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Domingo I Adviento

Ciclo A
Mis queridos hermanos, todos tenemos la experiencia de que empezar
de nuevo, sea en la faceta de la vida que sea, exige de nuestra persona
una buena dosis de coraje, heroicidad, y tambin de optimismo.
Prcticamente todos hemos protagonizado o tal vez estamos
protagonizando pequeas o grandes historias de superacin personal:
algunos, quizs hemos tenido que remontar la decepcin que nos
provoc una relacin con alguien que creamos cercano y en que
habamos depositado muchas esperanzas; otros, tal vez hemos debido
superar una manera de vivir que finalmente hemos llegado a percibir
como degradante; otros han aprendido a vivir de nuevo desde el lecho
de la enfermedad; muchos otros se encuentran en trance de reorientar
su vida tras haber cometido un error grave; muchos otros aun buscan el
modo de reunir las fuerzas suficientes para pedir o aceptar el perdn
Las figuras espirituales del adviento (Isaas, Juan Bautista, Mara de
Nazaret) encarnan, en distintos tiempos y lugares de la historia de la
salvacin, esa dosis de coraje, heroicidad y optimismo que nos hacen
capaces de dar a nuestra vida el giro que necesita para encaminarla
hacia ese estilo de ser, pensar y actuar que mejor se ajusta a lo que
somos como seres humanos, como hijos de Dios. No quiero extenderme
ms, simplemente les animo a que confronten estos das sus luchas, sus
miedos, sus decepciones y sus desesperanzas con esta invitacin
unnime que vamos a estar escuchando en la Palabra de Dios a crecer
en nuestra capacidad de devolver brillo a lo que somos y hacemos:
Caminemos a la luz del Seor!; revistmonos con las armas de la luz;
Preprense a la venida del Seor; dejen ustedes resonar en su corazn
estas expresiones, hganlo como si las escuchasen por vez primera y
eso basta.

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