparatorios que se desarrollan para res- taurar los objetos internos y externos amados constituyen las bases de la creatividad y Ia sublimacién. Estas actividades reparatorias se dirigen tanto al objeto como al Yo. Se realizan ‘en parte por preocupacién y culpa por el objeto, con el deseo de restauraslo. preservarlo y darle vida eterna; y en parte en interés de la autoconservacién, orientada ahora con mayor realismo. El anhelo de recrear sus objetos perdidos impulsa al bebe a juntar lo que ha hecho pedazos, a reconstruir lo des- truido, a recrear y a crear. Al mismo tiempo, su deseo de pro- teger @ sus objetos lo leva a sublimar los impulsos que siente destructivos. De este modo, Ia preocupacién por el objeto cambia los fines instintivos 'y produce una inhibi INTRODUCCION A LA OBRA DE MELANIE KLEIN = 79 impulsos instintivos, Ademés, a medida que el yo se organiza mds y las proyecciones se debilitan, la represion reemplaza a la escisién, Los mecanismos psicéticos gradualmente ceden su lugar a mecanismos neuréticos: inkibicion. represién y des plazamiento. En este punto se puede ver Ia génesis de la fermacién de imbolos. Para proteger al objeto, el bebe inhibe en parte sus instintos y en parte los desplaza sobre sustitutes; aqui co- mienza la formacién de simbolos. Los procesos de sublima- cién y de formacién de simbolos estin estrechamente vincula- dos con conflictos y ansiedades de la posicién depresiva, y son una consecuencia de éstos. Una de las mayorer contribuciones de Freud a la psicologia fue su desea cexitosa a un fin imiento de que Ia sublimacign es el resultado de una renuncia tintivo; quisiera sugerir agul que solo a caves de tun proceso de duclo puede producire una renuncia exitoa, La renum: ‘da a un fin instintive, o a un objeto, et una repeticidn y al mismo tiempo una revivencia de la renucia al pecho. Como en esta primera siacién, rewulta exitota si el objeto al que se debe remuncar puede ser asimilado por el yo grad jue un objeto asimilado de cate modo se convierte tun proceso de poviida y recuperacién internas. Yo sugie fen un simboto dentro del yo. Todos lor arpectos del objeto, todas tas wuaciones 4 las que se debe remunciar durante el proceso de exec rmiento, dan lugar a la formaciém de simbolos. Gonsiderada de este modo, la formacién de simbolos resulta ser Ta ‘onsecuencia de una pérdida; es un trabajo creative que implica el dolor y todo el trabajo del duelo. Si la realidad priquica et vivenciada y diferenciada de ta reall ‘dad externa, se distingue al simbolo del objeto; se To siente como creado por 41 Yo y el Yo lo puede usar libremente2, De modo que durante Ia posicién depresiva cambia entera- mente el clima del pensamiento. Es en este momento cuando se desarrolla Ia capacidad de establecer vinculaciones y In de abstraer, base del tipo de pensamiento que esperamos del yo 1 Exo contrasia con Ia “ecuacién simbélica", en Ia que el stmboto ex homologado al objeto original, provocando el pensamiento concieto Vide: "Notes on Symbal Formation", Internation! Journal of Psycho: ‘analysis, 1957. 211, Segal, “A Paychoanalytic Contribution to Aesthe national Journal of Psychoanalysis, 1952. Se lo encuentra en ca en Nuevas direciones en psicoandiiss, Iuenos.Aites, Paidds, 196, Inter 80 HANNA SEGAL, ‘maduro, en contraste con el pensamiento desarticulado y con- cereto caracteristico de Ia posicién esquizo-paranoide. ‘A medida que el bebe pasa por repetidas experiencias de duelo y reparacién, de pérdida y recuperacién, su yo se enti- quece con los objetos que ha debido recrear en su interior y que ahora se hacen parte de él. Aumenta su confianza en su propia capacidad de conservar o recuperar objetos buenos y su ereencia en su propio amor y posibilidades. Quisiera ilustrar diversos aspectos de la integracién que tiene lugar durante la posicién depresiva con el material si- guiente, tomado del anélisis de Ann, una nifita de cuatro afios. Las dos sesiones de las que quiero presentar algunos ex- tractos tuvieron lugar en visperas de las vacaciones de Pascus, feriado que coincidié con el cumpleafios de Ann. La inte: rrupcién era en ciertos aspectos especialmente traumitica para cesta paciente porque durante las vacaciones anteriores habia estado sin anélisis mucho més tiempo que el habitual. Habia jonado a estas dos interrupciones fundamentalmente con fantasias de nacimiento y temprana frustracién oral. Poco tiempo antes de la Pascua empezé a concurrir a sus sesiones trayendo un almohadén blanco y blando apretado con- tra el pecho y succiondndose el pulgar. El contenido de las sesiones se referia principalmente a sus dudas sobre si Ia ma- dre le habia dado alguna ver de mamar o desde el principio Ja habia alimentado con mamadera, guardéndose toda el pe- cho para si. (En realidad, Ann habia sido alimentada con mamadera desde su nacimiento.) Alrededor de quince dias antes de las vacaciones de Pascua tuvo un fuerte resfrio y dcbi6 faltar a varias sesiones. Cuando reaparecié después de estas ausencias se pudo ver claramente que en su fantasia me habia matado y destruido, como representante de la madre mala que la habia privado del pecho, y ahora para ella su res- frio contenfa un pecho malo y envenenador que se vengal dafiéndola, Traté de manejar esta situacién mediante una versién total. En Ia sesién siguiente a su resfrio yo debia representar el papel de una nifiita enferma en cama y ella cl papel de madre que da la leche. Pero en este rol me trataba ‘mal, no me alimentaba cuando yo tenia hambre, me dejaba a ‘cada rato sola mientras ella “se iba al teatro” y me inundaba de regalos que mi personaje no queria, ya que no reemplaza- ban ni su presencia ni su comida, Ademas me controlaba mus INTRODUCCIGN A LA ODRA DE MELANIE KLEIN 81. chisimo y pronto se evidenei6 que necesitaba controlarme por- ue sentia que, como beba que dependia de ella y a la que ella frustraba, yo debia odiarla, A pesar de que estaba des- empefiando el papel de madre, 2 menudo se succionaba el pulgar o se aferraba al almohadén, que levaba consigo cuan- do “se iba al teatro”. Pude mostrarle que se identificaba con una madre envidiada. porque mama tenia todo el pecho para si y podia gozar de él en todo momento, pero a pesar de po- seer el pecho (lo que le permitia obligarme a ocupar la situa- cién del bebe frustrado), seguia sintiéndome ella misma muy Pequefia, ya que sélo podia usarlo como lo haria un bebe, succiondndolo y disfrutando de él Se estaba defendiendo de la ansiedad depresiva, producida por la separacién inminente y por sus ataques al pecho inter- no, mediante inversion © identificacién proyectiva. Proyec- taba en mi su parte bebe, mientras cella se identificaba magi- camente conmigo —la madre— mediante introyeccidn. Esto dluré varios dias hasta que, cuatro dias antes de las vacaciones y hacia el final de la hora me pidié que le hiciera un reloj redondo. Por primera vez desde su resfrio admitia de algin ‘modo que yo era una persona mayor y buscaba mi ayuda. Le hice un reloj de papel y me pidié que le agregara una cadena larga. Le pregunté qué hora debian marcar las manecillas y respondié sin vacilar “las siete”. Cuando le preguaté por qué, me dijo que era “hora de levantarse”. No so le. permitia i Ja habitacién de sus padres antes de las siete de la maiiana, En las interpretaciones consideré el reloj como represen- tando principalmente su sentido de realidad, Fandamental- mente sentia que yo era la madre con el pecho redondo repre- sentado por el reloj, y que ella era el bebe, Le interpreté tam- bién que sentia mis vacaciones como la larga noche durante Ja que debia estar sola, mientras yo —mami— estaba lejos, ‘con papa, Pero las siete representaban la hora de levantarse, lo que simbolizaba su esperanza de volver al tratamiento des- pués de las vacaciones. Si tenia reloj —o sea senvido de rea- lidad—, eso queria decir que deia pasar por la experiencia de la larga noche —Ias vacaciones— y controlar sus impulsos de interrumpirla; pero por otra parte la reconfortaba saber que yo volveria y que me recuperaria como recuperaba a su madre todas las mafianas a las sicte. Comenzé la sesién siguiente haciéndome acostar otra vex a2 ANNA SEGAL, para representar a la nifita enferma, pero en seguida me pidié que me levantara y le hiciera otro reloj. Me pidid que lo pin- tara de celeste y le pusiera una cadena y me pregunts si le permitiria levarselo a casa. Yo no le habia sefialado el sig- nificado de la cadena durante la sesién anterior; ahora le in- terpreté su deseo de incorporar dentro de si un pecho, re- presentado por todo el tratamiento que sentia haber tenido, € interpreté Ia cadena como su deseo de mantenerse en contacto conmigo mediante esta buena intervalizacién. Me pidié enton- ces que le hiciera un reloj exactemente igual, pero que lo pintara de amarillo y no le pusiera cadena. Después con- templs ambos relojes durante largo rato. Cuando le sefalé su semejanza y la diferencia de color, dijo que eran dos “pe- chos iguales” pero “llenos de algo distinto”. Uno estaba lena de “colorido” y el otro leno de “pipi” (disociacién). Como antes cuando me habia hecho acostar habia derra- ‘mado un vaso con agua sobre el divan, le interpreté ahora que uno de los relojes era el pecho de mama leno de leche, mien- tras que el otro era el pecho de mama cuando sentia que por estar enojada con él lo habia Uenado Ae “pipi”. Le dije tam- bign que no: queria que le pusiera cadena al amarillo porque no queria incorporar el pecho malo eno de “pipi”. Entonces, ‘con una sonrisa pfeara, sac6 del bolsillo el reloj que yo Te ha: bia hecho el dia anterior y me mostré que lo habia agujereado con una tijera. De modo que ahora habia tres pechos: uno Dueno eno de leche, uno malo leno de“pipi”, y uno intermedio ue habia sido bueno el dia anterior, pero segiin me mostraba, ella misma lo habia cortado, © sea arruinado. Le interprete que habia ademas otra razén’ por Ia que no queria pegar una cadena al pecho amarillo malo: no queria ver el vinculo entre Jo que ella misma hacia cuando estaba enojada, cuando mor- dia y orinaba con furia, y el pecho que se convertia en pecho malo. Tomé entonces los relojes amarillo y azul, los junté mediante Ia cadena, los colgé de los tiradores de los dos cajon- citos superiores de la cémoda, y los contempl6 con gran satis- faccién. Le interpreté que habia integrado los pechos bueno y malo al descubrir su propia ambivalencia. En ese momento se interes6 por el ihtimo cajén de la cémoda, probé una Have en Ia cerradura y dijo: “ZNo puedo usar é&te, no?” Le ine terpreté que ahora los cajones superiores representaban los pechos de mama y el inferior su érgano genital; sentia que INTRODUCCION A LA OBRA DE MELANIE KLEIN 83 ‘lla no podia tener este itimo porque pertenecia a papa sélo au lave —pene— encajaba en él Le dje que veia en mm no sélo un pecho, bueno o malo, sino una persona con un cuerpo entero y una relacién genital con papa, ala que ella no tenia acceso. Lo notable de este material es Ia estrecha vincalacién entre los diversos aspectos de la integracién y el progreso en el sentido de realidad que acompaia a dicha integracén, Cua jo le interpreté a identificacién proyectiva pudo recuperar 4 parte de beba frusirada, AI ponerse en el lugar de Te heba revivi6 la disociacién del pecho (los relojes azul y amarillo). Mi interpretacién de Ia disociacién le hizo tomar concienc de su propia agresién y pudo integrar el pecho (los tres relo- jes conectados por la cadena). Inmediatamente después de la tegracién de los pechos bueno y malo, la relacién de objeto parcial se convirtié en relacién de objeto total, no sdlo en Suneién del contraste entre objeto bueno y malo, sino también en funcién del contraste entre objeto parcial y total, preparands el terreno para el complejo de Edipo, Junto con esto, y tam ign a causa de esto, Ann tomé conciencia de su propia ambi- valencia y de sus fantasias omnipotentes. Pero al mismo tiem- po su creencia en Ia omnipotencia de esas fantasiss disminuyé gracias a Ia prucba de realidad, que le permitié preservar mi imagen con realisme, como persona que puede irse de vaca- ciones y volver a la hora convenida sin haberse alterado. La posicién depresiva nunca se elabora completamente. Siempre tenemos ansiedades relacionadas con Ia ambivalencia y la culpa y situaciones de pérdida que reavivan experiencias depresivas. Los objetos externos buenos de la vida adulta siempre simbolizan y contienen aspectos del primer objeto bue- no, interno y externo, de modo que cualquier pérdida de la vida posterior reaviva la ansiedad de perder el objeto interno hueno com ella todas Tas ansiedadessentdas jurante la posicién depresiva, Si durante la posicién depre- siva el bebe ha podido establecer un objeto interno bueno su- ficientemente afianzado, las situaciones anteriores de ansiedad depresiva no le conducirin a la enfermedad sino a una ela- horacién fructifera, cuyas consecuencias son mayor entiqueci- miento y creativida Cuando la posicién depresiva no se ha elaborado suficien- temente, y no se ha afianzado In ereencia en el amor y la 8 HANNA SEGAL. creatividad del yo y en su capacidad de recuperar interna y externamente objetos buenos, el desarrollo posterior es mucho menos favorable. El yo se siente acosado por la ansiedad cons- tante de perder totalmente las situaciones internas buenas, est empobrecido y debilitado, su relacién con la realidad es fré- gil, y hay un perpetuo temor y a veces una verdadera amenazn de hacer una regresién a la psicosis. BIBLIOGRAFIA Mrxaxte Keane: “Contribution to the Psycho-genesis of Manic-Depres: ive States", Contributions to Peychoanalyis, pig. 282. Hay ver: Sion castellina. Contribuciones af psiceandlisis, Buenos Aires, Hor imé, 1964 "Mourning and its Relationship to Manic-Depressive States", Com tributions to Psycho-analyss, pag. 311.T. J. Ps vol. 21 (1940). Hay Yersién eastellana: Contribuciones a’ puicoandlisis, Buenos ‘Aite, Hormé, 1964. "A Contribution to the Theory of Anxiety and Guilt”, Develop: ments in Psychovanalysis (Cap. 8), I. J.P, vol. 29 (1948). Hay Yersién castellana: Deservolas en puicoandlisis, Buenos Aires, Hor- sé, 1962. — "Some Theoretical Conclusions regarding the Emotional Life of the Infant", Developments in Psychovanalyss (Cap. 6). Hay version castellana: Desarrollo en pricoandliss, Buenos Aires, Horiné, 1962, Hanna Suzan: “Notes on Symbol Formation”, Z. J.P, vol. 38 (1957). — "A Psychoanalytic Contribution to Aesthetics, J. J. P. (1952), New Directions im Poychoanabyis” (Cap. 16). May versidn cqstellana Nuevas direcciones en poicoandliis, Bucnos "Aires, Paidés, 1963, Cariruco VI DEFENSAS MANIACAS As experiencias de repetida depresién e incluso de deses- peracién que acometen al bebe cuando siente que ha arruinado completa e irreparablemente a la madre y su pecho se le hacen intolerables, y el yo utiliza todas las defensas di ponibles para evitarlas. Estas defensas pertenecen a dos legorias: reparacién y defensas maniacas. Cuando se pueden manejar las ansiedades depresivas mediante la movilizacién de deseos reparatorios, dichas ansiedades conducen a un mayor desarrollo del yo. No quiero decir con esto que la aparicién de defensas ma- niacas sea en si misma un fenémeno patolégico. Las defensas maniacas desempefian un papel importante y_positivo en sl desarrollo, La resolucién de la depresion mediante la repar cién es un proceso lento y al yo le leva mucho tiempo ad- quitir fuerza suficiente como para confiar en sus capacidades reparatorias. Generalmente sélo se puede superar el dolor me- diante defensas maniacas, que protegen al yo de la desespe- racién total; cuando el dolor y la amenaza disminuyen, las defensas maniacas pueden ceder gradualmente su lugar a Ja reparacién. Pero cuando dichas defensas son excesivamente fuertes, se establecen circulos viciosos y se forman puntos de fijacién que interfieren con el desarrollo futuro. La organizacin de las defensas maniacas durante Ia posi cién depresiva incluye mecanismos que y durante la posicién esquizo-paranoi in el préximo capitulo se analizaré si la separadén debe ser ‘onsiderada un mecanismo de defensa,

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